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Opinión

Ismael Pérez Vigil

Imposible hacer un balance del proceso político del país correspondiente al año 2022 y evaluar las perspectivas del 2023, que acaba de iniciar, sin hacer referencia a dos hechos fundamentales: uno la discusión política al final del año alrededor del gobierno interino, su continuación o su eliminación; y dos, el tema del proceso de elección primaria de la oposición democrática, en la cual seleccionará a su candidato unitario, que competirá en la elección presidencial que corresponde constitucionalmente realizar en 2024.

A favor o en contra del GI.

Con respecto al primer punto, dado la posición que ocupo en la Comisión de Primaria, obviamente no voy a emitir opinión sobre el tema de fondo de la continuación o el fin del gobierno interino. Pero, apartando los argumentos, a favor y en contra, de connotados juristas y dirigentes políticos, es de lamentar el “tono”, los excesos en los que cayó esa discusión y sobre todo las “argumentaciones” y opiniones ad hominem vertidas en la desmesurada trifulca, particularmente en las redes sociales; recuerdo muy pocas de esas intervenciones, me refiero a las redes sociales, incluidos algunos pretendidos enjundiosos artículos de análisis, que contuvieran argumentos sólidos, consideraciones de fondo o planteamientos estratégicos acerca de cuál debe ser la conducta a desarrollar por la oposición democrática de ahora en adelante.

Resultado: Antipolítica y anti partidos.

Al final quedaron en un verdadero muestrario de lo más granado y selecto de la antipolítica y anti partidos, que no niego las razones subjetivas y objetivas que puedan tener quienes ostentan estas posiciones, pero si lamento no haber visto durante la discusión propuestas constructivas. La mayoría, como dije, fueron y son argumentos ad hominem, insultos destinados, no a explicar o convencer, sino a minar la credibilidad del “contrincante”, sin referirse a sus argumentos de fondo; algunos de los participantes en la discusión pareciera que solo buscan burlarse de las personas, para descalificar así sus razones; o simplemente insultar y calificar con todo tipo de improperios a quien tiene una posición contraria. El resultado, evidente, es la profundización de las diferencias, que tienden a levantar más obstáculos o barreras para el entendimiento entre opositores, que tanto necesitamos. Aunque difícil, debemos dejar atrás, cuanto antes, esta polémica y tomar una ruta constructiva, para recuperar el objetivo que es organizarnos para derrotar al verdadero rival común y salir de este régimen de oprobio.

La bocanada fresca de la primaria.

De esta manera, entramos al segundo tema, con el que cerramos y abrimos el año, el de la elección del candidato unitario mediante una primaria y que ayudará a traer una bocanada de aire fresco que vaya eliminando el momento político por el que estamos atravesando y nos ayude a dejar atrás una controversia, que ya no nos va a aportar nada nuevo, y avancemos, por lo tanto, en este tema de la elección mediante primaria del candidato unitario de la oposición democrática.

En los dos artículos con los que cerré el año 2022 (Temas Electorales 1 y 2, ver https://ismaelperezvigil.wordpress.com/) me concentré en informar cuales fueron las decisiones adoptadas por la oposición democrática, que se centraron en la designación de una Comisión Nacional de Primaria (CP) y en algunas actuaciones de dicha Comisión.

Un buen resumen.

Aunque es difícil superar el excelente resumen de Maru Morales en Crónica Uno (La elección primaria opositora, cómo avanza su preparación y qué viene, https://bit.ly/3ICABJV), voy a precisar y recapitular, desde mi propio punto de vista, lo ocurrido en menos de dos meses y a resumir lo actuado por esta Comisión, que fue anunciada el 9 de noviembre, por la Plataforma Unitaria y quedó conformada por diez integrantes, cinco principales y cinco suplentes, que tomaron posesión apenas el 15 de noviembre, menos de dos meses, en un acto público y de inmediato dieron inicio a su actividad.

Actividades de la CP.

Entre las actividades desplegadas por la Comisión Nacional de Primaria, las más destacadas son las siguientes:

- El inició de una consulta, con más de 45 entrevistas a un total de 112 organizaciones, partidos políticos y agrupaciones de la sociedad civil y algunas individualidades. Este proceso de consulta bajó su ritmo a mediados de diciembre, como es lógico, pero no ha concluido, se reanudó en enero y será una actividad permanente de la Comisión.

- Realización de un primer balance e informe de actividades y rendición de cuentas el 12 de diciembre de 2022 y el anuncio de que esta actividad de información se llevará a cabo de manera regular

- Establecimiento de un plazo, que cerraba el 30 de diciembre de 2022 y se extendió hasta el 8 de enero de 2023, para recibir postulaciones para integrar las Juntas Regionales, cuya designación se producirá este mismo mes de enero.

- Entrevista con los rectores del CNE, el 15 de diciembre de 2022, en la cual se les solicitó:

o contar con los centros electorales, que en realidad son de todos los venezolanos, para realizar la elección primaria;

o la actualización del registro electoral, mediante la apertura de más centros, por todo el país, llevando el número y localización de los mismos hasta el nivel de parroquias; y la apertura de los centros de registro en el exterior para que más de 4,5 millones de venezolanos puedan modificar su registro o adherirse a él.

o Establecimiento de una comisión técnica de trabajo conjunto entre el CNE y la representación técnica de la Comisión para evaluar diferentes aspectos de la posible participación de este organismo en el proceso de primaria

- Visita a Bogotá, Colombia, para reunirse con venezolanos en ese país, en donde se encuentra la mayor cantidad de migrantes venezolanos, con derecho a voto, en las elecciones presidenciales de 2024; reiterando de esta manera la indeclinable decisión de la Comisión de lograr que la mayor cantidad de venezolanos que migraron al exterior, puedan ejercer su derecho al voto, en la elección primaria de 2023 y la elección presidencial de 2024, independientemente de su condición legal en cualquiera de los países.

Decisiones de la CP.

Entre las decisiones adoptadas, que han sido anunciadas por redes sociales y en el informe mencionado del 12 de diciembre, las más importantes tomadas hasta la fecha se pueden resumir así:

- Que el proceso de elección primaria, será abierto a todos los venezolanos y agrupaciones políticas que quieran postular un candidato y que quieran un cambio político en el país.

- Que en el proceso de primaria no habrá “inhabilitados” por ilegales e inconstitucionales razones administrativas y podrán participar, como candidatos, todos los venezolanos que cumplan los requisitos establecidos en la Constitución y en el artículo 8 del Reglamento de la Elección Primaria.

- Elaboración de un cronograma electoral, con todas las actividades necesarias para desarrollar una elección primaria durante 24 a 26 semanas y que la fecha del acto de votación dependerá del desarrollo de ese cronograma.

- Que el proceso de votación, en la elección primaria, se realizará con registro electoral abierto, pudiendo así votar todos los inscritos en el Registro Electoral, que, con base en el del CNE, elaborará la CP;

- Que la votación de los venezolanos en el exterior, previo registro manual y presencial que se realizará, será organizada por esta Comisión y será de manera manual;

- Que todos los venezolanos mayores de 18 años tienen derecho a votar, sin que importe su condición de permanencia legal en el país donde residen actualmente.

