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Opinión

Javier Conde

Buen conversador, didáctico, con tantas horas de vuelo en las aulas. Frustrado segunda base de los Cardenales de Lara, aunque el nueve -el que marca los goles- de La Salle de Barquisimeto. Abogado y diputado, autor de una treintena de libros, secretario privado del expresidente Luis Herrera Campíns. Expresidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, tan caliente como una reunión política; Ramón Guillermo Aveledo -cuyo apellido proviene de un pueblo gallego de igual nombre, que el abuelo de su abuelo se trajo en un tiempo remoto-, fue también el sobrio, y la vez firme, exsecretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Ponderación, cautela, lenguaje justo y pulcro, cuando, en apariencia, el país elegía por las guarimbas de piedras y palabras. Falló el refrán: lo cortés no quita lo valiente. Hace 9 años -el tiempo en esta pesadilla se consume sin remedio y sin recompensa- dio un paso al lado, sin perder de vista el rumbo de la lucha para recuperar la democracia venezolana. Ya no es manager, ni coach de primera base, pero toma notas desde las gradas de cada lance del juego, porque en Aveledo hay algo de periodista e historiador. “Escribo por necesidad personal”.

-Es impresionante la cantidad de libros que ha publicado, ¿cómo hace?

-Son más de treinta, del tema político y del tema jurídico y alguna cosa histórica. El año pasado publiqué uno llamado La política y los valores que tenía mucho tiempo pensándolo y pasé dos años escribiéndolo. Es una relectura de los valores, en este caso los valores de un democratacristiano. Desde que dejé el Congreso dispongo de más tiempo. Siempre pienso que este es el último, que solo haré papers e informes, pero ya por ahí viene el centenario de Luis Herrera y es posible hacer algo sobre sus discursos parlamentarios, estuvo en el Congreso del 58 al 78.

-¿Los políticos venezolanos han escrito poco, no es cierto?

-Sí, aunque eso varía. En el comienzo, escribieron mucho los adecos y la gente de izquierda antes y después (Pompeyo, Teodoro, Freddy Muñoz, Moleiro), menos los copeyanos, aunque sí Rafael Caldera, Luis Herrera, una cantidad abismal de artículos, Rodolfo José Cárdenas. Uslar Pietri, la gente cree que solo es literato, tiene mucho ensayo político. En AD, no solo sus poetas y escritores escribieron, Rómulo Betancourt lo hizo mucho en periodismo y en libros. Lo que no hay en el país son memorias, es raro, porque es un género muy frecuente en Estados Unidos, Europa, Inglaterra. En la región está la de Ricardo Lagos y me acaba de llegar la de Andrés Zaldívar (expresidente de la Democracia Cristiana chilena). El general Páez escribió una autobiografía, Enrique Tejera unas memorias, Américo Martín las suyas en varios tomos, interminables, como era él hablando; las memorias de Burelli Rivas se publicaron después de muerto, seguro dejó esa instrucción. Yo le pregunté tanto a Caldera como a Luis Herrera, que tomaba muchas notas de las reuniones de Gabinete, si pensaban escribir sus memorias. Luis Herrera, me miró, dijo ‘¿memorias?’ y arrugó la cara. Caldera me dijo que serían muy fastidiosas. ‘¿Cómo van a ser fastidiosas unas memorias suyas, presidente?’, le dije. ‘Porque, respondió, o uno dice todo lo que sabe y entonces peleas o tienes cuidado y entonces sale muy fastidiosa’. Betancourt dijo siempre que estaba preparando sus memorias y no lo hizo. En Venezuela también se escribe menos, porque la gente lee menos. A algunos de mis libros no les ha ido nada mal, como El Dictador.

-¿No hay memorias porque se dice que somos un país desmemoriado?

-No sé si tiene que ver con eso o con el hecho de que como la gente no se retira, nunca echa su cuento, porque siempre tiene la posibilidad de otra participación. A mí me llama la atención que de las pocas cosas que se ha notado en los últimos años, desde el 98 para acá, es ese interés por la historia. Los libros de Elías Pino Iturrieta, de Inés Quintero o de Manuel Caballero fueron muy leídos. Hay un sector de la población con afán de comprender, hay interés en los jóvenes por indagar en la historia, por preguntar cosas.

-Entremos en la historia que nos ocupa estos días, ¿es lo mismo una candidatura unitaria que la unidad?

-No, no es lo mismo. Es necesaria una candidatura unitaria pero no es lo mismo. No se trata de que nos unamos porque tenemos una candidatura, tenemos una candidatura porque estamos unidos. Ese es el punto. El mecanismo para la escogencia de la candidatura que es la Primaria, me parece lo lógico, considerando el factor de los desacuerdos en torno a eso, porque no se ve a nadie como recibiendo el apoyo general en los partidos y en la población, pero también dada la debilidad de la influencia de los partidos. Lo lógico es el mecanismo de la Primaria. Pero no puede estar sola, debe ir junto con una negociación acerca de la estrategia, del mensaje, de la política que se va a proponer al país. La estrategia es clave, y no quiere decir que sea destapada porque ya bastante ventaja tiene el poder para darle otra, de contarle todo. Para que la gente pueda confiar, para que sea creíble tiene que haber un acuerdo en torno a una propuesta de país. En esa línea, Primero Justicia hizo un congreso programático; Un Nuevo Tiempo hizo también el suyo; Carlos Prosperi presentó su programa de gobierno. Me parece muy bien. Sin embargo, una parte muy importante no es la propuesta de cada uno sino la que juntos van a proponer, porque se supone que al elegir la candidatura unitaria van a coincidir todos con una propuesta de programa común. El Pacto de Puntofijo se arregló con el programa mínimo de gobierno que, independientemente de quién ganara, Betancourt, Larrazábal o Caldera, esas cosas se iban a hacer aunque cada uno buscaba el voto por su cuenta. En Chile hubo un programa común, en Nicaragua con la UNO (Unión Nacional Opositora) hubo candidatura común pero no muchos acuerdos sobre el programa común y eso se notó enseguida en el gobierno de la señora Violeta Chamorro y en los posteriores. La candidatura unitaria debe venir unida de un programa también unitario que es el compromiso que juntos asumen.

-Los discursos de quienes aspiran a la candidatura parecen ir por otro lado, se habla poco de la unidad, ¿cree que los partidos la conciben de otra manera?

-Es posible. Me preocupa el acento en la diferencia. Entiendo que cada quien quiera arrimar la brasa a su sardina, sobre todo cuando no se ve una candidatura con una fuerza claramente predominante y entonces se tiene que llamar la atención sobre su posición. El énfasis en los contrastes puede ser riesgoso para la unidad porque hace falta encuentro y coincidencias, y que la gente lo note. Para que sea creíble la plataforma unitaria, con p y u minúsculas, porque no me refiero a esa coalición en particular sino a la propuesta, necesita además del elemento personal, que es muy importante, el elemento de mensaje común, que la gente los vea en la misma onda. Veo con más frecuencia cosas como ‘bueno no se puede sacralizar la unidad’, ‘la unidad como un fin en ese mismo’. Eso ya se dijo antes. Una manera de devaluar la unidad posible era hablar de una unidad superior, esta no es, esta es inferior, hay otra superior. Siempre toda política es perfectible, pero lo evidente es que si se prioriza la competencia por sobre la coincidencia, va a ser difícil la credibilidad del mensaje común. Para que los números den tienen que ir juntos. Juntos no quiere decir revueltos, cada quien no debe renunciar a su identidad pero tiene que haber una partitura aunque cada quien la toque en un ritmo diferente. Lo esencial es recuperar la credibilidad, digo recuperar y escojo la palabra con el respeto debido, la credibilidad que tenía la oposición hace un rato, que no es la que tiene ahora, evidentemente ha habido una erosión. Así como el Gobierno subestima su desprestigio internacional y cree que puede parapetear las cosas, creo que la oposición no debe subestimar el desafecto que existe por frustración, por decepción, y debe plantearse eso como un reto a asumir.

-¿Entre esos cuidados que advierte estaría la posibilidad de que quien se haga con la candidatura imponga las condiciones?

-Si eso fuera así sería un camino muy corto al fracaso, porque en la política no hay contratos de adhesión. Para que alguien pueda imponer sus condiciones tiene que tener una ventaja muy grande sobre los otros competidores. Y tampoco es deseable porque si algo hemos aprendido en estos años como venezolanos es el fracaso de la imposición unilateral. Lo que nos ha traído aquí, todos los problemas de empobrecimiento, de deterioro de la vida, no es solo por la superstición ideológica del grupo en el poder, creo que lo que ha fracasado primero que todo es la imposición unilateral, yo tengo el poder y tú te la tienes que calar, esta es ‘una revolución pacífica pero armada’. Ellos (el Gobierno) están buscando quitarse de encima con pragmatismo la cuestión ideológica pero sin embargo no renuncian a la imposición unilateral y la gente no les cree porque la gente tiene desconfianza aquí y afuera. En Venezuela, y repito algo que ya he dicho, sobran las razones para no votar por los que están, pero hacen falta motivos para votar por nosotros, por esta alternativa. Por eso lo de la promesa creíble es tan importante, que la gente sienta otra vez ganas de mirar para la calle.

-Pero además de lo que ha señalado, hay otros peligros en torno al proceso de la Primaria de la oposición.

-La Primaria es un proceso que tiene complejidades. Cuando hablo de peligro me refiero al peligro político general, no de la Primaria, sino de la alternativa opositora. Que tenga resuelto el mecanismo de escogencia de la candidatura es el primer asunto, pero hay que resolver otras cosas. La Primaria no es para escoger un nombre y más nada, es para escoger un nombre que representa una política compartida. La Primaria va a tener por supuesto en sí misma un proceso complejo que tiene que resolver: la organización, de si lo hace o no con el CNE, de cómo se vota, de cómo se hace para promover el Registro Electoral para que más venezolanos participen para votar, cómo hacemos que la gente que está regada por el mundo pueda ejercer su derecho al voto y estar preparados con la mentalidad más abierta. Yo encuentro que en el poder hay mucho interés para que la gente que está en el exterior no vote. Y también comprendo que mucha gente que está en el exterior no quiera votar porque está haciendo su vida. Están tan regados los venezolanos en todas partes que es necesario que los mecanismos de inscripción y de voto sean telemáticos.

“No se le habla al país entero”

–¿La propuesta de la MUD tenía puntos flacos?

-La Mesa aprendió de la experiencia de la Coordinadora Democrática y de las experiencias de afuera. Lo que yo aspiro ahora es que la unidad actual aprenda de la experiencia precedente. En el caso de la Mesa de la Unidad, qué se logró y en qué se pudo haber fallado, para poder corregir. El mérito esencial de la MUD fue la recuperación de la vía electoral como política, que el cambio fuera pacífico, constitucional, democrático y electoral. Y suponía en aquel momento un acuerdo que priorizara eso, la gente decía ‘bueno es un acuerdo electoral’ y algunos críticos subestimaban el valor de eso. Es posible que ahora necesitemos otras cosas pero la verdad es que ahí había un intento de unidad estratégica, un intento de unidad programática que suscribieron todos los precandidatos, que se firmó unos días antes de la Primaria, el 23 de enero de 2012, con la excepción de Diego Arria. Diría que ahora los cambios hay que hacerlos en los compromisos, que tienen que ser para cumplir, porque es esencial para la credibilidad hacia afuera, que va a depender siempre de la credibilidad interna de los actores. Cuando entre los actores predomina la desconfianza no puedes generar confianza afuera. La oposición debe afrontar eso para convertirse en una coalición verdadera. Para que se pase de aquella mesa de encuentro, como la llamamos inicialmente con mucha prudencia, a esta coalición. A mí me parece que las mayores diferencias están en el ámbito de las personalidades y eso debe ser abordable. No es sencillo, pero si el objetivo está claro tampoco es imposible como ha quedado demostrado en el pasado. Se cree que Caldera, Betancourt y Villlaba eran gente muy afín, pero tenían diferencias y muy marcadas. Betancourt y Villalba habían estado juntos en ORVE (Organización Venezolana) y después se habían separado en el PDN (Partido Democrático Nacional).Villalba había sido senador elegido con la tolerancia del medinismo y había estado contra la Revolución de Octubre del 45. Y Caldera era la oposición a AD en el trienio (45-48) y venía de otra tradición ideológica y cultural. Y pudieron entenderse y cumplir. Así que las diferencias personales no son una novedad. Pero teniendo presente el objetivo común, inevitablemente ocupan un plano secundario.

