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Opinión

Alberto Jordán Hernández

Con voz propia

«Limpien los cañones» ordenó Nicolás Maduro en rueda de prensa, cuasi simultánea con envío a Rusia de la esposa modelo italiana Camilla Fabri e hija, de su testaferro Álex Saab, que espera extradición a EEUU. Lo hace en declaratoria de guerra a su paisano Presidente de Colombia Iván Duque, para lo cual cuenta con la alianza del grupo paramilitar ELN. Lo evidencia con el secuestro del Teniente de la FAB Frank Caldera y la entrega al Dgcim. Basta observar la enérgica acción de las potencias sobre el hecho, que hasta se invoca a la guerra nuclear que estuvo a punto de estallar en 1983.

Mijaíl Gorbachov, el primer y último presidente de la URSS llamó a los mandatarios de Rusia y EEUU para evitarla.

Llegan hasta “resucitar” al Comandante Hugo Chávez, cuya voz usan en los medios audiovisuales. Sin embargo persiguen al Rafael Ramírez que le sirvió por 12 años como Ministro de Petróleo y Presidente de PDVSA, que convirtió en roja rojita.

Lo sustituyen con Tareck Zaidan El Aissami Maddah, quien figura entre los 10 prófugos más buscados por narcotráfico y por cuya captura EEUU ofrece $10 millones. Fue impuesto como ministro petrolero por el régimen Iraní. Precisamente el testaferro barranquillero de origen libanés que se presenta como primo del privilegiado ministro, alega que cuando fue capturado en Cabo Verde el 12 de junio 2020, era “enviado especial” ante la República Islámica para consecución de gasolina, medicamentos y alimentos

Obediente, el camarada MinDefensa G/J Vladimir Padrino López fortalece amenaza a Colombia y la acusa de querer convertirse en “centro de conspiración” contra Venezuela. “Si violan nuestra soberanía, allí sí nos van a encontrar, y no sé hasta dónde podamos llegar”, declara.

Presidente Duque responde a constantes insultos y amenazas con la firma del Estatuto de Protección Temporal para Migrantes Venezolanos. En el acto le acompañó Tomás Guanipa, Embajador ante Colombia, por el Presidente (e) Juan Guaido.

Como producto de la robolución, en la defensa del ya famoso Álex Saab, deben participar los altos funcionarios del narco régimen y el pueblo socialista comunista. Por el narco, uníos, proclamaron en concierto popular en la plaza Diego Ibarra de Caracas que se pronunció por la liberación del mandadero de NM.

Entre los artistas se destacó Omar Acedo, yerno del tercero del mando, Diosdado Cabello, que apareció cantando “Solo contigo”.

Se contó con la animación de los productores del programa de VTV Zurda Conducta. Entre las consignas levantadas se destacaba el “No más bloqueo”. Dos diputados oficialistas acudieron a la embajada de Nigeria, para pedir que intercedan por la libertad plena del testaferro.

Las calles de Caracas se han llenado de pancartas, murales y grafitis en los que se clama su liberación, reseña diario El País de España.

Medios de comunicación destacan que el prisionero es acusado de “mega operación de lavado de activos que asciende a $ 350 millones. Agregan que en julio 2019 con los CLAP y 3 hijastros de NM se lucraron con "cientos de millones de dólares".

Volviendo al viaje a Moscú El Tiempo, diario de mayor circulación en Colombia, le da carácter laboral.

Apropiado resulta el uso de “La Guerra sin Fin”, tal titula su libro Rafael Pardo Rueda, el ex ministro de Defensa de Colombia. Allí trata su experiencia de más de 30 años de trabajo antidrogas, en los tiempos del Pablo Escobar y las más sangrientas mafias del posconflicto una vez las Farc dejaron las armas. Clarísimo está el escenario en Venezuela.

Al MARGEN. Parlamento chavista acordó convocar elección de 23 gobernadores y 335 alcaldes para el próximo abril. Lo hará con participación de opositores alacranes. Simulando amplitud el usurpador incita a pervertidos como lo hizo en el fraude del 6 de diciembre.

jordanalberto18@yahoo.com

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Joseph M. Humire, José Gustavo Arocha

A raíz de un fallido golpe de Estado contra Chávez en 2002, el caudillo militar comprendió la urgencia de crear un plan de contingencia para prevenir futuros intentos. Chávez igualmente vio de inmediato la compatibilidad del credo marxista-leninista de la Revolución bolivariana y los objetivos antiimperialistas de los regímenes rebeldes en todo el mundo, y los actores armados no estatales de Oriente Medio y otros países de América Latina.

Estas alianzas contribuyeron a generar la “Concepción Militar Bolivariana” como parte de la Estrategia Nacional de Seguridad en Venezuela. En esencia, comenzó con un cambio de la estructura constitucional de las Fuerzas Armadas para compartimentarlas y fraccionarlas. En septiembre de 2008, Hugo Chávez expulsó a Patrick Duddy, jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en Caracas, acusándolo de intentar sacar del poder a Evo Morales de la presidencia de Bolivia y mediante decreto presidencial activó cinco (5) Regiones Estratégicas Militares como muestra de apoyo a Bolivia y de su intención de actuar de manera coordinada con los aliados de la Revolución bolivariana.

