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Opinión

Quiero profundizar con relación al “deslinde” que planteé en mi artículo de la semana pasada: (https://ismaelperezvigil.wordpress.com/2018/08/03/deslinde/).

El planteamiento es que a lo mejor estamos en el punto en el cual cada quien en la oposición debe seguir su camino y sus propias propuestas, sin empeñarse en una “unidad” que no tiene un asidero firme, al menos en este momento. Esto para nada significa pesimismo, falta de esperanza o conformismo frente a lo que está ocurriendo en el país o que se considere que la dictadura que nos agobia es indestructible e invulnerable, que no puede ser derrotada.

Todo lo contrario, lo que se plantea es la necesidad de sortear o superar esta hondonada en la que nos hemos metido y continuar el camino aquellos que puedan hacerlo juntos; y con los que no se pueda, que continúen su camino, haciendo cada quien lo posible que le sea posible, lo que esté a su alcance y lo que crea lo mejor, dejando hacer a los demás lo que mejor crean para derrotar a la dictadura. Nadie es más o menos importante, nadie sobra, todos podemos ser útiles en la lucha contra la oprobiosa dictadura; pero eso no significa que todos debamos estar unidos en el mismo esfuerzo, en la misma organización o plataforma de acción, empeñados en preservar una unidad que no es tal, en seguir condenados a la inacción, la ineficacia y a tomar medidas políticamente equivocadas, como la abstención a todo trance o la votación en cualquier condición

Yo sigo abogando por la unidad, creo en ella, pero no a ciegas; precisamente mi reclamo o mi sugerencia es que su búsqueda –como ya dije– no nos condene a la inacción y la demora, como nos está ocurriendo ahora. Por ejemplo, por esperar esa “unidad” —que para algunos es unanimidad— no se ha dado a conocer una propuesta al país, que tiene meses aprobada por los partidos de la oposición, y que contiene un programa de lo que habría que emprender para superar la crisis económica, social y política que vivimos y su respectiva estrategia, y que nos está haciendo falta como referencia importante y que bien pudiera servir para remontarnos, visualizar el futuro, ser una propuesta de alternativa al país, marcar una senda de progreso y bienestar para todos y transcender lo meramente electoral. Otro ejemplo, por esa “unidad”, entendida como uniformidad, se abortó el plan de reestructurar la MUD, poniendo al frente una persona y un equipo de trabajo, que hubiera sido muy útil para reorganizarnos y salir del caos en el que estamos sumidos y que ha llevado a que la MUD sea hoy –así considerado por muchos– un cadáver irrescatable.

Mi propuesta del deslinde es muy simple, se debe evaluar si es el momento de aplicar tres parámetros: Uno, quienes propugnan por una unidad opositora deben romper, diferenciarse, distanciarse, de todos aquellos que, una vez decidida una política, por ejemplo electoral, mantengan una posición contraria a esta política, sea de abstención o de participación. Dos, la misma actitud se debe asumir con quienes sobrepasan la crítica necesaria, la personalizan destructivamente con insultos o con posiciones también destructivas hacia la política, los partidos y los dirigentes opositores. Y tres, también, es necesario diferenciarse y distanciarse de quienes, generando falsas expectativas en cuanto a tiempos y formas de salir de la dictadura, al no cumplirse estas, jamás asumen sus errores de diagnóstico, sino que culpan a factores de la oposición, estimulando también la antipolítica y el anti partidismo.

La razón fundamental para el deslinde es también simple: Por estar tratando de extender y alcanzar la “unidad” no se termina de romper con algunos elementos, me refiero a personas, que están haciendo verdadero daño al futuro del país y la conformación de una oposición verdaderamente unida y política y estratégicamente eficaz como mayoría opositora y se da pie a que, por ejemplo, surjan clérigos que nadan entre dos aguas, que sentencian al Frente Amplio calificándolo de “pacto de élites”, contribuyendo a liquidarlo, en vez de apalancarlo.
Es el momento de trascender la discusión con base en insultos y descalificativos, típicos de las redes sociales, que lejos de ser un medio de relación, intercambio y discusión, se han convertido en el reino de lo que hoy se llama “fake news” –disculpen el anglicismo–, post verdad, o información falsamente construida para trastocar y distorsionar la realidad y que es creída por personas dispuestas a aceptar acríticamente todo aquello que les convenga y les tranquilice su conciencia. Si bien es sabido que su utilización no está tan masificada ni tan extendido su uso como algunos piensan, contribuyen a la negación, la frustración y la desesperanza y terminan siendo elementos de discusiones bizantinas que no tienen ningún sentido.

Debemos pasar a una discusión verdaderamente radical, de raíz, de ruptura, que aísle a los factores disonantes y le dé una opción a un país cuyo 80% vive en una indignante miseria y el 100% condenados al abuso y la tiranía por parte de los gobernantes.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 4 min


José Ignacio Guédez Yepez

Las imágenes del diputado Juan Requesens visiblemente torturado y totalmente vejado, conmocionaron la opinión pública. Ya era hora. El impacto que no pudo lograr la MUD, el Frente Amplio o la propia AN, lo tuvieron dos videos cuya procedencia e ¬¬intención se desconocen, pero que han generado indignación como pocas veces. Y es que ese es el poder de las imágenes y la fuerza de la evidencia gráfica, ya que no es la primera vez que se tortura a un dirigente opositor, de hecho es una rutina por la que han pasado cientos. Pero esta vez la gente lo vió y hasta lo sintió en carne propia. Estoy seguro que todos nos sentimos retratados en Juan Requesens y entendimos que sin excepción somos víctimas de una tiranía criminal. Falta que nos hacía esa dosis de realismo, para dejar de llamar Gobierno a la dictadura, para dejar de camuflar los temores en falsas elecciones, para dejar de hacer del diálogo un oficio para beneficio personal en perjuicio del drama colectivo más atroz. Todos estamos drogados de alguna forma y nadie tiene el calzoncillo limpio. Todos somos Requesens, y esta vez no es un eslogan.

