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Opinión

Paulina Gamus

«Adiós muchachos compañeros de mi vida…me toca a mi hoy emprender la retirada».

De Carlos Gardel para Pablo Iglesias.

Las personas de la tercera y cuarta edad, como quien les escribe, vivimos tiempos políticos turbulentos, trágicos y otros pacíficos y hasta esperanzadores. Tenía 2 años de edad cuando comenzó la Segunda Guerra mundial y hasta los 7, cuando concluyó con la derrota de la Alemania nazi, viví día a día la angustia de mis padres por la persecución y extermino de judíos en Europa, lo que desde entonces y hasta hoy conocemos como el Holocausto.

Pero ese mismo año de 1945, viví la Revolución de Octubre, la pasión de mi papá y de mi tío por los debates en la Constituyente, la elección de Rómulo Gallegos en 1947 y su derrocamiento en 1948. El asesinato de Carlos Delgado Chalbaud, en noviembre de 1950, la Junta de gobierno que lo sucedió presidida por Germán Suárez Flamerich, un civil, flanqueado por los militares Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez, los que en verdad mandaban. Y en 1952 la elección fraudulenta de Marcos Pérez Jiménez que sería dictador de Venezuela hasta el 23 de enero de 1958. Mirando hacia atrás parece increíble que en tan pocas líneas y en apenas 17 años, se puedan resumir acontecimientos que cambiaron nuestra historia y nuestras vidas para siempre.

En diciembre de 1958 ejercí por primera vez mi derecho al voto y votaríamos cada cinco años cuando votar era una fiesta. Celebraban los ganadores y lloraban los perdedores, pero el despecho duraba menos que el de Shakira por Piqué. Acción Democrática y el Partido Social Cristiano Copei dominaban la escena política venezolana. El bipartidismo no era exclusividad venezolana: en Colombia Conservadores y Liberales, en los Estados Unidos Republicanos y Demócratas. En Argentina el Partido Radical muy disminuido ante el peronismo que podía ser desde Derecha fascista hasta Izquierda comunista. Como los extremos se tocan, todos eran una misma cosa. Una excepción era México donde el PRI fue desde 1930 hasta 2000, una dictadura electoral conocida como la «dictadura perfecta».

Las cosas parecían tan sencillas porque había partidos de Derecha, de Izquierda y de Centro. En Venezuela no había alguno que aceptara ser de Derecha, ni siquiera Copei que nació como tal. Todos éramos «socialistas» pero en realidad centristas. Así hasta la llegada de la «horda invasora» como calificaba el poeta Manuel Alfredo Rodríguez a la Causa R, embrión del chavismo que destruyó para siempre cualquier simpatía o esperanza que pudiera generar el término socialismo.

Recuerdo como si lo estuviera viendo aquel mediodía de 1980 en que el expresidente Carlos Andrés Pérez reunió al Comité Ejecutivo (CEN) de AD en un restaurante en La Castellana para presentarnos a quien, según él, tenía el futuro político garantizado en España. Era un Felipe González flaco, con el pelo largo y descuidado y con los dientes irregulares. ¡Un hippie! Es conocida la historia del «contrabando» que llevó CAP en el avión presidencial en un viaje a Madrid: era Felipe. Ya en 1982 era presidente del Gobierno español. Fue el artífice del fin del aislamiento y del ingreso de su país a Europa.

Para ese entonces los adecos nos sentíamos hermanados con el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) que del tinte comunista original pasó a practicar un socialismo democrático como el de los países escandinavos. Nunca imaginé que 41 años después me iba a sentir feliz por la derrota del PSOE en las elecciones autonómicas y municipales del domingo 28-5-2023.

Este PSOE de Pedro Sánchez que comenzó su degeneración con el mercader José Luis Rodríguez Zapatero, nada tiene que ver con aquel de Felipe González. En España donde aún parecen tener sentido los conceptos y calificaciones Derecha e Izquierda, a Pedro Sánchez le cobraron su alianza con Pablo Iglesias, líder del partido seudo marxista Podemos, amigo fraterno y financiado por el régimen de Nicolás Maduro.

Casi desaparecido Iglesias del escenario político, habría que aplicar la expresión francesa «cherchez la femme». Los dislates de su mujer Irene Montero, ministra de la Igualdad, fueron un factor importante en la derrota. Me refiero a los extremos de la ley del «Si es Si» y de la «Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación, de la Comunidad de Madrid».

El rechazo del voto español del domingo 28 de mayo a los extremismos y a la invasión mediante leyes en la intimidad y sexualidad de las personas, se va extendiendo a otros países.