-¿De dónde surge esa desconfianza?, ¿del propio declive de la MUD?, ¿hay algunos hechos que ahondaron esa desconfianza?

-A lo mejor la Mesa de la Unidad fue una posposición de las desconfianzas o una regularización de ellas, a través de reglas aceptadas por todos y cumplidas de manera asimétrica. No todo el mundo cumplió todas las reglas siempre. Todos en algún momento las infringieron, pero no todos ni todas al mismo tiempo. Se pudo mantener, pero en la medida que las reglas se fueron disipando, a pesar de la exitosísima elección de 2015, y se sustituyeron por el consenso pues poco a poco cada quien se sintió autorizado para hacer lo que le parecía, y a eso hay sumar las cuestiones personales y los inmediatismos, la idea de que esto estaba a la vuelta de la esquina, que la cosa estaba cerquita. También influye que el país se halla dividido tanto. El oficialismo hace una política dirigida a su gente y prescinde completamente del resto. En el mundo opositor parece haber la tentación de una competencia como si se encontrara en una plenaria eterna para ver quién encabeza la oposición. Pero no se le habla al país entero, no hay una política que sea nacional y eso ayuda a consolidar el statu quo. Que sigan gobernando los que están, con los resultados que sabemos que tiene. En la medida en que la política no sea nacional sino de este pedazo, también contribuye a que tenga prioridad la competencia entre los distintos actores de la oposición frente a la disputa con el poder y las estrategias para sustituirlo. Y eso no es un problema menor.

-También hay una discusión que se libra por las redes sobre la elección presidencial de 2013. Hay acusaciones contra Henrique Capriles de cobarde, de que no defendió la victoria en la elección contra Maduro, ¿Capriles en verdad ganó la elección?

-En ese momento fue una ventaja muy pequeña, un resultado muy chiquito, no había certeza acerca del resultado. Nosotros teníamos elementos de juicio para pensar que habíamos ganado y se acudió a todos los mecanismos constitucionales y legales en concordancia con la política que se había asumido. Hay una actitud de Capriles que, a mí juicio, fue muy responsable y en ese momento en la discusión que se dio nadie que yo recuerde fue partidario de otra cosa. En el reciente trabajo que publicaste en relación a la Concertación en Chile te haces eco de un comentario de Ricardo Lagos en relación a que es inconducente llamar a la gente a una manifestación donde la van a matar, sin que eso produzca un resultado sustancial inmediato. Es verdad que no es un sacrificio inútil, sí, pero uno tiende a pensar que el sacrificio cuando es ajeno no es tan importante. Yo no recuerdo a nadie que estuviera en contra de lo que se decidió en 2013. Nadie dijo ‘vamos a ir’, ‘vamos a inmolarnos’. No recuerdo nada de eso. Cuando yo renuncié a la secretaría ejecutiva en 2014 era evidente que existían diferencias, yo me puse a un lado pero dije que había un problema por atender. Por la vía de los acuerdos se llegó a la exitosa elección de 2015, pero antes, en el año 2014, hubo una controversia muy grande alrededor de La Salida, porque hubo un grupo que decidió imponer en la calle una política. Eso ocurrió, sin embargo vino la elección y todo el mundo se metió, inclusive los que estaban en contra de la participación electoral y querían una asamblea constituyente. De ahí en adelante, como las reglas se habían eliminado, cada quien pensó que podía imponer una política de facto porque el sistema estaba derrotado.

-Se vio muy cerca el final, la victoria definitiva, una euforia desatada…

-Yo en aquel momento usaba una metáfora bélica, de la que no soy muy amigo por cierto, porque la política es una cosa y la guerra otra; la metáfora era ‘no confundamos el desembarco en Normandía con la toma de Berlín’. No es lo mismo. Asumir la conducción del poder público nacional no es una bobería. Lo que nos falta para llegar allá es todavía mucho. Por eso hay que tener cuidado con esa cosa personal, que es un asunto mundial, pero en Venezuela nos ha tocado cuando hay toda esta debilidad institucional tan grande.

La vía al reencuentro de los venezolanos

Aveledo aborda un punto esencial que tiene con ver con el liderazgo democrático, y hace una extensa referencia al libro de Henry Kissinger (Ladership: Six Studies in World Strategy o Liderazgo: Seis estudios sobre estrategia mundial), que leyó en diciembre pasado. Kissinger, dice Aveledo, tiene la experiencia que tiene, ha vivido 100 años, tiene un profundo conocimiento de la historia, ha sido profesor de historia. En el libro sobre el liderazgo analiza seis casos: Konrad Adenauer, Charles De Gaulle, la señora Margaret Thatcher, Anwar el-Sadat, Lee Kuan Yew y Richard Nixon. Este último es el más detallado -“interesantísimo”, acota- porque Kissinger fue Secretario de Estado de Nixon.

“Destaca la humildad en Adenauer, la voluntad en De Gaulle, la convicción de la señora Thatcher, la profunda convicción de origen religioso de Sadat, la excelencia del líder de Singapur (Kuan Yew), y la comprensión de los equilibrios de Nixon. Tomemos como ejemplo los casos de De Gaulle y la señora Thatcher, detrás de la voluntad de uno y de la convicción de ella había más cosas. De Gaulle tenía una compresión histórica muy sólida, un conocimiento profundo del país en el que está y había un Estrado detrás, y en el caso de Inglaterra una institucionalidad muy fuerte. La voluntad y la convicción por sí solas no son suficientes. Tiene que haber algo detrás, sino queda la aventura, simplemente la idea de que soy un jugador solitario. Tenemos demasiada inclinación a ser Cristiano Ronaldo, pero no es él mismo que cuando contaba con Real Madrid a sus espaldas. Lo que tenemos delante no es para jugadores individuales, es para jugadores de equipo. Si eres muy bueno, tienes gran calidad, tienes unas condiciones excepcionales, si juegas en equipo te rinde más. El oficialismo, por ejemplo, tiene un roster, un plantel, mediocre, muy malo en las políticas públicas pero han logrado mantenerse en el poder porque han jugado en equipo aunque se detesten. De este lado hay un buen equipo, por eso el desafío es la unidad o el nombre que se le quiera poner. Y aprendiendo siempre de los errores y de los logros.

-¿Cree que el Gobierno interino fue una jugada de equipo?

-Yo me enteré en la calle cuando se anunció, no sabía que eso estaba previsto y por lo que pregunté después todos me dijeron que fueron tomados un poco por sorpresa. Valoro el coraje personal y la buena intención de Juan Guaidó que no es poca cosa, se quedó aquí y yo respeto eso sin duda alguna. Ahora cuando escuchaba razonamientos que conducían a esa posibilidad que luego se concretó, me preocupaba mucho. Hay que recordar la historia: de la República de China y Taiwan sin la isla de Formosa, de las repúblicas en el exilio. Eso ya ha pasado. De nuevo vuelvo a Kissinger: él cuenta que un joven (que puede ser él mismo) le preguntó a Winston Churchill cuál era el secreto para ser estadista: ‘Estudie historia, en la historia está todo’, le respondió. A lo mejor no está todo, pero conocer y comprender la historia evita metidas de pata.

-Ya vamos casi a terminar (“me preocupa ese casi, de los entrevistadores”, comenta), ¿está convencido de que al régimen se le derrota por elecciones?

-Sí, sí se puede, por supuesto. No cándidamente, no de cualquier manera. Hay que trabajar y tomar en cuenta el contexto en que estamos. Yo me afinco en la convicción de que el Gobierno no quiere que votemos. Siempre hace lo posible para que no votemos. Ayuda a dividir a la oposición, si encuentra en la oposición quien la divida. Pone inconvenientes, genera desconfianza. La victoria de Barinas es una lección: la gente encontró un motivo para votar ante el atropello del Gobierno, e incluso en la división opositora. El asunto es que haya motivos. Y en una campaña presidencial en la que se trata de cambiar el poder nacional para empezar una transición, para comenzar ese trabajo paciente, cauteloso que va encontrar muchas dificultades, en el que hay que vencer la desconfianza no solo entre la oposición sino a nivel nacional, eso requiere que de este lado se den motivos y por eso valoro tanto la unidad. Si la oposición demuestra que es capaz de unirse por encima de sus diferencias, eso es un dato, un motivo natural, porque al revés también pasa, porque voy a votar por ellos si no pueden siquiera entenderse.

-Ha hablado de una promesa de futuro, creíble, ¿cuál sería?

-La promesa es la democracia y la libertad pero qué significa eso hoy, cómo implica un cambio en la vida de nosotros y cómo se hace posible. Quizá sea muy racional. La ruta más corta desde el punto de vista emocional, que es el lubricante de lo racional, es el reencuentro de los venezolanos que estamos esparcidos por el mundo. Yo tengo dos hijas afuera, un nieto de Whatsapp, al que solo he podido abrazar una vez. La distancia, las discordias, tantos años de conflicto, desgasta a la gente. No van a desaparecer esas diferencias pero las podemos hablar normalmente. Que podamos convivir con eso es algo que tiene mucho valor. La vía de la reunión de los venezolanos. Por cierto, las diferencias son menores abajo que arriba, en los barrios la gente se acerca. Las crisis prolongadas en unos sacan el egoísmo, en otros la solidaridad. La realidad no es estática, las cosas cambian y van a seguir cambiando. La visión de la política tiene que ser en ese sentido mucho más acorde con la realidad.

@jconde64

12 de marzo 2023

La Gran Aldea

https://lagranaldea.com/2023/03/12/ramon-guillermo-aveledo-lo-que-tenemo...

 18 min


Eddie A. Ramírez S.

Hace tiempo, tanto que no quiero recordar la fecha, me la pasaba cantando la estrofa de la vieja canción que dice “a mi te quisiste dá por un puñao de parné”. Mi mamá me mandaba a callar por algo que supe, años después, se refería a la entrega de una mujer por dinero. Chávez y Maduro se entregaron sin chistar a la semidiosa Soberanía. Tenían parné y pensaron que duraría para siempre. Creyeron que había que crear infinidad de empresas del Estado, distribuir papas, insumos agrícolas, tener mayoría en empresas mixtas y expropiar sin compensación para, supuestamente, hacer poderoso al Leviatán descrito por Hobbes. Pero llegó la época de las vacas flacas. Cuando se tiene parné, se puede cometer la locura de expropiar incluso carritos de vendedores de chicha, por considerarlos estratégicos. Cuando el parné se agota, el concepto de soberanía debe aterrizar.

La actividad petrolera puede servir de ejemplo. Con los precios del petróleo con tendencia al alza, el sector político y todos los ciudadanos de a pie coincidimos en que era el momento de tomar las riendas de un producto estratégico que aseguraría nuestro desarrollo. Fue un proceso ejecutado en 1975 con amplio consenso nacional. A las 22 compañías expropiadas se les cancelaron mil cincuenta y cuatro millones de dólares, de los cuales solo 117 millones en efectivo y el resto en bonos a cinco años, aunque inicialmente hubo que acordar convenios de asistencia técnica y de comercialización. Aparentemente fue un buen negocio y, además, ya teníamos soberanía.

Pocos advirtieron que ahora el Estado debía realizar las inversiones para explorar, extraer y refinar ese petróleo, así como los gastos para mantener las numerosas y complejas instalaciones. Como había parné ese no era problema, a pesar de que sería a costa de reducir recursos para la educación, salud e infraestructura. Pero, como “había una ilusión de armonía”, como escribieron Naím y Piñero, todos seguimos contentos. Sucedió lo de la fábula de la cigarra (chicharra) y la hormiga, aunque no es cierto que las chicharras pasan su tiempo cantando en lugar de buscar su sustento. Algunas están hasta veinte años alimentándose bajo tierra.

Poco a poco se hizo evidente que las necesidades fiscales del Estado y las fluctuaciones de los precios limitaban a Pdvsa para aumentar la producción. Contra viento y marea, en la década de los 90 hubo que apelar a la inversión de compañías extranjeras, bajo las modalidades de asociaciones estratégicas con minoría accionaria de Pdvsa; Convenios Operativos y Convenios a Riesgo Compartido, en los que esas compañías aportaban las inversiones. Esa apertura fue exitosa y se llegó a producir casi un millón de barriles adicionales que de otra manera se hubiesen quedado en el subsuelo. Los rebeldes sin causa de la extrema izquierda se rasgaron las vestiduras.