Quizá esa sea la razón por la que algunos prefirieron competir con el hecho hablando de su propia ética, dando por sentado que esas imágenes nos debilitaban. Es más fácil maquillar las tragedias con la rutina derrotista de papelitos en el curul del diputado ausente, acuerdos parlamentarios inútiles, tuits donde cada quien hace gala de su propia elocuencia, y al final sigue la inercia hasta que cae el próximo para que se repita el ciclo, cada vez con menos audiencia. Pero esas imágenes es lo único que tenemos, es la prueba del secuestro y tortura de un diputado de parte además de un poder ilegítimo como es la Constituyente ahora en manos de Diosdado, lo cual no puede seguir pasando desapercibido porque es el fondo del problema. No es la hora de seguir jugando a superhéroes creando ficciones en las redes mientras el país sigue en caída libre en manos de torturadores; basta de fingir eficacia y de parcelar el sufrimiento dividiéndonos entre nosotros. No hay diferencia entre Requesens y la señora que desalojaron de su casa de la Misión Vivienda por no tomarse en serio el “atentado”, ni entre los que no pueden sacar el pasaporte y están presos dentro o fuera del país, ni entre los que se ven obligados a acudir al censo de vehículos, ni los que padecen cortes de luz de forma cotidiana, ni entre los que ganan un dólar mensual de sueldo, ni entre los que se montan en “perreras” para transportarse, ni entre los que no consiguen efectivo para su vida cotidiana, ni entre las víctimas del hampa, ni entre los enfermos que no consiguen medicinas, ni entre los que comen de la basura, ni entre los que no tienen agua ni gas. La tortura es colectiva a toda una población, es hora de vernos nuestro propio calzoncillo, de sacudirnos los efectos de esa droga que nos hace creer que se sin futuro.

Las indignantes imágenes del joven diputado de Primero Justicia son un espejo en el cual podemos ver nuestra propia realidad. Solo espero que su sufrimiento no sea en vano y podamos transformar la indignación en movilización para retomar la ofensiva y apuntar directo al problema que es la dictadura criminal que oprime a todo un país. Debemos solidarizarnos sin mezquindades entendiéndonos víctimas de un enemigo común, debemos unirnos en el objetivo de rescatar la dignidad de Venezuela y la libertad de sus ciudadanos. No basta con rechazar el hecho, hay que pedir que cese la tiranía, hay que volver a la lucha. Esas imágenes no humillan a Requesens, al contrario, lo enaltecen. Su rostro torturado es el de todo un país y describe perfectamente al régimen hamponil de Maduro y Cabello. ¿Vamos a ocultarlo o mirar hacia otro lado? Tenemos que usarlo en defensa de la víctima y a favor de nuestra lucha. Que no quepa dudas, estas imágenes solo debilitan a la dictadura..

Parece claro que el plan del régimen es crear de facto un estado de excepción extremo para implementar en medio de un Estado policial sus medidas económicas epilépticas e improvisadas que solo van a aumentar la tragedia social y llevar la crisis a niveles impensables. La intimidación y amedrentamiento como política preventiva para evitar la protesta popular en momentos en los que pretenden consolidar formalmente el modelo castro-cubano, asaltando el parlamento, aprobando un nuevo texto constitucional de forma ilegítima, entregando la industria petrolera a los acreedores y sometiendo a la población con mecanismos de control social y dependencia grotescos. En sus propias palabras es “hacer irreversible la revolución” para perpetuar los negocios de una cúpula en detrimento del pueblo. Ante este panorama, nosotros seguimos proponiendo la Huelga General como mecanismo de lucha democrático y constitucional. Estamos esperando el pronunciamiento al respecto del resto de los factores de oposición o, en su defecto, alguna propuesta alternativa. Lo que no podemos es seguir en la inercia de la derrota mientras nos torturan. Nuestra admiración, solidaridad y empatía con Juan Requesens, digno representante de una generación que ha entregado su vida entera por el rescate de la democracia.

Secretario General de La Causa R

@chatoguedez

La Patilla

Agosto 11 2018, 9:20 am

https://www.lapatilla.com/2018/08/11/requesens-el-espejo-por-jose-ignaci...

 4 min


Eliane Brum

La posverdad se ha convertido en los últimos años en un concepto importante para entender el mundo actual. Pero quizá sea necesario pensar también en lo que podemos llamar “autoverdad”. Algo que se puede entender como la valorización de una verdad personal y autoproclamada, una verdad del individuo, una verdad determinada por la autorización de internet para “decirlo todo”.

