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Opinión

Eddie A. Ramírez S.

Petróleos de Venezuela (Pdvsa) asumió en 1976 las operaciones de los hidrocarburos. A partir de esa fecha de estatización, la extrema izquierda castro-comunista la sometió a descalificaciones. Como ya no podía alegar que era una actividad del imperio que explotaba a los venezolanos, predicaron que los gerentes y directivos eran voceros de las transnacionales, que la empresa era una caja negra, un Estado dentro del Estado, indiferente a las necesidades de la población, con trabajadores con sueldos exorbitantes y apáticos al acontecer nacional. El propósito era calumniar para darle el zarpazo cuando se presentara la ocasión.

Lograron apoderarse de nuestra principal industria para ponerla al servicio de un proyecto político inviable y corrupto. En todos estos años han pretendido borrar el pasado. Así como el diario El Universal eliminó de sus archivos las excelentes caricaturas de Rayma, los ineptos y resentidos rojos desaparecieron de su página web los Informes de Gestión de Pdvsa anteriores al 2002.

¿Qué se conocía de la empresa antes del 2002?

Todos sabían que siempre había gasolina, gas y lubricantes, y que se exportaba petróleo; que esporádicamente ocurrían accidentes y derrames de petróleo; que sus trabajadores no protestaban para solicitar mejores condiciones. También que hubo un caso de corrupción conocido como los petro espías, denunciado por la propia empresa, que algunos empleados eran prepotentes; que algún gerente quizás favoreció a determinado contratista, y que hubo una que otra violación a la meritocracia por el factor humano, no por motivos políticos.

¿Qué ignoraba la mayoría?

Pocos se percataban que la empresa presentaba puntualmente sus Informes anuales de gestión, fruto de los planes, presupuestos y resultados discutidos y aprobados por el accionista, representado por el ministro de Energía y Minas; que la Contraloría General de la República, en ese entonces autónoma y con funcionario idóneos, velaba por el manejo de los recursos; que los trabajadores estaban bien remunerados, pero dentro del 75 percentil de las mejores empresas en Venezuela y que nunca ocurrían accidentes por falta de mantenimiento de las instalaciones. Gran parte de la población, sobre todo en las ciudades, desconocía que la empresa tenía muchos programas de inversión social en las comunidades de su entorno y, además, realizaba donaciones en las áreas de salud, educación y cultura.

¿Qué se conoce hoy?

A pesar de la casi total hegemonía comunicacional del régimen, es imposible que oculte que no hay gasolina, gas, ni lubricantes. La falta del llamado gas de bombona afecta a gran parte de la población y la escasez del gas que se distribuye por tubería limita la generación de energía eléctrica. Además, que importamos petróleo liviano y que es muy peligroso vivir cerca de una refinería por la frecuencia de incendios y explosiones . Que Pdvsa realiza actividades que no le competen, como distribuir alimentos, que tiene seis filiales no relacionadas con los hidrocarburos. Gracias a los boletines de la Opep, se conoce que en el 2001 la producción fue de 3.342.000 barriles de petróleo por día (b/d) y que en el 2002 solo alcanzó 716.000 b/d. Que el Plan de Negocios 2005-2012 ofreció que se llegaría a producir 5. 837.000 b/d, pero en el 2022 sólo se llegó al 12 por ciento de esa cifra. Que la empresa se apropió del Fondo de Jubilaciones de sus trabajadores, con quienes tiene una gran deuda, y que también se apoderó de las prestaciones, Fondo de Ahorros y Fondo Habitacional de los despedidos ilegalmente en 2002-2003. Tampoco ha podido ocultar la corrupción, denunciada por Gustavo Coronel, varios periodistas y por casos sentenciados en tribunales de Estados Unidos. Rafael Ramírez Carreño, denunció casos de corrupción y Maduro y El Aissami declararon que el corrupto es el expresidente de Pdvsa.

¿Qué se desconoce hoy?

Que mucho antes de unas sanciones poco contundentes, Pdvsa decidió no exportar petróleo a Estados Unidos, prefiriendo enviarlo a China e India, a pesar del mayor costo del transporte. Que antes del 2002 teníamos participación total o parcial en 18 refinerías en el exterior, con una capacidad de procesamiento de 1.800.000 b/d, y hoy solo tenemos tres con 644. 000 b/d de capacidad, y que también perdimos nuestra participación en otras tres, adquiridas por motivos políticos en Cuba, Jamaica y República Dominicana. Que la mayoría de los insumos, productos y repuestos se están obteniendo de Rusia, China Irán. Que el último Informe Anual de Pdvsa es del 2016. O sea que desde hace seis años no se conoce la nómina de la empresa, ni cuantos trabajadores han renunciado por la baja remuneración, por no recibir atención médica y por las condiciones de inseguridad debida a la falta de mantenimiento de las instalaciones. Tampoco se conoce cuál es el precio de la cesta petrolera venezolana, ni a cuánto monta la deuda.

¿Qué hacer con la empresa?

De continuar el régimen actual, la empresa seguirá deteriorándose por la falta de gerencia, inversión, mantenimiento y por la corrupción. Maduro tuvo que aceptar que Chevron, aunque socia minoritaria en las empresas mixtas Petropiar y Petroboscán, sea la que conduzca la batuta, lo cual es positivo. Cuando tengamos un gobierno democrático, los políticos tendrán que decidir si mantienen a Pdvsa y a otras empresas del Estado o las privatizan, para concentrarse en las áreas de educación, salud, seguridad e infraestructura. Ojalá entiendan cuál es el papel de un Estado moderno.

Como (había) en botica:

Tulio Hernández y Ediciones Frontera Viva presentaron el libro El poder de reírse, que contiene excelentes caricaturas de nuestros artistas Rayma, Almarzaale, Edo, Pinilla y Weil. Se consigue por Amazon y próximamente en Venezuela.

Una vez más, esta vez durante un acto religioso en Cantaura, los cobardes maduristas agredieron a la valiente María Corina.

Lamentamos el fallecimiento de Pietro Micale Romanzo, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com 7/02/23

 4 min


Benjamín Tripier

Cuando al terminar el primer mes del año se comienzan a confirmar las tendencias económicas y sociales que se anticipaban, y que no eran buenas, se entiende que ha llegado el momento de tomar medidas para remediarlo.

Desde el gobierno mostraron que se dieron cuenta y comenzaron con un recambio de personas; es de imaginarse que con la idea de cerrar filas en el momento transformacional que está viviendo lo que conocemos como revolución bolivariana, al transitar desde el chavismo clásico del Plan de la Patria, hacia lo que he dado en llamar el neo chavismo con perfil liberal y de mercado.

