Todo parece indicar que la cordura ha ido desapareciendo de muchos de quienes se dicen líderes. Bajo el signo ideológico equivocado se encuentran aquellos que consideran como solución al extremismo izquierdista, que en lugar de beneficiar, idiotiza. En estos difíciles tiempos se ha visto aparecer comportamientos contradictorios que lejos de aclarar y ayudar, embrutecen. Claro ejemplo de ello lo encontramos en el comunismo y las enseñanzas de los Foros de San Pablo o de Puebla.
Dichos Foros pregonan que sus luchas son por la paz, el feminismo, el medio ambiente, la tolerancia y algunas otras. Para plantear sus campañas en favor de lo anterior han creado movimientos pacifistas y ecológicos. Todos dirigidos por gente que se dice de izquierda. Veamos ahora la realidad: 1. La reciente y lamentable invasión de Ucrania por parte de Rusia ha significado un gran número de muertes de niños y adultos que nada tenían que ver con esa “guerra”, sin embargo Putin afirma que invade a un país soberano para que reine la paz. 2. Habría que preguntarse en cuál país bajo régimen comunista existe un gobierno regido por una mujer. 3. ¿Es que acaso un convoy militar ruso de más de sesenta kilómetros que penetra en Ucrania, tiene por objeto ayudar al medio ambiente? Estos movimientos de izquierda han sido creados para desestabilizar a los países democráticos, no para lograr los propósitos para los cuales dicen fueron creados.
La verdadera lucha debe ser contra la pobreza. Ese si debe ser una batalla permanente por medio de programas de gobierno que tengan como finalidad una lucha frontal para acabarla. Claro está que debe existir una estrategia que permita llegar a su fin con el menor daño posible. Vale decir, en sus inicios deben existir programas de ayuda inmediata a quienes la necesiten para su supervivencia. Junto con estas ayudas se deben crear programas de educación que en el mediano plazo permitan ir mejorando la calidad de vida de esta población. Estos programas deben ser creíbles y ello se logra cuando los pobres sientan que existen verdaderas mejorías, a través de la educación y la capacitación para el trabajo.
La mayoría de nuestra población se encuentra en niveles de pobreza extrema y en una verdadera democracia se debe llegar al poder a través del voto y si la mayoría es pobre, es a ellos a quienes deben dirigirse los esfuerzos. No es a través de limosnas como se puede lograr superar la pobreza. Claro está que si esto es lo único que existe y solamente el régimen cuenta con los recursos, los pobres no querrán morirse de hambre. Por ello, la lucha requiere de inteligencia y sacrificio para lograr un mundo mejor. Tenemos la gente, falta la voluntad.