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Luis Ugalde

Para que Venezuela resucite

Luis Ugalde

En estos días de descaradas y arbitrarias maniobras del gobierno autocrático hay también pasos para que Venezuela vuelva a la vida. María Corina Machado (vetada anticonstitucionalmente) nos dio la grata sorpresa de escoger y apoyar como candidata sustituta a Corina Yoris, la Plataforma Unitaria de los partidos apoyó esa decisión y la escogida -con inteligencia, honestidad y valentía- aceptó ésta muy incómoda y trascendental responsabilidad.

En naufragio no hay ideología que valga

Luis Ugalde

Hoy los países de América del Sur, casi sin excepción, ofrecen un panorama de crisis económica, social y política. Las elecciones en este malestar buscan cambios y tienden a favorecer a candidatos de ideología opuesta al gobierno, pero nada más llegados al poder sienten que para responder desde el gobierno a las expectativas tienen que olvidarse de sus banderas ideológicas y salir con pragmatismo al encuentro de los problemas más urgentes. Los medios de comunicación social informan que ganó la “izquierda” o la “derecha”, pero el ganador -ahora gobierno- siente que le estorban esas etiquetas, pues le exigen respuestas urgentes que no se dejan domesticar por ideologías.

Algunos ahora parecen alarmados porque el color rojo de la “izquierda” va coloreando el mapa de América del Sur: Brasil, Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Perú, Venezuela… Pero veamos.

Resulta que en Brasil las oposiciones tienen fuerza en las gobernaciones y en el parlamento y que es muy escaso el poder de Lula para hacer política de izquierda de sabor “socialista” y son grandes las resistencias. En la actual crisis económica del gigante brasileño, el presidente Lula para enfrentar el malestar social necesita generar más trabajo bien pagado, con más inversión y crecimiento de las empresas privadas, atrayendo inversiones que no se asusten con las políticas sociales necesarias. Pero si Lula pinta el camino con pancartas “socialistas” espantará la inversión, crecerá el malestar de los pobres y empezará a bajar en las encuestas.

Otro caso interesante es Chile que eligió a Gabriel Boric, joven presidente de conocida militancia comunista. Su triunfo en buena parte se debió al dogmatismo ideológico neoliberal de quienes siendo gobierno impidieron combinar los éxitos económicos con vigorosos programas sociales sobre todo en educación, salud y pensiones. Ya en el poder Boric entendió que la mayoría chilena no estaba dispuesta a aventuras “socialistas” ni a constituciones de “izquierda” hechas para castigar a la “derecha”. Las constituciones virtuosas no son instrumentos para golpear al otro, sino para unir al país. Al poco tiempo la “derecha” y la “centro derecha” con abrumadora mayoría derrotaron al movimiento constituyentista de “izquierda” y abrieron las puertas a una constitución que necesariamente tendrá que ser equilibrada en una sociedad plural como la chilena. Parece que Boric entendió muy bien su derrota y aconsejó a la “derecha” engolosinada con el triunfo no cometer el mismo error que “cometimos” los de la “izquierda”.

Ahí tenemos a la Argentina dando tumbos, pues necesita soluciones pragmáticas que no llegan y el sufrimiento no se aplaca con recetas ideológicas.

Otro caso es la llegada del exguerrillero Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia con una ventaja modesta e inestable equilibrio de fuerzas que no le permite ofrecer muchos tributos a su imagen de «izquierda». Cualquier aventura en esa dirección inmediatamente espanta las inversiones necesarias y lo pone en minoría en las encuestas. Solo el realismo pragmático le permitirá hacer un buen gobierno, manteniendo el apoyo plural necesario y generando bienestar social con una inversión privada grande que le permita adelantar la pacificación y abrir oportunidades de vida digna a los que dejen las armas. En contra de su ideología tendrá que impulsar empleo privado productivo y programas sociales de sistemas mixtos de educación, salud, empleo… sin pretensión de exclusividad estatista.

En este cuadro el régimen “izquierdista” de Venezuela con 25 años en el poder, repetidamente reprobado en los exámenes de gestión y con las esperanzas y promesas reducidas a cenizas, resulta muy incómodo para las nuevas “izquierdas” de otros países que no quieren ser acusadas de ser parientes del fracasado régimen venezolano. En países vecinos con millones de venezolanos refugiados saben que Venezuela hoy no es un paraíso; por el contrario en la frontera ven el río humano que huye de este infierno. Petro como Boric y otros necesitan que la dictadura de Venezuela cambie y los salarios no sean de hambre.

La verdad que eso de “izquierdas” y “derechas” no ayuda en el naufragio y los de una y otra ideología tienen que compartir las únicas pocas tablas de salvación y nadar juntos, superando sus antagonismos.

No sabemos qué pasará dentro de 100 años, pero por ahora en el mundo no hay prosperidad económica sin un gran crecimiento de empresas privadas con sentido social, que juntas con los gobiernos están decididas a combatir a fondo la pobreza de la mayoría de la población. Pero las empresas fracasarán como en el pasado si no son valoradas como su esperanza por millones y millones de trabajadores, que ven en ellas el medio concreto para lograr el bienestar suyo y de sus familiares.

Para avanzar en esta dirección, necesitamos nuevos liderazgos pragmáticos que traerán paz con creciente productividad económica y social y bienestar compartido por toda la sociedad. Hay ideologías fracasadas y muertas que solo necesitan ser enterradas.

1 de junio 2023

El Nacional

https://www.elnacional.com/opinion/en-naufragio-no-hay-ideologia-que-valga/

Democracia Protagónica o Dictadura Cínica

Luis Ugalde

Hoy Venezuela está en la ruina y esta tragedia es inocultable a millones que viven el dolor diario de no poder alimentar a sus hijos con los $6 al mes por su trabajo (el más bajo de América Latina) en lugar de los $400 necesarios. Más de 6 millones arrancados del país por la necesidad y 7 millones de empleados públicos, jubilados y pensionados con salarios de hambre.