En Argentina aparece con buena ubicación en las encuestas, Javier Milei con su oposición al aborto, incluso en casos de abuso sexual, su rechazo a la educación sexual integral en las escuelas, su apoyo a la venta libre de armas y la negación de la existencia del calentamiento global. En Chile José Antonio Kast, fundador del Partido Republicano y ganador de las elecciones constituyentes, es el líder la extrema derecha chilena y un abierto admirador de Pinochet. Varios candidatos para alcaldes en Colombia hacen campaña declarándose «bukelistas», es decir con promesas de acabar con la delincuencia y la violencia usando los métodos salvajes de Nayib Bukele, de El Salvador. De Santis en los EEUU acaba de lanzar su candidatura con un mensaje más extremo y bárbaro que cualquiera que haya emitido Donald Trump.

Esas son las reacciones contra lo que el filósofo francés Alain Finkielkraut llamó «la Izquierditud europea» que ha terminado extendiéndose por el mundo: «Carmen mata a Don José. La bella durmiente no puede ser despertada por el príncipe sin su «Sí es sí». En ‘El lago de los cisnes’, el ave negra que representa el mal cambia de color. En la Universidad de Cambridge, los estudiantes rechazan la celebración del bicentenario de Beethoven por ser demasiado «pálido, masculino y rancio». Bajo la vigilancia constante de estudiantes-chivatos, los profesores activan avisos de peligro entre ellos: no herir la sensibilidad femenina ni homosexual, la de los afroamericanos, nativos o musulmanes». Y así hasta el infinito el salto que ha causado la izquierditud hacia la derechitud más radical.

Twitter: @Paugamus

Paulina Gamus es abogada, parlamentaria de la democracia.

 4 min


Alejandro J. Sucre

América Latina tiene un potencial económico considerable debido a sus vastos recursos naturales, población joven y mercados de consumo en crecimiento. Listemos algunos factores clave que contribuyen al potencial económico de la región:​

  1. Recursos naturales: América Latina es rica en recursos naturales, incluidos minerales, petróleo, gas, tierras agrícolas, recursos hídricos y selvas. Estos recursos brindan oportunidades para industrias como la minería, la agricultura y la producción de energía, atrayendo inversiones extranjeras y promoviendo el crecimiento económico.
  2. Mercado de consumo en crecimiento: América Latina tiene una clase media grande y en expansión, que alimenta el consumo interno. El aumento de los ingresos y la urbanización contribuyen a aumentar la demanda de bienes y servicios, creando oportunidades para empresas e inversores.
  3. Capital Humano: La región cuenta con una fuerza laboral joven y dinámica, ofreciendo una ventaja demográfica.
  4. Comercio e inversión: América Latina se beneficia de numerosos acuerdos comerciales y bloques económicos regionales, lo que facilita el comercio internacional y los flujos de inversión. Las iniciativas de integración, como la Alianza del Pacífico y Mercosur, mejoran el acceso al mercado y promueven la cooperación económica entre los países miembros, creando oportunidades para que las empresas se expandan y atraigan inversión extranjera directa.
  5. Desarrollo de infraestructura: Las inversiones en infraestructura, como transporte, energía y telecomunicaciones, son cruciales para el desarrollo económico. América Latina ha estado haciendo esfuerzos para mejorar su infraestructura, que no solo apoya el crecimiento interno sino que también mejora la conectividad con los mercados internacionales, promoviendo el comercio y la integración económica.
  6. Potencial turístico: América Latina cuenta con diversos paisajes naturales, patrimonio cultural y sitios históricos que atraen a turistas de todo el mundo. El turismo contribuye al crecimiento económico, la creación de empleo y la generación de ingresos, particularmente en países como México, Brasil, Costa Rica y Perú.
  7. Avance tecnológico: los países de América Latina han sido testigos de un aumento en los avances tecnológicos y la transformación digital. El crecimiento de la industria tecnológica, incluidas las nuevas empresas y los centros de innovación, presenta oportunidades para la diversificación económica, la creación de empleo y la adopción de nuevas tecnologías en todos los sectores.

La verdad que deben decirse en Brasil en la reunión de presidentes es que Latinoamérica más bien confronta una fuga de talento y de divisas enorme, a pesar de su gran potencial. El único motivo de que Latinoamérica no progresa es por la corrupción de sus mandatarios y de sus equipos ministeriales. Por esa corrupción aunado a ese empeño por perpetuarse en el poder, América Latina enfrenta no puede lograr su desarrollo económico y parece un continente de hambrientos. Estos son algunos de los desafíos clave que se solucionarían si hay buena administración del gasto fiscal y democracia plena:

Acceso limitado a la financiación: el acceso a la financiación es un desafío importante para las empresas y las personas en América Latina. El acceso limitado al crédito, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (PYME), restringe la actividad empresarial y la inversión. La expansión de los servicios financieros, la promoción de la inclusión financiera y el desarrollo de sistemas bancarios sólidos pueden ayudar a superar este obstáculo.

