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Opinión

Jonathan Malesic

Hace una decena de años, mi amiga Patricia Nordeen era una académica ambiciosa que impartía clases en la Universidad de Chicago y daba conferencias por todo el país. “Ser una teórica política era toda mi identidad adulta”, me dijo hace poco. Su trabajo determinaba dónde vivía y quiénes eran sus amigos. Le encantaba. Su vida, desde las clases hasta la investigación y las horas pasadas en las cafeterías del campus, parecía una conversación larga y fascinante sobre la naturaleza humana y el gobierno.

Pero luego comenzó a enfermarse cada vez más. Requirió cirugías de fusión espinal. Tenía migrañas a diario. Le resultaba imposible continuar con su carrera. Estuvo incapacitada y se mudó a casa de unos parientes. Durante tres años, tuvo frecuentes parálisis. Al final, le diagnosticaron un subtipo del síndrome de Ehlers-Danlos, un atado de trastornos hereditarios que debilitan el colágeno, un componente de muchos tipos de tejidos.

“Tuve que evaluar mis valores fundamentales”, dijo, y encontrar una nueva identidad y comunidad sin el trabajo que amaba. El dolor crónico le dificultaba escribir, a veces incluso leer. Empezó a dibujar, pintar y hacer collages, y publicaba sus obras en Instagram. Allí hizo amigos y comenzó a colaborar con ellos; por ejemplo, una serie de cien días de páginas de cuadernos de bocetos (que incluían acuarelas abstractas, collages, estudios de flores) que intercambió con otra artista. Un proyecto así le permite ejercitar su curiosidad. También “me da una sensación de validación, como si formara parte de la sociedad”, dijo.

El arte no le da a Patricia la satisfacción total que le daba el mundo académico. No ordena toda su vida. Pero por eso mismo, veo en ella un esfuerzo importante, uno que cada uno de nosotros tendrá que hacer tarde o temprano: un esfuerzo por demostrar, a sí misma y a los demás, que existimos para hacer algo más que trabajar.

Necesitamos esa verdad ahora que millones de personas están volviendo al trabajo presencial después de casi dos años de desempleo masivo y de trabajar desde casa. El enfoque convencional del trabajo —desde la santidad de la semana de 40 horas hasta el ideal de movilidad ascendente— nos llevó a una insatisfacción generalizada y a un agotamiento que parecía omnipresente incluso antes de la pandemia. Ahora, la estructura moral del trabajo está en juego. Y con condiciones económicas favorables al trabajo, los empleados tienen poco que perder si plantean exigencias creativas a los empresarios. Ahora tenemos espacio para reimaginar cómo integrar el trabajo en una buena vida.

En este momento, el trabajo es el elemento más importante de los estadounidenses en lo que respecta al desarrollo humano. Es mucho más que una manera de ganarse la vida; es una manera de ganarse la dignidad: el derecho a ser tomado en cuenta en la sociedad y a disfrutar de sus beneficios; es la manera en que demostramos nuestro carácter moral. Y es donde buscamos el sentido y el propósito, que muchos de nosotros interpretamos en términos espirituales.

Los líderes políticos, religiosos y empresariales han promovido esta visión durante siglos, desde el decreto del capitán John Smith de que los holgazanes serían desterrados del asentamiento de Jamestown hasta los gurús de Silicon Valley que pregonan el trabajo como una actividad trascendente . El trabajo es nuestro bien supremo; “haz tu trabajo”, nuestro mandato moral supremo.

Sin embargo, suele pasar que el trabajo no está a la altura de estos ideales. Para disentir de esta visión y crear una mejor, deberíamos partir de la idea de que cada uno de nosotros tiene dignidad, trabaje o no. Tu trabajo, o la falta de él, no define tu valor humano.

Este punto de vista es simple pero radical. Justifica un ingreso básico universal, y el derecho a la vivienda y a la atención médica. Justifica un salario digno. También nos permite ver no solo el desempleo, sino también la jubilación, la discapacidad y el cuidado de otras personas como formas normales y legítimas de vivir.

Cuando los políticos estadounidenses hablan de la dignidad del trabajo, como cuando argumentan que los beneficiarios de la asistencia social deben tener un empleo, por lo general, quieren decir que solo cuentas si trabajas a cambio de una remuneración.

La pandemia puso de manifiesto lo falsa que es esta noción. Millones de personas perdieron su trabajo de la noche a la mañana. No perdieron su dignidad. El Congreso reconoció este hecho y les ofreció prestaciones por desempleo sin precedentes: para algunos, un salario digno sin tener que trabajar.

La idea de que todas las personas tienen dignidad, trabajen o no, incluso si nunca lo hacen, ha sido central en la enseñanza social católica durante al menos 130 años. En ese tiempo, los papas han argumentado que los puestos de trabajo deben ajustarse a las capacidades de las personas que los ocupan, y no a las métricas de productividad de sus empleadores. En 1891, el papa León XIII argumentó que las condiciones de trabajo, incluidos los horarios, deberían adaptarse a “la salud y la fuerza del trabajador”.

El papa León mencionó a los mineros como merecedores de “horarios más cortos en proporción, ya que su trabajo es más duro y atenta contra la salud”. Hoy en día, podríamos decir lo mismo del personal de enfermería, o de cualquier trabajador cuyas limitaciones ordinarias (ya sea una espalda maltrecha o un problema de salud mental) hacen que un turno intenso de ocho horas sea casi imposible de soportar. A Patricia Nordeen le gustaría volver a dar clases algún día, pero dada su salud en este momento, trabajar de tiempo completo no parece una opción.

Como cada uno de nosotros es a la vez digno y frágil, nuestra nueva visión debería dar prioridad a la compasión por los trabajadores, ante el poder del trabajo para deformar sus cuerpos, mentes y almas. Como argumenta Eyal Press en su nuevo libro, “Dirty Work”, las personas que trabajan en prisiones, mataderos y campos petroleros suelen sufrir daños morales, incluido el trastorno de estrés postraumático, en el trabajo. Esta realidad pone en tela de juicio la idea de que todo trabajo forja el carácter.

