El régimen trata de lograr su permanencia apoderándose de los medios de comunicación. De esa forma pretende desvirtuar el principio de Abraham Lincoln: “Se puede engañar a la gente en algún momento y a algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todos, todo el tiempo”. La usurpación presume que teniendo el control de los medios puede evitar que la gente se dé cuenta de la verdad. Esto pudo ser cierto en el siglo XX.
Hoy los venezolanos no contamos con medios impresos ni audiovisuales que sean independientes, sin embargo, gracias a la informática aún nos quedan otros que nos permiten conocer la realidad de inmediato y esto conturba el ánimo de quienes presumen gobernar.
El padre Ugalde, quien fuera emérito Rector de la Universidad Católica Andrés Bello, señalaba en su último artículo “Transición”, que el régimen de Maduro no tiene futuro y su continuación hunde al país en una catástrofe generalizada. Más adelante señala que la transición debe centrarse en la reconstrucción.
Creo, al igual que Oswaldo Álvarez Paz, que no se requiere reconstruir el país. Lo que necesitamos es construir un nuevo país. Distinto al que antes teníamos. Uno en el que en mi opinión se encuentren presentes la educación, los valores morales y cívicos e inculcarlos a la ciudadanía para así lograr que fructifique la idea del desarrollo y el progreso de instituciones y personas.
Si bien es cierto que para lograr esto se requiere de un líder positivo con la confianza y creatividad necesarias para superar obstáculos que permitan cambiar el curso de la historia, no lo es menos que en los actuales momentos, quienes tienen pretensiones de serlo, deben dejar sus ambiciones a un lado y enfocarse en la necesidad de la unión para salir de la profunda crisis que vivimos.
Afortunadamente se ha logrado encontrar al individuo que se requiere para los tiempos de la transición. Luego de acabar con la usurpación, iniciar el proceso de transición y hacer lo necesario para tener unas elecciones limpias en el menor tiempo posible, quienes aspiren a la presidencia tendrán la oportunidad de postularse y hacer campaña, pero como dice el Eclesiastés, todo tiene su tiempo y todo cuanto se hace debajo del sol tiene su hora. Los de hoy, son tiempos de luchar contra la usurpación y lograr la transición. Luego, quien obtenga el triunfo deberá cerrar los ojos antes de comenzar a trabajar y visualizar lo que serán sus logros futuros.
Como en los tiempos de Churchill al iniciar su mandato, los de quien resulte ganador serán de trabajo arduo, sudor y lágrimas y esperamos que en lugar de sangre haya mucha creatividad y acompañamiento de los más capaces y virtuosos para lograr la Venezuela de libertad, progreso y desarrollo que todos anhelamos.