
En un documento reciente reafirmamos nuestra decisión de no participar en las elecciones convocadas por el gobierno, explicando las razones que sustentan esta postura y llamando a respetar la voluntad ciudadana que se expresó en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
Ser coherentes significa alinear las acciones con la decisión del pueblo expresada en el voto.
Los cambios pacíficos hacia la democracia son lentos y enfrentan obstáculos que intentan desviarlos. Obstáculos que son creados por una dictadura que se cree dueña de nuestro destino. La negativa del gobierno a aceptar la transición para preservar sus privilegios, la desesperación ciudadana por soluciones inmediatas y las ambiciones particulares han sido usadas para promover salidas improvisadas que ignoran la voluntad colectiva.
La elección de María Corina Machado como líder de la oposición y de Edmundo González Urrutia como presidente, ambos con amplio respaldo popular, marcan hitos históricos.
Este liderazgo no fue impuesto, sino producto de la voluntad ciudadana.
Es falso que la oposición carezca de programa. El plan Tierra de Gracia, elaborado por profesionales calificados, propone medidas para fortalecer la economía, restituir la independencia institucional, mejorar la salud, la justicia, el ambiente, la educación, controlar la violencia y facilitar el regreso de quienes han tenido que emigrar.
La cohabitación sumisa con el régimen al proponer “voltear la página” bajo la excusa de “no perder espacios”, ha sido invalidada por la creación de organismos paralelos cuando el gobierno pierde elecciones, que han impedido su independencia.
Es un hecho de nuestra realidad actual que el régimen ha cerrado la vía electoral, pero ello no significa que la ruta de resistencia civil constitucional no siga abierta.
El apoyo internacional, logrado por la capacidad diplomática de Edmundo González Urrutia, avanza, aunque los resultados no son inmediatos y los intereses económicos complican el proceso. No obstante, la legitimidad de la causa democrática sigue intacta y cada vez más reconocida en el exterior.
La voluntad popular, expresada el 28 de julio, sigue vigente para quienes creemos en la democracia. La oposición debe actuar con coherencia, evitando soluciones apresuradas. Solo así será respetada dentro y fuera del país.
El régimen podrá imponerse por la fuerza, pero no convencerá. La confianza en el liderazgo de María Corina Machado y la elección de Edmundo González Urrutia deben mantenerse firmes. Perseveremos, porque el pueblo votó con esperanza y confía en su compromiso con el país.
Vendrán tiempos mejores.