Considero que Maduro tiene talento político y no se hace la ilusión de que está teniendo éxito por el hecho de que la conducción política opositora esté en derrota y desorientación. Tampoco se puede sentir victorioso por tener la fuerza represiva en sus manos: represión no es buen gobierno y los venezolanos sentimos que aquí no reina el gobierno del bien común, sino del mal común, empeñado en perpetuarse. Lo inteligente sería que el propio gobierno buscara una transición menos catastrófica.

Cuando el Estado dictatorial se derrumba (por ejemplo el Estado nazi derrotado en 1945), no hay más remedio que acudir a la base de la Sociedad Civil y sacar fuerzas de las personas y comunidades para desde ahí reconstruir todo, con mucha creatividad y voluntariado. En las más variadas necesidades brotan como respuesta miles de organizaciones solidarias con las más creativas iniciativas. Venezuela no renacerá con dictadura totalitaria, con toda organización social sometida al control de la cúpula central y “correa de transmisión” de las órdenes dictatoriales. En el antiguo modelo soviético y en la Cuba comunista no pueden haber organizaciones gremiales, asociaciones profesionales, sindicatos, organizaciones filantrópicas, culturales, religiosas, asociaciones de vecinos… realmente autónomas, participativas y democráticas. Aquí la “Democracia Participativa y Protagónica” es un cartel desteñido de un establecimiento cerrado. Ahora es una prueba irrefutable del definitivo asalto dictatorial esta ley contra las ONG llamada “Ley de fiscalización, regulación, actuación y financiamiento de las organizaciones no gubernamentales”, que fue aprobada por la Asamblea Nacional, pero que Maduro- siguiendo en esto a Chávez- todavía no la ha refrendado. Es delicado el dilema para el gobierno de Maduro: o ahogar toda vida autónoma de la Sociedad con el Estado quebrado, o abrir la puerta a las fuerzas creativas y autónomas de la Sociedad Civil para que reverdezcan miles de organizaciones fuente de riqueza, activadas por la necesidad y alimentadas por los poderes creadores del pueblo, que constituyen un variada fuerza productora del bien común, que no es exclusiva del Estado.

El estatismo totalitario no es propio de la condición humana ni el individualismo de millones que viven en un mismo territorio, pero cada uno encerrado en sí y buscándose a sí mismo. Como expresa la Enseñanza Social de la Iglesia, cada uno de los millones de “yos” se encuentran en el “nosotros”: reciben, dan y crecen en nosotros: Del “nosotros” venimos y al “nosotros” vamos. Entre los individuos aislados y el Estado surgen los “cuerpos intermedios” y las diversas formas de agrupación y organización vecinal, regional, cada uno con sus identidades y finalidades propias establecidas por sí mismo. En Venezuela hay miles de estas organizaciones que viven dentro del marco democrático de la Constitución respetando las leyes normales que protegen al país de organizaciones delincuentes. Se les da el nombre poco feliz de ONG, Organizaciones No Gubernamentales. Su verdadera identidad no es el NO, sino el SÍ. Son organizaciones sociales fruto de la iniciativa y la creatividad humana solidaria que crecen al impulso de una conciencia social y voluntariado donde cada persona saca lo mejor de sí y lo pone al servicio de la sociedad. Organizaciones humanitarias más necesarias que nunca para atender a cancerosos, ciegos, huérfanos, ancianos, niños sin familia… así como para la defensa de los derechos humanos, para la formación en ciudadanía política… organizaciones religiosas y educativas, culturales y artísticas…

En el actual empobrecimiento y emergencia nacional el gobierno necesita y busca también la colaboración internacional cuya ayuda humanitaria alivia a millones de venezolanos por medio de muchas de estas organizaciones sociales y también de organismos gubernamentales. Este florecer es indispensable para la verdadera “democracia participativa y protagónica”. Pero cuando la dictadura se desboca como en Nicaragua, busca eliminar todo aquello que sea capaz de funcionar sin depender del poder estatal. Entonces se inventan leyes para controlar, reprimir y eliminar.

Por eso ahora hay alarma nacional e internacional ante esta ley. Incluso expertos y ponderados integrantes de la Misión de Investigación de la ONU en Venezuela la consideran “un punto de no retorno en el cierre del espacio cívico y democrático en Venezuela” (Marta Valiñas) y que “la ley está claramente orientada a limitar, no a facilitar el ejercicio del derecho de asociación” (Francisco Cox). Ley que aumenta la pobreza y mata la productividad ciudadana.

Si el gobierno quiere perseguir la delincuencia organizada, ya sabe a dónde tiene que actuar para controlar el tráfico de la droga y el oro, negocios con los cuales está familiarizado e interesado.

16 de marzo 2023

El Nacional

https://www.elnacional.com/opinion/democracia-protagonica-o-dictadura-ci...

SIC: 85 años

Luis Ugalde

Cuesta creer que en Venezuela una revista mensual metida en la candela de los grandes debates nacionales llegue viva y saludable a sus 85 años. Es la hazaña de SIC. Nuestro país, en 1938, con retraso empezaba a gatear el siglo XX y dos indómitos jesuitas vascos renacidos en Venezuela (Manuel Aguirre y Víctor Iriarte) encabezaban pluma en ristre, la voluntad católica de contribuir al formidable reto de la construcción de un nuevo país democrático, compartiendo el agua siempre fresca y novedosa del Evangelio. 85 años de SIC en sus 924 números y 45.000 densas páginas nos muestran el palpitar de un cristianismo que echa su suerte con esta Venezuela que vive, sufre y sueña. La revista SIC (Seminario Interdiocesano de Caracas) nació en 1938 en el semillero de sacerdotes donde se cultiva y renace el alma de la Iglesia. La naciente revista dejaba claro que no era voz oficial de la Iglesia, pero afirmaba su decidida voluntad de ser leal a ella y a sus retos renovadores. Para muestra veamos a SIC en cuatro encrucijadas claves del país.