Porque el desafío más importante que enfrentaban era tratar de generar un ambiente de mercado, contando con gente que, si estaba en los mandos de la revolución, era porque no solo no creía en el mercado, sino que de eso no sabía… o si sabía ya había sido almacenado en el baúl de los recuerdos. Por eso lo delicado del momento económico… porque no hay claridad conceptual sobre el sentido de dirección, y están embarcados en una pulseada permanente entre el pasado y el futuro de la revolución, considerando al presente como una bisagra que da un paso para adelante y otro para atrás.

Por eso es que en el recambio de personas, se deberían ver más funcionarios que vienen del mundo empresario o profesionales con formación diferente a la que hasta ahora había privilegiado la revolución. Hoy, realmente, les hace falta refrescar el perfil profesional porque ser “un cuadro” ya no suma, sino que les resta capacidad de maniobra.

Hay que reconocer que la línea liberal se había ido imponiendo en el gobierno, pero con un costo muy alto que había que manejar políticamente porque la gran masa de gente de base, que no entiende mucho de mercado versus Estado, sigue esperando ayuda de parte de ese Estado que la revolución se ocupó de hacer omnipresente y participativo; y la realidad es que el Estado ya no puede hacer mucho más por ellos… son un problema para el cual la revolución, en las condiciones actuales, no tiene una solución posible a corto plazo.

Por eso es que este neo chavismo está navegando en territorio desconocido sin capacidad, por ahora, de anticipar, y siempre está en modo reacción, pero reaccionando tarde e incompleto. Porque ya es muy difícil regresar a la radicalización ideológica sin sufrir un daño muy grande que haría que, si bien podría volver a consolidarse el ultra izquierdismo que teníamos, lo haría a un costo político tan alto que los dejaría en minoría y la continuidad que hoy ven casi asegurada, pues volvería a ponerse en entredicho y lo social y lo político los arrasaría como un tsunami.

Hoy no se ven posibilidades de tsunami social por el armado socio político existente que consiste en manejar una economía pequeña visible, con capacidad limitada -tal vez para el 17% de la población- mientras la gran masa que está en pobreza se esconde y se saca de la discusión diaria (en realidad somos pocos los que mantenemos vigente el tema del peso de la pobreza), pero son muchos y están comenzando a reaccionar. Las crecientes protestas son un indicador de vulnerabilidad que solo podrá evitarse, o bien respondiendo a las demandas, o bien intentando evitar que protesten… en fin… el tema no es fácil, porque el juego está trancado y solo se destrancará con cambios profundos.

Desde el lado privado también deben hacer cosas para revertir las expectativas negativas. Las empresas de todo tamaño han seguido preservando las estructuras existentes, con la expectativa (a veces consciente y a veces simplemente por inercia) en un momento donde lo que hay que hacer es revisarse para ajustar y confirmar o modificar el rumbo.

Es lo que yo llamo “refrescar la estrategia” con el propósito de evaluar y poner en perspectiva las oportunidades que esta situación compleja pone en evidencia y saca a la superficie; y otras, las cuales, el hecho de que aún no hayan salido a la superficie, no significa que no estén sino que hay que buscarlas. Las oportunidades son lo bueno que tenemos en el futuro.

Las empresas no pueden seguir navegando pasivamente, tienen que hacer algo para reinventarse y adaptarse proactivamente al futuro que hoy ya podemos dibujar con cierta claridad.

Político

Con la desaparición del interinato, que era la pieza que mantenía integrada a una oposición dividida y desunida, todas las demás piezas se soltaron y quedaron libres, atomizándose la capacidad de presión y negociación y separándose aún más de las bases que sienten que quedaron a la deriva.

Porque la desconfianza sobre las razones para haber desarticulado la única figura que mantenía alineada la presión internacional con un claro sentido de dirección, se ha profundizado y el resultado posible con mayor probabilidad de ocurrencia será la abstención, que es la única vía de comunicación que tienen las bases para pasarle su mensaje a la dirigencia.

Por el momento, el gobierno se siente más aliviado, pues es un frente menos con el que lidiar, justo en momentos donde necesita toda su concentración para manejar un panorama que en lo económico le está resultado adverso; y en lo social y lo internacional, sigue aplicando viejas recetas para problemas nuevos. Ya no tiene oposición real, y la piedra en el zapato que era el interinato ya se la removieron gratuita y voluntariamente.

Ahora, en lo político, el gobierno quedó solo en la cancha, lidiando con sus problemas internos y apelando a la verticalidad y la disciplina para mantener juntos pensamientos y conceptos tan diversos como los que conviven dentro del chavismo.

Social

Podemos identificar dos franjas sociales gruesas entre los que tienen trabajo o están sindicalizados de una u otra forma, y los que no tienen otra cosa que un subsidio o una ayuda.

Para la franja de arriba, hay una cantidad de actores interesados como la OIT, la tripartita entre trabajadores, empleadores y el gobierno; y la consecuencia de esta última que es la mesa técnica. Además de las leyes laborales que dan como cierto lo que llaman “derechos adquiridos”, que son objeto de reclamo cuando no se cumplen… o porque no se quiere, o porque no se puede, como puede observarse en la actualidad, tanto para el sector público como para el privado.

Porque para esa franja privilegiada (por tener una fuente de ingresos) hay una cierta garantía que era posible cumplir cuando éramos la Venezuela saudita, la de CAP y la de Chávez. Pero ahora, que tenemos una economía menor a la de Guatemala que depende de unos embarques mínimos de petróleo que deben pagar desde EE UU ya no se puede tener un paquete de leyes laborales de lujo.

Y digo lujo, porque no están asociadas a cumplimiento, a productividad, a objetivos claros de negocio, ni a nada que se convierta en una métrica de desempeño. Para este enfoque, medir está mal, y hacer méritos es hasta peor. Y así, esto no es viable… en algún momento tendremos que aterrizar que somos pobres y no podemos mantener una nómina de ricos.

Lo anterior se refiere a la franja privilegiada por tener contacto con fuentes seguras de financiamiento. No hay que olvidar a los otros, los que están en pobreza que están cubiertos, en un alto porcentaje, por el sistema patria, el cual se ha convertido en una plataforma eficaz para asignar recursos sin tener que pagar a un intermediario para recibirlo.

Ese sistema debería ampliarse para colocar mayor capacidad de compra en los bolsillos de las familias, pero no para adquirir los bienes a los precios de mercado, sino para que pagando con el carnet de la patria (con las modificaciones para darle poder transaccional), cualquier negocio haga un descuento de entre el 15 y el 20% el cual después pueda descontar de su declaración mensual del IVA o de cualquier otro impuesto que se identifique. Y que esa metodología se extienda hasta sustituir al CLAP por bonos directos combinados con descuentos en los comercios.

Ya se ha comprobado que es mejor que cada familia decida la composición del CLAP que cada una necesita, sin necesidad de trasladar físicamente los productos, embolsarlos y distribuirlos; todos costos que podrían ahorrarse y trasferirse al bolsillo de los realmente necesitados.

