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Macrón. El líder del 2017

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Artículos de opinión
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El 7 de mayo en París, el nuevo presidente Emmanuel Macron, en el majestuoso y viejo Museo de Louvre, pronunció su primer discurso; luego de un recorrido acompañado por las notas de la “Oda a la Alegría” de la 9na. Sinfonía de Beethoven.

El Jefe de Estado más joven de la Francia republicana; economista, filósofo y politólogo, con sólo 39 años y una fulgurante carrera política llegó a la cúspide del poder en Francia con el 66% de los sufragios frente al 34% de su oponente en la segunda vuelta, Marine Le Pen. Como titulaba “Le Monde” en esa oportunidad, el triunfo de Macron debía reconciliar a un país dividido, pero debía solidificarlo con las elecciones legislativas un mes después, fundamentales para su futuro gobierno y para su primer ministro, porque es la primera vez desde 1958 en la V República francesa, cuando el Presidente no responde ni representa a las dos grandes fuerzas políticas: el Partido Socialista y el Movimiento Republicano.

Muchos extranjeros hicieron suya la victoria, especialmente los ciudadanos de la Unión Europea, porque representó no solo la unión de los europeos y la fortaleza del euro, sino un proyecto para dinamizar y fortalecer el más extraordinario esfuerzo de integración regional, que desde 1957 nació como Comunidad Económica Europea (CEE).

Con la candidata Le Pen, Francia seguramente hubiera seguido el camino del Reino Unido y su “Brexit”. Impulsaba al nacionalismo impregnado de chauvinismo, la ruptura con la integración europea, el retorno al franco, el alineamiento con los movimientos anacrónicos y reaccionarios del mundo en la denominada política de la post-verdad. Afirmó que “Europa y el mundo esperaban que nosotros defendiéramos el espíritu de las luces, lleváramos una nueva esperanza, un nuevo humanismo”. Este mensaje era esperado en todas las capitales de todo el planeta. Sus primeras palabras fueron también a la unidad de los franceses en estos tiempos de polarización y confrontación. Al terminar, no podía faltar el himno de “La Marsellesa”. Llegaba al Palacio Elíseo, sin tropa ni partido y con solo dos años de experiencia ministerial. Antes de él, ningún político francés había logrado esta hazaña. Las felicitaciones llegaron de todas partes, especialmente de Alemania, Canadá, Reino Unido, España y por supuesto, Estados Unidos.

Inmediatamente, tanto la candidata derrotada de la extrema derecha (Marine Le Pen) como el candidato en las primarias que no figuró en la segunda vuelta y de la extrema izquierda (Jean Luc Melénchon), se declararon en oposición total, al presidente y a su futuro gobierno. El porcentaje tan alto obtenido por Macron, le permitiría la ratificación de su gobierno por el Parlamento francés sin llegar a la difícil experiencia de la cohabitación, en un sistema como el francés mixto; donde tiene dimensión presidencialista, pero también parlamentaria, por eso la necesidad de una mayoría en el Parlamento.

Su movimiento político “La República en Marcha”, se comprometió taxativamente a aplicar todos los puntos de su programa político y que desde la presidencia cumplirá lo prometido durante la campaña electoral.

Con él, se cierra el ciclo de ideologías y de los partidos en Francia, tomará elementos del liberalismo político y económico, pero también el socialismo democrático, defenderá la iniciativa privada, pero también trabajará con la estructura del Estado.

Al margen de los grandes partidos políticos tradicionales y como líder necesario y oportuno para la UE en momentos de crisis y cuestionamiento, podemos afirmar que se ha convertido en la figura más importante del año 2017 y jugará un papel fundamental en la diplomacia de los años por venir, su primera intervención ante la ONU, el pasado 20 de septiembre lo convirtió en la contra figura de Donald Trump, que también marca una nueva era en la política norteamericana y mundial. Con sus 39 años frente a los 71 de Trump, fijó distancia en lo relacionado al multilateralismo y al compromiso ecológico que por el calentamiento global, amenaza a la humanidad, pero también frente al tema de Irán y al pacto nuclear firmado por Barack Obama y la comunidad internacional, prometió cooperar con los países en desarrollo y en el caso de Siria, impulsar una solución negociada. En Nueva York, confirmó ante la ONU, lo que antes ya había hecho en París ante los electores franceses. Ahora lo que espera es continuar con sus éxitos en política dentro y fuera de Francia y se prepara para las elecciones europeas del 2019, que serán un referéndum a su gestión y cambios de su partido “La República en Marcha”.

El escritor francés Emmanuel Carrère, en una entrevista reciente al Presidente de Francia titulada “Mi Semana con Emmanuel Macron”, se interroga “¿Es Macron un milagro político o un espejismo que empieza ya a desvanecerse?” y recoge una de sus frases “Si no transformo radicalmente a Francia, será peor que no haber hecho nada”, y concluye que Macron encarna el progreso, la audacia, la apertura, lo nuevo, al mismo tiempo de derecha y de izquierda y sin dificultades para poder triunfar en Francia, en Europa y en el mundo.

jcpineda01@gmail.com