Entre el comandante destructor Hugo Chávez, el guerrillero comandante (Fausto) Alí Rodríguez Araque y el hoy prófugo Rafael Ramírez Carreño pulverizaron Pdvsa y la inversión extranjera. Expulsaron a ExxonMobil y a ConocoPhillips, se salvó Chevron porque su representante era cercano a Chávez. Transformaron los Convenios Operativos en Empresas Mixtas con mayoría accionaria de Pdvsa. ¡Bravo, exclamaron, ahora somos más soberanos! Hoy, Conoco Phillps tiene una cuantiosa demanda contra Pdvsa por la expropiación y las más de 40 empresas mixtas creadas están paralizadas porque Pdvsa no aporta lo que le corresponde.

En reciente artículo, ciudadanos estudiosos del tema petrolero, pero con un claro sesgo ideológico, entre ellos el doctor Carlos Mendoza Potellá, quien fue director externo de Pdvsa cuando el conflicto de la meritocracia en abril 2002, objetan el nuevo contrato entre Pdvsa y Chevrón. Según ellos, “se renuncia a la conquista histórica de la soberanía del Estado y de la nación sobre el petróleo. Maduro violó la Constitución y la Ley Orgánica de Hidrocarburos”. También, objetan el acuerdo de entregar nuestro gas a Trinidad y Tobago, quien tiene la infraestructura para licuarlo y exportarlo.

Es cierto que Maduro violó la Constitución y la Ley de Hidrocarburos. Lo hace a diario. Está desesperado porque, aunque los precios del petróleo están altos, la producción está en el suelo. La ineptitud y el fanatismo pasan factura. Requiere parné para sostenerse y para su próxima campaña electoral. Por ello se vende como la bien pagá. Aspiramos que quienes asuman el poder en el 2024, o antes, modifiquen la Constitución y la Ley de Hidrocarburos, para hacer legalmente lo que es imprescindible. Una empresa petrolera del Estado era un botín demasiado apetecible para Chávez y lo será para los que vengan. Los petroleros que participamos en los paros del 2002 nunca tuvimos en mente la privatización de Pdvsa. Hoy la situación ha cambiado. Al menos quien esto escribe piensa que es necesaria

Como(había) en botica:

Julio Borges declaró que fue un error darle a la oposición (G4) el manejo de activos en el exterior y que Citgo es una caja negra. En el primer caso, se deduce que entonces sería mucho menos conveniente que alguno del G4 maneje el país. Se metió un autogol. En cuanto a Citgo, sus resultados fueron consignados en la presidencia de la Asamblea Nacional, en la Procuraduría y Contraloría ad hoc, trimestralmente presenta cuentas públicas auditadas a los acreedores, la OFAC de Estados Unidos y el Department of Justice hacen seguimiento y los directivos de la empresa han respondido todas las preguntas de la Comisión de Manejo de Activos (CAPA) coordinado por Primero Justicia. Esto lo conoce Borges, pero prefirió mentir. Fue torpe y embustero.

Debemos presionar a la Contraloría General de la República para que notifique al CNE que venció la arbitraria inhabilitación contra María Corina. También para que el TSJ sentencie que Juan Guaidó, Henrique Capriles y otros inhabilitados sin juicio alguno, puedan ser candidatos,

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

14/03/23

 4 min


Edgar Benarroch

¿SE VOTA PERO NO SE ELIGE?

Esta conseja e infundada afirmación de que “se vota pero no se elige”, es una creación de este régimen para desmotivar a los votantes de oposición: Ellos tienen a su gente amarradas, atemorizadas, amenazadas y supervisadas y nosotros estamos bien desperdigados. Ganamos dos tercios de la Asamblea Nacional, importantes Gobernaciones de Estados y Alcaldías con el Consejo Nacional Electoral (CNE) electo por ellos y con las mismas máquinas de votación. He escuchado y hablado con muchos técnicos ampliamente calificados en la materia y me han dicho que las máquinas son totalmente confiables, que si se vota A se contabiliza A y aparece en el acta de totalización el voto A, ademas nosotros al votar recibimos un tiket , donde aparece nuestro voto, que depositamos en la urna electoral . Al concluir el acto de votación más del 50% de las mesas , escogidas al azar, son abiertas, escrutadas manualmente y cotejadas con el acta de votación que expide la máquina.

La trampa, si la dejamos correr, se presenta cuando la oposición no está en la mesa o tenemos un representante testigo panga panga distraído. Por ello debemos ser extremadamente exigentes al momento de designar nuestro testigo de mesa. Cuando los del régimen quedan solos en la mesa empiezan a darle a la máquina hasta la saciedad y votar por quienes no lo han hecho, firman y ponen huellas falsas en el cuaderno de votación , por ello nunca han permitido una inspección judicial del referido cuaderno. Nuestro representante en la mesa de votación debe ser alguien de una sola pieza, insobornable, digno e incorruptible que aguante todos los ofrecimientos y soporte todas las presiones. Ellos tienen información de los fallecidos o que no están en el país y lo primero que hacen es votar por ellos. Son muchos los muertos y quienes están en el extranjero que aparecen votando.

Este delito se produce horas antes de las cuatro de la tarde, cuando se debe cerrar la mesa si no hay colas por votar o si no en la prórroga que usualmente otorga el CNE.

Estemos muy atentos a los comentarios que inducen a no votar, ello sólo favorece al régimen y por ello nosotros debemos tratar que vote el mayor número de venezolanos. A ellos les interesa dejar correr la especie que saben y manejan las trampas para ganar y a nosotros debe interesarnos profundamente que esas trampas no pasen. Donde hay un representante nuestro íntegro, valiente y atento, el resultado será totalmente confiable . Entonces debemos esmerarnos, si es posible desde ya, en seleccionar a los mejores y dignos para que sean nuestros testigos de mesa, gente que tenga consciencia que en su representación se juega la Republica.

13 de marzo 2023

LA DE AYER Y LA DE HOY

Si comparamos la Venezuela de hace 25 años con la de hoy, nos percataremos con alarma, asombro, angustia y mucho pesar de la abismal diferencia que no sé si la hemos asimilado en su justa dimensión, pero que sin lugar a dudas la vivimos, sentimos y sufrimos a diario.

Aquella Venezuela era el país más rico de América Latina y hoy somos el más pobre del mundo al lado de Haití. Producíamos 3 millones 500 mil barriles diarios de petróleo y estamos en 400 mil. Aquella Venezuela, en el peor de los casos, registró una inflación del 10% interanual y ésta llegó a tener la inflación más alta del planeta. Aquella Venezuela, en el peor momento, registró un 35% de pobreza, hoy el 94% del país está por debajo de la línea de pobreza y más de la mitad en situación crítica, que no tiene con que comer o que si puede lo hace una vez al día y últimamente ha aparecido un nuevo renglón que llaman “Pobreza atroz”, que son los recoge latas para venderlas por unos centavos y comprar un trozo de pan, un tomate y una cebolla, para de esa manera llenar el estómago.

La delincuencia entonces se mantenía por debajo del promedio latinoamericano y hoy registra niveles alarmantes donde nadie está seguro en la calle y tampoco en su casa. Antes la familia podía ir a comer helados, hoy no es posible porque con lo poco que se tiene solo alcanza para medio poder alimentarse o llenar el estómago. El desempleo formal es gigantesco con el crecimiento lógico de la labor informal. Acabaron con la planta industrial del país, de las más importante del continente, y las tierras fértiles las expropiaron o invadieron y ahora son monte y culebra y por supuesto no existe producción ni cría.

Como si fuera poco esta escandalosa y dolorosa situación se desenvuelve en un ambiente donde los hospitales no están en condiciones de atender debidamente al paciente y la educación sufre su peor crisis. Las universidades están a punto de cierre. Cerraron plantas televisores, estaciones de radio y prensa escrita por no ser complacientes con el régimen. Inhabilitaron partidos políticos y dirigentes sociales y no contento con ello los apresaron, torturaron y hasta mataron.

La lista es muy alta y sería necesario un espacio inmenso para enumerar los casos desastrosos y criminales de este régimen. Creo estamos claros que no deseamos continuar viviendo así y para lograr eso es necesario salir cuanto antes de este régimen totalitario que tanto daño causa al país y a nosotros. Pero también debemos estar claros que es con la UNIÓN de todos quienes aspiramos cambio radical ya que podemos lograr, cuanto antes, la salida de este oprobioso régimen y mantenernos unidos en la difícil y dura pero apasionante tarea de la reconstrucción nacional o refundación de la República, como algunos la llaman.

11 de marzo 2023

¿ELECCIONES CONDICIONADAS?

Jorge Rodríguez, Presidente de la Asamblea Nacional y prominente dirigente del PSUV, dijo: “Nosotros a las elecciones no le tenemos miedo. Pero las cosas como son, sí queremos elecciones libres de sanciones…”.

Lo expresamente establecido y dispuesto en nuestra Constitución no puede ser sometido a condiciones de ninguna naturaleza. Las elecciones están pautadas para el próximo año y así debe suceder sin que existan condiciones para su celebración.

La declaración de Rodríguez tiene un tufo de chantaje. Como la oposición si tiene inmenso interés en que se realicen las elecciones cuando lo señala nuestra Carta Magna, parece que se dirigiera a nosotros para exigirnos interceder para que los Estados Unidos y la Unión Europea retiren las sanciones que pesan sobre nuestro país, por la única y exclusiva culpa de este régimen que por su conducta, hechos y decires, todos contrarios a la saña y buena conducción de un Estado, han provocado. Además, las sanciones se acabarán cuando desaparezcan las razones que las motivaron y nosotros no tenemos cualidad para intervenir.

Un régimen que ha sido clasificado entre quienes son tolerantes con el manejo de drogas y muchos de sus personeros han sido sancionados o están en juicios por esa razón, violador de los más elementales derechos humanos, incurso en delitos de lesa humanidad y tráfico de estupefacientes, necesariamente tiene que recibir una reacción internacional. Además, este régimen está asociado con terroristas y fundamentalistas que han ocasionado numerosas muertes de humanos en todo el mundo. No estoy a favor de las sanciones que más daño causa a la población que al régimen, pero entiendo que los Estados reaccionen cuando éste en peligro su seguridad y bien vivir.

No se pueden cometer delitos de lesa humanidad, involucrarse en el tráfico de drogas, asociarse con asesinos internacionales y utilizar el petróleo como arma política para la compra de adhesiones y coacción y pretender que el resto de las naciones no reaccione.

Vivimos en un mundo cada vez más globalizado y lo que ocurre en un país inmediatamente es conocido por los demás, máxime si lo que se hace en ese país repercute de manera negativa en otros.

Las elecciones se realizarán como están previstas en la Constitución sin ninguna condición que las limite y cuestione. Lo que sí exigimos es que sean democráticas, libres, transparentes y el voto sea herméticamente secreto sin amenazas, chantajes y coerciones.

10 de marzo 2023

EL VOTO

En nuestra Constitución anterior a la que tenemos, se establecía el voto como un derecho ciudadano de todos los venezolanos mayores de 18 años para elegir sus representantes y gobernantes y también como un deber, ahora en la que tenemos se considera el voto solo como un derecho y el deber se lo quitaron. Considero que en una futura revisión constitucional será necesario restituir el deber de votar. El voto para elegir a quienes nos representan y gobiernan, es tal vez la única forma clara y concreta de como participa el ciudadano en esta democracia que tenemos que es extremadamente incompleta e insuficiente. Dios quiera podamos avanzar a la democracia participativa que es la verdadera democracia.

Pero hablemos de lo que establece nuestra Constitución vigente: el voto es un derecho. Siendo así, el ente público está en la obligación de facilitar ampliamente todas las vías para que el ciudadano pueda ejercer su derecho sin ningún tipo de tropiezo y más bien con mucha tranquilidad y de manera expedita. Todos los venezolanos mayores de 18 años tienen el derecho de votar, estén en el país o fuera de él.

A quienes están en el país se les debe ubicar, para votar, en el Centro de Votación más cerca de su residencia y garantizar que ese ejercicio se practique sin coerción ni coacción, sin amenazas y sometimientos, garantizando también su intimidad que incluye el secreto. A los venezolanos que residen en el exterior (8 millones y se estima aproximadamente que 5 millones son mayores de 18 años) se les debe garantizar ejercer su derecho a elegir, al menos al Presidente de la República, y para ello hay que crear todas las facilidades posibles.

Se sabe que las sedes de embajadas y consulados son habilitados para votar, pero hay quienes residen en lugares muy distantes de esos organismos y se les dificulta en extremo su traslado, pues para ellos hay que buscar mecanismos para que desarrollen su derecho. Se pueden habilitar espacios públicos, con la representación de todos los interesados y si es posible con la presencia de un funcionario público de la localidad como testigo internacional, para que vote quien así lo desee.