Las activación de la nueva geometría del poder a través de las Regiones de Defensa Integral (REDI), Zonas de Defensa Integral (ZODI) y Áreas de Defensa Integral (ADI) y de nuevas unidades militares se basaron en un criterio de trabajo con la población y las autoridades políticas para defender la noción de “Guerra Popular Prolongada”. Es por ello que se concretó la creación y consolidación de la Milicia Bolivariana y la preparación política e ideológica de la sociedad como conjunto para enfrentar a un enemigo militar y tecnológicamente superior, lo que es Estados Unidos. Sin embargo, la Milicia se ha transformado en un instrumento político de control social para la distribución de alimentos, medicinas para la pandemia, y combustible.

El artículo completo se puede leer en el archivo adjunto a esta nota

¿Cuál es el rol de las fuerzas armadas en Venezuela. En Desafíos para la seguridad y la defensa en el continente americano 2020-2030 (Kindle Edition). Griffiths Spielman, John, Toro, Juan Pablo (Editores). : 253-271. Athenalab. Chile. 2021.

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José Machillanda

El régimen postchavista derrotado el 6D mediante la abstención no opaca maniobra con otra treta en lo que llaman Asamblea Nacional, que apunta a la modificación de la Constitución que facilitaría una megaelección para elegir Alcaldes y Gobernadores este año 2021. El revolucionarismo intenta disfrazarse de política, para ello se desentiende de la subpolítica y la antipolítica, empleada desde el 14 de abril de 2013 para violar la constitución las leyes, a tal extremo que la ciudadanía está dispuesta a accionar como Tercer Estado para demostrar el gen democrático del venezolano.

El régimen militarista está boqueando mientras la sociedad democrática se activa y orienta, a fin de actuar de actuar como Tercer Estado. Tercer Estado que nace desde el barrio y el municipio, donde mujeres y hombres claman por un movimiento político de renacimiento nacional, para construir un tejido político-social alrededor un proyecto que desplace a la barbarie militarista-socialista. El Tercer Estado como sociedad responsable, desde ya visibiliza la lidereza, a la juventud activa llena de saber político y crece una decisión para contener la regresión impuesta por las bocas de fuego y el plan de machete.

El régimen militarista, atorado, sin estructura política, entregado al cubanismo perverso está consciente y conteste de cuánta es la indignación y ofensa causada a la venezolanidad y, sobre todo, a dos importantes generaciones. El bestiario militarista-socialista no le cuesta después de 20 años de gobierno y 40 años de penetración político-ideológica, en especial a la Academia Militar, verificar que la patria venezolana antes de esta locura e irresponsable entrega y destrucción se le conocía como tierra de bien. Hoy, 2021, es un espacio de horror, encarcelamiento, persecución, violencia y entrega a concepciones politológicas distantes del gentilicio venezolano.

La megaelección motorizada por el postchavismo pretende oxigenarse y, sobre todo, desviar la atención del sistema internacional. Sistema internacional que ya lo ha enjuiciado por corrupto, inhumano y primitivo, por su expresión de arbitrario, revolucionario y asaltante a las arcas del Estado político. El régimen está acobardado y consciente que prevalece un movimiento político de renacimiento nacional intenta dibujar un cambio con el hecho electoral, para imponer un nuevo Ambiente Político Real Electoral. El miedo y la ignorancia del régimen lo acusan ante el mundo, donde todos lo focos democráticos ya le conocen y registran su violencia armada, primitivismo y regresión política con consecuencias brutales sobre Venezuela, su sociedad y el continente.

El postchavismo como régimen militarista ha empezado a comprender que la sociedad se entiende como Tercer Estado, pero más importante aún, que está dispuesta reconquistar los espacios políticos confrontando hasta ese disfraz de gobierno conocido como chavismo. Chavismo y postchavismo que la sociedad ha definido confrontarlos como Tercer Estado, en consecuencia el revolucionarimo y sus grupos de violentos ideologizados van a tener que responderle a la sociedad democrática que, como masa de venezolanos, están dispuesta a formar una nación completa a través de los votos y la Constitución.

Esa sociedad democrática es cuantificable, nace en el barrio, se ve en la parroquia, trajina el municipio y hasta hoy se ha sentido perseguida y maltratada haciendo posible que se construya una nueva acción de la sociedad como Tercer Estado, para ponerle fin a esta regresión en la cual vive Venezuela para el 2021. Ciudadanía y ciudadanos desplazaron al grotesco gobierno militarista, vergüenza de un país que sufre una conmoción como cuerpo social provocada por el bandolerismo político.