- Que serán invitados a participar y observar el proceso primario las organizaciones de observadores, nacionales e internacionales y los partidos, grupos de electores y organizaciones de la sociedad civil podrán invitar a sus homólogos internacionales para que observen el proceso;

La Comisión informó igualmente que algunos temas, controversiales y complejos, como los de modalidades de votación, manual o con máquinas, segunda vuelta o voto múltiple, etc., siguen abiertos para la discusión, que se adoptarán cuando se tengan más elementos para una decisión definitiva. Sin restar importancia a otros, entre esos temas controversiales hay dos que copan la atención de todo el país: la relación con el CNE y el voto de los venezolanos en el exterior.

Relación con el CNE.

Con relación al CNE, el 15 de diciembre se mantuvo una reunión con los rectores de este organismo, en la cual se les plantearon los tres puntos ya mencionados: uno, la solicitud de utilizar los centros de votación para realizar la elección primaria opositora; dos, que se efectúen jornadas ordinarias y extraordinarias de inscripción electoral, en Venezuela y en el exterior; y tres, que se integre una Comisión Técnica entre ese organismo y la Comisión de Primaria, para examinar otros temas de posible cooperación. De todas maneras, queda aún pendiente, por parte de la Comisión, la decisión definitiva de cuál será el alcance real y total del involucramiento o no del ente comicial en el proceso de elección primaria, decisión que habrá de tomarse en las próximas semanas.

Voto en el exterior.

Con relación al voto de los venezolanos en el exterior, que es uno de los temas más complejos y delicados que enfrenta la Comisión, hasta ahora se han sostenido diferentes reuniones, en Venezuela, en el exterior y por vía virtual, con grupos interesados e involucrados en el tema, para evaluar las condiciones y posibilidades reales de esta votación.

A la decisión indeclinable de la CP que todos los venezolanos mayores de 18 años en el exterior puedan participar en la elección primaria, independientemente de su condición legal en el exterior, es preciso dotarla de posibilidades e instrumentos reales que faciliten esa votación, siendo uno de los más complejos el de determinar la cantidad precisa y la ubicación de estos votantes. Al efecto se están evaluando diferentes alternativas para un registro electoral confiable, su costo y su factibilidad, evaluando igualmente la disponibilidad de voluntarios que aporten su tiempo para realizar algunas tareas y la obtención de recursos económicos para realizar ese registro y la votación posterior. La parte más compleja de este proceso −la que puede presentar mayores dificultades políticas− es lograr que los venezolanos del exterior que participen en la elección primaria, lo puedan hacer también en la elección presidencial de 2024.

Quedan así resumidas y descritas las tareas ya realizadas y las decisiones tomadas por la CP y enunciados los puntos pendientes más importantes de discusión y decisión.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 8 min


Daniel Eskibel

Recuerdo claramente aquella noche.

Había subido al tren nocturno en Moscú y viajaba hacia Kiev.

Todo era desconocido para mí: el idioma, el país, los pasajeros, el destino hacia el que viajaba, el paisaje indescifrablemente oscuro detrás de la ventanilla.

Todo.

En cierta medida era un viaje hacia la noche, hacia lo desconocido.

Yo era joven.

30 años. Treinta.

A pesar de mi juventud tenía varios años de experiencia política.

Experiencia dura, enfrentando a una dictadura en Uruguay. Integrando una organización altamente disciplinada que era perseguida violentamente por la represión.

Acostumbrado a normas estrictas de seguridad. A que me conocieran solo por un alias. A evadir seguimientos en las calles. A contactos clandestinos. A una actividad altamente compartimentada. A dormir fuera de mi casa si detectaba una señal de alarma. A tomar medidas de contravigilancia casi todos los días. Sabiendo que inteligencia militar iba detrás nuestro.

Había sobrevivido a todo eso.

Años de militancia clandestina sin ser detectado.

Pero lo que yo mismo no detecté fue la soberbia que todo eso me había dejado como sedimento.

La soberbia de creer que todo lo sabía en materia política.

La soberbia de creer que podía hacer todo lo que quisiera.

La soberbia de creer que no necesitaba ayuda ni consejo de nadie.

Así había llegado a Moscú.

Pero en aquel tren nocturno aprendí algo.

Ocurrió en medio de esa sensación de viaje hacia lo desconocido.

Allí mismo. En la oscuridad del tren.

Allí me di cuenta de pronto.

Aprendí que necesitaba ayuda.

Consejo. Apoyo. Respaldo. Guía.

Llámalo como quieras. Ayuda.

Aprendí que sabía muy poco de política y de la vida misma.

Aprendí lo poquito que yo mismo era en medio de lo desconocido.

Aprendí que había sobrevivido a los años duros porque me habían ayudado, porque había sido parte de una empresa colectiva.

Aprendí que siempre iba a necesitar ayuda.

Ese es el tip de hoy.

Busca ayuda.

Para tu carrera política, para la próxima elección, para tu empresa, para tu profesión.

¿Para tu vida? Pues también.

Busca ayuda, consejo, orientación.

No vayas solo hacia lo desconocido. Y recuerda que cada día vas hacia lo desconocido.

Allí está mi ayuda, mi consultoría.

Tal vez sea tu momento para eso, tal vez no.

Pero lo más importante no es eso. Lo más importante es que busques ayuda, siempre. Y que elijas muy bien a los consejeros que te van a orientar en todos los terrenos.

Aunque creas que todo lo sabes, reflexiona bien.

Al final resulta que todos vamos viajando en un tren nocturno.

Siempre.

https://danieleskibel.com/consejero-politico-de-confianza/

daniel@danieleskibel.com

PD: Ya sabes que es mejor viajar acompañado.

 2 min


Edgar Benarroch

EL TIEMP0

El tiempo se define como la dimensión que representa la sucesión de estados por los que pasa la materia. Es un periodo determinado durante el que se realiza una acción o se desarrolla un acontecimiento. Es una magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos. Nos permite ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo un pasado y presente. El tiempo es como el viento, pasa y no regresa, está presente, se va y viene , pero siempre será distinto y nuevo, nunca igual al pasado. No es renovable y transcurre inexorablemente sin que nadie ni nada lo detenga. Lo podemos medir de manera extensa o en micro segundos, es tan extenso o pequeño como lo veamos o percibimos.

Como no se repite y es inexorable su paso debemos usarlo racionalmente para concretar nuestros deseos y desarrollar nuestras acciones. Lo que hagamos debe ser en el tiempo preciso y exacto, nunca antes ni después, porque puede ser no entendido o tardío carente de resultados.

Cuando a Caldera le plantearon, en una de sus tantas campañas electorales, hablar sobre el comunitarismo (tesis de la esencia social cristiana, que se distingue por una reformulación moral, que no se relaciona con principios abstractos y universales como su rival el liberalismo, sino que pretende fundar la moral en pautas nacidas, practicadas y aprendidas dentro de la cultura de una comunidad.), dijo que no era el tiempo de abordar ese planteamiento ideológico porque el país no lo entendería y crearíamos mucha confusión e incertidumbre y al parecer ese tiempo todavía corre y COPEI no toca el tema .

