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Opinión

David Marchese

Con la publicación en Estados Unidos de su libro Sapiens, en 2015, el historiador y filósofo israelí Yuval Noah Harari se situó en la primera fila de los intelectuales públicos, una posición que consolidó con Homo Deus (2017) y 21 lecciones para el siglo XXI (2018). El tema central de Harari es la idea de que lo que impulsa a la sociedad humana ha sido, en general, la capacidad de nuestra especie de creer en lo que él denomina ficciones, esas cosas —ya sean dioses o naciones— cuyo poder reside en que existen en nuestra imaginación colectiva; nuestra fe en ellas nos permite cooperar como sociedad. El amplísimo alcance de los textos de Harari, que abarca desde el pasado prehistórico hasta un futuro lejano y oscuro, le ha convertido en una especie de test de Rorschach andante. “La idea equivocada que se suele tener de mí”, dice Harari, que a los 45 años acaba de publicar, como coautor, Sapiens. Una historia gráfica, volumen 2: Los pilares de la civilización (Debate, 2021), dentro de una serie de adaptaciones de su obra a la novela gráfica, “es que soy el profeta del juicio final, o todo lo contrario, que creo que todo es maravilloso”. Cabe la posibilidad de que ambas cosas sean verdad. “Cuando el libro sale a la venta, dejo de controlar las ideas”, dice.

Pregunta. Algunas de las grandes ideas sobre la humanidad que usted ha contribuido a popularizar —que las ficciones y las construcciones sociales tienen poder político, o que el Homo sapiens puede estar acercándose a la obsolescencia por motivos tecnológicos— existen en diversas modalidades desde mucho antes de que escribiera sobre ellas. ¿Qué cree que tiene su forma de transmitirlas para ser tan convincente?

Respuesta. Una hipótesis es que el campo del que procedo es la historia, y muchos intentos recientes de crear este tipo de gran síntesis se han hecho desde la biología y la evolución o desde la economía y las ciencias sociales. En las últimas décadas parecía que las humanidades se habían dado por vencidas y que tratar de construir relatos complejos se había convertido casi en tabú. Pero la perspectiva de las humanidades es esencial. Muchas preguntas filosóficas que preocupan a la humanidad desde hace miles de años están volviéndose prácticas. Antes, la filosofía era una especie de lujo: podías dedicarte a ella o no. Ahora sí que hay que responder a cuestiones filosóficas cruciales sobre qué es la humanidad o la naturaleza del bien para decidir qué hacer, por ejemplo, con las nuevas biotecnologías. Es decir, quizá he llegado a la gente porque vengo de la perspectiva de la historia y la filosofía, y no de la biología o la economía. Además, mi idea central es sencilla. Es la autoridad de las ficciones, el hecho de que, para comprender el mundo, debemos tomárnoslas muy en serio. El relato en el que creemos configura la sociedad que construimos.

P. Cuando está trabajando en algo que implica llegar a conclusiones generales sobre la humanidad, ¿es difícil determinar si esas conclusiones son banales?

R. Bueno, he descubierto que, cuanto más banales son, más impresionan a la gente.

P. ¿Ese es el secreto?

R. Todo esto que digo sobre los relatos de ficción fue una de las cosas más importantes que aprendí en el primer año de la licenciatura en Historia. Pensaba que era un lugar común y que todo el mundo lo conocía. Y resultó que para mucha gente fue un gran descubrimiento saber que existían estas construcciones sociales y la realidad intersubjetiva. Yo pensaba que era la cosa más banal del mundo.

P. Ver que lo que usted consideraba lo más banal del mundo acaba siendo increíblemente popular, ¿le ha vuelto cínico?

R. No. Lo único que significa es que falla la comunicación entre grandes sectores de la comunidad científica y grandes sectores de la población. Cosas que la ciencia y los expertos saben desde hace muchos años siguen siendo novedades para la gente. Así son las cosas.

P. Un campo en el que la comunidad científica sí ha sabido comunicar claramente es la dimensión de la crisis climática, y lo que están diciendo los científicos y muchos otros es que es un problema increíblemente urgente. ¿Por qué cree usted, entonces, que sigue faltando la voluntad política mundial para abordar el problema de la manera que requieren las catástrofes al acecho?

R. Para elaborar un relato atractivo es importante tener unos enemigos humanos. Con el cambio climático, eso no existe. Y nuestra mente no ha evolucionado para absorber este tipo de historia. Cuando evolucionamos como cazadores-recolectores, nunca se planteó que pudiéramos cambiar el clima de manera perjudicial para nosotros, así que esa era una historia que no nos interesaba. Lo que nos interesaba era que algunos miembros de la tribu estaban planeando matarnos. Por eso tenemos un problema narrativo con el cambio climático. Por suerte, todavía estamos a tiempo de arreglarlo. Según las informaciones más fiables que he leído, si empezamos ahora a invertir el 2% del PIB anual mundial en desarrollar tecnologías e infraestructuras sostenibles, debería ser posible prevenir una catástrofe climática. Y lo mejor del 2% es que, aunque es mucho dinero, es perfectamente factible. Si necesitáramos el 20% le diría que es imposible, que es demasiado tarde. ¿Pero el 2%? Reasignar el 2% del presupuesto de una partida a otra es el trabajo de cualquier político. Sabemos hacerlo. No debemos caer en la posición apocalíptica de que se nos acaba el tiempo y es el fin del mundo, sino centrarnos en algo más práctico: el 2% del presupuesto. No hace falta más.

P. ¿Se puede crear un relato que cautive con la reasignación del 2% del PIB mundial?

R. Hablar del 2% del PIB no impresiona mucho, pero eso es precisamente lo que tiene de bueno. Es esperanzador. No hace falta que transformemos toda la economía y volvamos a vivir en una cueva. Basta con que reasignemos el 2%. Ya está. Me parece un mensaje muy potente. Y hay otros relatos. Si observamos movimientos como el de Greta Thunberg y todos los jóvenes, lo que están diciéndole al mundo es que estamos sacrificándolos en el altar de nuestra codicia y nuestra irresponsabilidad. No están hablando de algo confuso como la cantidad de CO₂ en la atmósfera. Es un drama humano en el que los viejos sacrifican a los jóvenes.

