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Luís Ugalde

SUAVITER IN MODO FORTITER IN RE

Luís Ugalde

La renuncia presidencial con transición razonable negociada sería la mejor salida. Pero ellos tratan de mantener esta “revolución” con elecciones o contra ellas, aunque saben que 80% del país quiere libertad plural democrática, prosperidad y esperanza, hoy negadas. La elección presidencial de 2024 es el camino pacífico y constitucional que tenemos para salir de este infierno y empezar cuanto antes la construcción de una Venezuela renacida. Nuestro dilema: Perpetuación de la miseria o cambio en libertad para producir esperanza y vida. La dictadura empobrecedora se aferra y es la sociedad civil la que tiene la energía capaz de superarla. La, por ahora, dividida y desangelada oposición tiene que aunar esa energía dispersa para presentarse como alternativa unida y concentrada en tres o cuatro cambios básicos que son llaves maestras para la puerta del futuro. El 22 de Octubre la sociedad civil tiene la votación Primaria para llegar a un solo candidato ganador, reconocido y apoyado por los demás. Ante la tragedia que vivimos, es necesario un solo candidato renacido que, en contraste con lo que tenemos ahora, despierte y encarne una marcha espiritual multitudinaria, capaz de superar (o persuadir) a la resistencia del régimen guardián de su miseria. Un liderazgo y un movimiento que unan reconciliación nacional y cambio radical que a muchos les parece imposible-expresados en el antiguo dicho latino suaviter in modo, fortiter in re, suave en el modo y fuerte en el fondo.

Suaviter in modo significa voluntad decidida de reconciliación con las personas, sectores sociales y movimientos políticos distintos a mí. Renovados dirigentes políticos que se despojan de los errores y orgullos para de verdad asumir como propia la agonía de millones de venezolanos y con ellos emprender la dura marcha hacia la vida y esperanza. No se trata simplemente de entrar en campaña con guantes diplomáticos y con palabras y caricias que atraigan, ocultando las verdaderas intenciones de venganza y retaliación, ni de cambiar los papeles de perseguidos y perseguidores, sino de ser capaz de desatar y contagiar en el país entero la emoción de la reconciliación nacional. La verdadera suavidad es despojarse de los errores y orgullos propios y asumir la actual agonía de millones de venezolanos para con ellos emprender la dura marcha constructiva hacia la vida y esperanza.

Hace ya un cuarto de siglo Venezuela llevaba unos 15 años buscando salida a su decadencia sin encontrar respuesta en los partidos tradicionales. Lamentablemente la mayoría se dejó encandilar por el mesianismo militarista que prometía la entrada a la tierra prometida. Y dio el paso fatal a lo que ya entonces, meses antes de la elección de 1998, lo lamenté como “una especie de suicidio colectivo”. El castigo colectivo del triunfante mesianismo militarista ha sido brutal y agravado por tratarse de una “revolución armada” (como en Cuba) para aferrarse al Poder. Pero el repudio de esa falsa “revolución” no nos ha de llevar al abandono de las legítimas y vitales aspiraciones de millones que apoyaron ese gravísimo error histórico, pues eran y son justas y tienen que ser el eje del renacer venezolano hoy. Suaviter in modo significa esa cercanía amistosa y empática con el dolor de Venezuela, que no se logra con superficiales maquillajes, ni autosuficiencias, sino con una verdadera conversión, un nacer de nuevo de quien encarne al candidato democrático, que con el ímpetu de la sociedad civil movilizada sea capaz de vencer la decisión dictatorial de continuar produciendo miseria desde el Poder.

Fortiter in re. Pero esa suavidad y empatía que evitan el camino de la venganza, y persecución de los adversarios, debe ir de la mano con la firme decisión:
- De animar y atraer una multimillonaria inversión de capital con iniciativas empresariales nacionales e internacionales;

- De liberarse de aquellas empresas estatizadas cuyas pérdidas desangran al país;

- Concentrarse en el rescate de las instituciones democráticas con ética, y eficiencia, insobornables en la reconquista de la democracia social postrentista.