El valor de esta verdad no está en su vínculo con los hechos. Ni su desaparición está en la producción de mentiras o noticias falsas (fake news). Esta relación ya no opera en el mundo de la autoverdad. El valor de la autoverdad está en otro lugar y obedece a una lógica distinta. El valor no está en la verdad en sí, como tampoco lo estaría en la mentira en sí. No está en lo que se dice. O está mucho menos en lo que se dice.

Así, la cuestión de la autoverdad tampoco radica en la sustitución de verdades ancladas en hechos por mentiras producidas para falsificar la realidad. En el fenómeno de la posverdad, las mentiras que falsean la realidad acaban produciendo realidades, como la elección de Donald Trump o la aprobación del Brexit. La autoverdad se relaciona con este fenómeno, pero sigue otra lógica.

El valor de la autoverdad está mucho menos en lo que se dice y mucho más en el hecho de decir. “Decirlo todo” es el único hecho que importa. O, por lo menos, es el hecho que más importa. Este desplazamiento del valor, del contenido de lo que se dice al acto de decir, también puede ayudarnos a entender la resonancia de personajes como Jair Bolsonaro, candidato a la presidencia de Brasil y, claro, (siempre) Donald Trump. Y que el problema no son ellos y otros genéricos, sino el fenómeno que va mucho más allá de ellos y del que son solo los ejemplos más mal acabados.

Una encuesta de junio del Instituto Datafolha mostró, una vez más, que la mayoría de las personas que declaran que votarán a Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), son jóvenes: su electorado se concentra principalmente entre los 16 y los 34 años. El capitán del ejército también lidera las intenciones de voto entre los más ricos y los más escolarizados del país. El candidato de extrema derecha encabeza la disputa presidencial de octubre, en un escenario sin el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT). Con Lula, Bolsonaro baja a la segunda posición. Pero Lula, como sabemos, está en prisión y tiene prohibido manifestarse, en uno de los más controvertidos episodios de la historia reciente de Brasil, un país hoy marcado por la politización de la justicia.

En un estudio recientemente divulgado, la profesora Esther Solano entrevistó a varias personas de São Paulo para entender el crecimiento de las nuevas derechas y especialmente de la extrema derecha más antidemocrática, representada por Jair Bolsonaro. Los seleccionados varían en posición económica, empleo, edad y género. Solano es profesora de la Escuela Paulista de Política, Economía y Negocios de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y del Máster Interuniversitario Internacional de Estudios Contemporáneos de América Latina de la Universidad Complutense de Madrid. Se ha destacado como una de las principales estudiosas del perfil de los participantes de las protestas en Brasil desde 2013, cuando fue una de las pocas que escuchó en profundidad a los adeptos de la táctica black block.

El estudio, financiado por la Fundación Friedrich Ebert, es excelente, importante y debe leerse entero. Aquí, me limito a reproducir un fragmento que ayuda a iluminar la cuestión que presento en esta columna:

“Al principio de la conversación con los alumnos de São Miguel Paulista, vimos un vídeo con las frases más polémicas de Bolsonaro. Al final del vídeo, muchos alumnos se reían y aplaudían. ¿Por qué? Porque mola, porque es un mito, porque es divertido, porque dice lo que piensa y le importa un bledo. Con más de cinco millones de seguidores en Facebook, Bolsonaro representa una derecha que se comunica con los jóvenes, una derecha que algunos jóvenes identifican como rebelde, como contrapunto al sistema, como una propuesta diferente y que se atreve a encarar a los tipos de Brasilia y decir lo que tiene que decirse. Es la hostia.

La utilización de las redes sociales, de vídeos cortos y apelativos, el meme como herramienta de comunicación, la figura heroica y juvenil del ‘mito’ Bolsonaro, discursos irreverentes e incluso ridículos, fuertes y destructivos, contra todos, son aspectos que atraen a los jóvenes. Si, en los años 70, ser rebelde era ser de izquierdas, ahora, para muchos de estos jóvenes, es votar a esta nueva derecha que se presenta de forma cool, disfrazando su discurso de odio con memes y vídeos divertidos: El Bolsomito es divertido, el resto de los políticos, no”.

En la conversación en la escuela de São Miguel Paulista, en la Zona Este de São Paulo, la más precaria de la ciudad, los alumnos niegan que Bolsonaro difunda un discurso de odio. Pero dan valor a su valentía de decir cosas fuertes. Un chico de 16 años lo resume así: “No tiene un discurso de odio. Solo expone su opinión, diciendo la verdad”.

La opinión de Bolsonaro, o la “verdad” de Bolsonaro, que circula en vídeos con frases de efecto del “Bolsomito”, es llamar “furcia” a una diputada y decir que no la violaría porque no se lo merece, porque la considera “muy fea”; es afirmar que su hija, con cinco hermanos mayores, es el resultado de “haber flojeado”; es declarar que sus hijos no saldrían con una negra ni serían gais porque fueron “educados muy bien”. Y, claro, es su actuación en la votación del impeachment de la expresidenta Dilma Rousseff (PT).

Al votar a favor de la destitución de la presidenta elegida, Bolsonaro homenajeó al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra. El héroe de Bolsonaro, hoy estampado en camisetas que lucen sus seguidores, es uno de los más notorios torturadores y asesinos de la dictadura civil y militar (1964-1985), un sádico que llegó a llevar a niños pequeños para que vieran a sus madres torturadas, cubiertas de hematomas, meadas, vomitadas y desnudas, para presionarlas. Y están también las declaraciones racistas de Bolsonaro contra los indígenas y quilombolas (descendientes de esclavos huidos).