El trabajo asalariado también puede perjudicarnos de forma sutil e insidiosa. El ideal estadounidense de una buena vida adquirida a través del trabajo es “disciplinario”, según la filósofa política feminista marxista Kathi Weeks, profesora de la Universidad Duke y crítica de la ética laboral moderna citada a menudo. “Construye sujetos dóciles”, escribió en su libro de 2011, “The Problem With Work”. Día a día, eso significa que sentimos la presión de convertirnos en las personas que nuestros jefes, colegas, clientes y consumidores quieren que seamos. Cuando esa presión entra en conflicto con nuestras necesidades humanas y nuestro bienestar, podemos caer en el agotamiento y la desesperación.

Para limitar los efectos morales negativos del trabajo en las personas, deberíamos establecer límites más estrictos a las jornadas laborales. Kathi Weeks aboga por un horario laboral de seis horas sin reducción salarial. Y nosotros, que exigimos el trabajo de los demás, deberíamos esperar un poco menos de las personas con trabajos extenuantes.

En años recientes, la gente se ha vuelto más consciente de las condiciones en los almacenes y de la economía colaborativa. Sin embargo, durante la pandemia hemos dependido cada vez más de los recolectores de inventario y de los repartidores a domicilio. Tal vez la compasión pueda llevarnos a darnos cuenta de que no necesitamos la entrega instantánea de todo y de que los trabajadores son quienes asumen el costo, a menudo invisible, de nuestra carne y petróleo baratos.

La visión de menos trabajo también debe abarcar más ocio. Durante un tiempo, la pandemia nos privó de innumerables actividades, desde las cenas con amigos y los conciertos hasta las reuniones cívicas en persona y el culto religioso. Una vez que puedan disfrutarse con seguridad, debemos reivindicarlas como lo principal de la vida, donde somos plenamente nosotros mismos y aspiramos a la trascendencia.

El ocio es lo que hacemos solo por placer. No sirve para ningún fin más elevado. Patricia dijo que hacer arte suele ser “meditativo” para ella. “Si intento dibujar una planta, en verdad estoy mirando la planta”, comentó. “Me doy cuenta de todos los diferentes matices de color que quizá no habría observado si no la estuviera dibujando”. Su absorción con la tarea —la sensación del bolígrafo sobre el papel— “me distrae del dolor”.

Es cierto que la gente suele considerar que su trabajo tiene sentido, así como Patricia con su carrera académica o yo con este ensayo. Pero durante décadas, los líderes empresariales han llevado esta verdad obvia demasiado lejos, al pregonar que encontraremos el propósito de nuestra vida en el trabajo. Es una narrativa conveniente para los empleadores, pero veamos lo que realmente hacemos todo el día: la mayoría de nosotros, si no nos estamos rompiendo el lomo, nos estamos ahogando en correos electrónicos triviales. Este no es el propósito de una vida humana.

Y para los que tenemos la suerte de tener trabajos que nos dan un propósito en todo momento, la historia de Patricia es un recordatorio de que no siempre podemos tener ese tipo de trabajo. Cualquier cosa, desde un problema de salud imprevisto hasta los efectos naturales del envejecimiento o las condiciones económicas cambiantes, puede dejarnos sin trabajo.

Así que debemos buscar un propósito más allá de nuestros trabajos y luego incorporar el trabajo en torno a eso. Cada uno de nosotros tiene un potencial ilimitado, un “genio” individual, como lo llamaba Henry David Thoreau. Thoreau creía que el exceso de trabajo había frenado el crecimiento espiritual de los hombres que construyeron el ferrocarril cerca de Walden Pond, donde vivió de 1845 a 1847. Vio el orgullo que sentían por su trabajo, pero escribió: “Siendo hermanos míos como sois, preferiría que hubierais invertido vuestro tiempo en algo mejor que el cavar en este lodo”.

Desarrollar nuestro genio, ya sea en el arte o en la conversación o en combates en un gimnasio de jiu-jitsu, nos despertará a “una vida más elevada que aquella en la que nos dormimos”, escribió Thoreau. No es el tipo de ocio, como el turismo culinario, que acumula más trabajo para los demás. Es el ocio que nos permite escapar del paso normal del tiempo sin recorrer un kilómetro. Las mañanas que Thoreau pasaba de pie en la puerta de su cabaña, “extasiado en un recogimiento”, escribía, “no era tiempo restado a mi vida, sino mucho más de lo que habitualmente me corresponde”. Comparado con eso, pensaba, el trabajo era tiempo perdido.

La dignidad, la compasión y el ocio son los pilares de una ética más humana, que reconoce que el trabajo es esencial para el funcionamiento de la sociedad, pero que a menudo obstaculiza el desarrollo individual de los trabajadores. Este ethos beneficiaría sin duda a Patricia Nordeen y podría permitirles a sus estudiantes beneficiarse de la capacidad de enseñanza que ella posee. En la práctica, esta nueva visión debería inspirarnos a instaurar un nuevo ingreso básico universal y un salario mínimo más alto, turnos más cortos para muchos trabajadores y una semana laboral más corta para todos sin reducción de salario. Juntos, estos pilares y políticas mantendrían el trabajo en el sitio que le corresponde, como mero soporte para que las personas puedan dedicar su tiempo a cultivar sus mayores talentos, o simplemente a estar a gusto con sus seres queridos.

Es una visión que podemos abordar desde múltiples direcciones, acorde con la diversidad intelectual de Estados Unidos. El papa León, Weeks y Thoreau criticaron la sociedad industrial desde las tradiciones dispares y a menudo incompatibles del catolicismo, el feminismo marxista y el trascendentalismo. Pero estaban de acuerdo en que hay que ver el valor inherente de cada persona y mantener el trabajo bajo control para que todos puedan alcanzar bienes superiores.

Estos pensadores no son los únicos. También podemos inspirarnos en la afirmación de W. E. B. Du Bois de que los estadounidenses negros obtendrían derechos políticos a través del cultivo intelectual y no solo del trabajo incesante, o en la opinión de Abraham Joshua Heschel de que el día de descanso del sabbat, o sábado, “no es un interludio sino el clímax de la vida”, o en el “derecho a no trabajar” defendido por la artista y escritora con discapacidad Sunaura Taylor.

Se trata de subordinar el trabajo a la vida. “Una vida es lo que cada uno de nosotros necesita conseguir”, escribió Weeks, y no se puede conseguir sin liberarse del dominio del trabajo. “Dicho esto”, continúa, “uno no puede conseguir algo tan grande como una vida propia”.