Pienso llegará el tiempo en que podamos tratar este asunto que es del meollo del cristianismo. Luis Herrera, teórico y abanderado del comunitarismo, en su campaña electoral tampoco habló sobre el tema. Sus asesores le recomendaron no hacerlo porque originaría incertidumbre y confusiones inconvenientes y se arriesgaría la victoria electoral. También Luis Herrera le dijo a Jaime Lusinchi, entonces Presidente, “Tarde piaste pajarito” refiriéndose a que los organismos financieros internacionales lo habían engañado y su tardía reacción. Los ejemplos son muchos y más adelante hablaremos de ellos.

10 de en 2023

COPEI 77 años

La UNE (Unión Nacional Estudiantil) nace en mayo de 1936 con orientación Social Cristiana y es consecuencia de la separación de un grupo de jóvenes de la Federación de Estudiantes Venezolanos dirigida por radicales de extrema izquierda. Su fundador y líder fue Rafael Caldera. Esta organización estudiantil fue el germen que los llevó diez años después, el 13 de enero de 1946, a fundar a COPEI. De esta manera este grupo de jóvenes, adultos, le presentan al país una salida demócrata y social cristiana y como tal diametralmente opuesta al comunismo materialista, ateo y estatista y al capitalismo desconocedor de la dignidad de la persona humana.

COPEI fue siempre creciendo en la aceptación popular hasta lograr en 1968 la Presidencia de la Republica con Rafael Caldera, perdió la siguiente elección con Lorenzo Fernández de candidato pese al aumento del 60% de la votación con que ganó Caldera. Se presentó, por primera vez, el fenómeno de la polarización o bi-partidismo: Casi todo el espectro político se concentró en COPEI y Acción Democrática y Lorenzo Fernández y Carlos Andrés Pérez sumaron el 90% de los sufragios. Más adelante, en 1978, ganó la Presidencia con Luis Herrera Campíns, también de la generación fundadora. Caldera insistió con su candidatura en el periodo siguiente y no ganó. Más adelante se presentó la candidatura de Eduardo Fernández que obtuvo una votación importantísima pese a la negación del líder fundador, Caldera decidió retirarse de COPEI, que era su gran obra política.

Después de ello se inició un descenso de COPEI, seguramente por la deserción de Caldera y por errores y fallas en la conducción del partido. Desde entonces no ha vuelto COPEI a ganar la Presidencia de la Republica y se ha disminuido por pérdida de sintonía popular. Después de ser un partido presente y con estructuras en todos los barrios y urbanizaciones de país y con organismos funcionales (juventud, mujeres, trabajadores del campo y la ciudad, magisterio y profesionales y técnicos) activos y organizados, hoy estamos prácticamente en nuestra intimidad.

Aspiro y deseo que esta intimidad que nos consigue en estos 77 años sea propicia para reflexionar sobre nuestro presente y futuro y entender definitivamente que el interés del país y del partido es superior al sectorial o personal. Que acabemos de una vez con la diatriba pública y deslinde subalterno que degeneran en descalificaciones de unos contra otros. El compromiso de hoy es gigantesco y primero debemos salir de lo que tenemos y hacer de COPEI nuevamente un partido vital y fundamental para el país. Somos el único movimiento que postula el humanismo cristiano y acoge la doctrina social de la Iglesia Católica como sistema de vida, de felicidad , bienestar y progreso.

Este camino que proponemos es el mejor y debemos trillarlo con entusiasmo e inmensa voluntad para que esté abierto y cierto al pueblo venezolano. Felicidad para COPEI, para sus dirigentes y para toda la militancia y simpatizantes.

8 de enero 2022

LA JUVENTUD DE HOY

A mis catorce años de edad, 1958, recién caída la dictadura, ingresé a la gloriosa JRC (Juventud Revolucionaria Copeyana) y empecé interesándome mucho por los ideales, principios y doctrina de la Democracia Cristiana y del Socialcristianismo. Afortunadamente en aquel tiempo había una especial atención por la formación de la militancia y tuve la hermosa ocasión de asistir a numerosos cursos, seminarios, talleres y círculos de estudios sobre el apasionante tema de la política.

Con todo el ímpetu y desbordante emoción, propio de la juventud, tomé la formación casi en términos fanáticos y en la medida que me adentraba en ella, daba infinitas gracias al señor por haberme inclinado a inscribirme en COPEI.

Fueron aquellos años de una carga ideológica importantísima y con los estudios de secundaria y universitarios compartíamos el tiempo con la formación política. Leíamos muchos libros, pero uno de los primeros que estudiamos profusamente fue “Doctrinas sociales de nuestro tiempo” de Josep Folliet, que nos dio una clara idea de los pensamientos y nos invitó a seguir profundizando en su conocimiento.

Creo que esa inclinación por la formación juvenil de entonces se ha ido desvaneciendo hasta llegar a lo que estamos, casi no existe o está en un nivel muy bajo. Los jóvenes hablan de política sin saber exactamente de qué se trata, simplemente opinan y hablan de lo que ven. Los menores de 25 años han vivido este tiempo en nuestro país que es la negación de la política y pudiéramos decir que es antipolítica de la mayor suciedad, destructiva y creadora de mucho malestar de la población. Con solo ver lo que pasa les basta para opinar sin conocer en profundidad lo que lo genera, qué lo causa y sus consecuencias. Por ello se dejan llevar por encantadores de serpientes y populistas que los obnubila y transforma en seguidores. Chávez es un buen ejemplo del aventurero que logró emocionar a mucha gente y hoy sufrimos la inclemencia de su catastrófica gestión, potenciada por lo que tenemos que aspiramos superar cuanto antes.

Un pueblo sin formación ni perfil ideológico es presa fácil de la improvisación y del populismo demagógico. Hagamos todo el esfuerzo posible en la formación y tendremos una población bien informada y atenta a todos los acontecimientos, para que no aparezcan fantasmas dañinos.

7 de enero 2022

¿INTELIGENCIA ARTIFICIAL?

Han definido la inteligencia artificial como la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten capacidades humanas y traten de imitar al hombre. Esta definición encierra una contradicción, porque una máquina es eso, una máquina y el hombre es humanidad corporal y espiritual. No es posible humanizar una máquina.

La inteligencia es la facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad y artificial es que ha sido creado y hecho por el ser humano y no por la naturaleza y en consecuencia no se ajusta a lo que ya hay en ella y al no ser natural es falso, ficticio o producto de la invención.

El inmenso adelanto tecnológico experimentado en el pasado cuarto de siglo es impresionante y para entonces inimaginable. Hoy nos pueden copiar materialmente de manera idéntica, copiar nuestra cara, nuestra voz, nuestro cuerpo, nuestros gestos, costumbres y hasta comportamiento y parecemos estar sin estarlo. Llegará el momento que no sabremos si quien estamos viendo en pantalla es un ser humano o una copia.

