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Análisis de entorno: Se quedaron por las malas, ¿cuánto más pueden durar?

Opinión
Tiempo de lectura: 7 min.

Aunque el gobierno chavista que transmutó en “de facto” como consecuencia de la no entrega del poder a Edmundo González Urrutia el pasado 10 de enero de 2025, tiene frentes complejos por delante, y aún mantiene mecanismos efectivos de control que le permiten continuar en el poder.

Sin embargo, la combinación de rechazo y repudio popular interno por más de 85% y cercano a 100% de la diáspora de casi 8 millones venezolanos, más crisis humanitaria, represión política y aislamiento internacional, sumado a la amenaza de perder los ya limitados ingresos petroleros, sugiere que la situación se vuelve insostenible a largo plazo, quitándole viabilidad a sostener la opción de mantenerse en el poder.

Entonces, la viabilidad del gobierno de Nicolás Maduro dependerá de su capacidad para administrar la suma de cortos plazos y mantener el control mientras maneja estas presiones crecientes: mecanismo que se apoya en el control sobre las cúpulas políticas, empresariales y militares… conscientes de que las bases respectivas, las populares, empresariales y militares, no los acompañan … pero -tristemente- tampoco se rebelan.

Porque más allá de las presiones mencionadas se repite una vez más a lo largo de los años con el chavismo en el poder, la falta de un vehículo disparador que haga que este gobierno de facto pierda el control. Eso pudo haber pasado en la semana del 29 de julio, pero la brutal ola represiva lo frenó… y algo similar, pero con mucha menos fuerza ocurrió el 9 de enero. Pero ninguno de esos movimientos tenía la intención de avanzar sobre Miraflores y tomar el poder, sino solo de apoyar a María Corina Machado en su heroica gesta libertadora.

Tal vez, si en algún momento María Corina Machado convocara una marcha sin retorno para sacar a Nicolás Maduro, la historia podría ser otra… aunque, por supuesto, no tendría garantías de éxito y el riesgo de vida para los marchantes sería muy grande.

Lo cierto es que volvemos a la vieja discusión de si los venezolanos, por sí solos, deberían poder hacer cumplir la voluntad popular, o si, en el otro extremo, solo un movimiento de fuerte presión externa es lo que podría lograrlo… o algún punto intermedio con la combinación adecuada de las dos posibilidades planteadas.

Lo que va quedando cada día más claro es que los ritmos y las expectativas que se manejan internamente en la actual oposición, y los que maneja el factor externo más influyente -que es el gobierno de EE UU- son diferentes, en la conciencia de que mantienen el objetivo común de sacar al chavismo del poder. Pero ellos lo hacen colocando las prioridades y los intereses de EE UU primero, mientras que los nuestros, como es también natural, prioriza la salida de Maduro antes que ninguna otra acción.

Por eso es que es tan importante que podamos administrar nuestras propias prioridades basados en movimientos internos, mientras los estadounidenses avanzan por su propia vía, sabiendo que en el momento crítico (sin importar quien de los dos lo induzca), ambas fuerzas estarán unidas dando el golpe final… que no es otro que la juramentación de Edmundo González como presidente de Venezuela.

Lo anterior visto desde el punto de vista de que para el chavismo los costos de salida son más elevados que los de quedarse… y es por eso que siguen donde están, solos y arrinconados, pero defendiéndose con todo lo que tienen.

Ahora, si los costos de permanecer se elevaran, y los de salir disminuyeran, entonces, tal vez, y solo tal vez, la estrategia de la “fruta madura” pudiera funcionar, y ellos pudieran entregar el poder con una menor cantidad de daños.

Elevar los costos de permanencia necesariamente pasa por la presión de calle -salidas sin retorno- y por la complejidad de poder administrar el país, por la presión de condiciones externas como las de las órdenes de captura y la posibilidad de una extracción, amparados en la declaración como terrorista al Tren de Aragua y al Cártel de los Soles, y las consecuencias de ese nuevo estatus.

Y bajar los costos de salida, pasa por decisiones de ofertas internas de alivianar condiciones judiciales y administrativas, y por facilitar la relocalización en el exterior de los líderes chavistas, asegurándoles una cierta inmunidad en un cierto territorio. O sea, reactivar los acuerdos con Maduro del año pasado, y hacerlos esta vez, extensivos a Diosdado Cabello y a Vladimir Padrino.

Pero claro… es más fácil escribirlo que operacionalizarlo. Sin duda va a haber una combinación de vehículos operando en simultáneo, una mezcla de calle pacífica con acciones violentas, y desde afuera un conjunto de medidas de estrangulamiento que los fuerce a apreciar con buenos ojos la opción de la salida.