Déficits de infraestructura: la infraestructura inadecuada, incluidas las redes de transporte, los sistemas de energía y la conectividad digital, representa una barrera importante para el desarrollo económico en América Latina. La inversión insuficiente en infraestructura por corrupción y limita la productividad, el comercio y la integración regional.

Brecha de educación y habilidades: Mejorar los sistemas educativos y promover la formación profesional puede ayudar a abordar la brecha de habilidades y fomentar el desarrollo del capital humano.

Dependencia de las exportaciones de productos básicos: muchas economías latinoamericanas dependen en gran medida de las exportaciones de productos básicos, como petróleo, minerales y productos agrícolas. Esta dependencia hace que estas economías sean vulnerables a la volatilidad de los precios en los mercados globales.

Desafíos del crimen y la seguridad: Los altos niveles de crimen, violencia e inseguridad afectan el desarrollo económico en varios países de América Latina. Estos problemas disuaden la inversión, obstaculizan el crecimiento empresarial y tienen un impacto negativo en el turismo. Abordar los desafíos del crimen y la seguridad requiere estrategias integrales que se centren en mejorar la seguridad pública, reducir el crimen organizado y promover la inclusión social.

Por favor no se mientan mas. En la reunión de Brasil los mandatarios tienen la responsabilidad de tomar medidas concretas para reducir la corrupción y de aumentar la democracia. No caerse a mentiras y culpar a los países como EEUU y europeos por la colonización del pasado. Tampoco que sirva esa reunión para alinearse con China y Rusia y crear una confrontación geopolítica innecesaria pero útil para perpetuarse en el poder. Esa confrontación geopolítica codiciosa que solo va a arrastras a más latinoamericanos a la pobreza crónica.

Twitter: @alejandrojsucre

 4 min


Carlos Raúl Hernández

El 29 de mayo Pedro Sánchez convocó elecciones y tendrá en teoría dos caminos que trazan futuros antagónicos. Uno, el PSOE regresa al centro y gobierna con el PP, un viraje dramático que implica deslastrarse del fentanilo posmoderno, de quienes leyeron Sartre sin tener grado de bachiller, de la pederastia, el debate político sobre la regla, “el derecho al orgasmo”, y dedicarse a impulsar cambios económicos para sacar España del acantilado. Demuestra ser un hábil táctico para mantenerse en el poder. En desacuerdo con la abstención del partido en las cortes de 2016 para abrir paso a Mariano Rajoy, renuncia a conducirlo y luego a la diputación, arranca de cero, para regresar espectacularmente en 2017 a la secretaría general. Subestimarlo sería un error. Anticipa las elecciones para congelar disidencias en su partido, la eventual discusión de su liderazgo o primarias internas y mantiene el control para asegurar a sus amigos en el parlamento, porque, dicen los españoles “fuera de la política hace mucho frío”. Veamos algunos números electorales del domingo 28. El Partido Popular saca 7 millones de votos, 31,53%, y el PSOE 6.3 millones (28.11%), una ventaja de 761 mil (3.4%).

El PP mejora en 9 puntos con respecto a 2019, casi dos millones de votos, mientras el PSOE pierde 1 punto, 388 mil. Isabel Natividad Díaz Ayuso, el zenith del proceso con cerca de 1 millón 600 mil votos, 47.5%, casi triplica a su inmediato seguidor y tiene mayoría absoluta para gobernar, mientras desaparecen Ciudadanos y Podemos. El primero, un partido de futuro-anterior brillante (Bernard Shaw decía que le “importaba tanto el futuro de un hombre como el pasado de una mujer”) con las puertas abiertas del status, pero hace tiempo desahuciado por dos más que errores, traiciones: ayudan a defenestrar a Rajoy por “viveza. Y lo intentan con Ayuso, entonces su aliada, con una conspiración en la Asamblea de Madrid para revocarla y mientras ella escribe el decreto disolviendo la cámara -cómo Sánchez hoy- Ciudadanos en otra oficina escribe con la oposición el voto de censura-destitución contra ella, que llega 23 minutos después de disueltos. Coppola hubiera intercalado las dos secuencias entre los truenos de Caballería Rusticana de Mascagni y Sofía Coppola desplomada al final en brazos de su padre, con un tiro en el pecho. Los resultados hablan de la fortaleza del PP y del PSOE porque, aunque oscila el péndulo, preserva a los socialistas, pese a que lesionaron el tejido conjuntivo de la sociedad, económica, moral y culturalmente.