La sociedad democrática cuantificable como Tercer Estado, afincada y accionando como movimiento democrático de renacimiento nacional, impulsado por el gen democrático restablecerá la democracia y la Constitución de Venezuela. Esa tarea político-histórica ejemplar no requiere de héroes ni de parcela, pero sí necesita ciudadanostodos dispuestos y listos para restituir la democracia. La democracia como saber de la política, como saber de la sociología, interés de la historia, asunto de la polemología, pero sobre todo como responsabilidad de una nación que por 40 años ha sufrido el terror y la locura –capricho de una masa insensatos- entregados a proyectos contrarios a los cuatro mensajes de la nacionalidad.

Es original,

Director CEPPRO-CSB

@JMachillandaP

Caracas, 2 de marzo de 2021

 3 min


Andrés Velasco

Mientras contemplan sus modelos en silencio, los macroeconomistas oyen a la distancia el resonar de una revuelta. Hace un año, el premio Nobel en economía, Joseph Stiglitz, anunció que el capitalismo pasaba por "una nueva crisis existencial", de la que culpó a la "ideología neoliberal". Hoy día, Robert Skidelsky proclama la llegada de una "revolución silenciosa en la macroeconomía". Martin Sandbu, del Financial Times, prefiere el plural, celebrando "las revoluciones hoy en curso en la macroeconomía".

Se supone que el primer principio del nuevo régimen postrevolucionario radica en la creciente aceptación de políticas fiscales agresivas. Incluso el Fondo Monetario Internacional –que alguna vez fue satirizado por querer imponer la austeridad fiscal en todo el mundo– recomienda ahora mayores estímulos fiscales para combatir la crisis.

Entonces, si en realidad estamos frente a una revolución, ¿de qué tipo es? ¿Deberían temer una guillotina intelectual los macroeconomistas convencionales?

En la práctica, un cambio radical ya está en curso. Según el Monitor Fiscal de enero del FMI, los déficits fiscales de 2020 promediaron el 13,3% del PIB en las economías avanzadas y el 10,3% entre los mercados emergentes, y superarán el 8% en ambos grupos de países en 2021. El FMI prevé que para el fin del año, la deuda pública bruta alcanzará el 99,5% del PIB mundial.

Nada de esto, sin embargo, obedece a una revolución conceptual. La idea de que en una trampa de liquidez –cuando las tasas de interés no pueden bajar más– la única alternativa posible es la política fiscal, constituye un elemento clave de la Teoría General de John Maynard Keynes. La gran mayoría de los macroeconomistas tradicionales recomendó una respuesta fiscal contundente frente a la crisis financiera de 2007-2009, e hizo lo mismo luego de la llegada del Covid-19. Unos pocos profesores afirman que al estímulo fiscal no le corresponde papel alguno, pero hay que buscarlos con paciencia hasta encontrarlos.

Lo que ha cambiado es la política. A fines de 2008, los asesores del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, deseaban un estímulo fiscal de US$ 1,8 billones. El Congreso aprobó un paquete de menos de US$800 mil millones con la oposición de todos los representantes republicanos y 38 de los 41 senadores republicanos. El resultado fue muy distinto en marzo de 2020. El Congreso aprobó un paquete de estímulo por US$2,2 billones. Todos los senadores republicanos votaron que sí. ¿Qué había cambiado? El presidente, Donald Trump, era republicano.

En Alemania, la canciller Angela Merkel también ha logrado un vuelco total en materia de política fiscal: convenció al establishment económico híper conservador de su país no solo de incurrir en un déficit en 2020, sino también de emitir bonos junto con otros países de la Unión Europea –algo previamente tabú– a fin de financiar un fondo de €750 mil millones para la recuperación postpandemia.

El mundo de hoy es también muy diferente del que existía antes de la crisis de 2007-2009. En las décadas de 1980 y 1990, las tasas de interés reales eran positivas, y altas en algunos países. Un gobierno muy endeudado se veía obligado a destinar un porcentaje cuantioso de su presupuesto anual al pago de intereses, en vez de poder invertir esos mismos fondos en salud, educación, bienestar, o infraestructura verde. En tal situación, la mayor parte de los economistas –incluso los progresistas– recomendaba prudencia.

Hoy día, cuando la tasa de interés real es cero o menos, un país endeudado debe realizar pagos de intereses reales equivalentes a, bueno, cero. No es sorprendente, entonces, que economistas destacados, como Olivier Blanchard de MIT, afirmen que las tasas de interés bajas sostenidas dan margen para una deuda pública mucho más alta.

Una revolución conceptual sí ocurrió, pero fue en el ámbito de la política monetaria y partió hace más de diez años. Como consecuencia de la crisis de 2007-2009, los bancos centrales empezaron a hacer lo contrario de lo que tradicionalmente se receta. Bajo nuevas etiquetas –"relajación cuantitativa" y "alivio crediticio"– imprimieron billones de dólares de dinero fresco que primero utilizaron para adquirir bonos gubernamentales y luego bonos de empresas.

