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Jesús Seguías

Hoy concluye un ciclo

Jesús Seguías

La abstención de los venezolanos en las elecciones de hoy evidencian la falta de interés en los asuntos políticos. La mayoría decidió quedarse en casa. Un mensaje escandaloso a todo el estamento político venezolano.

1. Hoy concluye un ciclo. Tanto el chavismo como la oposición han trabajado con mucha eficiencia para obtener los resultados que lograrán en las elecciones de hoy. O sea, cada quien será responsable de sus victorias y derrotas, incluyendo de la abstención de los venezolanos.

2. La abstención de los venezolanos en las elecciones de hoy evidencian la falta de interés en los asuntos políticos. La mayoría decidió quedarse en casa. Un mensaje escandaloso a todo el estamento político venezolano.

3. Por cierto, a la hora de medir correctamente las cifras de participación, hay que considerar los casi seis millones de venezolanos del éxodo. Eso reduce la población electoral activa en Venezuela a unos 15 millones de electores aproximadamente. Esa es la base para la medición real.

4. Sin duda alguna, estas elecciones sirven de marco para redefinir la política venezolana. O sea, hay que rehacer el país y poner fin a la camorra inútil y pendenciera. Tanto el chavismo como la oposición deben reformularse a fondo, salir del siglo 19 y 20 y entrar en el 21.

5. A partir de mañana, Venezuela tiene dos grandes nuevas tareas como nación: a) La reconstrucción de todas las estructuras políticas del país. b) La reconstrucción de la economía, levantar el aparato productivo, elevar la calidad de vida, y forzar el retorno de millones del éxodo.

6. Venezuela está extenuada. Ya no tolera la camorra de políticos que le fallaron al país. Ahora debe iniciarse una nueva agenda basada en la nueva política y la nueva economía. Esta debe ser la nueva pasión de los venezolanos. Y para ello es fundamental la reconciliación de todos.

21 de noviembre 2021

El Nacional

https://www.elnacional.com/venezuela/hoy-concluye-un-ciclo-analisis-de-j...

Lo que me pasa | Análisis de Jesús Seguías

Jesús Seguías

1. Una colega periodista, a la que le guardo mucho respeto y admiración, me emplaza a responder su inquietud: “Qué le pasa a Jesús Seguías”. Ella llegó a la conclusión que mis opiniones vertidas por diferentes redes sociales están “cargadas de sospechas”, preguntándose a la vez: “¿a quiénes benefician esos comentarios de Jesús Seguías?”, aconsejándome finalmente que, por el hecho de ser investigador de la opinión pública, debo ser “un consultor más imparcial”. Me permito, por tanto, y de la manera más cordial pero diáfana exponer “lo que me pasa”.

El deber ser

2. Ciertamente, lo más aconsejable es que un consultor dedicado a la investigación política y a medir la opinión pública vea “los toros desde la barrera” y emita juicios desprendidos de cualquiera parcialidad. Eso es lo correcto en un país normal. Y es lo que yo más quisiera, especialmente porque renuncié al activismo político hace muchos años. No ha sido fácil para mí estar involucrado en una diatriba que la mayoría de las veces resulta estéril y cansona.

Lo que me pasa

3. También debo recalcar que no tengo afanes protagónicos, ni pretendo dar “órdenes” a ningún político, especialmente por aquello de que cada quien es arquitecto de su destino, y nadie cambia a nadie. Pretender cambiar a alguien es tiempo perdido, pues la decisión del cambio es muy personal y voluntaria.

4. Asimismo, debo resaltar que no soy candidato a nada, no soy político de oficio (ni tengo planes de serlo), ni llevo en mi mente el “gusanillo de la fama y el poder” (hace muchos años lo derroté). Simplemente soy un ciudadano que se siente muy preocupado por la crisis y sufrimiento del país, y las más de las veces defraudado por el desempeño de nuestros políticos en general. Obvio, hay muchas excepciones en todo el país, lo cual mantiene viva la esperanza de un cambio.

¿Por qué opino sobre política?

5. En primer lugar, opino porque la mega crisis por la que atraviesa Venezuela no es cualquiera crisis. Se trata de un quiebre total del país. Es una crisis provocada por una estructura política envejecida (nada que ver con edades) que se niega a cambiar.

6. El punto clave es que el caos generado por esa crisis no sólo afecta a los políticos de oficio que lo provocaron (de ser así estaría muy calladito) sino a todos los venezolanos por igual, incluyéndome a mí en lo particular. Y eso ya es otra dimensión del problema. De manera que permanecer callado en esas condiciones es un pecado capital para un ciudadano. Creo que es lo mismo que le ocurre a otros excelentes investigadores de opinión pública en Venezuela, los cuales se ven obligados a opinar ante una tragedia que les afecta también.

7. En segundo lugar, aun cuando no soy político de oficio, opino porque tengo formación política de larga data, por experiencia viva y por academia. De manera que conozco el tema, y creo que puedo hacer aportes incondicionales en estos momentos cruciales para Venezuela.

8. En tercer lugar, opino porque soy periodista. El periodismo es investigación pura. La Escuela de Periodismo de la UCV me introdujo en el campo de la investigación cualitativa y cuantitativa. El profesor Rosas Marcano me sembró el “gusanillo” de la investigación… hasta el sol de hoy. Pero los periodistas, es decir, los investigadores también opinamos. Mi colega periodista -excelente investigadora- es un ejemplo de ello ¿Eso significa que si ella opina queda descalificada como investigadora? Ambos sabemos que no.

9. Lo que sí tenemos prohibido los investigadores (y cualquier ciudadano) es mentir, manipular las informaciones, incurrir en el “palangre”, manosear cifras, o sea, vender al mejor postor nuestra dignidad profesional (mis padres y mi profesora de ética Gloria Cuenca me dejaron un legado ético indeleble).

10. En ese sentido, Datincorp y su excelente equipo de trabajo están muy bien plantados en todos los países donde opera. Nadie, absolutamente nadie puede acusarnos de manejos indebidos de la data. Ya nos conocen. No hay dinero en el mundo que pueda alterar esta conducta ética.

¿Qué es lo que preocupa a algunos realmente?

11. Estoy convencido que en realidad lo que molesta a algunos no es que un periodista, un “encuestador”, es decir, un investigador de la opinión pública opine sobre temas que conoce. Lo que realmente preocupa es el contenido de la opinión que emite y la proyección que pueda tener en la opinión pública, especialmente cuando el tiempo y los hechos han dado validez a esa opinión. No debiera preocupar. Todo lo contrario. Pero así es el complejo mundo del poder.

12. Me parece muy normal que una periodista o cualquier ciudadano, defina estar al lado de la política impulsada por Juan Guaidó. Es su derecho. Y quiero creer que cuando la colega me emplaza a definir lo que me pasa, lo hace con la idea que yo genere una respuesta satisfactoria y despeje dudas. Y eso es lo que intento. Pero si el objetivo es tejer un manto de dudas sobre mi dignidad y honradez como recurso para descalificar mis criterios, eso ya es no jugar limpio, por decir lo menos. Es inaceptable.

13. Lamentablemente algunos actores venezolanos, ante el fracaso de sus planes políticos y el caos provocado por ello, en vez de optar por la humilde rectificación y reconocimiento de sus errores para avanzar en otra dimensión, dieron rienda suelta a la intolerancia, al insulto, a la descalificación grosera, para impedir que voces y/o actores disidentes estorben en el camino irreductible que han emprendido por el control del poder.

14. En Venezuela se ha activado una campaña de extorsión (nada espontánea, por cierto) contra todos los que osen pensar y actuar diferente a un grupo de actores políticos, y donde el castigo es la destrucción moral del disidente. Nadie se ha salvado de ese Gulag (ni el Papa siquiera, válgame Dios) ¿De cuál dictadura estamos hablando entonces? ¿Los chavistas son los únicos intolerantes y autoritarios? ¿En serio?

¿Y qué es lo que busco?

15. Dos datos de alto interés. Más de 80% de los venezolanos no confían en los dirigentes políticos en general. Asimismo, casi 60% no quiere saber nada ni del gobierno ni de la oposición. Es decir, el país está en este momento huérfano de un liderazgo confiable. Es preocupante que eso esté ocurriendo justo en el peor momento de nuestra historia. Y eso es parte de “lo que me pasa”. Lo único que pretendo con mis opiniones, por tanto, es conminar en mi rol de ciudadano a los políticos de oficio para que hagan lo correcto.

16. ¿Y qué es lo correcto? Que los políticos cumplan con su misión primaria, mínimo: Que el gobierno gobierne y resuelva problemas en vez de seguir fabricando crisis a granel y alimentando confrontaciones basadas en un cementerio de ideas muertas, y que la oposición haga oposición asertiva, exitosa, y responsable. Hacer lo contrario a esto entra en el terreno de lo incorrecto. Tan sencillo como eso.

17. Nadie, absolutamente nadie (ni Nicolás Maduro siquiera) duda que el gobierno tiene la mayor responsabilidad de la mega crisis que padecemos todos los venezolanos, pero eso no exime a la oposición de responder con coraje por sus propios errores, porque tras esos errores lo que ha venido a continuación es la consolidación de un gobierno desastroso. De manera que no son precisamente mis opiniones las que trabajan a favor del gobierno.

18. A mi colega en lo particular le sigo profesando respeto y cariño. Paso por alto todas sus infundadas sospechas, comprendo que eso es resultado del caos que vivimos como nación. Sólo le pido que no se falle en estos momentos de confusión y desvarío.