Fuenteovejuna fue precisa con el bisturí: extirpó a Podemos, liposuccionó a Vox hasta 10% y mantuvo firme la base del PSOE, luego de que abandonara el hogar “con un extraño de pelo largo”. No tuvo una caída catastrófica y los electores desde abajo replantean el bipartidismo, mientras Feijóo y algunos factores de poder lo hacen políticamente. En el triunfo del PP confluyen virtuosamente el sentido político, la intuición de Alberto Núñez Feijóo y el carisma polimorfo y arrollador de Ayuso. Hay que prevenirse de las inquinas que trafican con el odio a la presidente de Madrid, en la tónica disparatada de “Ayuso ganó porque es una madrileña típica” (salvo en un mundo de idiotas, eso sería un defecto en Kabul o Kamchaka pero no creo que en Madrid). Almas en el purgatorio de la envidia asocian la marea azul con trumpismo mayamero, porque Díaz Ayuso despierta pasiones, pero sorprende que su peor enemigo sea la comparsa feminazi, seguramente porque no se victimiza, se abrió paso en un mundo masculino, rudo y no necesitó cuotas.

El feminazismo debe cuidarse de ser yeyuno-parlante. Un ejemplo esplendoroso de lo que los españoles si rechazaron en las urnas, lo revela Emiliano García-Page del PSOE, presidente de Castilla-La Mancha, quien obtuvo su tercer triunfo y no sucumbió a la debacle general, por desmarcarse enfáticamente en su gestión de las extravagancias de Podemos y el independentismo. Esto debe balancearlo bien Sánchez para escoger sus aliados porque a sectores de izquierda no progre les resulta intolerable un nuevo pacto Frankenstein y pueden convertirse en votantes del PP. Ya Italia, harta de barbaridades progres, escogió a Giorgia Meloni. Pero Felipe González, líder histórico de la apertura, se ocupa de Venezuela y no de la viga que tiene en el ojo. Una médium transilvana que se comunicó con Iglesias desde ultratumba, presenta una desesperada tesis: que Sánchez “encabece un frente de izquierdas” “progre”, una especie de noche de los muertos vivientes, aunque el licitante ya no aporta ni su coleta, pero le serviría para salvar su diputación y sobrevivir.

El vecino de Galapagar quiere olvidar varios misterios dolorosos de Sánchez: que planificó meticulosamente con Yolanda Díaz el asesinato de Podemos y no les da un minuto para recuperarse, ni siquiera a ella. Así puede vampirizarlos, aprovechar la crisis y convencer a los muertos vivos de “detener a la derecha” y votar al PSOE. Sánchez, a diferencia de Iglesias, está derrotado, pero no destruido y con su poder mediático-económico podría entrabar la gobernabilidad del país, porque Comú Podem, Izquierda Unida, Compromis y otros nacionalismos no se descalabraron. La recomendación de Iglesias es que boicotee la solución de los problemas y más bien los profundice y si el PP gobierna con Vox, podrán agitarán el fantasma. Denunciarán las políticas de austeridad necesarias: reducir impuestos y desestatizar, eliminar cargos públicos sobrantes, neutralizar leyes ideológicas locoides. Núñez Feijóo propuso al PSOE apoyar en cada autonomía al candidato que llegó de primero en la elección, idea que recuerda el Pacto de la Moncloa.

Pronto Sánchez debería anunciar su ruta. El PP quiere alianza con PSOE, porque los cambios necesarios requieren gobernabilidad y neutralizar chantajes y la alianza con Vox anuncia una feroz ofensiva “contra el gobierno de extrema derecha”. Bajo los efectos devastadores de la guerra en Ucrania, la UE exige recortar las ayudas a los países miembros, entre otras, 10 mil millones de euros de apoyo al consumo energético El Premio Nobel de medicina Albert Szent-Gyorgyi, definió el pensamiento creador como la capacidad “de ver lo que todo el mundo ve y pensar lo que nadie piensa”. En principio la división del mundo en izquierda y derecha me parece una avilantez, sobre todo cuando la democracia y la libertad de expresión se fugaron de Europa, los cheerleaders de la economía de mercado son Xi-Jinpin y Putin, los del estatismo proteccionista, Biden y Trump. En España y Europa la taxonomía política la hacen los medios y no la realidad. Por motivos meramente hermenéuticos o semiológicos, sin relación con la evidencia histórica o política, ser de izquierda (Stalin), es “ser bueno”, mientras ser de derecha, (De Gaulle), es “ser malo”.