Hace décadas que nosotros, los macroeconomistas, les enseñamos a los estudiantes que en el largo plazo, el nivel de precios es más o menos proporcional a la oferta de dinero, de modo que si esta se duplica, la inflación acumulada eventualmente llegará al 100%. Sin embargo, en los 12 años posteriores a enero de 2008, la Reserva Federal multiplicó por tres la medida de dinero más común, y la inflación casi no varió. En el año transcurrido desde el comienzo de la pandemia, esa misma medida de la oferta de dinero se ha cuadruplicado, y la inflación aún no aparece.

Estos nuevos hechos empujaron a los macroeconomistas a apresurarse a revisar sus antiguos modelos. El cambio también obedeció a la constatación de que estas políticas monetarias "no convencionales" parecían funcionar, en el sentido de ayudar a restablecer la estabilidad financiera y a sentar un piso en las recesiones. En 2014, Ben Bernanke observó que "el problema de la relajación cuantitativa es que funciona en la práctica, pero no así en teoría". Desde entonces, los macroeconomistas han escrito docenas de artículos en que aclaran las condiciones bajo las cuales la relajación cuantitativa funciona tanto en teoría como en la práctica.

Sandbu pisa terreno firme cuando sostiene que se está gestando otro cambio fundamental: la creciente conciencia de que los equilibrios múltiples deben ser motivo crucial de preocupación a la hora de formular políticas. En un gráfico estándar, si las curvas de la oferta y la demanda se cruzan una sola vez, ese mercado tiene un solo equilibrio. Si se cruzan dos, tres o más veces, los equilibrios son múltiples.

Lo anterior tampoco es nuevo en términos conceptuales. La analogía del "concurso de belleza" (hoy políticamente incorrecta) que utilizó Keynes en su Teoría General apunta a los equilibrios múltiples. En 1965, el economista británico Frank Hahn publicó un famoso ensayo en el que demostraba que todas las economías monetarias tienen más de un equilibrio.

Las consecuencias prácticas son enormes. Si más de un equilibrio es factible, entramos en el dominio de las profecías auto cumplidas: el pesimismo acarrea resultados acerca de los cuales no cabe sino ser pesimista; y el salto de un equilibrio bueno a uno malo puede producirse de manera súbita y sin advertencia. Las autoridades monetarias y fiscales están cada vez más conscientes de este peligro. Como lo señala Blanchard, el riesgo que presentan las crisis de confianza y las corridas contra la deuda, constituye el argumento de mayor fuerza para rebatir la idea de que el incremento de la deuda pública es seguro.

El afán de evitar un equilibrio malo puede llevar a un activismo cuasi revolucionario en la formulación de las políticas, como cuando el entonces Presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, prometió en 2012 que el BCE haría "lo que fuera necesario" para salvar el euro. Pero, el riesgo de un pánico auto cumplido también puede requerir prudencia, y no fervor revolucionario, al formular políticas. Si a los reguladores les preocupan las corridas bancarias, exigirán a los bancos mantener reservas monetarias más altas por cada dólar que reciben en depósitos. Si a uno le preocupan las corridas contra la deuda pública, entonces votará por políticos partidarios de endeudarse menos, y a plazos más amplios.

En su canción homónima, los Beatles revelan escepticismo ante las promesas de revolución:

"You say you want a revolution. Well, you know. We all want to change the world. You tell me that it’s evolution. Well, you know. We all want to change the world"

[Dices que quieres una revolución Bueno, sabes Todos queremos cambiar el mundo Me dices que es evolución Bueno, sabes Todos queremos cambiar el mundo]

En la macroeconomía, los eventos recientes no sugieren revolución, sino evolución. Y es esta –la adaptación a hechos nuevos– la que produce cambios duraderos en el mundo.

Traducción de Ana María Velasco

26 de febrero 2021

Project Syndicate

https://www.project-syndicate.org/commentary/evolution-not-revolution-in-economic-policies-by-andres-velasco-2021-02/spanish

 6 min


Mariana Mazzucato

En las Conferencias Reith —la serie anual de radio de la BBC— del año pasado el exgobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, observó que desde la crisis financiera de 2008 cada vez más es el valor monetario el que define a las normas e instituciones. Lo que suele faltar en esta discusión sobre la confusión entre precio y valor es la forma de captar el valor real de las instituciones públicas que nos enriquecen.

Es apropiado que Carney presente este planteo en un programa de la BBC; después de todo, la BBC fue la primera emisora pública en incorporar la noción de «valor público» en su marco de gobernanza. La British Broadcasting Company se convirtió, junto con el Servicio Nacional de Salud y The Open University (La Universidad Abierta), en una de las instituciones más queridas y de mayor renombre internacional del Reino Unido; llega a una audiencia de 460 millones de personas cada semana.