SIC nace a los 10 años del triunfo de la Revolución Rusa y se propone enfrentar la ilusión salvadora del comunismo marxista, ateo y dictatorial, aportando la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) al reto formidable de construir una sociedad de la dignidad humana y del bien común en libertad y solidaridad. Pero la DSI no era conocida y SIC se dio a la tarea de sembrarla en círculos de estudio y de formación.

¿Democracia plural con partido prepotente y Estado docente? En 1945 se dio un importantísimo salto hacia la democracia luego de más de un siglo de dictaduras, guerras y fracasos sociopolíticos y AD surge como partido del pueblo y partero de la democracia. En el llamado Trienio Adeco (1945-48) la combinación de poder y sectarismo llevó a AD a la prepotencia partidista que ciega y al deseo de implantar la exclusiva estatal en la educación. Ello despertó una fuerte resistencia en la sociedad y específicamente en la Iglesia, que defiende el papel central del Estado en la educación, pero sin exclusiva, y fomentando la responsabilidad educadora de la familia y de toda la sociedad. AD aprende, se corrige y décadas después será el partido de mayor contribución al crecimiento de la sociedad educadora plural. SIC fue clara y firme en la resistencia al sectarismo y prepotencia excluyente adeco.

Como sabemos, un golpe militar hizo abortar la democracia, mandó a AD (y a los otros partidos) al exilio y a la cárcel. El sufrimiento enseña y una década después regresa la democracia con espíritu unitario, superando el sectarismo con un pacto de entendimiento (Pacto de Punto Fijo) entre los enfrentados de ayer para defender el pluralismo partidista, la alternancia en el poder y apoyo de todos al gobierno del partido ganador. En la década de los sesenta fueron decisivos el firme apoyo de la Iglesia, el aporte del partido socialcristiano al gobierno y de las comunidades católicas, superando prevenciones y prejuicios anti adecos para los éxitos de la democracia social plural, ahora amenazada por la guerrilla encandilada por el comunismo cubano y al mismo tiempo por los intentos de golpe militar con nostalgia de dictadura. En esa exitosa década democrática (1960-1970) SIC apostó fuerte a la democracia y a la formación de organizaciones sociales y de jóvenes y apoyó a la alianza democrática entre socialdemocracia y socialcristianismo.

¿Dónde están los pobres? La década de los 70 fue de grandes posibilidades -en parte desaprovechadas- de lograr el desarrollo de una sociedad democrática, inclusiva y participativa. Por otra parte la Iglesia fue sacudida por el Concilio Vaticano II (1962-65) convocado por la audacia evangélica del “Papa Bueno” Juan XXIII para la puesta al día de la Iglesia superando algunos lastres del pasado político-religioso-social. El equipo de SIC tomó en serio el Concilio Vaticano II y las consiguientes orientaciones del Episcopado Latinoamericano reunido en Medellín (1968). Vivir la Iglesia y construir la sociedad desde los pobres y excluidos. La asimilación y puesta en práctica de esa renovación eclesial toma muchos años y está marcada (todavía hoy) por duras resistencias y descalificaciones en la propia Iglesia… SIC no se libró de este debate, ni de ser calificada por algunos como caballo de Troya marxista, infiltrada en la Iglesia. Con el tiempo esos debates se reducen a su justa dimensión y es indiscutible que en esos años no hay un solo artículo en SIC que defienda el comunismo soviético o simpatice con la dictadura cubana.

¿Y el “socialismo del siglo XXI”? Lamentablemente desde fines de los 70 la democracia venezolana se estancó, sus logros sociales retrocedieron y el agotamiento de la voluntad transformadora de la democracia de los partidos dio pie en la década de los 90 al populismo mesiánico. La mayoría se encandiló con el personalismo mesiánico y la ilusión de que de la mano de un hombre fuerte armado Venezuela lograría casi milagrosamente el reparto de la “inmensa” riqueza petrolera. Mesianismo rentista cuyos resultados trágicos hoy padecemos todos. SIC también fue invitada a la tentación populista, pero muy pronto vio que el “socialismo del siglo XXI” era el camino para eliminar toda democracia y empobrecer a todo el país.

En estos 85 años SIC ha cumplido su voluntad primera de contribuir a la creación de una Venezuela libre, justa y productiva, sobre los cimientos de una sociedad solidaria animada por el espíritu de Jesús de Nazaret, una sociedad donde los pobres se sientan en la mesa central y no como mendigos que sobreviven con las sobras de comida que caen de la mesa de los saciados.

Navidad que rompe cadenas

Luis Ugalde

Esta no es una Navidad normal, sino la de un país en extrema necesidad. Por eso la queremos alegre y de abrazos sin fingimiento que nos lleve a reencontrarnos a todos los venezolanos en la reconstrucción que nos devuelva esperanza y vida. Necesitamos una Navidad que rompa cadenas, la Navidad que anuncia el propio Jesús en la sinagoga de Nazaret cuando dice que viene “para poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4,18).

Me tengo que poner en modo «carta al Niño Jesús” para expresar, sin rodeos ni autocensura, lo que en mi opinión necesitamos y deseamos los venezolanos de uno y otro signo: librarnos de las cadenas que nos oprimen y nos niegan el futuro.
Romper:

  1. Las cadenas de la cárcel de cada preso político, de la persecución y del exilio de millones de venezolanos.
  2. Las cadenas de la miseria salarial y de un aparato productivo brutalmente reducido al 25% de su capacidad instalada y al 10% de nuestras necesidades básicas.
  3. Las cadenas de la drástica desinversión, cuando necesitamos muchas decenas de miles de millones de dólares en los próximos cinco años para empezar a caminar.
  4. Las cadenas que amordazan a todas las instituciones públicas democráticas necesarias para que renazca la República como pacto inclusivo del bien común.
  5. Las cadenas que mantienen la actual ruina de los servicios públicos básicos de luz, agua, salud y educación…
  6. Las cadenas que amordazan y cierran los medios de comunicación social libres: prensa, radio, televisión…
  7. Las cadenas que quitan libertad a los partidos políticos opositores y les roban el sello para entregarlo a otros amigos.
  8. La cadena de la falta de confianza en el sistema político y económico reinante; seguridad clave para que renazca la inversión de miles de empresas en el país y del apoyo internacional que tanto necesitamos.
  9. La cadena de una mentalidad de estado petrolero con renta abundante y la ilusión de que puede cargar con todos nosotros y nuestras carencias. Estado que desde hace 40 años venía haciendo agua y ahora está en el fondo del mar y no puede volver a navegar. Recrear otro Estado viable, pequeño y eficaz.
  10. La cadena madre que impide todo deseo y posibilidad de renacer es la falta de unidad nacional -con pluralidad y diferencias- en la tarea de la reconstrucción. No me refiero a las lamentables divisiones entre los demócratas opositores, sino a la necesidad de superar al abismo y rechazo a muerte entre gobierno y opositores. No se trata de una unión boba entre quienes tienen razones para rechazarse, sino de un pacto social entre los hoy enemigos, para superar las diferencias en la gigantesca tarea que es imprescindible para que Venezuela renazca.

En la ingenuidad infantil basta que la carta navideña exprese sus deseos, pero en los adultos romper esas cadenas exige combinar deseos con el compromiso de poner todas las capacidades para lograrlo. Romper las cadenas significa para el gobierno y el propio Maduro liberarse y liberarnos de esta cárcel en la que sin querer-queriendo está encerrado al país sin futuro. La lógica de la acción y reacción lleva a que al actual enfrentamiento y trato de enemigos suceda otro enfrentamiento con persecuciones y exclusiones de signo contrario. Pero este año la lógica de la Navidad llama al abrazo, al perdón y a la reconciliación nacional. Esto significa la alegría navideña de “Dios con nos-otros”.

Los adultos cuando en Navidad nos ponemos en “modo niño”, expresamos nuestros deseos más profundos y auténticos, pero para que estos sean verdaderos, deben ir acompañados de un compromiso a prueba de toda dificultad y resistencia.

Dios está con nosotros, solo cuando unamos estos anhelos con el deber de lograrlos, y será verdad el artículo 2 de la Constitución: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.

Para salvar la universidad pública

Luis Ugalde

El Estado está arruinado, las universidades de financiamiento público amarradas a él agonizan, pues reciben menos del 10% de lo que necesitan.

Alarma el aparente desinterés de Venezuela ante el trágico derrumbe de su sistema educativo. Parece que no interesa al gobierno, también está ausente en las propuestas de los opositores y la población en las encuestas lo relega al cuarto o quinto lugar. Pero nada tiene efectos tan nefastos y duraderos como los fallos en salud y educación básica. El estado de las escuelas y universidades públicas hace llorar sobre sus ruinas la miseria del futuro de la mayoría de los venezolanos. Como nos enseñaron que la educación es responsabilidad (¿exclusiva?) del Estado y que este lo tiene que costear en todos sus niveles, en el silencio educativo solo se escucha la débil protesta de algunos docentes reclamando al Estado el pago que les permita vivir.

¿Quién financia qué?

La constitución afirma que solo la educación “impartida en las instituciones del estado es gratuita hasta el pregrado universitario” (art. 103). Sin embargo la supuesta “gratuidad” total vendó los ojos del financiamiento universitario. De tal manera, que al comienzo de este siglo en Venezuela, más de 40% del presupuesto educativo nacional era para la “gratuidad” de la universidad pública. Con la lamentable debilidad de los niveles educativos básicos.

Ahora que el Estado está arruinado, las universidades de financiamiento público amarradas a él agonizan, pues reciben menos del 10% de lo que necesitan. Es lógico que protesten y pidan financiamiento al Estado, pero este ya no tiene para mantener la universidad “gratuita”; ni con este gobierno arruinado, ni con el siguiente empobrecido y está obligado a establecer prioridades y buscar otras formas de contribución para el costoso presupuesto universitario.

La “gratuidad” educativa debe concentrar su artillería en la batalla por lograr que todos los niños y jóvenes desde el preescolar hasta final de la secundaria estén inmersos en una educación de calidad; con millones de familias comprometidas en la defensa y mantenimiento de la escuela de sus hijos. Sin ese bien precioso y escaso, dos tercios de la población quedarían excluidos de la calidad escolar y alimentarán la futura pobreza del país.

Para salvar la universidad pública

Aferrarse a la “gratuidad” integral de la universidad pública es renunciar a su recuperación como universidad y excluir sobre todo a los jóvenes que carecen de recursos familiares para costearla. Considero imprescindible la contribución de los beneficiarios directos y el logro de financiamientos complementarios al presupuesto estatal. Si queremos una Venezuela democrática, y sin pobreza ni exclusión, la universidad debe seguir siendo económicamente accesible a quienes no tienen recursos. Al mirar las buenas décadas de la democracia floreciente, vemos un río humano de cientos de miles de estudiantes universitarios de familias de escasos recursos subiendo la escalera más eficaz para salir de la pobreza, poniendo a valer su talento y respondiendo así a Venezuela en su salto de rural, dispersa y atrasada, a urbana con naciente democracia y responsabilidad ciudadana de pacto social para el bien común.