@JesusSeguias

Es momento de decidir y dejar la lloradera

Jesús Seguías

1. Cuando un político anda en una lloradera eterna, pidiendo condiciones perfectas para participar en unas elecciones que debe convocar un gobierno calificado por el mismo como dictatorial, sencillamente no entiende de qué se trata el asunto, o renunció automáticamente al ejercicio de la política, y le aterra confrontar la realidad. Le huye a su propio espejo.

2. Juan Guaidó es el resultado íntegro de unas elecciones imperfectas, y con un tribunal electoral totalmente controlado por el gobierno. Y miren cómo le ha sacado el jugo al cargo. Si logró lo que logró con un simple órgano legislativo, que no maneja poder tangible y que sólo discute leyes, imaginemos a la oposición con 20 gobernaciones y más de 200 alcaldías en sus manos. Estas instancias sí manejan poder tangible, y resuelven problemas concretos a los ciudadanos.

3. Algunos critican a los actuales gobernadores y alcaldes opositores. Dicen que no gobiernan nada porque les quitaron todos los poderes, y que por tanto no vale la pena votar. Pero resulta que Guaidó y la AN electa en 2015 también se quedaron sin poderes en Venezuela, les nombraron sus respectivos “protectores”, sin embargo, nadie ha dicho que no se debió participar en elecciones del 2015. Todos lo consideran una acertada decisión.

4. Afortunadamente, ya nadie habla del “cese a la usurpación”, una aventura política que costó muy caro a los venezolanos, y donde hasta ahora nadie ha dicho: “Soy responsable”. Ahora todos, con Guaidó a la cabeza, hablan de ir a “elecciones confiables”. Por fin entendimos.

5. Los venezolanos deben retomar el control de la agenda política que en mala hora se le entregó a Donald Trump, el único ganador con el show del “cese a la usurpación”. Para cualquier político es un error capital entregar las decisiones estratégicas a gobernantes de otros países. Siempre privarán, en última instancia, los intereses de los demás. Y eso es legítimo. Así es el juego cuando se pierde la soberanía política. Y eso fue lo que ocurrió con el G-4.

6. Chavez y Maduro (al igual que toda Venezuela) han pagado muy caro la sumisión a los cubanos. Y la oposición venezolana quedó muy maltrecha con un mantra inventado en Washington que colocó a la ruta electoral en un lejano tercer lugar.

7. Por eso nunca se le prestó importancia a la designación de un nuevo CNE en los últimos dos años. La prioridad era el “cese a la usurpación”, para lo cual Trump jamás estuvo dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias. Jamás. Los venezolanos fueron engañados como niños por un irresponsable prestidigitador de la política.

8. Por tanto, ahora hay que retomar la autonomía en la agenda política venezolana. Los venezolanos en la primera fila, y los aliados extranjeros atrás, apoyando y facilitando. Jamás al revés. Y habrá que negociar con Nicolás Maduro, pues él es el que está al frente de las fuerzas contrarias (¿o alguien lo duda?).

9. De Maduro habrá que esperar “mínimas concesiones”, no todas. Y viceversa. Maduro no logrará que todas las sanciones internacionales desaparezcan de un sólo trancazo. Ambos aplicarán la consabida práctica: “Cómo vaya viniendo vamos viendo”. Por eso en Washington dicen que el caso venezolano tomará tiempo para resolverse.

10. En esas negociaciones, un nuevo CNE equilibrado y transparente es el primer objetivo a discutir, el fundamental y necesario para que los venezolanos retomen la confianza en el voto. Esto es clave.

11. Si se logra integrar un nuevo CNE equilibrado y transparente, si se logra una observación internacional a todos los procesos electorales hasta el 2024 (sé por qué lo digo), si se encuentra una solución pragmática a la situación de los partidos intervenidos, la oposición debe participar de manera masiva, unitaria, con elecciones primarias donde sea necesario, tarjeta única, y campaña paraguas. La victoria sería total. No hay duda de ello.

12. Pero la mayor victoria no sería electoral sino política. Los opositores habrán abandonado la más reciente zona de confort (que otros le hagan la tarea, soñar con los marines, insultarse mutuamente en grupos de WhatsApp y Twitter), y se dedicarán a retomar el retador ejercicio de la política, de escuchar a los venezolanos, y de reconstruir a las organizaciones políticas (severamente deterioradas hoy día).

13. La historia del poder se reduce siempre al manejo riguroso de realidades, especialmente un claro conocimiento acerca del adversario. Y esa ha sido la mayor debilidad de la oposición venezolana, además del desempeño mesiánico de sus dirigentes. Estos errores han sido la principal fortaleza de su adversario durante más de 20 años.

14. ¿Qué dicen “las realidades”, entonces? Que el único camino que queda es negociar un desenlace electoral a la crisis política, comenzando por las elecciones de alcaldes y gobernadores en 2021, referendo revocatorio en 2022, o presidenciales en 2024. Lo demás es fantasía pura y seguir mintiéndose irresponsablemente a sí mismo y al país.

15. Mientras la solución a la crisis política toma su tiempo, todos los venezolanos (con el gobierno incluido) debemos abocarnos a construir un nuevo pacto social y político para la reconstrucción de la economía de la nación. Eso sí no puede esperar un día más. Es urgente. Y los empresarios privados, con los venezolanos en la primera fila, deben asumir las riendas de la economía venezolana. La “economía socialista” es una quimera. Eso lo saben hasta el hartazgo en Miraflores. Sólo el capitalismo salvará a Venezuela.

@JesusSeguias

Las razones que obligan al chavismo y a la oposición a negociar

Jesús Seguías

Análisis Prospectivo

Las razones que obligan al gobierno a negociar.

1. En anterior análisis, reprodujimos una frase lapidaria de Elliot Abrams, el enviado de la casa Blanca para el caso Venezuela: “Esto va a terminar en una mesa de negociación… y se va a negociar con los que están allí, no con los que uno quiera”.

2. Muchos opositores venezolanos, quizás la mayoría, piensa que el gobierno de Nicolás Maduro no tiene ningún interés en negociar y que, de hacerlo, se burlará una vez más de la oposición. Por supuesto, hay una experiencia acumulada que sirve de soporte para este razonamiento.

3. Sin embargo, sostengo que las condiciones actuales no se parecen a las anteriores. Dos razones lo evidencian: La primera. La crisis del país adquirió una dimensión colosal que no se asemeja ni siquiera a la de hace un año. La pandemia del Covid 19 llevó el caos a un nivel más profundo, y este año será peor de no haber un viraje radical lo antes posible. Y ese viraje implica resolver muchos cuellos de botella respecto a los inversionistas que deben acudir al rescate de Venezuela, y eso pasa por negociaciones que trascienden el ámbito empresarial.

4. La segunda razón. En este momento, a diferencia de Santo Domingo y Barbados, para que sea exitosa una negociación ésta debe contar como garantes de los acuerdos a las 4 grandes potencias del mundo: China, Rusia, Europa y Estados Unidos, lo cual haría muy difícil la violación de los acuerdos. En Santo Domingo, los garantes eran pequeños países. En Barbados, los noruegos estaban casi solos.

5. Sin embargo, existe otro razonamiento de alto calibre para quienes perdieron las esperanzas en una salida negociada. Dicen: “¿Cuál es el incentivo que tiene Nicolás Maduro para negociar, tomando en cuenta que salió victorioso ante Trump y los opositores en su empeño por sacarlo del poder, y que aun sigue contando con el apoyo de China y Rusia?” Sin duda Maduro se siente en ventaja. De hecho, Trump salió primero del poder que Maduro.

6. ¿Entonces cuál es la razón que podría tener Nicolás Maduro para negociar, y cuál es el enemigo al cual pudiera temerle? Está muy claro: son las 7 mega crisis que venimos mencionando, especialmente la económica. Son ellas las que amenazan realmente su estabilidad y permanencia en el poder ¿Significa entonces que “si el sistema se hunde, hay que hacer peso para que se hunda más rápido”? Pues no es tan así de sencillo.

7. Es posible que la agudización de esas megas crisis podría conducir a una implosión del mismo gobierno. Pero las consecuencias no serían a beneficio de las fuerzas opositoras, cuyos poderes de coacción en Venezuela son prácticamente inexistentes como para incidir de manera determinante en un desenlace de este tipo. Lo que podría ocurrir a continuación sería proceso de auto disolución de la nación, dividiéndose en tantas parcelas como grupos de poder armado existan.

8. Sería lo más parecido al infierno, y donde sólo una intervención de tropas internacionales podría convertirse en una hipotética solución. Pero para que algunos países, o las Naciones Unidas, se motiven a intervenir militarmente en plena crisis de Pandemia tiene que ocurrir una catástrofe superior a la de Siria, con decenas de miles de muertos en las calles. Aun los sirios están esperando esa intervención tras varios años de conflicto sangriento, con más de 60 mil muertos a cuestas.

9. Obvio, en este escenario de implosión y posiblemente desmembramiento del territorio nacional no está contemplado en absoluto entregarle el poder a la oposición (empezando porque habría que definir quiénes son los representantes de la oposición, y a cuáles reconocerían como tales los actores que dominan el conflicto). Para decirlo en términos coloquiales, éste sería un pleito entre chavistas y donde la oposición no tiene velas en ese entierro.

10. Uno de los mitos que han creado algunos opositores es que “solos no podemos derrotar al chavismo, por tanto. es necesaria la intervención militar internacional”. Esa conclusión tan simplista para un político conduce a otra interpretación más simplista aún: si no hay intervención militar internacional (como evidentemente no la habrá) tácitamente estos “líderes” lo que están es informando de su claudicación y renuncia como políticos, abandonando a su suerte a los venezolanos que han creído en ellos.