En las elecciones que la oposición tiene pautada que se celebren el próximo 22 de octubre, con la finalidad de seleccionar a nuestro candidato presidencial, también hay que buscar vías para que los venezolanos habilitados en el exterior se puedan pronunciar.

Si se le ponen obstáculos al ejercicio de este derecho, se estaría boicoteando y negando lo que le corresponde al ciudadano y que constituye un derecho sagrado.

Debemos dejarnos sentir ante el Consejo Nacional Electoral para que implemente cuanto antes todo lo que sea necesario para que los venezolanos de adentro y de afuera puedan ejercer su derecho sin ningún género de problemas.

9 de marzo 2023

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Fernando Mires

Vale insistir sobre el tema. Si no entendemos el carácter de la invasión de Rusia a Ucrania, no podremos entender lo que sucederá después de la guerra, cualquiera sea su resultado final. Ese carácter lo ha definido Putin en diversas ocasiones, y no es otro sino reconstituir la condición imperial de Rusia a fin de llevarla al nivel de 1989, antes de la aparición de Gorbachov y su Perestroika. Proyecto que a su vez se encuentra inserto en un marco suprahistórico que Putin y, su a veces aliado Xi Jinping, han denominado “nuevo orden mundial”. Un orden que puede ser cualquier cosa, menos nuevo. En realidad se trata del restablecimiento del antiguo orden bi-polar de la Guerra Fría. En fin, un “nuevo- viejo- orden” al que tanto China como Rusia quisieran dirigir, lo que los llevaría a toparse entre sí en diversas regiones, sobre todo en Asia Central y en el Oriente Medio.

LA DEMOCRACIA COMO PRODUCTO OCCIDENTAL

Como dijo hace poco Kissinger, la unidad china-rusa nunca podrá ser demasiado larga. El problema es que por ahora esa unidad esté dirigida en contra de lo que Xi y Putin llaman Occidente el que de acuerdo a las nociones imperiales que ambos manejan, estaría formado por los EE. UU y sus naciones “vasallas”. Entre ellos y ese Occidente hay un campo en disputa formado por sub potencias regionales con fuerte potencial cultural anti-occidental, entre ellas India, Sudáfrica, Brasil, Arabia Saudita, Egipto, Irán, las que a su vez están rodeadas por regiones pobres o empobrecidas que controlan o pretenden controlar.

Ha de tenerse en cuenta, sin embargo que, cuando ambos jerarcas hablan de Occidente, no están pensando lo mismo. Para Putin se trata de un Occidente cultural, y la guerra a Ucrania es para él solo un hito en una cruzada en contra de una “civilización decadente” donde prima la perversión, el desorden, las drogas, la homo y la trans-sexualidad. Visiones compartidas por los monjes más reaccionarios del cristianismo ortodoxo ruso así como por las sectas dictatoriales del espacio islámico. No así por Xi.

Al dictador chino importa poco la llamada cultura occidental, mucho menos si desde ella proviene una poderosa demanda comercial que hasta ahora no ha hecho más que favorecer la productividad de China y de sus aliados asiáticos. Eso quiere decir que si China busca un nuevo orden mundial, este no deberá ser cultural, ni siquiera militar, sino fundamentalmente económico. En otras palabras, el ideario del capitalista comunista Xi, apunta hacia la formación de un orden mundial con China dictando las reglas de los mercados. Si a los occidentales solo interesa drogarse, bailar y follar -como dice la propaganda islámica y ortodoxa- pues que lo hagan, pero eso sí, con drogas, vestimentas y condones producidos por empresas chinas.

Como hemos insinuado en otros textos, en la guerra de invasión a Putin, Xi intenta utilizar a Putin como amenaza hacia Occidente. Putin tendría asegurado así un lugar en el “nuevo orden económico mundial” de Xi, pero no como gerente, sino más bien como matón a sueldo, algo parecido a Kim Jong Um, pero multiplicado por 100. En cierto modo ya lo es.

Sin embargo, hay algo que preocupa por igual a ambos dictadores. Nos referimos a un producto exquisitamente occidental, más letal para ellos que una bomba atómica, un producto al que no pueden robar la patente ni el diseño. Sí, nos referimos a la por Claude Lefort llamada, invención democrática. Una invención sin la cual el mismo Occidente habría dejado de existir. Eso lleva a suponer que la razón que altera el humor de Xi y Putin, es la hegemonía política demostrada por la alianza mundial reflejada en los 141 votos de la ONU que dos veces han condenado a la invasión rusa. 141 países que por su composición cultural desmienten la controversia entre Oriente y Occidente propagada desde el Kremlin. Una alianza tácita que está más allá de las armas, de la economía y de las diversidades culturales. Pues esos 141 votos no son todos de naciones democráticas, pero, sin las naciones democráticas en la ONU - este es el quid - no habría ningún voto: ni a favor ni en contra. Los ideales democráticos continúan siendo hegemónicos (en el sentido gramsciano del término, es decir, no dominantes pero sí preeminentes). Esas 141 naciones están al menos por la paz y no por la guerra, y la paz, no la guerra, es condición de democracia.

EL TERCER TOTALITARISMO

Nunca ha habido una guerra entre naciones democráticas. Un detalle que deberían anotar los huecos pacifistas de nuestros días. Luchar por la democracia es luchar por la paz. Apoyar a Ucrania, es apoyar a la democracia y a la paz. Apoyar o relativizar las fechorías de Putin, en cambio, es optar por la guerra. De ahí la agresión a la la posibilidad democrática iniciada por Putin en contra de Ucrania. A esa posibilidad, el tirano ruso la llama Occidente.

Las democracias son, por definición, las peores enemigas de las autocracias. Enemistad que no solo se expresa hacia el exterior sino sobre todo al interior de las propios países autocráticos. Es por eso que la guerra entre democracias y autocracias -de la que la guerra a Ucrania ha sido una más- se manifiesta por partida doble: como guerra externa e interna a la vez. Así nos explicamos por qué durante la guerra a Ucrania, todos los espacios democráticos que existían en la Rusia de Putin, han sido clausurados, teniendo allí lugar la transición que lleva de un orden autocrático a uno totalitario. Efectivamente: el orden político impuesto por Putin pasará a la historia -después del de Hitler y Stalin – como el tercer totalitarismo de la historia universal.

Algo parecido pero no igual está sucediendo en China. La apertura post-maoísta, iniciada por Den Xiao Ping ha comenzado a cerrarse. En el último Congreso del PCCH fueron eliminadas las contiendas interpartidarias, la oposición interna fue erradicada y Xi Jinping fue consagrado como líder único. Xi, evidentemente, ha sido mucho más eficaz en eliminar el virus democrático que el virus de la pandemia.

Los dos dictadores, Xi y Putin, denominan a la democracia con un sustantivo geográfico: Occidente. Pero en los países democráticos nadie se refiere al “Oriente” como enemigo. Occidente en cambio es visto por las dictaduras rusa y china como la negación radical del orden político que prevalece en ambos países.

La contradicción democracia- autocracia (y no occidente-oriente) es la fundamental de nuestro tiempo, y es la que no pueden ocultar ni Xi ni Putin: una contradicción que tiene lugar al interior de todas las naciones, sean estas democráticas o antidemocráticas. Por eso Putin gasta millones en apoyar partidos, sectores y personajes amigos en Europa (Le Pen, Berlusconi, Schroeder son algunos ejemplos), en América Latina y en los propios EE UU (Trump). A la inversa, las potencias occidentales no han vacilado en apoyar a movimientos democráticos (sean sociales, culturales, y en los últimos tiempos, de género) que tienen lugar en el área chino-soviética e incluso islámica. Los disidentes antidictatoriales, los movimientos anti-patriarcales, las iniciativas libertarias, cuentan con el apoyo decisivo de Occidente. No hay que asombrarse: En la era digital, las luchas locales ya no son solo locales, son también globales.

Cualquier evento electoral, sea en en un país báltico, en un país caucásico, en un país islámico, puede inclinar la balanza en la lucha por el nuevo orden político mundial. Las próximas elecciones presidenciales que se avecinan en Turquía, por ejemplo, serán seguidas en toda Europa con tanta o mayor atención que las elecciones norteamericanas.

EL MITO DE LA DECADENCIA DE EUROPA

La pregunta acerca de por qué ambas dictaduras, la rusa y la china, no nombran a su enemigo como “democracia” sino como “occidente”, no deja de ser interesante. La conversión de “lo democrático” en “lo occidental” demuestra que la democracia, como ideal político global, ha logrado imponerse por sobre otras formas de gobierno. No es casualidad que ningún dictador o autócrata se atreva a decir que su sistema de dominación no es democrático. Tampoco ha habido un solo dictador que se designe a sí mismo como dictador. Por el contrario, emulando a los dictadores comunistas y fascistas del pasado siglo, los del siglo XXl se apresuran en señalar que ellos representan otro tipo de democracia: una “democracia superior”.

Pero hay otra razón más importante que explica la sustitución de la palabra democracia por la palabra occidente. Con esa maniobra semántica, las dos grandes dictaduras intentan convencernos de que las luchas internacionales del siglo XXl no son políticas sino culturales, incluso civilizatorias. En las representaciones mitómanas de Putin es fácil advertir esa intención. Occidente, para él, al igual que para las sectas islamistas, es la representación de una decadencia moral reflejada en la pérdida de valores sagrados, como la familia, el amor patrio y, sobre todo, la virilidad. Defender a Rusia de Occidente es, para Putin, defender la salud mental de los ciudadanos rusos. Para contrarrestar esa decadencia, es necesaria la presencia de un estado fuerte, autoritario, encarnado en la persona de un caudillo nacional.

El cenit de la decadencia está representada según Putin por Estados Unidos y Europa Occidental. Solo así se explica el enlace que ha logrado el dictador ruso con las derechas y las izquierdas extremas de los países democráticos. Xi Jinping es en ese punto más moderado. China, según sus propias opiniones, posee un sistema político que se deja regir por una tradición histórica muy diferente a la occidental. Quizás tiene razón. China, que nunca ha conocido de cerca un orden democrático, no tiene que temer tanto a la democracia, como Rusia. Como ya hemos insinuado, el occidente es para Xi una noción más económica que cultural. Para Xi, la lucha de las civilizaciones, si no es rentable, no tiene demasiada importancia.

OCCIDENTE ES LA DEMOCRACIA

Para decirlo de modo explícito, Occidente no es una invención occidental sino anti-occidental. El mismo concepto de Occidente ha variado de acuerdo a los que las llamadas culturas y sistemas políticos anti-democráticos han llamado Occidente.

Desde un punto de vista historiográfico, Occidente fue nombrado como tal a partir del cisma religioso de la cristiandad (1054),vale decir, a partir de la formación de las dos iglesias, o lo que es igual, a partir de las querellas entre Bizancio y Roma. Desde el punto de vista geográfico fue siempre un terreno movedizo, la llamada zona occidental de Eurasia. Nunca ha existido -pido aquí excusas a los historiadores y filósofos culturalistas – una cultura puramente occidental. O en otros términos: Occidente nunca ha sido monocultural. Por el contrario, la por Ortega llamada “idea de Occcidente” tomó formas a partir de tres vertientes: la filosofía griega, el judeo cristianismo, y el derecho romano.

Procesos históricos como la reforma religiosa, la secularización o separación entre lo sacro y lo político, el arte renacentista, las revoluciones parlamentarias y anti absolutistas, la revolución industrial, el nacimiento de movimientos e ideologías como el liberalismo económico y filosófico, el socialismo obrero y hoy el feminismo y no por último la revolución sexual anti-patriarcal del siglo XXl, han dado forma a una simbiosis cultural que no es paradojalmente una cultura, sino la fusión de diversas culturas. Dicha diversidad solo podía ser posible dentro de un marco institucional regulado por un estado de derecho normativizado por la libertad de opinión, organizada en partes o partidos, que disputan permanentemente la gobernabilidad de las naciones. Visto así, Occidente no es una noción cultural, como creyeron autores que han profetizado el fin de Occidente, entre ellos Spengler, Toynbee, Huntington. Tampoco es el lugar de la herejía, como lo ven las confesiones islamistas. Ni siquiera es “el capitalismo” como intentaron sinonimizar los comunistas desde el periodo staliniano hasta nuestros días. Mucho menos es el sitio de la degeneración moral y sexual, según el putinismo y los ayatolas. Occidente es la democracia.