Eso significa que necesitamos un pilar más: la solidaridad, el reconocimiento de que tu bien y el mío están vinculados. Cada uno de nosotros, cuando se relaciona con personas que hacen su trabajo, tiene el poder de hacerles la vida imposible. Si estoy sobrecargado de trabajo, es probable que te sobrecargue a ti. Pero lo contrario también es cierto: tu compasión puede provocar la mía.

Al principio de la pandemia, mostramos las virtudes que necesitamos para hacer realidad esta visión. La salud pública nos obligó a poner límites al trabajo de muchas personas y a mantener a los que perdieron su empleo. Demostramos (de manera imperfecta) que podíamos hacer que el bienestar humano fuera más importante que la productividad. Fuimos solidarios entre nosotros y con los médicos y enfermeros que luchaban contra la enfermedad en la primera línea. Limitamos nuestros viajes al supermercado. Intentamos “aplanar la curva”.

Cuando la pandemia disminuya, pero no la amenaza del trabajo para nuestra prosperidad, podemos volver a practicar esas virtudes.

NY Times

https://www.nytimes.com/es/interactive/2021/10/03/espanol/opinion/futuro...

 10 min


José Machillanda

Votar el 21N ya ha sido internalizado como una acción política definitiva por la masa democrática cuantificable venezolanista, decisión de los demócratas para categóricamente -y desde ya- desplazar la vergüenza y desgracia del revolucionarismo militarista. Expresión política perversa que vive del conflicto que intenta asfixiar la República. En consecuencia, la sociedad ya desde el 6D del 2020 oteó el daño y perversión del revolucionarismo militarista, se apartó de esa locura de un proyecto perverso y cobarde que sigue al cubanismo amparado por la violencia armada: fusil y plan de machete.

La sociedad decente y democrática no quiere más conflicto ni las bocas de fuego, por ello el 21N se convierte en otra oportunidad para Hacer Política reafirmando el gen democrático del venezolano, distante del partidismo y como decisión de una sociedad democrática. No es un problema de la participación política, ¡No!, es una responsabilidad plena y total de mujeres y hombres que tienen como color la República. República que sostiene que el poder reside en el pueblo, en la sociedad, léase en el venezolano demócrata, participativo y consciente del cambio que se propone: elegir a Gobernadores y Alcaldes demócratas el próximo 21N.

La sociedad está convencida que el poder reside en el pueblo, en sus ciudadanos y desde allí que será el vector de participación política contendiente creador de máxima energía para definir a los gobernadores y alcaldes. En consecuencia, la sociedad está actuando y mostrando un mensaje diáfano, inteligible y sensato: elegir Gobernadores y Alcaldes que constituirán la masa política con poder a partir del 21N para confrontar a la tiranía revolucionaria militarista perversa que ya conoce, desprecia y rechaza el cuerpo societal venezolano.

El votar el 21N como participación política contendiente es, entonces, un deber y obligación cívico-democrática, es además un signo de salud política, pero más importante aún muestra la madurez y capacidad política del demócrata que desde el 6D del 2020 descifró e interpretó el valor del gen democrático. El votar el 21N muestra a las claras el interés y la decisión de la venezolanidad por resolver y restaurar la democracia abriendo después del 21N una posibilidad cierta para aplicar el revocatorio.

La sociedad democrática lo tiene claro, votando masivamente los ciudadanos tanto de Venezuela como del mundo verificarán el gen democrático, la energía y la fortaleza de la ecuación en la cual el individuo está por encima de la comunidad y del Estado, la virtud de la venezolanidad y sobre todo la certeza de accionar y votar ante el llamado del Revocatorio. La participación política contendiente de la ciudadanía que alerta sobre la fuerza democrática de la venezolanidad y la posibilidad cierta y categórica del Revocatorio, son un hecho real a partir del 21N, será el 21N el partero de Gobernadores y Alcaldes demócratas y una expresión masiva para la conducción cierta del revocatorio.

La sociedad democrática venezolana está clara y decidida. Clara y decidida a hacer política el 21N y después se mostrará como masa política cuantificable que cumplirá histórica y políticamente como grupo social democrático el reponer y reconstruir la democracia de Venezuela. Democracia vía el hecho electoral según el cuerpo de leyes vigente. La sociedad democrática está enrumbada y decidida desde ya, e impone vía el voto un orden sano y decente el sistema político venezolano. Por ello, ha decidido hacer política en perspectiva y en prospectiva que habla de una sana y fuerte democracia.

Votar el 21N muestra clara y evidentemente la supra responsabilidad ciudadana democrática. Significa que sufragar define el nuevo porvenir democrático, el futuro del ciudadano cívico que hoy se abraza a la miseria, la inseguridad y la violencia… pero con su voto cierto y definitivo abrirá el camino difícil pero cierto de la ley y de la decencia política. Basta de violencia y arbitrariedades, a partir del 21N la reacción del cuero societal desde ya esperado, descubrirá una raza cierta digna y valiente que, con gran conciencia y máxima racionalidad, distanciado del partidismo, estará presta y decidida a realizar una tarea histórica: motoriza un cambio político ejerciendo el voto y proyectándolo hasta el revocatorio como pareciera necesario.

La ciudadanía democrática y su convicción de validar el voto le permite, como parte del sistema político venezolano, resolver un conflicto que el revolucionarismo militarista cansado y harto de robar no puede interferir. El revolucionarismo lleno de conflicto y acusaciones deberá otear que el 21N la masa democrática cuantificable distante del partidismo obsoleto y cobarde, se convertirá en el gran actor y fuerza política. En ambos roles será capaz el venezolano demócrata de reconducir una primera fase: el regreso de la ecuación democrática. Finalmente, quedará claro que la política no es guerra ni es conflicto y que sus instituciones como la sociedad civil serán capaces de reponer por la vía constitucional la democracia en Venezuela. Venezuela es una sociedad vigilante y está dispuesta a hacer historia lejos de la violencia, la fuerza y la conflictividad, solo ejerciendo la sagrada exigencia y acción de votar.