Sin embargo, una minoría que se hace oír (a menudo guiada por las publicaciones de Rupert Murdoch) desea destruir a la emisora. Menosprecian el compromiso de la BBC con la inclusión y la diversidad, considerándolo una mera exhibición de corrección política, y la acusan de «desplazar» a los medios privados debido a la escala y el alcance de sus servicios. Para ellos es el sector privado el encargado de crear valor, el Estado solo debe centrarse en cubrir las brechas y arreglar lo que los economistas llaman «fallas de mercado».

Para esos críticos, la solución es simple: retirar el apoyo financiero a la BBC. Esto implicaría despenalizar la falta de pago de la licencia anual obligatoria con la que se financia. Si la BBC pasa a depender de un modelo suscripciones, sin embargo, su futuro sería mucho más endeble, que puede ser el deseo de sus rivales, dado que Murdoch actualmente está tratando de crear una versión para el Reino Unido de su red de noticias de extrema derecha en Estados Unidos, Fox News.

El Reino Unido saldría perdiendo si se debilita o destruye a la BBC, como demostramos en un nuevo informe con otros autores. Su valor va más allá del mandato de las emisoras públicas tradicionales de proporcionar acceso universal a noticias objetivas, programas creíbles y arte, que confina al Servicio de Difusión Pública en EE. UU. La BBC también ha sido pionera en los formatos comerciales, creando así nuevas oportunidades de negocios —atrayendo (no desplazando) empresas— y logrando al mismo tiempo metas sociales importantes, como la incorporación de diversidad a la pantalla.

Para entender la manera en que la BBC logró todo esto debemos volver a considerar al Estado como creador de valor colectivo, no solo como corrector del mercado. La difusora funcionó simultáneamente como inversora, inventora, innovadora y plataforma de consumo, desempeñando un papel integral en el desarrollo de la infraestructura británica para la

Desde sus primeras emisiones radiales hasta las plataformas actuales de video en continuo y en directo, las inversiones de la BBC funcionaron reiteradamente como catalizadoras de nuevos mercados en diversas industrias creativas. La BBC es el mayor inversor en contenidos británicos originales y su fuerza creativa asume riesgos de programación. La venta de sus contenidos originales le permite obtener ingresos significativos, al tiempo que simultáneamente exhibe el talento británico y atrae a grandes talentos extranjeros. Esas actividades inciden sobre los mercados por doquier. Los ingresos luego se destinan al desarrollo, producción y difusión de contenidos adicionales.

Más allá de la programación, la BBC ha desarrollado tecnologías innovadoras como el iPlayer y BBC Sounds, estableciendo así estándares tecnológicos para el sector (como DAB para el audio y DVB-T2 para video) y creando economías de escala para los fabricantes de electrónica. La investigación e innovación de la BBC contribuyen al desarrollo de un entorno más seguro y sostenible en Internet a través de iniciativas colaborativas, como la Digital Futures Commission, que busca eliminar trabas a la innovación digital para beneficiar a los niños y los jóvenes, y el proyecto Databox, que fija elevados estándares en el sector para la gestión de los datos y la privacidad.

Algo fundamental es que a menudo las inversiones de la BBC respondieron más a los valores sociales que al valor financiero. El BBC Micro, un sistema de microcomputadoras que llegó a todas las aulas británicas, ayudó a reducir la brecha digital. El Micro surgió de un programa de educación tecnológica, el Proyecto de Educación Informática de la BBC (BCC Computer Literacy Project), a principios de la década de 1980. Para llevar adelante el proyecto, la BBC tuvo que trabajar con Acorn Computers, que usó la inversión de la BBC para aumentar considerablemente su escala. La misión social de la BBC creó, a su vez, valor para la industria.

Incluso el papel más básico de la BBC —la creación y distribución de contenidos— produce beneficios sociales de gran alcance. Durante la pandemia, cuando la gente debió confinarse en sus hogares, la BBC ofreció tres horas diarias de contenidos educativos y de entretenimiento. Además, el alcance de la BBC y la confianza que el público deposita en ella contrarrestan las tendencias de desinformación, ya sea sobre el cambio climático o las vacunas contra la COVID-19. Mantener el alcance de la BBC, que depende de su financiamiento, garantiza su posición en el abarrotado mercado de medios como una fuente legítima que goza de amplia confianza. Y la «conciencia» que los críticos condenan —que, por ejemplo, brindó a las mujeres una plataforma donde desempeñarse como presentadoras deportivas— contribuye a un clima cultural de mayor inclusión y tolerancia.

Aunque es difícil medir el valor público dinámico de la BBC, sabemos que por cada dólar del erario público que se invierte en la producción cultural, la economía crece 5 USD en promedio. En la industria automotriz, el efecto multiplicador es solo la mitad, no solo porque es menos intensivo en mano de obra, sino porque no impulsa tantas inversiones nuevas en otros servicios, tecnologías y materiales. Una vez más, aun cuando la BBC no se centra en el valor financiero, lo crea e incentiva de manera muy eficaz.

