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Análisis de Entorno: el costo de mantenernos en revolución

Tiempo de lectura: 14 min.

El tema de la corrupción confesada por el gobierno no ha logrado cambiar la matriz de preocupaciones de la sociedad venezolana, que asiste a esta secuencia progresiva de eventos como si se tratara de algo ajeno, y que les pasa a otros, sobre lo cual se ven obligados a opinar, no porque lo consideren importante, sino como un cotilleo para hablar “de política”.

Lo anterior es porque la prioridad de la sociedad, en forma masiva, está puesta en la economía personal y familiar, y la incapacidad de acceder a mayores ingresos, más que nada porque la economía del país continúa achicándose y con eso las posibilidades de crecimiento personal. Y todo indica que, con este frenazo del primer trimestre de 2023, se achicará aún más.

Porque además de la corrupción confesada, están pasando cosas importantes como un nuevo hito con el diferendo con Guyana, la restructuración de Pdvsa, el inminente vencimiento de los plazos de prescripción de los bonos de la deuda externa soberana, Pdvsa y Elecar, al comenzar a cumplirse en octubre, bono por bono, los plazos de seis años desde el último impago que fue en 2017. Eso sin mencionar el revés en la Corte Penal Internacional por lo de los presos políticos y las torturas.

Pero nada de eso parece trascendente frente a la realidad de familias que se van a dormir sin haber comido. Y la consecuencia de la caída de la economía es directa y más que proporcional, con el aumento de la pobreza.

Lo cual se refleja en la matriz mediática que muestra todos esos temas mencionados, como proporcionalmente más importantes que lo de la crisis en la economía de la gente. Porque lo de la economía del país, como todos sabemos, no tiene opciones de solución mientras continuemos con el modelo político que hoy tenemos. Podremos manejar algunas flexibilidades como lo del dólar y los mercados, pero no podemos cambiar la esencia del aislamiento y el rechazo de casi todos los países con los que tradicionalmente hemos mantenido relaciones sociales, económicas, culturales y políticas.

Hoy nuestros “amigos” no tienen mucho que ver con nosotros ni en lo social, económico, ni cultural, y en lo político, tienen afinidad con el gobierno, pero no con el pueblo venezolano. Y eso que se intentó… pero no funcionó… no tenemos nada que ver con ellos. No encontraremos en la calle ni rusos (tal vez, a veces, solo en Margarita), ni iraníes, ni chinos, ni cubanos.

Hay que poner el foco en la optimización de la cadena de valor para, por lo menos desde el lado de la oferta y de los costos, llegar a precios y presentaciones orientadas a la gran masa de la sociedad, y no solo al grupo minoritario y privilegiado que compra en un supermercado. La gran masa de gente y, entre ellos, los pocos que pueden hacerlo, compra en los mercados populares o recibe ayudas del gobierno o de ONG.

Porque este tema de la economía familiar está derivando en problemas sociales, los cuales, por el hecho de que no se conviertan en protestas masivas, no desaparece los problemas, sino que los acumula y los posterga. Y puede llegar el momento en el que se salgan de control, porque las fuerzas “del orden” también sufren los mismos problemas de los que protestan… de hecho, ellos también deberían protestar. Y si no lo están haciendo ahora, es probable que en el futuro lo hagan.

El costo de mantener a Venezuela en revolución, tal como esta fue diseñada, es cada vez más alto, y cuenta cada vez con menos apoyo interno (y casi ninguno internacional). Por eso es que, internamente en el chavismo, se están dando estos choques para viabilizar la revolución cambiando las referencias (como el Plan de la Patria) y orientándonos en otra dirección.

Ya algunos pasos se dieron con la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios, el repliegue de los controles a la economía y el impulso al Mercado de Valores, pero es evidente que no son suficientes, porque no se hicieron completos y faltaron muchas piezas por implementar.

El sufrimiento de la sociedad por seguir manteniendo como enemigo estratégico a EE UU es cada vez menos sostenible o explicable, y la gente, especialmente dentro del chavismo, así lo entiende. Más que nada porque esta triste experiencia no resultó en nada bueno ni positivo, y porque estamos viviendo cada vez peor.