Occidente es la democracia, sí, pero es más que la democracia. Es el espacio de la libertad del ser, organizada en constituciones e instituciones.

Si bien el Occidente político es democrático, no toda democracia es hoy occidental. Hay, efectivamente, naciones que han llegado a la democracia de acuerdo a una filiación histórica y otras que han adoptado y adaptado formatos políticos democráticos. Japón, Corea del Sur, Georgia, Ucrania, y otras más, son naciones institucionalmente democráticas pero al mismo tiempo conservan la identidad de sus respectivas culturas sin que exista contradicción entre identidad cultural y forma gubernamental. Desde esa perspectiva, como Occidente no es “una” cultura, tampoco puede hundirse, como ha sucedido con otras culturas o civilizaciones. Lo que eventualmente podría desaparecer, y eso es lo que ansían Putin y en menor medida Xi, es la forma política que asume la multiculturalidad occidental.

En el hecho, informes como los de Freedom House han verificado que después del entusiasmo democrático que siguió a la caída de los muros comunistas, ha habido un descenso cuantitativo y cualitativo de las democracias, apareciendo nuevas formas de dominación si no anti-, por lo menos no- democráticas. Las autocracias del siglo XXl, o democracias i-liberales de Europa y América Latina conservan algunas formas democráticas, pero bajo la hegemonía de gobiernos autoritarios y autocráticos. Pero todo eso no tiene por qué llevar necesariamente a la decadencia de la forma democrática de gobierno,aunque así lo auguren las profecías que cada cierto tiempo proclaman el fin de Occidente. Una de las últimas, sino la última, ha sido la notable -y por momentos, hermosa- obra de Niall Ferguson, Civilización: Occidente y el Resto (2012) .

Ferguson parece dar razón a las tesis de Samuel Hungtinton acerca del declive de Occidente como consecuencia del “choque de las civilizaciones”. Pero, más cerca de Spengler, piensa que Occidente estaría destinado a desaparecer no solo frente a otras “culturas” sino también por la desintegración de sus naciones, es decir, por su “decadencia”. Sin embargo, lo que el pesimismo culturalista, sea el de Ferguson u otros autores, no ha podido advertir, es que la democracia no es un orden histórico, sino un campo de reproducción de diversos ordenes históricos. Por lo tanto, la crisis de las democracias – eso es lo que no nos dijo Ferguson - son constitutivas a las naciones democráticas, a las que el llama occidentales. Sin crisis de la democracia, nos atrevemos a decir, no habría democracias. La democracia es agónica. Vive de su desgaste y de su renovación, de sus flujos y de sus reflujos.

La historia reciente nos ha provisto con algunos episodios que nos muestran la vitalidad del ideal democrático. En Italia por ejemplo, muchos llegamos a pensar que el triunfo de Meloni llevaría a un descenso democrático y a una avanzada del putinismo. No ha sido así: la mandataria ha reforzado la alianza inter-occidental de Italia, tanto en términos políticos como militares, pasando por sobre el putinismo declarado de Salvini y Berlusconi. En la república checa, ha ganado las elecciones un enemigo declarado de Putin, el ex general de la OTAN, Petr Pavel. En Estonia, el centro democrático anti-putinista de Kaja Kallas ha aumentado su caudal de votos. Vamos a ver que pasará en Turquía durante la dura contienda que librarán el autocrático Erdogan y el veterano socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, el próximo 14 de mayo. En fin, lo que Freedom House no mide, son las dinámicas de la lucha democrática.

La democracia vive de sus triunfos y de sus derrotas. Pero cuando ha sido derrotada, no desaparece. Por lo general, siempre retorna. Los españoles y los portugueses lo saben en Europa; los chilenos y los uruguayos lo saben en Latinoamérica. Pues la democracia - eso es lo que pasan por alto los grandes historiadores culturalistas- es un territorio de luchas. Para decirlo con el mismo Toynbee, frente a los desafíos, las democracia levanta sus respuestas, y ellas aparecen en la escena medial bajo la forma de protestas.

Es cierto, como constata Freedom House, después del apogeo libertario que siguió a la caída del Muro de Berlín, hay un notorio avance de las autocracias. Pero lo que no constata la institución es que también surgen levantamientos en contra del autocratismo en ciernes. En estos mismos momentos hay protestas en Tiflis en contra de los políticos putinistas que pretenden desvincular a Georgia de Europa. En Israel surgen grandes demostraciones en contra de la reforma judicial que quiere imponer la ultraderecha bajo el gobierno de Netanyahu. En México las calles se llenan, en protesta en contra del sistema electoral que propone el gobierno. Y en Irán, las heroicas mujeres siguen luchando en contra de esos perversos monjes que las embalsaman bajo los velos del poder. En fin, la democracia sigue viva a lo largo y ancho del mundo. No hay ninguna razón entonces para proclamar el fin del orden político mundial. La enorme solidaridad internacional que ha despertado la resistencia ucraniana frente a la monstruosa invasión rusa, demuestra por sí sola el vigor del espíritu democrático de nuestros días. Ucrania ocupa hoy ese lugar simbólico central que ayer ocuparon la guerra civil en España, la guerra de EE UU. en Vietnam, o la Primavera de Praga destruida por los tanques soviéticos.

Después de la declaración de la independencia en 1991, Ucrania, desde la revolución naranja (2004) hasta la revolución de Maidán (2013), ha sido escenario de muy duras confrontaciones políticas. Al fin, las elecciones que llevaron a Zelenski al gobierno el año 2019, terminaron por sellar la orientación europea de la nación. Ucrania pertenece, se quiera o no, al orden político-democrático surgido en el este de Europa después del fin del comunismo. Las carnicerías de Putin podrán devastarla, como está sucediendo. Pero después de la guerra, gane o pierda Rusia, Ucrania no será nunca más rusa. Esa posibilidad, si se toman en cuenta los lazos históricos, económicos y culturales que unían a Rusia con Ucrania, podría haber sido realidad, y tal vez, muchos ucranianos la habrían apoyado. Pero ha sido el mismo Putin quien ha terminado por dinamitarla. Desde esa guerra declarada a la democracia mundial a partir de Ucrania, a la misma que Putin y Xi, llaman con el nombre de “Occidente”, ha renacido un espíritu democrático con el que sátrapas y dictadores, autócratas y tiranos, no contaban. La lucha continúa.

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Benjamín Tripier

(De izquierda a derecha) El subsecretario de Crecimiento Económico, José W. Fernández, y Richard Adkerson, presidente de la junta y director ejecutivo de Freeport-McMoRan, hablan en un panel durante CERAWeek, una conferencia internacional sobre energía, en Houston, Texas, el 6 de marzo de 2023. Foto: Mark Félix / AFP

Con las declaraciones, en estos días, del Subsecretario de Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente de Estados Unidos, José Fernández, se disipan todas las dudas que pudieran quedar subyacentes sobre si EE UU iba a levantar o flexibilizar sanciones a Venezuela: «Puedo decir categóricamente que no tenemos ningún plan de liberalizar más con Venezuela. En estos momentos no hay planes para liberalizar más las sanciones».

Y explicó que el Departamento de Estado no ve las licencias recientes como un giro general de su política hacia Venezuela, y que la licencia a Chevron no podía ser considerada un giro en esa dirección, porque «hubo un cambio específico para Chevron y la licencia, que es limitada, en cualquier momento se puede retroceder».

Unos pocos días después que Biden ampliara por un año más el decreto -originalmente firmado por Obama en marzo de 2015- que declara a Venezuela “como una amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos. Y la prórroga se da porque Biden considera que la situación de Venezuela «no ha mejorado”.

Y un par de meses después de que el Senado de Estados Unidos aprobara por unanimidad la Ley de Prohibición de Operaciones y Arrendamientos con el Régimen Autoritario Ilegítimo de Venezuela (Bolivar, por sus siglas en inglés).

Toda la introducción anterior, es para poner los pies sobre la tierra y encarar el futuro conociendo los do’s y los dont’s. Y apoyarnos en la estrategia referencial de “esto es lo que hay”, lo cual, a su vez, quiere decir, que, con fantasías y optimismos sin bases, no vamos a ningún lado.

Venezuela sigue siendo la tierra de las oportunidades. Seguimos siendo “el secreto mejor guardado del Caribe”, pero por razones muy diferentes al pasado cuando ese eslogan estaba en un afiche sugestivo mostrando la belleza de nuestras playas.

Ahora ese secreto es por razones muy diferentes, y es que para invertir en Venezuela hay que identificar los espacios escondidos, las empresas “tacita de plata” que son como piedras preciosas que se pueden desarrollar, y los espacios vacíos que se fueron generando con la caída en tobogán de nuestra economía a partir del 2014, los cuales cada vez más, hay necesidad de llenar.

Pero claro… siempre está la pregunta sobre la seguridad jurídica (o su falta) y los riesgos de expropiación o de apropiación por círculos privados pero cercanos al poder. Al inversor que quiera tomar esas oportunidades, le preocupa principalmente la seguridad jurídica, y no se preocupan mucho por la situación de la inflación o del tipo de cambio.

Cabe mencionar que si bien el que está en mejores condiciones para invertir en Venezuela es el propio venezolano repatriando fondos, también está ocurriendo que inversores extranjeros están estudiando participar, y algunos ya lo han hecho, y están operando en nuestro país.

Para la entrada de la inversión extranjera recomiendo la elaboración de una hoja de ruta o un mapa para transitar el “campo minado” en el que se ha convertido la plataforma institucional (formal e informal) sobre la cual se desarrollan los procedimientos económicos y los negocios.

Les hace falta un sherpa que los ayude a dibujar el mapa primero, que coloque banderitas rojas en las zonas donde no se puede pisar, después, y que, finalmente, acompañe al inversor en su tránsito por el mercado, mientras la inversión evoluciona.

Porque la otra zona de riesgo, que es el alcance y el ámbito de impacto de las sanciones de EE UU, generalmente es lo primero que evalúan los inversores, y ya entran a buscar su sherpa con ese tema, al menos procesado… el cual se terminará de asentar, una vez que se concreten los arreglos institucionales y jurídicos, los temas del manejo de divisas versus moneda local, el acceso a materias primas y servicios, y a veces lo más importante, que son los RR HH que están escaseando tanto, aquí en el país, especialmente en áreas de especialización. Porque tal vez, ese inversor deba traer con él un core team para asegurarse el logro de los objetivos y metas que se plantearon.

El secreto mejor guardado es no incursionar en áreas en las cuales haya un interés manifiesto o potencial por parte de quienes detentan el poder, o están cercanos a ellos. El otro tema es la propensión al riesgo del inversor, el horizonte de recuperación de la inversión, y la fluidez del ciclo del negocio en el que hayan decidido incursionar.

Más que pensar en sectores, hay que pensar en empresas, porque en un sector deprimido puede haber empresas ganadoras, y, al revés, en uno con crecimiento, empresas perdedoras. Porque solo focalizándose en la empresa es que se puede evaluar si es un tema de gerencia, si es de mercado, y, como muy importante, trabajar sobre las fortalezas y las oportunidades.

Y ya a nivel de empresa hay que trabajar en el mercado de capitales, no solo para que pase la prueba ácida de la estructuración y la emisión, sino para tener la flexibilidad de trabajar en alianzas que puedan cruzarse en el mercado.

Político

Con las declaraciones del gobierno de que sin levantamiento de sanciones no se firmarán acuerdos ni habrá diálogo en México, se coloca una nueva piedra sobre la posibilidad de elecciones libres en 2024, y hace que pierdan aún más sentido las primarias de este año.

Claro que hay que reconocer que, si no hubiera sido esta declaración, hubiera habido otra u otras, todas tendientes a fomentar la abstención en la población en general, pero en la oposición en particular. Porque, en la gente, hay un convencimiento de que no hay condiciones para elecciones libres, no necesariamente por estructura y por experiencia, sino porque ahora tiene un agregado tipo mantra, que el chavismo repite “abogamos por unas elecciones libres, competitivas, democráticas y creíbles”, y ellos le agregan “elecciones libres sí, pero libres de sanciones”.

Tal como les indicaba al inicio de este informe, las sanciones no parecen negociables y todo indica que se mantendrán porque para EE UU las elecciones son un deber y no una concesión graciosa del chavismo. Porque si así lo consideraran, el que concede puede cambiar de idea y desconocerla.

Lo cierto es que, tal como les vengo diciendo desde principios de este año, el gobierno se quedó sin oposición y está solo contra sí mismo. Y está estancado, y no logra despegarse. Pareciera que se agotaron las ideas, o más bien, que se agotó el repositorio de “conocimiento liberal y de mercado”.