11. Pero el anterior mito (prohibido para políticos verdaderos) se complementa con otro mito más: el chavismo gobernante es un cuerpo perfecto, todopoderoso, nadie los puede derrotar, son homogéneos, nunca dejan fisuras, ni brechas, ni rendijas. En fin, los chavistas deben ser extraterrestres. Nada parecido a la imperfecta y pasionaria especie humana.

12. Por supuesto, esta es una garrafal lectura acerca del adversario. Los chavistas que están en el gobierno tienen, además de las mismas virtudes, las mismas contradicciones y miserias humanas que tienen los opositores, las mismas ambiciones de poder, las mismas protestas internas, las mismas incompetencias, las mismas zancadillas, chismes, picardía, mentiras, los mismos conflictos éticos, y las mismas ganas de cortarle la cabeza al que está más arriba. Ambos son muy venezolanos en tiempos de confusión y zozobra.

13. Pero hay tres diferencias sustanciales entre la dirigencia chavista y la dirigencia opositora: La primera es que una está al mando del poder real, y la otra lleva más de 20 años tratando de conquistarlo infructuosamente. La segunda es que los chavistas, en medio de sus imperfecciones, han sido más inteligentes en las batallas que los opositores, pues buscan pelear en el terreno donde son más fuertes (principio fundamental del poder) y lograron el milagro de hacer que los opositores también peleen en el terreno del gobierno, abandonando los escenarios donde son fuertes (insólito pero verdadero). Y la tercera es que los chavistas tienen tantos problemas internos como la oposición, pero -a diferencia de los opositores- han sido más inteligentes en canalizar sus fisuras, y han respetado el otro principio del poder: ante la amenaza externa, unidad interna.

14. Entonces los chavistas son tan imperfectos como los opositores, por tanto no son todopoderosos, están enfrentando graves problemas como gobierno y como partido, y siempre están mostrando fisuras, rendijas que la oposición debe aprovechar con mucha inteligencia política, y un poco de sentido común.

15. Ahora bien, Maduro no es Kim Jon Un (el dictador norcoreano) como para tener un control absoluto y férreo del poder (y estimo que no lo será jamás por varias razones). El chavismo son muchos intereses creados, y cuya homogeneidad actual está amalgamada sólo por las amenazas externas del momento.

16. Hasta ahora Nicolás Maduro conserva el mayor liderazgo, sin duda, y sigue creciendo su influencia y poder en lo interno del chavismo. Pero que el presidente de la nueva AN (la electa el 6D) haya sido Jorge Rodríguez y no Diosdado Cabello es revelador de cómo se está moviendo el tablero en lo interno del chavismo. Más aun, ya hay dos tendencias claramente visibles.

17. La primera es la tendencia definida como la “moderada” o, para decirlo en los términos de la otra tendencia, la que “traicionó al proyecto originario de Chávez”. Esta tendencia es dirigida por Maduro, los hermanos Rodríguez y los militares encabezados por Vladimir Padrino. Esta tendencia está buscando llevar a Venezuela al modelo chino (“Una nación, dos sistemas”). Es decir, una economía abiertamente capitalista conviviendo con un estado socialista. China lo logró ¿podrá lograrlo Maduro?

18. La otra tendencia es la definida como la del “4-F”, es decir, la del chavismo originario de Chávez, o para decirlo en los términos de la otra tendencia, son la “izquierda trasnochada”, los “radicales”. Esta la dirige Diosdado Cabello, Iris Valera, y posiblemente haya entendimiento con Rafael Ramírez y Elías Jaua (estos fueron los primeros defenestrados por Maduro). Cabello ha venido perdiendo poder poco a poco. Todos los militares de la promoción de Cabello fueron pasados a retiro, y ahora le quitaron su último poder personal: el control del parlamento.

19. Ahora bien, si el propósito del gobierno es aplicar el modelo chino en Venezuela para superar la crisis, eso será muy difícil de concretar mientras prevalezcan las sanciones y el rechazo de 60 países clave de la comunidad internacional. Los chinos lograron su éxito gracias al buen entendimiento que hubo con la comunidad capitalista internacional, lo cual condujo a grandes inversiones occidentales en China. De no haber sido por la audacia y determinación de Deng Xiaoping hace 40 años, jamás China hubiese logrado el éxito que luce hoy día. Maduro aun no cuenta con ese apoyo clave.

20. Sin duda, el nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, cambiará la torpe estrategia de Trump respecto a Venezuela. Se prevé una gran sinergia entre los Estados Unidos, Europa, el Vaticano, y todo el Grupo de Lima para negociar una salida electoral en Venezuela, quedando descartada la expulsión previa de Maduro del poder como condición para negociar. El “Cese de la Usurpación” feneció, lo cual libera el juego atascado. Las realidades se impusieron.

21. Pero es aconsejable que el gobierno de Maduro no se confunda con Biden. La suspensión de muchas sanciones sólo será a cambio de concesiones tangibles e importantes. Trump y Biden tienen profundas diferencias políticas, pero hay algo en lo que ambos coinciden plenamente, al igual que los demócratas y republicanos: en Venezuela debe existir un juego democrático transparente. Así que no queda otra alternativa que sentarse a negociar.

Las razones que obligan a la oposición a negociar.

22. Si ya no hay espacio para un cambio de gobierno a través de insurrecciones civiles y militares, ni para una intervención militar internacional, y si, por el contrario, toda la comunidad internacional (la mayor fortaleza con que cuentan quienes quieren un cambio en Venezuela) está exigiendo negociaciones para ir directo a un desenlace electoral (pasando la página del "Cese a la Usurpación”), entonces ya no le queda más salida a la oposición que asumir las realidades y proceder en consecuencia. Nada más que decir al respecto. Los buenos entendedores no requieren muchas palabras.

Ocho puntos clave para la negociación

23. A simple vista, estarán sobre la mesa de negociaciones 8 elementos clave para solucionar la crisis política de Venezuela a través de elecciones:

- Conformar un nuevo organismo electoral que sea equilibrado, por tanto confiable.

- Un cronograma electoral consensuado. (Este será uno de los puntos más álgidos, pues el gobierno exigirá respeto a los procesos electorales ya realizados, y la oposición exigirá repetir elecciones presidenciales y parlamentarias).

- Observación internacional en todos los procesos electorales convocados hasta 2024.

- Respeto absoluto de los resultados por parte de los actores. (En este punto quedan incluidos temas como el de los “Protectores del Pueblo”, la equidad en la distribución de recursos para gobernaciones y alcaldías, y otros).

- Libertad de los presos políticos (civiles y militares).

- Restitución de las garantías de los partidos políticos intervenidos por el Tribunal Supremo de Justicia.

- Nadie, ni el gobierno ni la oposición, actuará al margen de la Constitución Nacional. Los abusos de poder y violación de derechos humanos, así como las opciones insurreccionales para producir cambios de gobierno deben quedar proscritos.

- Suspensión o cese definitivo de las sanciones internacionales.

24. Debe existir 5 garantes internacionales de los acuerdos: China, Rusia, Comunidad Europea, Estados Unidos y el Vaticano. Estamos frente a potencias mundiales con alto poder vinculante, de manera que no será fácil para ninguno de los actores venezolanos violar los acuerdos.

25. Este es el nuevo tablero. El gobierno tiene dilemas más pronunciados que la oposición sobre si le conviene negociar o no. Confío que se impondrá la inteligencia política y el amor por Venezuela. Sin duda, el chavismo tiene más juego para resistir que la oposición. Pero ambos factores están en deuda con la nación y están obligados a entenderse para poner a funcionar de nuevo al país. Los venezolanos quieren soluciones de inmediato, y no están dispuestos a esperar que los políticos se pongan de acuerdo. Cada quien es arquitecto de su destino.

14 de enero 2021

El Nacional

https://www.elnacional.com/venezuela/las-razones-que-obligan-a-negociar-...

El fraude

Jesús Seguías

Micro Análisis

1. En los Estados Unidos no existe un organismo electoral nacional sino 50 organismos electorales estatales diferentes, muchos de los cuales tienen reglamentos también diferentes. Y así ha funcionado siempre desde hace más de 200 años.

2. En algunos estados se permite votar inclusive después del día de las elecciones. Pennsylvania es uno de ellos. Y este ha sido un procedimiento avalado por los diferentes tribunales estatales. Es decir, es totalmente legal.

3. El voto ausente (absentee voting) por correo existe en los Estados Unidos desde la Guerra Civil, hace más de 150 años. Originalmente era permitido para casos especiales y justificables ante organismos electorales: militares, diplomáticos, personal médico, personas enfermas o con limitaciones físicas o de transporte.

4. A raíz de la pandemia del Corona Virus (recordamos que Estados Unidos es el país más afectado del planeta) se incrementó notablemente el voto ausente. El 76% de los estadounidenses fue habilitado por los organismos electorales para votar antes de las elecciones. Es decir, algo totalmente justificable y absolutamente legal.

5. A partir de agosto pasado, 7 estados, entre ellos Texas, Nueva York y Carolina del Sur, exigen una excusa justificada para votar en ausencia. En cambio, 34 estados, incluidos Pennsylvania, Florida y Ohio, permiten el voto en ausencia a todos los residentes aun cuando no especifiquen motivos (por cierto, nadie ha pedido aún revisar los votos en Florida, donde ganó Trump).