La llamada inteligencia artificial no es otra cosa que miles de millones de información que recibe una máquina para dar respuesta a casi todo lo que se le consulte y hasta de sostener conversaciones. Pero carece de raciocinio, de sentimientos, de emoción, de alma y de humanidad, es una panela de hielo que actúa con nosotros.

En lo personal no creo en la inteligencia artificial o el término no está bien empleado, porque inteligencia es una facultad de la mente humana y las máquinas carecen de ella, solo lo artificial luce como bien puesto, pero la inteligencia es propia solo de seres humanos. Hablar de inteligencia artificial es como decir humano animal.

Existen robots que sustituyen al hombre en algunas tareas (hasta de guardaespaldas los hay), pero carente de sentimientos y emociones porque son solo máquinas.

Los avances tecnológicos continuarán, pero no imagino que el hombre sea capaz de crear una máquina que lo sustituya íntegramente.

Cuidado con la tecnología, ella nos relaciona, pero cada vez estamos más solos.

6 de enero de 2023

 7 min


Rafael Díaz Blanco

Alzando la voz

Como muchos coterráneos tratamos de pasar las navidades lo mejor posible en compañía de los que más queremos. Sin embargo, como la mayoría de los venezolanos sentimos la ausencia de hijos, nietos, hermanos, familiares, compañeros y amigos. Tampoco podemos dejar de pensar en la patria herida en la que tantos sufren, en la Venezuela de los presos políticos, pero también en la de los que, arriesgándolo todo, luchan por la esperanza, por un futuro mejor.

Fin del gobierno interino

Mientras tanto, cuando nos acercamos al cuarto de siglo de régimen chavista la oposición democrática parece haber entrado en un sendero peligroso. Los parlamentarios opositores, electos hace más de seis años, parecen haber decidido poner fin al gobierno interino asumido, en cumplimiento de la Constitución, por Juan Guaidó. Parece que se le ha endosado la responsabilidad exclusiva del fracaso en la difícil tarea de ponerle fin al régimen oprobioso de más de dos décadas.

Responsables, que no culpables

Ciertamente, durante los últimos años, Guaidó ha tenido más responsabilidades que muchos de nosotros. Bastante más que la inmensa mayoría de los venezolanos para quienes sobrevivir cada día, en medio de una miseria espantosa, es esa la primera y casi exclusiva tarea de la que pueden ocuparse. Bastante menos que los líderes de estos largos años comenzando por los partidos políticos, organismos empresariales y sindicales, así como también por la dirigencia y representantes de los demás sectores del país.

Al fin de cuentas todos somos responsables, que no culpables, de lo que ocurre en Venezuela. Por supuesto, lamentablemente entre nosotros, es lugar común negarse a asumir responsabilidad alguna con el destino del país, particularmente entre quienes asumen fácilmente el perjuicioso discurso antipolítico que tantos males nos ha traído.

En 2019, un desconocido Juan Guaidó sucedió a los mucho más conocidos Henry Ramos Allup, Julio Borges y Omar Barboza, en la presidencia de la Asamblea Nacional. Seguidamente decidió, valientemente, sorprendiendo a muchos, asumir la presidencia interina ante el vacío de poder legítimo originado por el fin del mandato de Maduro (2013-2019) y la elección fraudulenta de 2018. Guaidó reconocido por las democracias del mundo alcanzó un inmenso apoyo internacional. Su popularidad llegó a niveles muy superiores a los que en su mejor momento alcanzaron los candidatos presidenciales de la oposición (Arias Cárdenas, Manuel Rosales y Henrique Capriles) o de quienes ejercieron su liderazgo (Carmona Estanga, Carlos Ortega, Enrique Mendoza o Leopoldo López).

Lamentablemente, no se ha producido el necesario cambio político. El gobierno interino no ha logrado imponerse en un centímetro de territorio nacional. La Fuerza Armada Nacional prefirió continuar respaldando al régimen ilegítimo de Maduro, así como antes había dado la espalda a la voluntad popular representada en el parlamento electo en 2015.

Tampoco el apoyo externo avanzó lo suficiente como para terminar de transitar las vías que permite el derecho internacional para salir de regímenes oprobiosos como el nuestro. Lamentablemente, en la OEA no se alcanzó la mayoría calificada necesaria para continuar en esa dirección como tampoco en las Naciones Unidas, habida cuenta del poder de veto de los aliados de Maduro en el Consejo de Seguridad. No obstante, las posibilidades existen y nuestro deber es reimpulsarlas.

La decisión de la Asamblea Nacional 2015

Hace unos días, en un escueto comunicado, la mayoría opositora en el parlamento legítimo intentaba explicar los propósitos de la decisión de terminar con el gobierno interino. Diría que se trataba de una absurda simplificación, típica de estos tiempos, seguramente “genial ocurrencia” de quienes pensando “que se las saben todas” ignoran la complejidad de la situación planteada. Razón tienen quienes nos invitan a no subestimar la estupidez humana.

La mayoría parlamentaria lo reduce todo a la necesidad inmediata de salir de Guaidó para emprender unos desconocidos nuevos caminos que supuestamente nos llevarán al fin del régimen. Ignoran que tampoco la Asamblea Nacional 2016-2021 de la cual forman parte, no obstante, las promesas de solución inmediata, pudo cumplir las funciones mínimas de un parlamento democrático. Olvidan que las leyes sancionadas, los acuerdos adoptados y todos sus actos fueron declarados absolutamente nulos, sin ninguna validez y eficacia jurídica. Sus funciones fueron asumidas por los ilegítimos poderes ejecutivo o judicial y más tarde, por la Asamblea Nacional Constituyente de 2017.

Conocida las intenciones de la mayoría parlamentaria, se produjo, en un país -me atrevo a decir- que tiene la Constitución más ineficaz de todo el planeta, una discusión sobre la constitucionalidad de la actuación de la Asamblea Nacional 2015. Juristas venezolanos de gran prestigio calificaron de disparate la decisión y ciertamente lo es.

Lamentablemente, con todo respeto, considero que es una perspectiva más propia de la academia de un país que no existe, que a la postre se convertirá, desde el punto de vista político, en una bizantina discusión.

Estamos enfrentando un problema político difícil, en medio de una tragedia humanitaria donde la importancia de los aspectos constitucionales, económicos y sociales no pueden desvirtuar la naturaleza esencialmente política del mismo. Por supuesto, como todo quehacer humano, el tratamiento de esta situación debía estar subordinando a la ética. A mi juicio, allí está la raíz del asunto.

Pensamos que el debate sobre el gobierno interino debió formar parte de una discusión mucho más amplia sobre el futuro del país que incluyera a toda la Venezuela democrática. Creo que en la propuesta no escuchada de Juan Pablo Guanipa y luego de Delsa Solorzano de diferir la sesión de la Asamblea Nacional de 2015 se emprendía esa correcta dirección

El problema fundamental

Considero que, el problema fundamental de nuestra tragedia es de evidente naturaleza política. Necesitamos salir de Maduro. Alcanzar dicho objetivo supone, en nuestra opinión, dos elementos que se interrelacionan: unidad democrática y apoyo internacional. La unidad democrática nos puede permitir construir un liderazgo sólido capaz de movilizar a los venezolanos dentro y fuera del país y alzar con fuerza nuestra voz en todos los ámbitos, incluyendo el castrense. Por supuesto, no podrá haber liderazgo fuerte sin la necesaria fuerza moral que lo avale.

