En rueda de prensa el 31 de julio la Comisión Nacional de Primaria (CNdP) informó con relación a la cantidad de Centros de Votación (CV) que serán utilizados el 22 de octubre, en la Elección Primaria en la cual se elegirá al candidato unitario de la oposición democrática.
La presentación de la CNdP despejó las dudas, para quienes así lo quieran entender, tanto de la situación en Venezuela como en el exterior. Dado lo controversial que ha sido este tema y las especulaciones, la mayoría sin fundamento o con poco entendimiento o conocimiento del tema, creo que es importante continuar aclarándolo y explicando el alcance de lo que se dio a conocer, pues siempre será necesario repetir, profundizar y desmitificar el problema.
Las cifras de la CNdP
La CNdP informó que, por lo pronto, se contará con 3.106 CV; cifra que puede aumentar o disminuir algo, a la espera de la confirmación de algunos Estados, que continúan en la búsqueda de un consenso al respecto. Esa cifra implica a su vez unas 5 mil mesas, cuyo número definitivo está, igualmente, a la espera de ese consenso; pero, sabemos que lo obviamente importante es el número de centros, su ubicación, pues el número de mesas dependerá en definitiva de la agrupación o “nucleación” que se haga del total de centros electorales que hay en el país −que son más de 14 mil− y que habrá que reducir al número anunciado de más o menos 3.106.
Ese número de Centros, con sus respectivas Mesas, albergarían a más de 20 millones de electores que hay en el país, según el último Registro Electoral (RE) al mes de mayo de 2023, dado a conocer por el CNE. Número que es también tentativo, pues ya se habla que el CNE podría dar a conocer, en los próximos días, otro RE, actualizado al mes de junio de este año. No obstante, el número efectivo de votantes en el país ronda en algo más de 16 millones, pues se calcula que entre 3,5 y 4 millones de electores están actualmente en el exterior. Pero lo más significativo, es que los centros anunciados por la CNdP, cubren los 335 municipios y 1.113 parroquias, de las 1.141 que tiene el país; es decir, se abarca el 97,5% de las parroquias; con lo cual se garantiza la penetración popular, la cobertura “social” del electorado del país, que algunos comentaban y pedían.
Como se llega a esos CV
El tema de los centros de votación siempre ha sido motivo de disputas muy candentes en la oposición y entre los partidos, cada vez que ha habido una elección primaria, sea nacional, regional o local, porque cada partido −que son en última instancia los que se disputan con sus candidatos los cargos a elegir− tratan de ubicar los CV en dónde saben o presumen que están sus electores. Eso siempre ha sido así; como también siempre ha sido así que al final, llegan a un acuerdo; ceden en un circuito electoral, municipio o parroquia, a cambio de que les cedan en otro; esa es la esencia de la negociación política y la electoral es también una negociación política.
La diferencia, o lo que hace notorio la situación que ahora vivimos, ya lo he dicho (https://bit.ly/3Oztm7W), es que en la mayoría de las oportunidades anteriores −no en todas−, se discutía únicamente el número y la “localización” aproximada del centro, pues una vez decididos estos dos aspectos, se utilizaban los CV de que dispone el CNE, en su mayoría planteles educativos, resguardados por el Plan Republica, con dotación −al menos teórica− de agua, baños, facilidades de comunicación y luz; este último elemento, por cierto, no es tan importante en este caso, al menos para los votantes, pues será una votación manual y hasta las 4 pm.
La complejidad de la instalación de los CV
Pero ahora, tenemos nosotros que instalar esos Centros, sin contar con las escuelas, liceos y colegios; hay que hacerlo en otro tipo de locales y se ha vuelto mucho más complejo, porque entre otras cosas, como la mayoría de los partidos políticos de la oposición democrática están “judicializados” y fueron despojados de símbolos, nombres y casas, etc., no contamos tampoco con muchos de esos locales; nos quedan las plazas, parques y lugares públicos, incluso viviendas privadas, que algunos particulares han puesto a la disposición. El tema de la seguridad y de contar con algunos espacios públicos, es un verdadero “tema”, en un país donde más de las dos terceras partes de los alcaldes y todos los gobernadores, excepto 4, pueden ser hostiles a esta actividad −que en el fondo va dirigida a lograr un cambio político en el país− y eso obviamente comprende a esas autoridades locales, que hace las cosas más complicadas.
En cualquier caso, ya no cabe lamentarse por los 4 o 5 mil y tantos centros que podríamos haber tenido de hacer el proceso con el CNE; tenemos que dejar ya de lado esa expectativa y manejarnos con la realidad que tenemos por delante, preparándonos para movilizar a los electores a los CV disponibles.