6. En Washington D.C. y en otros 9 estados, incluidos Utah, California y Nevada, envían las boletas directamente a los votantes, aun cuando no lo soliciten. Desde el año 2000, todos los votos en Oregón son por correo.

7. Hasta ahora, el voto por correo ha sido un método totalmente confiable en todos los procesos en la historia de los Estados Unidos, y donde las inconsistencias han sido inferiores al 1% de los votos. Trump tiene años votando por correo.

8. En estas elecciones de 2020 se produjo una curiosa diferenciación entre republicanos y demócratas en las calles del país: millones de republicanos desdeñaban el uso de las mascarillas, convirtiéndose en formidables retadores del virus (el jefe-candidato daba el ejemplo). En cambio, millones de demócratas eran partidarios de usar la mascarilla y preservar la bioseguridad.

9. Trump estimuló a una masiva presencia de los suyos en las filas de electores el día de las elecciones (retando una vez más a la pandemia), mientras que Biden gastó una fortuna en campañas por televisión y las redes sociales para pedir a los suyos que votaran en forma anticipada para evitar aglomeraciones en plena pandemia.

10. Así, ambos candidatos definieron y desplegaron sus estrategias para votar. Los republicanos apostaban por el voto el mismo día de las elecciones, y los demócratas apostaban por el voto anticipado.

11. Trump lo tenía muy claro. Por eso calificó de “fraudulentos” los votos por correo mucho antes de las elecciones. Quería neutralizar la estrategia de Biden. Sabía que si los electores acudían a votar masivamente por correo, eso pondría en peligro su victoria. Y tenía razón.

12. Este año, la votación anticipada y por correo fue de carácter histórico. 100 millones de estadounidenses (casi el 70% de los electores que votaron en este proceso) prefirieron este método. Obvio, en su mayoría eran electores de Biden. Sin duda, los demócratas triunfaron con esa estrategia.

13. Por eso Trump se apresuró a descalificar el voto por correo varias semanas antes de las elecciones. Esta denuncia formaba parte más de una estrategia electoral que de una reacción ética y política ante presuntos ilícitos electorales. En conclusión, la denuncia de “fraude” era parte del guion de su campaña. Un guion muy peligroso.

14. Pero Trump tiene razón en algo: votar después de las 7 de la noche el día de las elecciones, o en días posteriores, no es buen indicio de transparencia. Sin duda ese reglamento merece ser revisado por las cortes respectivas.

15. En este momento, los votos posteriores al 3-N es quizás la denuncia de mayor peso por parte del equipo de Trump. Pero la cantidad de personas que votaron después del 3 de noviembre es muy pequeño.

16. Por ejemplo, en Pennsylvania, uno de los estados bajo reclamo, sólo se recibieron menos de 5 mil boletas después del día de las elecciones, y éstos votos ya fueron separados por las autoridades. Biden lleva una ventaja en Pennsylvania superior a los 43 mil votos.

17. En los escrutinios del día de las elecciones se cuentan primero los votos emitidos ese día, y luego los votos emitidos por correo o de manera anticipada. Es el procedimiento. Es la razón por la cual Trump llevaba la ventaja inicial que todos conocemos, hasta que comenzaron a contar los votos anticipados, donde Biden ganaba ampliamente en algunos estados clave como Pennsylvania.

18. Trump tiene todo el derecho constitucional a hacer los reclamos que considere pertinente. Inclusive, puede propiciar importantes cambios en el sistema electoral apelando a los mecanismos regulares que garantiza el sistema democrático. Lo que tiene prohibido es dinamitar al sistema electoral por el sólo hecho de estar en desventaja.

19. Por ahora, muchos países (incluidos grandes aliados suyos) ya reconocieron a Biden cómo presidente de los Estados Unidos. Asimismo. Donald Trump no ha logrado apoyos importantes en el Partido Republicano que avalen sus denuncias de fraude.

20. Por cierto, en Venezuela Biden logró el milagro de poner de acuerdo a Maduro a Guaidó: ambos coincidieron en reconocer a Biden como el nuevo interlocutor en la Casa Blanca. Buen indicio.

09 / Noviembre / 2020

@JesusSeguias

https://twitter.com/ElNacionalWeb/status/1325778295300960268?s=20

Lo que los chinos susurran a Maduro (y la oposición debe exigir)

Jesús Seguías

1. De las 5 mega crisis que conmueven al país, la económica es la más grave, pues esta influye determinantemente en la crisis de los servicios públicos, en la crisis social y en la crisis emocional de los venezolanos. Y, obviamente, el origen de todas ellas es la crisis política. Nadie lo discute. Y la oposición está de acuerdo.

2. Pero hoy la misión de los políticos venezolanos es similar a la de un cardiólogo. Cuando alguien sufre un infarto, la misión de los médicos es evitar que el paciente muera, se dedican a salvarlo para luego luchar por su pronta recuperación. Jamás se les ocurriría desatender al paciente, para darle prioridad a confrontarlo y reclamarle los desórdenes alimenticios que provocaron el infarto. Sería una locura.

3. La crisis económica se ha convertido en la tarea más urgente para los políticos de oficio en Venezuela. Eso es lo que exige la mayoría absoluta de los venezolanos. De hecho, el 80% de quienes han abandonado al país lo han hecho por razones económicas y buscando mejorar su calidad de vida. Apenas 6% se ha ido por razones políticas.

4. Creo que ya es hora de decir algunas cosas. Inexplicablemente, el respeto y estímulo al sector productivo privado por parte del gobierno jamás fueron exigencias relevantes en todas las mesas de negociaciones que han ocurrido entre el gobierno y la oposición.

5. Evitar la destrucción del aparato productivo de la nación no ha importado seriamente a los políticos, ni a los del gobierno ni a los de la oposición.

6. El foco de discusión entre ambos bloques ha sido siempre la disputa por el poder político. Y lo más insólito es que el mismo sector empresarial (especialmente sus gremios) tampoco le han exigido a los políticos un compromiso sólido al respecto.

7. Es momento de darle a la economía la prioridad que merece, pues de ello depende que Venezuela salga a flote de nuevo y que se detenga el sufrimiento extremo de los venezolanos.

8. Venezuela desde hace rato está fuera del marco tolerable que caracteriza a una sociedad funcional, por más problemas que ésta tenga. El país ya está al borde de convertirse en la sociedad distópica que nadie quiere.

9. El gobierno de Nicolás Maduro, por su parte, tiene la obligación de dar un viraje a sus políticas económicas. Y la oposición debe exigirlo. Y eso no es nada difícil. El desarrollo de la crisis facilita en este momento algunas medidas que hasta hace poco eran tabú en Venezuela.

10. Lo primero que hay que hacer es pasar directo a la economía capitalista, sin complejos de carácter político. Los chinos se lo han dicho de mil maneras a Maduro (en público y en privado, en voz alta y en susurros): “Sólo el capitalismo puede salvar al socialismo de una debacle. Actúen rápido”. Punto.

11. El chavismo, en términos generales, está totalmente ganado para este viraje. Todos saben que la “economía socialista” ha sido uno de los mayores fiascos en la historia de la humanidad. Y deben corregirlo.

12. También están claros que los inversionistas privados (los únicos que pueden recuperar la economía venezolana) exigen -como condición innegociable para traer sus capitales- absoluta paz social y política, un nuevo marco jurídico, y un gobierno que lo respete a cabalidad.

13. En este sentido, es necesario dar pasos relevantes y de alto impacto para facilitar las condiciones que pongan fin a la confrontación política extrema en el país. Es todo lo contrario a al juego duro que se viene aplicando.

14. Otro paso que ayudará a generar confianza es retornar a sus propietarios la mayoría de las empresas, bienes, tierras expropiadas en las últimas dos décadas. También hay que privatizar muchos servicios que el estado no está en capacidad de asumir. Es necesario eliminar el subsidio a la gasolina (nadie se opondría hoy día, con tal haya suministro) y terminar de convertir al dólar en una moneda de libre circulación sin obstáculos estatales.

15. Esas son algunas de las medidas que ameritan el consenso de todas las fuerzas políticas. Eso permitirá detener la crisis económica y comenzar la reconstrucción de la nación.

16. Es un pésimo error creer (y estimular) que mientras más sufran los venezolanos más nos aproximaremos a un cambio. Además de la crueldad que conlleva esa estrategia, denota incompetencia política. Celebrar el sufrimiento de la gente porque eso puede generarnos réditos políticos es una manera bastarda de hacer política.

17. En cambio, comenzar a resolver la crisis económica, independientemente del desenlace político, mejorará la calidad de vida de los venezolanos (eso sí es un éxito político para quien lo propicie), congelará el éxodo, y permitirá el retorno de millones de los que deambulan por el mundo.

18. Por tanto, si está descartada (por inviable) la ruta insurreccional y militar, no queda más alternativa que retomar la única ruta que ha brindado éxitos (aunque sean parciales) a la oposición: la ruta electoral.

19. Así las cosas, es obvio que a la oposición le conviene el retorno de millones de electores cautivos que se fueron a la diáspora, y cuya ausencia ha sido una de sus mayores debilidades en los últimos procesos electorales. Inclusive, pesa más que las trampas del CNE.

20. Dicho de otra manera, la crisis económica, lejos de traer beneficios políticos, es altamente dañina para la oposición.

21. Conclusión lógica: hay que salir del atolladero económico con urgencia. Y esa debe ser, junto a condiciones electorales transparentes, la mayor carta de negociación ante el gobierno. Pueden comenzar por la gasolina… ¿Se atreverán los políticos todos a dar ese viraje? Venezuela observa.