Este sistema “tiene una penetración promedio de 67% de los hogares, y aporta –en promedio- unos 5 dólares por hogar. En Amor Mayor –una especie de pensión no contributiva- llega al 8,22% de los hogares. Parto Humanizado, Lactancia Materna y Misión «José Gregorio Hernández» entre todos no suman más de 9 dólares. En resumen, los bonos del Sistema Patria aportan, en promedio, una cifra en torno a 6,17 dólares” … que, por cierto, para esa pobre gente, eso es mejor que nada.

Ante la pregunta de si esos programas son sostenibles, la respuesta de los expertos es que así como están le cuestan al Estado actualmente 500 millones de dólares al año. Por lo que perfectamente podrían ampliarse si realmente hubiera una política de austeridad y de consciencia de que, a esas bases, no solo hay que transferirles poder de compra y ámbitos amigables en dónde gastar ese dinero, sino que habría que favorecer la formación técnica y apoyarlos en temas de salud.

Porque en definitiva, la misión primigenia del Estado está en proveer salud, educación, justicia y seguridad, y proveer a la defensa nacional. De allí la insistencia en deshacerse de las empresas del Estado, pasándolas al sector privado y hasta cerrando aquellas que no puedan sostenerse por sí mismas. Porque pagar nóminas y generar derechos laborales como sustituto de subsidios en estas circunstancias que llegaron para quedarse por más de una década en el futuro, no tiene mucho sentido práctico y nos coarta cualquier posibilidad de recuperación y salida.

Económico

Todo indica que las sanciones no solo no se aliviarán, sino que en algunos casos podrían hasta endurecerse. Porque seguir con la idea de que nuestro petróleo (a corto, mediano o largo plazo) es una carta de negociación, nos hace poner el foco en el lado equivocado de las opciones de solución.

Lo que si es cierto es que el petróleo venezolano que está y seguirá bajo la tierra durante muchos años más, aparece en cualquier radar energético del planeta, pero no aparece en el radar de los próximos cinco años, o de los próximos diez, dependiendo de los cambios políticos que son el lado correcto de las opciones de solución.

En el último tiempo se pusieron en la palestra dos temas petroleros; uno, la GL-41 para Chevrón, y el otro la licencia OFAC a T&T para explotar el gas en el campo Dragón que está en el fondo del mar venezolano. Y en los dos casos, el mensaje claro e incontrovertible del gobierno de EE UU fue que no haya posibilidades de que de cualquiera de esas operaciones le quede algo de caja al gobierno de Venezuela.

Y al mismo tiempo se volvió a introducir al senado de EE UU la ley Bolívar (Banning Operations and Leases with the Illegitimate Venezuelan Authoritarian Regime, que en español significa Prohibición de Operaciones y Arrendamientos con el Régimen Autoritario Ilegítimo Venezolano) que eleva a nivel legislativo una parte importante de las Executive Orders que respaldan las sanciones contra Venezuela.

Hay quienes dicen que se trata de algo simbólico, pero bien visto a una EO se la puede derogar con otra EO; mientras que a una ley es un poco más difícil derogarla. O sea… ya no dependería de un presidente sino del congreso, por lo que no parece factible que las sanciones se alivianen a corto plazo, y más bien pudieran endurecerse.

Si bien el sector privado no está sancionado, no cabe duda que las sanciones le producen un impacto indirecto más o menos fuerte, dependiendo del sector y de las necesidades propias de cada uno. Pero ya a estas alturas varios años después así como el gobierno terminó asimilándolas, el sector privado hizo lo propio, a partir del concepto: “esto es lo que hay”. Y se adaptó a las circunstancias buscando los resquicios operacionales, logísticos y financieros como para seguir operando y mantener los anaqueles llenos y las plantas con los insumos que el tamaño de la operación le requieren.

De hecho, la economía post sanciones fue produciendo balances ordenados basados en aportes del accionista, un crédito limitado a las necesidades reales de financiamiento, una clarificación de que el dólar es la moneda que genera confianza y que el petróleo, gran fuente del pasado y esperanza del futuro, cuando se encarrile la operación, va a servir de refuerzo… pero hoy, ya no es la palanca inevitable… sería necesario sí, pero estamos acostumbrándonos de a poco a ser pos petroleros.

Internacional

La conflictividad entre Irán e Israel va creciendo y dándose por tramos, tanto en forma directa como a través de interpósitas personas. Hezbollá en la franja de Gaza mantiene alertas las defensas, mientras Irán construye su bomba. Y mientras EE UU que coincide con Israel en que Irán no debería tener la bomba, no coincide ni en los métodos, ni en los tiempos.

Fueron dos semanas muy activas del conflicto con ataque con drones a centros militares de Irán (sin que aún se sepa de donde provenían los ataques), especialmente a la planta de fabricación de los drones que le suministra a Rusia para sus ataques a Ucrania. Mientras entre Israel y Palestina hay un vuelo permanente de misiles que impactan en medio de la franja, en los sitios donde la huella de calor muestra que fue el punto de lanzamiento de los misiles hacia Israel.

Y también en esa semana, viajaron a Israel, la CIA, el Pentágono y hasta el secretario de Estado de EE UU; lo cual indica que algo va a pasar. O que se quiere evitar que pase. Pero el tema está muy caliente, más que nada porque el tiempo pasa e Irán sigue construyendo.

Para nosotros en Venezuela, que estamos en el ámbito de influencia de EE UU, el tema Hezbollá e Irán, ambos con presencia en Venezuela, puede ser alguna de las causas subyacentes que nos alejen de una solución a nuestra situación. Porque si el argumento pasa por lo anterior, ya ni siquiera sentándonos en México nuestra situación va a mejorar.

Habría que prestar atención a la entrevista que el Atlantic Council le hizo a la general de cuatro estrellas, comandante del comando sur de EE UU, Laura Richardson. Mostró su lectura desde el ámbito de una militar piloto de helicópteros de combate sobre las relaciones de EE UU con Latinoamérica, y lo hizo con la crudeza de quien no tiene que cuidar las formas porque tiene el poder de las armas. Dejó la sensación de que conceptos como democracia y soberanía sirven para juegos de palacio, mientras lo de ella son juegos de guerra.

O sea, que se expresó sin eufemismos, en un lenguaje plano, como el comandante de un Ejército en operaciones orientado a poner a la región, que desde su punto de vista es la región bajo su responsabilidad, como el suplidor confiable de todo lo que ellos puedan necesitar. Lo cual a su vez implica que esos recursos no pueden estar disponible para sus enemigos o adversarios; en este caso Rusia como número dos, dejando a la especulación si el primero era China o era Irán.