P. Ya sé que le hacen muchas veces esta pregunta u otra parecida, pero ¿cómo interpreta que sus obras sean tan populares en Silicon Valley? Como ha señalado usted, allí hay gente cuyo trabajo tiene consecuencias muy peligrosas. No es posible que su polaridad en ese mundo sea mera coincidencia.

R. Se pueden decir muchas cosas. Un motivo por el que creo que mi obra es popular en esos círculos es que, aunque critico varias cosas que hacen y digo que algunas representan un grave peligro para la humanidad, también destaco que esas cosas son quizá lo más importante que está pasando en el planeta. Por eso, si los criticamos pero también destacamos la importancia de lo que hacen, es halagador para ellos pensar que el futuro de la humanidad está hasta cierto punto en sus manos. Para ser algo generoso con estos personajes, diré que desde luego no creo que sean el Mal. Han hecho algunas cosas buenas. Conocí a mi marido a través de internet, en una de las primeras aplicaciones de citas para homosexuales de Israel, y estoy agradecido por ello porque, como hombre gay en una ciudad israelí pequeña y provinciana, ¿cómo iba a conocer hombres? Lo que sí diría es que en Silicon Valley no son conscientes de su enorme influencia. Tienen la intención y la esperanza de cambiar el mundo y cuentan con un profundo conocimiento de la tecnología, pero no tan profundo de la historia, la sociedad y la psicología humana. En definitiva, como historiador sé que los textos pueden adquirir vida propia. Si quienes escribieron el Nuevo Testamento pudieran ver lo que la Inquisición y los cruzados hicieron con las ideas de poner la otra mejilla y de que los mansos iban a heredar la tierra, seguramente se revolverían en sus tumbas. Pero así es la historia. Qué se le va a hacer.

P. ¿Hay alguna idea que esté todavía germinando y que quizá le parece demasiado radical para su público?

R. Le voy a dar dos ejemplos, uno grande y otro pequeño. Cuando escribí Homo Deus, lo que más me interesaba era qué hay después del humanismo y del liberalismo. Pensaba que el liberalismo y el humanismo eran los mejores relatos que ha creado la humanidad. Ahora tenemos que dejarlos atrás a causa de las revoluciones tecnológicas del siglo XXI, que ponen en tela de juicio sus ideas e hipótesis más básicas. Sin embargo, durante los cinco últimos años, he renunciado a avanzar en esa dirección debido a los acontecimientos políticos en gran parte del mundo. En lugar de ello he empezado a tener que librar batallas en la retaguardia para convencer a la gente sobre el humanismo y el liberalismo cuando lo que quiero, en realidad, es ver lo que hay después.

P. ¿Qué hay después?

R. No estoy seguro. No he conseguido avanzar mucho más allá de lo que escribí en Homo Deus. Ahí examinaba de qué manera se está desintegrando la revolución de la información al ser humano, el fundamento del humanismo y el liberalismo. Veía que el nuevo fundamento es el flujo de datos en el mundo, hasta el punto de cambiar incluso la comprensión de lo que es un organismo, lo que es un ser humano; el ser humano deja de ser este yo mágico, autónomo, con libre albedrío y capaz de tomar decisiones sobre el mundo. Ahora, el ser humano, como todos los demás organismos, no es más que un sistema de procesamiento de información que fluye sin cesar. No tiene características fijas. ¿Qué consecuencias políticas tiene este cambio? ¿Y sociales? No estoy seguro. Eso es lo que me encantaría investigar.

P. ¿Y el ejemplo pequeño?

R. Estoy leyendo un libro que trata de las nuevas teorías sobre personas transexuales, no binarias y todo eso. El libro que leí justo antes hablaba de los primeros tiempos del cristianismo. Y me llama la atención lo similares que son las dos cosas. Gran parte del debate actual sobre género es extrañamente similar a lo que discutían aquellos primeros cristianos sobre la naturaleza de Jesucristo y la Trinidad. Lo que se preguntaban era, en esencia, si Jesucristo era una persona no binaria. Si Jesucristo era divino, humano, o divino y humano, o ni divino ni humano. Veo en esto ecos de muchos de los debates actuales sobre la naturaleza del ser humano y la persona. ¿Podemos ser ambas cosas? ¿Podemos ser solo una? Y, si ese otro no piensa como yo, entonces es un hereje. En realidad, los héroes de los primeros cristianos eran los mártires y los monjes ascetas, como el famoso Simón, que pasó años encima de una columna. Estaban investigando los límites del cuerpo humano con lo que tenían a su alcance. Ahora, con las cuestiones de género, nos hacemos más preguntas sobre lo que podemos hacer con el cuerpo, si podemos cambiarlo de esta manera o aquella. Hay enormes diferencias entre las dos cosas, pero las neuronas de mi cerebro empezaron a mantener esta conversación sobre el cristianismo primitivo y los debates actuales sobre el género.

P. Por suerte, la historia nos enseña que todos los debates dentro del cristianismo se resolvieron de forma amistosa.

R. Lo que pasa es que, en aquella época, todas esas sectas cristianas que debatían eran diminutas, insignificantes. Pero después se vio que los debates sobre doctrina, quiénes fueron los ganadores y los perdedores, tuvieron una repercusión inmensa en la evolución de la historia humana. Y he aquí una reflexión más seria: creo que el motivo de que los debates sobre las personas transexuales, no binarias y todo lo demás generen tanto ardor es que la gente quizá tiene la sensación subconsciente de que los debates del futuro versarán sobre lo que podemos hacer con el cuerpo y el cerebro humanos; cómo podemos rediseñarlos, cómo podemos modificarlos. La primera realidad práctica a la que nos hemos topado con estos interrogantes es el género. Podemos decir que la gente es intolerante y muy susceptible cuando se habla de sexo y género, pero creo que, en realidad, sabe de forma subconsciente que este es el primer debate sobre el transhumanismo. Habla de lo que podemos hacer con la tecnología para transformar el cuerpo, el cerebro y la mente de los seres humanos. Por eso es por lo que los debates son tan acalorados.