De tal manera que, en nuestra manera de ver las cosas, al valorar la actuación política de nuestros dirigentes y específicamente de la conveniencia de salir de Guaidó, debemos preguntarnos si la decisión tomada favorece el cambio político, si ayuda a la unidad, si fortalece el apoyo internacional. Todas las respuestas son negativas. Por supuesto, antes deberíamos habernos interrogado sobre el estado de la unidad, del apoyo internacional y de la vigencia de los propósitos para salir de Maduro.

Una oposición dividida

Lamentablemente, no todos los que dicen oponerse al régimen chavista están de acuerdo en la necesidad de salir de Maduro. Consideran que no es posible hacerlo en el corto ni en el mediano plazo. Por supuesto, difícil es distinguir entre quienes así piensan con la mejor de las intenciones y quienes simplemente es su manera de colaborar con el régimen buscando su propio beneficio. Los oportunistas siempre han existido entre nosotros en alto porcentaje. A tiempo se anotan a ganador. Ya cambiarán de posición cuando crean que está cerca el fin de la dictadura.

Entre los que consideran fundamental objetivo el cambio político también hay diferencias importantes que resolver. Diferencias que a nuestro juicio pasan por establecer un deslinde claro con el régimen y una unidad mínima en la acción y programa que no existe y que debemos construir para irla ampliando progresivamente. También supone una dirección conjunta efectiva que la Venezuela democrática sienta como propia y alcance la mayor legitimidad democrática posible. Unas amplias elecciones primarias pudieran abonar este camino, pero no basta con ellas.

Como ya se dijo, la responsabilidad sobre el destino nacional es una responsabilidad de todos. No obstante, muchos sectores actúan cómo si no les correspondiera alguna, cómo si sus responsabilidades se limitaran a sus individuales beneficios económicos o a intereses muy parciales del bienestar nacional, cómo si lo político fuese responsabilidad exclusiva de quienes se dedican a esa tarea a tiempo completo.

Por supuesto, en el ¿cómo salir de Maduro? También hay diferencias. En nuestra opinión la salida electoral debe tener prioridad, más no exclusividad, entre los diferentes caminos que legítimamente se pueden recorrer. Por supuesto, hablamos de elecciones libres o por lo menos, de comicios en condiciones tales que puedan permitir salir del dictador. Participar en elecciones fraudulentas para ratificar a Maduro son absolutamente inconveniente. Alcanzar adecuadas condiciones electorales es una necesidad impostergable en la cual el estancado diálogo de México adquiere importancia.

El apoyo internacional

En cuanto al apoyo internacional lamentablemente debemos reconocer la pérdida de la influencia e importancia de Venezuela en los escenarios mundiales, incluyendo el petrolero, así como en el ámbito iberoamericano y caribeño.

Por otra parte, habida cuenta de la actitud del estamento militar venezolano y la injerencia e influencia en nuestros asuntos de Cuba, Rusia, China e Irán, solo será posible el cambio político que supone salir de Maduro con el concurso de la comunidad internacional y particularmente de los Estados Unidos y las democracias europeas y latinoamericanas. De tal manera que necesariamente la estrategia opositora debe ser consensuada con nuestros aliados internacionales y por supuesto, decisiones como la de poner fin al gobierno interino. Difícil creer que la opinión de nuestros aliados fue tomada en cuenta para esta última decisión cuando ni siquiera hubo unidad de la oposición y beneplácito del país nacional.

También en el campo internacional hay importantes diferencias entre quienes aspiran una Venezuela democrática. Algunos sobredimensionan nuestra importancia mundial. Otros piensan que podemos salir del régimen sin el concurso de nuestros aliados internacionales. No faltan quienes ignoran cómo se están desarrollando los procesos políticos en un mundo globalizado.

Asimismo, debemos reconocer que el apoyo internacional al gobierno interino venía debilitándose. Podemos apreciarlo en las declaraciones, designaciones y reconocimientos de algunos estados al gobierno de Maduro y en la propia OEA dónde recientemente llegó a discutirse a quién correspondía la designación del representante venezolano. Sin embargo, no se alcanzó la mayoría calificada exigida para desconocer embajador designado por Guaidó. Situación inversa a la ocurrida hace algunos años cuando el caso Venezuela se paralizó porque faltaron algunos votos para alcanzar la mayoría calificada requerida para la aplicación de la Carta Democrática Interamericana. Haber contado con 20 de los 23 votos necesarios que representaban el 90% de los ciudadanos de las Américas no fue suficiente.

En cuanto al reconocimiento del gobierno interino la situación que se produce con Venezuela no es nueva en el derecho internacional. Estamos frente a un gobierno legítimo reconocido por la comunidad internacional que no ha logrado que sus decisiones sean efectivas dentro su territorio.

Es una situación complicada particularmente en la OEA, habida cuenta de la vigencia de la Carta Democrática Interamericana, expresión de la evolución del derecho internacional y de la democratización del continente. No obstante, es evidente la involución de los últimos años con la irrupción de dictaduras y nuevos autoritarismos.

Ahora bien, una de las notas características del derecho internacional es el particular funcionamiento del principio de efectividad. Resultaba sumamente conveniente que el gobierno de Guaido estuviera en capacidad de hacer cumplir sus decisiones. Sabemos que no ocurrió, pero tampoco sus sucesores podrán hacerlo en las actuales circunstancias. Por otra parte, la comunidad internacional no puede capitular ante hechos ilícitamente consumados, mucho menos la representación parlamentaria nacional. Por supuesto, esta situación no podía prolongarse indefinidamente pues atentaría contra la seguridad jurídica internacional. Había que buscar fortalecer el gobierno interino, enderezar los entuertos, no acabar con él. Evidentemente, no se requiere mucha imaginación para terminar con una enfermedad matando al enfermo.

Podemos comparar la situación del gobierno interino con los gobiernos en el exilio en los años 30 y 40 del siglo XX durante la guerra civil española o durante la ocupación de Polonia. No obstante, también debemos considerar que la evolución del derecho internacional está orientado a alcanzar y mantener la libertad, a impedir la permanencia de gobiernos usurpadores violadores de los derechos fundamentales. La llamada soberanía ya no se admite para amparar dictaduras y regímenes despóticos que niegan los derechos fundamentales a los pueblos que someten. La comunidad internacional ya no es indiferente a lo que ocurre al interior de los estados. La democracia y su permanencia; los derechos humanos ya no son competencia exclusiva de los estados nacionales.

