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Opinión

Catherine Andrews

Los dos objetivos modernos de la educación superior –formar estudiantes críticos y contribuir al bien común de la nación– siempre han estado en conflicto. ¿Puede la libertad académica ser el camino idóneo para resolverlo?

La universidad moderna nació como parte de la construcción del Estado-nación durante el siglo XIX. Generalmente se señala a Wilhelm von Humboldt –hermano del viajero Alexander y fundador de la Universidad de Berlín (1810)– como el diseñador del primer proyecto universitario. El objetivo de la universidad humboldtiana fue formar estudiantes comprometidos con el avance del conocimiento, pero con una cultura nacional compartida, expertos en lengua, literatura, geografía e historia alemanas. En otras palabras, la universidad debía educar y forjar la patria a la vez.

De manera similar, los primeros Estados-naciones en Hispanoamérica consideraron la educación pública como una prioridad para crear una ciudadanía educada, capaz de participar en el nuevo sistema de gobierno representativo. En un primer momento, los gobernantes creyeron que la Iglesia católica –que había fundado las primeras universidades y operado todas las escuelas durante el periodo colonial– sería un buen aliado en esta tarea. No obstante, para fines del siglo XIX la Iglesia se había convertido en fuerte oponente al liberalismo político, como atestigua el caso de México. Los gobiernos liberales latinoamericanos, por ende, promovieron la secularización de la educación y la fundación de universidades públicas administradas por el Estado. En México, el gobierno de Benito Juárez fundó la Escuela Nacional Preparatoria en 1867. La administración de Porfirio Díaz estableció la Universidad Nacional en 1910 para reemplazar a la Real y Pontificia Universidad de México. Se esperaba que tanto la ENP como la Universidad Nacional cumplieran con propósitos muy similares a los que Humboldt imaginó para la Universidad de Berlín: la formación de ciudadanos capacitados y comprometidos con la nación.

Como bien observa Joan W. Scott en su libro Knowledge, power, and academic freedom, siempre ha habido tensión entre los dos objetivos del proyecto universitario moderno. Por un lado, formar estudiantes en el quehacer académico requiere potenciar capacidades críticas, herramientas de análisis y habilidades para armar y redactar ensayos. La academia es una comunidad disciplinaria que opera bajo reglas, métodos y estándares comunes que juzgan la calidad, pertinencia y aportaciones de un argumento, proyecto o texto con referencia a este marco disciplinario. Su fin último es la interrogación, la investigación y la crítica de la evidencia en búsqueda de novedades que permitan avanzar en el conocimiento.

Por otro lado, la universidad pública es financiada por el Estado, el cual espera que la investigación y la docencia universitarias contribuyan al bien común de la nación. Los productos académicos, desde esta perspectiva, deben aportar algo tangible a la ciudadanía, a las instituciones del Estado y a la política pública. En consecuencia, el Estado suele buscar incidir en la docencia y la investigación académicas con el fin de asegurarse de que el dinero invertido produzca los resultados que considera necesarios. Las universidades se vuelven entonces espacios políticos en donde se discute tanto la naturaleza de las contribuciones que los universitarios deben ofrecer a la sociedad, como la definición del bien común nacional.

Las tensiones entre uno y otro objetivo han sido resueltas de diferentes maneras en la historia contemporánea. En una conferencia sobre la libertad académica dictada en 1991, Identity, authority, and freedom: The potentate and the traveler, Edward W. Said explica que los gobiernos poscoloniales árabes, en países como Argelia y Egipto, concibieron a las universidades recién inauguradas como “extensiones” del Estado. Después de tantos años de vivir bajo los mandos imperiales inglés, francés y otomano, los nuevos gobernantes persiguieron una política nacionalista reivindicadora de la cultura árabe que rápidamente confundieron con la defensa de sus propias políticas e ideales. Como mantenían un control político directo sobre las universidades, los gobiernos consideraban al personal académico y administrativo como servidores públicos para beneplácito del gobierno en turno. Como consecuencia, “los criterios de promoción y nombramiento de empleados fueron la conformidad política en lugar de la excelencia académica”. En un ambiente de sospecha y miedo alimentado por la Guerra Fría y el conflicto árabe-israelí, el control político llevó a la adopción de prácticas represivas, hasta que “el nacionalismo en la universidad dejó de representar la libertad y sí el acomodamiento, la precaución y el miedo en lugar de la brillantez y la osadía, la autopreservación en lugar del avance de conocimiento”. A juicio de Said, para entonces, el resultado fue la subordinación de la academia a los partidos gobernantes y la supresión de la vida intelectual universitaria.

En América Latina los gobiernos del siglo XX también estuvieron tentados a usar las universidades para promover sus ideologías predilectas y sus propias versiones del nacionalismo. Los gobiernos posrevolucionarios mexicanos, por ejemplo, quisieron que la educación en todos sus niveles formara al estudiantado de acuerdo con el discurso nacional-revolucionario para respetar y promover los ideales que, según los revolucionarios, habían motivado su lucha a partir de 1910. Como es muy sabido, durante su sexenio, Lázaro Cárdenas reformó la Constitución para indicar que la educación pública debía ser socialista. Aunque esta reforma fue desechada por su sucesor, los gobiernos priistas posteriores se empeñaron en incorporar y mantener al profesorado y estudiantado universitario dentro de las redes corporativas del partido. Como denuncia Said para el mundo árabe, esta situación propició el reconocimiento de “la conformidad política en lugar de la excelencia académica”.

En este contexto, se desarrolló el concepto de autonomía universitaria que se defendió como la mejor manera de regular la relación entre el Estado y la universidad. La autonomía universitaria supone tres elementos clave: un gobierno universitario independiente de la tutela de la Secretaría de Educación u otra dependencia estatal, la participación del estudiantado y el profesorado en los cuerpos de gobierno y el respeto a la libertad de investigación y cátedra dentro de la universidad. Este modelo se popularizó entre las universidades públicas estatales después de la publicación de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional en 1945, aunque algunas –como la Universidad de Guadalajara– no obtuvieron la autonomía hasta 1990. Otras instituciones públicas de educación superior, como el Instituto Politécnico Nacional o los 31 centros públicos vinculados al Conacyt, nunca la consiguieron.

