Indignante es sin mérito y despreciable, pero busco un término que esté más allá de él para calificar la criminal conducta de este régimen, tal vez vergonzoso, ultrajante, exasperante, inaceptable, ofensivo o inaudito le caben bien.
Estamos cansados por sobresaturación de los abusos, arbitrariedades y desafueros del régimen; lo último es lo ocurrido con Rocío San Miguel, a quien no conozco personalmente, pero he seguido muy de cerca sus consideraciones y apreciaciones sobre el respeto inviolable que deben tener los derechos humanos. Ella irradia mucha valentía, coraje y voluntad de lucha, es una íntegra luchadora por la vigencia de los más altos derechos ciudadanos.
El primero de febrero, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDDH) instó al régimen a reparar el daño causado a San Miguel, quien fue despedida del Consejo Nacional de Fronteras, en aplicación de la fulana y tristemente recordada popularmente conocida como “La lista de Tascón”. La respuesta es, a pocos días de esa sentencia, apresarla indebidamente, acusándola de pretender magnicidio contra el Presidente de la República, derrocamiento del régimen por la fuerza y traición a la Patria. Según informan la tienen en el SEBIN, servicio bolivariano de inteligencia nacional, con seguridad sometida como peligrosa delincuente y violando sus derechos humanos.
Lo que está planteado va más allá de la arbitraria detención de Rocío San Miguel y llega a lo general que afecta íntegramente a toda la disidencia; tendrán que apresar a más de quince millones de venezolanos.
Existe, como hemos dicho, una sentencia firme de la CIDDHH que enfáticamente condena a este régimen por violador sistemático de los derechos ciudadanos, hasta sus “amigos” Lula y Petro le han planteado a Maduro la necesidad de lograr un clima de convivencia para atender la muy seria situación que confrontamos y lo han alertado sobre la obligación de respetar y acatar las decisiones del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Pero lo cierto es que este totalitario régimen “no le para nada” a esas decisiones y las califica de injerencia en nuestra soberanía y ordenadas por los Estados Unidos. Este régimen no sabe vivir en comunidad, por ello todas las naciones democráticas y libres del mundo condenan su arbitraria conducta. El criminal comportamiento de este desgobierno que soportamos debemos superarlo cuanto antes y lo lograremos cumpliendo el deber patriótico de sacarlos para siempre del poder.
Por eso el temor inmenso que le tienen a María Corina. Se dice que maquinan su detención y ello no ocurrirá porque el pueblo sublevado en la calle lo evitará, contra la voluntad enardecida del pueblo nunca podrán y es bueno que no lo intenten, porque se pueden presentar consecuencia muy lamentables e irreparables, que siempre recordaríamos con inmenso dolor; no es amenaza, solo advertencia.
Vamos con María Corina hasta el final, si apagan la luz la prenderemos, si nos ponen piedras en el camino las apartaremos y seguiremos en nuestra marcha triunfal, nada ni nadie se interpondrá en nuestro camino victorioso hacia el inmenso triunfo electoral que los sacará del poder e iniciará el cambio radical necesario para lograr el país deseado.