Político

De cara adentro del chavismo, que ostenta ampliamente el poder, la disposición de los recursos y las decisiones, en Venezuela se están presentando situaciones novedosas, muy diferentes al pasado. Algo está cambiando. Porque al faltar recursos para mantener en marcha la revolución, internamente comienzan a buscar responsabilidades y responsables, algunos de los cuales ya fueron identificados y van cayendo.

Los ataques y la purga van, por el momento, en una sola dirección, y provienen de unas ciertas fuentes de poder. Ahora debe venir el contra ataque primero, y luego, como un contagio masivo, debería extenderse al resto de las dimensiones, donde también pasan cosas malas; tal vez no tan grandes como lo relacionado con el petróleo y la CVG (que en conjunto supieron representar el 97% de los ingresos por exportaciones), pero sí se mueven montos importantes con una dinámica como la que el gobierno mostró para estos dos casos, de Pdvsa y CVG.

Pero eso no es suficiente, porque ese dinero (ni el de Cadivi, ni el de la Pdvsa anterior, ni los cientos de miles de millones de bolívares que se “perdieron”) no se va a recuperar, y deben buscar responsables más arriba, y hasta sustituir a la cúpula de la revolución.

Porque hay que estar claros de que lo anterior no es por la corrupción/anti corrupción, sino por un reacomodo de piezas del poder político dentro de la revolución.

Porque ante la imposibilidad práctica de que los cambios necesarios para el país provengan desde la oposición, casi por homeostasis, parece que tendrán que provenir desde el chavismo. Y, si bien en lo económico se estaban promoviendo cambios hacia el dólar y el mercado, cuando el cuadro se amplía, resultan ser casi cosméticos o superficiales, porque seguimos aislados en nuestra burbuja.

Porque el verdadero cambio político, con o sin chavismo, vendrá cuando podamos insertarnos en el resto del mundo occidental, sin despertar las desconfianzas que despertamos en casi todos los mercados relevantes. Y eso solo podría ocurrir si los cambios en 2024 nos sacan del pantano donde estamos estancados.

El actual discurso político se agotó, y resulta incómodo hasta para los gobiernos más cercanos y afines.

Social

Con la poca información formal con la que contamos podemos construir una pirámide socio económica referencial que indica que, de los 26 millones de habitantes que somos / quedamos, solo 400.000 tienen la capacidad económica como para mover esta economía, combinando fondos logrados internamente con fondos en el exterior (sin cuestionar la fuente de esos fondos) que entran y salen, según las circunstancias.

Luego viene lo que podríamos llamar la clase media alta y privilegiada, de no más de 2 millones de personas que son los que articulan aguas abajo los fondos que proveen los 400.000 mencionados, y se constituyen en la correa de transmisión de consumos a lo largo y ancho de la sociedad.

Luego, una capa más abajo. Hay alrededor de 2,6 millones de habitantes que pueden considerarse la verdadera y tradicional clase media, sobre la cual se apoya toda nuestra economía. Ellos son los que consumen. Y, cuando sus ingresos merman, pues el consumo cae. En nuestro caso, ese consumo cayó entre 30 y 35%, según la fuente que se consulte, y dio lugar al corte de la cadena de pagos y a la acumulación de inventarios, que se está reflejando en el freno de la actividad económica y en su natural compensación por el lado de los precios, que tienen que aumentar para mantener los balances con una razonable buena salud en el corto plazo.

Y así como les digo que toda nuestra economía está orientada / diseñada para los 5 millones de personas mencionadas más arriba, también les digo que hay 21 millones de personas abajo, en la base de la pirámide, que reciben solo el derrame de lo de arriba (que incluye al gobierno); no solo en cuanto a los fondos de los que pueden disponer para consumir, sino en cuanto a la especificidad de los diseños y objetivos.

Por ejemplo, la venta al detal de productos que antes se vendían empaquetados, o la presentación en tamaños muy pequeños en productos que antes solo venían en envases medianos o grandes, son una toma de consciencia de que, para poder crecer, hay que incorporar formalmente a los pobres a la arquitectura de negocios de nuestra sociedad.

Hay que considerar que, con este frenazo a los ingresos y congelación del salario mínimo, mientras los precios suben, hay una parte de los 2,6 millones de clase media que está pasando a formar parte de la pobreza, y que deben ser atendidos.