Una de las entrevistadas por Esther Solano justifica así el discurso de su candidato: “Tiene esta forma grosera, bruta de hablar, de militar. Pero no quiere decir esas cosas. A veces exagera, no piensa porque habla por impulso, porque es muy honesto, muy sincero y no mide las palabras como los otros políticos, que siempre piensan en lo políticamente correcto, en lo que la prensa va a decir. A él no le importa lo políticamente correcto, dice lo que piensa y punto, pero no es homofóbico. Le gustan los gais. Es su manera de hablar”.

En lo que yo misma he oído en la periferia de São Paulo y en la región del Xingú, en la Amazonia brasileña, en diferentes clases sociales y franjas de edad, aparece continuamente una variación de estas frases: “Es honesto porque dice lo que piensa” o “No tiene miedo de decir la verdad”. Cuando cuestiono el contenido de lo que Bolsonaro piensa, la “verdad” de Bolsonaro, en general aparece una sonrisa divertida, medio cariñosa, medio cómplice: “Es un poco exagerado, pero porque es muy sincero”.

Así, Bolsonaro no sería homofóbico, ni misógino, ni siquiera racista para aquellos que lo apoyan, sino un “hombre de bien” que ejerce la “libertad de expresión”. Estos son los adjetivos que aparecen con frecuencia junto al candidato de extrema derecha cuando sus electores hablan de él: “sincero”, “verdadero”, “auténtico”, “honesto” y “políticamente incorrecto” (este último también como un elogio).

Aunque el contenido de lo que dice Bolsonaro obviamente influye en el apoyo de su electorado, me parece que se beneficia más del fenómeno que aquí denomino autoverdad. El acto de “decirlo todo” y el cómo dice lo que dice parecen ser más importantes que el contenido. La estética se decodifica como ética. O incluso se pone en el mismo lugar. Y este no es un dato cualquiera.

Por eso también es posible desconectarse del contenido real de su discurso, como hacen muchos de sus electores. Y por eso es tan difícil que su deconstrucción, por medio del contenido, surta efecto sobre sus electores. Cuando la prensa muestra que Bolsonaro se ha revelado como un diputado mediocre que cobra sueldo y dietas por hacer casi nada en el Congreso, cuando muestra que no tiene nada nuevo, sino que es un político tan tradicional como los demás o incluso más tradicional que muchos, cuando muestra que le falta consistencia en el discurso y proyecto que justifique la disputa de la presidencia, se produce un efecto mínimo o nulo en sus electores. Porque el contenido poco importa. Las agencias de verificación de datos son un buen instrumento para combatir las noticias y las declaraciones falsas de los candidatos, pero son poco eficaces para combatir la autoverdad.

Así de simple. Demasiado complejo. La lógica con que la prensa opera, cuando hace periodismo serio, que es la del contenido, no afecta a Bolsonaro porque su electorado opera con una lógica diferente. Este dato es bastante trágico, en la medida que los instrumentos disponibles para exponer verdades que merezcan este nombre, para iluminar hechos que de hecho existen, pasan a girar en falso.

Si Bolsonaro participa en los debates en directo durante la campaña electoral, para una parte significativa del electorado brasileño lo que va a prevalecer es la estética marcada por el hecho de “decirlo todo”. También por eso Ciro Gomes, candidato a la presidencia por el Partido Democrático Laborista (PDT), por su personalidad más agresiva y por no tener pelos en la lengua, está siendo considerado por una parte de la población preocupada por la ascensión de Bolsonaro como el más capaz para enfrentarlo.

Si este cuadro continúa, la disputa entre testosteronas inflables —e inflamables— será más importante que el contenido en las elecciones brasileñas, porque incluso quien tiene contenido tendrá que dejarlo en segundo plano para ganar la disputa de la dramaturgia. Otro paso escaleras abajo en el apoteótico descenso del país rumbo a la irrelevancia.

Aunque no es un fenómeno exclusivamente brasileño, en Brasil existe una particularidad que parece impactar de forma decisiva en la autoverdad. Esta particularidad es el crecimiento de las iglesias evangélicas fundamentalistas y su narrativa del mundo a partir de una lectura deliberadamente simplista de la Biblia. La retórica del bien contra el mal atraviesa fenómenos como la “bolsonarización del país”.

Aunque los pastores fundamentalistas exalten la persecución del “pueblo de Dios”, la práctica muestra exactamente lo contrario, al ser ellos los que persiguen a la comunidad LGBTQ, a las mujeres y, en algunos casos de racismo, a los negros. Pero la práctica son los hechos, y los hechos no importan. Lo que importa es la retórica y la forma. La autoverdad atraviesa el discurso fundamentalista como concepto y como estética. El milagro de la transmutación aquí es justamente hacer que la estética se convierta en ética.

Formados en esa narrativa, una generación de brasileños es capaz de leer o ver un reportaje periodístico que muestra verdades que a Bolsonaro le gustaría que no subieran a la superficie, pero no lo harán por su contenido, sino desde la óptica de la persecución. El contenido no importa cuando quien cuestiona lo incuestionable es automáticamente un enemigo, capaz de utilizar cualquier “mentira” para atacar a un "hombre de bien". A fin de cuentas, las imágenes de maletas llenas de dinero (en este caso, del diezmo) las inauguraron algunos pastores neopentecostales, mucho antes que la operación Lava Jato, y, aun así, sus iglesias no pararon de crecer. Bolsonaro se convierte en el “perseguido” en la lucha del bien contra el mal, lo que tiene mucho sentido para quien está bombardeado por una visión maniqueísta del mundo.

