La tarea del comentarista político no se reduce a analizar a cada hecho por separado. Se trata más bien de descubrir las relaciones que existen entre ellos. En ese sentido la tarea analítica no es diferente de la del historiador. En ambas prácticas, la historiográfica y la analítica, lo fundamental es deducir, ante la presencia de los hechos, la existencia o inexistencia de procesos. La diferencia reside solo en el uso de los tiempos.