Apresurado y sudoroso iba el mensajero del Alto Mando, llevando en sus manos un radiograma urgente enviado a todos los comandantes de la seguridad del estado. En el mismo se ordenaba poner en ejecución “El Plan Bolivarische Sippenhaft“ contra los enemigos de la revolución que, son todos aquellos que tengan un pensamiento o una conducta contraria a las políticas del gobierno.
-Todos los integrantes de los organismos de seguridad preguntaron a una sola voz ¿Qué vaina es Sippenhaft ?
Tranquilos todos, dijo en alta voz el comisario político del organismo. Déjenme explicarle el origen de esa expresión o palabra. Se trata de un concepto jurídico usado en la Alemania nazi según el cual la responsabilidad por los llamados «delitos contra el Estado» se extendía a los familiares del acusado, quienes eran imputados y juzgados también y, en algunas oportunidades, hasta condenados a muerte.
Esta brillante idea se le ocurrió a Heinrich Himmler, lugarteniente de Hitler, constructor y supervisor de los campos de exterminio, entre otras aberraciones confiadas a su cargo. Al parecer, interesado desde muy temprana edad en el ocultismo y el misticismo, intentó desde este ámbito, desarrollar un discurso en apoyo a la idea de la superioridad racial aria inspirado en los caballeros teutones de la Alemania medieval. Himmler desarrolló toda una filosofía basada en condenar a todo el clan familiar del acusado apelando al principio de la «corrupción de la sangre».
Esa expresión Sippenhaft podemos traducirla como Castigo Colectivo y en nuestro caso muy acertadamente nuestros superiores incorporaron la expresión Bolivarische para darle un nombre original a esta política a desarrollar contra nuestros enemigos de la oposición.
El Bolivarische Sippenhaft o Castigo Bolivariano está orientado, continuó explicando el comisario político, a desaparecer de manera forzosa a nuestros adversarios, pero ahora iremos no solo contra el opositor, sino que también iremos contra su familia y su entorno. Hijos, padres, esposas, esposos, familiares, amigos, vecinos. Hasta gatos, perros y, en general todo objeto o ser viviente que tenga vínculos reales o caprichosos, con cualquier individuo con conducta opositora.
-Verga comisario, dijo uno de los comandos. Eso no es nada nuevo, recuerde que ese plan lo iniciamos contra Raúl Isaías Baduel y su familia, por orden expresa de nuestro Comandante Eterno.
Es verdad, pero ahora lo reiniciamos con más fuerza y alcance. Todos los de la oposición son culpables y sujetos del castigo bolivariano. Debemos alimentar nuestra revolución con personas de sangre pura para acabar con la sangre corrupta de los opositores. Recuerden, dentro de la revolución todo, fuera de ella nada, dijo el comisario para terminar.
La protesta de las organizaciones promotoras de la Defensa de los Derechos Humanos a nivel nacional e internacional no se hizo esperar. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU fue clara y explícita en su informe al señalar que para mantenerse en el poder, el mejor recurso con el que cuentan las tiranías es el miedo. Hay que asustar a la población para que no se atreva a rebelarse. Para ello no solo hay que perseguir a quien intente hacerlo sino disuadirlo amenazando a sus familiares: padres, pareja, hijos y parientes cercanos, para que entienda que sus acciones pueden dañar incluso a sus seres queridos, sin importar si son o no partícipes de ellas.
Es el sippenhaft nazi que también se practica hoy en la Venezuela bolivariana. El caso más reciente es el de la familia de la defensora de derechos humanos Rocío San Miguel. Abogados denunciaron que tras la detención arbitraria de San Miguel el pasado viernes 9 de febrero, también desaparecieron forzadamente cinco de sus familiares: su hija, Miranda Díaz San Miguel, sus hermanos Miguel Ángel San Miguel y Alberto San Miguel Quigosos; el padre de su hija, Víctor Díaz Paruta, y otro familiar, que fue identificado como Alejandro González Canales.
Frente a esa política de criminalización, persecución y encarcelamiento que, solo busca acallar y atemorizar a todos aquellos que alcen su voz contra el régimen, diferentes personalidades y organizaciones no gubernamentales hacen un llamado de atención y solidaridad a los gobiernos democráticos y organizaciones civiles del mundo, a denunciar esta autoritaria y dictatorial conducta del régimen y a exigir la inmediata libertad de Rocío San Miguel y sus familiares.