Porque las fuerzas armadas de EE UU toman un rol preponderante en las relaciones exteriores, solo cuando la política ya no es suficiente. Aquí no hay amenazas sino puesta en perspectiva, y la aparición de un actor no tradicional en las relaciones con América Latina. Cabe mencionar que cuando habló de petróleo se refirió a Guyana, y cuando habló de Venezuela se refirió a minerales, al oro, y recién después y como marginal, se refirió al petróleo; también se refirió a nosotros con el tema de la relación con Rusia.

El mensaje concreto es que además del congreso de EE UU, la Casa Blanca y el Departamento de Estado, ahora también va a opinar el Comando Sur, por boca de su comandante.

Recomendación

  • Al gobierno: Que los nuevos cargos clave que están asumiendo en esta rotación en el área económica, no solo profundicen y formalicen el sentido de dirección de liberalidad y mercado, sino que impulse coordinación horizontal entre los segmentos de la economía que hoy parecieran estar moviéndose por su cuenta… como si tuvieran agenda propia
  • A la dirigencia opositora: Que el problema más importante de la dirigencia es recuperar el contacto con las bases que, según se ha podido medir, está prácticamente suspendido. La confianza se perdió y deberían recuperarla viajando por el interior. Y en el exterior, esta gira por la UE tratando de reemplazar a los embajadores que ya estaban trabajando solo crea más suspicacia. Para hacer algo creíble en lo internacional, la gira debió haber arrancado en Washington. Y si tratan que los europeos hagan algo distinto a los deseos de EE UU, pues están soñando. Hoy por el tema de la guerra están más juntos que nunca, y dependen más de EE UU que nunca después de la WWII.
  • A la dirigencia empresarial: Que impulse el crédito solo para inversión, evitando que se desvíe a capital de trabajo o especulación cambiaria, porque ambos son (salvo contadas excepciones) promotores de la inflación. Hoy hace falta inyección de inversiones frescas, porque hay sectores donde la relación causa-efecto es muy rápida y multiplicativa. El único antídoto contra la inflación, hoy, aquí en Venezuela, es lograr expandir la producción.

Mail: btripier@ntn-consultores.com

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 13 min


Humberto García Larralde

Las encomiables labores de muchas organizaciones no gubernamentales (ONG) les han ganado la estima de la sociedad venezolana actual. Ante la destrucción de la economía y el colapso del Estado, con su consecuente incapacidad para responder a las múltiples demandas de la población, venezolanos conscientes, de gran sensibilidad social y espíritu solidario, dispuestos a ayudar al prójimo, fueron estructurando, en respuesta, organizaciones diversas.

Con sus esfuerzos en parcelas particulares del quehacer social, han ido llenando el vacío dejado por la devastación institucional. Así, en campos de la salud, educación, cultura, medios, alimentación, igualdad femenina, de los Lgtbi, derechos indígenas, vejez, seguridad personal y muchos otros, el venezolano de a pie ha podido encontrar asistencia y amparo ante sus carencias. Pero es, sobre todo, en torno a la defensa de los derechos violentados por la represión, el acoso y la desidia de los círculos más elevados de poder, donde han adquirido más significación y prestancia.

Porque sin derechos civiles y políticos elementales, el venezolano difícilmente puede luchar para hacer valer sus derechos en los demás ámbitos de su vida. Y, sintiendo su poder desafiado por este compromiso de las ONG por hacer respetar y cumplir los derechos ciudadanos consagrados en la Constitución, instancias del chavo-madurismo han aprobado, en primera discusión de la asamblea oficialista, un proyecto de ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales y Afines.

En el proyecto que leo en mi computadora, luego de unos primeros artículos anodinos sobre asuntos de registro, definiciones y otros aspectos administrativos, se hace conocer, a partir del artículo 7, su verdadera intención. Éste se intitula, «De la limitación de sus facultades». Deben acotarse, expresamente, a «las tareas humanitarias, sociales, de asistencia, culturales, educativas u otras, que estén fijadas en sus estatutos». Suena lógico. Pero con base en tal enunciado se introducen acciones de supervisión y control por parte del Ejecutivo Nacional, como las sanciones correspondientes si se transgrede la norma, sobre todo si «comprometan la soberanía nacional o el normal desenvolvimiento de la asociación civil» (numeral 3, artículo 13). Para quienes carecen de suspicacia, la transgresión anterior se hace explícita más adelante, en el artículo 15, referente a las Prohibiciones:

«Las organizaciones no gubernamentales tendrán prohibido en todo el territorio nacional: 1. Recibir aportes destinados a organizaciones con fines políticos 2. Realizar actividades políticas 3. Promover o permitir actuaciones que atenten contra la estabilidad nacional y las instituciones de la República 4. Cualquier otro acto prohibido en la legislación venezolana”. (negritas mías, HGL)

Dada la plasticidad complaciente con que jueces abyectos aplican la ley, el último numeral deja en manos de la discreción autocrática las demás actividades a prohibir. Entre las sanciones, está la disolución de la ONG, incluyendo «medidas cautelares … para evitar la continuación del delito.» Y, más adelante (artículo 16), se establece que, si la ONG no notifica lo que recibe como donaciones, «será castigada con la imposición de una multa equivalente al doble de la cantidad percibida, sin menoscabar las responsabilidades civiles y penales a las que pueda haber lugar, en virtud de la legislación sobre legitimación de capitales y financiamiento al terrorismo, si fuese el caso.» (negritas mías, HGL)

Para disipar toda duda respecto a la intencionalidad de este proyecto de ley, basta leer su exposición de motivos. Parte de la existencia de una conspiración internacional que, «anclado en el derecho de asociación que está consagrado en la Constitución» (…) abusa de esta libertad a través de las ONG, «en beneficio del moderno imperialismo, reafirmando las premisas del neoliberalismo y, al mismo tiempo, actuando para promover o apoyar las intervenciones militares.» (…) «Un análisis riguroso (¡!) de estas instituciones permite observar que dependen casi en exclusiva de la «ayuda» de los gobiernos occidentales que, por lo general, se dirige hacia los países de importancia geopolítica y que se relacionan con un marco de intervención.» Por tanto, la normativa a aprobar, «reivindica la soberanía del Estado» (OJO, no de la nación), para enfrentar esta amenaza. En palabras de Diosdado Cabello: «Las ONG de Venezuela no dependen del Gobierno Bolivariano, dependen del gobierno de Estados Unidos. Son apéndices de organismos que operan en el mundo para garantizarle al imperialismo su operación en el mundo entero».

La esencia de todo régimen totalitario es copar todos los espacios de poder, controlando los aspectos más básicos de la vida en sociedad, para perpetuar la posición de dominio de quienes ejercen el poder central. Esto implica, por tanto, la prohibición de la política como ejercicio soberano de quienes integran la nación venezolana.