Productos de entretenimiento como las telenovelas y las películas presuntamente bíblicas de una red de televisión como la Record, por ejemplo, colaboran a dar formato a una determinada visión sobre la dinámica de la vida. Si alguien solo ve el mundo de una única manera, no consigue verlo de otra. Ya no hay interpretación, la decodificación se hace por reflejo.

Este es el mecanismo que se expande en Brasil. Y que se beneficia inmensamente de la tragedia educativa del país. No es casualidad que la escuela pública, ya tan desvalorizada y desprestigiada, esté sufriendo un ataque brutal representado por el movimiento político e ideológico denominado “Escuela Sin Partido”. El pensamiento múltiple y el debate de las ideas son los principales instrumentos para devolver la importancia a los hechos y al contenido, al igual que para reposicionar la cuestión de la verdad.

No es un riesgo que los protagonistas de las nuevas derechas quieran correr. En el juego de las apariencias, su truco es siempre el mismo: hacer un movimiento ideológico afirmando que es para combatir la ideología, actuar políticamente pero afirmarse antipolítico, apoyar partidos de derecha declarándose apartidistas. Este enmascaramiento solo funciona si el destinatario del mensaje abdica del pensamiento en favor de la fe.

Abrazar la política por medio de la fe es la gran ocurrencia de los protagonistas de la trama religiosa-militarista que se disputa el Brasil actual

La retórica presuntamente bíblica está educando a aquellos que no están siendo educados. Como producto de entretenimiento, las telenovelas y las películas se combinan con los programas policiales sensacionalistas de la televisión, muchas veces en la misma red, y los amplían. Ya existe una generación formada tanto en la deshumanización de los más pobres y de los negros, tratados como cosas a las que se puede disparar en este tipo de programa, como en abrazar la política por medio de la fe, la gran ocurrencia de los actuales protagonistas de la trama religiosa-militarista que figuras como Bolsonaro representan.

La personificación, la valorización del individuo, del “uno” que solo es él, jamás uno+uno, garantiza que personajes como Bolsonaro e incluso el juez Sergio Moro puedan encarnar “el Uno”. “El Uno” contra el mal, ungido por la “gente de bien”, dispuesta a linchar a quien se cruce en su camino. A fin de cuentas, si la lucha es del bien contra el mal, no solo todo está permitido como bendecido.

No solo somos testigos de la politización de la justicia, sino de algo posiblemente más peligroso: la “religiosización” de la política

No hay nada más peligroso en unas elecciones que el elector que cree ser un “instrumento de Dios”, absuelto previamente de todos sus actos, incluso aquellos que son sórdidos o hasta criminales. Como la ley que vale no es la terrenal, laica, sino la dictada directamente desde arriba y, con frecuencia, directamente al individuo, todo está permitido cuando presuntamente “Dios está actuando”. No solo somos testigos de la politización de la justicia, sino de algo posiblemente más destructor: la “religiosización” de la política. Y su primer efecto es la política de la antipolítica.

Figuras como Bolsonaro se benefician de la crisis económica, del aumento de la violencia y de la producción de miedo. Pero su fuerza proviene de una población entrenada para abrazar mediante la fe lo que no tiene que ver con la fe. Por eso, pueden incluso hacer política y declararse apolíticos. Si el imperativo es creer, el apoyo ya está garantizado sin importar el contenido del discurso, desde que la dramaturgia garantice entretenimiento, espectáculo. Aunque parezca que no crean en nada en sus manifestaciones en internet, que nadie se engañe. Una parte significativa del electorado brasileño está formada por creyentes. Y ser creyente hoy en Brasil tiene un sentido y un alcance mucho más amplio —más allá de la esfera religiosa y como forma de interpretar el mundo— que en cualquier momento de la historia del país.

La autoverdad desplaza el poder hacia la verdad del uno, destruyendo la esencia de la política como mediadora del deseo de muchos. Si el valor está en el acto de decir y no en el contenido de lo que se dice, no es posible darse cuenta de que no hay ninguna verdad en lo que se dice. Bolsonaro no está diciendo la verdad cuando estimula el odio a los gais, sino que está siendo homofóbico. No está diciendo la verdad cuando ataca a los negros, sino que está siendo racista. No está diciendo la verdad cuando dice que no va a violar a una mujer porque es fea, sino que está incitando la violencia contra las mujeres y es misógino. Existe un nombre en la lengua para todo eso y también artículos en el Código Penal.

Muchos de los que lo aplauden, especialmente los jóvenes de las periferias, no se dan cuenta de que el discurso de la meritocracia proclamado por la extrema derecha que Bolsonaro representa es justamente la putada que los apuntala en el lugar del que les gustaría salir. No existe meritocracia, ascensión solo por méritos propios, sin partir de bases mínimamente igualitarias.

Jair Bolsonaro es la encarnación de un fenómeno mucho mayor que él, del que se aprovecha. Tanto como Donald Trump, a nivel global. La tragedia es que posiblemente ellos son solo los primeros.