La educación es costosa y si no superamos la palabra “gratuita” en el nivel superior no podremos concentrar recursos y empeño en la calidad y plena cobertura en las etapas preuniversitarias, ni rescataremos la universidad pública, combinando de manera inteligente y diferenciada la contribución (actual o diferida) a su financiamiento de quienes más se benefician: el estudiante futuro graduado, las empresas que reciben al universitario preparado, el Estado, las fundaciones nacionales e internacionales, la sociedad…

Por otro lado, tenemos que desterrar la mentalidad del pozo sin fondo en el gasto universitario a cuenta del Estado. La necesidad nos obliga a reducir repitientes sin prisa y con conciencia de mantenidos, las jubilaciones prematuras del personal antes de los 65 años, el exceso de empleados, el descuido de la productividad universitaria y de la venta de sus servicios con buen nivel competitivo. La universidad gratuita no existe y necesitamos que la cubran aquellos que más se benefician. Una buena parte del abono tendrá que ser diferido, con una parte menor de lo que ganará ya graduado. Por ello es necesario crear un cuantioso fondo de crédito educativo público, manejado con eficiencia y transparencia privada.

Las carreras cortas no pueden ser consideradas refugio sin prestigio para los que no lograron entrar en las largas. Hoy en el mundo (y en la crisis venezolana) la tendencia es más a carreras cortas de calidad que permitan entrar pronto en el mercado de trabajo y poder financiar en adelante (combinando trabajo y estudio) la formación continua abierta y sin límite hasta los niveles más altos y exigentes. Necesitamos un país libre de complejo de doctor, con millones de jóvenes que se entusiasmen con lo que hace dos siglos la sociedad colonial despreciaba como “trabajos bajos y serviles”. Naturalmente hoy esos trabajos deben ser entendidos y cultivados dentro de la gran revolución productiva y cultural que estamos viviendo en el mundo de la Sociedad del Conocimiento, de la Transformación Digital y de la Transición Energética. Todo ello con una universidad que día a día se pregunta ¿Qué universidad somos y hacemos y para qué sociedad?

15 de julio 2022

Diario de las Américas

https://www.diariolasamericas.com/opinion/para-salvar-la-universidad-pub...

Podemos porque hacemos

Luis Ugalde

La derrota nos vuelve derrotados y sin esperanza. Por mucha propaganda que se haga desde el poder, Venezuela en las dos décadas del siglo XXI ha sufrido una terrible derrota y un retroceso brutal. Por eso la primera reacción a toda propuesta de esperanza es No Podemos. Pero hay un segundo momento del náufrago, que hundida la lancha, recuerda que sabe nadar y activa todas sus fuerzas para llegar a la orilla.

No seamos cínicos, esto no se ha arreglado. Pero millones de venezolanos dentro y fuera del país estamos haciendo lo necesario primero para sobrevivir y luego para salir adelante. Son historias de éxitos que sorprenden a los propios protagonistas en países donde obligados a arrancar de cero lo hicieron descubriendo cualidades suyas que no sospechaban. En los ambientes que me son más familiares como la UCAB, el barrio La Pradera (La Vega) o el Centro de Salud Santa Inés, me asombro al verlos activos y exitosos donde lo lógico sería la parálisis y cierre con el letrero NO PODEMOS. Ustedes por qué me dicen que sí pueden, les pregunto. Porque vemos que sí hacemos -me responden-, incluso nos sorprendemos a nosotros mismos al ver que caminamos sin muletas. Centros de salud donde médicos enfermeras, gestores y comunidades organizadas descubren su éxito. Están contentos al ver que resuelven ¿Y ustedes cómo saben que pueden? Porque vemos nuestras obras. Así son miles de venezolanos hacedores hoy.

¿Y el cambio político? Tienen razón los que dicen que el desastre es tan grande y global que es indispensable el cambio político para que en Venezuela sople con fuerza el viento de la esperanza y reverdezca el actual desierto desolador. Hasta los chavistas se están convenciendo de que no deben resignarse al fracaso político y al triste callejón sin salida del camino cubano. Contra el “No Podemos” la respuesta es “Levántate y camina” de millones de venezolanos avanzando con cosechas de éxitos en lo que hacemos con novedad, sacando cada uno lo mejor de sí.

Asombra ver cómo el poder enceguece y quienes ayer prometían liberar al país de la pobreza, la corrupción y la injusticia ahora se aferran al poder tiránico, corrupto y sembrador de miseria. Antes de encerrarse con candado en el modelo cubano sin esperanza, les queda el camino humilde de reconocer el enorme fracaso y abrir las puertas al cambio político y al reencuentro venezolano entre distintos, en una sociedad más pobre pero que se transforma aprendiendo a hacer más y mejor con menos, a pesar de un Estado en ruinas. ¿Por qué Maduro se ata a las ruinas? ¿Por qué no abrirse a un acuerdo para el cambio?

La fuerza espiritual y el milagro de la reconstrucción. Hay en Venezuela miles de núcleos que con alegría viven experiencias de reconstrucción en esta catastrófica postguerra. Esa potencia triunfadora, que a fines de 1941, está a las puertas de Moscú y declara la guerra a EE.UU. con la certeza de dominar al mundo, pero pronto avanza hacia la derrota total de esa absurda pretensión nazi. Al año siguiente cambió el signo de la guerra y a Hitler no le quedó sino el pobre espacio subterráneo del bunker de Berlín para suicidarse. Pronto descubrirán que no quedaron en la miseria y derrota para siempre, sino que de entre las ruinas renacía una humanidad liberada y una Alemania nueva con ayuda de los vencedores y una Europa reconciliada. Konrad Adenauer, uno de los principales artífices del resurgimiento de la nueva Alemania, ya antes de la I Guerra Mundial era destacado alcalde de Colonia como miembro del partido católico ZENTRUM, creado en 1871, para enfrentar la política anticatólica de Bismarck. Con el triunfo nazi en 1933, Adenauer fue apresado y luego tuvo que esconderse en la abadía de María Laach al amparo del abad, amigo suyo de juventud. Adenauer, perseguido, sin recursos para mantener a su familia, y con el negro panorama del nazismo que avanzaba sin límites, escribió en su diario íntimo que si el no fuera católico convencido, se suicidaría, pues sentía que ya nada podía hacer en este mundo. No se imaginaba que la etapa más creativa de su vida estaba por llegar, tras 12 años de barbarie nazi.

