Me permito hacerles una breve reflexión, sobre el título del asunto "propagadores inocentes de la psicología del pánico".

No cabe duda que estamos viviendo momentos muy difíciles, delicados y de alta peligrosidad. Algunas ideas claves:

"la guerra psicológica puede llegar a sustituir a la violencia”.

"La guerra psicológica constituye un instrumento sistematizador de la violencia y multiplicador de la misma".

"Sus consecuencias pueden ser más temibles que la confrontación armada y de calle".

Son suficientes estas tres ideas para darnos cuenta del daño que podemos ocasionar al convertirnos en propagadores inocentes y de buena fe, de ciertas informaciones y noticias. Por ello me atrevo a afirmar:

-Basta que un anónimo "profesional" del G2 que solo pudo llegar a ser barrendero y limpia pocetas del Cimeq cubano, escriba una serie de falsedades, para que las asumamos como ciertas y las difundamos a diestra y siniestra.

-Basta que un periódico, nacional o extranjero, publique un editorial o una noticia sobre los planes macabros y violentos del régimen y del heredero usurpador, para que ciegamente las reenviemos y propaguemos con ello el pánico.

- Cuando un dirigente, profesional o experto opositor al régimen, da informaciones alentadoras, esperanzadoras y con base seria y científica, las aceptamos con reservas y no las divulgamos con la misma intensidad y celo, que las que infunden miedo y desconfianza.

Con ello no quiero decir que no leamos toda información que nos llegue, PERO, antes de difundirlas y aceptarlas como ciertas, pasémoslas por el tamiz del análisis y reflexión, que implica: verificación, confirmación, consulta y asesoría.

Algunos ejemplos:

- Hemos leído los excelentes comunicados y exhortaciones tanto del Arzobispado de Caracas como de la Conferencia Episcopal Venezolana sobre la situación y el devenir político en nuestro país. ¿Los conocemos a fondo y por ende leído? ¿Si los conocemos, los hemos difundido? Si no lo hemos hecho, entonces que no se diga que la Iglesia no ha abierto la boca, etc, etc.

-¿Conocemos, hemos leído y difundido los excelentes artículos del Mons. Ovidio Pérez Morales, del P. Ugalde y declaraciones de nuestros Cardenales y otros obispos?

- ¿Difundimos las declaraciones de periodistas, escritores y analistas afectos a la oposición democrática, y en general de dirigentes de la oposición?

-¿Cuántas veces somos los primeros críticos para desvirtuar la imagen de nuestros dirigentes de la oposición con apreciaciones superfluas como “María Corina tiene pinta de sifrina y habla como tal”? ¿Ledezma como que trata de imitar a CAP? etc. etc.

-Crece la condena internacional al golpe de Maduro.(virulento en la red) ¿Lo hemos difundido?

-La Fiscal General declaró que se rompió el hilo constitucional. A priori admitimos “no caigamos en la trampa del régimen”… y así sucesivamente.

Por lo expuesto es que NO DEBEMOS COVERTIRNOS EN PROPAGADORES INOCENTES Y DE BUENA FE de informaciones que este nefasto régimen a diario propaga. Salgámosle al paso. Están desesperados, porque se saben irremediable e irreversiblemente PERDIDOS, especialmente en estos momentos.

Me faltó pedir disculpas, con el debido respeto, para muchos de los destinatarios que no incurren en este error. De todos modos “el que tenga oídos para oír que oiga”. Va con la mejor de las intenciones. Saludos.