La CNdP había dicho que desde el mes de mayo estaban trabajando las Juntas Regionales (JR), evaluando los dos posibles escenarios electorales −con o sin CNE− y que el proceso estaba muy avanzado; que no era cierto eso de que no tenía “una lista” de centros de votación, que más bien las dificultades que se presentaron fueron para consolidar en una sola las varias listas que se tienen en algunos Estados y que finalmente se debe lograr en esta semana, de manera de entregar la tabla centro −que es la fusión del RE con el número de centros, repartido en el número de mesas que sea necesario− para comenzar otros dos procesos, que no son nada triviales, la impresión de los cuadernos de votación y la selección de los miembros de mesa.
Próximos procesos
El primero de ellos, la impresión de los cuadernos de votación, es un proceso cuidadoso y meticuloso, básicamente técnico. Pero, el de la selección de los miembros de mesa es otro proceso complejo, político, que seguramente −al igual que la selección de las JR y los CV− puede traer polémicas y controversias; pero, ya se cuenta con la experiencia de las JR en lidiar y conjugar los diferentes intereses políticos y partidistas de todos los que participan en el proceso.
Definidos los CV viene ahora la tarea de concretar el número de mesas y seguramente comenzarán los cálculos y especulaciones en cuanto al número de votantes por mesa y el total de los que concurrirán al proceso. No caigamos en la tentación de hacer el cálculo dividiendo simplemente el número de electores del RE, entre el número de centros o de posibles mesas. No es una operación aritmética tan simple y hacerlo así puede conducir a errores de subestimación o cálculos fantasiosos.
Recordemos que estamos frente a un proceso de Elección Primaria, que no atrae al mismo número de electores que una elección normal; además, se dan en Venezuela otras circunstancias, que ya hemos comentado, y que impactan la participación, como lo son el elevado número −hablamos de millones− de venezolanos que han emigrado al exterior; y también el elevado número de venezolanos que han emigrado dentro del país, que se han movilizado internamente buscando mejores condiciones de vida y que a lo mejor no están en condiciones de regresar a los lugares en donde votan habitualmente. Por lo pronto debemos destacar que más de 3 mil CV y más de 5 mil Mesas de Votación, abren el espacio para que concurran, si así lo desean, más de 20 millones de venezolanos, en Venezuela, más un aproximado de 300 mil en el exterior.
El mito de la verificación de los CV
Hay otra tarea importante, que no se podía hacer previamente, sin contar con una definición precisa o estimada de la ubicación de los CV; me refiero a lo que se ha llamado el proceso de “verificación” de esos CV. Afirmo, bajo mi única y entera responsabilidad que, en el caso de nuestra Elección Primaria, la “verificación previa” no se puede convertir en un requisito que entorpezca el proceso y llegue a paralizarlo. En mi opinión se nos quiere hacer creer que esa “verificación previa”, de los centros, vale decir, comprobar físicamente cada uno de ellos, su ubicación exacta y condiciones, mediante alguna auditoria por parte de alguna organización, por ejemplo, la JR, es un paso previo e imprescindible para continuar el proceso. Quienes así plantean las cosas olvidan que la propuesta de los CV proviene de las organizaciones políticas y los comandos de los candidatos −de todos ellos− que son quienes mejor conocen la ubicación de sus posibles votantes y son los más interesados en el funcionamiento adecuado de los mismos; nadie va a “inventar” CV que no existen o que no son posibles de instalar; tarea de todos los partidos es validar la propuesta de los demás y defender la propia; tarea de las JR es mediar para que se llegue al consenso más adecuado, equitativo y razonable entre todas las opciones políticas. Vendrá ahora, definidos los CV, concluir la tarea de la verificación, iniciada con la propuesta de los mismos.
Este es un proceso prácticamente innecesario cuando se realizan las elecciones primarias con el CNE; prácticamente basta con decidir donde se quieren ubicar los centros de votación y es muy fácil verificarlos, pues se trata en la mayoría de los casos de planteles educativos y escolares; de no resultar apropiado uno de ellos, es fácil de reemplazar por uno cercano, la verificación en ese caso es muy simple; no es el mismo caso en este momento, pero no es posible iniciarlo sin haber definido cual es la ubicación de los centros a los que se aspira. De todas formas, no es ese el problema crucial de los CV; desde luego lo es la instalación de los mismos.
Conclusión
Llegado a este punto, 13 candidatos, más de 25 organizaciones partidistas, cientos de organizaciones de la sociedad civil, 240 miembros repartidos en las 24 JR, con sus respectivos equipos técnicos, la CNdP con los suyos y miles de venezolanos en todo el país, comprometidos con el cambio político, en más de 80 días que aún quedan para la votación primaria, me pregunto: ¿No estaremos en condiciones de verificar e instalar más de 3 mil CV y más de 5 mil Mesas de Votación? Si no es así, ¿Qué sentido tiene competir y aspirar a ganar las elecciones presidenciales en 2024? Mejor, entonces, que el último en salir, apague la luz.