El desafío que imponen tanto la posverdad como la autoverdad es cómo devolver la verdad a la verdad. No lo haremos sin tomar partido por una escuela de calidad para todos, apoyando a aquellos que luchan por ello de manera mucho más contundente de cómo lo hacemos hoy. No lo haremos sin la recuperación del sentido de comunidad, que implica la reapropiación del espacio público para que los diferentes convivan y la retomada de la ciudad. Tenemos que volver a convivir con el cuerpo presente, compartiendo espacios incluso —y principalmente— cuando las opiniones son divergentes. Tenemos que rescatar el hábito tan humano de conversar. Y conversar en todas las oportunidades posibles.

Y no mañana. Ayer. La verdad del momento es que estamos jodidos. Otra verdad es que, aun así, tenemos que movernos. Juntos. No por esperanza, un lujo que ya no tenemos. Sino por imperativo ético.

Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de los libros de no ficción Coluna Prestes - O Avesso da Lenda, A Vida que Ninguém vê, O Olho da Rua, A Menina Quebrada, Meus Desacontecimentos, y de la novela Uma Duas. Web: desacontecimentos.com. E-mail: elianebrum.coluna@gmail.com. Twitter: @brumelianebrum. Facebook: @brumelianebrum.

Traducción: Meritxell Almarza

El País

https://elpais.com/internacional/2018/07/19/america/1532017843_797209.ht...

 14 min


Pedro García Montero

En vista de los acontecimientos ocurridos el día 04-08-2018 cuando supuestamente se frustró un nanocidio con un OVINO (Objeto Volador Identificado No Ocultado), el Gobierno Nacional ha tomado la decisión de eliminar de los diccionarios y del léxico de los compatriotas venezolanos un conjunto de palabras cuya escritura, lectura o pronunciación están asociados a hechos delictivos y terroristas.

En tal sentido, a partir del día 06-08 2018 será penado quien infrinja esta resolución oficial. A continuación se señalan las palabras que “NO VOLVERÁN, NO VOLVERÁN”, indicándose la forma (nuevas acepciones) como deben escribirse y mencionarse en cualquier conversación, velorio, bautizo de muñeca, “echadas de agua” y fiestas de guardar, de ahora en adelante:

ALMEN DRÓN: almendra de gran tamaño

BOLON DRON A: metra o picha de gran tamaño

COMA DRON A: matrona, partera o comadre de gran tamaño CHILIN DRÓN: comodín para joder en cualquier momento EMPA DRON Ó: censó, registró, inscribió, asentó

EMPA DRON É: censé, registré, inscribí, asenté

EMPA DRON O: censo, registro, inscribo, asiento (no de sentarse) EMPA DRON A: censa, registra, asienta

ESCUA DRÓN: escuadra grande

LA DRÓN A: femenino del DRON

LA DRÓN: choro, timador, pillo, caco, carterista, ratero, cleptómano, descuidero, chorizo, mangante, saqueador, timador, bandido, atracador, maleante, cuatrero, usurero, estafador, carero apropiador, atracador, bandido, birlesco, caco, carterista,

cleptómano, cuatrero, delincuente, estafador, expoliador, malhechor, mangante, manilargo, rata, ratero, saqueador, BoliCHicos, “enchufao”

LA DRONE O: acto de timar o acto de joder a los demás

LA DRON AS: todas las acepciones de LA-DRÓN pero del sexo femenino

LA DRON ERA: grupo de timadores juntos, aplicable a todos los sinónimos mencionados en LA DRÓN

LA DRON ZUELO: choro, timador, pillo de poca monta (Ver LA DRÓN) LA DRON ZUELA: igual a LA DRÓN ZUELO pero hembra

PA DRÓN: los que tengan este apellido tienen 30 días para cambiárselo. Favor llamar al SAIME, nunca está ocupado, como los teléfono del VENEMARATÓN. Proceso que trataremos que sea tan fácil como apostillar un documento o comprar boletos para vuelos nacionales

Queda igualmente prohibido ver el SHOW DE DRÓN FRANCISCO.

Todo ciudadano o ciudadana que no cumpla estrictamente con esta orden o normativa será penado de la siguiente manera:

 Se le suspenderá el servicio de agua potable, el aseo urbano y se le cortará la luz, para que sientan como se vive en un país subdesarrollado y no en una potencia

 Se le suspenderá el suministro de las bolsas CLAP, en sus defecto le serán entregadas bolsas CUCAP (Cómanse Un Cable Pendejos)

 Se le cortará el servicio de cable y en consecuencia solo verán TVes, Vive TV y el Canal 8. Si joden mucho, le metemos en la parrilla el canal de las FANB, a ver si aguantan.

 Se les suspenderá el uso de los ferrys a Margarita.

 Se les transmitirá durante todo el día por un mes la cadena de Maduro explicando el atentado; incluida la forma como lo “embojotaron” para protegerlo. Si joden mucho, se trasmitirá 10 veces al día por todos los canales de cable el programa cultural “Con el mazo dando”

 Por último, nos veremos en la penosa obligación de no obscon motivo de la Celebración de la Creación de la GNB, en la Av. Bolívar.