- Con abierta economía social de mercado (que no es lo mismo que la ideología neoliberal) y Estado y Sociedad concentrados en la producción de servicios públicos de primera, esos que como la educación, la salud, la luz... hoy están destruidos.

En esto no puede haber ni rebaja, ni chalaneo. El fortiter in re -la firmeza de fondo- exige un líder (con otros muchos) y una movilización nacional renacida que contraste con el presente y el pasado rentista. Con menos de eso la esperanza en Venezuela será inviable y volveremos al juego de “revoluciones” y fracasos como fue lamentablemente el sello dominante de nuestro Siglo XIX.

No vale separar el suaviter del fortiter, ahora fuerte para ganar la candidatura cosechando la rabia y el malestar y luego suave con indebidas negociaciones. Necesitamos candidato de una sola cara de dos colores (suave y fuerte) con movilizaciones y movimientos diversos que logren mantener, hoy y mañana, el triunfo del suaviter y fortiter. Los candidatos aunados tienen la palabra.

Candidato contra los otros o con los otros

Luís Ugalde

La clave del éxito de esta Primaria no está en que un nombre o un partido triunfen sobre los otros. Ganaremos si escogemos un candidato con cualidades para asumir el inmenso descontento nacional y unirnos en un pacto nacional a millones de venezolanos, chavistas y no chavistas, civiles y militares, que hoy estamos sufriendo el desastre y tememos que se perpetúe. El deterioro es tan grave que este gobierno fracasó y el siguiente parece condenado al fracaso, si no hacemos el milagro de aunar al país para el cambio decidido a la democracia y al rescate de instituciones y de productividad económico-social hoy en ruinas.

Para ello necesitamos un candidato que sea claro, firme y concentrado en el difícil renacer nacional, y al mismo tiempo abierto a todo el que quiera sumarse para el éxito de ese pacto nacional. Su misión no es la de excluir y vengar, sino encarnar la respuesta al inmenso malestar y conducir a la nación para renacer, aprendiendo de las transiciones que resultaron exitosas gracias a sus inclusiones sorprendentes. Muchos creían que la dirigencia democrática chilena, al incluir en el cambio al dictador Pinochet al frente de las Fuerzas Armadas, traicionaba a miles de compañeros asesinados perseguidos y exiliados. No pocos pensarían en Suráfrica que Nelson Mandela era un insensato al pactar para que fuera vicepresidente suyo Frederick de Klerk, jefe del partido rival que lo tuvo preso durante más de 20 años y defensor del racista régimen del apartheid que ninguneaba la población negra arrolladoramente mayoritaria. Lo mismo se diga de España, donde un falangista en el poder como Adolfo Suárez parecía pactar “ingenuamente” con el jefe comunista Santiago Carrillo, que a su vez traicionaba a miles y miles de sus camaradas que murieron en la guerra civil, sufrieron el inhóspito exilio o agonizaron en las cárceles franquistas. Todo lo contrario, los éxitos obtenidos dicen que gracias a estas “ingenuidades” y complicidades con el “enemigo”, Patricio Aylwin, Adolfo Suárez y Nelson Mandela, fueron padres del renacer de Chile, Suráfrica y España en libertad y democracia. Pero hay que tener como ellos valor moral, gran visión y mucho amor a la patria para caminar la transición del brazo con el “enemigo” hacia el rescate del país, cargando con las acusaciones de traidores y vendidos, que vienen de su propia familia política. ¿Tenemos en Venezuela ese político “traidor” y ese movimiento social arrollador, dispuestos a movilizar millones al encuentro de los adversarios para juntos recrear el país? Porque sin eso no tenemos salidas. La Primaria es para buscar ese candidato, recuperar la esperanza y lograr la unión básica para lograr un país exitoso, que no sea simple rechazo y reflejo visceral del estrepitoso fracaso del “socialismo del siglo XXI”.