Es una maniobra comunicacional ubicar al Partido Popular en la “derecha”, mientras apoya la Agenda 2030, el programa más radical del siglo XXI, que aspira el merey de cambiar la naturaleza humana, a la izquierda del Manifiesto Comunista. El triunfo del triunfo del PP está en lo que trasmiten sus máximas figuras, Feijóo y Ayuso, y reverbera por la organización: un gallego cálido-inteligente-capaz y una talentosa-dulce- fuerte sex simbol. No el feroz lobo Alfa y sus doñes regañones y malhumorades de Podemos. A Vox, conservadores moderados, los kamaradas los califican de “extrema derecha” y “fascistas”. Pareciera que el PP estudio detenidamente a la oposición venezolana para saber qué no hacer. Es cierto que los líderes de Vox son demasiado pasionales ante el micrófono y el PP aspira que suavicen el tono antes de una eventual entrada en el gobierno, pero defienden principios universales de occidente: los países deben tener control sobre la migración y respetar la propiedad para que la economía funcione, sin perjudicar gente al confiscar viviendas.

Qué hay dos sexos biológicos, pero la sexualidad adulta es libre, y cada uno puede acostarse con una licuadora si es su deseo, pero no imponerlo a los demás. La seducción es una maravilla de la cultura más sofisticada y no acoso, y las mujeres no son seres oprimidos y dolientes, sino líderes de la sociedad. Hay consenso social en que tiene derecho de creerse un micro hondas, pero no para obligar a que otros calienten café en su barriga. Hacer de los niños sujetos sexuales “con consentimiento” es un crimen, y hay que enseñarlos a defenderse del bullying para que no sean papanatas en el futuro y puedan decidir sus vidas. Hay una marea roja de locura, imbecilidad e ideologías posmodernas, aunque sea redundancia, que alimentan grandes chorros globales. Megaempresas, medios comunicación, multilaterales, gobiernos de países avanzados, partidos políticos, conforman lobbies asalariados para derivar movimientos totalitarios.

@CarlosRaulHer

 6 min


Jesús Elorza G.

El pasado 29 de mayo, las calles y avenidas principales de todos los estados del país se vieron colmadas por concentraciones y marchas de los adultos mayores en condiciones de pensionados y jubilados que convirtieron la celebración de su día en una jornada de protesta nacional ante la grave situación que viven los trabajadores producto de los rigores de las políticas económicas aplicadas por el régimen de Nicolás Maduro. Llamó poderosamente la atención de todos los ciudadanos la consigna central de esta jornada “No al exterminio del adulto mayor” que, dejaba al descubierto las verdaderas y macabras intenciones del régimen con sus arbitrarias y totalitarias decisiones en materia económica en contra de los trabajadores.

La pérdida progresiva del poder adquisitivo de las pensiones en los últimos años, mantiene a los pensionados en un estado de zozobra permanente, agobiados con un cúmulo de necesidades que debemos enfrentar, especialmente las referidas a la alimentación y las medicinas, las cuales, por los bajos montos de las pensiones en relación con el alza indetenible de los precios de estos rubros, lo que nos imposibilita su adquisición por lo que estamos subalimentadas y sin poder controlar nuestras enfermedades.

El incremento de la pensión para el 15 marzo del año 2022, de 7 Bs que se percibían desde mayo del 2021 a 130 Bs que representaban 30 $ para aquella fecha, hoy equivalen a 5 $, los cuales en pocas semanas serán 0 $ por efectos de la inflación que padecemos, condenando a más de 5 millones de adultos mayores a la pobreza más extrema jamás padecida, al hambre, a la desnutrición y a muerte adelantada por carencias alimentarias y medicinales al no incrementarse este año el salario mínimo, de acuerdo a lo establecido en el Decreto 6746, emitido en Gaceta Oficial el 1° de Mayo del 2023. Al no haber incremento del salario mínimo no hay incremento de las pensiones por cuanto a este salario se ancló ilegalmente el monto de las pensiones del IVSS.

Hambre, desnutrición y pobreza extrema sostenida como política gubernamental acompañada de la inexistencia de programas de protección social, hospitales en total abandono, salarios-jubilaciones y pensiones congelados en el tiempo y destruidos por la hiperinflación deja en claro las verdaderas intenciones del régimen de conducir a los adultos mayores hacia un holocausto de exterminio parecido, en sus intenciones, a los campos de concentración del fascismo alemán.

Que otra cosa pudiera pensarse cuando un trabajador no recibe suficiente salario, jubilación o pensión para la compra de sus alimentos (ingresos 5 $ y el costo de la cesta alimentaria es de 500$), cuando tiene que enfrentar un problema de salud y no puede acudir a una clínica por carecer de recursos y en los hospitales le piden una lista de insumos que supera en más de 20.000% sus ingresos mensuales, de lograr ser atendido viene el vía crucis de poder comprar las medicinas, algo imposible con un salario básico de 130 bolívares, si por simple casualidad logra tener un seguro HCM le exigen que pague y luego reclame el reembolso que nunca llegará, si acude a su Caja de Ahorro se conseguirá que el régimen tiene más de tres años sin entregar los aportes correspondientes por los descuentos (apropiación indebida) y finalmente si aparece la muerte carece de un seguro funerario y debe enterrar a sus deudos o a la inversa mediante la ayuda solidaria.

