Pasar al contenido principal

Respaldo a Guaidó

Opinión
Artículos de opinión
Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 2 min.

La suerte política de Juan Guaidó está en juego y con la de él la de toda Venezuela, lo que me trae a la memoria aquella famosa novela de Ernesto Sábato “Sobre Héroes y Tumbas” porque el nombre dice todo de como construimos un héroe y, rápidamente, lo bajamos de su pedestal. Este juego, en el caso de Guaidó lo considero bien riesgoso porque nos estamos jugando la última carta para salir del atolladero histórico en que estamos.

Digo que lo respaldo, porque creo que ha acumulado suficientes activos políticos, como ningún líder de la oposición venezolana lo ha hecho hasta ahora. Primero, por los datos de popularidad que publican las encuestas que ya es decir mucho, para quien tiene una andanada de críticas encima.
Como si fuera poco eso, ha logrado unificar a la oposición venezolana, porque aun cuando se producen disidencias tácticas o pasajeras sobre la ruta escogida, sigue encabezando el liderazgo opositor, lo cual le genera otro activo tangible que se traduce en dos claramente visibles: es el único interlocutor del gobierno y, hasta ahora, intocable. Obviamente, no se trata de la obra de un solo hombre porque allí también están otros valiosos líderes, sin cuyo apoyo y reconocimiento a su liderazgo, no estaríamos donde estamos.

Como si fuera poco ha logrado conformar, como nunca, una coalición internacional en su respaldo de, al menos 60 países, los cuales de extremo a extremo y con sus variantes lo reconocen y respaldan un cambio político en Venezuela, cierto, de distintas formas, pero el apoyo sigue en pie.
Por si fuera poco, ha logrado, con el concurso de muchos, crear un Estado paralelo. Nada más y nada menos. Quizás un caso único en la historia de las rebeliones anti gobiernos, cuando varias de ellas terminaron solo en el exilio.

Un activo, probablemente desapercibido es que, sin saberlo y sin decirlo, estamos en una transición quiera o no el gobierno y sus lideres actuales, porque sea por la vía de una genuina negociación, de la llamada “implosión” o de un severo agravamiento de la situación social, lo cierto es que el país sabe y comprende que así no podemos continuar. Que una transición es indispensable.

Quizás exagero con todo lo dicho y no le hago descuentos a Guaidó, pero tiene una característica que esconde su mayor activo político: sencillez de lenguaje y capacidad comunicadora las que, seguramente, provienen de su origen humilde. Es un hombre del pueblo.

Por todo eso digo que no podemos abandonarlo ahora.