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Opinión

Juan Arías

A cada nuevo descubrimiento radical la humanidad se siente perpleja y la primera reacción es siempre de temor junto al asombro.

Como cada año, el mes de agosto nos trae a la memoria los días 6 y 9, el trágico aniversario del lanzamiento en Japón de la primera bomba atómica. Desde entonces a hoy se han escrito multitudes de estudios y reflexiones sobre lo que aquel episodio supuso para la humanidad en esa contradicción entre el miedo y la esperanza.

Es cierto que el descubrimiento de la energía atómica, con todas sus consecuencias posibles por su fuerza de destrucción y progreso, asustó en un primer momento. Hoy sabemos que la misma energía destructiva que tiñó de sangre a Japón asustando, y sigue haciéndolo, a la humanidad frente a un posible cataclismo mundial, ha acabado al final salvando, por ejemplo, a través del progreso en la medicina, a millones de personas.

A cada cambio brusco e inesperado de la historia, el mundo se ha dividido siempre entre optimistas y pesimistas. Se dividió ante el descubrimiento de la energía atómica y se divide hoy ante la revolución biodigital en la que estamos entrando. Uno de esos nuevos procesos históricos que generan temblor y que vuelven a amenazar a los humanos, que podrían por primera vez ser superados por las máquinas en inteligencia, y por tanto incontrolable.

A veces pienso, sin embargo, que seguramente ese miedo que hoy nos encoge puede parecerse, en verdad, a todos los grandes cambios de la humanidad desde la aparición del Homo Sapiens hasta nuestros días. No es fácil imaginarse el estupor del ser humano a cada nuevo descubrimiento de la ciencia y la tecnología. Como cuando por primera vez fue posible escucharnos y después vernos de una parte a otra del mundo a la velocidad de la luz. ¿Y la revolución de la energía eléctrica o la posibilidad de llegar a la Luna algo tan increíble que aún hoy hay quienes prefieren pensar que no fue verdad? ¿Y poder volar de un continente al otro?

El mundo cambió radicalmente cuando se encendió la primera luz, la gran revolución. A nuestros antecesores les debió crear a la vez, como hoy con la revolución biodigital, miedo y esperanza.

A cada nuevo descubrimiento radical la humanidad se siente perpleja y la primera reacción es siempre de miedo junto al asombro. Sólo a distancia vamos descubriendo que el ser humano acaba siendo superior a todos los cambios más radicales. Recuerdo a una tía mía andaluza que era tan pesimista que a cada novedad tecnológica o de costumbres, levantaba los ojos al cielo y exclamaba mientras se abanicaba en el calor del verano: “Por Dios, a dónde vamos a llegar. Esto es el fin del mundo”.

Ya sé que muchos me dirán que esta vez estamos ante la llegada de un cambio de época que podría ser radical e irreversible cuando se piensa que por primera vez una simple máquina podría presentarse con mayor inteligencia que la humana sin que pueda ser detenida. ¿Será el final del Homo Sapiens?

Nadie lo sabe ni lo puede aún imaginar. Lo que sí es cierto es que el ser humano a pesar de que sus miedos crearon a los dioses a quienes poder pedir ayuda ante lo desconocido, empezando por el misterio de la muerte y del más allá, ha siempre acabado saliendo a flote de todas las tormentas que lo han agitado. Y ha salido no sólo indemne de sus mayores miedos sino dando el salto a nuevas conquistas y domando las aguas que siempre lo amenazaron.

Hoy existe miedo y perplejidad ante las nuevas tecnologías de cómo podrán cambiar radicalmente, por ejemplo, todo el mundo de la enseñanza y del trabajo con sus consecuencias aún inimaginables.

Y aquí, hasta el momento, una vez más el mundo se divide entre el miedo y la esperanza sobretodo porque esta vez se están juntando como nos dicen los expertos, el riesgo de una explosión nuclear, biológica, tecnológica, económica, social y ambiental al mismo tiempo y una vez más la humanidad se pregunta hasta donde ello nos conducirá. Y los optimistas y pesimistas vuelven a estar en guerra.

Una cosa es cierta y es que hasta ahora todos los miedos que nos acarrean los nuevos descubrimientos han acabado convirtiéndose en un avance global de la humanidad, lo que deja espacio a la esperanza de que los miedos de mi tía pesimista vuelvan de nuevo a ser infundados y que al final el Homo Sapiens sabrá navegar en las olas agitadas de esta pobre y rica humanidad.

Como ha escrito David Feffer en su columna del diario O Globo “el mar calmo nunca creó buenos marineros”. Y hoy por aparecer que las aguas se ven más agitadas y más amenazadoras que nunca, lo que se necesita es, en vez de dejarse arrastrar por un pesimismo radical que empieza a afectar hasta a la salud psíquica de las personas es de buenos marineros, en todos los campos de la ciencia y del pensamiento capaces de domar el miedo que nos circunda.

4 de agosto 2023

El País

https://elpais.com/opinion/2023-08-04/el-mundo-se-debate-una-vez-mas-ent...

 4 min


Jocelyn Timperley

El concepto del "tope del petróleo" -el momento en el que lleguemos a la capacidad de extracción máxima antes de que la producción disminuya de forma irreversible- ha estado rondando durante décadas.

El mundo no lo ha alcanzado por el momento y se desconoce cuándo llegará.

No obstante, la Agencia Internacional de Energía (AIE), que asesora a los gobiernos en política energética, anunció que posiblemente se produzca un hito diferente pero relacionado: el tope en el consumo (o demanda) global de petróleo.

"Creemos que será a finales de esta década, probablemente en 2029 o 2030", afirma Ciarán Healy, analista del mercado petrolero de la AIE y coautor del informe.

"Pronosticamos un crecimiento -aunque desacelerado- para esta década y el petróleo sigue siendo un activo muy importante, aunque hay puntos de inflexión a la vista", matiza.

Alcanzar el tope de consumo de petróleo no es suficiente para revertir el cambio climático y el nivel al que llegaremos al final de esta década todavía quedará muy lejos del necesario para mantener el aumento de la temperatura global dentro de límites seguros.