El mal estaba hecho y la inmensa destrucción casi borró a Alemania del mapa. Pero a partir de 1948, el viejo Adenauer (der alte) surgió de su abismo personal y nacional como canciller (jefe de gobierno) de la nueva Alemania, reelegido tres veces. De las cenizas y con apoyo inteligente del vencedor Estados Unidos de América, nació la nueva Alemania, reconciliada con su eterna rival Francia y juntas encabezando el resurgir de la nueva Europa con nunca más guerra entre sí. Lo que en 1945 parecía un sueño iluso, veinte años después era una realidad floreciente. Quedaba pendiente la libertad y la justicia en la otra media Europa atrapada por la Unión Soviética. Veinticinco años después el espíritu libertario con manos sin armas derrumbó el Muro de Berlín.

La Venezuela libre renacerá como aquella vieja Europa destruida. La condición indispensable es que la sociedad civil y cada venezolano no sigamos atados al cadáver putrefacto del viejo Estado, nacido y sostenido por la gratuita renta petrolera. Ese no volverá. Ahora la riqueza está en potenciar el talento de millones de venezolanos que con lo que hacemos damos la prueba de lo que podemos. Desde ahí la Sociedad rehará a su Estado menos poderoso y renacerá una nueva política que responda a la tragedia que vivimos.

1 de julio 2022

POLITIKA UCAB

https://politikaucab.net/2022/07/01/podemos-porque-hacemos/

Miopía de Derecha e Izquierda

Luis Ugalde

Es evidente que América Latina no tendrá un futuro esperanzador si no logra enrumbarse con al menos un par de décadas de crecimiento sostenido, combinado con sistemática y creciente reducción de la pobreza. Las llamadas “izquierda” y “derecha” al llegar al poder no pueden ser exitosas sin incorporar lo que en su campaña unilateral ha proclamado como detestable: la "izquierda” necesita ingredientes de “derecha” y esta de la “izquierda", para lo cual tienen que evitar lo prometido a sus seguidores.

Miremos a Chile, Brasil, Perú, Venezuela… En Brasil, Bolsonaro con miopía de “derecha” fracasó, el número de pobres creció y la economía languidece; pero Lula tiene que "desizquierdizarse" para ganar y hacer un gobierno exitoso.

Mientras no se cure la miopía, la pendulación entre derecha e izquierda seguirá revolcando a nuestros países entre el fracaso y la impotencia. Necesitamos políticos-educadores de conciencia pública que sean como médicos pragmáticos libres de prejuicios ideológicos y centrados en la cura efectiva del enfermo.

Pensemos en las últimas elecciones de Perú y Chile, quien las gana tiene que gastar tiempo, energía y popularidad para demostrar que él no es lo que prometía su etiqueta de “izquierda”: el Presidente de Chile, Gabriel Boric, que parece inteligente y sensato, tiene que demostrar que no se opone a la empresa privada, que no está de acuerdo con el desastre venezolano, y nombrar ministros que no espanten las inversiones, etc. Este desgaste en demostrar que no es lo que se decía que era, le lleva a perder en los primeros meses un tercio de sus votantes y en convencer a los que no se fían.

En Perú desde el primer día quieren destituir al “izquierdista” que eligieron, pues una cosa es el voto protesta y otra la escogencia de una persona capaz de unir al país para remediar graves problemas. En Colombia en la segunda vuelta prometen "desderechizarse" y ya se discute cuál de los dos será peor para el país. Y por ahí van grandes como Brasil, México y Argentina y pequeños como Honduras y El Salvador; mientras que en Nicaragua, Cuba y Venezuela los hechos y la ruina nacional borran el paraíso que pintan las palabras.

Ningún país tiene futuro si no es capaz de jugar en equipo en este campeonato mundial que son la economía y la superación de la pobreza. En América Latina tenemos 200 millones de pobres, con pobre educación y pobre preparación ciudadana y productiva, con lo que toda la sociedad está derrotada. Está claro que hoy en el mundo no hay más economía que la capitalista. Por eso China y el Bloque Soviético cambiaron su fracasada economía marxista estatista. Pero hay capitalismos de vida y de muerte y la discusión pragmática está en cómo hacer lo uno y evitar lo otro. La dinámica productiva requiere un modelo de inversión para ser ganadores, promoviendo las potencialidades sociales de todos con buena educación y salud básica y generando en la sociedad nuevos niveles de CONFIANZA y SOLIDARIDAD y oportunidades para el esfuerzo de todos. El de “derecha” que llega al poder solo tendrá éxito si deja su miopía y pone en marcha las mejores políticas sociales (salud, educación, confianza y solidaridad…) casadas con las políticas productivas de creciente inversión y productividad. También el de “izquierda”.

Un ejemplo de fracaso. En Venezuela el régimen actual llegó para derrotar la pobreza y ha logrado todo lo contrario: ahora somos pobres los pobres, la clase media y los profesionales; hasta la banca es inmensamente pobre. Son hechos, no ideología. La educación actual en nuestro país es pobrísima y la de los pobres está en la indigencia; pero la más pobre es la más “izquierdista” aquella que defendía la exclusividad estatal en el financiamiento y en la gestión.

Si no nos libramos de ideologías que disfrazan, no tendremos la deseada UCV (ni las demás autónomas) vigorosa y renacida con financiamiento tripartito con aportes del que se beneficia, del Estado y de la sociedad, de diversos modos.

Esta solución (no hay otra) es bloqueada por quienes piensan que cobrar es reaccionario; la educación es costosa y alguien la paga. Hay que buscar, sin prejuicios ni bloqueos, la forma más razonable y diferenciada de cofinanciarla.