Mientras tanto, en Estados Unidos, el profesorado se ha defendido de la intromisión externa apelando al concepto de la libertad académica, que incorpora las libertades de cátedra e investigación, así como el principio del autogobierno. En una “Declaración de Principios” publicada en 1915, la Asociación de Profesores Universitarios señaló que estas libertades eran fundamentales para asegurar que la universidad cumpliera con sus objetivos educativos e investigativos. Solo la garantía de la “imparcialidad” del profesorado podría inspirar la confianza pública y gubernamental en la labor universitaria. En un primer momento, la asociación se protegió de los intentos de los grandes donadores de las universidades privadas de interferir en los currículos y los nombramientos del profesorado. No obstante, después de la Segunda Guerra Mundial, la persecución política de comunistas y socialistas promovida por el senador republicano Joseph McCarthy llegó también a las universidades y escuelas públicas. Durante el gobierno de Trump, y actualmente en estados gobernados por el Partido Republicano, como Florida y Texas, se hostiga políticamente la enseñanza de la teoría crítica de raza y los estudios de género.

De la situación histórica aquí expuesta emanan preguntas ineludibles: ¿Por qué las comunidades académicas quieren libertad académica o autonomía universitaria? ¿Por qué plantean que la intromisión del Estado (o de intereses privados) es nociva para la educación? Said nos ha bosquejado una respuesta preliminar: tratar a las instituciones de educación superior como si fueran dependencias gubernamentales termina privilegiando la conformidad y las lealtades políticas sobre la excelencia académica. Es decir, lleva a la universidad a la mediocridad, lo que resta legitimidad a su docencia y su investigación. Como observa la Asociación de Profesores Universitarios estadounidense, un(a) estudiante que considera que su profesor(a) no tiene criterio académico propio no lo o la respetará y no querrá estudiar con él o ella. Asimismo, priorizar la conformidad política a la hora de realizar la investigación significará que las aportaciones académicas –sean en calidad de asesoría o análisis– que la universidad ofrece a la sociedad y al gobierno no solo serán sesgadas ideológicamente, sino que serán de dudosa utilidad para la solución de los grandes problemas nacionales.

No obstante, esta respuesta preliminar requiere más explicación. ¿Quién define la excelencia académica? ¿Por qué sostener que los sesgos ideológicos son perjudiciales para la investigación? ¿No tienen todos los investigadores e investigadoras preferencias políticas? En fin, ¿no es la insistencia en la libertad académica una simple medida de defensa por parte de comunidades académicas que se adopta solo cuando la interferencia desde el Estado viene de gobiernos cuya ideología política es contraria a la suya? Todas estas preguntas han sido articuladas por varias personas en los últimos meses en el contexto de la imposición ilegal de un nuevo director general del cide por parte del Conacyt.

Para responder a estas preguntas hay que regresar al libro de Joan W. Scott citado líneas arriba. Las comunidades académicas son disciplinarias en el sentido de que operan de acuerdo con normas y metodologías aceptadas por sus integrantes. Por tanto, la excelencia académica se define con referencia a este marco disciplinario. Aunque todas las disciplinas han desarrollado sus propias prácticas, el denominador común es la insistencia en el pensamiento crítico como motor de la investigación. Pensar críticamente significa cuestionar todo, sobre todo los argumentos de autoridad: sean religiosos o morales en boca del líder espiritual, sean políticos de un presidente o de una mayoría parlamentaria, sea el consenso aceptado de expertos académicos en un tema. Las preguntas siempre tienen que ver con las bases para creer que alguna idea o hipótesis es sustentable o no. En otras palabras, si hay evidencia documental u oral, cuantitativa o cualitativa, que sugiera que el argumento propuesto ofrece una interpretación convincente.

Desde el pensamiento crítico no se puede asegurar que toda opinión es igualmente válida ni que una interpretación debe adoptarse porque la sustenta alguien en particular. La opinión legítima se sostiene debidamente con referencia en la evidencia disponible; y si las pruebas contradicen el dicho de una autoridad estas se tienen que presentar. Excluir deliberadamente alguna evidencia, ignorar las preguntas bien fundadas sobre las bases de un argumento o apelar a una autoridad como prueba única son prácticas que limitan la investigación y obstaculizan la comprensión de un tema. Por esta razón perjudican al trabajo académico y lo vuelven inútil tanto para los objetivos exclusivamente académicos como para los de índole política y estatal que deberían traducirse en beneficio de la sociedad. No se trata solo de la libertad para el pensamiento crítico, sino también de la definición más certera de este concepto. No puede haber libertad si no se puede cuestionar todo.

Claro que la metodología crítica no es infalible ni sus practicantes siempre la realizan con éxito. Uno de los más famosos defensores históricos del pensamiento crítico, Immanuel Kant, argumentaba que la ilustración occidental podría entenderse a través de la frase Sapere aude, “¡Atrévete a pensar por ti mismo!”. Pero, al mismo tiempo, no tenía inconveniente en aceptar ideas sobre la inferioridad innata de hombres no blancos (por un tiempo) y las mujeres de todos los colores (toda su vida), a pesar de que, en la época en que escribió, no faltaban voces que señalaban los problemas con estas ideas: el marqués de Condorcet y Mary Wollstonecraft, entre ellos. De hecho, cualquier revisión de los debates intelectuales del siglo xviii revela que el compromiso ilustrado con “el uso público de la razón” muchas veces conllevaba la convicción de que solo algunas personas debieran tener esta facultad, mientras que otras debieran dedicarse a tareas más afines con sus capacidades intelectuales.

No obstante, una formación en el pensamiento crítico siempre abre nuevas posibilidades. Es cierto que Kant, como muchos ilustrados, no reconocía que sus ideas sobre las mujeres eran dogmáticas y carentes de sustento empírico; y es verdad que los imperialistas europeos y estadounidenses de los siglos XIX y XX desarrollaron sus teorías raciales para justificar en lugar de explicar el colonialismo rapaz. Pero la formación en la práctica de pensar críticamente proporciona las herramientas a las sociedades para cuestionar los dogmas patriarcales e imperiales. No es una coincidencia que las primeras feministas en todas partes del mundo insistieran en la educación de las mujeres como el primer paso hacia su emancipación. La feminista afroamericana Bell Hooks planteaba que “la educación es la práctica de la libertad” precisamente porque nos ofrece la posibilidad de “conocer más allá de las fronteras de lo aceptable”. Como puede atestiguar cualquier historiadora, no hay nada más liberador que aprender que las normas culturales (o cualquier otra cosa) actualmente aceptadas como naturales e inamovibles en nuestras sociedades son productos históricos en continua evolución. Al interrogarnos acerca de los porqués y para qués de dicha evolución en la historia, adquirimos conciencia del mundo de posibilidades no transitadas, pero todavía alcanzables, para nuestros futuros.