De hecho, la AIE señaló con anterioridad que, para alcanzar el cero neto de emisiones de CO2 en el sector energético en 2050 -imprescindible para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C sobre los niveles preindustriales- es necesario detener de inmediato la apertura de nuevas explotaciones de carbón, petróleo y gas.

En todo caso, sería importante que la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables se produzca a escala global.

La AIE no es el único organismo que ha anunciado el fin del aumento de la demanda de crudo. Compañías petroleras como BP también creen que está disminuyendo.

Entonces, ¿qué hay detrás de estas cifras y qué impide un descenso más pronunciado?

El nuevo tope

Hasta principios de la década de 2010, los debates sobre el "tope del petróleo" se referían casi exclusivamente a las preocupaciones sobre el momento en el que se alcance la capacidad máxima de producción, a lo que seguirá una disminución irreversible.

Esta era una fuente de preocupación para los expertos en energía, que veían una creciente dependencia mundial del petróleo, si bien nunca se cumplieron las predicciones de una llegada -a veces, se decía, inminente- del nivel máximo de producción.

Una de las principales razones por las que el mundo no ha alcanzado este tope en los últimos años es la irrupción de fuentes de crudo no convencionales, como el petróleo de esquisto bituminoso y las arenas bituminosas, así como los descubrimientos de grandes yacimientos de petróleo convencionalesen países como Guyana, Namibia y Brasil.

"Siempre ha habido nuevos descubrimientos o nuevas tecnologías, nuevas formas de extraer petróleo", explicó Krista Halttunen, investigadora de finanzas sostenibles de la Universidad de Oxford y coautora de un artículo sobre el pico del petróleo publicado el año pasado, cuando era investigadora de doctorado en el Imperial College de Londres.

"De este modo, nunca alcanzamos un tope: en realidad, la capacidad de producción ha estado creciendo todo el tiempo que hemos tenido crudo".

Sin embargo, mientras aumentaban en las últimas décadas las preocupaciones sobre el cambio climático, se producía un gran cambio en las opiniones sobre la extracción de combustibles fósiles.

La enorme influencia del carbón, el petróleo y el gas sobre el cambio climático global, unida al aumento de fuentes alternativas de energía renovable, puso de relevancia la urgencia de reducir y eliminar gradualmente los combustibles fósiles.

Mientras el mundo se esfuerza para reducir el consumo de estos recursos, ha surgido un nuevo concepto: que comencemos a dejar de necesitarlos antes de agotar todo lo que es posible extraer de la corteza terrestre. Este es el punto que la AIE cree que el planeta alcanzará a finales de la década de 2020.

Las nuevas proyecciones de la AIE provienen de su último informe petrolero a medio plazo y están ampliamente alineadas con su "escenario de políticas establecidas", un panorama global relativamente conservador que se basa en lo ya implementado para lograr cambios climáticos y otras metas de energía, en lugar de asumir que se cumplirán todos los objetivos establecidos.

"Esta es una visión de lo que pensamos que va a pasar con base en las cosas que la gente ha dicho que van a hacer o que estamos seguros de que van a pasar", indicó Healy.

Para que la demanda de petróleo disminuya antes se necesitarían políticas adicionales y cambios de comportamiento, señaló la AIE.

Incluso monitorear el uso actual de petróleo es un gran trabajo: "Aquí hay un gran equipo de estadísticos que esencialmente no hacen nada más", afirmó Healy.

La proyección va hasta el año 2028, cuando la AIE cree que el mundo estará a punto de alcanzar la demanda máxima de petróleo.

Es la primera vez que la AIE determina que la demanda mundial de petróleo alcanzará su punto máximo en un período de tiempo tan corto.

"Cuando ejecutamos el modelo y vimos el tope, fue un poco sorprendente", expresó Healy. "Claramente fue un resultado muy interesante".

La clave para alcanzar el tope de consumo

Para comprender lo que la AIE cree que está sucediendo ahora con la demanda máxima de petróleo hay que considerar que el sector del transporte es, de lejos, el mayor consumidor de petróleo: representa alrededor del 60% de los 100 millones de barriles que se consumen a nivel mundial cada día.

"No hay nada que requiera tanto petróleo como el transporte", afirmó Halttunen.

De eso, alrededor del 45% del total -45 millones de barriles por día- se usa en combustible para vehículos como automóviles, camiones y camionetas, aseguró Healy.

Es aquí donde los cambios radicales ya están comenzando a frenar la demanda de petróleo.

Dos grandes factores están impulsando esto: la llegada de combustibles alternativos para vehículos, especialmente los eléctricos, y una mayor eficiencia de los vehículos.

Los autos eléctricos han sido una gran historia de éxito, opinó Healy, y ya están teniendo un impacto en la demanda de gasolina, especialmente en China, Europa y Norteamérica.

A nivel mundial, el 14% de todos los automóviles nuevos vendidos en 2022 fueron eléctricos, frente al 9% en 2021 y menos del 5% en 2020.

"Esperamos que siga teniendo un gran impacto, ya que se venden más y más vehículos eléctricos y se reemplaza el uso de motores de combustión interna en la flota", afirmó Healy.

Los enormes cambios que se avecinan en el transporte global tampoco siempre son particularmente visibles para todos, señaló Halttunen.

China, por ejemplo, ahora tiene alrededor de 600.000 autobuses eléctricos y 13,8 millones de autos eléctricos en sus carreteras, más de la mitad de la flota del mundo.

Al mismo tiempo, el aumento de la eficiencia de los vehículos en muchos países en muchos tipos de transporte, impulsado en gran medida por estándares gubernamentales, está ayudando a mitigar los aumentos en la demanda de petróleo.

"A medida que se reemplaza la flota, con autos más viejos vendidos típicamente hace 15 o 20 años que son reemplazados por otros nuevos y mucho más eficientes, o aviones más nuevos que reemplazan a aviones más viejos y mucho menos eficientes (...), esto ayuda a limitar realmente el aumento en todas estas diferentes categorías", sostuvo Healy.

Por supuesto, estos dos factores limitantes del uso mundial del petróleo en el transporte están siendo contrarrestados en cierta medida por el creciente deseo de personas de todo el mundo de moverse más.

"Al crecer la población y la economía la gente se vuelve más rica, especialmente en los países de ingresos bajos a medios", explicó Healy.