Por ejemplo, en la educación preescolar y en la básica se necesita que las familias de los niños se movilicen en solidaridad con sus maestros para que estos no se tengan que ir de la escuela y del país para poder comer. Es un escándalo que al final del año escolar, haya muchas escuelas del Estado tan deshechas y saqueadas como si hubiera pasado el enemigo y que el gobierno-Estado tenga que hacer cada año inversiones millonarias para repararlas. Las familias tienen que aferrarse a su escuela pública y cuidarla, pues no hay repuesto. La escuela llamada “privada” es también pública, aunque no exclusivamente estatal, sino de la sociedad. Con el modelo estatista ideologizante cubano no hay futuro.

Así mismo la economía expropiadora y estatizada ha demostrado en los hechos su fracaso y su naturaleza reaccionaria. Por eso en Venezuela este régimen estatizador de ayer quiere ser privatizador para poder sobrevivir en el poder. Pero no hay solución con el juego de “derecha” y de “izquierda” (explotadores y explotados), sino donde empresarios y trabajadores se reconocen y unen sus capacidades y logran beneficios compartidos. Lo mismo para 80% de los venezolanos renacerán las escuelas y hospitales, públicos y tripartitos. También es pública y tripartita la escuela “privada” que sobrevive fortaleciendo la alianza escolar de familias, educadores y gobiernos sin miopías de derecha o de izquierda.

Caracas, 15 de junio de 2022

https://bit.ly/ArticularNOS_20220

Pobreza y educación

Luis Ugalde

Alarma la aparente inactividad e indiferencia de los diversos responsables de la educación ante la ruina de la escuela venezolana en todos los niveles. ¿Será que piensan ocultar la realidad con falsas palabras? Es fuerte el poder de la propaganda con los medios controlados, pero tiene unos límites, más allá de los cuales se cae en el ridículo y la indignación de los sufrientes y su diario vía crucis.

Sabemos que más de 80% vive en pobreza de ingresos, agravada por el deterioro de los servicios públicos como luz, agua, sistema de salud y de previsión social, educación….Cientos de miles de jubilados profesionales tienen dificultad para la comida diaria, los trabajadores del sector público ganan menos de 10% de lo necesario y los niños y jóvenes están sembrando un futuro de miseria con este sistema educativo en ruinas. En esto ha quedado el prometido milagro socialista, luego de 23 años de dominio.

De la renta al talento
Durante unos 70 años, desde 1916, Venezuela se transformó gracias a la irrupción petrolera, de un pobre país rural y analfabeto de 3 millones a un país urbano de 30 millones más educado y productivamente mejor equipado; es lo que llaman capital humano. La cuantiosa renta petrolera sirvió de palanca para transformarse en un país modernizado con un sostenido crecimiento de 6% anual, con escasa inflación durante más de medio siglo. También creció esa riqueza humana nacional con cientos de miles de trabajadores venidos de decenas de países que renacieron en esta tierra y la enriquecieron con sus talentos y habilidades eficientes.

Una de las formas más exitosas de la “siembra de petróleo” fue la educación. Fundamentalmente, desde 1958, se levantaron escuelas en todos los pueblos como luces de esperanza. También se abrieron centenares de centros universitarios en todas las regiones: universidades creadas y financiadas por el Estado a las que se sumaron las autofinanciadas y creadas por diversas iniciativas sociales. Al morir el dictador Gómez en el atardecer de 1935 el número total de estudiantes universitarios no llegaba a 900 en 3 o 4 ciudades y con la democracia llegaron a más de 1.000.000 en 1998. Además con la democracia miles de venezolanos recibieron apoyo público extraordinario para estudios de postgrado en el exterior con la convicción de que no hay democracia sin pueblo capacitado y educativamente empoderado. No todo se hizo bien, pero en contraste con la actual oscuridad educativa, fueron tiempos luminosos.

La ruina del Estado y los retos de la Sociedad
Terminamos el siglo XX con el modelo económico agotado y necesidad de cambio, pero con falsas ilusiones de promesas mesiánicas: el Caudillo y el Estado totalitario aplicarían la alquimia socialista para convertir el barro en oro repartido. Pero el milagro resultó al revés: lejos de potenciar el talento creativo con ética y trabajo, reforzaron la enfermedad de la “renta petrolera” estatista, con saqueo y sin cultura productiva, arruinaron la industria petrolera que hoy no alcanza a cubrir las necesidades de un Estado reducido y endeudado, que ha arrastrado a la miseria al país que se sostenía recostado en sus dólares.
Ahora estamos en el cruce de caminos: seguir hundiéndonos en la miseria o apostar en serio al talento de los venezolanos, que no está en los pozos petroleros. El Estado está en la miseria, pero la sociedad venezolana y su talento son infinitamente más ricos que en 1930, aun con el éxodo de seis millones de personas. Pero hay que activar esa mina humana, con una sistemática elevación de la productividad (hacer más con menos y mayor talento). La clave está en la educación, vinculada al desarrollo de una cultura eficiente de una ciudadanía renacida y de bienes económicos y materiales. Para ello, la hegemonía tiene que pasar del ruinoso Estado a la sociedad productiva. Somos estatalmente pobres en cuanto a capacidad de gestión de lo estatizado, con derrumbe de los servicios públicos y de los ingresos de los trabajadores pagados por el Estado. La sociedad venezolana debe retomar con nueva fuerza la educación y la escuela en todos sus niveles. El Estado arruinado e ineficiente no tiene ni recursos, ni reflejos para este cambio radical y toda la sociedad debe responsabilizarse del renacer nacional.

Familia, Sociedad, Estado en sinergia educativa
La empobrecida educación no podrá renacer desde la decadente rutina educativa venezolana sin una sacudida y una nueva relación entre los sufrientes y actores: familia, sociedad y Estado. Ni divididos ni enfrentados entre sí, sino mutuamente necesitados y exigidos. Poco puede hacer la familia empobrecida sola, pero aliada con la sociedad y el Estado en una nueva comunidad escolar, se potencia su responsabilidad y capacidad educadora. De la misma manera los maestros educadores renacidos son claves para sacudir la acción pública educativa, saliendo de su lamento y rutina de funcionarios mal pagados.