Es original,

Director de CSB-CEPPRO

@JMachillandaP

Caracas, 04 de octubre de 2021

 4 min


Andrés Ortega

No es la visión habitual, pero el mundo podría verse como tres esferas que compiten entre sí: una en torno a EEUU (que incluye Europa y otros); otra en torno a China; y una esfera de lo digital, por cuyo dominio y control hay una gran pelea en su propio interior –grandes empresas contra el poder político, inclusive en China–, y exterior en la gran competencia entre las dos grandes superpotencias o civilizaciones. Es decir, serían dos esferas o mundos físicos, muy de átomos y de geografía (incluido el espacio), y una virtual, aunque lo virtual no quita lo real, por parafrasear a Hegel. Es una visión que se va extendiendo y que defiende, por ejemplo, el Centro para el Estudio de la Vida Digital (CSDL), que dirige el tecnólogo Mark Stahlman.

En términos de civilizaciones, hablaríamos de Occidente, de Oriente y de la esfera digital que, en una parte, es una extensión de nosotros mismos, aunque cada vez llega más allá. El matemático y filósofo español Javier Echeverría habló hace un tiempo del “tercer entorno”, que guarda relación con esta idea (aunque los otros dos entornos eran la naturaleza y nuestro cuerpo). No somos, dice Stahlman, “ciudadanos del mundo” sino habitantes de esferas potencialmente en conflicto y las tres con alcance global. Esto es algo absolutamente novedoso en la historia de la humanidad, porque las diferentes civilizaciones tendrán que enfrentarse no sólo entre sí sino también a una esfera, la digital, que ha penetrado las demás.

No son esferas cerradas a influencia recíproca. Son y serán interdependientes, desde luego en términos económicos y financieros, como se está viendo con la crisis del gigante inmobiliario chino Evergrande y con la del gas, con repercusiones globales. La competencia entre las dos esferas físicas sigue una lógica en parte equivocadamente militar, como vemos con la colaboración AUKUS para dotar a Australia de submarinos de propulsión nuclear y, en materia de ciberseguridad, de Inteligencia Artificial y de comunicación cuántica, que refuerza la cooperación entre los tres aliados anglosajones (¿una sub-esfera anglosajona?). Aunque lo abiertamente militar no tiene por qué ser lo principal, como ha quedado de relieve en la reciente reunión del Quad entre EEUU, Japón, Australia y la India, otra manifestación de sub-esfera.

La tercera esfera, la digital (que quizá se ampliará a otros campos, como el biológico con la manipulación genética no ya desde las grandes empresas sino incluso desde los garajes), más que líquida es gaseosa. En su seno está naciendo un llamado Metaverso en el que casi todos nos vamos a ver implicados y que puede llegar a ocupar casi todo lo humano. Metaverso (“meta-universo”) es un término que se ha puesto en boga desde Silicon Valley. Lleva tiempo entre nosotros pues lo acuñó en 1992 (antes de la explosión de la Red y de los teléfonos conectados a ella) Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción Snow Crash (hay versión en castellano). Se refiere a una confluencia o convergencia de la realidad física, la realidad virtual y la realidad aumentada, todo sazonado por la inteligencia artificial. La realidad virtual es la que se crea únicamente en el mundo digital, como el videojuego Fortnite, de alcance global. La aumentada consiste en añadir elementos digitales a la realidad física, aunque esta se vea en pantalla, por ejemplo, en el juego, también global, de Pokémon, o a través de gafas.

Matthew Ball, inversor en capital riesgo, identificó en 2020 algunas características del Metaverso. Tiene que abarcar los mundos físico y virtual, contener una economía en toda regla y ofrecer una “interoperabilidad sin precedentes”: los usuarios tienen que ser capaces de llevar sus avatares y bienes de un lugar en el Metaverso a otro, sin importar quién dirija esa parte en particular. De hecho, muchas grandes empresas –y no sólo las big techs de EEUU, también la Sony japonesa, por ejemplo–, están invirtiendo de forma notable en la construcción de este Metaverso. Por algo será.

Un preboste de la big tech como Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook que quería convertir al mundo en una gran comunidad bajo su red social, ve ahora en el Metaverso una realidad alternativa universal, un “Santo Grial de las interacciones sociales”, que cree será una realidad para 2025. Se describen así futuros posibles de un Internet 2.0, una convergencia de realidad física, aumentada y virtual en un espacio en línea compartido. Según Zuckerberg, ninguna empresa dirigirá el Metaverso, sino que será operado por muchos en una forma descentralizada. ¿Lo permitirán los que dirijan las otras dos esferas?

El Metaverso estará plagado de tecno-personas, por usar la terminología de Echeverría, de tecno-empresas, de tecno-Estados e incluso de tecno-terrorismos de nuevo cuño. La cuestión no es sólo si el Metaverso es controlable, sino si es gobernable, o vamos a una esfera digital que todo lo penetra, pero en el que ningún poder político acaba dominando y en la que las empresas y una multiplicidad de actores se revuelven contra el intento de cortarles las alas. China lo está intentando con una serie de medidas, para controlar desde el poder político en su beneficio el naciente Metaverso, al que no escapará. Pero ni siquiera el régimen chino, con sus controles, tiene garantizado que no se verá superado por un Metaverso anárquico e ingobernable por poderes públicos, o, de forma más amplia, por una esfera digital anárquica.

Ambas esferas físicas, geográficas y culturales, Oriente y Occidente, avanzan hacia un enfrentamiento no necesariamente militar, una guerra de nuevo tipo muy diferente de la clásica y de la llamada Guerra Fría entre Occidente y la Unión Soviética. En todo caso, sin un profundo conocimiento del impacto de la tercera esfera en las otras dos, de la tecnología digital en las civilizaciones –Oriental y Occidental– y sin un conocimiento recíproco entre estas civilizaciones (a las que se suman otras pequeñas esferas de reducida autonomía como la UE, la India o Rusia, por citar tres) no seremos capaces de navegar el futuro, advierte Stahlman. A este respecto Oriente conoce Occidente mucho más que al revés. Y el Metaverso nos conocerá a todos.

5 de octubre 2021

elcano

https://blog.realinstitutoelcano.org/las-guerras-de-las-tres-esferas-occ...

 4 min


Eddie A. Ramírez S.