"Uno espera que haya esta presión alcista subyacente sobre la demanda de movilidad de las personas y la demanda implícita de combustible que va con eso", añadió.

La AIE cree que India, por ejemplo, asumirá el papel de más rápido crecimiento en el mercado mundial del petróleo durante los próximos cinco años.

Mientras tanto, el aumento de la demanda de SUV de alto consumo de gasolina está incrementando las emisiones de CO2, especialmente en EE.UU.

Aún así, para 2026, la AIE espera que el uso general de petróleo en el transporte alcance su punto máximo y comience a disminuir.

La razón por la que la demanda general de petróleo seguirá aumentando en este punto se debe en gran medida a otro sector.

La creciente producción de plásticos

Los productos petroquímicos, que son derivados del petróleo, se utilizan para fabricar todo tipo de cosas, desde fertilizantes y caucho sintético hasta plásticos y ropa.

Impulsado por el uso creciente de plásticos y fibras sintéticas, el uso de materias primas petroquímicas continúa aumentando en el pronóstico de la AIE y supera la caída en la demanda del transporte hasta el final de la década.

China también es un gran jugador aquí: está invirtiendo grandes cantidades en refinerías para sustituir las importaciones de plásticos y fibras, lo que asegura el crecimiento del sector.

Por ello, la AIE no cree que el pacto global del año pasado para abordar los desechos tenga un gran impacto en el aumento de la producción de plásticos, al menos no en los próximos cinco años.

Sin embargo, "dentro de cinco años, ese podría ser uno de los temas que de verdad estamos mejorando", estimó Healy.

Las petroleras

La AIE no está sola en sus hallazgos sobre la inminente demanda máxima de petróleo; de hecho, algunas compañías petroleras piensan que es posible que ya haya sucedido.

En 2020, el análisis del sitio web Carbon Brief mostró que las cifras de la petrolera británica BP indicaban que la demanda mundial de crudo nunca recuperaría los niveles de 2019, luego de la caída de 9% por la pandemia en 2020.

Fue un gran cambio con respecto a las perspectivas anteriores de BP.

Las proyecciones más recientes de BP para este año muestran que la demanda mundial de petróleo se estabiliza o disminuye a partir de 2025 a más tardar, dependiendo de la fuerza de la acción climática, y continuará en descenso hasta 2050.

"BP les está diciendo a sus accionistas que su producto principal ha superado su mejor momento. A partir de aquí, todo va cuesta abajo", escribió Hannah Ritchie, investigadora principal de Our World in Data en la Universidad de Oxford.

BP también afirma que la razón principal detrás de esta disminución son los cambios en el transporte por carretera, con una mayor eficiencia de los automóviles como principal causa en esta década y el cambio a los automóviles eléctricos como el mayor impulsor para 2050.

Incluso si esto comienza como una lenta tendencia a la baja, "sigue siendo un gran cambio respecto a la forma en que los inversores han visto la industria petrolera hasta ahora y en la que las empresas han visto su estrategia hasta ahora", dijo Halttunen.

Por qué no será suficiente

Alcanzar la demanda máxima de petróleo, así como de carbón y gas, es un paso necesario en el camino hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero aún quedará un largo camino por recorrer antes de que se vea una reducción importante en el uso de combustibles fósiles.

"Lo más importante que tenemos que hacer para mitigar el cambio climático es dejar de quemar combustibles fósiles", aseguró Halttunen.

"Estamos muy lejos de detenernos, pero cualquier señal de que podemos reducir, o al menos detener el crecimiento, sería bienvenida", agregó la experta.

Un escenario en el que los combustibles fósiles son simplemente menos valiosos, como ocurriría con un cambio a las energías renovables, es probablemente más realista que uno en el que las empresas de combustibles fósiles dejan de ganar dinero voluntariamente, dijo.

El 82% de la energía total del mundo todavía proviene de combustibles fósiles.

Las energías renovables, como la solar y la eólica, han experimentado un rápido aumento en los últimos años (al 7,5% del uso de energía mundial), pero desde una base baja.

Incluso llegar a estos niveles ha sido un crecimiento increíble para las energías renovables, opinó Halttunen, porque superaron todas las expectativas de la AIE.

Pero el uso global de energía también está aumentando: la caída pandémica que se ve en el gráfico anterior fue solo temporal.

"Todavía tenemos países en desarrollo que aumentan su uso de energía, incluso cuando algunos países desarrollados en realidad están reduciéndolo", dijo Halttunen.

Si el uso general de energía supera el crecimiento de las energías renovables, no comenzaremos a reducir los combustibles fósiles.

Healy ve la proyección de demanda máxima de petróleo de la AIE como "algo esperanzador" que muestra que ya hay consecuencias visibles en el mundo real para las políticas climáticas correctas.

Pero también señaló que todavía queda un largo camino por recorrer en lo que respecta a frenar el cambio climático.

"Esto no es suficiente, esto no está cerca de la trayectoria neta cero", dijo, "hay mucho más por hacer para adentrarnos en ese camino".

1 de agosto 2023

BBC Future

https://www.bbc.com/mundo/noticias-66367497

 10 min


Acceso a la Justicia

Un fiscal argentino llamado Carlos Stornelli anunció recientemente que abriría una investigación contra 14 oficiales activos y retirados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) por presuntos crímenes de lesa humanidad que habrían ocurrido durante la represión a las protestas antigubernamentales que sacudieron al país en 2014.

El funcionario había recibido semanas antes una solicitud de la Fundación Clooney para que indagara «las sistemáticas y graves violaciones a los derechos humanos cometidas en Venezuela».

¿Por qué un fiscal argentino va a investigar unos hechos ocurridos en Venezuela, en los que no participaron ciudadanos argentinos ni tampoco hay víctimas de esa nacionalidad, hasta donde se tiene conocimiento? Y lo más importante, ¿acaso puede hacerlo? Sí, a la luz del principio de jurisdicción universal esgrimido por los denunciantes y que pasaremos a explicar a continuación.

Desde el comienzo

Lo primero es que, a pesar de su nombre, la jurisdicción universal no se basa en un tratado internacional. De hecho, a la fecha no hay ninguno que la regule, sino la necesidad que tenían los Estados de regular problemas prácticos desde hace siglos, como la piratería en alta mar, por ejemplo.