La normativa en comento encubre este despropósito manifestando, en su artículo 3, que «facilita el derecho de asociación licita, previsto en la Constitución.” Sin embargo, el último artículo (17) aclara que: «De manera expresa, se favorecerán formas de organización popular comunitaria y comunal que busque participar en la solución de los problemas locales, así como en la garantía de los derechos humanos.» Reaparece, así, el adefesio comunitario, controlado desde el poder por las leyes dictadas al respecto, la versión chavista del Estado Corporativo fascista de Mussolini.

Aristóteles señaló que el ser humano es un zoon politikon (animal político). Afirmaba, así, el apremio de participar activamente en los asuntos públicos (res publica) de las ciudades-estado griegas, atributo central de su democracia. Hoy, la sociedad civil se activa en la forma de un poder ciudadano amparado en derechos individuales irrenunciables, sujetos al cumplimiento de sus deberes, que acreditan su demanda porque le sean rendido cuentas de manera transparente de la gestión pública y se le garantice justicia, conforme a los criterios contemplados en el contrato social (constitución) con base al cual se articula esa sociedad.

En Venezuela, al desmantelar el Estado de Derecho, la lucha por que sean observados los derechos humanos consagrados en nuestra Carta Magna ha sido asumida, en sus diferentes manifestaciones, por las llamadas Organizaciones No Gubernamentales. Y es ese ejercicio de ciudadanía, contrapeso de los abusos cometidos desde el poder, lo que la autocracia militar despótica chavo-madurista no se puede permitir. Sobre todo, aquellas ONG que denuncian sus atropellos ante los organismos defensores de los derechos humanos de la ONU y la OEA, así como ante la Corte Penal Internacional.

De ahí el acoso y persecución de activistas, su represión y encarcelamiento, la tortura de quienes luchan por la democracia, y la agresión contra medios de comunicación independientes, cuyo zarpazo más reciente ha sido el ataque, la semana pasada, contra el diario El Nacional. Ahora pretenden complementar su arsenal represivo con este instrumento jurídico para acabar con las ONG que desafían el poder autoritario de quienes se han cogido el país para ellos, militares y civiles. Para los opresores, las ONG estarían financiando actividades terroristas (¡!).

Es emblemática que esta ofensiva sea asumida por la figura más conspicua del fascismo venezolano, Diosdado Cabello. ¡Siempre habrá enemigos a vencer, a quienes no debemos dar cuartel! ¡Para eso estamos nosotros, los militares chavistas sin escrúpulos!, parece espetarnos con sus cínicas imprecaciones.

Y uno se pregunta, ¿Cómo encaja ello en el escenario de la supuesta normalización que Maduro pretende simular, de su interés por ser aceptado por la comunidad internacional y la continuidad de las negociaciones con sectores de oposición? La apelación a los primitivos esquemas represivos del chavismo y a colectivos fascistas que amedrentan la protesta no son buenos augurios.

No podía faltar, en este orden, la incesante alaraca «en defensa de la patria ante la agresión imperialista», para que sean levantadas las sanciones contra los personeros centrales del chavismo, violadores de derechos humanos, blanqueadores de dineros mal habidos y otras vagabunderías. Porque lo que en realidad se defiende, como los venezolanos estamos hartos de confirmar, es la impunidad con que los que se han apropiado del Estado han amasado inmensas fortunas, al amparo de la destrucción del ordenamiento constitucional y la democracia. Lo que queda son las ONG: ¡A defenderlas!

Mail: humgarl@gmail.com

Humberto García Larralde es economista, Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Profesor (j) de la Universidad Central de Venezuela.

 6 min


Fernando Mires

Todas las analogías son ahistóricas. Ni la historia se repite, ni los personajes históricos son reproducidos con papel de calco. Otra cosa son las comparaciones y los paralelos, procedimientos a los que es lícito recurrir desde un punto de vista historiográfico. Naturalmente, Putin no es Hitler, aunque podemos compararlos y encontrar semejanzas y diferencias, así como también podemos hacerlo con Putin y Stalin, o Putin y Pedro el Grande, con quien se ha comparado el propio dictador ruso.

En su artículo precisamente titulado «Putin y Hitler», Manuel Castells, uno de los sociólogos de referencias de la izquierda española (Podemos y algunas fracciones del PSOE) llama «halcones» (concepto usado en los EE UU para referirse a sectores belicistas) a quienes han logrado acuerdos para enfrentar la avanzada de Putin en Ucrania. Con ello imagina tal vez situarse en la fracción de «las palomas» (moderados, en el léxico estadounidense). Pero el problema no es tan simple. Ni todos los que creen en la política de apoyo militar a Ucrania son halcones, ni todos los que creen en la política de la negociación son palomas.

Muchos pensamos que hay que buscar negociaciones entre las partes beligerantes. Pero también sabemos que el principal enemigo de las negociaciones es Putin, pues como constata el mismo Castells «Putin no va a cejar hasta ocupar la parte de Ucrania que define como rusa» (o sea toda Ucrania, según su ensayo del 2021). De ahí que el problema correctamente planteado es cómo llevar a Putin a la mesa de negociaciones, algo que no nos dice Castells.

Partamos de una premisa: mientras Putin tenga poder de fuego, no irá a negociaciones. La experiencia, por lo menos hasta ahora, muestra que Putin no va a aceptar negociar donde pueda perder (y en toda negociación los negociantes deben perder algo). Putin solo aceptará su victoria total. Visto en sentido inverso, Putin solo aceptará negociar cuando entienda que no puede ganar. Conclusión a la que no va a llegar mediante un ejercicio intelectual. De tal modo que hay que obligarlo a negociar. Bien, ese es el objetivo de esta guerra para el campo democrático occidental (halcones, según Castells)

La guerra misma es una negociación. Cada centímetro conquistado es un argumento en contra o a favor de Putin. Nadie piensa que la guerra se lleva a cabo para matar más enemigos sino para acercarse a una condición de negociación aceptable para ambas partes, no solo para una. Si fuera para una, hablaríamos de capitulación. Pues bien, eso lo que propone Castells.

A fin de convencernos, Castells usa dos premisas que a la vez son las mismas de Putin. La primera, es que en Rusia impera un sentimiento de humillación que debe ser compensado. Falso. Putin se siente humillado, pero no así la ciudadanía rusa. Para que los rusos se sintieran humillados deberíamos aceptar que el fin de la Rusia comunista fue obra de la OTAN, la que jamás movió un dedo para apoyar a las fuerzas democráticas insurgentes en Rusia (ni en Hungría de 1956, ni en Checoeslovaquia en 1968, ni en Polonia en los setenta) La caída de los sistemas comunistas fue obra de los ciudadanos del mundo comunista, no de una potencia extranjera.

Por lo demás, no fue solo la humillación derivada del Tratado de Versalles lo que determinó el ascenso de Hitler. Si Hitler llegó al poder fue en primer lugar por el miedo que sentía la población alemana frente al avance del comunismo, de la impotencia política de la república de Weimar y de la inflación desatada desde la crisis de 1929. Hitler enriqueció a Alemania. Eso explica por qué Hitler fue adorado por los alemanes como un mesías. Cosa que no ocurre con Putin, quien está empobreciendo a Rusia. Si los rusos lo vieran como un redentor histórico que va a poner fin a una humillación y luego enriquecer al país, Putin sería tan amado como Hitler. Pero Putin solo inspira miedo, o terror, pero no amor.

