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Las elecciones a gobernador 2017 y los tipos de elector que a ellas concurriremos

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 2 min.

Si usted es opositor de siempre y tiene la suerte de creer en el candidato a gobernador de la MUD en su estado, su voto de seguro estará contribuyendo a derrotar al candidato del gobierno, corriendo el riesgo de equivocarse en sus expectativas en cuanto a logros pero con la satisfacción de haber cumplido con sus creencias. Activista irreductible

Si usted es opositor de siempre, que se siente representado por la MUD, pero no le gusta el candidato, piense que su voto servirá para derrotar localmente al gobierno. Optimista calculador

Si ha sido siempre de oposición pero no le gusta la MUD ni el candidato, no le queda otra que votar por él, ya que la abstención no va con sus deseos de cambio. Escéptico práctico

Si usted es opositor de nuevo cuño y le gusta el candidato de la MUD por haber compartido afinidades con él, su voto confirmará que estaban en lo cierto y derrotar juntos al gobierno significará castigarlo por haber traicionado al proyecto. Vengador errante

Si a pesar de ser opositor relativamente reciente, sigue sin gustarle la MUD ni su candidato, votar por éste solo será tragar una medicina “maluca”, que si bien no curará al menos aliviará el malestar hasta encontrar la adecuada. Resignado en acción

Si no le gusta la MUD ni su candidato, pero tampoco le gusta el del gobierno, solo le queda la opción de buscar a ver si tienen la suerte de que en su estado haya otro que le permita dar rienda suelta a su inconformidad aunque no gane. Soñador impráctico

Si es oficialista pero no le gusta el candidato del gobierno busque al que más se parezca a usted y vote por él sin tomar en cuenta quién lo apoya. Disidente activo

Si es oficialista y le gusta el candidato del gobierno, vote rojo como siempre y después no diga “es que no lo dejaron hacer”. Conforme irrecuperable

Si a usted no le gusta ni lo uno ni lo otro, pero tampoco todo lo contrario, preferimos no calificarlo porque el país lo necesita y está esperando por su decisión. Llegó el momento de cruzar la quebrada y no hay piedras suficientes como para impedir que nos mojemos los pies. La otra orilla nos espera y tenemos que alcanzarla a como dé lugar, si en verdad queremos encontrar otro camino.

Que no hay garantías es cierto, pero lo peor sería que la incertidumbre nos paralice. Tenemos que correr el riesgo convencidos de que siempre podremos enmendar errores, si y solo si retornamos a la democracia por imperfecta que esta pueda resultar en lo inmediato.

En la Venezuela de hoy la abstención no es opción; en la práctica es dejar a otros, y sobre todo a los adversarios, la decisión que debemos tomar entre todos, estando seguros que decir “yo no voté” ni siquiera será satisfactorio para el que decidiera asumirla.

Por lo tanto, basados exclusivamente en la razón, debemos concluir que el 15 de octubre ¡tenemos que votar todos!, a menos que el gobierno, utilizando los poderes subalternos, decida desafiar a la opinión internacional, desconociendo nuevamente nuestro derecho constitucional, suspendiendo las elecciones con argumentos tan sólidos como “las sanciones de Trump impide que llegue la tinta indeleble” o quizás otro más sincero, "estamos en temporada de huracanes y me puede golpear uno de categoría 5 ".