Económico

La semana pasada hubo un anuncio del Ejecutivo Nacional extendiendo los plazos que tienen que ver con la condición de los bonos emitidos por la República por Petróleos de Venezuela y por Elecar, en lo referente al período de prescripción (estatute of limitations) que ocurre seis años después del último impago que fue en 2017.

O sea que los bonos comienzan a prescribir en octubre de este año, y no dejan de tener validez para cobrar, sino que, si no se extiende la prescripción, pierden las cualidades de poder demandar para cobrar. Entonces lo que hizo el gobierno con su comunicado —que en realidad es una repetición del que ya hizo en el año 2020— fue declarar unilateralmente su disposición a reconocer cinco años más, antes de que prescriba.

Pero como el gobierno de Venezuela no es reconocido ante EE UU, específicamente en Nueva York, que es la circunscripción aceptada por las partes, su declaración no tiene el valor que en otras condiciones tendría de estirar automáticamente los plazos.

Por lo que es de esperar que, pese al anuncio del gobierno de extender los plazos cinco años más, los tenedores de bonos inicien, de todas formas, sus juicios de cobro, antes de que se venzan las prescripciones.

Si se considera que los fallos no son de acción colectiva, sino que son a la medida de cada demanda, y si se considera el costo importante de llevar a cabo ese juicio, lo más probable es que los tenedores tiendan a agruparse en fondos de recuperación de deuda de forma tal de diluir los costos legales, y tener una masa crítica para negociar en cualquiera de los escenarios que se presenten, especialmente el que luce más probable de debtforequity, en el caso de la venta de empresas del Estado, lo cual pareciera ser una necesidad de supervivencia del presupuesto de la nación.

Lo anterior es válido solo para non US persons, y fuera del ámbito jurisdiccional de EE UU, por aquello de las sanciones de la OFAC.

Qué es un fondo y por qué se hace esto. Normalmente es porque un bonista individual tiene poca capacidad de maniobra y porque siempre, en el tema de la extensión de los plazos, el costo de extender la prescripción suele ser alto, mientras que para el fondo este tipo de costos es un tema más de su funcionamiento. Transfiere al fondo la propiedad y la custodia de los bonos, y el fondo le entrega, a cambio, una participación.

Nuestra firma de consultores NTN Consultores ha hecho un acuerdo con el Copérnico Recovery Fund que acumula bonos de la deuda soberana y de Pdvsa a cambio de participaciones en el fondo, para apoyar en la acumulación de bonos para ordenar los procesos de negociación, de forma tal que le resulte más fácil al gobierno cumplir con sus obligaciones, y a los bonistas recuperar el máximo posible de su inversión. De hecho, la estrategia de CRF es recuperar al menos 50% del valor nominal de la deuda.

Ahora, el hecho de haber hecho el anuncio unilateral de extensión de plazos, si bien no tiene efectos reales, es en sí mismo una declaración política de reconocimiento de la importancia de la deuda, y abrir una puerta para negociaciones fuera del ámbito de EE UU.

Si se restablecieran las relaciones formales entre EE UU y Venezuela, esa declaración tendría todo el peso del mundo, el statute of Limitation estaría extendido y mejoraría la percepción del Ejecutivo con los tenedores de bonos.

Internacional

Los párrafos a continuación fueron generados por una aplicación de Inteligencia Artificial y no tardó más de 3 segundos en presentar el resultado:

“Las relaciones internacionales de Venezuela han sido tumultuosas en los últimos años, marcadas por una serie de controversias y tensiones con otros países, especialmente con los Estados Unidos. La administración del presidente venezolano Nicolás Maduro ha sido objeto de sanciones por parte de los Estados Unidos, la Unión Europea y otros países debido a las preocupaciones sobre la democracia, los derechos humanos y la corrupción.

En particular, el gobierno de los Estados Unidos ha impuesto sanciones económicas contra Venezuela a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), una agencia del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Estas sanciones prohíben a las empresas y ciudadanos estadounidenses realizar transacciones financieras con individuos y entidades específicas en Venezuela, incluyendo a la empresa petrolera estatal, Pdvsa.

Las sanciones de OFAC han tenido un impacto significativo en la economía de Venezuela, lo que ha llevado a una grave crisis humanitaria y a la migración masiva de venezolanos a otros países. El gobierno de Maduro ha criticado estas sanciones como una violación de la soberanía de Venezuela y ha acusado a los Estados Unidos de intentar un cambio de régimen.