Así, ante la comisión de un delito fuera del territorio de un país, la solución fue que cada nación se consideró competente para juzgar este tipo de crímenes, independientemente del lugar en que se hubiesen cometido y de quiénes hubiesen sido las víctimas, en el entendido que no era un Estado el afectado sino todos; es decir, se consideraba un asunto global.

Sin embargo, esto en la realidad era una excepción, pues la regla era que un Estado solo podía juzgar los delitos cometidos dentro de su territorio. Esta situación fue ampliándose en la medida en que en el siglo XX las guerras mundiales hicieron entender que existen delitos cuya gravedad exige una acción de los Estados, independientemente de que los hechos se hubieran cometido o no en sus territorios.

A inicios del siglo XX, dos situaciones revolvieron la conciencia de la comunidad internacional. La primera fue el genocidio contra los armenios por parte del Imperio Otomano, en el que hubo una impunidad total al punto que actualmente Turquía sigue negando su existencia, y la segunda fue que el principal responsable de la I Guerra Mundial, el káiser Guillermo II de Alemania, fuese acogido por los Países Bajos para evitar cualquier juicio sobre su responsabilidad en una guerra en la que murieron millones.

Estos hechos y las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial provocaron un movimiento a favor de la ampliación del principio de territorialidad o soberanía para juzgar los delitos más graves contra la dignidad humana.

Interpretaciones para todos los gustos

Aunque ha habido esfuerzos por establecer unos elementos mínimos que caractericen a la jurisdicción universal como son los llamados Principios de Princeton, lo cierto es que esos elementos varían de acuerdo con la legislación de cada país. El primero de estos principios señala que la jurisdicción está «basada únicamente en la naturaleza del delito, sin tener en cuenta dónde se cometió, la nacionalidad del autor presunto o condenado, la nacionalidad de la víctima o cualquier otra conexión con el Estado que ejerce dicha jurisdicción».

Así, algunos países no exigen vínculo alguno con los perpetradores o las víctimas, sino que se fundamentan para conocer del caso exclusivamente en la gravedad del delito, como en Australia, Israel, Canadá, Finlandia o Argentina. Por su parte, otros países, como Francia, exigen que se trate de un tipo muy preciso de delito (tortura, terrorismo, tráfico de armas nucleares, piratería o secuestro de aeronaves), lo que como se ve, implica muchos menos delitos que los que son considerados como crímenes de lesa humanidad, genocidios o crímenes de guerra, establecidos en el Estatuto de Roma, que es el tratado que dio origen a la Corte Penal Internacional (CPI).

Hay otros países europeos que establecen más limitaciones, como Bélgica y España, que inicialmente no exigían vínculo alguno con el país de origen de los crímenes, pero esto fue modificado. En el caso belga se exige que el investigado sea nacional de ese país o resida en él, y en el de España que haya víctimas españolas, alguna relación con el país o que los presuntos perpetradores se encuentren en España.

Más usada de lo que se cree

Pese a que no existe una regulación uniforme sobre el tema, esta potestad es ejercida de una manera más amplia de lo que suele creerse. De acuerdo con el Informe Anual sobre Jurisdicción Universal de 2023, elaborado por la organización Trial International, desde el año 2015, cuando se inició este reporte, se han dictado 78 condenas a nivel mundial en aplicación de este principio. Entre estas resalta la de Anwar Raslan, un excoronel sirio condenado por un tribunal alemán por asesinato, violación sexual y otros crímenes de guerra cometidos en Siria; la de Hamid Noury, un militar iraní condenado en Suecia por el asesinato de prisioneros políticos en Irán en 1988; y la de Kunti Kamara, un miembro de una milicia rebelde en Liberia, que fue condenado en Francia por crímenes de guerra y lesa humanidad, entre cuyas atrocidades se encontraba el canibalismo.

En todos los casos descritos se lograron condenas de por vida, de acuerdo con las normas penitenciarias de cada uno de los países que los juzgaron. Los tres condenados antes mencionados no tuvieron la suerte del fallecido exdictador chileno Augusto Pinochet, quien a finales de la década de 1990 pasó unos meses retenido en Londres por órdenes de la justicia española, aunque al final pudo escapar de ella.

Si lo anterior no fuera suficiente, solo en 2022 se dictaron 23 condenas en ejecución de la jurisdicción universal, lo que significa un aumento respecto a las 15 del año 2021, según Trial International.

Además, debe destacarse que 30 de los investigados sobre la base de la jurisdicción universal en Francia, Suecia y Suiza eran actores económicos, es decir, empresas o representantes de estas que negociaban materias primas con grupos armados o gobiernos autoritarios.

Un ejemplo de esto último lo tenemos en el caso de Suecia, cuya Corte Suprema de Justicia confirmó la imputación de un ciudadano suizo llamado Alex Schneiter por su presunta complicidad en la comisión de crímenes de guerra en Sudán, pues este, en razón de su puesto como jefe de exploración de una compañía petrolera sueca, Lunding Energy, realizó pagos al ejército sudanés y a grupos paramilitares para que forzosamente desplazaran a la población local de ese país en zonas ricas en petróleo y así garantizar la operación de la empresa en las mismas.

Finalmente, Trial International concluye que en 2022 se estaban realizando 169 investigaciones aplicando la jurisdicción universal, lo que es un aumento importante comparado con las 102 de 2021.

Argentina la prevé

La jurisdicción universal no es extraña para la legislación argentina. La Constitución del país austral la prevé. Así lo establece su artículo 118:

«La actuación de estos juicios [penales o criminales] se hará en la misma provincia donde se hubiere cometido el delito; pero cuando éste se cometa fuera de los límites de la Nación, contra el Derecho de Gentes, el Congreso determinará por una ley especial el lugar en que haya de seguirse el juicio».

Gracias a esto, en 2010 jueces y fiscales argentinos aceptaron las solicitudes de víctimas de la dictadura de Francisco Franco en España y abrieron averiguaciones y dictaron órdenes de captura contra los exministros españoles Rodolfo Martín Villa y José Utrera Molina o del policía franquista Antonio González Pacheco.

