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¿Por qué vota la gente?

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 1 min.

Cuándo votamos ¿qué sentimos? Siempre he tenido la curiosidad de saber que impulsa a los electores a realizar el ejercicio democrático de concurrir a su mesa de votación, un domingo y sin obligación legal para ello.
Para los que lo hacemos, la obligación es el denominador común, inducida por el convencimiento o por presiones de cualquier tipo. Lo importante es que lo hacemos, y en el momento de culminar el acto sentimos, alivio por haber terminado el proceso y ¿qué más?
Es en ese “qué más” donde está la clave que debe entender todo aspirante a un cargo por elección. La gente vota por una ilusión más que por una certeza y la misma encierra toda una visión de lo que sería un futuro deseable, en primer lugar para él y su entorno inmediato, y después, para el resto.
Si en el tiempo por venir se le demuestra que su decisión fue acertada, al menos parcialmente, es posible que se mantenga respaldando la misma opción; si no, buscará en la próxima oportunidad electoral otra oferta que se asemeje a lo que está deseando.
Para que esa oferta le sea atractiva, e inclusive, para que se anime a prestarle atención, tiene que empezar por no descalificarlo por su decisión anterior. Si se siente “marcado” y de alguna manera, reducido al mundo de los conversos, lo más natural será mantenerse en lo que fue su opción fallida o pasar a integrar el universo de los escépticos.
Los candidatos tienen que hablar para todos, tanto para los que considera “suyos”, como para aquellos que no han acompañado anteriormente sus visiones y propuestas, utilizando un lenguaje claro en lo que denuncian y atractivo e inclusivo en lo que proponen, siempre teniendo en cuenta que los seres humanos estamos eternamente aspirando algo mejor, independientemente de cuales sean nuestras condiciones de vida.
Contribuir a construir entre todos una visión de futuro y ser capaces de dibujarla, ofreciéndose para trabajar en pro de su realización, es la obligación de todo aquel que aspire alcanzar la representación de la gente.
No solo las promesas materiales ganan adeptos, los sueños siempre han sido el impulso fundamental para el trabajo y la lucha, independientemente de la posición socioeconómica que nos identifique en la sociedad.
6 de marzo, 2016