En resumen, como argumenta Gayatri Spivak en Thinking academic freedom in gendered post-coloniality, la libertad académica debe entenderse como el proceso de pensar críticamente. Como resultado, es un medio, un vehículo para interrogar nuestra realidad, en lugar de ser “un derecho formal inenajenable”. De ahí que el papel de cualquier gobierno democrático frente a la universidad, y, sobre todo, para uno que quiera avanzar en la justicia epistemológica y social, no es moldear la educación pública para alinear a la ciudadanía con sus acciones ni para que los académicos y las académicas investiguen los temas de su preferencia. El reto es cómo establecer las condiciones para que la libertad académica y el pensamiento crítico estén al alcance de las personas más allá de los muros de la universidad. Hay mucha investigación científica al respecto que puede servir para entender este reto. Por lo pronto, el primer paso ha de ser el de respetar la libertad académica y el pensamiento crítico dentro de las instituciones de educación superior. ~

1 de junio 2022

Letras Libres

https://letraslibres.com/revista/por-que-hay-que-defender-la-libertad-ac...

 11 min


Jesús Elorza G.

De un lado a otro, se paseaba pensativo el comandante de la SS, organización paramilitar, policial, política, penitenciaria y de seguridad al servicio de Adolf Hitler, destacado en Auschwitz el principal campo de concentración y exterminio de la Alemania nazi. Múltiples ideas, se cruzaban en su cabeza, tratando de buscar un quehacer distinto al fastidio de su diaria rutina de llevar prisioneros judíos a la cámara de gases, al paredón de fusilamiento o las sesiones de torturas. Revisando la historia del Circo Romano, se le prendió el bombillo y se dijo a si mismo que la salida a su fastidiosa rutina de exterminador de judíos era la de montar un espectáculo de peleas entre prisioneros. Acto seguido, se acercó a la cerca electrificada de alambre de púas para preguntarle a los presos:

¿Quién sabe boxear?

Del otro lado de la cerca, los presos se miraban entre si asombrados por esa pregunta que les hacía el exterminador. Algunos, los números 172345, 157178, 139559 y el 77 tímidamente levantaron sus manos para responder afirmativamente. En ese campo de exterminio, donde el hombre no tenía ni nombre, sólo era un número, triángulo o estrella.

A partir de ese momento, se dio inicio al macabro espectáculo de ver pelear a dos famélicos contendores para divertir a sus carceleros. Con el tiempo, el asesino comandante del campo de concentración, fue más allá e impuso que la pelea fuese entre un judío famélico y un “Kapo”. Se trataba de los carceleros de Auschwitz, criminales, asesinos y violadores sacados de las cárceles para actuar como perros de presa y golpear a los presos. Evidentemente, que, en este escenario de terror, la pelea era desigual: a un lado del ring, un muerto viviente de 40 kilos, piel y huesos, que se ponía los guantes (o una simple venda en los nudillos) después de trabajar 11 horas al día con escaso alimento: un litro de agua oscura, un trozo de pan húmedo y la sopa que le daban a los cerdos; al otro lado, el Kapo carcelero fuerte y bien nutrido.

Los combates se celebraban a veces en un hangar, y otras en la explanada del campo de concentración, rodeados los presos de alambradas electrificadas y con los SS apuntando con sus armas. Para quienes vestían el pijama de rayas, boxear suponía alargar una vida que no era vida. Los púgiles tenían ciertas recompensas: un trozo de pan, un dado de mantequilla, algo más de sopa o trabajar en el establo o la cocina en lugar de en el exterior con las inclemencias del tiempo en invierno.

Las apuestas entre los carceleros alemanes, no se hicieron esperar y si en algún caso un judío le ganaba a un capo al terminar el combate llevaban al ganador al cuarto de tortura para que no se le ocurriera volver a repetir esa ofensa de superar a la raza aria.

Esta desgarradora historia de los “Boxeadores de Auschwitz” en narrada por el periodista José Ignacio Pérez en su magistral libro “K.O. Auschwitz”. En su libro, nos describe la macabra historia de los presos que tuvieron que boxear para sobrevivir en el campo de concentración. Además, en lo que pudiéramos llamar un reconocimiento a la dignidad humana y una denuncia al genocidio cometido por el régimen nazi-fascista de Hitler, logró el autor ponerles rostro a los números con los que los carceleros identificaban a los presos:

Noah Klieger, Tadeusz Pietrzykowski, Jacko Razon, Judah Vandervelde, Solomon Roth, Salamo Arouch, Andrzej Rablin... y otros tantos son los protagonistas de esta historia. Sus testimonios permitieron dar a conocer al mundo entero el macabro espectáculo del boxeo en los campos de concentración y exterminio

 2 min


Edgar Benarroch

LA ESCOLASTICA

La escolástica es el resultado de la unión del pensamiento filosófico y del teológico para comprender y explicar bien y adecuadamente las revelaciones sobrenaturales del cristianismo. Se desarrolló durante la Edad Media en la Europa occidental entre los siglos XI y XV. Los conocimientos de la escolástica se aplicaron en escuelas y universidades en ese entonces apoyándose en teorías filosóficas y naturales de Aristóteles y otros sabios griegos. La escolástica es entonces una corriente filosófica que busca relacionar e integrar de la mejor manera y más adecuada posible, la razón con la fe, pero colocando siempre la fe por encima de la razón.

Un gran volumen de los conocimientos de una persona viene de la experiencia y empleo de la razón, sin embargo, hay otro volumen que se adopta a partir de las revelaciones de la fe y que no puede ser explicado desde la realidad.

Para el cristianismo la escolástica fue una herramienta de gran utilidad para comprender la fe en toda su magnitud. El filósofo gigante del pensamiento Cristiano Santo Tomas de Aquino, fue el máximo representante de la corriente escolástica en el siglo XIII, su inmenso aporte profundizó en concepto y sustancia esta corriente que como hemos dicho, relaciona la razón con la fe, estando siempre ésta por encima de aquella. Santo Tomas de Aquino fue un fraile, teólogo y filósofo católico de la Orden de Predicadores, muy lamentablemente murió muy joven, a los cuarenta y nueve años, en ese tiempo no había el adelanto científico de hoy y el promedio de vida del humano era muy bajo.

Si tomamos algo que nos rodea y tenemos a nuestro alcance o lo imaginamos y le buscamos origen, sentido y razón, si por ejemplo pensamos en un “Parapente” o en el más sofisticado avión supersónico, en una patineta o el más moderno vehículo, en una carretilla o en una maquinaria de carga de las modernas, en una canoa que usaban nuestros aborígenes o en una sofisticada y moderna embarcación o en un astronauta y empezamos a buscar y razonar sobre sus orígenes, lo que primero pensamos es cómo se llama quien diseño y construyó, en el caso de la canoa de nuestros aborígenes, esa canoa, de dónde vino, quienes fueron sus padres y familia, quien construyó de dónde vino y quien de dónde vienes sus padres, de donde tomó la madera para hacerla, quién sembró ese árbol, cuando lo hizo, como extrajo la madera, como la transportó, que herramientas utilizó y así podemos seguir retro trayéndonos en el tiempo tanto que nos parece sin fin el camino, hasta que llegamos a un punto donde después de examinar lo recorrido y reflexionar, nos preguntamos ¿Y ahora?.