Para entender las contribuciones de la BBC a la economía en su conjunto —y el concepto de valor público en términos más amplios— es necesario un nuevo marco de trabajo. Hay que desarrollar nuevos indicadores que aumenten la propia responsabilidad de la BBC, para asegurarnos de que avance la frontera de los mercados y aumente la necesaria diversidad, tanto en la programación como para el conjunto de proveedores vinculados a ella. Tenemos que repensar los indicadores tradicionales de desempeño, que se centran en los costos y beneficios estáticos más que en los efectos dinámicos de las decisiones de inversión que dan forma a los mercados. Debemos hacerlo con urgencia, antes de que se destruya una valiosa institución.

Y las lecciones van más allá de la BBC, solo si repensamos la generación del valor público podemos pasar del debate sobre si corresponde financiar las instituciones públicas a otro sobre cómo estructurarlas y usarlas para fortalecer nuestro entramado social y producir una economía más creativa. La BBC es un excelente lugar donde comenzar esta discusión. Las lecciones que podemos aprender responden a preguntas clave: ¿cómo y por qué valoramos a nuestras instituciones públicas, y cómo podemos fortalecerlas en vez de cuestionar continuamente su propia existencia?

Traducción al español por Ant-Translation

22 de febrero 2021

Projecto Syndicate

https://www.project-syndicate.org/commentary/defund-the-bbc-public-value...

 5 min


Maria Berentzen

Si quieres trabajar eficazmente en casa, debes crear las condiciones adecuadas. Un espacio de trabajo dedicado, un horario fijo y estos otros 4 consejos te ayudarán.

Trabajar eficazmente en casa no es tan fácil, y sin embargo suena tan bien al principio: por fin no te controlan, te quedas en chándal y te pones en marcha cuando te conviene. Las personas que empiezan a trabajar desde casa suelen tener grandes expectativas. Pero no es tan fácil crear una estructura diaria.

La estructura diaria, crucial para trabajar en casa

Si no lo consigues, pronto te sientes como si sólo estuvieras trabajando y nunca llega el final del día. Al mismo tiempo, suele ser difícil concentrarse y ser productivo: de repente te das cuenta de que las flores no se han regado y de que hay que lavarlas, y luego ya es casi la hora de la merienda.

Para trabajar eficazmente en casa, es fundamental crear una estructura diaria y estructurar el trabajo de manera que los periodos de concentración se alternen con los descansos. ¿Cómo hacer que esto funcione? Te dejamos 6 consejos.

1. Crea un sitio de trabajo

¿Trabajas en la cocina porque la cafetera está muy cerca, en el sofá (¡cómodo!) o en la cama? Si quieres crear una estructura, te ayudará establecer un puesto de trabajo fijo. Esto señala que es el momento de trabajar, y te ayudará a concentrarte mejor. Por el contrario, un puesto de trabajo fijo también tiene ventajas para el final de la jornada: en cuanto se abandona el lugar, también se termina el trabajo. En cambio, si trabajas en cualquier lugar, puede ser difícil desconectar por la noche.

Instala tu lugar de trabajo conscientemente: ¿la mesa y la silla encajan, te sientes físicamente cómodo allí? ¿Cómo es la luz? ¿Hay distracciones? Tómate el tiempo de limpiar el espacio. A continuación, colócalo lo más cómodamente posible: ¿Qué te gusta? ¿Qué tal una foto o una planta? ¿Necesitas una lámpara?

Es una buena idea separar la zona de trabajo del resto de la casa. De este modo, no mirarás las tareas inacabadas después del trabajo. Puedes encontrar una solución creativa para esto, como una planta grande, una cortina - o ¿por qué no una pila de discos o libros? Esto es, si eres un coleccionista de vinilos o un ratón de biblioteca.

2. Mantén un horario fijo

Por fin, a dormir. Es tentador levantarse más tarde de lo habitual al trabajar en casa y empezar el día cómodamente. Sin embargo, está demostrado que funciona bien empezar no mucho más tarde de tu horario habitual de oficina. Si no llegas a tu mesa hasta las 11 de la mañana, te garantizas que luego te arrepentirás porque tu trabajo se prolongará hasta bien entrada la noche. En segundo lugar, puede ser difícil seguir reuniendo el impulso que necesitas para hacer el trabajo si has estado en la cama durante mucho tiempo.

Así que ponte una alarma. Sigue una rutina similar a la habitual: dúchate, vístete, desayuna, y luego vete a tu mesa. Si le resulta difícil despertarte lo suficiente, también puedes dedicar un momento al aire libre, como un paseo, o ir a la panadería más cercana y comprar algo para desayunar.

Ten en cuenta tu biorritmo a la hora de planificar: si eres un auténtico búho nocturno, puede tener sentido dormir hasta tarde y empezar más tarde; siempre depende de tu constitución individual.