Mañana: análisis sobre el nuevo destino de la oposición venezolana.

*Jesús Seguías es presidente de Datincorp. Consultor político.

En Venezuela se aclara el camino

Jesús Seguías

Análisis

Desde el 3 de febrero pasado, cuando escribí “Hoja de Ruta sin Retorno”, he permanecido prácticamente callado. Decidí esperar con paciencia y serenidad los resultados de la estrategia opositora venezolana (Cese a la Usurpación, Gobierno de Transición, y Elecciones Libres).

A pesar de sospechar que estábamos frente a una nueva aventura política, decidí ponerme en neutro y confiar, tal como me lo pidieron varios amigos. Decidí validar sin prejuicios qué tanto se estaban tomando las decisiones correctas, y además verificar hasta dónde estaban dispuestos a llegar los actores que manifestaron que a Nicolás Maduro le quedaban “horas” en el poder.

EL DESLINDE NECESARIO

Creo que llegó la hora del deslinde definitivo en las fuerzas opositoras. Esto ayudará a liberar las fuerzas reprimidas en las partes confrontadas. Hay dos tendencias claramente antagónicas:

La Tendencia A. Por un lado están quienes quieren presionar duro para provocar un cambio a través de las armas (con consecuencias terribles para el futuro inmediato y mediato de la nación). La insistente campaña de algunos dirigentes opositores empeñados en exigir a la Asamblea Nacional que autorice una intervención militar extranjera en Venezuela, y que Juan Guaidó se ponga al frente de esta solicitud, es demostración del nivel desencuentros irreversibles que existen en el campo opositor.

Pregunto a los proponentes de la intervención militar extranjera: ¿creen en verdad que lo que hace falta para que USA, Colombia, Brasil y el resto de la comunidad internacional intervengan militarmente en Venezuela es una petición administrativa de la AN, y basada por lo demás en un artículo que sólo habla de “autorizar Misiones Militares” que cooperen con las FANB de Venezuela (hoy en manos del gobierno de Nicolás Maduro) más no de ataques militares en territorio nacional?

Más aún ¿Qué país ha dicho que está listo para intervenir militarmente en Venezuela y que sólo necesita una autorización administrativa de la AN para proceder?

¿En qué cabeza cabe que los diputados venezolanos pueden dictar órdenes a los estadounidenses, colombianos y brasileños para que expongan sus vidas en tierra ajena mientras los venezolanos se encargan de darles ánimo sin exponer su propio pellejo?

Tal como dije el pasado 10 de marzo en un micro análisis de circulación muy restringida, la propuesta de activar el Art. 187-11 de la CRBV evidencia desvarío, ingenuidad, y desconocimiento supino de la política internacional. Es normal que eso le ocurra a un ciudadano común, sin experiencia política e imbuido en horrendos sufrimientos y bajo un comprensible desespero por poner fin a esta tragedia. Pero que esa propuesta la estén asumiendo dirigentes políticos es reprobable, es totalmente irresponsable. Y más reprobable es que decidan volcar toda su ira y frustración en contra de Juan Guaidó y los diputados de la AN por negarse a semejante estupidez.

Afortunadamente, Juan Guaidó y la Asamblea Nacional tomaron la decisión de ignorarlos y actuar con madurez y sabiduría. Saben, como bien claro lo dijo Guaidó, que no estamos para más aventuras irresponsables.

¿Acaso el fracaso de la Ayuda Humanitaria el 23 de febrero no fue la mejor demostración para saber hasta dónde está dispuesta a llegar la Comunidad Internacional? ¿Qué mayor prueba que esa?

La Tendencia B. Por otro lado están los que quieren presionar fuertemente (a través de las protestas y de las sanciones internacionales) pero para forzar al gobierno a encontrar una salida negociada a la crisis, que garantice la paz y una indispensable cohesión social y política para poder reconstruir al país al más breve plazo.

El problema es que estos son fácilmente manipulables por una minoría ruidosa, demostrando con esa actitud débiles convicciones y pobre coraje para llevar adelante una estrategia. Están paralizados en la acción política.

La dirigencia opositora que cree en la vía de los acuerdos negociados a veces habla pensando en complacer inútilmente a esa minoría, abandonando torpemente a la mayoría absoluta de venezolanos que quiere un cambio sin guerra. Sus discursos son ambiguos y timoratos. Quieren estar bien con todo el mundo y finalmente quedan mal con todo el mundo. Nadie está capitalizando el descontento de las mayorías silenciosas que quieren un cambio ya, sí… pero sin violencia. Estos permanecen en el limbo y sin liderazgo. Ellos son otro mundo inexplorado por los dirigentes políticos opositores.

A estos dirigentes opositores de la segunda tendencia ni siquiera les basta el inmenso apoyo que les ha dado toda la comunidad internacional (que claramente ha dicho estar a favor de la salida negociada) para ir de frente en la ejecución de esa estrategia. Eso en política es mortal. Resultado: desaciertos, desenfoque, confusión, parálisis, y finalmente más desesperanza.

Definitiva y lamentablemente, entre ambas tendencias ya no hay términos medios, son antagónicas. Los primeros hablan mucho pero no asumen las armas (charada criolla). Y los segundos tampoco actúan en consecuencia con lo que creen realmente.

Ya no hay tiempo que perder. Los primeros que procedan, tomen las armas y se vayan a la guerra (que Dios los bendiga y los proteja en su aventura). Los segundos que se conecten con la mayoría de los venezolanos, que salgan a sinergizar con los chavistas inconformes, y que sigan presionando con todos los poderes que tengan a mano para forzar a una negociación ganar-ganar. Eso sí, deben evitar emprender cualquiera acción que atente contra el objetivo central.

Llegó la hora de definir el foco, el objetivo, y luego construir una nueva narrativa política y ponerla a rodar sin más dilaciones, con una estructura de carácter neuronal que produzca resultados exponenciales.

Esa nueva narrativa política serán las dendritas que articularán a miles de neuronas sociales y políticas existentes en el país pero que están desconectadas y, por tanto, con limitada capacidad para impactar políticamente. Son los miles de grupos organizados de la sociedad civil y todas las fuerzas políticas que aun no terminan de amalgamarse y crear una sola partitura política (la narrativa) que los envíe a la calle a conquistar a esa mayoría y presentarse al país y a la comunidad internacional como una fuerza respetable.

TRES ASUNTOS CLAVE

Venezuela está entrampada en una confrontación inútil, bastarda y suicida. Estamos al borde de la auto disolución progresiva del país. Al borde de un desenlace fatal.

Ya comienzan a sobrar los diagnósticos sobre las crisis que conmueven al país. Las denuncias y la catarsis ya no son muy útiles. Ya no queda nada nuevo por decir. Ya casi todo está dicho y definido. Es hora de tomar decisiones, con mucha determinación, total enfoque y basados en convicciones profundas.

Venezuela está ahora frente a dos hojas de ruta (la del gobierno y la oposición) que sólo conducen al infierno. No tiene sentido estar buscando culpables. Es una tarea inútil y además sesgada por la farsa, las emociones destructivas y la hipocresía. Es tiempo perdido. Simplemente hay que actuar pensando en el país como un todo.

Creo que por fin estamos entendiendo tres asuntos clave en la confrontación que afecta a Venezuela: Una. Que nos estamos comiendo un elefante, y por tanto hay que comérselo en rodajas. Dos. Que todos estamos montados sobre una bomba nuclear, y por tanto hay que desmontarla con la precisión y minuciosidad de un anti explosivista para que no estallemos todos en mil pedazos. Y tres. Que la Hoja de Ruta opositora (que parecía irreversible antes del 23 de febrero pasado) ahora debe ser revisada sin dilación.

Creo que ya estamos aceptando que en Venezuela no hay espacio para el Cese de la Usurpación en los términos planteados en la Hoja de Ruta opositora (a decir verdad, en el fondo es una réplica de “La Salida” y del “Maduro vete ya”). Ni Maduro tiene pensado renunciar, ni hay poder de coacción armado para forzarlo a irse.

Las FANB están desarticuladas en su línea de mando, los oficiales y tropas están a merced del aparato de inteligencia y contrainteligencia del gobierno, es decir, del terror. Las fuerzas armadas revolucionarias (milicias, colectivos armados, guerrillas nacionales e internacionales, grupos de asalto bien entrenados y con armas de última generación), se han convertido en el mayor poder de coacción armado del gobierno de Maduro. Es su real sustento. Es su fuerza confiable. Tienen 16 años construyéndola con propósitos claros.

O lo que es lo mismo, ya el gobierno de Nicolás Maduro tiene su propia “Guardia Republicana” la cual ha opacado el poder de las FANB como institución. Éstas perdieron desde hace rato el monopolio de las armas, y con la anuencia de la misma oficialidad.

Tanto opositores como algunos países vienen sobreestimando en rol de la FANB en Venezuela. Tenemos tiempo advirtiéndolo. Ya no son la misma FAN del 2002. El escenario de conspiración castrense está descartado. Por eso algunos políticos venezolanos y varios presidentes se equivocaron el 23 de Febrero pasado cuando afirmaron que a Maduro le quedaban horas en el poder. El cálculo fue errado.

En las últimas semanas han ocurrido dos grandes acontecimientos en Venezuela: el fracaso de la Ayuda Humanitaria programada para el 23 de febrero y el gran apagón eléctrico continuado en todo el territorio nacional. Y hasta ahora no ha pasado nada parecido a lo que muchos creen que debe ocurrir en casos como estos. Ello amerita profundas reflexiones y crudos análisis. Algo está ocurriendo al margen de las estrategias opositoras. Los diagnósticos no son correctos, por tanto las estrategias tampoco lo serán.