En ese punto y en ese ahora nos viene la idea que todo lo que vemos y vivimos; todo lo visible e invisible del universo; el hombre y la mujer, dotados de cerebro que es la computadora más extraordinaria e insondable que existe; el río, la laguna, los mares y los océanos; la piedra del jardín y los asteroides; el valle y la montaña; la fauna y la flora; el origen de los orígenes y el final de los finales; la vida y la muerte, son producto de la creación de un ser divino, omnipotente y todo poderoso, ese ser es DIOS, nuestro Creador y Padre Eterno. En ese punto y ahora se encuentran la razón y la fe y siempre aquella se entiende con la presencia e inmensidad de ésta. Quien vive con fe, vive completo, quien tiene a Dios, para qué más, si lo tiene todo, Él con nosotros y nada nos falta. Dios alimenta nuestro espíritu y llena nuestra alma, nos conduce por el camino adecuado e ideal y quienes se desvían de ese camino corren el riesgo de siempre tener problemas y obstáculos en su existencia. Estar con Dios y comportarnos imitando a su hijo Enviado Jesus, es vivir lleno de gozo y felicidad. Quien carece de fe es una persona incompleta, por no decir vacía, que siempre encontrará piedras en su camino que debe estar lleno de flores.

Hoy podemos decir, con ese estupendo e inmenso filósofo Aristóteles y con el gigante cristiano Santo Tomas de Aquino que la razón y la fe se encuentran y que aquella está consustanciada y probada en ésta . En y con la fe explicamos la razón.

7 de junio de 2022

QUE BUENO SERÍA

Que bueno sería que abandonáramos por siempre la diatriba diaria infecunda, inicua , estéril , sin entidad y subalterna y pasáramos al intercambio ideológico fecundo y sustantivo teniendo siempre presente que el interés nacional es superior a todos.

Que bueno sería que debatiéramos cómo dar mayor contenido político y humano a la democracia para hacerla más eficiente y eficaz y donde todos tengamos espacio para opinar sobre todas las materias que comprometen nuestra existencia y que nuestras opiniones sean vinculantes.

Que bueno sería que los gobernantes y representantes entiendan que su funciones son una delegación que el pueblo les hace para que cumplan con fidelidad su deber de trabajar permanentemente y sin cansancio por el Bien Común y la Justicia Social.

Que bueno sería que la oposición, que es buena su existencia en democracia porque es contrapeso y está alerta, cumpla con reciedumbre y sin cortapisas su responsabilidad siempre colocando el interés nacional primero.

Que bueno sería que nuestro sector opositor a este totalitario régimen, que se encuentra fracturada y dividida, se UNA como vía cierta para superar y salir de esto que tanto daño causa al país y a todos nosotros y empezar entre todos a lograr reconstruir el país que nos arrebataron y que en medio de muchas dificultades, vivíamos mucho, pero mucho mejor que ahora. La tarea es buscarlo y apartar las dificultades de entonces.

Que bueno sería volver al país donde todos éramos solidarios con el semejante y nos preocupábamos por la suerte comunal y no prendía el odio ni el rencor, que este régimen insiste en sembrarnos.

Que bueno sería que estos señores del régimen, mediante un rayo de luz divina, escuchen el inmenso clamor popular por adelantar las elecciones generales para reinstitucionalizar el país y presentarle oportunidad al pueblo para expresarse sobre sus nuevos gobernantes y representantes.

Que bueno sería si todos quienes proclamamos que el alto interés nacional es primero actuáramos en consecuencia.

Que bueno sería que se restableciera entre nosotros el sentimiento de fraternidad, ya que somos hijos del mismo Padre Eterno.

En fin, que bueno sería si en todos nosotros se opera un cambio sustancial que nos empiece a ser mejores ciudadanos preocupados por el interés colectivo, solidarios y practicantes de la caridad con el país, que es un deber, y con los semejantes que también lo es y que bueno sería vivir en la Venezuela que todos soñamos y deseamos , cargada de felicidad y prosperidad y donde nos podamos desenvolver como seres humanos que somos, que podamos soñar y estar cerca de la realización de esos sueños.

Tenemos el impostergable e inaplazable derecho a vivir mucho mejor que como estamos y ello pasa por salir radicalmente de lo que tenemos cuanto antes e iniciar la dura, ardua pero apasionante tarea de la reconstrucción nacional o refundar la Republica como muchos estiman.

Ese derecho, que nos ha sido arrebatado por el totalitarismo que nos martiriza, debemos conquistarlo ya, si nos UNIMOS y apartamos, aunque sea en este espantoso episodio que nos queda para la salida, los intereses sectoriales e individuales.

En la UNIÓN de manera civilizada, inteligente y sin traumas está el camino que nos conduce a nuevos y mejores senderos.

6 de junio 2022

INSTANTES EN LA VIDA, PARTICULARMENTE EN LA POLÍTICA

La vida está llena de momentos e instantes, cada segundo que pasa es una ocasión para hacer o no hacer y lo que hagamos o dejemos de hacer tienen consecuencias inmediatas o posteriores, que se sienten en ese momento nada más o que perduran en el tiempo, todo de acuerdo a la entidad, intensidad y magnitud de lo que hicimos o dejamos de hacer. La vida entonces es una invitación permanente a tomar decisiones que se reflejan en nosotros mismos solamente o tienen efectos más allá de nosotros, en el prójimo o comunidad.

El doce de abril de 2002, cuando Chávez, ante la gigantesca manifestación de voluntades celebrada en Caracas que protestaba su gobierno y la solicitud formulada por el alto mando militar, renunció a la Presidencia de la Republica, “La cual aceptó”, estuvo lleno de momentos álgidos y trascendentes para el país y todos nosotros, que si se hubiesen tratados con inteligencia política y capacidad ciudadana, la situación ahora fuera otra, totalmente distinta a esta, seguro menos mala o mejor, nunca peor.

Cuando Chávez se entregó mansamente y lloroso en el comando general del Ejército y pidió ser acompañado por el Cardenal Ignacio Velasco, solicitó un avión para irse a Cuba con su familia y siete millones de dólares, un General del Ejército le respondió que no, que debía quedarse en Caracas para ser juzgado por el daño causado al país y a los venezolanos. Fue trasladado a la isla de “La Orchila” y ya sabemos todo lo ocurrido después.

Cuando el señor Pedro Carmona, para la época Presidente de Fedecamaras, asume provisionalmente la Presidencia de la Republica y anuncia al país un paquete de medidas desatinadas, inconstitucionales y sin lugar, no había en el escenario ningún político probado, inteligente y de altura que lo alertara sobre el delicado momento y sus consecuencias y ocurrió lo que todos sabemos: Regresó Chávez para peor que peor.