P. ¿Qué dice de usted y de los relatos que le parecen más atractivos el hecho de que piense que los debates sobre género —de los que se puede muy bien interpretar que se ocupan de unos seres humanos que quieren que se los trate como a todos los demás aquí y ahora— son, en realidad, sobre la angustia a propósito del transhumanismo en el futuro?

R. ¡Es que esa es la cuestión! El transhumanismo es una reflexión sobre qué es ser humano. Quiero decir, hay distintos tipos, pero una interpretación es que el transhumanismo desarrolla al máximo las verdaderas posibilidades del ser humano. Y eso, por supuesto, depende de lo que pensemos que es un ser humano. Esa es la pregunta a la que queremos dar respuesta, y no es fácil.

© 2021, The New York Times Company.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

18 de diciembre 2021

El País

https://elpais.com/ideas/2021-12-19/yuval-noah-harari-el-debate-sobre-ge...

 10 min


Julio Dávila Cárdenas

Los Gobiernos se han constituido para la felicidad común, para la protección y seguridad de los Pueblos que los componen y no para beneficio, honor o privado interés de algún hombre, de alguna familia, o de alguna clase de hombres en particular que sólo son una parte de la comunidad. El mejor de todos los Gobiernos será el que fuere más propio para producir la mayor suma de bien y felicidad y estuviere más a cubierto del peligro de una mala administración, y cuantas veces se reconociere que un Gobierno es incapaz de llenar estos objetos o que fuere contrario a ellos, la mayoría de la nación tiene indubitablemente el derecho inajenable e imprescriptible de abolirlo, cambiarlo o reformarlo, del modo que juzgue más propio para procurar el bien público”. (Art. 191 de la Constitución Federal de 1811)

“Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o fuere derogada por cualquier otro medio distinto del que ella misma dispone. En tal eventualidad todo ciudadano investido o no de autoridad tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia.

Serán juzgados según esta misma Constitución y las Leyes expedidas en conformidad con ella los culpables de los hechos arriba señalados y así mismo los funcionarios de los Gobiernos que se organicen subsecuentemente si no han contribuido a restablecer el imperio de esta Constitución.” (Art. 250 de la Constitución de 1961)

La Constitución vigente establece: “Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella.

En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia.” (Art. 333 de la Constitución de 1999)

A la Constitución de la República Bolivariana - no se sabe por qué razón- se le eliminó la parte final que contenía el artículo 250 de la Constitución de 1961, que expresaba: “El Congreso podrá decretar mediante Acuerdo aprobado por la mayoría absoluta de sus Miembros, la incautación de todos o parte de los bienes de esas mismas personas y quienes se hayan enriquecido ilícitamente al amparo de la usurpación, para resarcir a la República de los perjuicios que se le hayan causado”.

Hermann Escarrá Malavé –a quien muchos venezolanos conocemos- opina que “el 250 constitucional consagra un Derecho de Resistencia que comprende: El Derecho a la Revolución; el Derecho a la Restauración Democrática; el Derecho a la Desobediencia Legitimada y el Derecho a la Disensión ante la actuación del Poder Estatal. Y en su Conclusión señala que: la hora aciaga que vive Venezuela no puede ser comprendida sólo a través de la crisis constitucional –como llaman algunos- o del modo de activar los mecanismos de defensa que la Constitución establece para restaurar la ordenación jurídica democrática, como preferimos decir otros.” (Hermann Escarrá Malavé. La inviolabilidad de la Constitución y el Derecho de Resistencia, págs. 38 y 39- Temas Constitucionales-Editorial Biblioteca Jurídica- Caracas, 1994).

Son citas al menos comprometedoras.

 2 min


Luis Ugalde

El padre Luis Ugalde, exrector de la Universidad Católico Andrés Bello, dijo que en enero del próximo año debe reactivarse la negociación entre la oposición agrupada en la Alternativa Democrática y el gobierno de Nicolás Maduro.

“Mi impresión es que, queramos o no queramos, en enero hay que activar la negociación. Pero, Venezuela no pensemos que se va a reconstruir con los no chavistas contra los chavistas. Eso es un disparate. Tenemos que reconciliarnos”, dijo el sacerdote jesuita en una entrevista con Circuito Éxitos de Unión Radio.

Ugalde manifestó que es el momento de la humildad para el chavismo y la oposición porque no se puede decir que el 21 de noviembre pasado “Salieron derrotados. Un gobierno que después de cuatro años todavía tiene una hiperinflación, no puede decir que ganó, y menos cuando tenemos la seguridad de que no puede ofrecer una mejoría.; y política y electoralmente, no llegó a 4 millones. No logró ni la mitad de lo que lograba. Y si la votación hubiese sido libre, ellos saben que no llegaban a 2 millones de 21 millones que tienen derecho a votar. Si usted quiere autoengañarse, engáñese, pero el país no se engaña. Los salarios son de miseria, 90% tiene ingresos con los que no se puede vivir, 75% es pobreza extrema, y eso lo experimenta el chavista y el no chavista”, afirmó.

“Se puede ganar”

“Pero también es el momento de la humildad para la oposición porque queda claro que, en conjunto, no hubo una visión y una conducción para el 21 de noviembre. Se tuvieron éxitos increíbles quizá en donde menos se esperaban. La buena noticia es la demostración de que se puede ganar. Nos dijeron que no vale la pena ir, que no vengan los testigos europeos, que no vaya nadie al Consejo Nacional Electoral y el 21 de noviembre la gran noticia es que el chavismo perdió y no pudo impedir esa pérdida en Zulia, donde se trabajó bien, en Cojedes, en Nueva Esparta”, agregó.