Armar el “gran peo” no pasa por comprender que hay razones para ello (pues sobran en millones) sino por derrotar al miedo, al terror del estado, y eso ya es un asunto extremadamente complicado. Cuando las personas son forzadas a escoger entre tener electricidad o la vida, la opción es clara. Los cubanos aun están lidiando con ello tras 60 años de revolución. Y así ha sido en todos los países gobernados por “comunistas”.

Tampoco hay posibilidades a corto plazo (y quizás nunca) de una intervención militar internacional. La comunidad internacional que ha condenado a Maduro y brindado apoyo a Guaidó ha dicho a los venezolanos que están a su lado, que enviarán ayuda económica a los venezolanos en éxodo, y que van a presionar muy fuerte en el plano diplomático y económico pero han desechado la intervención militar de manera muy diáfana.

El único que ha dicho que “todas las opciones están sobre la mesa” es el gobierno de Trump. Sin embargo este discurso apunta más a propósitos disuasivos que a la real posibilidad de intervenir militarmente (pero cuidado, provocar a los Estados Unidos puede ser una apuesta costosa, pues Trump es Trump). Lo que cabe resaltar es que todas las presiones internacionales llevan como propósito impulsar una salida negociada con el gobierno de Maduro (elecciones o gobierno de transición).

De manera que por fin estamos entendiendo que la solución a la crisis que conmueve a la nación está en manos de los venezolanos y no de los extranjeros. Nosotros adelante y ellos atrás. Jamás al revés.

Tampoco hay espacio para Elecciones Libres pues para Maduro ir a unas elecciones libres o referéndum consultivo representa exactamente lo mismo que poner sobre la mesa la renuncia al cargo. Por tanto le sería mejor renunciar de una vez, y se evita la humillación de una descomunal derrota donde se cuenten los venezolanos que no lo quieren. Y como quiera que la renuncia quedó totalmente descartada en la estructura del poder del gobierno de Maduro, también queda descartada una nueva elección presidencial o algún referéndum consultivo.

LA NUEVA HOJA DE RUTA

Por fin estamos entendiendo que, tal como lo han expuesto claramente los Estados Unidos, Grupo de Lima y Comunidad Europea, la solución a la crisis venezolana pasa por un escenario de sinergias entre opositores y chavistas (éstos en todas sus variantes, tanto civil como militar). Ambos por igual no están satisfechos con el país que tenemos.

Pero esta sinergia chavismo-oposición (y aquí entramos a definir el foco y la nueva narrativa política país) nos obliga a desplegar propuestas confiables, ganar-ganar, para ambas partes. Y esto aún no ha ocurrido. Es la verdad. Y este es precisamente el eslabón perdido en toda esta trama fatal. Mientras ambos bloques políticos no diseñen una Hoja de Ruta País consensuada, dejando a un lado sus particulares hojas de ruta probadamente fracasadas (pues han estado basadas en una confrontación ajena a la sociedad del siglo XXI), no habrá manera de detener la tragedia.

En primer lugar, todo pasa por definir el foco, es decir, el objetivo central de la nueva narrativa política en el país. Y el objetivo no es otro que superar a la mayor brevedad las 5 grandes crisis que padecemos:

La crisis económica

La crisis de seguridad ciudadana

La crisis de servicios básicos (salud, electricidad, agua y comunicaciones)

La crisis institucional y política

La crisis emocional

El foco debe estar en las 5 crisis de manera simultánea, no en una. Así que cada vez que se diseñe una estrategia política, esta debe estar alineada con los objetivos trazados. No estar enfocado o hacer cualquiera cosa que atente contra el objetivo es sencillamente ejecutar el fracaso. Esto es un principio de la gerencia política y también de todas las gerencias en general.

Hasta ahora el foco ha estado en la crisis institucional y política. Esta es la que menos le interesa al país global. Por eso el alto rechazo que existe hacia la dirigencia política y a los partidos políticos. Los venezolanos se sienten traicionados por sus políticos, los cuales sólo piensan en sus asuntos particulares pero prestan poca atención al sufrimiento de las mayorías. La politización de la Ayuda Humanitaria es la demostración más palpable de lo que afirmamos.

Cuando la dirigencia opositora evalúe con mayor objetividad y menos pasiones al chavismo gobernante y no gobernante, nos estaremos aproximando más rápido a la solución de la crisis en Venezuela. Igual pasará cuando el gobierno sepa evaluar objetivamente sus propias fuerzas y las de sus adversarios; entonces podrá aproximarse a buscar una salida urgente a este conflicto.

Creo que falta poco para que ambos (gobierno y oposición) entiendan que están acorralados, que nadie podrá pulverizar al otro, y que Venezuela sigue en caída libre hacia el infierno, donde todos, absolutamente todos saldremos perdiendo.

Por fin estamos entendiendo que este conflicto ya no es entre venezolanos que tienen diferencias políticas sino entre venezolanos que decidimos pasar como los seres más idiotas (pendejos, decimos en Venezuela) del planeta.

El país se está cayendo a pedazos, y tenemos a un gobierno que ya casi no gobierna nada, que no tiene futuro y que sigue aferrado tercamente a la tragedia y al sufrimiento de todo un país, incluyendo el de sus propios militantes. También tenemos a una oposición que, aunque está bien empoderada internacionalmente y ahora tiene a un nuevo líder (que cada día demuestra mayor aplomo), a nivel nacional luce aún débil y a la deriva de las circunstancias, dividida en dos facciones ninguna de las cuales actúa en consecuencia con lo que proponen (se limitan a lacerarse mutuamente, perdiendo el tiempo y alimentando la desesperanza).

Los venezolanos estamos padeciendo de una incapacidad brutal para ponernos de acuerdo y evitar el suicidio colectivo. Estamos olvidando que este es el único país que tenemos, tanto chavistas como opositores. Afuera siempre seremos extranjeros, aun cuando nos brinden el mejor trato y las mejores oportunidades. Y lo estamos destruyendo. Obvio, el gobierno de Maduro tiene la más alta responsabilidad en esta tragedia. Él lo sabe.

Gracias a esa absurda incapacidad de ponernos de acuerdo, la comunidad internacional comienza a perderle el respeto a los venezolanos, tanto a los del gobierno como a los de la oposición.

Los chinos le están poniendo cara dura a Nicolás Maduro (sólo le están enviando ayuda humanitaria). Están fastidiados de una izquierda que no ha evolucionado, que no termina de entender dónde está parada, y que está poniendo en riesgo todo su futuro político de manera torpe e innecesaria. Igual ha pasado y está pasando con otros aliados de Maduro.

No es descartable que en cualquier momento los rusos (que son más hombres de negocios que revolucionarios de izquierda) “negocien” a Maduro con los Estados Unidos. Si lo hizo el comunista Nikita Kruschev cuando negoció con Kennedy, a espaldas de Fidel, la retirada de los misiles nucleares soviéticos de Cuba, con más razón lo puede hacer el pragmático Putín. Ya veremos.

Estados Unidos, Colombia y Chile quedaron con un sabor amargo cuando (¿por equivocadas informaciones?) sus presidentes se atrevieron a anunciar públicamente que faltaban “horas” para que Maduro saliera del poder en vísperas del 23 de Febrero pasado ¿Qué falló? ¿Con qué contaban y no se dio? ¿Quién le mintió a quién? ¿O todos pecaron por inocentes?

Esos cabos no pueden quedar sueltos en las salas estratégicas opositoras en este justo momento. Sería un error capital ignorarlo a la hora de diseñar y desplegar las nuevas estrategias, pues se corre el riesgo de prolongar las equivocaciones y de perder el impulso del apoyo de la comunidad internacional, la cual en cualquier momento puede fastidiarse también y dejar a los venezolanos a la deriva de nuestra inmadurez e incompetencia. Siempre, pero siempre, las rectificaciones a tiempo conducen más rápido a la victoria que la terquedad y la arrogancia.

EL GOBIERNO DE TRANSICIÓN

En este momento, tanto el gobierno como la oposición en Venezuela están activando todos sus poderes de coacción. Es lo normal. Así es la historia del poder. Nadie, en ninguna parte ni ningún escenario, puede sentarse a negociar desde una posición de debilidad. Si el gobierno tiene como mayor fortaleza el apoyo de Rusia y Cuba (medianamente de China) y también cuenta con su poder de coacción armado interno (muy poderoso), pues está obligado a activarlo en la defensa de sus intereses. De lo contrario, su capacidad de negociación será lo más parecido a una rendición casi que incondicional.

Asimismo, la oposición venezolana cuenta por su parte con un formidable apoyo internacional. Las presiones y sanciones diplomáticas y económicas están haciendo más estragos al gobierno de Maduro de lo que muchos imaginan. Este apoyo externo (especialmente el de los Estados Unidos) es sin duda la mayor fortaleza con que cuentan los opositores en el actual escenario de confrontación, pues internamente están muy debilitados, y haciendo serios esfuerzos por retomar la protesta de calle. Pero si la oposición cede un sólo milímetro de sus fortalezas, el gobierno de Maduro cumplirá, con toda seguridad, su promesa de quedarse infinitamente en el poder.

Tal como vengo diciendo, mientras más duro jueguen los actores, más nos aproximaremos a una negociación ganar-ganar. No queda otra alternativa. Ya no hay espacios para segundas y terceras vías. Sólo queda una: conformar un gobierno de transición de unidad nacional (chavistas y opositores, valga la precisión), basada en acuerdos ganar-ganar, y refrendado y vigilado con carácter vinculante por 4 potencias mundiales: Estados Unidos, Europa, Rusia y China.