En esos dos instantes, donde se ventiló la suerte de la Republica, si se hubiese actuado con inteligencia política y diría con sentido común, que al parecer es el menos común de los sentidos, todo ha debido empezar por convocar a esas voluntades, con seguridad no estuviéramos pasándola tan mal como ahora.

Estamos sufriendo las consecuencias de aquellas decisiones, de aquellos instantes, donde estuvo presente la suerte de la Republica. Como esos instantes han ocurrido muchísimos, unos de capital importancia y otros de menos.

Lo cierto es que estamos permanente convocados y emplazados a tomar decisiones y lo acertado es que las que tomemos se correspondan con nuestro bienestar y el Bien Común. Cada quien toma decisiones de acuerdo a su formación, principios y escala de valores y cuando se actúa de acuerdo a la prédica actuamos con autenticidad.

En este tiempo tan menguado vemos, con mucha alarma y preocupación, como la autenticidad en muchos políticos del régimen pero también de la oposición no cuenta para nada, igual mentimos y falseamos para lograr objetivos generalmente non santos y ello transforma la política en un funesto y nauseabundo torneo demagógico de mentiras y falsedades que es un ambiente que debemos extinguir para siempre.

“Por la verdad murió Cristo” y por ello debemos luchar sin descanso para desenvolvernos en buen camino. Los mentirosos, falsos y tránsfugas quedan arraigados a la orilla del camino, mientras la caravana de la verdad pasa.

5 de junio 2022

EL DEBER, LA AMENAZA Y LA COMUNIDAD

Fui concejal en La Victoria, Estado Aragua, durante el periodo 1969-1974 y me correspondió presidir la comisión que tenía que ver con la administración y ejecución de la Ordenanza de Impuestos Municipales. Procure una profunda reforma a la existente que era totalmente vetusta y desactualizada. La que teníamos para aprobación no fue bien recibida por la Cámara de Comercio e Industrias de la ciudad y entonces organicé una reunión de ellos, nosotros y un representante de Fedecamaras.

La reunión se efectuó y por Fedecamaras asistió en doctor Porras Omaña quien después de conocer el proyecto de reforma dijo, yo pensaba que me iba a encontrar con una barbaridad contraria al interés general y no ha sido así. Les digo, prosiguió hablando, si fuera concejal de este distrito propondría más bien aumentar estos impuestos, pues el municipio necesita de muchos recursos para cumplir con su inmensa responsabilidad y nosotros los empresarios estamos obligados a colaborar; además todos sabemos que en la escala que estudiamos para iniciar la inversión, el impuesto municipal esta de decimoquinto. La Ordenanza se aprobó y todos marchamos contentos y felices. Más adelante la municipalidad contrató los servicios de Porras Omaña para asesorarnos en materia impositiva.

Otro paso que dimos fue el de realizar una amplia auditoría en todas las empresas instaladas en la zona Soco de la ciudad; para tal efecto contratamos a un grupo de municipes expertos en impuestos. Al cabo de corto tiempo, los auditores nos presentaron tres industrias que tenían tiempo evadiendo el impuesto municipal a través de la grosera costumbre de doble libro de contabilidad.

Procedimos al reparo procedente y notificamos al dueño y propietario de las tres empresas que resultó un señor dueño de una importante cadena de medios de comunicación social del país. Este señor me llamó e invitó a conversar en su oficina situada en la Torre de la Prensa en Caracas, cerca del Panteón Navional.

Como yo estudiaba entonces en la Universidad Católica Andrés Bello me quedaba cerca la oficina del señor y fui hasta allá. Entré a su oficina saturada de olor a buen tabaco y sin saludarme me dijo, te he investigado y se quien eres, no tienes real ni medio de comunicación y así es difícil hacer política, yo tengo ambas cosas y las pongo a tu orden con tal que seas mi concejal en ese pueblo que me debe tanto por la inversión que allá he hecho. Debieran estar agradecidos y no persiguiéndome. Además, tu como yo tenemos sangre sefardí y nosotros preferimos nos toquen las nalgas y no la cartera.

Le dije que no lo perseguíamos y que simplemente nos correspondía administrar la ciudad y queríamos hacerlo como debe ser y que yo era concejal de todo el municipio y no de nadie en particular. Atente a las consecuencias me dijo y empezó una terrible campaña de desprestigio en mi contra que gracias a Dios no me quebró. Mi hermana menor que trabajaba en una de sus empresas fue despedida de inmediato.

El asunto llegó hasta la Corte Suprema de Justicia. Me llamó quien era secretario de la comisión administrativa de la Corte para preguntarme si conocía con quien me estaba metiendo y le dije que si, me “aconsejó” que era bueno dejara las cosas hasta allí y que había ido muy lejos. No supe que decisión tomó después la Corte; creo que archivaron el caso hasta siempre.

Estos casos donde el interés personal quiere imponerse y sojuzgar al colectivo lo hemos presenciado desgraciadamente muchas veces y lo recto es que le salgamos al paso para siempre estar al lado del Bien Común. Acontecimientos como estos, que lamentablemente ocurren con relativa frecuencia, donde se produce un encontronazo entre el interés personal y el colectivo que debemos preservar, hay que atenderlos con reciedumbre y no quebrarnos y siempre estar al lado del interés colectivo y del Bien Común y la Justicia Social.

9 de junio 2022

BENEVOLENCIA

Job 29: 11-17. “…Yo libraba al pobre que clamaba y al huérfano que no tenía quien le ayudara . Llenaba de gozo a la viuda. Ojos era para el ciego y pie para el cojo. Padre para los necesitados y quebraba los colmillos del impío y de sus dientes arranque la presa…” El versículo anotado nos habla de la benevolencia que es una cualidad del ser humano con la que demuestra y prueba en sociedad que es bueno con los que convive. Una persona benevolente es aquella que es buena con los demás y sus sentimientos apuntan que las acciones que tiene que tomar deben beneficiar a los demás e inclusive comprometiendo su bienestar.

Un ejemplo de benevolencia es la que manifiesta con acciones el Papa Francisco , quien con gestos de profunda humildad y una notoria transformación de la Iglesia Católica, ha enviado un mensaje de paz, unión y comunidad entre todas las personas del mundo.

Los conflictos sociales, étnicos y bélicos afectan seriamente la benevolencia porque cada quien cuida con privilegio su bienestar e intereses sin pensar en el colectivo. Es contrario a la benevolencia ocasionar daños y malestar al prójimo y cuando ellos se propinan a un pueblo se está en presencia de una indolencia intolerable por negligencia, falta de cumplimiento de deberes o por maldad de marca mayor.

