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¿Y a quién carajo le importa?

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

De la Vela de Coro salen 19 venezolanos jóvenes, sin dinero para pagar un pasaje aéreo, a quienes este gobierno le ha quitado todo, ya no tienen acceso a la salud, la educación, el trabajo, la comida y sobretodo, ya no tienen ni siquiera el derecho a vivir decentemente.

Solamente, en esa playa solitaria, con un peñerito al que miran como única salida de todo mal, 19 almas se miran unas a otras con apuntando al mismo deseo, tener derecho a soñar.

A tan sólo 101 km están las costas de Curaçao, ese sitio que para 19 jóvenes marca el inicio de un sueño. Poder buscarse un trabajo digno, pedir asilo, mandar algo de plata a la familia, que en resumen, nuestro país se ha convertido en Cuba y que en 18 años y algo más, la dictadura del "sueño mentiroso" acabó con todo, a la misma velocidad con la que ahora también pretenden matar a cientos de Venezolanos que ven en esos 101 km la diferencia entre vivir y morir, entre la dignidad y la genuflexión, entre la libertad y la opresión, entre la sonrisa y el llanto.

19 Salieron de la Vela de Coro y la verdad me da lo mismo que haya sido el martes el jueves ó el domingo, porque al final todos los días ya salen a aventurarse, como los Balseros rumbo a la libertad.

Entre ayer y hoy el mar ha devuelto a 5, muertos, con los otros 14 desaparecidos y con 19 familias que si no es por las redes sociales quizás ni se han enterado del triste fin de sus muchachos. 19 sonrisas que se apagaron, 19 futuros que se extinguieron.

¿Y a quien carajo le importa?

Tenemos gente comiendo de la basura, robando, saqueando e invadiendo los pocos negocios que quedan de comida, ladrones que paran en los estacionamientos de los centros comerciales para robar a los que después de horas de cola quizás compraron 4 cambures y un aceite, porque la quincena no da para más. Ahora te matan por 4 cambures, por 1 chocolate o una canilla.

¿Y a quien carajo le importa?

Venezuela terminó el año triste, sin celebraciones, sumida en un luto perenne y una tristeza agobiante, una arrechera contenida y un grito de hambre y ayuda, más no de libertad.

¿Y a quién carajo le importa?

Tenemos días apenas en este 2018 y la verdad es hora de presionar a nuestra clase política opositora, esa que no se compone de colaboracionistas y que si desea el cambio, a que realice las propuestas, a que no piensen en cargos ni en curules, a que de una vez por toda presenten un verdadero plan de acción y que se organice de alguna manera el caos, la protesta y el desespero de TODOS los venezolanos ya que la dictadura de seguro, no lo va a hacer.

Es la hora de los pantalones largos, ya está bueno de criticar, ya está bueno de usar las redes sociales solamente para hablar mal de la oposición porque no está esa persona en el "Grupito" que a mí me gusta.

Si no hacemos esto YA, mejor apaga y vámonos, con la consecuente tristeza que con el cierre de las fronteras las salidas serán solamente a Trinidad y Curaçao por mar y a Colombia ó Brasil por un trocha, con coyotes que se lucraran a costa del deseo de vivir en libertad de miles de Venezolanos y a tenor de que los países sigan aceptando Venezolanos a pesar de que en algunos de ellos ya se convierte en un problema nuestra migración.

¿Y a quien carajo le importa?

Pues me importa a mí, a tí, al vecino, al amigo, al familiar, a la madre que llora, al abuelo que quiere simplemente vivir en un país digno, a tantos que engañó esta parranda de ladrones y a todos los que, desde cualquier parte del mundo, cerramos los ojos una ó varias veces al día para ver en nuestra imaginación al Ávila, a la Llovizna, al Pico Bolívar o al Salto Ángel.

Nos importa a los que este 31 volvimos a llorar por los nuestros, los que queremos un regreso, los que añoramos un abrazo y la recuperación del país.

Hagamos fuerza todos juntos, es la hora del sacrificio final, no nos jugamos a Rosalinda, es peor, nos jugamos a Venezuela.

Por favor y quizás ahora si, por última vez. ¡Haz que te importe!