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Entre la candelita y la cuerda floja

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Tiempo de lectura: 3 min.

Apreciación de la situación política # 101

Más frecuentemente de lo necesario, nos preguntamos la mayoría de los venezolanos a que juega la sociedad política de nuestro país. Tanto el gobierno como la oposición actúan de manera incomprensible, o al menos, difícil de entender, frente a las angustias que agobian a la mayoría de la población quien solo aspira a una vía de solución a sus problemas sentidos que cada día se profundizan un poco más, ante lo que parece la mirada indiferente de ambos factores políticos.

La Asamblea Nacional ya está por convertirse en una tribuna de oradores con poca eficacia política en sus acciones. Un grupo de partidos políticos de la oposición busca apoyo internacional, incluyendo la aplicación de la Carta Democrática en nuestro país por parte de la OEA, pero cuya aplicación no está completamente clara en su alcance o hasta donde debe aplicarse, lo que crea una mayor incertidumbre en sus posibles resultados. Otros partidos decidieron asumir “el reto” de legitimarse con las condiciones inconstitucionales impuestas por las rectoras del CNE, algunos lo lograron y otros quedaron en la picota. Mientras tanto, la nueva MUD nacional reestructurada, aún no ha realizado un pronunciamiento oficial de cuál será su rumbo político para salir del gobierno, aunque no es difícil deducir que es exigir las elecciones pendientes para este año y las presidenciales el próximo diciembre del 2018. El asunto es que no lo dicen.

La actuación del gobierno es más clara en teoría: mantenerse en el poder como sea, dividir y distraer a la oposición y “candelita que se prende, candelita que se apaga”, y no se puede negar que han tenido éxito. Pero si llama la atención que el propio régimen con sus actuaciones propicia las candelitas y hasta se balancea en la cuerda floja.

A la nueva guerra de la escasez del pan, ahora atribuida a los panaderos que no importan la harina, sino que la obtienen del propio gobierno, le suman la escasez de gasolina en las principales ciudades del país, siendo la excusa que existía mar de leva y los tanqueros no podían aproximarse de manera segura a los puertos de distribución, obviando el hecho de que es gasolina importada pagada en dólares cuando, antes de esta tragedia de revolución, se exportaba. Por supuesto que las candelitas se prendieron en diferentes partes del país, pero la propaganda oficial, la autocensura de los medios y la oportuna intervención de algunos colectivos impidieron que se quemara la pradera, pero ¿Hasta cuándo podrán controlar estas situaciones?

No contento con esto, el régimen ordena una extraña operación de acampamento de 60 militares del ejército en territorio colombiano alegando que era territorio venezolano, cuando los entendidos de la materia sabían que no era así. La reacción del gobierno colombiano no se hizo esperar y al final las tropas venezolanas tuvieron que regresar por órdenes del propio comandante en jefe sin explicación alguna ¿Qué pretendía el régimen con este tipo de acciones de provocación internacional?

La aplicación de la Carta Democrática por parte de la OEA, al régimen, lo tiene incómodo y ya anunciaron medidas en su contra, pero deben saber, o percibir, que la opinión internacional le es desfavorable y ejerce más presión de lo que suponían, a tal punto, que tuvieron que solicitar ayuda a la ONU para el abastecimiento de insumos médicos y medicinas para el país, lo que no es más que un reconocimiento a que efectivamente existe una crisis en el país y que la guerra económica la están perdiendo.

Mientras tanto el pueblo, como mirones de palo, seguirá viendo el juego de la candelita o el de la cuerda floja, hasta que decida que con ninguno de los dos gana.

@lesterllopezo 26/03/17