«La jurisdicción universal es uno de los componentes esenciales del sistema de justicia penal internacional», sostuvo ese país en un 2018 ante la Organización de las Naciones Unidas, donde reconoció que, si un Estado no puede juzgar unos hechos gravísimos, entonces otro Estado debe asumir esa tarea.

Y a ti venezolano, ¿cómo te afecta?

Aunque la jurisdicción universal no es una solución definitiva contra la impunidad en crímenes de lesa humanidad, pues, como hemos visto, tiene muchas limitaciones de acuerdo con el país de que se trate, es otra herramienta útil, además de la CPI, y se debe alentar su uso, fundamentalmente, porque puede permitir a las víctimas ser escuchadas y que los responsables rindan cuentas por sus atrocidades.

Dados los hechos antes expuestos, debe entenderse que la aplicación del principio de jurisdicción universal es algo real y con efectos concretos en los perpetradores. Por ello, hemos de estar atentos a que otros países, además de Argentina, puedan atender denuncias por casos de crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela.

25 de julio 2023

https://accesoalajusticia.org/que-es-jurisdiccion-universal-que-fiscalia...

 6 min


Judit Alonso

Una conferencia reunió por primera vez en América Latina y El Caribe a medio millar de científicos de alrededor del mundo para discutir sobre el manejo del singular ecosistema de los manglares.

"Los manglares han sido históricamente ignorados y desechados”, lamenta en conversación con DW Gustavo Castellanos, del Instituto Leibniz de Ecología de Agua Dulce y Pesca Interior de Alemania, uno de los asistentes a la conferencia Mangrove Macrobenthos and Managament. El evento, que se celebra desde el año 2000, acoge cada cuatro años a los investigadores y profesionales dedicados a la conservación de este ecosistema singular; esta es la primera vez que se lleva a cabo en la región, siendo Colombia el país anfitrión.

Medio millar de especialistas se reunieron la semana pasada, coincidiendo con el Día Internacional del Ecosistema Manglar, que se conmemora cada 26 de julio en memoria de un activista medioambiental que murió mientras protestaba en un estanque ilegal de camarones en Ecuador, uno de los países en los que está presente dicho ecosistema, pero no el único.

"Los países más representativos en cuanto a extensión son, en orden decreciente, Brasil, México, Cuba, Venezuela, Colombia y tal vez Panamá”, detalla Castellanos recordando, no obstante, que "hasta el año 2000 las tasas de degradación en toda Latinoamérica fueron grandísimas”. "Hay ejemplos como Ecuador, donde los ecosistemas de manglar fueron degradados por causa de la acuicultura de camarones . Colombia tiene el ejemplo de la Ciénaga de Santa Marta, que fue interrumpida hace unos 50 años o más por la construcción de una carretera que causó una mortalidad masiva; casi el 50 por ciento de los manglares de la ciénaga fueron destruidos”, recuerda.

Afortunadamente, gracias a una fuerte inversión tanto del gobierno colombiano como de fondos de la cooperación internacional, actualmente, la Ciénaga de Santa Marta es un ejemplo de restauración, que coindice con la recuperación general de estos ecosistemas. “A partir del año 2000, los manglares en el mundo han seguido una trayectoria de menor degradación y eso causa optimismo, ya la perspectiva de los manglares ha cambiado”, considera. “Pero eso no quiere decir que el tema no tiene gravedad, pues a nivel de Latinoamérica hay presiones constantes”, puntualiza.

Presiones y soluciones

Precisamente, este fue uno de los temas de la conferencia. La acuicultura, la urbanización de zonas costeras y eventos extremos como huracanes, intensificados por el cambio climático, son algunas de las amenazas de los manglares, que además de sufrir la presión de las actividades humanas, también tienen que lidiar con las propias de la naturaleza. “Dependiendo del país, hay diferentes amenazas que generalmente son antrópicas, hay otra natural, que es la degradación costera, que también causa deterioro del manglar. Había una charla en la conferencia que estimaba que estas amenazas podían ser el 50% y antrópicas y el 50% naturales”, puntualiza, recordando el caso del reciente huracán Iota que destruyó gran parte de los manglares de San Andrés y Providencia, en Colombia.

“Para bajar la presión de los manglares, se habla mucho de desarrollos científicos de la NASA, que trabaja en utilizar satélites para monitorear en tiempo real la degradación, como sistemas de alerta temprana, que ayudarían a saber dónde está sucediendo la degradación y cómo intentar pararla a tiempo”, explica.

Además de este aspecto, la conferencia también abordó la importancia de los manglares en el carbono azul, es decir, el potencial que tiene como ecosistema costero para almacenar carbono y, de esa, manera mitigar el cambio climático. Por este motivo, se trataron cuestiones que van desde mediciones hasta aspectos de manejo y la relación de los manglares con las personas.

La mayoría de las comunidades costeras están inmersas en el propio manglar y ahí extraen moluscos; son para seguridad alimentaria y para algunos procesos de venta, en su mayoría a Ecuador”, agrega a DW, Luis Zapata, Coordinador Marino Costero de WWF Colombia.

Zapata recalca la necesaria colaboración de las comunidades para la conservación de de los manglares y el avance del país latinoamericano en estas cuestiones. “El año pasado se decretó la Ley 22/43, que es la ley de los manglares de julio de 2022; entonces, ya entra un tema jurídico, de alta importancia en el país, y el viernes se lanzó una especie de avance preliminar de lo que es el programa nacional de uso sostenible de los manglares. Ya son casi tres años de trabajo, en los que WWF viene acompañando al Ministerio” indica.

“El fuerte está en dos grandes temas: el cambio climático y la parte de gobernanza, que es lo que se considera la estructura base para que se puedan conservar los ecosistemas: que las comunidades estén inmersas dentro de este proceso de manejo”, concluye.

31 de julio 2023

DW

https://www.dw.com/es/colombia-centro-mundial-de-la-conservación-del-manglar/a-66400836

 3 min


Martín Rodríguez

En un mundo que ha sido testigo del asombroso crecimiento económico de China, resulta innegable que el liderazgo visionario de Deng Xiaoping fue el catalizador que impulsó al país asiático hacia la grandeza. Hace setenta años, China estaba hundida en la pobreza y devastada por la guerra, pero hoy es una potencia mundial que -aun con muchos problemas- aspira a convertirse en la primera economía del planeta. Esta transformación, conocida como el “milagro económico chino”, no habría sido posible sin la audacia política de Deng Xiaoping, quien lideró una campaña de “Reforma y Apertura” que sacó a millones de la pobreza y modernizó la economía china.