Adonde miremos encontraremos una tragedia muy dolorosa: millones de niños sin escuela y cientos de miles de maestros muriéndose de hambre, los servicios públicos de salud desmantelados y millones sin acceso a ellos; una economía agonizante que para renacer requiere de una rápida respiración artificial de miles de millones de dólares, promovida por empresarios audaces, que abren oportunidades generando alianza y empleo con millones de trabajadores, hoy en la miseria. Resurgir de instituciones públicas democráticas, con separación de poderes públicos y alternancia en el poder frente a la perpetuación dictatorial con el poder secuestrado. Regreso a la libertad de presos políticos, exiliados y perseguidos, y liberación de la mordaza de la libertad de expresión y de los medios de comunicación social. Todo en medio de esta espantosa corrupción donde vemos a funcionarios “revolucionarios” robando miles de millones de dólares, que son la vida del pueblo.

Afortunadamente ningún partido tiene la capacidad de hacer por sí mismo esta formidable transformación, pero la sociedad venezolana la tiene si elegimos a alguien que no se encierre en apocados partidos políticos y sea capaz de persuadir a sus rivales en la Primaria Electoral, de sumar, de entusiasmar a millones de escépticos, e incluso atraer a tantos que de buena fe creyeron en esta lamentable aventura histórica que deja a Venezuela en agonía tras un gigantesco salto atrás.

Evidentemente la Fuerza Armada para ser defensora de una Venezuela viva debe redimirse apoyando de manera decidida y entusiasta este cambio a la democracia que juraron ante la Constitución, que sus autores la proclaman verbalmente y la violan.

Como nunca antes en nuestra historia necesitamos la solidaridad internacional pues no podemos levantarnos, ni caminar sin su mano amiga. Esa solidaridad implica la total superación de las sanciones internacionales, que fueron respuestas a políticas destructivas y antidemocráticas que implantó el régimen. Es Maduro quien tiene la clave para acabar con las sanciones y abrir la puerta a las solidaridades democráticas.

Para lograr todo esto hace falta que renazca la CONFIANZA con mayúscula, y la economía social de mercado herida de muerte por la puñalada del “exprópiese” y la prédica tenaz de que toda empresa privada es explotadora de los trabajadores y sedienta de su sangre. Ideas y prácticas autoritarias que han ahuyentado del país a millones de personas y a miles de millones de dólares, que hoy necesitamos para ponernos en marcha.

La Primaria es mucho más que una votación, es una movilización que además de poner en marcha a los desesperanzados va a obligar a quienes aspiran a ser elegidos candidatos a renacer desde la agonía hacia una unidad superior. Necesitamos que cada candidato entre a competir “contra los otros” y decidido a salir a trabajar “con los otros”.

1 de abril 2023

El Nacional

https://www.elnacional.com/opinion/candidato-contra-los-otros-o-con-los-...

El consenso es la Primaria

Luís Ugalde

Probablemente la mayoría de los demócratas venezolanos hubiéramos deseado llegar a candidato unitario por consenso, sin necesidad de organizar primarias. Un sueño imposible que, como muy bien ha dicho Jesús María Casal, es sustituido por “el consenso es la primaria” entre candidatos con el reto de unirnos en el único ganador para derrotar esta asfixiante dictadura. El doctor Casal preside la Comisión Nacional de Primaria (CNP) expresión del poder ciudadano (no de la dictadura ni de ningún partido opositor). La CNP acaba de fijar el 22 de octubre de 2023 como fecha para la votación de las primarias, a las que se entra con muchos candidatos y se sale con uno solo apoyado por todos sus competidores. Paso importante hoy cuando la continuación del dictador Maduro tiene el máximo rechazo y los partidos políticos están en su mayor desprestigio. Es la hora de la Sociedad Civil y del resurgir desde sus entrañas de la POLÍTICA con mayúscula. Tenemos muy pocos meses para llevar a cabo esta hazaña histórica. No saldremos de la dictadura y de la pobreza que sufre el 90% de la población si cada uno de los venezolanos se limita a lamentar y esperar que otros hagan el milagro que necesitamos.