El historiador expresó que el gobierno de Maduro tuvo las elecciones para intentar blanquearse y que tuvo un comportamiento medianamente bueno para que la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea los aprobara. Añadió que las divisiones en la división provocaron que se perdieran muchos triunfos en los estados y alcaldías.

Señaló que el deterioro en Venezuela ha sido de gran calibre, hay necesidad de inversiones y que en las oportunidades de trabajo hay pagos realmente miserables. Esto, además, sin la capacidad de producción que contribuya a frenar la hiperinflación.

“No puede haber reactivación económica para dar un salto sin un cambio drástico en la relación con el conjunto del mundo democrático. Necesitamos ayuda internacional, apoyo, garantías democráticas y entonces vendrán las inversiones, nacionales e internacionales, y eso es una posibilidad real, pero tenemos que creerla. No se va a crear una posibilidad si no se cree”, expuso.

“Es importante que se sientan castigados”

El sacerdote afirmó que es importante que la dirigencia del chavismo y de la oposición democrática se sientan castigados por los ciudadanos.

“Saben que el país los repudia, que hay un rechazo y no a la política, sino hacia la manera concreta como se ha vivido. Y, por otro lado, todo está muy globalizado. Entonces Venezuela no se va a recuperar si no cesan las sanciones, si no se convierten en una colaboración amistosa de países. Pero no se van a quitar las sanciones si el gobierno que secuestró la Constitución, que no tiene presidente constitucionalmente electo ni Asamblea Nacional, que tiene presos políticos, partidos secuestrados, dirigentes fuera, es el paquete completo, no devuelve la democracia”, subrayó.

Ugalde enfatizó que debe haber un pacto social entre diferentes y una negociación. Así, respaldó la posición que ha tenido Gerardo Blyde, representante de la Alternativa Democrática en la negociación que se ha desarrollado en México con el chavismo, de que se deben negociar los puntos fundamentales.

Se sentaron en México, por el lado del gobierno y de la oposición, ambos lo necesitan en este momento. El gobierno preferiría no necesitar de ningún diálogo, pero si usted no puede controlar la situación en el país y la desesperación de la gente va a aumentar y el año que viene otro millón va a migrar y el sistema educativo, así como otros sectores, está por el piso, y la economía perdió mas de 70%. No hay más remedio que sentarse”, expresó.

16. de diciembre 2021

El Nacional

https://www.elnacional.com/venezuela/padre-luis-ugalde-en-enero-debe-rea...

 3 min


Fernando Mires

Han sido publicado recientemente solo algunos poemas, los pocos hallados. Probablemente Hannah Arendt escribió muchos más. Suele suceder a quienes no son en primer lugar poetas: no cuidan los poemas que escriben. Los anotan en cuadernos que se pierden, en papeles que van a parar al papelero, en cartas íntimas, a veces no respondidas, o no enviadas. Arendt no era una excepción.

Hannah Arendt no era poeta, o por lo menos nunca fue conocida como poeta. Fue una gran pensadora que, de vez en cuando, escribía poemas. Sin embargo, al leer sus 71 poemas recopilados, podríamos cambiar de opinión: Hannah Arendt era (además) poeta. Y en mi opinión, una gran poeta. Con sus versos alcanzó ella al umbral donde pocos poetas llegan: al de la belleza, palabra que nunca será completamente definible, pero siempre perceptible cuando su realidad asoma como una luz en medio de las tinieblas más oscuras. Entendemos mejor entonces las continuas veces que Hannah Arendt se refirió a la poesía en sus escritos, desde los comienzos de su vida intelectual.

Irmela von der Lühe, en erudito comentario al poemario de Arendt, anota certeramente que probablemente el amor a la poesía en Arendt provenía de sus primeros estudios sobre filología griega, cuando comenzó a leer a los grandes filósofos en su propia lengua, sobre todo a la Poética de Aristóteles. De los griegos la maravilló el ideal de la armonía la que para ser lograda debía pasar por la antesala del caos, así como el acuerdo pasa por el desacuerdo, la luz por la oscuridad, el concierto por el desconcierto. Esa era la unión que vio Nietzsche en la cultura pre-helénica, entre lo dionisiaco y lo apolíneo. Fue esa la razón – además del hecho de que Arendt continúa la línea romántica de Heine, Schiller y Goethe, pero sobre todo la de Hölderlin- por qué sus primeros poemas son métricos, rítmicos, muy bien rimados (traducirlos cuesta sudor y lágrimas).

Incluso en la prosa ensayística de Hanna Arendt hay un fondo poético que al buen lector no pasa inadvertido. Lo reveló la misma Arendt cuando, sin confesar que escribía poemas, afirmó en la ya legendaria entrevista que en 1964 le hiciera Günter Gaus, después recopilada en un libro bajo el título Yo quiero entender (Ich will verstehen): ”La poesía ha jugado un gran papel en mi vida”.

Creo que todos los que hemos leído intensamente a Arendt, sospechábamos que ella escribía poemas. No solo por sus permanentes alusiones a textos literarios, ni siquiera debido al hecho de que el trabajo concebido para su habilitación (optar al título de Privat Dozentin) Rahel Varnhagen, era una novela poética escrita en forma de ensayo (tres géneros literarios en un solo libro). En ese texto sobre la aforista y poeta judía del romanticismo alemán, Hannah está presente biográficamente. Rahel es Hannah, Hannah es Rahel.