Todo esto ocurre con la anuencia intencional de un régimen autoritario que solo busca mantenerse en el poder a costa de lo que sea sin tener el más mínimo interés en solventar la compleja crisis humanitaria por la cual atraviesa la población venezolana.

El falso argumento de responsabilizar a el bloqueo y mirar para otro lado mientras los escándalos de corrupción dejan desnudo al régimen en su política de saqueo de los recursos y bienes nacionales.

La lucha es por la vida contra el exterminio. Nuevas condiciones de vida y trabajo requieren necesariamente un cambio de gobierno. Es obligatorio superar este holocausto bolivariano siglo XXI.

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Enrique Krauze

En la tierra de “El padrino” no se venera a los delincuentes sino a los jueces. La memoria de dos de ellos ha quedado grabada en la imaginación popular: se llamaban Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. En Palermo los niños peregrinan con sus maestros a la iglesia de Santo Domingo donde yacen sus restos. Los jueces no son sólo héroes civiles: son santos laicos.

Hasta 1986, las extorsiones, robos y asesinatos de la Mafia siciliana se juzgaron como crímenes individuales y no como la acción concertada por una organización delictiva. Todo cambió aquel año, cuando se llevó a cabo en Palermo el llamado “maxiproceso”, un juicio que puso ante el tribunal a 475 miembros de la Cosa Nostra. Los informes del mafioso arrepentido Tommaso Buscetta, recogidos por Falcone y Borsellino, resultaron cruciales para sostener el proceso. Al final, 360 acusados terminaron tras las rejas. Fue el primer gran golpe contra el crimen organizado en Sicilia.

Pese a todo, los reos confiaban en una pronta liberación. Así había sucedido siempre, gracias a las amenazas de la Mafia y a sus complicidades en todos los niveles del gobierno. Pero Falcone y Borsellino se empeñaron en el cumplimiento de las sentencias: protestaron por la cancelación en segunda instancia de algunas condenas y durante cinco años se encargaron de procesar las apelaciones de los convictos. Así lograron anular las absoluciones. Los mafiosos que habían sido liberados retornaron a la cárcel, muchos para permanecer ahí de por vida.

Aquella victoria de los jueces fue mucho más profunda que la mera condena de los criminales. Ocurrió un cambio en la percepción pública, en el ánimo social. En palabras de Falcone, se había logrado “privar a la Mafia de su aura de impunidad e imbatibilidad” (Cose di Cosa Nostra, 1991).

Naturalmente, los jueces quedaron en la mira de la Mafia. Falcone se trasladó a Roma en 1991 para dirigir el departamento de asuntos penales del Ministerio de Justicia, donde prosiguió su trabajo bajo fuertes medidas de seguridad. Pero en una visita a su tierra natal, el 23 de mayo de 1992, una carga de 500 kg de TNT y nitrato de amonio colocada bajo la autopista que conduce al aeropuerto de Palermo estalló a su paso. El juez, su esposa y tres guardias murieron en el atentado. La orden de asesinarlo provino del “jefe de jefes”, Salvatore Riina, sentenciado en ausencia a cadena perpetua en el “maxiproceso”.

También Paolo Borsellino se sabía condenado a muerte. Desde su posición de “juez antimafia”, había denunciado con energía el aislamiento en que los políticos dejaban a los juzgadores, así como la falta de voluntad del Estado para respaldar el combate contra el crimen organizado. Menos de dos meses después del asesinato de Falcone, el 19 de julio, la amenaza se cumplió: cuando llegaba a visitar a su madre en la vía D’Amelio de la capital siciliana, un automóvil bomba cargado con 110 kg de TNT estalló frente a la vivienda, causando su muerte y la de cinco escoltas.

Los crímenes llenaron de indignación a toda Italia. Miles de sicilianos salieron a las calles para manifestar su rechazo al crimen organizado, un acto sin precedentes en la isla, donde solía prevalecer el silencio ante los actos de la Mafia. Aunque Borsellino tuvo un funeral privado, en las exequias de sus guardias, celebradas en la catedral de Palermo, una multitud crispada rompió el cordón de seguridad y entró al templo para increpar al jefe de la policía y al presidente de la República.

El asesinato de los jueces resultó contraproducente para la Mafia. Ante la presión social, la respuesta del gobierno italiano fue enérgica. Gracias a un gran despliegue policial, Salvatore Riina fue detenido a principios del año siguiente. Así terminaron sus dos décadas de mando sobre la Cosa Nostra. Permaneció en prisión 24 años hasta su muerte en 2017. Decenas de otros participantes en los atentados fueron también consignados ante la justicia.