El propósito fundamental de ese gobierno de transición será brindar al país la cohesión social y política necesaria para la reconstrucción inmediata de la economía, de los servicios públicos, de las instituciones públicas, y desmontar la crisis emocional que ha llenado de odio y amargura a los venezolanos. Por tanto, el propósito va más allá de garantizar una retirada ordenada al gobierno de Nicolás Maduro y de restablecer los derechos políticos de los opositores.

Hay que entender que el gobierno de Nicolás Maduro esta enfrentando una crisis extrema, jamás vista en América. Ni Cuba ha pasado por eso. En el palacio de gobierno en Venezuela saben que la crisis económica y de servicios básicos es letal. También saben del odio acumulado en la población en contra de los funcionarios del gobierno y hasta de sus familiares. Temen a la venganza implacable de millones de venezolanos afectados por su gobierno.

Por eso Diosdado Cabello dice que si entregan el poder (lo cual ha pasado por la mente de muchos en el gobierno) nadie se salvará de la ira opositora. Y eso es altamente probable si hay un cambio de gobierno donde el chavismo quede totalmente excluido.

La crisis emocional de los venezolanos quizás es la peor de las crisis que padece Venezuela. Por tanto, la decisión de resistir y no entregar el poder va más allá de la creencia de que puedan continuar y hacer exitosa a su revolución. Nadie en la oposición puede garantizar que no ocurrirá ninguna razia de venganzas y pases de facturas en caso que el chavismo renuncie al poder. No hace ni falta decirlo en este análisis. Todo el mundo lo sabe.

Ni Juan Guaidó tiene capacidad de controlar a las muchedumbres llenas de odio. Lo que ocurrió con los diplomáticos que designó Guaidó en Costa Rica es una buena demostración de la débil capacidad de control que tiene el liderazgo opositor sobre la población enardecida. Y es a eso lo que realmente temen Maduro, Cabello y muchos otros en el gobierno.

Por tanto, quienes quieren ver un cambio en Venezuela, deben saber que un proceso de negociación debe implicar un cambio político ordenado y progresivo de tres años de duración (un año no es suficiente), y avalado por los 4 países mencionados para que nadie se burle de los acuerdos. Asimismo debe construirse una agenda de gobierno consensuada de 5 puntos mínimo:

Economía

Seguridad Ciudadana

Restablecer la institucionalidad pública

Garantizar los derechos ciudadanos y políticos a todos los venezolanos sin distinción.

Fortalecer el poder ciudadano y comunitario

Velar por el cumplimiento cabal y estricto de la justicia transicional.

Para Nicolás Maduro y sus compañeros, ésta es la oportunidad de oro para rehacer su juego político. Sólo tienen que facilitar la conformación de un gobierno de transición donde ellos estén representados. En este escenario, ellos continuarán con todos sus derechos políticos y ciudadanos garantizados, sus bienes bajo resguardo, y con claras opciones de retornar al poder ya renovados políticamente y depurados de oportunistas y corruptos. Es una tarea política necesaria y urgente para el PSUV. Lo cierto es que si continúan aferrados al poder jamás lograrán recuperarse. Todo lo contrario, cada día irán perdiendo más y más apoyo y fortalezas. La comunidad internacional no aflojará las presiones hasta no ver disposición a un cambio real. Cada día serán más débiles, y su destrucción (o autodestrucción) será irreversible y penosa. La opción es clara.

Los demás detalles de una posible negociación escapan a este análisis por razones obvias. Una negociación de esta magnitud está obligada a manejarse a puertas cerradas, con micrófonos apagados, con actores confiables, con pensamiento ganar-ganar, y con garantes poderosos.

31 de marzo 2019

@JesusSeguias

www.GerenciaPolitica.com

https://www.gerenciapolitica.com/cambio-y-poder/2019/3/31/en-venezuela-s...

72 horas

Jesús Seguías

Micro Análisis

1. Hoy, 23 de enero, se dio en toda Venezuela la mayor movilización de masas de todos los tiempos. Antes habíamos visto mayores movilizaciones en Caracas más no así en el resto del país. Hoy vimos a un país entero expresándose con indignación.

2. El rechazo al gobierno de Nicolás Maduro hizo posible que chavistas y opositores salieran agarrados de la mano a decir “basta ya”. Una consigna central lo resume todo: “No quiero bonos, no quiero (cajas de comida) CLAP, lo que yo quiero es que se vaya Nicolás”. Hasta los policías del Estado Carabobo, dirigida por un chavista, se plegó a los manifestantes. Igual están haciendo militares que ya no quieren reprimir.

3. Este poder de convocatoria tan gigantesco por sí solo fue la mayor victoria de hoy, independientemente de la decisión de Juan Guaidó de juramentarse como presidente interino. Fue el primer ensayo masivo de sinergia entre opositores y chavistas de base, lo cual es un golpe político de inmensa envergadura para el gobierno. Es el nuevo mapa político de Venezuela.

4. La jura de Juan Guaidó (la cual llenó de alegría y esperanzas a la mayoría de los venezolanos) sorprendió a casi todos los demás factores de la oposición. Ni Primero Justicia (excepto Borges), ni AD, ni Un Nuevo Tiempo, ni AP, ni muchos otros sabían de este golpe de timón.

5. El acuerdo opositor era seguir unidos y dejar unos días más para continuar presionando y haciendo valer las fortalezas de la oposición (Comunidad Internacional, Asamblea Nacional y ahora el poder de movilización de calle) ante un gobierno muy debilitado y con inmensas fisuras internas.

6. El objetivo era forzar a una salida negociada y evitar la guerra. Pero Guaidó compró la tesis de María Corina Machado, López, Borges, Ledezma, Arria y tantos otros. Pero también es la tesis de Estados Unidos y el grupo de Lima. Y esto es mucho decir.

7. Una vez más la oposición unida es sorprendida por “hechos cumplidos” de algunos de sus dirigentes, obligando a todos los demás a plegarse para evitar costos políticos. Hasta ahora todos esos hechos cumplidos han terminado en fracaso. No sabemos si el de hoy tendrá el mismo destino. Pareciera que no. Las condiciones son diferentes. Hay que esperar 72 horas.

8. Antes de la jura de Guaidó, el TSJ que opera en Venezuela decide exhortar a las autoridades competentes a aplicar la ley a los diputados de la AN. Es decir, encarcelarlos. Posiblemente estaban al tanto de la decisión que ya había tomado desde el día anterior Guaidó y decidieron pasar al contra ataque. ¿Tendrán fuerza para hacerlo?

9. Ya todo cambió en Venezuela a partir de hoy 23 de enero. Entramos en la fase más dura de la confrontación que ha marcado al país durante 20 años.

10. Ahora el juego queda en manos de los militares venezolanos y/o de los militares extranjeros.

11. Una vez auto juramentado Guaidó, Estados Unidos (en una acción sincronizada previamente) desconoce a Nicolás Maduro como Presidente de la República y reconoce a Guaidó como presidente transitorio.

12. Como respuesta Maduro rompe relaciones con USA y da 72 horas para que todo el personal diplomático estadounidense abandone el país.

13. Si el personal diplomático USA abandona el territorio de Venezuela está reconociendo de hecho el mandato de Maduro.

14. Si en las próximas 72 horas los estadounidenses no abandonan el país (porque el único que lo puede solicitar sería el presidente reconocido por Washington, es decir, Juan Guaidó), ¿se atreverá Nicolás Maduro a expulsarlos por la fuerza o a bloquearlos como hicieron los seguidores de Jomeini contra la embajada de USA en Teherán? Si no lo hacen, estarán demostrando entonces que ya perdieron el poder. Y si lo hacen, entonces Estados Unidos se verá obligado a enviar a sus tropas a Venezuela, lo cual tampoco es una decisión fácil por las implicaciones que conlleva.

15. Sin duda, lo gobiernos de Trump y Maduro están frente a dilemas de alto calibre. ¿Ambos habrán pensado bien las decisiones que acaban de tomar? Más aún, ¿están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias?

16. Algunas frases disparadas por Diosdado Cabello y Nicolás Maduro hoy revelan mucha inseguridad sobre su futuro. Están conminando a los que vienen detrás que se hagan cargo si algo les pasara. Por algo lo dicen.

17. La gran incógnita: ¿los militares venezolanos de las FANB (porque hay paramilitares también) estarán dispuestos a inmolarse por Nicolás Maduro en una confrontación bélica con la mayor potencia del mundo? Pero además, ¿tienen poder y organización para operar hoy día con espíritu de cuerpo, inclusive para exigir la renuncia de Maduro? ¿O entrarán en desbandada? ¿Quién se hará cargo de la seguridad interna en el país? Lo dejamos hasta aquí por ahora...

18. Las próximas 72 horas serán las más largas de los últimos tiempos.

@jesusSeguias

www.GerenciaPolitica

23 de enero de 2019

Las próximas horas: capitulación versus negociación

Jesús Seguías

Micro Análisis

1. El arte de la negociación, de cualquier acuerdo, sociedad, matrimonio consiste en buscar el punto de equilibrio, donde todos se sientan ganadores. Quedan excluidos de este escenario de negociación las exigencias de capitulación, la rendición incondicional, el “todo o nada”.

2. En la guerra, el “todo o nada” sólo es posible cuando se tiene un “poder de fuego” superior al del adversario. Entonces no hace falta negociar nada. Se va por la victoria y punto. Y ese escenario no existe en Venezuela. Ni el gobierno ni la oposición cuentan con ese “poder de fuego” para pulverizar al otro. Es hora que terminen de comprenderlo.