Porque como siempre les digo, esa es una materia que no se trabaja en el chavismo, el cual es esencialmente anti empresa y anti mercado. Y que todos los intentos de los últimos dos años, aunque fueron realmente efectivos, se notaban artificiales para su estructura básica de pensamiento. Lo cual, por cierto, es lo que le reclaman los tradicionalistas del Plan de la Patria.

Ya que están solos contra sí mismos, tienen que llegar a una decisión que rompa el estancamiento, el cual, si bien se nota dramáticamente en la economía, está golpeando fuertemente en lo social, y haciendo que lo político se vuelva accesorio.

Social

El tema social de la semana pasa por el sistema educativo, y por las protestas de los docentes buscando que les paguen más, porque con lo que ganan no pueden ni siquiera pagar el transporte para asistir a las escuelas; imagínense entonces las necesidades de alimentación y vestido… y que no tengan la mala suerte de enfermarse. El reclamo es genuino.

Por otra parte, el gobierno está muy limitado de recursos, y no está haciendo lo suficiente para adecuar el tamaño del Estado a las posibilidades reales; no solo de ahora, sino posiblemente de los próximos 5 a 10 años. Es cierto entonces que no tienen dinero para pagarles a los maestros.

Pero si se revisara la estructura de los gastos que asume el Estado (o el Gobierno, que hace tiempo que en Venezuela son sinónimos), se vería que hay una cantidad enorme de actividades que no tiene sentido que sean asumidas por el Estado, comenzando por las empresas, que todas dan pérdidas que el Gobierno debe cubrir. Normalmente, cuando una empresa da pérdidas, si el negocio es viable, el accionista repone el capital, y si no, abre el capital para que entren nuevos accionistas. Pero lo cierto es que las empresas del Estado se han convertido en eternas sobrevivientes, porque no se les permite ni quebrar ni recapitalizarse.

El dinero de los maestros lo tienen las empresas del Estado, y debe ser redirigido. Porque posiblemente esas empresas ya hayan perdido su viabilidad, mientras que en manos de los maestros está el futuro de la Patria. Ojalá el gobierno lo entendiera así y sacara los fondos de dónde deba para pagarles mejor que nunca antes, actualizarles la formación docente, equiparlos dignamente y lograr que los niños que hoy tienen 10 años, cuando tengan 20, sean los profesionales que cubran los espacios de los que hemos perdido por la emigración.

Porque 10 años se pasan muy rápido, y el reloj sigue corriendo…

Económico

Estamos estancados y el Gobierno no está tomado decisiones para cambiar ese hecho. Aunque, no tomar decisiones, es, de alguna manera, ya haber tomado una decisión… la de no innovar y dejar correr, a ver qué pasa.

Pero esa decisión es tal vez la peor, porque nos deja en manos del limitado ingreso petrolero, cuando en los últimos dos años, la dinámica de contención de la demanda interna para adecuarla a la limitada oferta de bienes y servicios, había incentivado la actividad privada hasta el punto de haber creído que “Venezuela ya se arregló”. Volvimos al rentismo, pero sin renta, y estamos a punto de que los empresarios pierdan la motivación y regresemos a la escasez de papel toilette.

Es un momento muy peligroso, porque las circunstancias van buscando caminos de reacomodo mediante la toma de decisiones de las empresas, las cuales no pueden esperar a que el gobierno decida qué es lo que va a hacer.

Pero seguramente va a hacer algo, y, a su propio ritmo, lo va a hacer pronto, por lo cual no será una solución óptima, pero, al menos será como el principio de comenzar a moverse. Y ¿qué será lo diferente qué plantearán? Porque seguir como estamos no es una opción, porque si bien las decisiones desde hace un par de años nos sacaron del atolladero donde nos encontrábamos, también nos trajo a este nuevo atolladero. El cual solo puede solventarse profundizando y formalizando medidas ya tomadas, pero también hace falta tomar medidas nuevas.

Este neochavismo liberal y de mercado, debe dar una vuelta más de rosca y asumir el riesgo de desenganchar la economía de lo político, permitiéndole al mercado operar y establecer nuevos equilibrios que adquieran un mínimo de estabilidad que hoy en día no tenemos.

Ya dijimos que el gobierno no tiene oposición política… entonces solo le queda la oposición interna, la cual debe ser enfrentada y crear un nuevo Plan de la Patria, pero esta vez con dólares y mercado. Porque la bisagra es el tema social, el cual tenderá a solucionarse con el mercado, pero con más chavismo radical, lo más probable es que ese tema termine volando por los aires.

Internacional

El tema de Ucrania y la invasión rusa están acelerando el reacomodo de piezas en el mundo, que, si no fuera por eso tomarían un poco más de tiempo en alcanzar sus objetivos. Esta semana volvió a ser noticia la general Richardson jefe del Comando Sur de EE UU, en su interpelación en el Congreso de EE UU, donde confirmó que sus enemigos en la región son China y Rusia, y que harán lo que sea necesario para evitar que ambos sigan participando en temas como litio, comunicaciones y energía, así como financiamiento de proyectos de infraestructura. Ella dice que EE UU debe estar más presente en esos campos. Pero lo dice desde el lado de las armas, porque sabe que en cualquier momento entrarán en guerra con los dos, lo cual arrastrará a los países donde haya intereses de esos dos enemigos.

Con Rusia ya prácticamente están en guerra concreta, y con China está en una guerra fría que en cualquier momento puede recalentarse y volverse armada. EE UU es el único país de la tierra capaz de mantener más de un frente de combate de envergadura en simultáneo.

El tema Nicaragua se va complicando y trazando una línea divisoria entre los países de izquierda que hoy son mayoría en la región. Si bien Venezuela está manifiestamente alineada con Nicaragua, países como Brasil y Chile no lo están tanto; y posiblemente la frialdad y distancia con que nos trata Lula, y el rechazo que nos profesa Boric, tenga que ver no solo con el cuestionamiento a la legitimidad de nuestro sistema político, sino también al tipo de amigos que estamos cultivando, cuando el resto del mundo tiende a alejarse de ellos.

Recomendación

  • Al gobierno: que debe tomar decisiones fuertes y rápidas para salir de este frenazo que pudiera hacer perder los avances de los últimos tiempos. Debe aceptar al dólar como moneda de curso legal y permitir que el mercado financiero en toda su extensión, se sincere y permita las transacciones en dólares, incluyendo la compensación bancaria y el mercado de valores. Eso además de sacar del sistema de gasto a las empresas del estado, y traspasarlas al sector privado, utilizando la plataforma transparente y confiable del mercado de valores.
  • A la dirigencia opositora: que no tiene mucho sentido crear una unidad artificial, porque ya lo hemos experimentado en el pasado y no tuvo gran éxito. Porque si bien se ganaron las elecciones del 2015, eso no duró, justamente por ser artificial. La recomendación es que cada organización política se concentre, lo antes posible, en el contacto con sus propias bases a nivel nacional; y lo más probable es que se encuentren que la gran mayoría no tiene bases propias y que se han convertido en estructuras electorales sin fondo y sin soluciones.
  • A la dirigencia empresarial: que impulse un contra ciclo e intente destrabar este estancamiento arrastrado por la caída del consumo, buscando mecanismos que abaraten la cadena de suministros, y utilicen las ventajas tributarias que ofrecen las transacciones en el mercado de valores. Hoy más que nunca, la dirigencia empresarial debe promover una sala situacional para evaluar el comportamiento las variables de alto nivel y buscar compensar las intervenciones del estado, o la falta de ellas. Hoy hay que buscar, como mínimo, mantener la utilización de planta, y como optimista tratar de expandir nuestra economía.

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GDA | La Nación | Argentina

El papa Francisco, durante la entrevista con La Nación, en el Vaticano. Foto: Cristian Gennari

Durante la entrevista con La Nación, en la que dijo que lo que lo hizo más feliz en estos diez años fue “dar lugar en la Iglesia a todos”, al ser consultado si estaba escribiendo una nueva encíclica el Papa dijo que no y negó, también, que le hubieran pedido escribir un documento sobre el tema del género. Al respecto, consideró “peligrosísima” una antropología del género “porque anula las diferencias y eso anula la humanidad”, que distinguió de una pastoral con las personas con orientación sexual diversa.

El 13 de marzo celebra sus diez años en el trono de Pedro. El papa Francisco mantuvo una entrevista de casi una hora con La Nación en la Casa de Santa Marta, el hotel para eclesiásticos donde vive, en el Vaticano.

Apareció en buena forma -llegó caminando, ayudado por un bastón-, se mostró relajado, con ese humor porteño que nunca lo abandonó en estos años, y en el mano a mano contestó preguntas de toda índole, sobre la Iglesia, la guerra en Ucrania, sus reformas, la oposición, su querido antecesor, Benedicto.—¿Está trabajando en una nueva encíclica o documento importante?

No.

—¿Es verdad que le habían pedido escribir un documento sobre el tema del género?

No, ninguno me pidió un documento. Sí aclaraciones. Yo siempre distingo lo que es la pastoral con las personas que tienen orientación sexual diversa de lo que es la ideología de género. Son dos cosas distintas. La ideología de género, en este momento, es de las colonizaciones ideológicas más peligrosas. Va más allá de lo sexual. ¿Por qué es peligrosa? Porque diluye las diferencias, y lo rico de los hombres y de las mujeres y de toda la humanidad es la tensión de las diferencias. Es crecer a través de la tensión de las diferencias. La cuestión del género va diluyendo las diferencias y haciendo un mundo igual, todo romo, todo igual. Y eso va contra la vocación humana.

—¿Sabe que en la Argentina, la última vez que fui uno tiene que llenar una planilla que dice sexo masculino, femenino o no binario?

La experiencia futurista que tuve hace muchos años sobre esto fue cuando leí una novela que la recomiendo siempre, The Lord of the World (Señor del mundo), de [monseñor Robert Hugh] Benson, escrita en 1907. Parece bien moderna, eh. Un poquito pesadita a la mitad, algunos capítulos, pero está muy linda. Plantea un futuro en que las diferencias van desapareciendo y todo es igual, todo es uniforme, un solo jefe de todo el mundo. Un futurista profeta. Y ahí yo fui encontrando la verdadera tendencia de acortar las diferencias. Lo rico que tiene la humanidad son sus diferencias, culturales…

—Pero finalmente no me quedó claro, ¿le pidieron que escriba algo sobre la cuestión de género?

No, no, no. Hablo sobre eso. Hablo porque hay gente un poco ingenua que cree que es el camino del progreso y no distingue lo que es respeto a la diversidad sexual o a diversas opciones sexuales de lo que es ya una antropología del género, que es peligrosísima porque anula las diferencias, y eso anula la humanidad, lo rico de la humanidad, tipo personal, como cultural y social, las diferencias y las tensiones entre las diferencias.

De hecho usted siempre habla del poliedro.

Tal cual.

—En algunas entrevistas usted admitió haber cometido errores en estos diez años. ¿Podría identificar uno o dos?

Yo diría cuál es leitmotiv que está debajo de cualquier error. Un poco de impaciencia, ¿no? A veces me sube el tuco a la cabeza. Entonces uno pierde la paciencia, y cuando se pierde la paz ahí patina y comete errores. Hay que saber esperar, los procesos hay que saber esperarlos…

—¿Y cuándo perdió la paciencia?

—Más de una vez. No salió en los diarios, pero más de una vez. Ganas de estrangular (risas)… pero tranquilo, andamos despacito y lentamente esos procesos se van a dar.

—¿Hay algo que hizo en estos diez años como papa que lo haya hecho especialmente feliz?

—Todo aquello que fuera la línea pastoral del perdón y de la comprensión de la gente. Dar lugar en la Iglesia a todos.

Los sueños

—¿Cuál es su sueño hoy? ¿Tiene algún sueño?

—Yo soy muy realista, me gusta tocar las cosas, las realidades [risas]… El deseo de nadar adelante, abrir puertas. Abrir puertas, eso me sale mucho. Abrir puertas y caminar caminos.

—¿Cómo se imagina a la Iglesia Católica en 20 años?

—Si esta pregunta se la hubieran hecho a cualquiera que trabajaba con San Pablo VI se habría equivocado en la respuesta. Yo me voy a equivocar. No, [la imagino] más pastoral, más justa, más abierta. Otra cosa no puedo decir, no se sabe por qué. Es curioso, la historia te va cambiando los rostros de las situaciones y te la va poniendo de otro modo, y la evangelización va de otro modo. Lo mío es el horizonte siempre abierto y vivir el hoy también. Hay una imaginación que uno puede decir que es la línea conductora que es la que nos marcan los documentos conciliares, los documentos de los episcopados, que hay que ir por este camino. Ahora, ya la concreción de eso, es difícil.