NO NOS DOBLEGARÁN, NI TRIPLEGARÁN Y MUCHO MENOS QUINTUPLEGARÁN

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La Asamblea Nacional el 9 de agosto de 2018, ha sido categórica al aprobar el Acuerdo en rechazo de las arbitrarias actuaciones ordenadas por Nicolás Maduro Moros en contra de los diputados Juan Requesens y Julio Borges y en contra de la Institucionalidad de la Asamblea Nacional[1], al advertir y concluir:

-Que la detención ordenada del diputado Julio Borges es una acción de naturaleza estrictamente política.

-Que la desaparición forzada del diputado Juan Resquesens, es responsabilidad personal de todos los funcionarios que participaron en esa detención, pero en particular del ciudadano Nicolás Maduro, según lo establecido en el artículo 29 de la Constitución.

-Que es inexistente la decisión de la ilegítima asamblea nacional constituyente de allanar la inmunidad parlamentaria de los diputados Requesens y Borges según los artículos 138 de la Constitución. Reiterando nuevamente que el ciudadano Nicolás Maduro y los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia implicados, así como los miembros de la ilegítima y fraudulenta asamblea nacional constituyente incurren en responsabilidad penal por esa decisión de conformidad con el artículo 200 de la Constitución.

El Acuerdo además reitera que el régimen de Nicolás Maduro, a través de vías de hecho amparadas por la ilegítima y fraudulenta asamblea nacional constituyente, ejecuta políticas de violación sistemática de derechos humanos que constituyente crímenes de lesa humanidad.

El Acuerdo hace una relación de los hechos que permiten argumentar con gran coherencia que se trata de un nuevo caso de abuso y violación de los derechos humanos por parte del régimen. Además, reitera el irrespeto a la figura de la inmunidad parlamentaria y a la competencia que la Constitución le reconoce a la Asamblea Nacional para allanar esa inmunidad.

También el acuerdo denuncia que el régimen intenta “disimular” la evidente constitucionalidad de todas esas actuaciones, argumentando que la detención del diputado Requesens fue realizada en flagrancia, lo cual, afirma la Asamblea Nacional, es imposible, pues esa detención fue ordenada días después de los supuestos delitos penales por los cuales se intenta enjuiciar al diputado Requesens

El principal acuerdo es la solicitud de liberación inmediata del diputado Juan Requesens y declarar inaplicable la extradición que se solicitó, por no existir ningún allanamiento de inmunidad, pues no lo ha acordado la Asamblea Nacional vigente y legítima.

En esa discusión fue importante la presencia de una representación importante del cuerpo diplomático acreditado en Caracas. ¿Los ciudadanos, los electores de Borges y de Requesens, y todos los electores en general, tendrán algo que decir? La premisa es muy clara, el 333 y 350 se unen para reclamar la inexistencia de una asamblea nacional constituyente y en consecuencia, todas esas decisiones que han asumido como válidas, son simplemente inexistentes.

A un año de esa constituyente, no ha logrado ser reconocida puertas adentro y puertas afuera de nuestros límites territoriales.

Nuevamente la Asamblea Nacional se ve amenazada, amedrentada y violentada como la expresión legítima del pueblo democrático.

Cada ciudadano puede tener su apreciación personal sobre la labor de la Asamblea Nacional, pero cada Acuerdo que ha sido aprobado desde el año 2016, registra con mucha claridad la voz del reclamo y la ruta del abuso más grotesco del orden democrático y constitucional de quienes han pretendido imponer el Socialismo del Siglo XXI, que a todas luces evidencia su fracaso. No podía ser de otra forma, porque no responde a la voluntad popular amplia, plural y mayoritaria.

Requesens, Borges y cada uno de los diputados que se han visto obligado a exiliarse, a dejar su espacio de lucha en la Asamblea Nacional; y aquellos diputados, quienes dando la batalla en la Asamblea Nacional, han recibido ofensas, golpes y arriesgan su libertad e incluso hasta su vida, han demostrado con su conducta, que están comprometidos con ese voto popular que les da legitimidad y les otorga un mandato popular.

Ese ejemplo nos lleva a preguntarnos como electores, ¿cuál es en estos momentos nuestra responsabilidad?, en tal sentido, creo que corresponde como electores, respaldar ese mandato, restaurar con el 333 y 350 la institucionalidad de la Asamblea Nacional y no vacilar en alzar la voz, es necesario dejar de lado las diferencias existentes sobre lo que ha debido o no ha debido hacer la Asamblea Nacional en el pasado reciente, pues ello nos puede distraer de la enorme responsabilidad de no permitir que nos confisquen a una Asamblea Nacional que intentan debilitar cada vez más desde el gobierno central.

Cada vez que se nos pretenda reducir los espacios de libertad y convivencia democrática, la voz de quienes se niegan a perder su condición de ciudadano debe hacerse sentir y expresar, para ello las asambleas de ciudadanos, sistemáticas y estratégicamente organizadas, son espacios idóneos y concretos. No abandonemos a quienes le delegamos el mandato de legislar y debatir los temas nacionales.

10 de agosto 2018

El Pitazo. com

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Jesús Elorza G.

En la sesión especial, de la ilegitima Asamblea Nacional Constituyente, para celebrar el primer aniversario los diputados presentes no ocultaron su asombro al escuchar al orador de orden Aristóbulo Istúriz decir que “Debemos agradecer al camarada Nicolás, haber decidido convocar la elección de esta magna asamblea y así salvar al país de la destrucción. Fue una decisión inteligente, valiente, audaz y patriótica, que encierra un profundo amor por el pueblo y por la paz. Esta iniciativa solo podía provenir de un ser iluminado por el espíritu de nuestro Comandante Eterno

Al oír aquello, los murmullos entre los diputados no se hicieron esperar:

-Está bien que jale pero no que se guinde, señaló uno.

