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Sobre racismo en Estados Unidos

Opinión
Artículos de opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 4 min.

Es opinión común aquí en Estados Unidos, expresada por muchos articulistas de periódicos importantes, de que Trump es racista por sus ataques contra los mexicanos, musulmanes e hispanos en general. Incluso, algunos articulistas sostienen algo en lo que estoy de acuerdo, porque yo también lo he percibido. Algunos dirigentes del partido republicano han condenado a Trump por los comentarios racistas contra el juez Curiel, que no es mexicano como él dice sino nacido en Indiana. Sin embargo, ninguno le ha retirado su apoyo porque en el fondo son también racistas, y lo que les molesta de Trump no es esa condición sino que la manifieste tan claramente en público. De hecho, el partido republicano bloqueó todos los intentos de Obama de aprobar una ley migratoria para resolver el problema de los 11 millones de inmigrantes ilegales.
Siempre he pensado que, en gran medida, el desagrado con las actuaciones de Obama tiene un fondo racista. Esta posición es compartida por muchas personas con las que he conversado aquí. Cómo es posible que un negro, además nacido fuera del territorio continental de los Estados Unidos, sea ahora presidente y nosotros tengamos que rendirle las consideraciones debidas. Quizás Obama tenga muchos defectos como presidente, pero nunca les ha dado motivo ni excusa para armar un escándalo, como el que tuvo lugar cuando Clinton mantuvo sus amoríos dentro de la Casa Blanca con Mónica Lewinsky o cuando Nixon tuvo que ser sometido al impeachment por el caso Watergate de espionaje contra los demócratas.
Dentro de este mismo tema del racismo, y especialmente el ejercido contra los negros norteamericanos, es interesante comentar un artículo titulado "Mass Incarceration: The silence of the judges" cuyo autor es Jed S. Rakoff y fue publicado en The New York Review of Books el 21 de mayo de 2015.
….. En Estados Unidos existían 2,2 millones de presos en 2015, lo que significa un aumento de 500% en los últimos 40 años. Con el 5% de la población mundial tiene el 25% de los presos del mundo. Tiene una tasa de encarcelamiento seis veces superior a la de Canada.
Existen otros 4,75 millones bajo supervisión estatal que están libres pero vigilados( están en probation o parole).
El mayor aumento en el número de presos proviene de crímenes no violentos como posesión de drogas.
Las tasas criminales han declinado a la mitad en los últimos 24 años pero ha continuado el aumento en el número de presos, o porque se castiga con cárcel delitos que antes no lo eran o porque las sentencias son más largas.
De ese total, 840.000 son hombres negros, es decir 40%, cuando la población afroamericana representa solo el 13 % de la población de Estados Unidos. Están en prisión actualmente 1 de cada 9 negros entre 20 y 34 años de edad; a esa tasa un tercio de todos los hombres negros serán prisioneros alguna vez a lo largo de sus vidas.
A la vez, 440.000 presos (20% del total) son hombres hispánicos cuando la población latina de Estados Unidos anda por el 18%. Aquí no hay la disparidad que existe entre las dos tasas para los negros.
Finalmente, 800.000 son varones blancos o asiáticos, pero en el artículo no se establece el número correspondiente a cada una de estas etnias, aunque me imagino que la mayoría son blancos. Además hay 100.000 mujeres presas pero tampoco se especifica su pertenencia a una determinada etnia o raza.
Este número tan elevado de presos en Estados Unidos es producto de leyes de cumplimiento obligatorio que comenzaron a partir de las años 70, con el propósito de bajar las tasas de criminalidad y disminuir el tráfico de drogas.
Estas leyes imponen mínimos obligatorios (bastante elevados) en el número de años de condena para cada tipo de delito, y además les quitan a los jueces la facultad de decidir en cada caso si hay atenuantes que lleven a menos años de cárcel o a tratamientos distintos, como reeducación en el caso de pequeñas faltas o pequeñas posesiones de drogas.
Se han hecho estudios para determinar si este endurecimiento en las penalidades es la principal causa de la reducción notable de la criminalidad. No hay conclusiones valederas pero se sabe que ese endurecimiento no es la única causa de esa disminución, porque hay otras de origen social, económico y educativo que juegan también un papel.
Pero para el común de la gente es así: hay menos crímenes porque hay más presos y los jueces no se atreven a ser más suaves, ni se han quitado los castigos mínimos obligatorios.
En New York se pudo probar que tasas menores de encarcelamiento han traído también disminución de la criminalidad, pero la mayoría de los estados no se han atrevido a intentarlo. .
Mantener el sistema carcelario de Estados cuesta $80.000 millones al año, pero existe otro costo no medible en dólares y es que ese sistema tan duro es causa de innumerables problemas familiares, principalmente entre los negros y los latinos.
Otro factor que juega es el crecimiento de una industria privada de cárceles a la que le interesa económicamente mantener un número elevado de presos.
El hecho de que un tercio de los hombres negros terminará en la cárcel es un mensaje de que la sociedad americana no tiene mejor cura para las disparidades raciales que la fuerza bruta. .
El que escribe el artículo que he comentado es un juez que pide acción de otros jueces para no aplicar los mínimos reglamentarios, tomar cada caso en consideración con sus atenuantes, y así no tratar a los presos como basura humana.