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Te acuerdas pueblo mío

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 2 min.

Te acuerdas pueblo mío cuando el Almirante de los siete mares desembarcó en tus playas y la belleza de tus mujeres, la corpulencia de tus hombres y lo exuberante de tu paisaje le hicieron creer que se había topado con el Paraíso Terrenal.
Te acuerdas pueblo mío cuando el Almirante regresó a España y de allá vinieron hombres muy blancos que si bien es cierto casi te exterminan no menos cierto es también que te enseñaron un idioma, te sembraron una religión y te organizaron políticamente.
Te acuerdas pueblo mío cuando te cansaste de los españoles y bajo el comando de Bolívar y Páez te cubriste de gloria en la Sabana de Carabobo.
Te acuerdas pueblo mío cuando marchaste detrás del Libertador y atravesaste los Andes para sembrar de Repúblicas soberanas todo el territorio que ocupaba la América Hispana y regresaste de esa campaña enfermo, cansado, macilento, hambriento, descalzo y famélico, pero con un sueño grande en tu cabeza que después te lo convirtieron en pesadilla.
Te acuerdas pueblo mío cuando desapareció Simón Bolívar y con él, la Gran Colombia y te sustituyeron la autoridad que sobre ti ejercía el Rey de España por la voluntad omnímoda del caudillo criollo que empleaba la fuerza bruta y la temeridad de su ignorancia para gobernarte y perpetuarse en el poder.
Te acuerdas pueblo mío cuando de tus entrañas comenzó a brotar el petróleo a borbotones y quienes te lo han administrado, lejos de sembrarlo como recomendaba el Maestro Uslar Pietri, lo que han hecho es despilfarrarlo.
Te acuerdas pueblo mío cuando los campesinos abandonaron tus campos después que un demagogo e irresponsable enreda pueblo les dijo: ¡Vámonos pá Caracas que allá hay trabajo por coñazo! y ahora andan saltando y brincando sobre los cerros que conforman el cinturón de miseria de Caracas.
Te acuerdas pueblo mío cuando Pérez Jiménez te metió de cabeza dentro de un oscuro y maloliente calabozo de la Seguridad Nacional, tú te le arrechaste y el General te dejó el pelero en Miraflores.
Te acuerdas pueblo mío cuando aprendiste a votar y después seguiste a Rómulo, Leoni, Caldera, Carlos Andrés, Luis Herrera y Lusinchi.
Te acuerdas pueblo mío cuando te fuiste detrás de Chávez después que le oíste decir por la televisión: “por ahora, no logramos los objetivos propuestos”.
Y, finalmente, te acuerdas pueblo mío cuando, palabras más palabras menos, Chávez te dijo: “si por alguna circunstancia sobrevenida se me inhabilite para ejercer la presidencia, entonces, es mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta y total, que ustedes elijan a Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela” y así lo hiciste.
Ahora bien, ante estas remembranzas pueblo mío, es evidente que tu conducta ha sido siempre una constante histórica: no cambias. Siempre andas detrás o buscando un líder; en consecuencia, permíteme que te informe lo siguiente: el mundo de hoy se encuentra en permanente movimiento y lo único verdaderamente estable, es el cambio; por lo tanto, échate el miedo a la espalda, y atrévete a cambiar.