-Que será lo que quiere el negro, le comentó Delcy a Tania Díaz.

Numa Molina, el cura que bendijo la instalación del acto, le explicaba a un cercano camarada que: la iluminación es un concepto filosófico y religioso que puede ser abordado desde múltiples perspectivas. En su acepción más habitual significa «adquisición de entendimiento». Sin embargo, es bueno aclarar la diferencia entre la iluminación intelectual y la espiritual. La primera se refiere al esclarecimiento interior, es poner en claro, llegar al fondo y dilucidar un asunto o una doctrina. Y la segunda, a la experiencia de lo divino. Esta experiencia se manifiesta en paz, amor, felicidad o sentido de unidad con el universo.

-Carajo curita camarada, ¿y Nicolás reúne todos esos atributos que usted señala? preguntó el oyente.

Que Dios me perdone, afirmó Numa, pero creo que el camarada Nicolás si los tiene y por eso ha sido iluminado por nuestro Supremo Lider, hoy el Difunto Eterno. También, debo señalar que la iluminación de acuerdo con las religiones orientales, se adquiere al meditar sobre el Árbol de la Vida que en este caso particular debe referirse al Árbol de las Tres Raíces que sirve de base a nuestra revolución socialista del siglo XXI.

-De bola que es así, dijo la Primera Combatiente, no pasen por alto que además de la bendición de Hugo, tiene la bendición del Líder Espiritual o Gurú de la India Sai Baba, que se atribuía naturaleza divina, se consideraba una encarnación o avatar de la trinidad del panteón hindú formada por Brahma, Vishnú y Shiva, y era conocido por su melena estilo "afro" y su larga túnica naranja.

-Bola baja, dijo Jaua, ese tipo no deberíamos ni nombrarlo. Siempre he advertido al camarada Nico que ese brujo de la India tuvo acusaciones de abusos sexuales y no era conveniente para la imagen de pureza de nuestra revolución.

Coño, estamos jodidos con esta mezcla de iluminación entre Chávez y Baba. Falta que ahora el camarada Nicolás se nos presente vestido como un santo de la India para ser el nuevo gurú revolucionario, exclamó Jorge Rodríguez. Mejor le damos al Negro Aristóbulo lo que quiera y que se deje de esa vaina.

Cuando el orador de orden estaba a punto de proponerle a la asamblea la aprobación de una ley para otorgarle el título de “Iluminado Eterno” al camarada Nicolás….!!!SE FUE LA LUZ en toda Caracas!!! La iluminada sala de reuniones de la ANC quedo a oscuras y el iluminado buscaba a Motta Domínguez para que le devolviera el brillo de su luz.

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Para quienes no están familiarizados con el boxeo, un punching-ball es una pelota de cierto tamaño sujeta a un mecanismo flexible, instalada en los gimnasios para que sea golpeada como entrenamiento principalmente por los boxeadores. Julio Borges, diputado y miembro principal del partido Primero Justicia es golpeado todos los días por Maduro y sus esbirros, quienes lo consideran un punching-ball. También por algunos opositores.

Constantemente la dictadura totalitaria lo insulta y le achaca cuanto delito se les ocurre para intentar descalificarlo. No contentos con estos atropellos, varias veces ha sido agredido físicamente, incluso por diputados rojos de mala calaña. Ahora, la Sala Plena del espurio Tribunal Supremo de Justicia, en ponencia del esbirro Juan Luis Ibarra, aprobó retirarle la inmunidad parlamentaria y dictó orden de captura. Las imputaciones, producto de una supuesta confesión de alguien a quien el Sebin relaciona con los famosos drone, lo acusan de “instigación pública continuada, traición a la patria, homicidio intencional calificado en grado de frustración en contra de Nicolás Maduro” así como de siete efectivos de la Guardia Nacional que al parecer resultaron heridos por piezas del mencionado dron. Además el TSJ del PSUV decidió que no procede el antejuicio de mérito por “flagrancia”, a pesar de que Borges estaba a miles de kilómetros de los supuestos hechos. Solo la también ridícula acusación en contra del expresidente Santos, descalifican el expediente.

Julio Borges es un joven abogado, muy estudioso, quien nunca ha dado una declaración que dé base para acusarlo de ser partidario de la violencia. Todo lo contrario. Incluso sus frecuentes declaraciones han sido utilizadas por alguna gente malintencionada de la oposición para señalarlo, sin ningún fundamento, de ser “colaboracionista” del régimen. Es decir que tanto la dictadura como algunos opositores lo han golpeado como si fuese un punching-ball.

Hago constar que no soy amigo de Borges, con quien solo he intercambiado algunos saludos esporádicos. Lo respeto por su defensa de los principios y valores de la democracia. Rechazo las falsas acusaciones del régimen, así como las calumnias que en su contra levantan algunos opositores que, al igual que el régimen, lanzan acusaciones sin fundamento. Desde luego también rechazo el allanamiento ilegal de la inmunidad parlamentaria del diputado Requesens, del partido Primero Justicia.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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