Rescatar el mantenimiento de las escuelas, impulsar su dotación e informatización de toda la enseñanza-aprendizaje, requerirá una extraordinaria alianza internacional con gobiernos y centros educativos en iniciativas solidarias. Un equipamiento para la educación virtual que hoy no está al alcance de la mayoría de los alumnos, ni de sus escuelas y maestros.

Estado, sociedad y empresa, al igual que familia y educadores, todos estamos empobrecidos. Pero hay una manera virtuosa de apoyarnos y exigirnos mutuamente con una nueva conciencia ética que rompe las rutinas de rentista rico y potencia las capacidades con creciente productividad y sinergia. Creo que cuando hablamos de sociedad civil como fuente de renovación política estamos hablando de esta nueva escuela para la productividad económica, social y política.

Autonomía universitaria, necesaria e imposible

Luis Ugalde

El profesor Víctor Márquez, presidente de la APUCV, hace un par de meses acusó “al régimen de estar llevando a cabo una política de exterminio del sector universitario que es necesario detener para el bien de la República”. Comparto plenamente esta preocupación. La universidad venezolana, sobre todo la financiada por el Estado, fue durante medio siglo la principal escalera de ascenso social saliendo de la pobreza hacia un país en vertiginoso proceso de urbanización y de modernización.

En estos días se prenden algunas alarmas universitarias con el anuncio de una nueva Ley de Educación Universitaria sin la debida discusión ni consulta previa para implantar una universidad sometida al gobierno autoritario. Un gobierno totalitario como el de Cuba impone una universidad con autoridades nombradas a dedo, muy al contrario de la autonomía declarada en el artículo 109 de nuestra Constitución. Ahora, con el Estado arruinado y cargado con una inmensa deuda impagable, la universidad autónoma apenas puede abrir sus puertas, lo que es una gran tragedia nacional que corona la ruina de todo el sistema educativo. No es posible la necesaria reconstrucción del país con la educación en escombros.

Universidad asediada

Hace ya 9 años (27-7-2013), en un artículo con este título, denunciábamos el cerco gubernamental contra la universidad cuyo objetivo era “la sustitución de la actual universidad autónoma por otra sometida a la imposición del Gobierno-Estado-Partido”. Señalábamos que “la estrategia tiene principalmente dos piezas, el cerco presupuestario y el bloqueo al procedimiento de elección democrática autónoma de las autoridades y representantes”.

Necesaria e imposible autonomía

La debacle hiperinflacionaria y la reducción de los presupuestos universitarios –a menos de 10 % requerido– han impuesto sueldos de hambre y llevado a las universidades al cierre o a una dolorosa agonía. Pero esto no se resuelve pidiendo que el Estado vuelva a financiar más de 90 % del presupuesto de universidades como la UCV y la USB, por ejemplo. Hoy y mañana –queramos o no– la autonomía no será posible si depende del Estado endeudado, arruinado y radicalmente reducido a la cuarta parte de lo que era. Las universidades necesitan autonomía también en el financiamiento. Esperar que el Gobierno responda al 90 % de las necesidades financieras de las universidades es hacer inviable la autonomía: con este régimen porque ni quiere ni puede, y con otro gobierno democrático, porque no podrá aunque quiera…

Universidad autónoma de financiamiento mixto

Ya sé que para muchos es una herejía lo que voy a proponer, pero no tendremos una universidad pública y autónoma renacida, si no sumamos también financiamiento no estatal.

Hace unos años era inaceptable y escandaloso que 46 % de todo el presupuesto educativo nacional se lo llevara la universidad para hacer íntegramente “gratuita” la casa de estudios superior, quitando a millones de niños su escuela de calidad. Hoy el gran reto educativo es garantizar el financiamiento público para que todos los niños y jóvenes estén educándose desde el maternal “hasta el pregrado universitario” (Constitución, Art. 103).

Con la misma firmeza, esta sociedad y su Estado deben asegurar que ningún joven con talento, voluntad y esfuerzo propio quede excluido de la universidad por falta de recursos familiares para financiarla. Para eso es necesario enfrentar el renacer de la Universidad con financiamiento mixto: de los beneficiarios directos (el estudiante y su familia), del Estado, de las empresas productivas públicas y privadas y de los ingresos producidos por la propia universidad con investigaciones y servicios. Por ejemplo: 50 % el Estado, 20 % la facturación de servicios y 30 % pago de los beneficiarios, inmediato o diferido con un amplio sistema público (parcialmente subsidiado) de crédito educativo al que el graduado contribuye con una moderada parte de su sueldo. Es fácil poner el grito en el cielo ante esta herejía de cobrar parte de los estudios universitarios, pero lo contrario es seguir soñando con el financiamiento íntegro por un Estado de abundante renta petrolera que se acabó y dejar la universidad en ruinas.

En el mundo (y también en las Américas) desde hace años está subiendo la inversión no estatal en la educación universitaria, porque resulta rentable para los que se van a graduar y sus familias y para toda la sociedad. También en Venezuela. Es poco conocido y menos reflexionado el siguiente hecho: En 2004 había 1.123.063 estudiantes universitarios en carreras largas y cortas. 624.341 en universidades financiadas por el Estado y 508.722 en autofinanciadas. Ese año por primera vez en la historia de Venezuela los egresados de las autofinanciadas (privadas) fueron 53.056, superando a los 48.228 egresados de estudios íntegramente pagados por el Estado. Esta realidad será mucho más exitosa y sólida con una financiamiento mixto sincerado y trasparente de la educación superior, con sólidos criterios de equidad, prioridades y de contribución diferenciada. Muy triste sería que la universidad quedara reducida a la pobreza impotente, a la lamentación y a la denuncia de algo que no puede cambiar.

Autonomía sí, pero integral y con un Estado democrático instrumento de sociedad plural.

11 de abril 2022

Revista SIC

https://revistasic.org/autonomia-universitaria-necesaria-e-imposible/#iL...