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El emigrante

Opinión
Artículos de opinión
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De las Islas Canarias y en un barco carbonero, venía emigrando hacia Venezuela. Cuando divisó las luces del Puerto de la Guaira, exclamó emocionado:

“¡Ampáreme oh tierra maravillosa!”

Yo vengo de los puertos de las casas oscuras.

Yo vengo de la guerra, del llanto y de la Cruz.

“¡Ampárame oh tierra maravillosa!”

Y así le ocurrió, Venezuela lo cobijó y acogió con afecto de madre abnegada. En retribución, él, le dio su fuerza de trabajo y le formó una honorable familia.

Después de muchos años de estadía por estos lares, un día que llovía torrencialmente se levantó de su lecho de enfermo y con la mirada volcada hacia la Madre Patria, balbuceo:

“Cuando salí de mi tierra volví la cara llorando porque lo que yo más quería atrás lo iba dejando; luego, murió.

Villa de Cura, miércoles 18 de julio del 2018.