En el juego de dominó hay jugadores que tienen la piedra que corresponde colocar, pero optan por pasar. Hacen trampa porque si colocan esa ficha pueden perder el partido. Si los contrarios conocen el juego en el que era experto Héctor Simosa, el Tigre de Carayaca, fácilmente descubren al tramposo. Otros solo tiran piedras, sin conocimiento del juego, por lo que confunden a todos y, a la larga, pierden.

En política, los que pasan agachados, es decir que se hacen los locos o desentendidos ante situaciones que ameritan fijar posición, son tramposos o cobardes. Optan por dejar hacer, dejar pasar, como postulaban con respecto a la economía los fisiócratas franceses. Inicialmente pueden sacar alguna ventaja, pero el tiempo los pone al descubierto. Los tirapiedras abren la boca o disparan un tuit sin comprobar su veracidad. Cuando se trata de corrupción, no solo por dinero, sino por maniobras no éticas, es un delito pasar agachado y también tirar piedras sin tener información confiable.

En nuestra situación actual hay tres premisas básicas:

1-Maduro es el adversario, porque son evidentes sus violaciones a la Constitución, el empobrecimiento de los venezolanos y la destrucción de las instituciones y de la infraestructura.

2- Una segunda premisa es que, de acuerdo a la Constitución, Guaidó es el presidente interino y el líder reconocido por los principales gobiernos democráticos. Cierto que hay otros venezolanos mejor preparados, pero las circunstancias lo impusieron. Ha tenido el tino de no descalificar a ningún otro líder y siempre predica la unidad de la oposición. Se le aprecia timorato ante ciertas situaciones, desconocemos si por su personalidad o porque está sujeto a las presiones de la mayoría parlamentaria. No apoyarlo y no prorrogar el período de la Asamblea Nacional electa en el 2015 sería un suicidio político.

3- La tercera premisa es que no hay ningún líder, ni partido de oposición, que por su cuenta puedan vencer a Maduro. La unidad es requisito necesario, aunque no suficiente, para sacar al usurpador.

No es fácil derrotar una dictadura que tiene apoyo de la Fuerza Armada, del Tribunal Supremo de Justicia y de algunos países que también tienen gobiernos no democráticos. Ello implica no descalificar sin base a quienes están del lado de la democracia, pero también obliga a denunciar hechos de corrupción, así como componendas con el régimen o posiciones que lo benefician.

Campaña para descalificar a Guaidó: Es evidente que hay una campaña para descalificar al presidente Guaidó y para no renovar el Estatuto de la Transición:1- Las declaraciones de la mayoría de los dirigentes de los partidos de oposición han sido desafortunadas, por decir lo menos. 2-Es injusto criticar que él no ha podido poner fin a la usurpación o que no logró el ingreso de la ayuda humanitaria por Cúcuta. 3- La Comisión Delegada de nuestra Asamblea Nacional no ha aprobado los recursos para cancelar los honorarios de los abogados que defienden los intereses de los venezolanos en el exterior, asumiendo una desidia que raya en sabotaje. De no aprobarse, perderemos esos activos que ya estaban prácticamente perdidos cuando los asumió el gobierno interino. 4- Quienes postularon que el gobierno interino no había querido invocar el Tratado Internacional de Asistencia Recíproca (TIAR), el de Responsabilidad de Proteger(R2P), ni el Tratado de Palermo, tenían información de que ningún país estaba dispuesto a aplicarlo y 5- Es un exabrupto calificar de colaboracionistas a quienes negocian en México. Cierto que nuestro equipo negociador ha debido contar con algunos expertos en esta materia y que probablemente no se consiga lo que queremos, porque al régimen lo que le interesa es ganar tiempo. Pero ante la falta de otra opción viable y la petición de los países amigos, es necesario tratar de permanecer en la Mesa.

Candidaturas impuestas. Las directivas de los principales partidos impusieron candidatos a gobernadores y alcaldes sin considerar la aceptación de las regiones. En muchos casos no tenemos candidatos unitarios y en otros son poco atractivos. Somos partidarios de votar el 21N, para estar en mejor posición si se logra el referendo revocatorio, pero el panorama actual permite visualizar que probablemente el régimen ganará la gran mayoría, a pesar de que su popularidad está por el suelo.

La corrupción. Probablemente algunos casos sean ciertos, pero otros son inventos del régimen y de algunos opositores desleales. A Guaidó le ha faltado coraje para enfrentar esta situación. Pareciera que en Cúcuta algunos se aprovecharon de las ayudas recibidas. El caso de Monómeros Colombo Venezolanos fue mal manejado, por injerencia de políticos que todavía piensan que las empresas del Estado son para colocar militantes y amigos. Debe investigarse. Con Citgo ha habido una campaña mal intencionada. Estamos seguros de que esa empresa se ha manejado correctamente, no solo por la limpia trayectoria de la directiva y gerencia, sino por el eficiente control que ejercen las instituciones de Estados Unidos.

¿Quiénes son los culpables de tantos desaguisado? Viene a mi memoria una anécdota familiar. Hace años mi sobrina Karola, en ese entonces de unos cuatro años, jugaba con otros muchachos y, por alguna razón, le hicieron bromas que no le gustaron, por lo que los señaló con su dedito y sentenció: todos son unos … Creo que este es el caso. Con alguna excepción, nuestro liderazgo es culpable. Ojalá rectifiquen, ya que queremos seguir apoyándolos. Nadie debe pasar agachado, ni tirar piedras.

Como(había) en botica: Es satisfactorio comprobar que nuestros científicos siguen investigando con muy pocos recursos. Felicitaciones a la doctora María del Carmen Rodríguez, ganadora del premio Juan Carlos Olivares. También a la académica Gioconda Cunto de San Blas por la publicación de su libro Con la patria a cuestas. ¿Cuánto dinero recibiría la jueza Kenia Carrillo Galvao por absolver al sargento Arli Méndez Terán, asesino del joven David Vallenilla? ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

5-10-21

 4 min


Ángel Oropeza

El primer capítulo ya pasó. No fue lo ideal, pero la política se basa en hechos y no en deseos. Distinto a lo que hubiese sido deseable, los partidos políticos de la oposición democrática no se pusieron de acuerdo. Algunos decidieron participar en el evento electoral del próximo 21 de noviembre y otros prefirieron no hacerlo. Ambos grupos defendieron su decisión con argumentos racionales y de peso, por lo que no se trata aquí de emitir opinión sobre esas decisiones. Lo lamentable es que la unidad de las fuerzas políticas y sociales democráticas ya sufrió con ello un primer revés. Y la imposibilidad de alcanzar acuerdos en cuanto a las candidaturas en muchas circunscripciones ha significado un segundo y evitable tropiezo, muy conveniente por cierto para la oligarquía gobernante. Es urgente y necesario, por tanto, evitar que haya más.

