No se si una de las lecciones que va a quedar de esta terrible pandemia, terrible de verdad por los destrozos que viene causando, sea como queda la sociedad civil, frente a una situación como esta y lo digo porque, como bien señala N. Harari[1] en su reciente comentario hay dos maneras de enfocar esta crisis, así como otras de similar envergadura. La vía, diría, “vertical” que él llama “vigilancia totalitaria” y que supone la actuación casi única del poder público y la otra, que llamaría “horizontal” es el “empoderamiento de los ciudadanos”
Es a esta a la que me quiero referir para el caso venezolano, con rasgos muy peculiares a la hora de enfocar el problema, pues, como bien explica el autor una de ellas tiene un alto componente arbitrario, de vigilancia y control social, característico de estos regímenes y la otra, por lo contrario, dibuja un amplio funcionamiento de la democracia, pero mas que todo, un rol prominente de la sociedad civil, cuestión que, en nuestro caso deja mucho que desear.
Una cosa es oír ese retorico y sistemático mensaje de quienes están en el poder de que esta crisis se resuelve con “unidad de mando”, “todo el poder del Estado” y con la “unión cívico-militar” para defender al “pueblo” del mal que nos acoge y otra cosa seria construir una presencia significativa y preponderante de nuestra sociedad civil, representada por la articulación de todos los afectados, pues no es lo mismo el llamado de los médicos, de las enfermeras a exigir transparencia en la información o a los cuidos que deben seguirse para evitar el contagio, no es lo mismo decía, que la sociedad civil venezolana tenga la capacidad de vigilancia y control, pues es ella en definitiva, representada en hospitales, clínicas, centros de abastecimiento, etc. las que realmente tienen las soluciones en sus manos.
Siguiendo el planteamiento de Harari, suena mucho mas pertinente el llamado a un empoderamiento de nuestra sociedad civil organizada, cuando existen dudas acerca de la capacidad gubernamental para atacar el tema, de la veracidad de la información y, en especial, al uso político que pueda darle.
En otro momento, menos crítico y dramático, hemos hecho un llamado a la creación de una Plataforma Civil o Cívica de nuestra sociedad civil, siendo que ahora podría ser mas imperativo intentar poner en práctica una propuesta en esa dirección.[2]
[1] “Las dos opciones más importantes son entre vigilancia totalitaria vs empoderamiento de los ciudadanos y entre aislamiento nacionalista o solidaridad global. Nota publicada en el Financial Times s/f por Noah Harari, el historiador israelí autor de Sapiens y Homo Deus.
[2] Ver artículos anteriores: “Propuesta de una Plataforma Civil para la sociedad venezolana”