La Mafia no ha sido vencida en esa isla prodigiosa por donde han pasado todas las culturas del Mediterráneo. La Mafia, que como la langosta arrasa con todo lo viviente, mantiene aún a Sicilia en un estado de retraso. Pero en Sicilia el ciudadano no tiene dudas de dónde está el bien y el mal. En Sicilia, el ciudadano protesta, a veces solo simbólicamente, contra la Mafia.

En Sicilia, a la delincuencia no se le trata con abrazos ni se le responde con balazos: se le persigue con la justicia y se le aplica la ley. ~

29 de mayo 2023

Letras Libres

https://letraslibres.com/politica/enrique-krauze-mafia-sicilia-jueces-le...

 3 min


Beatriz De Majo

La prensa, y muchos más fuera de la prensa, la han emprendido contra Luis Ignacio Lula Da Silva por el espaldarazo que el mandatario brasilero le ha ofrecido, sin ambages, al dictador Nicolás Maduro. Lo cierto es que el líder carioca se metió un potente autogol cuando, para tratar de estructurar un proyecto que muchos consideran justo – el de la reconstrucción de la fallida UNASUR como centro de confluencia de países en el Continente- intentó crear un ambiente previo de camaradería entre mandatarios de la izquierda latinoamericana y, para ello, se despachó en halagos al inquilino de Miraflores y aseveró, con contundencia, que no existe tal cosa como violaciones de derechos humanos en suelo venezolano. La reacción de la prensa de su país, los parlamentarios brasileros, algunos de los colegas presidentes invitados al evento y el ciudadano de la calle no se hizo esperar y fue muy llena de virulencia.

¿A quién se le puede ocurrir que son inventos de los adversarios a la lucha bolivariana, las espantosas violaciones de derechos humanos que se producen a granel en Venezuela cuando en el Tribunal Internacional de La Haya cursan cientos de casos que lo ejemplifican por ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y torturas y cuando la investigación del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos así lo ha reseñado luego de una exhaustiva investigación? Dos de los augustos Jefes de Estado invitados a la Cumbre convocada por Lula, Luis La Calle y Gabriel Boric, se deslindaron rápidamente del tema defendido por el anfitrión, calificando de equivocados los comentarios de Lula de apoyo a los desmanes y crímenes del venezolano en su afán por reprimir la disidencia.

Pero ahora me pregunto yo si la misma agresividad que ha habido contra Lula por haberse equivocado de talismán en la organización de su cumbre de Brasilia no es válida igualmente para señalar los desaciertos de Gustavo Petro, el Presidente Colombiano quien también ha resuelto visiblemente compartir un confite con Maduro, solidaridad que no le está haciendo ningún bien a un gobierno que, en lo que va de mandato no ha logrado arrimar una al mingo. Otro autogol!

Sin duda que la causa de la bilateralidad es noble entre Colombia y Venezuela. Nadie puede negar que un buen entendimiento con una Venezuela que actúe dentro de parámetros de ortodoxia en lo comercial, en lo político, en lo empresarial, en lo social, en lo estratégico, en el tema de la Paz Total propugnada por Petro y en lo moral sería muy beneficioso para Colombia. Pero la Venezuela de los últimos más de 20 años es lo que menos necesita cualquier mandatario como socio. No solo el país ha sido vaciado por el régimen imperante de su potencial económico, ha sido destrozada su sociedad, se ha empobrecido a la ciudadanía, dilapidado su riqueza, sino que además el gobierno se ha asociado con lo más abyecto de Colombia: su narcoguerrilla, sus grupos criminales, sus terroristas. ¿ Qué necesidad tiene Lula, ni Petro tampoco, de hacerle loas a un régimen señalado por los actos de corrupción mas aterradores? No les hace falta ni a uno ni a otro ir de la mano de un dictador para ganar laureles.

Tanto el brasilero como el colombiano se están inaugurando al frente de los gobiernos de sus países en momentos particularmente difíciles al interior de los mismos y dentro del ambiente geopolítico convulso internacional donde les toca desempeñarse. La solidaridad con Maduro le costó caro al otrora líder trabajador del Brasil. Igualmente caro le saldrá al ex guerrillero colombiano que arranca su mandato con muchas pelotas que mantener en el aire. Lejos deberían estar ambos, si fueran inteligentes, de estigmatizarse tendiéndole a mano a uno que ya viene de salida y a quien lo esperan, para hacer justicia, los altos tribunales del planeta.

 3 min


Ismael Pérez Vigil

Todavía tengo ese embotamiento, esa perplejidad y angustia, similar a la que produce la pérdida de un amigo muy entrañable, muy querido, la de un familiar muy cercano. Así me siento a una semana de lo ocurrido en la UCV en la frustrada y frustrante elección del 26 de mayo. Sí, siento como una pérdida lo ocurrido, creo que todos en el país perdimos algo, una gran oportunidad, por lo menos. Y no piensen que voy a hacer algún análisis o enredarme en algunas de las discusiones que están planteadas.