Sin duda el gobierno no está dispuesto a dejar el poder ni a perder las elecciones presidenciales de 2024. Sabe que con el actual repudio y pobreza generalizada, las tiene perdidas, si son medianamente libres y limpias. Pero una oposición dividida, sin esperanza y decidida a no participar es la mejor aliada de la dictadura y de la pobreza perpetuada, como en el régimen cubano. A esto va a apostar la tiranía con todos los hierros. Frente a ello millones de venezolanos necesitamos cambio y no podemos quedarnos culpando a la oposición por no haber derrotado a la dictadura, aunque tengamos razones para no simpatizar con ciertos líderes. No van a venir otros a librarnos de la dictadura, aunque muchos lo hayan deseado y no nos queda más camino que ir masivamente a las elecciones para ganarle rotundamente a la dictadura y hacer valer el triunfo. Todo ello es imposible si millones de venezolanos dentro y fuera del país no vamos a votar en la primaria opositora.

¿Qué debo hacer para salir de la dictadura y de la miseria y rescatar la democracia con futuro de oportunidades? Necesitamos visualizar en cuatro o cinco rasgos políticos, económicos y sociales el cambio que deseamos todos los venezolanos. Cada uno debe concretar su aporte en una pequeña acción para que la Elección Primaria de octubre sea un éxito y en 2024 salga el sol de la liberación para toda Venezuela. Es el camino que convierte a millones de habitantes en verdadero poder ciudadano.

Afortunadamente la Comisión Nacional de Primaria presidida por el muy reconocido constitucionalista Casal fue bien recibida y empezó a despertar la esperanza; ahora reforzada por su reciente acuerdo sobre la fecha de la primaria, donde entramos con varios candidatos demócratas y salimos con uno solo apoyado por todos los demás y con un país movilizado con él. Es el primer paso indispensable para la derrota de la dictadura y para encabezar la transición y la reconstrucción con esfuerzo nuestro y con un apoyo decidido de los países e instituciones democráticos del mundo.

Ahora entramos en las tareas complejas para organizar la ELECCIÓN PRIMARIA, que no pueden fallar:

1-Hacen falta la colaboración de no menos de 50.000 voluntarios, financiamiento y organización en torno a unos 3.000 centros de votación bien distribuidos por todo el país. Lo más razonable es que el CNE facilite esos centros, sin que la CNP le ceda el control del proceso que no le corresponde.

2-Es necesario avanzar al máximo posible para lograr de manera transparente el voto de los venezolanos fuera del país: sabemos que hay varios millones con dificultades técnicas y organizativas muy grandes y difíciles de resolver.

3-La CNP no acepta la arbitraria e ilegal inhabilitación de candidatos opositores por parte de la dictadura.

4-Hay que garantizar el secreto del voto para evitar represalias dictatoriales.

5-El CNE debe actualizar el registro electoral e incluir a millones de electores fuera y dentro del país, que no están registrados. No lo hará sin fuerte presión nacional e internacional.

6-Por encima de todo necesitamos que todos y cada uno de los candidatos a primarias se comprometa con los venezolanos a reconocer el triunfo del único ganador de la candidatura, apoyado desde el día siguiente por todos nosotros y por los aspirantes que hasta ayer fueron sus rivales.

Todo ello es para llevar adelante un programa breve y claro para el rescate de la democracia y la acelerada reactivación económica con trabajo e ingresos dignos para los millones de venezolanos que hoy sufren miseria y con desesperación siguen haciendo las maletas. Sin cambio de régimen NO HAY CONFIANZA y sin esta no tendremos las mil millonarias inversiones que son indispensables.

Quiero subrayar que la necesidad y el deseo de la inmensa mayoría de los militares son los mismos que los de los civiles. Ellos y sus familias están sufriendo y quisieran estar como dice la constitución “al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna” (art. 328, Constitución).

De aquí a octubre tenemos que movilizarnos para superar todos estos puntos y lograr una sociedad civil unida para hacer valer su soberano poder e interés. La dictadura hará lo posible para dividir, infiltrar algún candidato vendido y obstaculizar, pues se opone a este cambio más que la dominación española a la Independencia en 1811.

Caracas, 27 de febrero de 2023