Hannah Arendt había descubierto lo que muchos años atrás habían percibido Schelling y Hölderlin: si el pensamiento racional no abre las puertas al pensar poético, permanecerá siempre encerrado en su propia cárcel. La afirmación de Arendt, Yo quiero entender, debe ser entonces aceptada como una intención radical. Querer entender significa en sus palabras, avanzar con el pensamiento en desacuerdo con la orientación instrumental conferida al razonar. En ese punto Arendt continúa y en cierto modo supera un pensamiento de Heidegger, a saber que, para avanzar con el pensamiento, sobre todo cuando este se encuentra frente a caminos sin salida (los Holzwege de Heidegger) es necesario apelar al discurso de la razón poética. Vale decir, no a una razón irracional, sino a otra razón situada más allá de las percepciones sensoriales, en un espacio desconocido que no puede ser expresado con la gramática de uso cotidiano. Dicha temprana percepción la llevó a pensar y escribir sus tratados políticos y filosóficos (aunque ella no quería ser llamada filósofa, sí lo era) en contra del “cientismo” (para usar una denominación de Kal Popper). Quizás por eso nunca Arendt sintió atracción por las tipologías de Max Weber, pese a los denodados intentos que para ello hiciera su fiel amigo Karl Jaspers. Tampoco tomó nota de los textos sociologistas de Adorno y Horkheimer, mucho menos de los de Marcuse. Es lo más probable que, si hubiera seguido viviendo, tampoco habría brindado culto a las teorías sin personas ni a los acontecimientos sin suelo de un Habermas, ni tampoco al “sistemismo” casi autómata de un Luhman. Al revés también es cierto.

Los sociólogos y politólogos puros, los sociómetros de las disciplinas sociales, los que creen en las leyes universales de la historia, los que imaginan que existen estructuras y procesos pre-determinados, los que piensan que para explicar el mundo basta memorizar conjuntos de teorías causalistas, en fin, toda esa fauna academicista que ha echado a perder la vida a tantos estudiantes con talento, nunca podrán entender los textos de Hannah Arendt. Para esa academia ritualizada, Arendt fue y será siempre demasiado “retórica”.

Cabe aquí afirmar que la retórica para la academias sociométricas no es por supuesto lo que era para los griegos, el arte de formular de modo bello los pensamientos, sino más bien un anatema, una denominación para caricaturizar a quienes no son rigurosamente “científicos”. Ya en los tiempos de Arendt intentaron descalificar a los pensamientos de Walter Benjamin. Sin titubear, Hannah Arendt tomó partido por su querido amigo, marxista y filósofo. Lo que vio Arendt en la prosa fragmentada, en los pensamientos inconclusos, en las metáforas e imágenes de Benjamin, fue simplemente “otro” modo de pensar. El “pensar poético”, lo llamaría Hannah Arendt.

Pensar de modo poético no solo significaba para Arendt escribir poesías. Significaba, en primera línea, no pensar de acuerdo a objetivos pre-determinados, buscar el más allá de las cosas, establecer conexiones entre el ser y la nada, y por cierto, no desdeñar la belleza de la palabra cuando esta se desprende de su significación académicamente canonizada. Aceptar que en este mundo hay realidades no accesibles y no por eso inexistentes. Rendirse a la evidencia de que no todo puede ser explicado o sistematizado y que definitivamente no existen teorías universales válidas para todo tiempo y lugar. Suponer, en fin, que nunca el destino de la historia puede ser aprisionado en rejas conceptuales pues en sus aconteceres actúan seres imprevisibles y banales, librados a su pura contingencia, ya sea en los espacios íntimos, ya sea en los públicos. En otras palabras, Hannah Arendt intentó rescatar una concepción de la vida donde los acontecimientos condicionan su historia y no la historia a sus acontecimientos. Por eso los positivistas, los marxistas, los providencialistas, nunca podrán entender a Hannah Arendt. Para leerla no hay que racionalizar sino razonar y por supuesto, cuando es necesario y las palabras del diccionario no alcanzan, leerla poéticamente.

La compilación poética está dividida en dos secciones que a la vez son dos periodos: 1923-1926 y 1942-1961. ¿Qué pasó entre esos dos periodos? De acuerdo a la biografía de Arendt, la persecución, el exilio, su vida en Francia y en Israel, su desarrollo intelectual en los EE UU donde adquirió la nacionalidad norteamericana, la publicación de sus libros más importantes, hasta llegar a viajar a Europa, visitar Alemania, reencontrar su pasado y tratar de entender la nueva realidad sin traumas, pero tampoco perdones.

Seguramente Hannah, entre esos dos periodos de su vida, también escribió poemas. Por alguna razón que debemos respetar, no quiso, evidentemente, darlos a conocer. Al fin y al cabo ella fue una defensora ardiente de la intimidad. No sin motivos, una de las diversas definiciones que dio al concepto de totalitarismo fue el de regímenes que destruyen la línea divisoria entre lo privado y lo público. La poesía es siempre íntima, y cuando, con el permiso de su autor, es pública, tampoco deja de ser íntima.

La primera sección del libro testimonia la aparición de una niña convirtiéndose en mujer a partir de la apertura de su cuerpo al amor. Amor que inicialmente se expresa en un conjunto de sentimientos contradictorios con respecto a sí misma y su entorno. Alegría del estar, podríamos decir. Por eso, en uno de sus primeros poemas, de un modo dionisíaco, Hannah baila.

Yo también bailo, dice un verso elegido como afortunado título a su poemario: Pies flotando en patético esplendor. /Yo misma, yo también bailo,/ Liberada de la densidad hacia la oscuridad, hacia el vacío./ Espacios abarrotados de tiempos pasados. Y en otro poema: …..Oh, conocíais la sonrisa con la que me presenté/ Sabíais cuánto me impuse silenciosamente/ Para yacer en prados y ahí pertenecer.

Hannah sentía su ser juvenil en estado de expansión. No es casualidad que en sus primeros poemas recurriera insistentemente al verbo schweben. Literalmente schweben significa flotar en el aire. Pero en los poemas, schweben adquiere sentidos diversos, dependiendo del contexto y del lugar. En algunos momentos podemos traducirlo como volar, en otras, expandir, en otras, disipar. Hannah, eso es lo importante, siente que se le iba el alma del cuerpo ante la maravilla del mundo que la rodeaba y que con su caminar descubría paso a paso. Ahora, oh días flotantes/ dejadme extender mis manos hacia ustedes. /No escapen de mí/ no hay escapatoria al vacío/ y a la ausencia del tiempo.