La Venezuela actual enfrenta una compleja crisis política, y aunque nada quisiéramos más que un cambio político hacia un régimen democrático y de plenas libertades, es fundamental ser realistas y reconocer que este escenario podría, a pesar de las elecciones y la movilización ciudadana, no materializarse en 2024.

Ante esta realidad, es vital que los líderes en Venezuela sigan el ejemplo de Deng Xiaoping y apuesten por una transformación económica audaz que brinde más oportunidades a los millones de ciudadanos en situación de pobreza, dinamizando su economía y dando oportunidades al sector privado para crecer, generar riqueza y empleo de calidad por medio de inversiones y no de corruptelas gubernamentales.

Ciertamente, no es que, en 1978, China se encontraba en una situación similar a la actual de Venezuela en 2023. Quizás el único rasgo común entre ambas naciones es que la devastación económica era producto de decisiones guiadas por la rigidez ideológica y la ignara pretensión de que el Estado puede dirigir la economía.

Ante esta situación, Deng Xiaoping, entonces secretario general del Partido Comunista de China, propuso una nueva fórmula: las “cuatro modernizaciones” y la evolución hacia una economía en la que el mercado tuviera un papel creciente y protagónico.

El programa de Deng fue ratificado por el Comité Central del PCCh y se puso en práctica a pesar de la oposición de la línea dura del partido. En el sector agrícola, se renunció al perverso sistema maoísta de economía planificada, lo que permitió incrementar la productividad del campo y sacar a zonas del país de la pobreza. La apertura al sector privado y a la inversión extranjera fue un paso fundamental para impulsar el desarrollo económico, y la creación de zonas económicas especiales, en las provincias de Guangdong y Fujian, demostró cómo la apertura al comercio exterior puede impulsar las capacidades productiva de un país.

El milagro económico chino llevó a que China se convirtiera en la “fábrica del mundo”.

A pesar del éxito económico, China aún tiene problemas significativos. Además, las reformas económicas no conllevaron un cambio político en el sistema de gobierno, como Washington y las capitales europeas esperaban. Sin embargo, es innegable que las decisiones audaces de Deng generaron un progreso económico sin precedentes y una mejora significativa en la calidad de vida de cientos de millones de ciudadanos chinos.

Siguiendo este ejemplo, Venezuela debería embarcarse en una transformación económica que allane el camino hacia la prosperidad económica, de manera que cuando retorne la democracia, el país pueda concentrarse en la liberalización política y la restitución a las víctimas, en lugar de heredar un país devastado y propenso a la desestabilización inherente en cualquier proceso de apertura económica.

Para lograrlo, independientemente de quien esté al frente del país después de las elecciones del 2024, habría que acometer una serie de reformas básicas.

En primer lugar, reducir las cargas fiscales al sector privado para estimular mayor inversión, despolitizar el SENIAT y las fiscalizaciones arbitrarias que minan la confianza de los emprendedores y generan mayor corrupción. Digitalizar los procesos de constitución de compañías, agilizando los trámites ante registros mercantiles y notarías como lo hacen en Estonia son el “mango bajito” de esta agenda económica.

En segundo lugar, promover la dolarización financiera y la posibilidad de que la muy disminuida banca nacional otorgue préstamos en moneda extranjera fortalecerán la estabilidad financiera. Quizás más complicadas, aunque no menos importantes, son las reformas laborales. No es un secreto que la onerosa regulación laboral en Venezuela desincentiva la contratación y el desarrollo empresarial, promoviendo la informalidad.

En suma, es imperativo que los líderes venezolanos miren hacia el futuro y apuesten por medidas audaces que impulsen un cambio económico positivo. Aunque el cambio político y una transición democrática pactada sigue siendo la meta de la mayoría de los venezolanos dentro y fuera del país, no podemos permitir que la parálisis económica perpetúe el empobrecimiento de la nación y beneficie a la dictadura.

El legado de Deng Xiaoping nos enseña que incluso en medio de dificultades políticas es posible emprender una transformación económica audaz que ofrezca prosperidad a todos los ciudadanos. Venezuela tiene la oportunidad de forjar su propio camino hacia la prosperidad, siguiendo el ejemplo de líderes visionarios y audaces como Deng. La esperanza de una democracia plena sigue latente, pero mientras tanto, la apuesta por una economía dinámica y abierta es un camino hacia el progreso y la mejora de su vida para todos los venezolanos, especialmente aquellos menos afortunados. Debemos recordar que lo perfecto es enemigo de lo bueno, y que tomar acciones concretas en el presente es la clave para construir un futuro más promisorio.

29 de julio 2023

América 2.1

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Iker Seisdedos

El pensador que se rebeló contra la desigualdad y revolucionó las teorías del desarrollo es el precursor de teóricos como Piketty o Mazzucato. Intelectual trotamundos, ateo interesado en la filosofía budista, el próximo viernes recibe el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.

Cuando uno lee a Amartya Sen lamentarse en Un hogar en el mundo, sus memorias de juventud, de “lo poco” que ha logrado en la vida, dan ganas de proponerlo para el Premio Nobel a la Falsa Modestia… si no fuera porque ganó el de Economía en 1998 “por sus investigaciones sobre la economía del bienestar”. Pocas existencias se antojan más plenas que la de este intelectual trotamundos, que aportó un punto de vista filosófico a la teoría de la elección social, fue pionero al aplicar el enfoque de capacidades para tratar la desigualdad y contribuyó a crear el índice de desarrollo humano (IDH) de la ONU. Basta con lo que cuenta el libro, y eso que sus recuerdos se detienen recién cumplidos los 30, antes de sus influyentes estudios sobre el hambre y la pobreza. “Tengo 87 años, pero aún me quedan muchas cosas por hacer”, dijo Sen el primer sábado de octubre durante una entrevista en el jardín trasero de su casa de dos plantas de Cambridge (Massachusetts). Aquí, entre ciruelos y acebos, vive con su tercera esposa, la historiadora británica Emma Rothschild, a pocas calles de la Universidad de Harvard, donde enseñó Economía y Filosofía entre 1987 y 1998 y desde 2004 hasta su jubilación. Sen se había lesionado la espalda el día anterior haciendo ejercicio con su entrenador personal y se movía a una velocidad imperceptible. Está citado el viernes en Oviedo para recoger el Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, pero el médico le ha desaconsejado el viaje.