Llegué antes de las 11:00 de la mañana a la universidad ese día y estuve más de una hora dando vueltas para estacionar, cuando finalmente lo pude hacer me dirigí hacia la facultad para votar, contento y animado por lo que veía: el gentío, las enormes colas que se habían formado. Aunque me comenzó extrañar que a esa hora todavía fueron tan largas las filas y que parecían no moverse mucho. De camino a la facultad atravesé la Tierra de Nadie y allí me conseguí con Humberto Rojas, uno de los candidatos a Rector a quien conozco desde hace muchos años y me acerqué a saludarlo y hablar con él; le pregunté sonreído, alegre, como estaban las cosas y cuando me dijo: “Esto es un desastre…” pensé que me estaba tomando el pelo, pero debo haber palidecido, porque Humberto no es dado a esas bromas, y me fue explicando lo que estaba ocurriendo.

Yo no podía creer que eso fuera posible; la especulación sobre las causas de la demora rodaba por todas partes y había todo tipo de versiones; pero, en aquella muchedumbre en la universidad, haciendo fila para votar, de excelente humor, nadie hacía un gesto de que pensara irse. Nos mirábamos como atontados, sin saber ni entender lo que estaba pasando y de manera absurda, por lo que ya se sabía, nos metíamos en las filas para ir a votar, aun cuando ya corría la información de que no había material, que el proceso había fallado y que las autoridades estaban considerando la posibilidad de diferirlo o suspenderlo. Pero nadie se movía. Después de tantos años esta oportunidad era demasiado importante, para la universidad, para el país, como para pensar que todo se estaba derrumbando.

Viendo aquel gentío movilizado para votar, resultaba insólito pensar y aceptar lo que había pasado. Vistas las cosas ahora, sabiendo lo que ahora sabemos, resulta todavía más inexplicable porque las autoridades de la Comisión Electoral no suspendieron el proceso sabiendo, como aparentemente sabían, que el material electoral no estaba completo, que era difícil que llegara a todas las mesas. Que los votantes nos quedáramos allí, esperando algún milagro, algún acto de magia, era comprensible, son muchos años esperando este momento; pero, no era comprensible que las autoridades electorales no suspendieran ese proceso a las dos horas de haberse iniciado, a las 10:00 de la mañana y pasar el trago amargo en ese momento, en vez de esperar seis u ocho horas para suspender el proceso de todas maneras; ya sabían que el material no iba a estar disponible.

Cuando hay vacíos, información incompleta, ese vacío, esa información incompleta se llena con lo que se consigue, con rumores, con suposiciones, con versiones, o noticias falsas o medio verdaderas, con lo que sea. Si las autoridades electorales designadas por el Consejo Universitario, o el propio Consejo, no informaban, no es de extrañarse que el vacío se llenara con cualquier información y a estas alturas −una semana después− todavía no se sabe cuál es la información completa de lo que allí ocurrió. De nada sirve analizar el pasado conjugándolo con verbos que suenan a futuro y a condicionales: “… que hubiera pasado sí…”. Ahora, hoy, ¿Qué podemos pensar hacia adelante, hacia lo más inmediato, acerca de lo que podrá ocurrir la próxima vez que se monten las mesas? Como evitar que vuelva a ocurrir el 26 de mayo.

Por eso se debe explicar a la comunidad universitaria, claramente y completamente, que fue lo que paso. No bastan lacónicas explicaciones, a través de tuits, de la Comisión Electoral, porque si las interrogantes no se resuelven y las versiones continúan rodando, las preguntas siguen taladrando el ánimo. Son demasiadas preguntas, se necesitan más respuestas, es demasiado importante lo que está en juego.

Ahora nos enfrentamos a la incertidumbre, del futuro y de lo inmediato: ¿Qué va a ocurrir la próxima vez, el 9 de junio? Los candidatos ponen las ideas y los programas, los electores universitarios ponemos el entusiasmo y los votos; pero, alguien tiene que poner las sillas y los platos en la mesa para todos los comensales, los más de 220 mil convocados, o los 30 mil, o el número que sea que vayamos a concurrir. Hay que asegurar que se podrá subsanar todo para ese día, para que se vuelva a movilizar el gentío, dejando atrás el trago amargo y la frustración del 26 de mayo. Sin duda es una herida que se debe restañar. Que tiene que cicatrizar bien, aunque de vez en cuando duela.

De todas formas, el 9 de junio “…yo pisaré las calles nuevamente… (y) …me sentaré a llorar por los ausentes”

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