Hoy el mundo ha cambiado y sin desconocer las tendencias autoritarias y retrocesos en la democracia de estos días que esperamos sean transitorios. Latinoamérica y el mundo han evolucionado en términos positivos hacia la vigencia de los derechos humanos, del derecho de los pueblos a la democracia. Basta recordar como hace no muchísimo tiempo predominaban en la OEA los gobiernos militares.

Para nosotros, sin duda alguna, dar por terminado el gobierno de Guaidó, aunque no signifique automáticamente el reconocimiento de Maduro, facilitará el camino de los gobiernos que quieren hacerlo; perderíamos un útil instrumento para nuestra actuación internacional, debilitaría la voz de Venezuela y aumentaría la desconfianza en nuestros representantes.

Para poder tener una voz más fuerte en el escenario internacional, el camino a seguir pasa por entendernos entre nosotros mismos, entre quienes decimos ser demócratas y aspiramos el cambio político. Implica alcanzar una unidad mínima orgánica y programática. Supone denunciar constantemente las tropelías de Maduro y la violación sistemática de los derechos humanos y continuar recorriendo el camino que luce estancado de la protección y defensa de los derechos de las personas y la democracia. Por supuesto, es indispensable un deslinde claro con el régimen opresor que conlleve a recuperar la sensibilidad de la opinión pública global a nuestro favor, particularmente en los países donde ésta se puede expresar libremente, para que sus gobiernos se sientan obligados a apoyar la recuperación democrática de la patria. Reuniéndonos innecesariamente con el dictador, quitándole obstáculos del camino, felicitándolo continuamente por sus supuestas “buenas obras”, intentando proyectar una inexistente normalidad, desvirtúa la lucha contra la sistemática violación de derechos humanos, ignora la pérdida de la libertad y el sufrimiento de muchos. Por supuesto, desmejora la imagen internacional de quienes nos oponemos al régimen y complica la comprensión de los pueblos del mundo sobre el problema Venezuela.

Debemos volver a la senda que marca el desarrollo del derecho internacional humanitario. Reanudar el camino que nos conduce a evitar que la tragedia venezolana continue, que la violación sistemática de los derechos humanos y los crímenes cometidos cesen y sus responsables sean sancionados de conformidad a lo establecido en el Estatuto de Roma. Dar termino al gobierno interino nos aleja de estas vías.

Estoy seguro que si la Venezuela democrática se unifica, se deslinda claramente del régimen, es constante y coherente, recupera la confianza popular, moviliza a los venezolanos, por supuesto subordinando permanentemente su actuación a la ética, más temprano que tarde, la comunidad internacional arbitrará fórmulas que permitirán la recuperación del Estado constitucional democrático en Venezuela lo cual servirá también para hacer irreversibles los procesos democráticos alcanzados por otros pueblos fortaleciendo las organizaciones internacionales y las efectivas garantías de protección de los derechos humanos. En definitiva, para concretar el derecho de los pueblos a la democracia, para privilegiar los derechos de la persona humana sobre la egoísta razón de Estado.

@rafidiaz

rafidiaz2000@yahoo.com

alzandolavoz.wixsite.com/rafidiaz

Valencia 31/12/2022

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Jesús Elorza G.

En la tradicional Misa del Deporte, celebrada el 6 de enero, los atletas, entrenadores y dirigentes deportivos que se dieron cita en las diferentes catedrales del país, coincidían en sus planteamientos relacionados con la crisis por la cual sigue transitando, desde hace muchos años el deporte en el país.

El clamor nacional, estaba referido a la imperiosa necesidad que tiene el sector deportivo en superar las insuficiencias de todo tipo que a pesar de ser denunciadas reiteradamente todavía siguen sin ser resueltas: la discriminación política ideológica que rige en los programas de asistencia social para los atletas, la problemática de la ambientación, transporte, becas, uniformes, viáticos y la asistencia a los eventos internacionales, la paralización de los Juegos Deportivos Nacionales, el deterioro de los Centros de Preparación, la permanente violación de la Autonomía de las Federaciones y el Comité Olímpico con el propósito de asaltar los cargos de dirección con funcionarios del Ministerio del Deporte o el IND, el discrecional y corrupto manejo del Fondo Nacional del Deporte, la militarización de los Juegos Deportivos Universitarios, el desconocimiento a la contratación colectiva de los trabajadores, la discriminación salarial del Entrenador venezolano frente al extranjero, la tercerización del trabajo de los entrenadores, la apropiación indebida de los aportes a la Caja de Ahorro, la falta de Atención Médica y la inexistencia de un Seguro HCM con la cobertura necesaria para atender lo relacionado con las emergencias, prácticamente condenando a una muerte segura a todas las personas relacionadas con el sector.

Todos los presentes, en forma unánime, elevaron su voz de protesta para señalar que la problemática del deporte se ve agravada en forma exponencial por la crisis económica que hoy se vive en el país. La hiperinflación que ha conducido vertiginosamente a la dolarización de la economía ha reducido, mejor dicho, desaparecido el poder de compra en los ciudadanos. El bolívar como moneda nacional prácticamente no tiene ningún valor. Los salarios al igual que las becas sufren el mayor impacto de la crisis: Mensualmente el ingreso no sobrepasa el valor de 7 dólares, mientras que el valor de la Canasta Alimentaria Familiar tiene un costo aproximado de ¡¡¡!460 dólares!!! Es decir, que un atleta, entrenador o dirigente requiere de ¡¡¡65 salarios mínimos!!! para poder llevar alimentos a su hogar.

¡A esto, comentaban los deportistas de todo el país, hay que agregarle que, la política populista de las Cajas CLAP! solo es distribuida para los que viven en la región capital! Hay que dar a conocer que, la pandemia de corrupción, ineficiencia, incapacidad y control totalitario de la actividad generada por el gobierno mantiene al deporte en una cuarentena radical por más de veinte años.

Al final, la decisión tomada por unanimidad de todos los presentes, fue la de dar a conocer los problemas del deporte y exigir su inmediata solución durante el desarrollo de la misa. Estaban de acuerdo en mantener una actitud crítica y no complaciente frente a las autoridades gubernamentales del sector deportivo.

La acción que iban a realizar, en ningún momento podía entorpecer el desarrollo de la eucaristía, por el contrario, la Oración de los Fieles» pasaría a ser una expresión solidaria de denuncias y reclamos del deporte venezolano:

-Por la superación de la crisis estructural del deporte…Roguemos al señor

-Por el castigo judicial a los corruptos del deporte…Te lo pedimos señor

-Por la "Indexación" de las becas, salarios y pensiones ...Te lo exigimos señor

-Por el establecimiento de un Seguro HCM que garantice la atención médica…Te lo pedimos señor

-Por el rescate de los aportes a la Caja de ahorro…Te lo pedimos señor

-Por el restablecimiento de nuestros Derechos Laborales…Roguemos al señor

-Por el respeto a la Autonomía del sector federado…Roguemos al señor

-Por el tránsito a Elecciones Libres que permitan superar la crisis social-económica y política ...Roguemos al señor.