El galardón supone el reconocimiento difícil de discutir a un académico que ha trabajado en las principales universidades del mundo (de la London School of Economics a Oxford o Cambridge, donde fue rector del Trinity College medio siglo después de pasar por primera vez por su Gran Puerta como alumno inexperto). Es también el homenaje a un pensador ya clásico que abrió caminos inexplorados en la ciencia económica a base de humanizarla. A él, entre otros expertos, le debemos que desde 1990, gracias al IDH, no todo se fíe a la variación del producto interior bruto para medir el desarrollo, sino que se tengan en cuenta la esperanza de vida, los ingresos per capita o el nivel educativo.

Amartya Sen, democracia y vida próspera

El tiempo ha acabado dando la razón a su trabajo pionero sobre la desigualdad, cuando aplicó a su estudio el enfoque de capacidades (de nuevo, dejó de bastar la renta y empezaron a tenerse en cuenta las opciones y libertades de los individuos). Lo que entonces era una rama secundaria de la disciplina ha acabado colocándose con el cambio de siglo en el centro de un debate acuciante, más incluso tras la pandemia, que ha exacerbado la inequidad. Muchos primeros espadas de la discusión contemporánea (de Thomas Piketty a Esther Duflo o Mariana Mazzucato) son deudores en cierto modo de esa parte de su pensamiento.

El economista lord Nicholas Stern, referente en los estudios sobre el coste del cambio climático, explica que sus contribuciones son tantas que es difícil elegir una. “Si tuviera que hacerlo, me centraría en su libro Desarrollo y libertad (1999), en el que cristalizó muchas de sus ideas, que incluyen revelaciones cruciales sobre el funcionamiento de la política económica, la justicia y, sobre todo, la noción esencial de que el desarrollo pasa por estimular las capacidades humanas y por permitir a los individuos que persigan aquello que valoran”.

“Ha sido capaz de desafiar la estrecha estrategia causa-efecto de gran parte de la economía y de entender el significado de las acciones buenas o virtuosas más allá de la ponderación simplista de los costos y beneficios estrictamente considerados”, continúa Stern. “Estas perspectivas han moldeado profundamente mi trabajo. Es aquí donde su fusión con la filosofía es tan importante. Él hace las preguntas profundas, pero las relaciona de manera muy poderosa con las decisiones realmente difíciles que los individuos y las sociedades tienen que tomar”.

Otro de los atractivos de Sen es que pertenece al club de los economistas que trascienden su ámbito y suman saberes como la literatura, la filosofía (no solo occidental) o la sociología para resolver problemas más humanos que matemáticos. Ese espíritu omnívoro, como de intelectual de otra época, lo ha emparentado en sus reflexiones sobre la justicia con el pensador igualitarista John Rawls, compañero de claustro en Harvard, o con Albert O. Hirschman, otro maestro en fundir economía con imaginación narrativa.

Aunque todo eso vendría después, los cimientos del edificio intelectual quedan ya asentados en Un hogar en el mundo (Taurus), que puede leerse como la novela de aprendizaje de un niño bengalí que vive en el seno de una familia de intelectuales los estertores del Raj británico. Viaja a la metrópoli a estudiar en la universidad de Cambridge, donde se codea con la crema de la intelectualidad europea (hay cotilleo de altura y una asombrosa comparación entre Gandhi y Wittgenstein que mejor será no destripar), y también prueba suerte en la academia estadounidense. El libro termina cuando decide volver a casa, al inicio de su etapa como profesor en Delhi.

Nacido en Santiniketan (India), se fue a los dos meses a Daca, que tras la independencia en 1947 sería la capital de Bengala Oriental y luego de Pakistán Oriental, y desde 1971 lo es de Bangladés, así que Sen pertenece a esa clase de individuos a los que el violento siglo XX obligó al cosmopolitismo. De su infancia y juventud proviene su concepción de las personas como entes complejos que trascienden a su nacionalidad, raza o sexo, lo cual le hace desconfiar de las políticas identitarias tan en boga en Estados Unidos. Sus “infantiles reminiscencias de la importancia de las mujeres en Myanmar (Birmania)”, donde vivió de los tres a los seis años, influyeron en su preocupación por la brecha de género. Y los viajes en un vapor por el río Padma alimentaron otro compromiso vital: ampliar el acceso a la educación escolar en el mundo.

La pasión por el sánscrito creció con la de la filosofía y las matemáticas, que le hicieron avanzar en el análisis de decisiones y en la teoría de la elección social que trata de conjugar las prioridades colectivas con las individuales. Una de sus aportaciones más afortunadas sostiene que la democracia es la mejor arma para combatir el hambre, pues ningún mandatario dejará que su pueblo pase por eso, o este se lo hará pagar en las siguientes elecciones. Esa idea tiene su origen en la hambruna bengalí de 1943, que causó la muerte de entre dos y tres millones de personas mientras los ingleses desviaban recursos a la guerra contra Japón. Aquellas lecciones le sirvieron en los setenta para plantear la lucha contra el hambre como un asunto multifactorial que no se resuelve solo produciendo más alimentos, sino trabajando en su justa redistribución.

Dos años antes de aquella tragedia había muerto el poeta Rabindranath Tagore, con el que el pequeño Sen tuvo una relación familiar estrecha. Su madre era amiga suya y bailó en varias de las obras dramáticas del escritor, que incluso se inventó un nombre para él: Amartya sale en sánscrito de añadir a Martya (muerte) una “A” que convertía al recién nacido en un enviado “de un lugar donde las personas no mueren”. Tal vez por eso ha pasado el año y medio de la pandemia sin cederle demasiado espacio al miedo. “Tengo un largo historial de enfermedades que incluyen dos cánceres”, recordó en la entrevista. “El primero, con 18 años. Me dijeron: ‘Hay un 15% de posibilidades de que sobrevivas cinco años’. Eso fue hace 70″. El segundo fue en 2018, de próstata.

