Ahora que se conocen las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de los EE.UU. a trece altos funcionarios y exfuncionarios del gobierno fascista, cobra urgencia tenderle un “puente de plata” para encontrarle salida a la gravísima violación de derechos que estamos viviendo. La ocasión la pintan calva. El objetivo en lo inmediato sería conseguir que Maduro anunciara públicamente que no habrá ANC el domingo 30 a sabiendas que, como alertó la embajadora de EE.UU. ante la ONU, vendrían sanciones todavía mayores, entre las cuales no se descarta la suspensión de las compras de petróleo venezolano y otras sanciones comerciales. Estas terribles medidas, que agravarían aún más las penurias arrojadas inmisericordemente por este gobierno sobre los venezolanos, eliminarían de cuajo la fuente de depredación de la mafia que hoy controla el poder: el usufructo discrecional del botín que representa la renta petrolera y los dólares preferenciales que ésta hace posible. Por más obstinados, enceguecidos y embrutecidos estén por el fanatismo de secta y por las ambiciones -¡y hay que ver cómo embrutece el fanatismo!-, es de esperar que buena parte de la mafia militar-civil entendería la conveniencia de negociar para evitar perderlo todo.
Tal negociación requeriría buscarle una excusa “elegante” para que Maduro no perdiese cara ante los suyos. Y he aquí lo del costo político para la MUD. Podría ser que la excusa elegante fuese anunciar un acuerdo con la MUD para posponer la ANC con el fin de “discutir sus condiciones”. Tales términos, planteados sin más nada, provocarían rechazo en la inmensa mayoría del país. La dirigencia democrática vería socavar buena parte de su apoyo y perdería legitimidad, por lo que así no sería viable.
¿Pero que tal si la MUD condicionase un anuncio de esta naturaleza a un compromiso por parte de Maduro de sentarse a acordar un cronograma electoral (presidencial), la liberación de los presos políticos, la ayuda humanitaria, la renovación de los poderes (electoral, judicial) y el respeto a la Asamblea Nacional? De nuevo, ¿Quién se compromete con alguien tan falso como Maduro? ¿Qué garantías habría de que esta negociación diera frutos en un muy corto plazo? Porque el pueblo hambriento y hastiado no aguanta esperar. ¿Cómo blindar un acuerdo de este tipo y asegurar que se cumpla? ¿Sirve de algo que esto se acuerde ante testigos -personalidades internacionales respetables- que avalen su cumplimiento? La historia del fascio-comunismo chavista arroja expectativas muy negativas al respecto. Pero aquí entraría en juego lo del “puente de plata” -váyanse y gozarán de un período de gracia de 6 meses en los que no serán procesados- y la espada de Damocles de las sanciones gringas. Aumentar el ruido de sables desde los cuarteles contra la tramposa ANC también ayudaría. Y, desde luego, la presión de calle no podría cesar hasta no verle el “queso a la tostada”.
La ANC representa un suicidio para el Madurismo. Dudo que él y los suyos no lo sepan. No obstante, el fascismo no se distingue por su cálculo racional, por sopesar costos y beneficios para tomar decisiones. Se basa en el fanatismo visceral, alimentado por visiones maniqueas construidas a base de mitos que alimentan odios y resentimientos difíciles de aplacar. ¿Qué prevalecerá, el instinto de conservación de las mafias o el sectarismo, los odios y la indisposición de “dar su brazo a torcer” de la secta? ¿Y los cubanos? ¿Sabrá la MUD -siendo una agrupación de partidos diferentes, cada uno con su agenda particular- conducir exitosamente una negociación tan compleja y riesgosa como ésta?
Ante tanta muerte de jóvenes inocentes, el agravamiento de las condiciones de miseria y hambre, y los abusos y atropellos de Guardias Nacionales enfermos y de altos funcionarios de Gobierno contra los venezolanos, ofrezco excusas por ser ingenuamente optimista. Quizás sea “wishful thinking”, pero ante tanta crueldad y degradación humana, vale la pena intentarlo. ¡Esto no puede continuar!
Economista, profesor de la UCV.