3. Planifica tu día

Hazte una idea general de tu jornada laboral, preferiblemente la noche anterior: ¿qué es importante ese día? ¿Qué tiene prioridad? ¿Qué citas y reuniones se avecinan? ¿En qué tienes que pensar sí o sí? Anota todo y haz un plan. Pero también hay que contar con los imprevistos. Así que no hay que esforzarse para que el plan sea lo más bonito posible, sino ser pragmático y dejar espacio para los cambios.

4. Piensa en los descansos

Si trabajas solo, no es raro que te olvides de la hora. Pero recuerda también programar descansos, y no sólo una pausa para comer, sino también pequeños descansos entre medias. Lo ideal es hacer una pausa de 5 a 10 minutos cada 60 o 90 minutos.

La forma de organizar su descanso depende de ti: tal vez te tomes un café, salgas al balcón o hagas un poco de ejercicio. Haz lo que te haga sentir bien para poder concentrarte de nuevo después. En cualquier caso, tiene sentido abandonar el lugar de trabajo durante este periodo de descanso.

5. Mantén el contacto

Al trabajar en casa, se puede tener rápidamente la sensación de estar solo: faltan los encuentros fortuitos en la máquina de café y las comidas conjuntas con los compañeros. Busca un sustituto: organiza una videollamada, por ejemplo, para empezar el día juntos o para llamar al final de la jornada. También es posible un almuerzo o una pausa para el café. Esto debería darte nuevas energías; si estas llamadas tienden a agotarte, utilízalas con moderación para no perder completamente el contacto con el equipo.

Considera también con el equipo cuándo tiene sentido qué comunicación: un chat, por ejemplo, es adecuado para un intercambio breve o una consulta, los correos electrónicos son útiles si no hay prisa y quieres dejar constancia de algo por escrito. Si necesitas información uy rápidamente, el teléfono suele ser el mejor medio.

6. Haz algo por tu cuenta

Tal vez no te guste trabajar en casa y estés inquieto porque tu pareja también trabaja en casa, y tal vez también haya niños que cuidar. En ese caso, es importante llegar a acuerdos claros: ¿quién puede trabajar dónde para no ser molestado durante una conferencia telefónica? ¿Quién es responsable de los niños y cuándo? ¡Busca soluciones justas!

Para muchas personas la situación es muy estresante en estos momentos. Así que recuerda también hacer algo por ti mismo: ¿Qué te da energía? ¿Quieres hacer ejercicio entre medias, quieres tumbarte en el sofá y ver una serie o escuchar música? Concédete tiempos muertos, aunque sólo sean cinco minutos, que te ayudarán a mantener la energía.

1 de marzo 2021

Revista GQ

https://www.revistagq.com

*Este artículo se publicó originalmente en GQ Alemania.

 4 min


Daniel Eskibel

Los asesores de la primera ministra Margaret Thatcher descubrieron que durante el verano la opinión de los ciudadanos británicos era más favorable al gobierno. En consecuencia le aconsejaban que manejara los tiempos para convocar elecciones de tal manera que siempre se votara en verano.

En los sistemas presidenciales la situación es diferente ya que la fecha de las elecciones se conoce con años de anticipación. Es una fecha previamente fijada y conocida. Esto permite que todos los partidos políticos puedan planificar sus tiempos de campaña con mayores certezas.

¿Cuándo hay que empezar a preparar una campaña electoral?

Las campañas políticas son permanentes. No tienen fin ni pausa. No se detienen nunca. Solo se resetean la noche de las elecciones e inmediatamente siguen hacia adelante a partir del nuevo escenario que se abre. Y así sucesivamente.

Pero las campañas electorales son diferentes. Son eventos específicos y tienen unos tiempos determinados por la interacción de factores como la legislación electoral, la disponibilidad de recursos, la estrategia política y la fecha de las elecciones.

Por lo tanto campaña política hay que hacer siempre pero campaña electoral hay que hacer durante un tiempo limitado.

Claro que la campaña electoral debe prepararse antes. ¿Cuánto tiempo antes? Joseph Napolitan, padre de la consultoría política moderna, lo resume claramente en 100 cosas que he aprendido en 30 años de trabajo como asesor de campañas electorales:

‘Hay que empezar pronto. Nunca se empieza a preparar una campaña demasiado pronto. Se puede empezar la campaña demasiado pronto, pero eso es otra cosa. Empezando pronto se tiene tiempo para hacer y analizar encuestas, estudiar a los adversarios y sus probables movimientos en profundidad, diseñar y discutir varias estrategias posibles, elegir los mejores especialistas para trabajar en la campaña y preparar psicológicamente al candidato. Cuando se empieza tarde, no se tienen que hacer menos cosas, sencillamente se tiene menos tiempo para hacerlas’.

Preparar una campaña que tenga aspiraciones serias implica investigación, planificación, recursos materiales, recursos humanos y organización. Todo lo cual demanda tiempo. Por eso hay que empezar lo antes posible. También antes que los adversarios, claro.