—Pasaron diez años, ¿le parece que fue ayer la elección? ¿Pasaron rápido? ¿Lentamente? ¿Cómo se siente?

—Pasaron rápido, como toda la vida. Yo pienso cosas mías. Hoy estaba hablando de mi secundario, parece que fue ayer. Curioso como el ayer se acorta y parece que fue ayer. Y estos pasaron rápido

—Ya sé que no le gustan los balances, pero mirando hacia atrás, ¿siente que ha cumplido sus objetivos? Como usted dijo muchas veces que muchos de los mandatos de las reuniones pre-cónclave eran que el nuevo Papa hiciera limpieza en las finanzas del Vaticano, que pusiera orden en la curia después de algunos escándalos… ¿cumplió esos objetivos?

—Los puse en marcha. Por ejemplo, en la parte económica quiero rendir homenaje al hombre que me ayudó que fue el cardenal Pell, un grande. Lamentablemente tuvo ese problema que fue inocente después. Pero tuvo que sufrir un año y dos meses de cárcel siendo inocente y no pudo seguir él. Pero quién empezó la reforma económica fue el cardenal Pell y yo le estoy muy agradecido.

—¿Y de la reforma de la curia?

—Se reordenaron los dicasterios y el mismo colegio cardenalicio ya es más libre.

Los cambios

—En su documento programático, Evangelii Gaudium, habló de conversión del papado… ¿Siente que hizo esta conversión? Usted no encarna el papa rey, es un papa sin oropeles, es un papa más cercano, abierto y humilde. O, ¿qué otro cambio haría del papado?

—Yo diría que no empezó conmigo la conversión del papado. Si quisiera uno marcar sectores en esta última etapa empezó con Pablo VI, que fue el primero que viajó por ejemplo. Es una conversión del ministerio de Pedro, un hombre que recibió la herencia de todos los anteriores y recibió el fin del Concilio y lo puso en marcha. Un grande, un santo. Si hablamos del papado más moderno actual con nuevas maneras de ser, San Pablo VI es el primero. Y ahí comenzó, con sus matices, para un lado y para el otro, fue andando hacia adelante. San Juan Pablo II, el gran evangelizador; Juan Pablo I, lo poco que pudimos gozar, el pastor cercano que quiso poner fin ciertas cosas que no andaban bien y Benedicto tiene una amplitud en su magisterio, un hombre valiente. Fue el primer papa que encaró oficialmente el tema de los abusos. Un gran teólogo pero que bajaba línea. Lo extraño a Benedicto porque fue una compañía.

—Usted recién hablaba de Juan Pablo II y de los abusos… No sé si sabe que justo esta semana estalló un escándalo tremendo en Polonia porque pasaron un documental donde sale un documento, una carta que le escribió siendo cardenal de Cracovia, Wojtyła, al cardenal de Viena, König, si podía recibir a un sacerdote, que finalmente era un abusador y hay todo un escándalo en Polonia con esto. También salió un libro… Mi pregunta es, ¿fue canonizado demasiado rápido?

—Hay que resituar las cosas en su época. El anacronismo siempre hace el mal. En aquella época se tapaba todo. Hasta el escándalo de Boston, se tapaba todo. Cuando saltó lo de Boston, la Iglesia empezó a mirar ese problema. La Iglesia fue siempre muy fiel desde ese momento a ir clarificando cosas. La solución era cambiarlo al cura de lugar, o a lo más, reducirlo si no había solución, pero sin escándalo. Que lamentablemente hoy día se sigue haciendo cuando sucede esto en las familias y en el barrio. Pensar que 42%, más o menos, son las cifras internacionales, se da en la familia y en el barrio. Después viene la escuela. Y ahí todavía hoy se tapa para no generar conflicto, es un modo de proceder. La Iglesia hacía eso también, tapar, resituar… a veces no había más remedio y se lo sacaba y ya definitivamente, pero era mandarlo a otro lado. O sea que una época hay que leerla con la hermenéutica de la época.

—De hecho hay quien dice que en esta carta que le escribió Wojtyla a König en la que le decía que el sacerdote iba a estudiar psicología, por ahí era una forma en código de decir que era un abusador… porque salió de los archivos.

—No conozco el caso, pero era lo habitual. Taparlo o directamente cuando se veía que no tenía remedio era mandarlo afuera. Cubrir. Como hoy en día se sigue haciendo en las familias lamentablemente. Cuando es el tío, el abuelo, el vecino son problemones serios en la familia. Gracias a Dios que fue Benedicto el primero que empezó a destapar el asunto de los Legionarios. Fue valiente. Hoy en día la Iglesia tomó esto. Después de lo del escándalo de Boston, pero ahí la Iglesia empezó a tomar esta nueva actitud… Tomar el toro por las astas.

Iglesia pobre para los pobres

—Cambiando de tema… hace 10 años dijo: “Quiero una Iglesia pobre para los pobres”. ¿Cambió algo en este sentido en El Vaticano y en la Iglesia o sigue habiendo demasiados obispos príncipes?

—La actitud principesca es algo interior y por ahí se da un poquito pero es una cosa interior normalmente a juzgar, pero evidentemente el aire de reforma -que nació solo, que nació del mismo cónclave, no nació del Papa, el Papa obedece al cónclave-, se nota. Se nota por ejemplo en la economía que no hay prebendas o se están quitando las prebendas. Realmente se estabilizó para bien una situación de progreso económico pero nacido de la limpieza, no de inversiones sucias y todo eso. Y en esto me ayuda mucho el secretariado de la economía. Primero estuvo el padre Guerrero, quien en tres años y medio sistematizó las cosas y ahora hay un laico, Maximino Caballero.

—Pero entonces podemos decir que está satisfecho porque el aire de reforma se siente.

—Yo lo siento. Hay todavía que andar adelante.

—Podría decirse que en estos 10 años en los que recuperó ovejas perdidas, ya que muchos se habían alejado de la Iglesia, pero que volvieron con usted, un papa distinto… pero al mismo tiempo puso en crisis a los “católicos perfectos” que quedaron descolocados al igual que el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo…

—Eso sucede siempre. Sucede siempre. Una palabra clave de Jesús es “todos”. Para mí esta es la clave de la apertura pastoral. Todos adentro de casa. Es un lío, pero todos adentro de casa.

—Antes de ser electo Papa, era sabido que no le gustaba venir a Roma o viajaba lo menos posible porque era considerado un lugar complejo, con intrigas, internas. Diez años después, por lo que vimos después de la muerte de Benedicto XVI y los libros, ¿siguen existiendo las intrigas o algo cambió?

—Siempre quedan algunas, pero no es el ambiente… No lo cambié yo, fue la misma historia la que cambia. En las reuniones preparatorias de los cardenales está todo lo que se hizo después. Fueron los mismos cardenales los que dicen “por aquí, por aquí, por aquí”. Eso es lo lindo, que es el mismo Colegio Cardenalicio el que marcó el rumbo. No hice más que poner en marcha eso. Interesante.

—¿Siente que tiene mucha resistencia y enemigos? ¿Y por qué cree que hay oposición a esa visión de Iglesia que usted acaba de mencionar, abierta a todos, inclusiva, una Iglesia que usted definió al principio con esa imagen tan buena, como un hospital de campaña para curar a los heridos de hoy?

—Oposición siempre va a haber, en todos lados. Ante cualquier progreso, cualquier cambio… Jesús tuvo bastante oposición. No comparo eh. Pero siempre va a haber oposición. Jesús no quiso dialogar con los cuatro partidos de su tiempo. Dialogó, pero no siguió el proyecto, hizo el suyo. No fue ni fariseo, ni saduceo, ni esenio, ni zelote. Fue él. Porque él traía este mensaje: acá uno no tiene que afiliarse a ningún partido político, eclesiástico dentro. La libertad del Espíritu Santo, escuchando las consultas, a la gente, consultando y buscando la voluntad de Dios.

—Usted siempre habla de procesos, puestos en marcha, que ha puesto muchos. ¿Cree que hay alguna asignatura pendiente o algo que le hubiera gustado ver terminado?

—No se me ocurrió pensarlo así. A mí me gustan los procesos y no las evaluaciones. Curioso, no me gusta evaluar, no lo sé hacer tampoco. Los procesos sí, porque me gusta andar adelante. Pero nunca qué queda para atrás, y deben quedar muchas cosas, no es cierto. Caso típico, por ejemplo, el de los seminarios. Hace falta una revisión de los seminarios, de hecho se están haciendo visitas, buscar la manera de cómo reglamentar la formación de los futuros sacerdotes. Se está haciendo una cosa que está en marcha. Y hay otras.

—El sínodo sobre sinodalidad en curso, es la gran apuesta de este momento, ¿no?

—Bueno, hablando en términos futbolísticos, el que pateó la pelota por primera vez fue Pablo VI. Al terminar el Concilio, Pablo VI se dio cuenta que la Iglesia en Occidente había perdido la dimensión sinodal. La Iglesia de Oriente la mantiene. Entonces creó el secretariado para el sínodo de los obispos, que cada cuatro años se fue reuniendo. Me tocó participar en dos. Ahí iba madurando un proceso de decisiones que no era el que había antes, mucho más complementario. Hace unos diez años se hizo una reflexión seria y se hizo un documento, lo firmé yo, con los teólogos, conmigo, fue una cosa de comunidad. Eso marcó “hasta aquí llegamos, ahora falta algo más”. Y no explicitamos lo que faltaba, pero solito se fue marcando, que fue explicitar la sinodalidad. Por ejemplo, ya era una cosa aceptada por todos que las mujeres no podían votar. Entonces en el sínodo para la Amazonia se preguntó, ¿por qué no pueden votar las mujeres? ¿Son cristianas de segunda? O sea que se iban planteando problemas cada vez más serios para perfeccionarse.

—¿Y ahora va a votar solo una o todas?

—Todo el que sea participante del sínodo va a votar. El que sea invitado u observador no va a votar. El que participe de un sínodo tiene derecho al voto. Sea varón o sea mujer. Todos, todos. Esa palabra todos para mí es clave.

—No me contestó la pregunta sobre si es la gran apuesta de este momento.

—No sé, es un paso que tenemos que dar. Eso es clarito.

Papa Francisco y Argentina

—En la Argentina, seguramente se habrá enterado, causaron mucho revuelo las palabras cuando usted tuvo la entrevista con la agencia AP, en la que lamentó la pobreza y la inflación impresionantes debido a “mala administración” y “malas políticas”… ¿Recuerda?

—No dije por qué, solamente dije que cuando terminé el secundario el índice de pobreza era 5% creo y ahora había salido que era 52%…

—Y habló de mala administración y malas políticas y eso allá, en la Argentina, fue interpretado como un ataque a Alberto Fernández y a su ministro de Economía, Sergio Massa.

—Fernández es presidente desde hace cuatro años. Pero desde el 55 para acá hay más de cuatro años. Todos, de una u otro manera, tienen que cargar con el mochuelo. Del 55 a acá dije. Lo que pasó en el medio, hubo gobiernos más buenos y menos buenos, pero el resultado es este. De 5 a 52/53% que era el dato que daban ese día, ¿qué pasó?

—Sí, es más de 50% seguro digamos…

—Yo me pregunto, teníamos una red ferroviaria que dejaron los ingleses y los franceses impresionante, hacia Rosario y hacia la zona portuaria para la exportación, ¿no? Ya no está más. ¡Teníamos fábricas de aviones! ¿Hoy día, creo que importamos durmientes, no sé si es verdad o no, pero con el quebracho que tenemos? ¿Qué pasó? ¿Qué pasó?

—Entonces usted dijo malas políticas, mala administración… Va a haber elecciones este año en la Argentina, todavía no se saben los candidatos: ¿tiene algún tipo de expectativa del proceso electoral?

—Ni idea, ni idea. Estoy separado de eso, no estoy al día.

—En esa entrevista con AP, pero también en la que dio recientemente, confirmó que al momento no hay viaje a la Argentina. ¿Qué le diría a los que están decepcionados, que son muchos, seguramente muchos más que sus críticos, allá?