Para tratar de impedir nuevas derrotas del ideal unitario –condición necesaria para el éxito de la lucha por liberación democrática de Venezuela– es importante poner el acento en al menos 6 elementos.

1. Más allá de las posiciones tomadas hacia el evento electoral de noviembre, el objetivo estratégico de todas las fuerzas democráticas es el mismo: superar a la dictadura madurista por medios pacíficos y constitucionales para iniciar un proceso de transición concertada, y poder comenzar a resolver la profunda crisis social que vivimos los venezolanos. Además, todos coinciden en que el camino estratégico para alcanzar ese objetivo es generar las condiciones de presión, producto de una fuerza cívica interna que se enlace con la acción coordinada de los actores internacionales, para logar el objetivo de unas elecciones libres y justas. Si el objetivo estratégico declarado por todos es el mismo, entonces lo que parece diferenciarnos son las consideraciones tácticas, entendiendo por táctica las acciones necesarias y tareas concretas para desarrollar la estrategia diseñada.

Si nuestra diferencia frente al evento electoral de finales de año es entonces táctica, no podemos permitir, por el bien del país, que ella nos fracture. Además, esta diferencia táctica coyuntural se va a mantener por apenas de 7 semanas. Después del 21 de noviembre tenemos que encontrarnos todos otra vez.

2. Más allá de nuestras diferencias, lo crucial y prioritario es ponernos de acuerdo para trabajar con urgencia en lo que todos parecen coincidir y es que sin presión social no hay salida posible, no importa la táctica que se adopte. Si las diversas opciones opositoras se conciben como formas distintas, pero no necesariamente excluyentes, de movilización social y de construcción de presión cívica interna, en esa medida se aleja el peligro de una indeseable ruptura que solo beneficia y fortalece a la dictadura. De nuevo, si no hay una presión social cívica sostenida y sistemática, ninguna de las opciones que actualmente se enfrentan tiene posibilidad alguna de triunfar. Es imperativo entonces encontrarnos allí y que eso sea lo que verdaderamente nos una.

3. Los objetivos declarados de quienes han decidido participar y de los que no, son loables y válidos. Los primeros buscan con la participación en el evento de noviembre objetivos como organizar a la ciudadanía, avanzar en la acumulación progresiva de fuerzas, aceitar las maquinarias y mecanismos de movilización ciudadana, acercar la dirigencia política a la gente, avanzar en la construcción de una sólida estructura electoral e intentar ganar espacios geográficos –gobernaciones y alcaldías– para poder proteger a la gente de la tiranía. Por su parte, quienes han optado por no participar, persiguen igualmente los mismos objetivos de organización ciudadana y movilización popular a través de mecanismos diferentes, que incluyen iniciativas antifraude, la denuncia activa de las irregularidades, la auditoría popular sobre el estado real de las condiciones electorales y la socialización aguas debajo de la exigencia por elecciones libres. Pero para alcanzar los objetivos que cada sector persigue, hay que estar muy atentos a no incurrir en errores graves que deben y pueden evitarse.

4. Para los primeros, un lamentable equívoco sería convertir la campaña en una mera “fiesta electoral”, o vender perceptualmente a la población como único criterio de éxito el número de votos obtenidos o el ganar electoralmente las circunscripciones en disputa. Eso sería reducir la importancia estratégica de la participación y hacerla similar a las competiciones electorales democráticas. Y en el caso de los segundos, el peligro es la aparición de conductas de desmovilización, desatención y descuido sobre las posibilidades de la campaña para hacer valer sus objetivos. En ambos casos, hay que insistir en que el principal criterio de éxito, tanto para quienes hayan decidido participar como para los que no, es la movilización popular y el saldo de organización ciudadana en la lucha por elecciones libres. Lo demás es ganancia adicional.

5. Es necesario elevar la vista y mirar más allá de la campaña y de la jornada comicial convocada. El 22 de noviembre, una vez conocidas las resultas del evento, puede ser un día de satisfacción por el logro de los objetivos propuestos: protestar contra la dictadura, avanzar en la movilización nacional, desnudar aún más al régimen frente a los suyos, acumular fuerzas, conservar espacios importantes de poder para proteger a la ciudadanía, y obtener un saldo positivo en organización popular, insumo básico para la generación de la necesaria presión cívica interna. Si hay además logros electorales (nuevas alcaldías y gobernaciones ganadas), eso es un valor agregado importante a los objetivos anteriores

6. Pero el 22 de noviembre puede también ser un día de gran frustración en la población, si se vende incorrectamente que el único criterio de éxito son solo números electorales y se desperdicia la oportunidad de la campaña para avanzar en el objetivo estratégico superior que a todos nos une.

Lo que tengamos después del 21N, en términos de avance o de frustración, va a depender de lo que hagamos (o no) antes de ese día. Estamos a tiempo de evitar nuevos errores. El país que sufre, y que se siente muchas veces ajeno a los vaivenes del escenario político, lo necesita con urgencia.

30/9/21

https://www.elnacional.com/opinion/despues-del-21n-avance-o-frustracion/...

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Observatorio Electoral Venezolano

El Observatorio Electoral Venezolano (OEV) comparte con los electores las notas de nuestra observación a la auditoría de software de la máquina de votación rumbo al 21-N. De la revisión se desprende que funciona bien, es seguro y está configurado para que el voto sea secreto, y, sobre todo, auditable, con amplias herramientas para hacerlo

La auditoría del software de la máquina de votación se celebró del 30 de agosto al 10 de septiembre. Representantes de partidos políticos y de organizaciones de la sociedad civil realizaron durante estos días el proceso de observación y levantamiento de información del estado general de las aplicaciones que conforman el sistema automatizado de votación, configurado para las elecciones regionales y municipales de noviembre de 2021.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) invitó al OEV a observar esta auditoría a través de plataformas virtuales. En esta nota presentamos a los electores un resumen de las anotaciones y conclusiones a las cuales llegó nuestra observadora Ana Morales Bezeira, profesora de la Escuela de Computación en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

La profesora Morales es doctora en Ciencias de la Computación, mención Redes. Es jefa del Centro de Investigación de Comunicaciones y Redes (CICORE) y coordinadora del Laboratorio de Redes Móviles, Inalámbricas y Sistemas Distribuidos (ICARO) en la UCV.