Hannah siente incluso que su cuerpo no solo es de ella. Su mano, por ejemplo: Miro mi mano, terriblemente cercana a mí. /Y, sin embargo, es otra cosa más./ ¿Es ella más que yo?/ ¿Tiene un significado superior? En cambio, en otro poema, descubre, efectivamente que su mano es de ella, pero solo cuando aparece “un otro”, el sujeto del amor que desde algún lugar a ella viene. ¿Por qué me das la mano tímidamente y como en secreto?/ ¿Vienes de tan lejos, de un país extranjero,/ ¿no conoces nuestro vino?/ ¿No conoces nuestras brasas más hermosas,/ ¿vives tú tan solo? Hasta que llega el momento en el que ella sentirá en sí la presencia directa del amor. Verano tardío/ La noche me cubrió/ Tan suave como el terciopelo/ tan densa como el dolor/ Ya no sé como funciona el amor/ Ya no conozco los fuegos de los campos/ y todo quiere disiparse de sí mismo. Muy pronto el amor que invadirá a Hannah tomará cuerpo y vida, nombre y hombre, y si titubear escribirá, ya con voz de mujer: Pienso en él y lo amo/ Pero como si fuera de un país lejano/ Y el venir y dar me resulta extraño/ apenas sé lo qué me ata.

Después de 1926 no hay mas poemas, hasta 1942. En medio de esos años, la noche del terror, el dominio del mal, la muerte. La niña Hannah ha quedado atrás, perdida en el tiempo. El gran amor de su vida, el que la inició, también. Pero la joven Hannah continuará existiendo en Arendt, la mujer madura e internacionalmente conocida que ha llegado a ser. Aunque de vez en cuando escribe oculta, íntima, como su poesía, con los ojos mirando hacia atrás, como si nunca hubiera terminado de irse de su lugar natal. Sabe por cierto que el pasado no vuelve. Pero también sabe que el pasado nunca se va. Sabe lo que ha dejado atrás. Y sabe que todo eso ha quedado en ruinas. Cito unos de los primeros versos de su segundo periodo poético: La despedida: Esta es la llegada. / El pan ya no se llama pan/ y cuando al vino lo nombramos en lengua extranjera/ la conversación ya no es la misma.

Judía y cosmopolita, más que de una nación ha sido erradicada de lo que ella fue y de algún modo seguía siendo. Ha vivido la traición, y la volverá a conocer. Su vida está rodeada de muertos. ¿Cómo querer volver a lo que ya no existe? Imposible. Así escribe en su poema titulado H.B. Pero, ¿cómo se vive con los muertos? / Dime, ¿dónde está el sonido que debilita su transitar, cuando el gesto, dirigido a través de ellos, deseamos que la cercanía, en nosotros mismos fracase? Acosada por los muertos, los increpa a veces, como en este otro poema: Muertos ¿qué quieren? ¿No tienen ustedes un hogar y un lugar en el Orcus? /……… Bajo los botes de remos adornados con parejas amorosas / en estanques en el bosque, nosotros también podríamos mezclarnos/ silenciosamente, escondidos y embelesados / en nubes de niebla que pronto cubrirán la tierra, la orilla, el arbusto y el árbol/ esperando la tormenta que se avecina.

Arendt sabe, sin embargo, que el tiempo todo lo borra, pero sin olvidar nada. La vida es más fuerte que la muerte: La vejez viene y te guía de nuevo. / No vuelvas tu corazón y no te dejes conmover/ no te demores, despídete del tiempo/ y conserva en ti el agradecimiento y la dicha./ (aunque) Con la mirada desviada.

Vendrán otros amores, otros desengaños, otras despedidas. A veces la ira incontrolable que asoma en las palabras de una mujer traicionada como en su poema Maldición. En cada mujer me desconocerás, / en cada forma me llamarás en vano/ en cada distancia sentirás la cercanía/ .......... .. En cada mujer te desconoceré, / en cada forma te llamaré en vano, / en cada distancia te has ido, / en cada calma mi mano temblaba/. Pero cuando llegue el final/, ya no te recordaré/ Y cuando la otra vida sea demasiado lúgubre sin ti, / volveré para ahogarme.

Un día, el lejano pasado vestido de cartero, golpeó en la puerta de su casa portando, en forma de regalo, un presente en el presente, un libro escrito por un filósofo grandioso y débil al que de alguna manera -a su manera- siempre le fue fiel: a ese genio torpe al que nunca olvidó. Entonces ella, muy triste, escribió un poema: Ese libro te saluda desde la lejanía, / déjalo ser ahí, sin leerlo/. La proximidad también vive en la lejanía, / siempre (todo) es un haber sido.

Nunca pudo evitarlo. Hannah Arendt, gracias a, o a pesar de, su fina inteligencia, era, es, y sigue siendo -si feminizamos al título del libro de Nietzsche- humana, demasiado humana. Por eso, su pensamiento poético, o mejor dicho, su modo poético de pensar, nos seguirá acompañando.

Por los tiempos de los tiempos. Así sea.

15 de diciembre 2021

Polis

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 11 min


Juan Luis Hernández

Resumen

El análisis

  • Es innegable que las elecciones del 21N favorecieron a Maduro y a su régimen.
  • Sin embargo, el análisis detallado de los resultados muestra signos de debilitamiento del oficialismo.
  • Pero el hecho más significativo es el derrumbe de la oposición representada por el G4 y la tarjeta de la MUD.

Las conclusiones ineludibles

  • La actual configuración de los partidos de oposición no es una opción real para salir del actual régimen político económico.
  • La unidad de la oposición es una ilusión sin posibilidades reales.
  • La salida del régimen por la vía electoral, en las actuales condiciones, no tiene ninguna viabilidad.
  • No existe posibilidad de recuperación real y sostenible del país sin un cambio del régimen político económico.

