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Una crisis inédita

Opinión
Artículos de opinión
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A juzgar por los datos actuales el virus le ganó la batalla a la humanidad, no tanto porque cuantifiquemos el número de personas afectadas o fallecidas, sino porque ha demostrado cuan poco estamos preparados para una crisis que no se origina en los humanos o en sus instituciones como estábamos acostumbrados, pues nos ha arrebatado todas las armas que tenemos para enfrentarlas. Por esta razón, las comparaciones con las anteriores, desde la Gran Depresión hasta la ultima financiera de 2008, inclusive con los datos que la comparan con la Gripe Española o la Influenza, u otras no creo sean de gran ayuda, pues ni gobiernos ni sus sistemas auxiliares de salud han respondido en proporción al fenómeno.

Los resultados hasta ahora han sorprendido al mundo entero, no solo por el hecho en sí de números alarmantes, sino porque nos dejó con, prácticamente, la única solución de “salir corriendo” y quedarnos en casa, colocando a la humanidad en el ya conocido dilema de escoger entre la salud y la comida. Dejó desamparada a la sociedad del conocimiento, de las telecomunicaciones, del internet y del “social media”. Nada más y nada menos. Parecía que teníamos mucho, pero no tuvimos nada para defendernos ante la urgencia y la magnitud del acontecimiento.

Si se examinan los casos ocurridos en varios países sorprenden las respuestas, desde la solución de cerrar completamente a una ciudad de 11 millones de habitantes, hasta ver señales de “distancia social” colocadas en los pisos de un mercado. Asistimos a declaraciones de especialistas en las que, casi, se prometía una vacuna en tiempo récord y ahora sabemos que será cosa de un año. En realidad, diría: ¿no sabemos?

Si lo que se dice es verdad y el virus se originó porque una gente sigue alimentándose con animales que lo poseen y lo contagian y, muy posiblemente, continuaran haciéndolo, me pregunto si las respuestas que se andan asomando por allí, de la necesidad de un nuevo orden mundial para atacar la próxima crisis o la que ofreció la Organización Mundial de la Salud o las muy distintas en eficacia o improvisación de muchos gobierno, me pregunto, repito, si estaremos a salvo de una nueva arremetida.

Tengo la impresión de que efectivamente no está la humanidad, insisto sus instituciones locales, dígase el Estado o los gobiernos o las internacionales, preparada para eventos de esta característica, pero también estos se me parecen mucho a los que día a día nos enfrentamos con protestas, exigencia de reivindicaciones, democracias y Estados fallidos, ante los cuales como que tampoco lo estamos. Quizás, esta crisis inédita nos está enseñando que ha llegado la hora de poner en “tela de juicio” las instituciones que tenemos hasta ahora.