El proceso de auditorías consistió en la revisión detallada de cinco softwares que conforman la estructura del sistema automatizado de votación. Ellos son:

Módulo de transmisión (ContingencyTransmissionTool).

Módulo de protección y seguridad de los datos electorales (DataProtector).

Módulo SAI (SAIUnlock).

Módulo de captura y validación de huellas dactilares (SessionLogsAndFingerprintsValidator).

Software de máquina de votación (VotingMachine).

El proceso de auditorías partió desde los archivos hash resultantes como definitivos del proceso de auditoría integral al sistema automatizado de votación realizada por 10 académicos, de reconocida competencia en estas materias, entre junio y julio, de la cual surgieron un conjunto de observaciones y modificaciones.

¿Y qué es un archivo hash? Es una especie de firma digital que se hace para proteger los archivos de un software. Es el resultado de una técnica compleja, que arroja un código único. Si se hiciera una nueva modificación a los archivos del software, este código ya no coincidiría.

Así, la auditoría integral de los académicos arrojó al final un código. Este fue recibido por los participantes de la auditoría del software, certificando que no hubo cambios al sistema entre esa fecha y esta. Luego de las respectivas mejoras de esta auditoría se generó otro código, que usarán los participantes de la auditoría de producción de máquinas, a partir del 26 de octubre.

Estos son 10 de los aspectos observados, en orden cronológico durante la auditoría, y algunas oportunidades de mejora resultantes de nuestra observación:

1.En la auditoría se mostró cómo las bases de datos en la máquina de votación se encuentran vacías, así como las validaciones de inicialización que hace el software de las máquinas al momento de su instalación. Esto se hace con la finalidad de garantizar que no existan registros previos de procesos de votación en esas bases de datos.

¿Qué significa lo anterior? que la máquina al inicio del proceso de votación empieza vacía, con cero votos, como es debido.

2.Se observó en la auditoría que, al momento del proceso de inicialización e instalación de las máquinas de votación, no se registra ni se valida la identidad de los miembros que abren la mesa.

Al respecto, los técnicos señalaron que ese registro se realiza de manera manual. Solo al final de la jornada electoral, cuando ya se cierra la mesa y la máquina de votación, es cuando el sistema permite agregar miembros de mesa para generar e imprimir el acta de escrutinio y cierre de la mesa.

Sobre este particular, el OEV sugiere que la carga de la información de identidad de los miembros de mesa en cada máquina también se podría realizar manejando una base de datos de miembros de mesa, ya que esta es una información que se conoce de manera anticipada al día de la votación. Esta sugerencia debe entenderse como una oportunidad para agregar valor al sistema; la manera como se hace ahora, sin embargo, no pone en riesgo el proceso.

3.En la auditoría se observó que, una vez instalada una máquina de votación, no es posible cambiar o modificar los archivos de su base de datos, ni los archivos de los electores de una máquina.

Es esta una garantía favorable para los electores.

4.Se observó que el tiempo máximo que tiene un votante de interactuar con el sistema de votación durante el proceso de selección de sus candidatos es de tres minutos; transcurrido ese tiempo el sistema de manera automática genera e imprime un voto nulo.

Se sugirió que se incremente este lapso a por lo menos cinco minutos, ya que el proceso electoral 2021 resulta complejo para el votante, y de muchas selecciones (se elegirán gobernadores, legisladores, alcaldes y concejales el mismo día), sobre todo si es decisión del elector hacer un voto cruzado (por más de una tarjeta). Los técnicos indicaron que se elevaría esa sugerencia a las autoridades del CNE.

5.En esta auditoría se presentaron observaciones y comentarios referentes a la forma en que son presentadas las opciones de voto a los electores. Esto, en palabras técnicas, se refiere a la interfaz de experiencia de usuario, partiendo de la interfaz principal con la tarjeta electoral en la cual salen todos los partidos, que llamaremos interfaz 1 para fines explicativos.

En la experiencia del voto, primero se debe seleccionar una tarjeta de un partido político; es decir, se ata todo el voto a esta primera selección. Luego, se va a la interfaz en la que se observan dos secciones: gobernador y consejos legislativos; y alcaldes y concejos municipales, del partido ya seleccionado. Si esto continúa así, se estaría entubando el voto.

Hacer un voto cruzado sí se podría técnicamente, pero resulta complejo para el elector: estando en la segunda interfaz le correspondería al votante deseleccionar alguna opción de voto, y volver atrás a la primera interfaz para realizar otras selecciones individualizadas de otra(s) tarjeta(s) de partidos políticos hasta completar su votación para todos los cargos.

6.Se explicó durante la auditoría las partes del código del software que se encargan de almacenar el voto en la base de datos. Una certeza: el orden en el que los votos se almacenan es aleatorio. Esto se hace con la finalidad de impedir el rastreo de sufragios en el mismo orden en el que lo realizan los votantes, y evitar asociar un voto de manera directa a un votante en particular, según su orden de votación.

¿Qué significa esto? que queda descartado el mito de que tecnológicamente la máquina revele por quién votó una persona en particular. No hay relación posible entre un elector y su opción de voto.

7.El sistema lleva un registro de los tiempos de votación empleados por cada usuario. Esto con la finalidad de, en el futuro, tener una mayor información del tiempo promedio que toma a los votantes interactuar con el sistema. Esta mejora es producto de la auditoría integral cumplida por 10 académicos venezolanos en meses anteriores.

8.En la auditoría se indicó que el acta incluye un código QR con información del escrutinio. Esta información puede ser utilizada por los partidos políticos para sus propias estadísticas e información requerida a través de aplicaciones desarrolladas de manera particular por las organizaciones.

¿Esto es positivo? sí, porque contribuye a la trazabilidad de los resultados e incrementa la trasparencia.