En su Homilía, el sacerdote, presentó algunas reflexiones sobre el valor del deporte, a la luz de la fe cristiana haciendo una referencia muy precisa, relacionada con todo lo expresado por los fieles en su oración y, dirigiéndose a las autoridades deportivas presentes en la misa les dijo "No puede llamarse cristiano quién teme o no resuelve las críticas de sus semejantes" y con la señal de la Cruz dio por terminada la misa. Atletas, Entrenadores y Dirigentes frente a una pancarta que hacía referencia a la tradicional consigna de “Hacer Deporte es hacer Patria” señalaban a una sola voz que “Deporte con Hambre no es Patria”

Y entrelazando sus manos como señal de hermandad deportiva sellaron su compromiso de continuar, en este nuevo año 2023, sus luchas por “Un Deporte Mejor en Una Sociedad Mejor”.

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Thays Peñalver

Lo que está ocurriendo y ocurrirá era previsible y no fue sorpresa. Ya lo habían intentado el año pasado (3 de enero de 2021) en la maratoniana sesión en la que Primero Justicia había propuesto eliminar la Presidencia Interina y no se logró porque aún no contaban con la mayoría. Pero hoy es abrumadora, porque no son cuatro gatos sino el 77% de los representantes los que quieren suprimir a la presidencia interina.

Pero antes de que saquemos otras cifras posibles hay que explicar tres aspectos fundamentales para el lector extranjero. La primera es que el Parlamento de la anterior legislatura, que es de la que estamos hablando, ya que tienen sus periodos vencidos y no se encuentran en ningún marco constitucional, tenía 167 diputados de los cuales poco más de 50 representaban al gobierno de Maduro o eran sus satélites. A partir de allí hay que descontar al menos una decena de escisiones que están representadas por los denominados alacranes y no quedan, guste o no, más que un centenar (para simplificar) de diputados reales para votar.

Y de este centenar. Solo el 23% votó para que se dé continuidad al gobierno interino. Podríamos hilar aún más fino descartando a los suplentes que votaron, pero ya la realidad es tan aplastante como la del proceso de destitución de Pedro Castillo en Perú.

Así que puedo estar de acuerdo o no. Esgrimir decenas de explicaciones, e incluso debatir sobre la inconstitucionalidad o no en un país donde la constitución es letra muerta para todos. Pero no puedo esgrimir que es ajeno al ejercicio de la democracia. Cuando no te quieren, no te quieren y contra los votos solo queda actuar a lo Pedro Castillo lo que supondría el fin del ejercicio de la democracia opositora y la liquidación de la oposición de forma aún más rápida.

Lo segundo, es que los conozco a todos. Es decir llevo veintitantos años escribiendo sobre política, conozco a la mayoría de los líderes personalmente, los he entrevistado y con algunos he compartido trato y puedo esgrimir, que incluso sus más enconados enemigos pueden decir de ellos de todo, menos que son pendejos (rematadamente tontos en Venezuela) respecto a lo que están haciendo, porque todos, repito todos, asisten a las reuniones semanales con los representantes de Joe Biden y tienen en el chat de whatsapp a los embajadores de los apoyos que les quedan.

Así que hablemos con claridad de lo que ocurre. Juan Guaidó no fue nombrado presidente interino por la Asamblea Nacional; se autojuramentó en una calle frente a la multitud porque de otra manera jamás habría obtenido los votos que necesitaba y Estados Unidos encabezado por Donald Trump, la Unión Europea y casi toda América decidieron desconocer a Nicolás Maduro y reconocerlo como encargado. Si Guaidó se autojuramentó fue porque Donald Trump lo exigió. Así lo apoyaron posteriormente porque las encuestas colocaron a Guaidó a nivel de semidiós y en especial, porque nadie iba a contrariar al incendiario de Donald Trump.

¿Que Guaidó puede disponer de unos pocos fondos -del total- de una cuenta de Citibank? No es porque la Asamblea -con su período vencido- tiene un estatuto con el mismo peso jurídico internacional que este artículo, sino porque el presidente Joe Biden así lo ha decidido y ha girado instrucciones por triplicado para que eso pueda ser posible. Si el Banco de Inglaterra tiene el oro embargado, se debe a como dice el juez, porque su gobierno no reconoce a Maduro y tampoco la oposición puede venderlo o disponer de este. Así que volvamos al chat de whatsapp y a las reuniones semanales con los representantes de Joe Biden y los embajadores con los líderes opositores y centrémonos, precisamente, en lo que no hemos escuchado: una defensa a Juan Guaidó.

Bastaba con una simple declaración del vocero de la Casa Blanca para haber terminado con cualquier intento de resquebrajar la unidad general a principios de octubre. De hecho, una simple llamada del embajador a cada líder exponiendo la firme posición de Estados Unidos habría enviado a la basura cualquier intento de reforma. Pero hay silencios que hablaron en octubre, otros que dijeron mucho tras la primera votación de la Asamblea y en especial otros silencios que gritaron después de haber visto a Guaidó íngrimo y solo, tratando de salvar al interinato.

Si a esto le sumamos que el año pasado Estados Unidos dio un ultimátum a la oposición para que demostrara que podía sacar a Maduro antes de diciembre y cumplido el lapso, amanecieron negociando con este último y enviando a la oposición a elecciones. Si sumamos la filtración de la Casa Blanca de que Biden no se inmiscuiría en la remoción de Guaidó. Si sumamos la sorpresa de este y las declaraciones de su embajador en Washington por enterarse de últimos de la decisión de negociar con «el petróleo de sangre», pues matemáticamente uno más uno es igual a dos y lo que está pasando tiene la aprobación y el sello de la Casa Blanca.

Así que si el liderazgo opositor no es pendejo, nosotros deberíamos seguir la misma tónica que parece indicar el giro enorme que ha dado la política exterior estadounidense y la confirmación de que Washington quiere tener relaciones formales con Maduro, lo que luce evidente con su silencio y acción. Es decir, al no apoyar la continuidad legal de Guaidó está diciendo tanto, como con las negociaciones secretas con Maduro, la eliminación y rebaja de las sanciones, los permisos a sus empresas de extracción de petróleo, el intercambio de prisioneros, la liberación de tres millardos de dólares y haber enviado a la oposición a elecciones en 2024, existan o no condiciones.

Y esto nos lleva a la tercera consideración. Todo esto que estamos discutiendo, se encuentra en un espacio virtual cercano a la ficción. Me explico con un ejemplo: la mayoría de los venezolanos no pudo ver el Mundial de fútbol como el resto del mundo, porque la señal abierta o el pago mínimo de cable no permitía seguir más que algunos partidos que pudo comprar una sola emisora de televisión. Si esto fue el Mundial, los medios de comunicación existentes no presentan debate político alguno sobre lo que ocurre y en Youtube, quien desee ver algún debate lo primero que presenciará es la defenestración del interinato, por la corrupción y el inmenso caudal de medios en contra.