La segunda premisa es que Putin puede usar en algún momento los dispositivos nucleares. Y claro, es una posibilidad latente. Por eso el campo democrático usa medios para evitar un desenlace atómico sin tener que entregar Ucrania a Putin, como propone Castells. La no intervención directa de OTAN es un medio. Otro, es la diplomacia internacional, y uno de sus objetivos es lograr que China no se convierta en aliado militar de Rusia, lo que hasta ahora se ha logrado. Alemania, Francia y otros países europeos han intensificado alianzas económicas con China a un nivel incluso más alto que el que prevalecía antes de la invasión rusa.

Cambiar paz por territorio como propone brutalmente Castells, es suponer que Putin lucha por más territorio (no es lo que le interesa, aduce el mismo Castells) y no por la soberanía de Ucrania. En otras palabras, la de Castells no es una propuesta de negociación. Es una, reiteramos, de pura y simple capitulación.

Naturalmente, capitular es también una opción política y al serlo no debe ser descartada. Pero como toda opción, requiere de determinadas condiciones. La primera, que sea el gobierno ucraniano en conjunto con los gobiernos de Europa central y del este – los que en caso de capitulación son los que se verían más afectados frente a posibles nuevos avances de Putin – quienes acepten una capitulación. Sin ese procedimiento, la OTAN y la UE serían dividas en dos partes antagónicas, y eso es lo que más quisiera Putin.

La segunda condición es que el resultado de esa capitulación no sea acercarnos a una nueva guerra. Algo muy importante de tener en cuenta. Pues una capitulación llevaría al desconocimiento de todos los acuerdos y tratados internacionales, de las propias Naciones Unidas, y a una incitación a todos los poderes mundiales antidemocráticos del mundo a seguir el ejemplo de la Rusia triunfante.

Una capitulación, dicho en breve, no traería consigo ninguna promesa de paz. Lo más probable es que al día siguiente Rusia haría lo posible para hacerse de Moldavia y Georgia. Los países bálticos, más Finlandia y Polonia exigirían, y con razón, concentrar todos los dispositivos militares, incluyendo nucleares, en sus cercanías. La OTAN, o por lo menos una parte de ella, se vería presionada a intervenir directamente. En breve, una capitulación nos acercaría mucho más a la guerra nuclear en lugar de distanciarnos de ella. Pensar lo contrario sería confiarnos en las palabras de Putin. Y eso, la historia reciente lo ha demostrado, es lo que menos se puede hacer.

Y no por último, ¿con quién propone Castells llevar a cabo negociaciones que conduzcan a la capitulación? Cualquiera que entienda un poco de política internacional sabe que el bando occidental, justamente por ser democrático, no es monolítico. En los países escandinavos e Inglaterra no se piensa lo mismo que en Francia o Alemania, en Polonia no se piensa lo mismo que en Hungría, en Europa no se piensa lo mismo que en los EE UU. Turquía y Hungría están incluso más cerca de Putin que de la UE y de la OTAN. Eso significa que cualquiera proposición de capitulación llevaría a una división de las filas occidentales (el logro más alto alcanzado hasta ahora por Occidente) y por lo mismo a una nueva tentación expansionista de Rusia. ¿Es eso lo que busca Castells?

Por lo demás Occidente ya capituló una vez. La guerra que inició Putin en Ucrania en el 2014 y su apoderamiento violento de Crimea y de los territorios del Donbas, no le trajo, aparte de mínimas sanciones que no se materializaron, ningún problema con EE UU y menos con la UE. Justamente, fueron la impavidez de Occidente y la consecuente negación a que Ucrania ingresara a la OTAN, hechos que alentaron las expectativas de Putin. 2014 abriría el camino para el 2022.

Según Castells, estamos en Munich de 1938, cuando los aliados buscaron apaciguar a Hitler a espaldas de Checoeslovaquia. Pero evidentemente no es así: no estamos en Munich de 1938. No obstante, proposiciones de Castells, tendientes a repartir Ucrania a espaldas de Ucrania, sí llevarían a repetir el triste episodio de Munich de 1938. Y bien, precisamente eso es lo que hay que evitar. Un Putin vencedor es mucho más peligroso que uno perdedor. Quizás eso es lo único que une a Putin con Hitler.

Los aliados europeos tuvieron que vencer su antinorteamericanismo para lograr la unidad mundial frente a Hitler. Hoy la unidad ha sido lograda contra Putin, pero Castells y sus derechistas izquierdas quieren desvirtuarla en nombre de ese mismo antinorteamericanismo que en el pasado dejó a Europa, durante un tiempo, desamparada frente a Hitler.

La historia demostró, lamentablemente, que Chamberlain, no tenía razón.

El artículo de Manuel Castells puede ser leído en Manuel Castells – PUTIN Y HITLER (polisfmires.blogspot.com)

Twitter: @FernandoMiresOl

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS.

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Alejandro J. Sucre

Imagínese el lector que navega en un barco de los más hermosos del planeta pero que tiene una tronera en su popa por donde se filtra el agua y lo va hundiendo. Imagínese que quienes deben repararlo y deben dirigirlo, llevan ese barco a los territorios donde hay guerras, confrontaciones para debilitar a los pasajeros y mantenerse en el poder, y no donde hay prosperidad y armonía. No quieren sujetarse a ninguna obligación con su tripulación. Imagínese que además los que dirigen ese barco no usan el dinero de los pasajes para reparar, proveer servicios y mejorar el barco sino para embolillárselo. Los pasajeros de ese barco comienzan a pasar hambre, a saltar del barco y navegar en altamar donde deben luchar contra los tiburones. Donde además la tripulación del barco se pelea entre sí y algunos pasajeros se pliegan para tomar partido y beneficiarse de los recursos que todavía quedan en el barco que pudo ser grandioso, pero que no lo fue. Imagínese un barco donde la tripulación es escogida en base a complicidad para robar a los pasajeros y no en base a sus conocimientos y honradez para servir pasajeros. El mundo al revés. Un mundo que va de crisis en crisis sin resolver ninguna.