9.El representante de la MUD preguntó si al momento de la transmisión se vuelve a realizar un recálculo de los escrutinios. Se aclaró en la auditoría que no. Una vez realizados los escrutinios y creada el acta, momento en el cual se hacen los cálculos de resultados del proceso, este procedimiento de cálculos no se vuelve a realizar. La transmisión se hace únicamente con el paquete que se construye a partir de los escrutinios ya calculados una vez que se cierra la mesa de votación.

¿Que no se haga este recálculo es positivo? Sí; y también da certezas sobre la seguridad en la fase de transmisión de los votos.

10. El procedimiento a seguir en los casos de las personas con ausencia de miembros superiores, o problemas en las manos y ausencia de huellas es con asistencia e intervención del presidente de la mesa, quien debe intervenir utilizando su clave especial y sus huellas dactilares.

Finalmente, como resultado de la auditoría al software de la máquina de votación, el cuerpo técnico del CNE hizo mejoras y modificaciones al software final. El conjunto de modificaciones realizadas se resume en:

a) Cambios en los métodos de generación de claves, tanto las de los entes representantes del CNE, como para la generación de claves de los representantes de los partidos políticos. Asimismo, se asoció a cada clave el nivel de acceso (administrador, partido político…) al que pertenece. De igual forma, se modificó el código para que cada máquina de votación manejase una clave única.

En resumen, todo esto es positivo desde el punto de vista de la seguridad del sistema.

b) Cambios en el método que gestiona la lista de no duplicidad en las máquinas de votación.

¿Qué es la lista de no duplicidad? Es una suerte de “cola” en donde se almacena de manera aleatoria la huella de cada elector una vez que su proceso de votación se completa. ¿Y para qué se genera esa cola? Para garantizar que si luego el mismo elector pretende volver a votar, lógicamente con su huella, el sistema no se lo permita.

¿Cómo era antes? Solo se registraban las huellas que se captaban y validaban satisfactoriamente. ¿Por qué con el cambio ahora es mejor? Porque se incluyen también todas aquellas huellas captadas del votante (es decir, las llamadas “no match”; las borrosas o difíciles de identificar), almacenando no solo las ya enroladas en el sistema, sino las de nueva captura.

Se aclara aquí que las huellas en la lista de no duplicidad se almacenan de manera aleatoria; es decir, no coinciden con el orden en el que se registran las opciones de voto seleccionadas. Esto da garantías para el secreto del voto.

c) Se agregó en el acta impresa de escrutinios la fecha y hora de apertura, y hora de cierre de cada mesa.

En resumen, luego de conocer el informe y la valoración técnica de nuestra observadora en esta auditoría, podemos concluir que el software de la máquina de votación funciona bien y es seguro. Está configurado para que el voto sea secreto, se cuente y transmita bien y, sobre todo, sea auditable; en este sentido, los actores participantes disponen de buenas herramientas para hacerlo. El mismo sistema ofrece amplias oportunidades de auditabilidad que permiten detectar cualquier alteración o irregularidad en los procesos de votación, conteo y totalización.

Boletín 71

Septiembre de 2021

https://oevenezolano.org/2021/09/boletin-71-el-software-de-las-maquinas-...

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Jesús Elorza G.

El anuncio hecho por Nicolás Maduro sobre el retorno a clases ha generado un intenso debate entre los miembros de las comunidades educativas, alumnos, personal administrativo, obreros, docentes, padres y representantes.

Sin negar la importancia del regreso a clases, al profundizar el análisis la mayoría de las opiniones coinciden que es una irresponsabilidad del gobierno formular el referido anuncio, sin tomar en cuenta la precaria situación de los centros educativos, escuelas, liceos y universidades y las condiciones de pobreza crítica que hoy afecta a los trabajadores de la educación. Sumado a ello, el causante principal de la suspensión de las actividades académicas que es la pandemia causada por la Covid 19.

El régimen, en sus anuncios pone el acento en la importancia de que alumnos, docentes, obreros y personal administrativo regresen a las aulas cumpliendo las medidas de bioseguridad para protegerse de la covid-19. Pero evade mencionar que los centros educativos carecen de los elementos necesarios para cumplir con las normas de bio-seguridad que puedan garantizar un regreso seguro a las actividades escolares.

La irresponsabilidad gubernamental, pasa por alto intencionalmente que en la mayoría de las escuelas hay fallas con el suministro de agua, los baños no funcionan, no tienen productos para la limpieza (cloro, desinfectantes), no hay tapabocas, no hay gel desinfectante y el deterioro de la planta física es más que evidente.

Realmente, con esas deplorables condiciones la lucha contra el coronavirus no pasa de ser un saludo a la bandera que solo garantiza un enorme riesgo de contaminación para todos los miembros de la comunidad educativa.

Sumado a esto, la incapacidad del régimen para garantizar un efectivo plan de vacunación. No pasan de los simples anuncios. Pero, en la práctica, el personal que labora en las escuelas, liceos y universidades sigue en el ruleteo de conseguir las vacunas: Si logró ponerse la primera dosis de la rusa, ahora no consigue la segunda. Cámbiate para la china es lo que el régimen le dice. Pero, el principal problema, ni siquiera es mencionado por el régimen: ¿Cuál es el plan de vacunación para nuestros niños y jóvenes? Incorporarse a clases sin estar vacunados es transformar a nuestros profesores y estudiantes en un caldo de cultivo para ser infectados por el coronavirus.

En fin, es importante señalar que todas las personas coinciden en la importancia del regreso a clases, el punto de discrepancia con el régimen es sobre las condiciones en que dicho regreso está planteado. La inexistencia de un efectivo plan de vacunación, en especial para niños y jóvenes, la condición de pobreza crítica de los docentes, la inexistencia de programas de seguridad social (HCM), los salarios de hambre, los problemas de conectividad, la deserción estudiantil y la diáspora de docentes hacen de este llamado a clases un acto irresponsable.

Es deber constitucional del Estado garantizar la salud y la protección de los ciudadanos y en este caso en particular, el retorno a clases sin las debidas garantías de protección, estaríamos en presencia de un delito de Lesa Humanidad y los responsables gubernamentales deberían ser castigados con todo el peso de la ley.

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