Pero hay algo aún más importante, la gran mayoría de los venezolanos en la calle desconoce lo que está ocurriendo porque ni tiene acceso a lo que decimos, ni quizás le importe ya. Si usted enciende un televisor en Venezuela, pensará que se encuentra en otro país, si enciende la radio intuirá que nada pasa porque todo está dedicado a lo superfluo o masivamente a lo maravilloso que es el gobierno de Maduro. Por lo tanto y nuevamente guste o no, la mayoría de los venezolanos de a pie desconoce este debate e incluso, la mismísima existencia de dos gobiernos y de los partidos políticos opositores. De allí que el debate sea entre minorías, porque la mayoría no sabe siquiera que la Asamblea paralela sigue existiendo.

Si usted observa las tendencias en las redes sociales se impresionará al ver el inmenso poder de Maduro, pero más aún la soledad de la oposición venezolana. Mientras escribo estas líneas observo como Juan Guaidó, en la soledad absoluta, trata de salvar desesperadamente lo poco que queda, tiene más de 2,6 millones de seguidores y su solicitud de auxilio político tiene poco más de 2.000 likes y la mitad de retuits, pese a que cientos de miles de personas vieron y leyeron sus comunicados. A su solicitud de expresarse en contra de la reforma del estatuto como medio de presión, le fue aún peor.

De allí a que veamos los últimos intentos desesperados, luego de utilizar el viejo truco de diferir el debate para ganar más tiempo, la mayoría obligó a hacerlo y el último comunicado antes de la votación reza así: «A esta hora persiste la decisión de eliminar el soporte institucional» a la vez que proponía que se nombrara a otro en su lugar para prorrogar el mandato del poder ejecutivo interino.

Este intento de nombrar a otro también lleva su truco -poco sutil- porque Guaidó viéndose ya perdido, apela a ganar tiempo como interino para hacer maletas hasta el 5 de enero dividiendo el consenso y la votación de Acción Democrática a la que supuestamente le tocaría la presidencia de la Asamblea y, por ende, la presidencia interina. Así Henry Ramos Allup, o quien éste designara tendrían la última palabra, salvando la presidencia interina y convirtiendo a alguien en el último presidente antes de las elecciones. ¿Podría ocurrir? Se trata de una manzana envenenada a la que ningún político con futuro electoral le daría un mordisco, pero en una Venezuela, donde el futuro electoral de muchos no existe, descartar semejante mala idea es siempre imposible.

Mientras escribo y están votando para eliminar del juego a Guaidó, reviso con curiosidad las portadas y portales independientes, encontrándome lógicamente con Pelé, pero a partir de allí leo sobre las tradiciones navideñas, el aumento del pasaje de transporte o presos políticos y dentro de las páginas políticas, la misma propuesta de que escojan a otro como presidente. Incluso en los que se sospecha como más cercanos no existe mayor referencia o presión y esto me indica de nuevo que esos silencios que gritan dejan poco margen a pensar otra cosa y no es otra que Joe Biden, la comunidad internacional que está corriendo a nombrar embajadores, así como los líderes opositores junto a los principales editores del famoso «quinto poder» llegaron a la misma conclusión sobre el fin del interinato.

En fin, sea la decisión que fuere, quien sale de la presidencia interina por la puerta trasera es Juan Guaidó, abandonado por todos sus apoyos, en un país que odia enconadamente a los que pierden. El ganador de todo esto es sin discusión alguna Nicolás Maduro, otro silencio que grita a los cuatro vientos: «Muchas gracias», porque no hay manera constitucional de eliminar una presidencia interina por más ficticia que esta sea, es decir, el artículo que dice que hay una vacancia en la presidencia y que esta le toca a la Asamblea no desaparece por arte de magia o la existencia de un estatuto y el silencio legislativo simplemente confirmaría a Nicolás Maduro como presidente de la República.

Pero vuelvo a decir que esa discusión les atañe a muy pocos hoy en día. No significa nada para Joe Biden, ni para Europa ni para los diez millones que se han marchado, contando aquellos que no son inmigrantes, ni refugiados por tener doble nacionalidad. No significa nada para los cinco millones de pensionados que cobran una miseria y que están pendientes del único gobierno que les paga, tampoco para los seis millones de hambrientos que reciben una caja de comida con la cara de Nicolás Maduro y mucho menos para los seis millones de empleados públicos y satélites gubernamentales que viven de la repartición de lo que queda del Estado.

He allí la única discusión y respuestas que hay que buscar. ¿Por qué todo terminó así para la oposición? ¿Por qué se quedaron sin apoyo popular? El resto, importa realmente poco a partir de hoy porque la Venezuela post Guaidó ya no tiene algo que ver con él y lo que debió hacer, sino con Maduro hasta el 2030.

31 de diciembre 2022

https://morfema.press/opinion/la-venezuela-post-guaido-por-thays-penalver/

 9 min


Roberto Casanova

Este libro, el más reciente del autor, se trata de una compilación de artículos y otros escritos políticos que, en su mayoría, publicó en el lapso de una década (2012-2022), advirtiendo que la obra no es un “cajón de sastre.” No es un montón variado y desordenado de textos, pues los reunidos poseen cierto carácter común – en cuanto a temática e intencionalidad, a perspectiva y argumentación, a emocionalidad y moralidad – lo que permite ofrecerlos como un libro orgánico. O casi. Su hilo conductor más general, filosófico si se quiere, es una visión de la sociedad que podría llamar humanismo liberal y cívico.

La vida de cada uno es encontrarse en medio de una circunstancia y tener que estar haciendo siempre algo para sostenerse en la existencia, escribió Ortega y Gasset. Resumió sus ideas en potentes frases, como: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo.” Pues bien, el autor piensa que “mi vida soy yo y Venezuela, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Por ello, necesita alguna claridad sobre su circunstancia y sobre qué hacer en ella. En este libro compila parte de su búsqueda.

Casanova ha agrupado los textos en función de una idea clave: saber colocarnos vitalmente, en forma alternada, en dos “modos”. El modo rebeldía que, fundado en la dignidad que cada uno reconoce en sí mismo y en los otros, y que exige sea respetada por todos, nos debe conducir a persistir, con creatividad y coraje, en el enfrentamiento a la dictadura. El modo transformación que, orientado a dar forma a un orden social de libertad, prosperidad y solidaridad, nos debe impulsar a encontrar las mejores ideas y soluciones, y a ponerlas en práctica en cualquier contexto y en nuestras propias vidas, sobre todo, cuando hayamos acabado con la usurpación.

Dos temas destacan en los escritos aquí incluidos. El primero, asociado al modo rebeldía, es el problema de coordinación, problema que los sectores democráticos solo han podido resolver, ocasionalmente, en forma frágil y efímera. El segundo, relativo al modo transformación, es la creación de un centro político, necesario para alcanzar y adelantar los acuerdos que nos permitan enfrentar el desafío de dar forma a un nuevo orden político y económico.

Todos somos protagonistas de la historia venezolana y hemos ido aprendiendo que solo merecen la libertad los pueblos que están dispuestos a defenderla. Una invitación aparece reiteradamente en esta obra: elijamos la esperanza creadora.

El libro se adjunta como archivo anexo a esta breve presentación, elaborada con expresiones propias de su autor, Roberto Casanova.

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