Esta metáfora la pudiéramos llevar a todos los campos de la acción colectiva. Imaginarnos un equipo de beisbol donde los managers no usan el dinero de los espectadores para pagar jugadores, donde contratan a los cómplices y amigos y no a los verdaderos atletas que se preparan. O un colegio donde los administradores se toman para si las mensualidades de los muchachos y pagan bajos salarios a maestros, no invierten en laboratorios ni en instalaciones deportivas. Imagínese que una junta de condominio se instala y se embolsilla las cuotas mensuales de los propietarios y que además usa a la vigilancia para someterlos y matraquearlos cada vez que entran al edificio. Esas metáforas que describen muy bien las debilidades de Venezuela por varios siglos y que hoy vemos exacerbadas. Vamos de crisis en crisis sin poner un freno al desenfreno de unos funcionarios públicos que no cumplen con sus objetivos, que no licitan obras y que no tienen como objeto servir sino servirse. Unos funcionarios buscando culpar a otros sectores de la sociedad.

Como consecuencia, a diferencia de las sociedades donde combaten la corrupción, en Venezuela las catástrofes naturales no se recuperan rápidamente por que los encargados de reparaciones se embolillan los recursos y no ejecutan las obras. Las obras de infraestructura se presupuestan y no se hacen dejando miles de niños sin escuelas y miles de fábricas y fincas sin posibilidades de prosperar y una población deambulando con bajísimos sueldos. Funcionarios públicos y algunos ciudadanos se asocian como piratas del mar.

A todos nos afecta la corrupción como una mal inmenso. Es una verdadera enfermedad social. No hay suficiente empleos ni inversión. Eso significa bajos sueldos para todos los venezolanos, bajas ventas para todas las empresas y políticos que no saben dónde esconder el dinero ni explicar sus fortunas que viven sin poder explicar sus riquezas.

El potencial que Venezuela tiene para crecer y aportar exportaciones al mundo es inmenso. Según el Atlas de Recursos Naturales (https://www.worldatlas.com/articles/countries-with-the-most-natural-reso...), Venezuela es el octavo país en el mundo con mayores recursos naturales comercializables y el quinto en términos per cápita. Venezuela tiene un inventario de USD 14,3 trillones en recursos naturales comercializables como productor y exportador líder de numerosos minerales, incluidos petróleo, mineral de hierro, oro, carbón y bauxita, sin considerar su capacidad gasífera, agrícola, turística, manufacturera, logística, financiera y tecnológica. Venezuela pudiera ser un centro financiero internacional como lo es Singapur. Una potencia petrolera y gasífera como lo es Qatar o Arabia Saudita. Una maravilla turística como los es Costa Rica, México o Tailandia. Venezuela pudiera tener terminales de pasajeros y logística como los es Texas o Florida. Venezuela pudiera ser un centro médico importante para el mundo occidental.

Si fuéramos honrados con el erario público, Venezuela pudiera atraer de los mercados nacionales e internacionales $3 trillones en inversiones en los próximos 10 años para desarrollar su potencial económico y expandir su PIB anual a USD 2 Trillones por año, basado en recursos naturales, agrarios y demás sectores de la economía. Una economía de $2 trillones de dólares, como la de Texas, permitiría un PIB per cápita de USD 60,000 en lugar de los $2.000 que hoy obtiene. Esta economía de 2 trillones de dólares de producción anual que pudiera ser Venezuela se pierde en filtraciones causadas por sus lideres, que articulan malas políticas o corrupción, de manera patológica y sin correctivos de fondo. Buscando culpables en otros, muy pocas veces rectificando.

La historia de Venezuela ha sido en sus 5 siglos dirigida mayoritariamente por lideres políticos y militares con una visión de embolsillarse los recursos de la nación. Una visión cínica de la sociedad. Muchos dirigentes anhelan para vivir en el primer mundo y gastar como los grandes magnates en esas sociedades con el dinero de los niños que quedan sin escuelas y maestros mal pagados. Esa gran distorsión cognitiva que ha sufrido nuestra sociedad desde siglos atrás nos limita como nación. Comenzar a licitar obras y todo gasto fiscal es el primer paso para salir de esta enfermedad y presentar informes de gestión auditados en cada institución del estado.

Twitter: @alejandrojsucre

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José Luis Cordeiro

ChatGPT (chat.openai.com) es una inteligencia artificial (IA) conversacional que todo el mundo debería probar. Por ejemplo, he escrito lo siguiente y abajo sigue la excelente respuesta de ChatGPT: “Escribe un artículo periodístico de 300 palabras sobre el transhumanismo, incluyendo una cifra estadística y dos menciones de científicos."

El transhumanismo es un movimiento cultural y filosófico que promueve la mejora de las capacidades humanas a través de la tecnología. Los transhumanistas creen que la tecnología puede ser utilizada para mejorar la salud, la longevidad y las capacidades físicas y mentales de los seres humanos, así como para expandir nuestras posibilidades y alcanzar nuestro máximo potencial. Según una encuesta realizada en 2018, el 15% de los estadounidenses afirman estar familiarizados con el transhumanismo y el 5% se identifican como transhumanistas.

Uno de los principales objetivos del transhumanismo es aumentar la longevidad humana a través de la medicina y la tecnología. El científico Aubrey de Grey, fundador de la Fundación SENS, cree que es posible llegar a vivir 1,000 años o más gracias a avances en terapias regenerativas que pueden reparar y rejuvenecer nuestros cuerpos. Otro científico prominente en el campo del transhumanismo es Ray Kurzweil, que ha escrito ampliamente sobre la singularidad tecnológica y cómo la inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas pueden cambiar radicalmente la forma en que vivimos y funcionamos como sociedad.

El transhumanismo también ha suscitado preocupaciones y críticas. Algunos temen que la tecnología avanzada pueda llevar a la creación de una élite tecnológica y a una sociedad desigual. Otros argumentan que la búsqueda de la mejora humana a través de la tecnología es intrínsecamente peligrosa y que deberíamos aceptar nuestras limitaciones naturales. Sin embargo, muchos transhumanistas creen que la tecnología puede ser utilizada para mejorar la vida de todos y no solo para beneficiar a una élite selecta.

En resumen, el transhumanismo es un movimiento filosófico y cultural que busca mejorar las capacidades humanas a través de la tecnología. Aunque ha generado controversia y preocupación, muchos científicos y transhumanistas creen que la tecnología puede ser utilizada para mejorar la vida de todos y no solo para beneficiar a una élite selecta.
José Luis Cordeiro

www.cordeiro.org

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Carlos Raúl Hernández

“Si quieres cambiar no puedes seguir haciendo lo mismo”. Pepe Mujica

Chile, Uruguay y unos pocos más, desmentían que en Latinoamérica, a partir de cierto momento, para dominar el sistema político o el gobierno, iba con ventaja quien tuviera alguna merma mental, problema de conducta, fuera un drop up académico o, en su defecto, tuviera un título falso. Chile con el promedio de crecimiento más alto del mundo en cuarenta años, lo confirmó sin dejar dudas y en 2019 un grupo de vándalos quemaron todo lo que pudieron hasta que se les acabó la gasolina, y luego ganaron las elecciones en 2021. Queda Uruguay como muestra de país con gobiernos psicológicamente sanos de la región, junto a Panamá, República Dominicana y uno que otro. Uruguay fue la Suiza de América a partir de 1875, período que los historiadores llaman de modernización por sus avances económicos, sociales y administrativos, hasta comienzos del siglo XX en los gobiernos de José Batlle y Ordoñez y el batllismo.