En resumen, las relaciones internacionales de Venezuela están marcadas por una serie de tensiones, incluyendo sanciones económicas por parte de los Estados Unidos a través de la OFAC. Estas sanciones han tenido un impacto significativo en la economía y la sociedad venezolanas, y han sido objeto de controversia tanto en Venezuela como en la comunidad internacional”.

Otra respuesta de la IA sobre la mención a Simón Bolívar en el comunicado del gobierno de Venezuela rechazando el pronunciamiento de la CIJ sobre el tema Esequibo:

“Simón Bolívar no tuvo una relación directa con el diferendo territorial entre Venezuela y Guyana, ya que este conflicto surgió después de su muerte en 1830.

Sin embargo, durante su vida, Bolívar defendió la idea de que los países de América Latina debían unirse para enfrentar los desafíos comunes y proteger su soberanía. En este sentido, la disputa territorial entre Venezuela y Guyana se considera un tema de importancia para la región y un reto para la unidad latinoamericana que Bolívar promovió.

El conflicto territorial entre Venezuela y Guyana se refiere a la disputa sobre la región de la Guayana Esequiba, que es rica en recursos naturales como petróleo, oro y diamantes. Venezuela afirma que esta región le pertenece desde la época colonial, mientras que Guyana argumenta que es parte de su territorio desde su independencia en 1966.

La disputa ha sido objeto de negociaciones y arbitrajes internacionales, incluyendo la intervención de la ONU, pero aún no se ha llegado a una resolución definitiva. La situación sigue siendo tensa en la actualidad y continúa siendo un tema importante en la política exterior de Venezuela y Guyana, así como en la región en general”.

Nuestra relación internacional más importante, casi vital, es con EE UU, y todo indica que seguirá deteriorándose, y que, cuando volvamos a ser parte relevante de su agenda exterior, hasta podría empeorar. El tema petrolero pasó a ser secundario y se ha vuelto a poner la prioridad sobre la “amenaza inusual y extraordinaria”, por lo que el cambio de gobierno vuelve a ser el centro del conflicto.

Si bien en la etapa Trump ese objetivo se intentaba conseguir por la fuerza, en esta etapa de Biden se mantiene pero esta vez en forma de elecciones libres. Para la oposición, el concepto de elecciones libres significa un proceso transparente, mientras que para el gobierno significa “libre de sanciones”. Y como eso no va a pasar, entonces, el juego seguirá trancado hasta que el juego cambie. Y como les decía más arriba, ese cambio no necesariamente significa un cambio hacia la oposición, sino que cada vez más se parece a un cambio y rotación de actores, dentro del chavismo.

Lo que sí parece que todos, de lado y lado, entienden es que esto no puede seguir así, y que las cosas tienen que cambiar.

Recomendación

  • Al gobierno: que incentive la inversión privada como única fuente de crecimiento y desarrollo económico. Alivianar los costos transaccionales, bajar los impuestos, simplificar los trámites, y liberalizar la economía, permitiendo al dólar circular como moneda legal y pasando al sector privado toda actividad empresarial en manos del Estado. Y hacerlo en forma transparente a través del Mercado de Valores. Porque sí hay interesados genuinos en invertir en Venezuela
  • A la dirigencia opositora: que tome como referencia el efecto cardumen o la formación en V del vuelo de los patos, para que se convierta en el objetivo estratégico de la oposición verdadera. Los infiltrados, que son muchos y trabajan para el otro bando, nunca accederán a esto, pues su objetivo de “convivencia y permanencia” se caería. Solo los verdaderos opositores entenderán las implicaciones de la recomendación, porque solo uno debe ir adelante, y eso no se logrará por primarias que congreguen del 10 al 16% del electorado opositor. La opinión aleatoria de la calle tiene hoy más peso que cualquiera de las encuestas. Aunque en general coinciden en los nombres, no lo hacen en las preferencias: todos saben quiénes son los verdaderos opositores y quiénes no lo son
  • A la dirigencia empresarial: que debe apoyar que las empresas sigan esta guía resumida: manténgase informado, diversifique su negocio, invierta en tecnología, fomente la innovación, mantenga una buena relación con sus empleados y clientes. Recuerde que cada empresa y cada situación es única, por lo que siempre es recomendable buscar asesoramiento profesional para tomar decisiones informadas y estratégicas

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