Porque hoy lo único que el chavismo está viendo con buenos ojos es quedarse y resistir “cueste lo que cueste”… y a la opción de irse, la evalúan muy privadamente en el máximo nivel de la revolución, y la acarician en silencio los altos mandos… pero de eso no se habla… porque para ellos, aún dentro de las profundas divisiones internas, hoy, la mejor opción que ven, es quedarse y resistir.

Y eso es lo que habría que cambiar… hacer que quedarse les resulte problemático, y que pidan por irse y dejar el poder.

Porque hoy, los factores que los mantienen son, el control institucional, el dominio sobre las Fuerzas Armadas, el control de los medios de comunicación, y las instituciones estatales alineadas con el régimen, que son todas, no en el sentido de la lealtad, sino del miedo a desobedecer, porque en eso se juegan la vida.

Y, por otra parte, los factores que dificultan la continuidad tienen que ver con la crisis de legitimidad electoral, con el exceso de represión, el aislamiento internacional y la crisis humanitaria, así como el colapso de servicios públicos básicos.

En vez de mirar a nuestra propia dirigencia opositora, estamos (todos) mirando a ver que hacen los gringos con nosotros, y eso nos pone en una posición complicada porque si bien, casi con seguridad el chavismo va a terminar saliendo, ya no será “de un momento para otro” como se pensaba, sino que será al ritmo que ellos planteen… todo lo cual es oxígeno para el chavismo, lo cual confirma que su estrategia de resistencia no estaba tan errada… ellos siguen un día a la vez, sumando días… y así están desde el 28 de julio, y, a este paso, los tendremos unos meses más manejando ilegítimamente el barco.

El viaje de Richard Grenell a Caracas tenía solo dos temas en cartera: liberar a los estadounidenses presos y recibir a los deportados, especialmente al Tren de Aragua. Como se notará, en esa agenda no había ningún tema de abandono del poder… o a lo mejor lo había y no se difundió… porque es difícil que un enviado de Trump vaya con una agenda tan angosta.

El tema de Gustavo Petro escaló tan alto porque además del evento de deportados en sí mismo, tenía como misión el mensaje a Maduro de que, si no liberaba y aceptaba, entonces… Pero claro… con qué podrían amenazar a Maduro que realmente lo asuste… porque sanciones y recompensas del FBI ya no son suficientes … entonces… habrá que seguir monitoreando el juego a ver qué pasa. Pero por ahora, todo indica que seguimos con Maduro a bordo.

Y como estamos en un país no viable, se quedará hasta que se derrumbe… o lo derrumben. Qué difícil tener que depender de afuera y no poder liberarnos nosotros con nuestra propia fuerza… con el país entero en la calle, con las cúpulas empresarias y políticas y con los militares poniendo su cuota de redención… pero bueno… esto es lo que hay.

En cuanto a las sanciones petroleras, está el contrapeso entre el ala política de los republicanos, con el lobby petrolero de Chevron que hasta ahora ha mostrado una gran efectividad. Como se supone que van a pasar muchas cosas en los próximos días, una lectura interesante será saber quién tiene más fuerza, si Chevron que quiere quedarse junto con Maduro, o la casa Blanca que quiere que se vayan los dos… ya veremos.

Recomendación

  • Al gobierno: que libere las variables monetarias que tiene controladas porque ya no lo está haciendo bien… debe permitir que el mercado estabilice las variables y recién entonces buscar encauzar la actividad. Porque hoy no puede hacerlo, porque no tiene ni la fuerza ni la credibilidad… Deje actuar a las fuerzas del mercado (nuestro pequeño mercadito).
  • A la dirigencia opositora: que discuta con Marco Rubio una nueva hoja de ruta con tiempos, acciones y responsables, la cual no necesariamente se haga pública, pero que permita ser la base para arrancar una nueva campaña comunicacional; que restablezca la esperanza del cambio y muestre la misma fuerza y certeza con la que se avanzó desde las primarias del 2023, hasta el día de hoy. Hoy, más que palabras, la oposición debe poder mostrar algún hecho concreto -como una captura- que le dé a la gente argumentos como para salir a la calle cuando le sea requerido… hay que cuidar el espíritu de cambio.
  • A la dirigencia empresarial: que la nueva plancha electoral para el cambio de autoridades debe plantear desde ahora, en campaña, su apego a la Constitución y el rechazo al hecho de no mostrar las actas y haberse juramentado igual. Porque si no se ponen firmes, la nueva dirigencia será puesta por el chavismo como casi ocurrió en la última elección. Atención, que nos estamos jugando el futuro… Ah… y el hecho de correr los riesgos inherentes a tomar ciertas posiciones, vienen con el cargo dirigencial que asumieron… para cualquiera de los dos lados que decidan, tendrán que pagar un precio porque nuestra situación es difícil y hacen falta dirigentes fuertes.
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