El auge se basó en la exportación de materias primas (lana y carne). Como en el resto de esta infortunada región, a finales de los años 50, lo hemos comentado, vino la caravana de Cepal a venderle baratijas, que se industrializaran a la brava con préstamos externos, capitales públicos y sin ventajas competitivas, porque le daba la gana. Igual que el resto de Latinoamérica, colapsó en los 80 con la deuda, para recomenzar una economía normal a partir de las reformas del FMI. Y a diferencia de demasiados otros países, Uruguay mantuvo la senda con un éxito sin precedentes hasta nuestros días, no triunfó ningún redentor del pueblo contra la explotación capitalista, a garganta desgarrada contra el FMI y la oligarquía. Y no es que no los hubiera, porque desde 1963 hasta su derrota y rendición formal en 1985, el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro fue, junto a las dictaduras, piedra en el zapato de la vida normal.

Al principio quiso ser una guerrilla espectáculo, lo que llamaron la “violencia cortés”, no derramar sangre, imposible porque ese oficio lleva a matar y en varias ocasiones, entre ellas, al agente norteamericano Dan Mitrione. Tenían cárceles del pueblo para encerrar empresarios y políticos, víctimas de secuestros juzgadas por tribunales también del pueblo de un solo magistrado, un dirigente tupamaro que ni siquiera veía al “reo” y ante quien no existían defensores. La historiadora tupamara Clara Aldrighi dice “el MLN- Tupamaros aplicaba justicia alternativa, con sus fuentes de derecho propias (!!!)…”. El gobierno responde con similar brutalidad; apresan dirigentes históricos o importantes y los convierten en rehenes. Es la suerte de Jorge Manera, Raúl Sendic, Adolfo Wasem, Henry Engler, Jorge Zabalza. Tres de ellos, José Pepe Mujica, Mauricio Rosencof, Eleuterio Fernández Huidobro, estuvieron encarcelados e incomunicados más de una década, de 1973 a 1985.

Las incidencias del cautiverio se registran en La noche de doce años película de Álvaro Brechner; y Emir Kusturica rueda Pepe, una vida suprema, presentadas en los festivales de Huelva y Venecia 2018. Terminadas las pesadillas dictatorial y revolucionaria, lejos de traumas de prisionero, Mujica sale a la lucha política y luego de la brillante presidencia de Tabaré Vásquez, llega el mismo a ser presidente en 2010. Sin odios, con inmensa sabiduría y una humildad desconocida en políticos, hace una gestión admirable. Despreciaba la corrupción de los Kirchner “…esa vieja es peor que el tuerto. El tuerto es más político, pero ella es más terca”. Continúa la apertura económica y la liberalización (“no es bonito legalizar la mariguana. La única adicción saludable es el amor”, el matrimonio homosexual (“no legalizarlo sería torturar a las personas inútilmente”) la interrupción del embarazo.

En las siguientes elecciones exitosamente devuelve el poder a su partido el Frente Amplio, que gobierna hasta 2020, cuando triunfa Luis Lacalle Pou quien mantiene invariables las políticas internas, muchas diseñadas veinte años atrás. La continuidad administrativa es el secreto para no hacer oposición salvaje, no botar al niño con el agua en que lo bañaste y para que los países puedan progresar al corregir los errores. Según la Cepal (“nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos” escribió Neruda) Uruguay tiene 4%, el menor porcentaje de pobreza, los mayores niveles de ingreso per cápita, desarrollo social y alfabetización de Latinoamérica. Transparencia Internacional dice que es el país menos corrupto de la región y el que tiene la más grande clase media. Sufrió una crisis financiera en 2002 pero se recuperó de inmediato y ya lleva veinte años de crecimiento sostenido, ligeramente importunados por la pandemia.

Según la escala de The Economist que mide los grados de democracia y autoritarismo, ocupa el puesto número uno de la región y en la escala mundial, es una “democracia plena”, por encima de EE. UU, Gran Bretaña y Francia. Esperemos que no aparezcan vándalos con latas de combustible para incendiar el Palacio Salvo, la Torre de las Comunicaciones, el Mercado Agrícola, o los hoteles “burgueses”, “kapitalistas” en el balneario de Punta del Este, porque después no faltarán doctores en economía que escriban sobre “la verdad oculta” de Uruguay, como pasó con Chile, una vez descubierto por los doctores que era un Haití o Somalia encaletado. Uruguay discretamente, sin estruendo, dio pasos de altísima planificación estratégica que lo colocan en clara ventaja sobre otros de la punta latinoamericana sobre un asunto esencial. La cuestión es ¿por qué Colombia, Panamá,Chile, México, Perú, pese a años de crecimiento sostenido, no alcanzan el nivel europeo de ingresos?

Los economistas llaman ese fenómeno trampa de los ingresos medios. Los demagogos tienen la tarúpida respuesta de culpar a los que producen (los ricos) a Elon Musk, no sé si oí que a los neandertales o a los neoliberales. Pero romper el cerco solo se puede por dos medios: o producen petróleo (y administran bien) o exportan bienes y servicios de alta tecnología con calidad global, lo que solo es posible al tener una fuerza de trabajo altamente calificada. Si los jóvenes se mantienen de vender caramelos o incluso de trabajar en fábricas tradicionales, el país no pasa el cerco de los ingresos medios. Uruguay ya es exportador mundial de software, el primero de Latinoamérica, y también electricidad y celulosa, sin abandonar las materias primas (hay tres vacas por cada ciudadano). El liderazgo quiere que sea un parque tecnológico como la India, y para ello Tabaré, Mujica y Lacalle Pou, contra el reflejo pavloviano de los presidentes de la región, bajan y tienden a bajar impuestos a la inversión en tecnología

Igual derriban las barreras legales para la inmigración de expertos y profesionales calificados. No ha habido cambios bruscos, todos los presidentes cumplieron sus períodos, la política es tranquila y respetuosa, el país no se mete en conflictos internacionales. Para terminar, Perú merece mención porque rompe varios records Guinnes. Tuvo presidentes normales en un sistema político aterrador, que lucían como la compuesta niña Wednesday en medio de la familia Addams. Los locos Addams peruanos controlan el congreso y desde 2000 encarcelaron o persiguieron a Fujimori y a todos sus sustitutos democráticos. La respuesta que se estaban rifando se había hecho esperar hasta que Sendero Luminoso aprovecha el intento de golpe de Estado y la destitución de Castillo para ponerse a la cabeza de una insurrección que derroque a Boluarte, disuelva en congreso y haga la revolución, pero que carece de destino.

@CarlosRaulHer

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