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Luis Ugalde, S.J

Constitución y cinismo político

Luis Ugalde, S.J

El deslenguado y cínico jurista Pedro Núñez de Cáceres escribe en sus controversiales MEMORIAS caraqueñas que las constituciones son “un libro con que se alucinan los majaderos y del que se burlan los gobernantes” (p.697). Este dominicano de nacimiento y caraqueño por naturalización fue testigo de las intrigas políticas y de las constituciones de su tiempo: la de 1857 promulgada por José Tadeo Monagas que duró un solo año pero le sirvió al dictador para llevar su período presidencial a 6 años, legitimar su reelección y su dictatorial centralización; y la Constitución de 1858 elaborada por la Convención Nacional de Valencia y promulgada por el general Julián Castro, Jefe Provisional de Venezuela. Esta última era buena pero de poco sirvió pues días después fue degollada por los machetes y pisoteada por los caballos de la Guerra Federal.

Un librito para engañar a los tontos”

Los cínicos a veces dicen verdades y destapan realidades que los demás sufren y callan. José Tadeo Monagas nombró a Núñez de Cáceres ministro de la Corte Suprema, quitando para ello el requisito constitucional de ser nativo para ese alto cargo. Eran, dice, “dictaduras más o menos bárbaras, aunque reglamentadas por el cuadernito que apellidan Constitución” (p. 250). “Las constituciones han perdido su prestigio y nadie les hace ya caso desde que ven hacerlas con la facilidad de un reglamento de cofradía, y que ningún gobernante las observa, si no le da la gana. Todos saben que no son otra cosa que un librito para engañar a los tontos” (p. 392) Este cinismo de los que detentan el poder no logra ocultar la triste realidad. “Por otra parte el pueblo conoce que hay un malestar universal y que este mal no lo remedian las constituciones” (p.393).

Y completa el triste cuadro confesando sin tapujos: “En el día no hay más verdadero poder que el EJECUTIVO: los demás escritos en la Constitución bajo el dictado que les dan de poderes nacionales son más que de mera fórmula y adorno” (p.701).

Ahora, 160 años después, nos preguntamos ¿será distinto con la dictadura actual? ¿El régimen que promulgó la Constitución Bolivariana la respeta, y se desvive por cumplirla o es difícil encontrar artículos que no sean violados por el propio Ejecutivo?

¿Violación de la Constitución o asesinato de hombres y mujeres?

Quienes tienen la Constitución como “un papelito” para engañar bobos o una “mera fórmula de adorno”, no sienten que apresar adversarios y torturarlos, quitarles el partido, robar el presupuesto público, saquear la empresa petrolera, arruinar el salario y los sistemas de salud y de educación … sean delito. Con cinismo siguen voceando que “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político” (Art. 2 de la Constitución) ¡Qué barbaridad!

Si todos esos delitos fueran apenas violar “un papelito”, no tendrían importancia, pero se trata de violación de la vida de millones de venezolanos. Solo si partimos del dolor y la indignación que produce el ver a millones en exilio obligado, y a otros tantos, sin trabajo o con ingresos de hambre, sin escuela y sin atención de salud… Solo desde ahí podemos hablar de ética y valores sin cinismo. La sociedad civil entera y los políticos – sean del gobierno o de la oposición – hemos de renacer desde el corazón de millones de venezolanos despojados y maltratados. Esa es la violación que nos duele y combatimos.

¿Puede haber República en Venezuela?

El autor que hemos traído para que en su retrato del siglo XIX veamos nuestra realidad actual, concluye que “En Venezuela no hay ni puede haber República porque no hay republicanos” (p.695). Estamos de acuerdo en que no hay República, pero nos rebelamos contra la criminal y cómplice resignación de que no puede haberla. No podemos aceptar esa rendición que termina justificando el desastre, pues si no es posible que haya República, es absurdo tratar de conseguirla. Ciertamente faltan republicanos en Venezuela, pero es igualmente cierto que hay millones de republicanos latentes, dispuestos a activar su conciencia y creatividad pública en cuanto haya una conducción política responsable que interpela y pone en acción lo mejor de nuestra condición ciudadana. Lo demostramos hace medio siglo cuando Venezuela era la admiración y envidia de la América hispana en medio de un mar de sangrientas dictaduras. Había problemas heredados y cultivados, pero los avances democráticos sociales fueron increíbles…

Seamos del campo chavista o de la democracia opositora tenemos que apostar a hacer realidad la República con lo que la Constitución proclama como derechos humanos fundamentales y convertirlo en espíritu y conducta para que millones y millones de venezolanos nos pongamos en marcha a paso de republicanos. Para esto es imprescindible abandonar el cinismo con que se manipula la Constitución y se utiliza como pantalla verbal para ocultar una realidad impresentable. Esta transformación necesaria, hoy es tan difícil, que no es posible lograrla con medio país enfrentado al otro medio. Tiene que haber un pacto nacional tan serio y consecuente que el próximo gobierno democrático cuente con todas fuerzas nacionales sumadas y con un inmenso apoyo internacional.

