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OEA: último detalle de la inviabilidad internacional del “gobierno interino”

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Artículos de opinión
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Desde hace dos años hemos comentado que el apoyo que inicialmente brindó la Comunidad Internacional al “Gobierno Interino” (GI) daba muestras de agotamiento por la ineficacia que estaba mostrando esa plataforma para aprovechar la coyuntura que había creado el zarpazo electoral del chavismo ocurrido en 2018.

Países europeos importantes ya abandonaron la carroza del desfile eufórico de 2019, entre ellos España, Holanda, Italia y en alguna medida Francia, a la vez que muchos países latinoamericanos tienen hoy gobiernos legítimos presumiblemente cercanos al régimen chavista venezolano. Más aún, el propio gobierno de los EEUU negocia a espaldas del GI -aunque con conocimiento del G4- la reducción de sanciones e incluso la liberación de individuos condenados como narcotraficantes por la justicia americana, a cambio de un eventual suministro confiable de combustible venezolano, como parte de la nueva estrategia de seguridad energética de los EEUU frente a Rusia, puesta en vigor a raíz de la invasión a Ucrania.

El último síntoma de este proceso de agotamiento se produjo el pasado jueves 6 de octubre, cuando la 52a Asamblea General de la OEA sometió a votación si se incluía en la Agenda la eventual revocatoria de la representación diplomática del GI.

Quienes votaron por incluirla no alcanzaron el mínimo reglamentario de 24 votos, por lo que se pospuso la consideración del tema, pero la lista de países que rechazaron la inclusión -es decir quienes apoyaron abiertamente al GI dice mucho sobre la pérdida del apoyo hemisférico a esa plataforma política.

Solo cuatro países apoyaron claramente al GI: Canadá, EEUU, Guatemala y Paraguay, mientras se abstenían diez, incluyendo cuatro países de quienes el GI debía esperar un claro soporte: nada menos que Brasil, el gigante suramericano, Costa Rica, adalid de las democracias civiles y los derechos humanos, Ecuador, democracia liberal que tiene varios años luchando claramente contra el Socialismo del Siglo XXI, y El Salvador.

En fin, este comentario de las alineaciones internacionales dice que ya “el apoyo al GI se acabó” y que más le vale al G4 terminar de retirar su soporte formal a una plataforma que sirvió muy poco al retorno de la democracia y más bien contribuyó de manera importante al descrédito de la Oposición Democrática, al propiciar casos muy sonados de corrupción y de oportunismo político.

Mientras más se retrase el reconocimiento de esta realidad, más se desprestigia ante el mundo la oposición venezolana.