Los docentes venezolanos fueron sorprendidos esta semana al recibir una bonificación por el asueto de Semana Santa de tan solo 12,5 bolívares, una de las mayores humillaciones perpetradas por Nicolás Maduro a los profesionales del gremio educativo.
Pese a que el regreso de Héctor Rodríguez al Ministerio del Poder Popular para la Educación intentaba blanquear la gestión chavista, la realidad se ha hecho evidente con la ausencia de medidas para mejorar el paupérrimo salario de los maestros, así como el resto de sus derechos consagrados en la legislación vigente.
Debido a que el contrato colectivo permanece petrificado desde mayo del 2022, ya no solo el salario, sino también las bonificaciones, han sido opacadas por la avasallante inflación de un país dolarizado a medias y golpeado por la crisis de la ineptitud chavista.
Este es el caso del bono por Semana Santa, que cayó en las cuentas bancarias de los docentes por el monto de 12,5 bolívares, ni siquiera suficiente para pagarse un pasaje en el transporte público.
Con esa miserable cifra, detenida en el tiempo, es que la administración de Nicolás Maduro y Héctor Rodríguez pretende que el maestro venezolano “disfrute” de sus cortas vacaciones.
“El gobierno y su ente ministerial no logran comprender que la aplicación de estas medidas acrecienta la estadística de deserción del profesional de la educación, porque cada día serán menos los maestros que se queden en el aula, cuando están sometidos al hambre y a la indignidad de un trato humillante”, expresó Liliana García en el pasado semanario de Formación para la Dirigencia Sindical (Fordisi).
“Aunque la situación pareciera muy compleja, realmente es sencillo solucionarla, y no es otra cosa que ofrecerle al sector magisterial un sueldo acorde a su envergadura, firmar el contrato colectivo y cumplir con las cláusulas contractuales”, enfatiza el texto publicado por Fordisi.
Video: @fordisivzla / X
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