—Les diría dos cosas: primero que el viaje a la Argentina estuvo planeado en 2017. Pasó que [Michelle] Bachelet, justo en esa época estaban las elecciones para el sucesor, tuvo que tirarlo adelante y yo hubiera ido a la Argentina en enero, fines de diciembre, lo cual era imposible; también Uruguay. Entonces, terminado Chile, fui a Perú y dejé a la Argentina para más adelante. O sea, no hay una negativa a ir, estuvo planeado. Después lo que sucedió es que las cosas se complicaron de otra manera, hubo dos años de pandemia que tiró adelante viajes que se tenían que hacer necesariamente, incluso a lugares que uno dice ‘para qué fue ahí’, pero había que ir. Así que la Argentina sigue esperando. Yo quiero ir, espero ir. Ojalá pueda.

—La relación con el país fue complicada en estos diez años, como usted bien sabe. ¿Por qué cree, se arrepiente de algo, haría las cosas distintas?

—Los argentinos no somos el premio Nobel de la simplicidad [risas]. O sea, somos especialistas en complicaciones, así que no me extraña eso. Siempre he conocido gente argentina buena que ha venido acá, con la cual he podido dialogar. No sé, yo apuesto a la bondad del pueblo argentino, al gran pueblo argentino salud, ciertamente, es un gran pueblo…

—Es decir, ¿a los decepcionados les diría “no pierdan la esperanza”?

—Les diría “no tenés derecho a decepcionarte con el pueblo que tenés”.

-No, ¿pero del viaje?

—No, de eso, no, que no pierdan la esperanza. Además, la salvación del país no va a venir de mi viaje. Con gusto voy a ir, pero pensá un poquito en las cosas que tenés que hacer para que el país vaya adelante.

—Usted, siendo arzobispo primado, cardenal de Buenos Aires, casi no daba entrevistas. Ahora y por el décimo aniversario, ha dado muchísimas y también a medios argentinos, yo soy la última de una tanda, creo. Este hecho de dar entrevistas… ¿Qué cambió?

—A mí no me gusta dar entrevistas. Lo hago un poco contra el gusto. El que me introdujo con el diálogo con los medios en Buenos Aires fue Guillermo Marcó (presbítero, exvocero), que me quitó el miedo. En las primeras reuniones con los medios, que tuvimos en el arzobispado, gente buena… Ahí conocí a uno que viene a verme todos los años que es [Joaquín] Morales Solá, una buena relación con él, y otros de otros signos, más de izquierda, de otros lados, Julio Bárbaro por ejemplo, de otra ideología también y van manteniéndose estas relaciones. Pero no sé, me parece que es un poco vedetear, pero yo lo vivo así, yo lo vivo así. Ahora, si usted quiere, no tengo derecho a no hablar después de estos diez años. Para mí son diez años que podrían haber sido 12 u ocho, pero es un símbolo, a la gente le significa algo y entonces yo estoy al servicio de la gente, así que [pensé] déjate de tonteras y da la entrevista. Eso es, en resumidas cuentas [la explicación].

—Muchas gracias, porque la verdad…

—Yo les agradezco a ustedes lo que hacen, no es fácil ser periodista, no es fácil dar las noticias, manteniéndose la atención entre la realidad, la objetividad y la curiosidad ¿no? Porque siempre tiene que haber un anzuelo para que hablen. Y después de las cuatro virtudes de los periodistas, hay que evitar cuatro pecados: la desinformación, el periodista informa todo, la calumnia, el periodista no calumnia, la difamación, el periodista no difama y la coprofilia, el periodista no vive solo de los escándalos, sino que va más allá. Y gracias por lo que hacen este servicio.

—Gracias a usted porque su voz es muy necesaria, no sólo en el mundo, sino también en su país.

—Y gracias por sus viajes a Ucrania: ¡qué coraje que tiene!

—Gracias.

Elisabetta Piqué

CORRESPONSAL EN ITALIA

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Ángel Monagas

Los partidos políticos bien desarrollados deben estar consustanciados con la realidad. Si una elección interna no refleja, no capta, la verdad que está en la calle, definitivamente se condenará al fracaso.

Sucedió en el pasado en Copei, en AD y hasta en los para-socialistas como el MAS, Causa R, etc. En los partidos actuales ocurre lo mismo, con mayor intensidad. De allí la debacle.

El PSUV, antes MVR, es peor, el asunto es que nadie espera lo contrario. Lo que gobierna a Venezuela no es un partido, es toda una superestructura encabezada por un sector dominante de las Fuerzas Armadas.Lo triste de esta historia es que el común denominador venezolano, sigue escaneando alternativas y a mi juicio, los integrantes de la plataforma no han estado a la altura de las circunstancias, muy por debajo de las expectativas.

Aún hay oportunidad de hacer un nuevo juego. De salvar la vía en la que transita este tren llamado Venezuela. No es fácil. Es cierto. Puede tardar, es verdad. ¿Se puede lograr? Sí, siempre y cuando haya garantías que se respeten a los competidores y las reglas de juego…

Hubo un tiempo para los partidos tradicionales de la oposición, donde ellos eran las piezas centrales para la ansiada transición.El gobierno, legítimo o no, gobierno de hecho, fracasó. La desconfianza ciudadana es lo común. Para muchos estudiosos de la política, entre los que me incluyo, la democracia interna es una falacia, en ambos sectores. No comprenden que en la medida que a lo interno se cumpla con los principios democráticos, mejorará el rendimiento a lo externo, con una positiva percepción…

Varios compromisos asisten a los partidos políticos: Sobre el entorno, sobre el gobierno y otro sobre el funcionamiento interno.

Trataremos de relacionar con este último compromiso, la posibilidad de que un «outsider», pudiera ganar las elecciones primarias de la oposición, de carácter interno, aunque participe todo el que quiere.

¿Quiénes son los «outsiders»?

Los calificados como candidatos «outsiders» no son una novedad. Siempre han existido y no deben confundirse con los denominados «Cisne Negro»; Error que reconozco haber cometido cuando me referí en columnas anteriores sobre determinados personajes, además de que un «cisne negro» no está circunscrito meramente al campo de la ciencia política. ErConde pudo ser un «cisne negro». El mismo destruyó su invulnerabilidad, cuando se le vio el entorno. Cuando visita cada Estado busca hablar con los jefes políticos tradicionales.

Los primeros han hecho vida política, en una o varias organizaciones. Se han valido de ellas para llegar a tener un reconocimiento social y mejor perspectiva de la actividad que intentan sostener.

Los políticos «outsiders» deciden inmiscuirse en los procesos electorales, con un origen distinto a los que dominan el escenario, muchos con mayor trayectoria.

América Latina y parte de Norteamérica, lo vivió en la década de los 80 y de los 90, con algunas peculiaridades.

Estados Unidos ha sido gobernado por un actor, como Ronald Reagan, de quien podemos decir fue un «outsiders» dentro del partido republicano. Igual Donald Trump. En este país dos partidos han gobernado exclusivamente y eso no excluye que en la elección presidencial participen cientos.

Dependiendo lo que ocurra con Trump, está regla eterna pudiera cambiar, si el mencionado no gana y decide lanzarse independiente.

Muchos señalan estos fenómenos como enemigos del sistema presidencialista. Personas sin experiencia, sin «burdel político», pudieran gobernar y al mismo tiempo favorece el desarrollo de «personalismos» ejerciendo el poder. En Estados Unidos, Trump marcó un hito, un antes y un después.

Yo creo que peor que los políticos de escuela, no pueden resultar.

La fuerza de estos «outsiders», la magia que los rodea es que sin tener referencias previas, sin «recall», su rechazo es menor y por estar al margen de la política tradicional, se pueden transformar en auténticas alternativas.

Una nación agobiada por los problemas económicos, el hambre, el desempleo, la inseguridad, entre otros, tiene la opción de estos «anti establishment», que pueden sorprender a más de uno, a pesar de no ser favoritos.

Hay varios tipos de «outsiders». El outsider «full», completo. El «outsider» que participa en un partido de experiencia, serían según la teoría política, los «amateurs» u «aficionados» y los que compiten con experiencia previa con partidos nuevos, rebeldes, disidentes, denominados «mavericks». A mi juicio, esta clasificación final, pudiera tener relevancia en Venezuela.

Los estudios de opinión indican tres sectores del mismo polo, con sentidos opuestos: María Corina Machado, Benjamin Rausseo y Cesar Pérez Vivas.

María Corina, es una política de experiencia, preparada y se presenta en un partido nuevo. Mientras que ErConde, Benjamín Rausseo es un «amateur», su partido ha participado en procesos y él carece de experiencia política. Pueden mostrar diez mil títulos y eso no lo hace mejor preparado para ejercer el poder que otros, carentes de ello.

Cesar Pérez tiene el discurso, las ideas, la visión. Carece de la maquinaria y del «timing político». Llegó muy tarde a la actual carrera política, después de mucho tiempo fuera del cuadrilátero.Si hay debates televisados, eso podría mejorar su posicionamiento.

María Corina tiene una plataforma mediática tan buena o quizá mejor que la de los partidos tradicionales. ErConde debe empezar por definir su nombre, que es lo que aparece en el tarjetón.

La gran vulnerabilidad que tienen María Corina y ErConde, es el equipo que los rodea.

Las batallas electorales requieren de compañías estructuradas para tales fines, donde hay obreros, gerentes, deliverys y al igual que los ejércitos, una tropa dispuesta a servir para matar o para que te maten. Los idealismos eluden estas consideraciones. Los soñadores son útiles con alguien al lado que les recuerde pisar tierra.

ErConde, tiene muchos excopeyanos alrededor, que pueden tener buena preparación académica, no así preparación para la batalla. No han sido exitosos. Copei gobernó dos veces. La primera de ella producto de una coyuntura. La segunda, perdió muy rápido el encanto.

Caldera fue otra cosa en su segundo período y tampoco salió muy bien parado ante la opinión pública.

El tema interno: Las Primarias

Si yo fuese apostador busco las estadísticas y estás no favorecen a lo interno ni a María Corina ni a Cesar Pérez y peor error a ErConde si decide participar.

El discurso de Capriles y de Manuel Rosales no es malo. Ambos apuntan en la dirección correcta. Aunque los hechos no se compadecen con lo expresado por ellos.

María Corina muy lentamente ha hecho un viraje en su discurso, abandonando la parte radical. La ubicación ideológica en su justo lugar y hasta se ha atrevido de una u otra manera a respaldar planteamientos polémicos relacionados con el mundo LGBTI, intentando penetrar este sector muy importante de la opinión pública.

ErConde allí está en las nebulosas, en el «Topus Uranus».

Cesar Pérez si conoce ese mundo y sabe que necesita de muchos recursos financieros para tener el capital humano necesario y ganar.

Sí Rosales decidiera participar, con los votos del Zulia asegura el primero o segundo lugar. Si Capriles logra su apoyo, además del Zulia tendría una masa importante en Miranda y Caracas.

Lo peor que pueden hacer es subestimar a Rosales y a Capriles. La unidad de ambos sería una fuerza letal en las primarias.

Tienen que estar muy seguros Machado, Rausseo y Pérez de participar. Si pierden en las internas y todo indica ello, no tendrán excusas para luego salir independientes.

Vale aclarar que no es el mismo caso de Chávez o de Irene Sáez, aunque guarda ciertos parecidos. Ellos salieron de candidatos sin pasar por primarias ni por estructuras políticas preestablecidas.

Aunque el interés de Venezuela debe prevalecer, el 90% del liderazgo político tradicional, tiene pleno conocimiento de lo que les sucederá, si llegase a ganar una de estas formas de «outsider».

Habrá un reseteo, incluidos aquellos ex, adecos, copeyanos o chavistas, que tienen menos de cuatro años apoyando la fórmula.

Consideración final

Conversando una vez con un viejo camionero en una de las tantas carreteras de Estado Unidos, luego de verlo pelear contra uno del mismo oficio, 40 años más joven y al cual derrotó de un fuerte golpe, uno nada más, en mi medio inglés y él en su medio español, me dijo: «Cuando te toca enfrentar un rival más fuerte, más joven, sabes que tienes uno o dos, máximo tres golpes para derrotarlo. Tienes que ser muy preciso de donde golpearlo. Si no lo haces, él tiene mucha más capacidad para darte menos fuerte pero más veces y eso es mortal para nosotros». Jamás olvidaré esa lección.

Lo único que puede cambiar este panorama es la presentación de un cisne negro. Lo inesperado. No militante en partidos, con hechos, con logros y con un nuevo lenguaje.

Hasta el presente y a pesar de que lo mencionan, Lorenzo Mendoza, no da señales de querer emerger.

El tablero de este ajedrez, tiene unas piezas rojas…

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Ángel Monagas es abogado y comunicador.

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