El chico estudió en la legendaria escuela experimental que Tagore fundó en Santiniketan. “Es una pena que en Occidente se le haya reducido a su imagen mística, cuando tiene mucho que decir sobre historia, política, economía y equidad social”. Otra de sus tempranas y duraderas influencias fue Adam Smith: “Mucho más que el campeón por excelencia de la economía de mercado, fue un visionario y un humanista. Su primer libro, La teoría de los sentimientos morales [1759], es un tratado de filosofía. Junto a La riqueza de las naciones [1776] ofrece un gran ejemplo sobre cómo la vida en sociedad puede ser buena para la gente”. Sen es el resultado de contrastes como ese. En el libro cuenta que cuando recibió el Nobel le pidieron dos objetos para el museo de los premios en Estocolmo. Se decidió por una bicicleta Atlas, aún en uso desde sus tiempos de estudiante, y un ejemplar de Aryabhatiya, clásico matemático en sánscrito del año 499. Fue la manera de mostrar sus dos caras: la persona preocupada por los problemas mundanos, como las privaciones económicas, y el académico apasionado por los razonamientos abstractos, como la búsqueda de la justicia, a la que consagró en 2009 el ensayo La idea de la justicia (Taurus).

Se considera “un ciudadano de todas partes”, alguien “preocupado por el ascenso del nacionalismo, sobre todo, en países como Hungría o Polonia”. Su pasaporte dice, con todo, que es indio, pese a que podría haber conseguido la ciudadanía estadounidense hace décadas. No es militancia. “Mi país no te permite la doble nacionalidad. Si tienes otra, te quitan el pasaporte, y yo quiero seguir muy activo en la política india”. Esa actividad se centra en criticar la “gestión desastrosa” del primer ministro Narendra Modi, cuya llegada al poder en 2014 contestó con un libro (Una gloria incierta, publicado también por Taurus) y con su dimisión como rector en la Universidad de Nalanda, la más antigua del mundo, con una ventaja sobre la de Bolonia de 600 años. “Modi está tratando de reescribir la historia y, lo que es peor, quiere transformar la India, un país multicultural y multirreligioso, con hindúes, musulmanes, sijs, cristianos, budistas, parsis, jainistas, ateos y agnósticos, en una sociedad monolíticamente hindú. Eso por no hablar de la gestión de la economía y de la crisis sanitaria, desastrosa para los más pobres”. Él se define como un ateo interesado por la filosofía budista.

La mesa de comedor de la casa, llena de periódicos a medio leer, indica que Sen no ha renunciado a entender el mundo más allá de la valla del jardín, aunque solo lo logre “en parte”, y la tecnología, dice, se le resista. Le “entristece mucho” la situación en Afganistán (“La presencia internacional debió ser más corta y haber hecho más por controlar el terrorismo y por promover la educación de las mujeres”); echará de menos a Angela Merkel (aunque confía en los socialdemócratas), y observa incrédulo la distopía del Reino Unido pos-Brexit (“¡No podrán comer pavo en Navidad!”).

Está siguiendo con interés los intentos de Biden de sacar adelante sus planes billonarios de reactivación económica, que, después de todo, parece que vuelven a dar la razón a Keynes, una figura recurrente en el libro. En sus años de estudiante, las guerras económicas enfrentaban a sus partidarios contra la tribu de los “neoclásicos” (¿Él? Siempre buscó una tercera vía). “Soy más escéptico que hace unos meses sobre la recuperación tras la pandemia, aunque aún confío en que unas políticas públicas inteligentes permitirán que sea rápida. Todo lo que propone Biden es razonable”, considera. “Pero requiere más liderazgo convencer al país de su necesidad”. ¿Cree que Estados Unidos está bajando los brazos en su papel como imperio, como sugiere el historiador Niall Ferguson? “Me parece que ha entrado en un declive definitivo, pero no creo que haya renunciado; siguen interesados en ser el país más poderoso del planeta. Además, no veo a China como al nuevo imperio. Ha demostrado eficiencia capitalista, pero socavar la importancia de la democracia es una muy mala idea”.

Cuando la charla toque a su fin responderá categórico a la pregunta de si se considera un optimista: “Sí”, así se ve. También al hablar de desigualdad. “No estoy seguro de que esté aumentando. Sin duda, es enorme, pero al menos la gente es consciente y hay intentos sociales de luchar contra ella. Puede que no sea una pelea fácil, pero la batalla es importante”.

Un hogar en el mundo. Memorias está publicado por Taurus. Traducción de Carmen Cáceres, Martha Mesa Villanueva, Francesc Pedrosa Martín y Juan Luis Trejo Álvarez.

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Werner Corrales

Los resultados de las elecciones españolas del 23J dan un ejemplo de la dificultad práctica de llegar a alianzas que unifiquen a grupos democráticos para construir un gobierno sin la participación de extremistas.

La voluntad de la sociedad española se expresa en una amplia mayoría alrededor del centro, pero una ligera mayoría de votos de la izquierda y la centro izquierda vistas en su conjunto, con una gran fragmentación.

A pesar de esa fragmentación, el PSOE pudiese estar en mejor posición que el PP para armar una coalición de gobierno, independientemente de que se la califique de homogénea o “Frankenstein”.

Todo dependerá de la avidez de Sánchez por mantener el poder, que en los extremos podría llevarlo a aliarse con independentistas cerriles o herederos de organizaciones terroristas.

Lamentablemente, ni el PP de Núñez Feijoo ni el PSOE de Sánchez son capaces de ejercer el desprendimiento necesario como para abstenerse en el congreso de manera de permitir al otro, si este tiene mayoría de votos, armar un gobierno sin coaligarse con los grupos extremistas.

Un gobierno de PSOE, Sumar, Bildu, ERC y otros pequeños grupos extremistas es muy malo pero, para mi, un gobierno del PP y VOX no es mucho mejor, porque la ultra derecha española llega a muy graves extremos xenófobos, anti-autonomistas, racistas y homófobos que pueden terminar generando mucha confrontación y pérdida de visiones compartidas en la sociedad española.

Tal vez lo mejor para España sea repetir la elección popular.

24 de julio 2023

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