Ahora bien: ¿qué significa exactamente en términos temporales eso de ’empezar lo antes posible a preparar la campaña electoral’? No hay una respuesta fija e inmutable para esta pregunta. No hay tampoco una receta universal aplicable a toda circunstancia y lugar. Pero sí te puedo brindar una estimación general de tiempos, etapas y prioridades que te puede servir a modo de orientación.

Fase 1: adaptación

Comienza cuando se conocen los resultados primarios de la elección anterior y finaliza al cumplirse los primeros 100 días del nuevo gobierno.

Es el período durante el cual tanto el sistema político como los votantes se van adaptando a la nueva situación política generada por el resultado electoral.

No es de ninguna manera aconsejable como comienzo activo de los preparativos para la próxima campaña electoral.

En esta etapa recomiendo al ganador priorizar la gestión y al perdedor estudiar las causas de su derrota. Ambas tareas serán decisivas luego, cuando sí se comience a preparar la campaña.

Fase 2: posicionamiento

Comienza el día 101 del nuevo gobierno y finaliza al llegar al 37 % del tiempo total entre la elección anterior y la siguiente.

Tampoco es un tiempo para la preparación activa de la próxima campaña.

Políticamente recomiendo aprovechar este tiempo para construir un sólido posicionamiento político, ya sea como gobernante o como opositor, que ayude al futuro candidato a llegar a la próxima campaña con fuerte apoyo popular.

Electoralmente recomiendo una doble tarea de reflexión y búsqueda. Reflexión acerca de la nueva situación política del país. Y búsqueda cuidadosa de quienes en la próxima elección serán el jefe de campaña y el consultor político.

Fase 3: preparación

Comienza cuando ya transcurrió el 37 % del tiempo total entre la elección anterior y la siguiente. O sea que a partir de los 18 meses desde la elección anterior cuando el ciclo electoral es de 4 años, a partir de los 22 meses cuando el ciclo es de 5 años y a partir de los 27 meses cuando es de 6 años.

En esta fase recomiendo realizar la preparación activa de la campaña: nombrar jefe de campaña y consultor político principal, realizar una investigación a fondo de la opinión pública, estudiar en profundidad a los posibles candidatos rivales, elaborar el presupuesto de campaña, integrar y poner a funcionar los equipos de trabajo, diseñar el plan estratégico, reorganizar la vida del candidato y comenzar a trabajar con especialistas en cada terreno (publicistas, comunicadores, investigadores de opinión pública, asesores y consultores para áreas específicas).

Todo esto tiene que estar en pleno funcionamiento al llegar al 80 % del tiempo entre elecciones.

Fase 4: ejecución

Comienza cuando ya transcurrió el 80 % del ciclo electoral y finaliza el día de la elección. O sea que en ciclos electorales de 4 años son los 10 meses finales, en ciclos de 5 años son los 12 meses finales y en ciclos de 6 años son los 15 meses finales. Incluye la propia campaña electoral aunque no se limita exclusivamente a la misma.

No es un período de preparación sino de ejecución pura y dura de lo ya planificado en la fase anterior.

Ahora más que nunca se trata de hacer, actuar, poner en práctica todo lo preparado. Es el momento de cosechar electoralmente todo lo sembrado políticamente durante los años anteriores.

Los tiempos que marco para cada una de estas fases son simplemente orientativos y pueden ser alterados por factores como elecciones intermedias u otros eventos.

El momento óptimo para comenzar los preparativos

Ya vimos la enseñanza de Napolitan: ‘hay que empezar pronto’ a preparar la campaña electoral. Lo más pronto posible. Y también vimos que, analizando los tiempos de campaña, ese ’empezar pronto’ lo ubicamos en la fase 3, la fase que denomino ‘de preparación’.

Podemos avanzar un paso más y preguntarnos cual es el momento óptimo dentro de la fase 3 para ese comienzo activo de preparativos. Mi respuesta es que el momento óptimo está en torno a los 2 años antes de cada elección.

Hago esta estimación en alrededor de 2 años por 3 razones principales:

Es una deducción razonable a partir del análisis de la fase 3. Esa anticipación de 2 años se inscribe con cierta comodidad en los tiempos planteados y te permite llegar a la fase 4, fase de ejecución, con toda la maquinaria electoral funcionando a pleno.

Es una conclusión a la que también arribo analizando más de dos décadas de mi propia experiencia en campañas electorales. En términos generales, la práctica me dice casi lo mismo que la reflexión teórica: las mejores campañas en las que participé comenzaron a prepararse entre 1 año y medio y 2 años antes.

Es una estimación a la que también llego estudiando campañas electorales exitosas. Piensa, por ejemplo, en la modélica campaña electoral que condujo a Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos el 4 de noviembre de 2008. Su primera reunión con los consultores David Axelrod y David Plouffe para comenzar a preparar la campaña presidencial fue el 8 de noviembre de 2006. Exactamente 2 años antes.

En síntesis

Comienza a preparar tu próxima campaña electoral 2 años antes de las elecciones.

28 de febrero 2021

info@maquiaveloyfreud.com

https://danieleskibel.com

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