Solo así podremos convertir la trágica muerte que hoy reina en Venezuela en vida y, oportunidades para la responsabilidad republicana con esfuerzo personal para construir la República. Millones de venezolanos tenemos que nacer de nuevo y hacer una sociedad de productores de convivencia social, de economía floreciente y de República de bien común.

¿Hechos o Palabras?

Luis Ugalde, S.J

Parece que ya nadie cree en nadie, ni en el poder dictatorial ni en la oposición democrática. Las promesas no engañan cuando la mentira se ha convertido en cinismo para justificar el hundimiento. Los jefes del régimen saben que la “revolución” que ofrecieron como liberación del “capitalismo explotador”, ha llevado a la pobreza al 90% de un país en descomposición. No estoy de acuerdo en quienes consideran que Maduro es tonto e ignorante. Sabe de sobra que el país está en un callejón sin salida y necesita un cambio radical.

¿Nueva negociación? El régimen ha dicho que está dispuesto a una nueva negociación que no sea repetición de las burlas anteriores. Nadie se fía de las palabras. ¿Será verdad que el régimen piensa engañar una vez más? ¿Va a la negociación dispuesto al cambio o simplemente para ganar tiempo y respiro?

Para reconstruir a Venezuela no hay más camino que lograr acuerdos básicos fundamentales con decidido cambio de modelo y sumar todas las fuerzas posibles (hoy enfrentadas) para que la deseada reconstrucción democrática no sea un estrepitoso fracaso. Esto es más que una negociación entre 16 representantes, es diálogo multicolor de millones que descubren su necesidad de convertirse en ciudadanos para que renazca la República.

Es asunto de vida o muerte no solo quitar las sanciones internacionales sino entrar en una relación amistosa y de fuerte colaboración con las principales democracias del mundo. Esas sanciones se impusieron como respuestas a graves delitos personales y a políticas antidemocráticas, violatorias de la Constitución y de los derechos humanos. Ahora se le hace ver a la dictadura que no hay levantamiento de sanciones si el gobierno “de facto” no da pasos significativos hacia la democracia, quitando persecuciones, prisiones, destierros e inhabilitaciones dictatoriales y cambiando el modelo totalitario rotundamente fracasado que mata a la economía productiva y castiga a la población con la miseria.

¿Van los hechos en esa dirección, o más bien las palabras-promesas van por ahí y los hechos en la dirección contraria?

Condiciones para la reconstrucción nacional

Sin eliminar la hiperinflación no hay vida, y no es posible frenarla sin refinanciar la inmensa deuda e incrementar aceleradamente la producción nacional, desastres a los que llevó el régimen mucho antes de las sanciones. Es indispensable una inversión multimillonaria sostenida, lo que no puede ocurrir sin garantías jurídicas y sin un modelo abierto a la iniciativa privada. Sin ese cambio sustancial no es posible crear oportunidades para que millones de venezolanos tengan trabajo productivo y bien remunerado. Sin cambio global de enfoque tampoco es posible el apoyo internacional con movilización nacional de la sociedad civil activada y articulada.

Obviamente todo esto exige un estado democrático que desata y estimula el talento y la creatividad de millones de venezolanos y de miles de organizaciones intermedias muy variadas.

¿Va el gobierno “de facto” en esa dirección?

Desearíamos que así fuera y a veces se escuchan algunas promesas en esa dirección. Pero no lo hará el régimen mientras sienta que tiene otras alternativas y no sea obligado por el malestar nacional de millones y la presión internacional de las democracias e instituciones de derechos humanos. Tenemos que ver hacia dónde van los hechos y decisiones más recientes del poder Ejecutivo-Judicial. Al tiempo que prometen diálogo hacia la democracia, los hechos van a atornillar la dictadura. Permítanme nombrar muy rápidamente solo 10 políticas: no opiniones mías, sino hechos evidentes del régimen.

1-Criminalización de las ONG, su control dictatorial y obligación de demostrar su inocencia. Así mismo de los organismos internacionales y ONG de apoyo.

2-Control total de los Medios de Comunicación Social con exclusión de la sociedad.

3-Promoción del anticonstitucional estado comunal con eliminación del poder municipal y de las votaciones individuales libres y secretas.

4- Mantenimiento del secuestro de los partidos opositores y de sus tarjetas.

5-Inhabilitación, persecución y exilio de dirigentes democráticos.

6-Centenares de presos políticos.

7-Con un CNE algo mejorado, pero que nada puede hacer si el Poder Ejecutivo-Judicial dictatorial no quiere.

8-Discriminación en toda la vida nacional con el carnet del partido oficial y la división del país en patriotas y “derecha” delincuente que, como tal, debe ser excluida y perseguida( como en Cuba).

9-La Fuerza Armada Bolivariana es y debe ser partidista; quien no lo sea es enemigo de la patria.

10-Mantenimiento de la injerencia cubana en los núcleos decisivos.

Necesitamos una ciudadanía movilizada para elecciones integrales y más allá, una negociación libre de toda ingenuidad y partidismo y una presión internacional en la que Europa y América se den la mano en ayuda de la vida digna y libre de los venezolanos.