Los desafíos planteados

  • Es necesario la construcción de una nueva referencia político organizativa con credibilidad y capaz de desarrollar iniciativas que integren a la mayoría de la población que quiere salir de este régimen.
  • En este marco el papel de la Iglesia Católica es fundamental.
  • La acumulación de fuerza opositora en este nuevo marco es la clave para la definición de las opciones para la salida de este régimen
  • Es imperativo un gobierno de transición que recupere la institucionalidad y las condiciones democráticas

En el archivo anexo se incluye el trabajo completo.

Las Bases de datos en la que se apoya la información están a tu disposición en los siguientes vínculos:

https://www.dropbox.com/scl/fi/lfk03upf7l0ldsppxydgj/BD-Eleccioes-21N.xl... y

https://www.dropbox.com/scl/fi/l0rt6gsp0ltn12bmlyies/BD-Eleccioes-21N-Ca...

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Movimiento por la Democracia

Una propuesta para la nación

El pasado 21 de noviembre el pueblo venezolano dio una lección política a todos los que aspiramos influir en favor del cambio que creemos necesario en Venezuela, así como a quienes pretenden mantener todo como está. De los venezolanos habilitados para votar (excluyendo un 20% de electores que están fuera del país), lo hicieron cerca del 53%.

Todo esto ocurrió, a pesar de que la oferta electoral opuesta al PSUV se presentó dividida con muchos líderes nacionales llamando a la abstención y que el interinato argumentó la inexistencia de condiciones electorales competitivas. Cabe destacar también, la inhabilitación arbitraria de innumerables candidatos, así como la confusión generada por el secuestro de numerosas tarjetas políticas y el reducido tiempo que se dio para la campaña electoral. La escasez de combustible y la precariedad de recursos económicos para financiar las campañas de la mayoría de los partidos de oposición, conspiraron igualmente en contra de los derechos políticos de los venezolanos. Sin embargo, a desconsuelo de este escenario desfavorable, la mayoría de las personas habilitadas para votar, lo hizo en contra del PSUV. Este es, sin duda alguna, el dato más relevante de este proceso electoral.

Por encima de todo el despliegue financiero, comunicacional, logístico, burocrático y hasta represivo, el PSUV fue minoría en todas las regiones del país. En 20 de los 23 estados del país dejó constancia de su condición minoritaria. No obstante, el gobierno tuvo una mayor habilidad para maniobrar y ningún escrúpulo para provocar divisiones y anular arbitrariamente a las fuerzas que se le oponen. Fue una “victoria” electoral del PSUV, aunque también una derrota política, si consideramos el uso abusivo y desproporcionado del erario público para financiar su campaña.

En todo caso, este resultado reafirma que la vía electoral es un instrumento que permite avanzar en la acumulación de fuerzas necesarias para propiciar un cambio pacífico y democrático en nuestro país. Atrás quedan, con este resultado, las tesis basadas en salidas de fuerza y otras rutas alejadas de la movilización social pacífica. Igualmente, deja en evidencia que el voto, en sí mismo, es tan inútil como la abstención, si no tiene como respaldo un poderoso movimiento social, que haga valer sus derechos y que tenga la capacidad de ejercer presión para que la voluntad de las mayorías sea reconocida y respetada.

El falso dilema votar/abstenerse se centra en perspectivas morales que en nada nos aproximan a una salida a la crisis. La abstención es una sanción moral efectiva en naciones con alta cultura democrática, con gobiernos que entiendan el significado de la palabra “legitimidad”, pero en autocracias envilecidas, ninguna sanción moral genera cambios en la coalición dominante, más allá del aislamiento internacional. De lo que se trata es de organizar y movilizar a la ciudadanía, pacífica y masivamente, en la defensa de sus derechos constitucionales. Esta es la verdadera tarea estratégica que tiene el pueblo venezolano.

Es menester, pues, reconstruir el tejido social y recuperar el sentido de la política, en tanto acción para el alcance del bien común. En consecuencia, es indispensable una refundación del mundo partidista. Los partidos deben ser instrumentos de formación de líderes y estadistas comprometidos al servicio de la nación. Para esto, deben proponerle a la sociedad un proyecto de nación. Hoy no existe ningún partido que tenga capacidad de ocupar el gobierno, ni de dirigir, técnica y programáticamente, la reconstrucción nacional. El reto no es solo un cambio de gobierno, sino de la manera de gobernar.

En suma, se requiere superar la cultura política maquiavélica, en la que el poder es un fin en sí mismo, en la que la gestión del gobierno está al servicio de las élites políticas y no al servicio de la República. Urge un cambio en nuestra cultura política y éste debe empezar por el liderazgo político y social de la nación.

Por esto proponemos la siguiente hoja de ruta al país:

1. Iniciar un proceso de democratización de todas las organizaciones partidistas y sociales. No es posible convocar a la democratización del país si las organizaciones políticas y sociales venezolanas no han sido renovadas en muchos años. Quizás muchos de los líderes actuales repitan en coaliciones sindicales, rectorías universitarias, gremios, partidos, etc., pero la democracia debe ser, en primer lugar, un movimiento cultural irradiado desde las vanguardias de la sociedad. No se trata de elegir voceros nacionales, pues no estamos en la etapa de escoger candidatos presidenciales. Se trata de que cada organización active sus mecanismos democráticos para la renovación de sus liderazgos internos y mecanismos de trabajo. Esta es una condición necesaria para reconectar a las vanguardias con las fuerzas motrices de la sociedad.

2. Iniciar, desde ya, conversaciones entre las diferentes fuerzas políticas y sociales para evaluar la posibilidad de construir una agenda común. Esto incluye a la Plataforma Unitaria, a la Alianza Democrática, a Fuerza Vecinal, a la APR, al FAVL, a Foro Cívico, a las iglesias, centrales sindicales y gremios, empresarios, comerciantes, productores, entre otros. Creemos que es posible encontrar espacios de confluencia de intereses, pero implica dejar de lado los sectarismos, las bajas pasiones y pretensiones hegemonistas. No se trata de construir una unidad perfecta, sino de construir espacios de coordinación democráticos y amplios, con agendas comunes de lucha. Es más importante unificar una hoja de ruta que la forma concreta que debe tener una nuevo aparato orgánico. Esto último será mucho más fácil de resolver, si primero logramos construir la ruta común.