Por ello y visto todo lo ocurrido en estas dos ultimas décadas y particularmente en los últimos cinco años, podemos afirmar con mucha propiedad que estamos en un confrontamiento con un régimen totalitario indolente y bien lejos de la benevolencia, que no sólo no le importa el malestar ciudadano sino que lo causa y procura.

La iniquidad, la maldad, la desatención de los deberes y obligaciones de los gobernantes de hoy, es contrario a la benevolencia y con seguridad a éstos señores del régimen se les debe haber presentado una enorme mancha bien espesa y obscura en el lóbulo frontal del cerebro. Estos son peores, más allá de los malos. Hay muchos que no solucionan nada paro no causan daños. Estos, además de no solucionar nada, al contrario todo lo destrozan, también provocan daños terribles como hambre, frío e inseguridad.

En consecuencia, insistimos sobre la urgente necesidad de la salida de todo lo que tenemos cuanto antes y ello sólo es posible en UNIÓN de todos los sectores e individualidades que deseamos cambio radical ya.

La benevolencia no es incondicional, ni siquiera Dios, nuestro Señor y Creador, la concibe así. El perdón es una manifestación de benevolencia y para que Dios, nuestro Padre Eterno, nos atienda es necesario contrición, arrepentimiento y enmienda para no volver a chocar con la misma piedra, que se esté contrito, arrepentido y abatido por haber cometido una falta. Ello lo hacen quienes tienen el alma elevada y por lo tanto no lo esperemos de este régimen.

8 de junio 2022

 13 min


GDA | El Tiempo | Colombia

El oficialismo toma la delantera, pero la ciudadanía busca a un nuevo candidato 'outsider'

Aunque el clima político parezca tranquilo en Venezuela, todos los actores políticos se van moviendo a una dirección: 2024. Ese año corresponden las elecciones presidenciales y tanto oficialismo como oposición necesitan convencer a los votantes.

Según los últimos sondeos de la encuestadora independiente Datincorp, 61,3 por ciento de los venezolanos no quiere un candidato del chavismo o adverso a este, sino lo que se conoce como un “outsider”. Si la tendencia se mantiene, esto pone en aprietos a ambos bandos.

Estrategia de Maduro

Pero la delantera ya fue tomada por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que desde el año pasado viene dando muestras de algunos cambios e intentando dar la mejor imagen. Con las primarias que realizó en agosto de 2021 no solo mostró el músculo de su maquinaria, sino también las asperezas dentro de la organización fundada por Hugo Chávez.

El partido, a través de Diosdado Cabello, primer vicepresidente, anunció recientemente la reestructuración de la organización a través de las vicepresidencias sectoriales y jefes en cada estado, que además serán rotativas.

Luego Nicolás Maduro, quien es el presidente del PSUV, dio a conocer los nombres del buró político, que según él es un «equipo del más alto nivel para la conducción de la revolución bolivariana».

En ese equipo están Maduro, Diosdado Cabello, Cilia Flores, Delcy Rodríguez, Jorge Rodríguez, Tareck el Aissami, Héctor Rodríguez, Adán Chávez, Carmen Meléndez, Pedro Infante, Diva Guzmán, Nahum Fernández y Francisco Torrealba. La mayoría aliada al mandatario y no a Cabello.

Es “un golpe al cabellismo”, dice el exrector del Consejo Nacional Electoral (CNE) Andrés Caleca, quien además cree que «Maduro se impone con todo su poder interno, como ya lo había hecho en el gobierno, en el TSJ, el CNE y en la FAN. Una especie de poder total de cara al 2024”.

La estructura del chavismo-madurismo va más allá del partido gubernamental y solo hay una persona que aglutina todo el poder: Maduro.

“Y no solo se trata de ser la cabeza del régimen, sino también del manejo que ha tenido para lograr desplazar a sus enemigos tanto externos como internos”, o al menos así lo cree el politólogo de la Universidad Central de Venezuela Walter Molina, quien además incluye en esos enemigos al expresidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) Rafael Ramírez, solicitado por las autoridades del país, pero que reside en Italia.

La actuación de Maduro

Ese poder de Maduro y de buen gobierno se ha extendido con el pequeño giro económico y la aparente preocupación del mandatario por los problemas de los ciudadanos. Ahora, a través de una aplicación llamada VenApp, los ciudadanos pueden denunciar los problemas de sus comunidades.

“Te llamo a ti, mujer y hombre venezolano, ayúdame a acabar con el bloqueo mental de los burócratas y los indolentes. Este es un trabajo que debemos hacer entre todas y todos, estamos para escucharte y atenderte. ¡Participa, a través de la Línea “58” de la VenApp!”, dijo el gobernante a través de Twitter.

A principios de año, Maduro inició con ese proceso de “limpieza” de imagen cuando se dio la encarcelación de varios alcaldes e integrantes del PSUV involucrados en narcotráfico y contrabando de combustible.

Para Sergio Sánchez, integrante del Movimiento por la Democracia, que agrupa chavistas disidentes, toda esta reestructuración da muestras de que el “rival” de Maduro es Cabello y por eso las nuevas decisiones han venido a quitarle poder porque “es el único que podría dividir el PSUV”, especialmente ahora cuando “dentro hay tensión por el candidato para 2024 porque Diosdado quiere serlo”.

Primarias opositoras

Mientras el PSUV avanza, la oposición venezolana parece rezagada. Aunque ya anunciaron que para 2023 se realizarán primarias para 2024, aún no llegan a acuerdos importantes.

Nicmer Evans, quien impulsó el intento de referendo contra Maduro, anunció que será precandidato presidencial, lo mismo Antonio Ecarri, quien participó en las pasadas elecciones regionales y locales.

Se espera que en los próximos días más partidos den a conocer los nombres de sus candidatos. No se sabe si todos irán a primarias.

El peligro del “outsider”

La exigencia de un outsider, revelado por la encuesta de Datincorp tiene dos lecturas, una electoral y otra política. Jesús Seijas, presidente de la encuestadora, considera que de mantenerse esa tendencia podría ocurrir en Venezuela el fenómeno de Rodolfo Hernández, ese candidato que no se identifica con el sistema.

“Hasta ahora no ha surgido nadie”, enfatiza Seijas, creyendo que si no aparece esa figura, el país estaría en presencia de una fuerte abstención en las presidenciales de 2024. “Lo peligroso es que los outsider a veces son peores que la enfermedad, a veces son improvisados, no saben de política y eso no es bueno”, advierte Seijas.

Puertas afueras Maduro y Cabello muestran hermandad y camaradería. A diferencia de la oposición, el chavismo muestra siempre “unidad” y disciplina en cuanto a decisiones y comportamientos. Aunque no han expresado quién será el candidato, hasta ahora todo apunta a la repetición de Maduro en la contienda.

