Si mis lectores han seguido mis últimos artículos se darán cuenta de mi insistencia y persistencia en el tema del rol que debe tomar la sociedad civil en tiempos de crisis, pero ahora más todavía por la crítica situación que atraviesa Venezuela con la llegada del Coronavirus. Por ello, viene muy bien al punto el llamado del Padre Ugalde por la necesidad de renovar el Pacto Social Democrático, tesis que ha reiterado en su angustia porque el país no se nos vaya de las manos.
Ahora que la situación se ha tornado más dramática con la llegada del destructivo virus, se nos une el peculiar estado de cosas en que este se recibe en nuestro país y con una especial diferencia con el resto del mundo, pues en todos los países, los ciudadanos, con mas o con menos, confían en sus gobiernos y en sus instituciones para enfrentarlo. El drama es que en Venezuela no confiamos en él, no solo por el hecho de que nos ha acostumbrado a ocultar información, sino porque, encerrado como está en una eterna confrontación politica, sus actuaciones quedan marcadas e influidas por ella.
Por esa razón el llamado de Ugalde tiene un gran sentido, pero tengo mis dudas que pueda evaluarse y resolverse en el ámbito puramente político, pues allí precisamente se concentran todas las baterías y artillerías de la batalla, cada día con mayores componentes antagónicos.
En ese sentido, haría un llamado a los empresarios organizados, a los gremios de médicos y enfermeras, a los maestros, a los padres de nuestros hijos, a los Colegios Profesionales, a las Iglesias y a otras instituciones de la sociedad civil para hacer un intento de conversar, de reunirse y de articularse para que el llamado del Padre Ugalde no quede en el vacío del mundo político. Quizás se podrían colocar dos planos de acción, uno para atender la emergencia que plantea la llegada del Virus y otro para intentar hacer renacer a Venezuela, como sugiere Ugalde en ese Pacto Social.
Tenemos una oportunidad de hacerle un bien a Venezuela si comprobamos este poder que tenemos como sociedad civil, sugiriendo y exigiéndole a gobierno y oposición a “chavistas y no chavistas”, a todos aquellos que están en el medio de la controversia que, por un momento piensen en los venezolanos más afectados y en que Venezuela se nos puede convertir en un infierno si no se actúa a tiempo.