3. Asumir de una vez y sin vacilaciones, una nueva teoría del cambio centrada en la despolarización, el reconocimiento y respeto del adversario, la reincorporación de las grandes masas a la lucha pacífica por sus derechos, así como la negociación de elecciones competitivas como vía de reinstitucionalización del país.

4. Reconocer el Referéndum Revocatorio como herramienta para consultarle al pueblo su voluntad, en condiciones de democracia e independencia institucional. Sin embargo, actualmente se requiere de tres condiciones: cambiar el reglamento actual que hace prácticamente imposible su realización, lo que lleva a la segunda condición, que haya un acuerdo en México para poder cumplir con la primera condición y, por último, construir un acuerdo entre todas las fuerzas democráticas para llevarlo a cabo. Sin estas tres condiciones será imposible su realización y podría conducir al país a una nueva frustración. Pedimos que este instrumento no se use irresponsable y demagógicamente con pretensiones personalistas. El país necesita líderes responsables en este momento.

5. Concentrar todas las voluntades posibles en la reconstrucción de los movimientos sociales que le dan vida sustantiva a un pueblo. Esta es la condición indispensable para transformar nuestra sociedad agonizante, autocratizada, desigual y destruida institucionalmente, por una sociedad próspera, democrática y justa.

Sirvan estas propuestas para enriquecer los debates que se están dando nacional e internacionalmente a la construcción de una nueva ruta democratizadora para Venezuela.

Movimiento por la Democracia

Dirección Nacional

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​José E. Rodríguez Rojas

El gobierno vive en un recule permanente. El último tiene que ver con la hiperinflación, después de oxigenarla durante varios años, ha decidido controlarla. A tal fin se ha propuesto reducir el exceso de bolívares circulando en la calle, para lo cual está pagando sus compromisos en dólares y llevando a cabo un recorte draconiano del gasto público, negándose a aumentar los salarios y pensiones. Esta política se prolongará en el año 2022.

El régimen viene desde hace varios años en un recule en lo que a su política económica se refiere. El primero de importancia fue la renuncia a la implementación del Socialismo del Siglo XXI heredado de Chávez. Se trataba de implementar un socialismo estatista basado en la implantación de controles de precios, del tipo de cambio y de los salarios. Al final decidió, en el año 2019, desmontar los controles y que las fuerzas del mercado se encargaran de fijar los precios

El segundo recule de importancia tuvo que ver con la dolarización. La dolarización surgió como una respuesta de los agentes económicos a la hiperinflación, tratando de proteger sus ahorros y activos, utilizando el dólar como refugio. El régimen en las primeras de cambio cuestionó la dolarización tildando al dólar de criminal y presentando a la divisa como un instrumento del imperio. Al final terminó aceptando la dolarización y adaptándose a ésta como todos.

El último recule importante ha sido el que tiene que ver con la hiperinflación. El año 2021 ha sido un punto de inflexión. El régimen ha dejado de recurrir a la emisión de dinero por parte del Banco Central de Venezuela para financiar su gasto, cosa que hizo en años previos y fue el factor que derivó en la hiperinflación que padecemos desde finales del 2017. El gobierno está obsesionado en la tarea de controlar el flagelo y aspira presentarlo como un triunfo de su política económica el próximo año. Ha terminado por aceptar que la inflación es impulsada por el exceso de bolívares circulando en las calles y se ha propuesto reducirlo.

Una de las cosas que está haciendo, con el propósito mencionado, es utilizar la mejora en los ingresos como, el petrolero, para pagar sus compromisos en divisas y no en bolívares, como solía hacerlo. Lo que se complementa con la otra política de intervenir el mercado cambiario para quitarle presión al alza del dólar. Estas acciones orientadas a estabilizar los precios continuarán en el primer trimestre del 2022, cuando se espera que Venezuela salga del proceso hiperinflacionario. La estrategia parece estar dando resultados pues se estima que la inflación termine el 2021 ligeramente por debajo del 1.000% y en el 2022 por debajo de 300% (Tal Cual. 2021).

Un segundo aspecto de su estrategia anti inflacionaria es realizar un recorte draconiano del gasto público, lo que se ve reflejado en su negativa a realizar aumentos de los salarios al mismo ritmo que venía haciéndolo en años previos. Al respecto señala Asdrúbal Oliveros Director de la empresa consultora Ecoanalítica “Esto los ha llevado a una ejecución del gasto que es muy loable desde el punto de vista económico, pero que desde la perspectiva social es terrible”. En lo que va de año el gobierno no ha aumentado los salarios ni pensiones con todo lo que ello implica en términos de la miseria en que viven los empleados públicos en el país” (El Diario. 2021).

Concluye Oliveros que: “No existen indicios que permitan prever una mejora en términos del ingreso que perciben mensualmente (los que devengan) un sueldo mínimo pues a la Administración no le interesa aumentar la cantidad de bolívares en la calle, al menos hasta mediados del primer semestre del 2022. Esto supone un oscuro panorama para un importante sector del país cuyos ingresos se diluyen mes a mes” (El Diario. 2021).

Desafortunadamente continuaremos viendo a los trabajadores del Estado como los que laboran en las instituciones educativas, haciendo malabarismos para sobrevivir. Elaborando tortas y “matando tigres” de todo tipo para compensar su miserable ingreso. En consecuencia el ausentismo en las instituciones educativas proseguirá y se profundizará así como las dificultades para reiniciar actividades, las cuales provendrán no solo de la pandemia sino del deterioro de la infraestructura y de los precarios ingresos devengados por maestros y profesores.

Referencias:

El Diario. 2021. Asdrúbal Oliveros: “Pasamos de ser una economía en caída libre a una estancada que se estabiliza en el foso”. 2 de diciembre.

Tal Cual. 2021. Venezuela saldrá de la hiperinflación, pero deja un alto costo de la vida en dólares. 4 de diciembre.

Profesor UCV

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