3 de junio 2022

El Nacional

https://www.elnacional.com/venezuela/maduro-esta-es-su-estrategia-de-car...

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Migdalia Fort

El Director de Datanalisis José A. Gil Yepes durante la entrevista expresó “Se tiene un condicionamiento importante por parte de los Estados Unidos en cuanto a las negociaciones en México y es que tienen que involucrar a la oposición y los temas políticos claves tienen que ver con las condiciones electorales y eso tiene un componente delicado, que es que el gobierno de los Estados Unidos insiste en desconocer el gobierno del Presidente Maduro, y por eso no está invitado junto con Nicaragua y Cuba a la Cumbre de las Américas” dijo.

En cuanto al Evento Comité Intersectorial Encuentro con Directores y Analistas Económicos, que se llevará a cabo el viernes 3 de junio, tendrá la ponencia sobre los «Resultados de la III encuesta Multisectorial Empresarial Enero – Marzo 2022», expresó que Datanalisis tiene 1 año y medio realizando una encuesta, donde no entrevistan a personas, sino que entrevistan a empresas en los diferentes sectores como agropecuarios, manufactura, tecnología, comercio y servicio, minería y petróleo, la cual les ha brindado una información sumamente valiosa y en algunos casos sorprendente, un ejemplo es que el 62% de las empresas venezolanas reportan haber crecido su producción en los últimos 12 meses, lo que significa que el crecimiento económico en Venezuela no es una burbuja, sino que está generalizado y eso lo ratifica no el 62% sino el 83% de las empresas que piensan que van a crecer en su producción en los próximos 12 meses, también indicó que la burbuja que existe es, en el retardo en la recuperación de la producción petrolera, que es el único sector que no está viendo crecimiento.

Con respecto al caso de la flexibilización de las sanciones, la recuperación de la producción petrolera y las inversiones de las compañías extranjeras en el país el analista indicó que “Para que se sigan con las inversiones depende de esas negociaciones en México y el aumento de producción y exportaciones petrolera de Venezuela”

A su juicio, señaló que el distanciamiento que ha ocurrido entre Estados Unidos, Europa y el Gobierno de Venezuela, lo que ha logrado es que les hayan regalado el espacio geopolítico y los intereses económicos a países archí competidores, como lo son Rusia, Turquía, China e Irán, y tampoco han logrado el cambio de gobierno por lo cual, no le ve la ganancia y a ello, Gil Yépes considera que es mejor el acercamiento, el entendimiento y buscar tener algo que ofrecer para tener algo que exigir.

Por otra parte, acotó que “Desafortunadamente muy malo para los ucranianos, pero para los venezolanos representa una gran oportunidad para recuperar su industria, porque esta industria petrolera en Venezuela ya iba de despedida, pero ahora tienen unos precios del petróleo que están llegando en los mercados internacionales a 120 Dólares y se necesita desesperadamente más oferta y resulta que la OPEP incluyendo a Arabia Saudita no tienen muchas más capacidades de producción, entonces ¿Cuál es el único país de occidente que tienen la reserva y el potencial para producir petróleo grueso? Venezuela no hay otro”. Indicó

Así mismo, comentó que “Venezuela tiene una excelente oportunidad en este momento y ¿nos estamos moviendo esa dirección para una buena negociación? No, no nos estamos moviendo, poniendo condiciones de que saquen a Noruega y pongan a Rusia en las negociaciones de México, que Estados Unidos está exigiendo para poder flexibilizar las sanciones, lo mismo sucede con la agricultura en el mundo viene una hambruna, viene una inflación de alimento y ¿Qué estamos haciendo los venezolanos para recuperar la producción de alimento y la agroindustria en Venezuela?, sin crédito no hay agricultura, hay que bajar el encaje legal y recuperar el crédito bancario y por otro lado hay que acelerar los estímulos a la producción privada y devolver esa gran cantidad de fincas ociosas todas, no hay una finca que haya estatizado el Gobierno que funcione, nos falta un poquito de estatismo, de altura” comentó

En cuanto al tema político expresó que “El país se encuentra de ayuno en su conexión entre población, los políticos y la política, toda la identificación partidista sumada en Venezuela alcanza el 22% incluyendo el partido del gobierno, ¿entonces que estamos haciendo? Perdiendo el tiempo de parte del gobierno y de parte de la oposición y es una situación difícil de entender que se esté perdiendo esa oportunidad, y lo político en Venezuela sigue sin dar la talla a la urgencia en que esta el mundo, sobre todo en alimento y en el aprovechamiento nuestro en la oportunidad petrolera porque hubo una guerra en Ucrania, sino no hubieran volteado a Venezuela ni estaríamos hablando de flexibilización de sanciones y no estaría sentada ninguna petrolera norteamericana en Venezuela buscando a ver como hace negocio”

2 de junio 2020

Circuito Regional de Noticias

https://crn.com.ve/enfoque/jose-a-gil-yepes-el-crecimiento-economico-en-...

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Alberto Jordán Hernández

Con Voz Propia

Celebran a 5 próceres venezolanos de inmensa significación histórica, que según Alfonzo Rumazo fueron el adolecente cumanés Antonio José de Sucre y los caraqueños Francisco de Miranda, Simón Bolívar y sus maestros Simón Rodríguez y Andrés Bello.

El primero se declaró en combate bélico a los 14 años, cuando sirvió al Precursor Francisco de Miranda, comandante en jefe de los contingentes revolucionarios.

Sin importarles la historia, distorsionan la conmemoración del Bicentenario de la Batalla de Carabobo que, a decir del Libertador, en “resumen sucinto de la vida del General Sucre”, el cumanés es el padre de la batalla de Carabobo, la cumbre de la gloria americana y la obra del oriental”

Ahora los fiesteros mediáticos imponen la celebración de otro bicentenario: el de Pichincha, que el 24 de mayo 1822, selló la Independencia del hoy Ecuador.

Lo traemos a colación porque agravian al Mariscal Sucre.

En aspectos generales en las guerras en las cuales participó, el historiador ecuatoriano José Salvador califica a Sucre como un Precursor del Derecho Humanitario, pese a que familiarmente padeció víctimas.

Su hermano Pedro fue fusilado en La Victoria (Aragua) y en Cumaná sus otros hermanos Vicente y Magdalena. Padeció el asesinato en guerras de unos 14 parientes.

Grotescamente los del autoritario régimen menosprecia la imagen ecuestre del Mariscal Sucre, para conmemorar, precisamente el bicentenario de la batalla de Carabobo.

