La crisis del sector salud, representada por la huelga que con valentía mantienen las enfermeras desde hace casi un mes, y el paro indefinido a nivel nacional que iniciaron los trabajadores del sector eléctrico ayer, demuestran que la dictadura está arrinconada por el rechazo de las mayorías que no aguantan más los salarios de hambre, la escasez de alimentos y medicinas, el colapso de servicios públicos esenciales, la inseguridad, la violencia y la corrupción.
El encuentro de líderes políticos opositores realizada el pasado 19 de julio es una buena señal. Al margen de críticas sobre el método utilizado, nosotros creemos que estas reuniones deben realizarse de manera pública. Lo valioso es que, en medio de las amenazas del régimen, prevalezca la voluntad de encontrarse y discutir para llegar a acuerdos que le ofrezcan al país una alternativa viable frente al desastre que representa Maduro.
El anuncio de que la inflación llegará a un millón por ciento en diciembre aumenta de manera exponencial la angustia de los venezolanos, la mayoría de los cuales ya no puede alimentar a su familia.
Los dirigentes opositores deben seguir trabajando por mantener la presión internacional y la institucional, pero sobre todo tienen que continuar apoyando las miles de manifestaciones que se están realizando – cinco mil en tres meses – en las cuales el protagonismo es de la gente que protesta con perseverancia por sus derechos. Es oportuno enviar toda mi solidaridad al médico y diputado José Manuel Olivares ante la cobarde persecución de la dictadura contra su familia a raíz de las denuncias por la emergencia sanitaria y su apoyo a la huelga de los trabajadores y trabajadoras de la salud.
Como siempre hemos dicho, es imprescindible mantener una conducción política unitaria que se fundamente en lo que nos une, que no puede ser otra cosa que derrotar a la dictadura del hambre y la corrupción de Maduro. No se puede jugar a posiciones egoístas. Debemos seguir trabajando cada quien en lo suyo pero juntos por Venezuela.
Nos une la exigencia de declarar la crisis humanitaria que permita a los venezolanos acceder de manera urgente a alimentos, medicinas y tratamientos. Estamos de acuerdo en el deseo de que sean liberados todos los presos políticos, y que termine la persecución ilegal de dirigentes políticos, sociales, gremiales, estudiantiles, periodistas y medios. Todos queremos que se respete la Constitución, la Asamblea Nacional y que se realicen elecciones verdaderamente libres y con un nuevo CNE.
Por ello hay que seguir fortaleciendo el esfuerzo unitario, sin entrar en descalificaciones que solamente favorecen al régimen. Tenemos que impulsar una agenda de lucha común, de frente en todos los frentes, conformando con la mayor amplitud una plataforma promotora de las mas variadas iniciativas para una acción política que organice, movilice y refuerce la protesta popular.
Por ejemplo, una propuesta como la de Andrés Velásquez, de realizar una huelga general, debe ser tema prioritario para la discusión y la consulta con la sociedad. Sería una oportunidad para realizar una gran manifestación unitaria de todo el país por el cambio urgente que necesitamos.
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