Destruyeron el caballo y pusieron frente a la mirada de Bolívar, digamos acusadora, la imagen del Sucre a pie, apresado en un calabozo metálico. Y para colmo lo reforzaron con otra reja.

A tiempo están los lamentablemente degenerados y, peor, sus asesores, de reparar el agravio que sin duda sienten los jóvenes que con dignidad cursan en los cuarteles convertidos en Escuela Básica de la FAN. La nefasta cárcel del Mariscal Sucre será eliminada.

(IN) Memoria: Donde tienen a Carlos Lanz Rodríguez ejecutor del secuestro del industrial del de EEUU William Frank Niehous, cuyo cautiverio duró 3 años y 4 meses que el de ahora está en vías de igualar. Jorge Rodríguez coautor del rapto murió en torturas que el que lideran sus 2 hijos, superan.

jordanalberto18@ yahoo.com

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Julio Castillo Sagarzazu

Aun en medio de la guerra fría, con la amenaza de la crisis de los misiles en Cuba; con el asesinato de John F. Kennedy y la espantosa guerra de Vietnam, no todo parecía perdido. Se veía, una tenue luz al final del túnel: La juventud del planeta, se convirtió en un motor de arranque de grandes esperanzas. Salieron a las calles de todas las ciudades del mundo; se reunieron en Woodstock a mostrar una fuerza inusitada; rodearon a los Beatles y a los Rolling Stones a cantarle al optimismo, a la paz, a los submarinos amarillos y a la libertad. Lo hicieron en el oeste y también en el Este. En Paris, prohibían prohibir y en Praga, se enfrentaron a pecho descubierto a los tanques del Pacto de Varsovia.

Todo ello ocurrió, en la mágica primavera europea de 1968. Hubo igualmente un Pentecostés en los líderes de la Iglesia Católica y nació el “Aggiornamento”. Los pastores comenzaron a celebrar la misa de frente a sus feligreses y les hablaron en sus lenguas maternas.

Había crisis, pero como lo dijimos, había esperanzas de cambio.

No en balde, los chinos escriben la palabra crisis con dos ideogramas: uno es el que representa “peligro” y el otro “oportunidad”

Dicho esto, queremos destacar un acontecimiento simbólico con un profundo significado y que quizás se metió en las venas del género humano y le hizo soñar, por un tiempo, que la humanidad podía tener un destino común: Se trató del viaje del hombre al espacio.

¿Por qué escogemos, entre tantos, este hecho singular?

Pues porque por alguna razón, los seres humanos, desde el inicio de los tiempos, han dirigido siempre su mirada al cielo para buscar las respuestas a preguntas que no ha podido resolver y también para pedir lo que sus fuerzas no le han permitido alcanzar.

Todas las culturas y religiones nos hablan de viajes siderales; de contactos de dioses de las alturas con seres humanos. El carro de fuego de Elías, aparece en los relatos de todas las civilizaciones y confesiones. Haber podido constatar, entonces desde las alturas, que TODOS (mayúsculas exprofeso) vivimos en este globo azul y que TODOS somos compañeros de viaje de la misma nave espacial, nos ha debido hacer pensar también que, TODOS, podíamos tener un destino común.

Mutatis mutandi, se trataba de un sentimiento parecido al que recorrió el mundo en el Renacimiento, cuando salimos de la oscuridad de la Edad Media, reivindicando el valor del Hombre, y la vuelta a los cánones de belleza de los griegos, es decir, de los descubridores de la democracia y la filosofía. Esa fue la tarea de los grandes humanistas como Erasmo, Petrarca y luego de genios como Leonardo da Vinci.

Esos dorados 60, fueron (con todas sus convulsiones) la del cuarto de hora de la cultura de la paz y el amor y la de las grandes esperanzas que ya se insinuaban en los 5, cuando Selecciones del Readers Digest y las películas de Hollywood, nos hicieron soñar que los grandes automóviles descapotables, serpenteando por parajes de inusitada belleza. Allí estuvieron, no obstante, Corea, Vietnam y la guerra fría, para recordarnos que no todo era miel sobre hojuelas.

Pero cayó luego el Muro de Berlín y con el vino el fin de esa guerra fría. Muchos pensaron que iríamos a un mundo unipolar y que nos encaminaríamos sin mayores contratiempos, a un mundo liberal y democrático bajo el liderazgo de las grandes potencias occidentales.

No fue así. China, por su lado, amenazando, con su desarrollo colosal, con exportar su modelo de negación de libertades y Rusia, por el otro, con un Putin desempolvando las tesis de la supremacía racial y el espacio vital de la Gran Rusia.

Así estaba el mundo cuando nos llegan dos muy malas noticias: La invasión a Ucrania y la masacre de Uvalde, pocos días después de la de Buffalo .Una vez más nos despertamos convencidos de que, definitivamente, algo está podrido en Dinamarca y que sus efluvios contaminan todo el planeta.

Justo ocurre todo esto, cuando renacían las esperanzas de que podíamos lograr puntos de acuerdo razonables ´para hacer avanzar la humanidad después de los estragos de la pandemia.

La invasión rusa a Ucrania, tiene mucho que ver con la personalidad psicótica de Putin, con sus sueños de expansión gran rusos y con la geopolítica del mundo. Lo de Estados Unidos, sin embargo, tiene una raíz más profunda y más endógena.

Veamos:

Hoy en Norteamérica, hay una crisis espiritual que amenaza con llevar a ese país a las mismas condiciones que crearon la guerra de secesión. No pareciera que hay un proyecto común de nación. Los poderosos lobbies han tomado el control de la sociedad. Las farmacéuticas, presionan a los demócratas, los perros de la guerra y la Asociación Nacional del Rifle a los republicanos. Los intereses de los sectores sobresalen por encima de los intereses de la nación en su conjunto. Las llamadas “minorías” tratan de imponerse a las mayorías, desnaturalizando la esencia de la democracia, mientras cada quién trata de sacar partido de esos intereses. El respeto a la diversidad, que es una de las virtudes de la democracia, corre el peligro de desnaturalizarse, haciendo del “melting pot” (otra virtud de la diversidad norteamericana) un caldero indefinido de intenciones.

Cuando estos grandes intereses se imponen, se corre el riesgo de que ocurra lo que ocurrió con Chávez en Venezuela. La anti política, liderada por los antiguos Amos del Valle, por los que crecieron y se enriquecieron de las canonjías del estado nacional, terminaron imponiendo al teniente coronel, para detener los cambios.

Como ya dijimos, toda crisis es un peligro, pero también una oportunidad. Ojalá que los Estados Unidos puedan volver a encontrar el espíritu de los “Padres Fundadores” y que puedan hacer acopio de las reservas morales y humanas que le hicieron el país líder que ha sido.

Menudo compromiso el de su liderazgo.

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