3. Insistir en la capitulación y rendición del gobierno o de la oposición venezolana es una fantasía de políticos que aún no aprenden a contar cañones y a valorar objetivamente sus propias fuerzas.

4. Muchos opositores están dominados por las buenas intenciones pero tienen escasez de destreza y experiencia políticas. Y ni hablar de los que fanfarronean de un poder tangible que carecen y andan exigiendo la rendición del enemigo.

5. La verdad es que en Venezuela todos estamos quebrados, debilitados, agotados y a merced de una crisis devastadora. Esa es la premisa de la cual deben partir todos los actores políticos. Millones de seres humanos están sufriendo en extremo, tanto los que están adentro como los que están afuera del país. Es la segunda premisa.

6. Es hora de comprender que los únicos que pueden desplazar al gobierno de Nicolas Maduro por la vía fáctica son las mismas fuerzas internas del chavismo (especialmente el ala militar), lo cual no es descartable en cualquier momento. Y es a este poder al que más temen en Miraflores. No a una oposición desarticulada y sin capacidad de convocatoria real (por ahora), y con cero poder de fuego.

7. O lo que es lo mismo, todo cambio en Venezuela pasa por el chavismo como un todo más no contra el chavismo como un todo. Los matices juegan. Todo juega en este momento.

8. Por eso, la salida a la crisis pasa por acuerdos, es decir, negociaciones con el chavismo. Y eso ya no lo discute nadie. Hasta quienes se oponen públicamente a las negociaciones no hacen más que pedir a los militares chavistas que intervengan para deponer a Maduro. De ocurrir así, será el resultado de negociaciones. O es que creen ingenuamente que éstos intervendrán sin que medien previos acuerdos no sólo en torno a la justicia transicional sino para el reparto de poderes? Y eso cómo se llama?

9. Entonces, si estos renuentes a las negociaciones están dispuestos a negociar con los militares chavistas (que son, por cierto, los que ejercen el poder real en Venezuela y son los grandes responsables de la destrucción del país) por qué no hacerlo también con los civiles chavistas y terminamos de ponerle punto final a esta confrontación suicida y estúpida que está devastando al país entero, el único país que tenemos (fuera de aquí todos somos extranjeros).

10. Somos millones los que queremos justicia en Venezuela, y los que queremos ver tras las rejas a los culpables de tanta tragedia. Pero en la arena política no sólo juegan las denuncias y los deseos de justicia y libertad sino la acumulación y ejercicio de poderes. Ese es el juego duro y real de la política en la cual estamos involucrados. Y Venezuela es un caso severo de confrontación de poderes políticos.

11. Hay que repetirlo. No son los poemas y las loas a la libertad y la justicia los que definirán el desenlace del conflicto de poderes en Venezuela. Llamar a la guerra tal como lo sugieren algunos también es inútil e irresponsable. Algunos de éstos propiciadores de la guerra de “los otros” están en el exterior bajo resguardo y piden a los venezolanos que estamos adentro que salgamos a matarnos. Eso es picardía y cobardía. Los que quieran presidir gobiernos de transición (son unos cuantos) deben venir a decirlo en Venezuela. Quizás cambien de opinión cuando lleguen.

12. Por eso respeto a María Corina y muchos otros que sí dan la cara dentro de Venezuela, aunque no estemos de acuerdo políticamente. Son valientes y honestos. Pero sus conclusiones están más marcadas por la emociones que por la racionalidad. Y eso, lejos de ayudar, nos hundirá más.

13. Comprendemos a los que están afuera, a su dolor, a su rabia infinita, pero hay que pedirles que tengan paciencia. Todos (políticos, ciudadanos, chavistas, opositores derecha e izquierda) sabremos salir de este atolladero de manera exitosa. No tenemos más camino. Este país no le sirve a nadie como está. Lo contrario será la disolución temporal de la nación. Y eso sí es lo peor. Estamos caminando por el filo de una navaja.

14. El juego corresponde ahora a jugadores aplomados, pragmáticos, con control absoluto de sus emociones y con alta dosis de sabiduría. No es cuestión de edades sino de madurez. Es mucho lo que nos estamos jugando en las próximas horas. Es la hora del aplomo y de la alta política. Una equivocación más, un fracaso más será mortal para el país entero. La frustración, la desesperanza, el odio y el éxodo masivo serían las tendencias dominantes como resultado de una aventura política. A quién lo conviene ese escenario?

Fecha: antes del 10 de enero de 2018.

@JesusSeguias

www.GerenciaPolitica.com

Partidos inútiles que deben transformarse

Jesús Seguías

Micro Análisis

1. Los partidos políticos venezolanos (viejos y nuevos) son los que han propiciado, por acción u omisión, el actual caos y tragedia de la nación.

2. He venido señalando que una de las razones del quiebre de Venezuela como país, es la ausencia de verdaderos partidos políticos, tragedia que comenzó a incubarse a partir de la década de los setenta del siglo pasado.

3. Lo que hoy existe es lo más parecido a plataformas electorales para hacer presidente a algunas personas determinadas. No son proyectos colectivos y con liderazgo colectivo. Son dominantemente proyectos mesiánicos, caudillistas y hasta un poco narcisistas.

4. Son generalmente estructuras burocráticas y sin líderes confiables, congeladas en la historia, plagadas de cuida-puestos o busca-puestos, sin alma ni pasión, sin formación política y anémicas de pueblo. De allí no sale nada útil en pleno siglo XXI.

5. No son auténticamente democráticos en lo interno, pero eso sí, exigen a los demás que sean democráticos y se rasgan las vestiduras exigiendo democracia y más democracia. Esta contradicción debilita su mensaje y ahuyenta a los potenciales seguidores. No los hace confiables.

6. ta ausencia de partidos verdaderos es la que impide el despliegue de políticas de nación, es la razón por la cual es difícil crear y desarrollar estrategias exitosas. Es la causa fundamental de la tragedia de Venezuela. Es absoluto. Es definitivo.

7. Sin ánimo de buscar consuelo, es necesario recalcar que esta crisis no sólo es venezolana. Los partidos políticos a escala planetaria están sufriendo el impacto del cambio de eras históricas. Por eso están colapsando muchas naciones.

8. Hay dos opciones: O los partidos se transforman o serán desplazados. La dinámica de la sociedad se impondrá.

9. El cambio de las épocas históricas ha sido impulsado por una fascinante revolución tecnológica y científica que, a su vez, ha acelerado el cambio de los paradigmas en el funcionamiento de toda la sociedad humana. Estos son los grandes motores de este proceso de “destrucción creativa” (Sombart y Schumpeter) que sorprende al mundo.

10. Cada día, la sociedad opera más como red neuronal que como una estructura vertical e inclusive horizontal. La gobernanza es el nuevo paradigma político de la sociedad Post Capitalista. La sociedad más educada y civilizada reclama sus propios espacios. El mega estado y los políticos caudillos desaparecen a marcha forzada. Caos en el corral.

11. La revolución de la información ha empoderado a todos los ciudadanos. La manipulación de la sociedad cada día es un propósito harto difícil.

12. Las redes sociales tienen enloquecidos a quienes han reducido la política a simples ejercicios de marketing electoral y a una “comunicación” unidireccional basada en manipulaciones clásicas. ¿Hoy quién manda a quién? ¿Quién gobierna a quién? ¿Quién manipula a quién? Estos cambios son absolutos e irreversibles. Por tanto, todas las instancias orgánicas de la sociedad, sin excepción, están forzadas a generar cambios.

13. Las relaciones utilitarias entre los dirigentes y los militantes dinamitó las estructuras de los partidos. El compañerismo verdadero, la relación íntegra están ausentes. Hoy se manipula y engaña. Eso debilita.

14. El sector productivo mundial asumió el cambio como una realidad ineludible. Pero los políticos han sido la excepción. Es el estamento de la sociedad más rezagado a los cambios. La gran mayoría de los partidos políticos (por tanto, sus dirigentes) en el mundo sigue anclada en los paradigmas de la vieja era industrial, y no han dado una lectura correcta a este proceso indetenible de cambios arrolladores.

15. Y esto es lo que está generando una implosión de toda la estructura política mundial, con una población desesperada golpeando las puertas de los partidos y los gobiernos, exigiendo respuestas a las nuevas necesidades.

16. ¿Entonces Desaparecerán los partidos? Los partidos están asociados a la existencia de los estados-nación. Son sus ductores. Aún es prematuro presagiar la desaparición de los estados-nación, por tanto, es prematuro anunciar la desaparición de los partidos políticos.

17. Mientras tanto, los partidos políticos tienen que correr a generar cambios internos. Mientras más rápido y efectivo generen los cambios, habrá mayor gobernanza y prosperidad en las naciones. Lo contrario es el caos, y en algunos casos el infierno (tal como ocurre en Venezuela).

18. La actual crisis venezolana comenzará a superarse realmente cuando los partidos existentes impulsen aceleradamente procesos de cambios internos, y sin excusas autocomplacientes.

19. En los partidos políticos nunca puede haber alternativas a la democracia interna, al libre flujo de las ideas, a las discusiones francas y constructivas. Y hoy más que nunca. La democracia es a los partidos y a la sociedad lo que el oxígeno para los seres vivos.

20. A quién se le ocurriría cortar el oxígeno a un paciente que está en terapia intensiva bajo la excusa que está en estado crítico y que hay que posponer el suministro de oxígeno para cuando esté normalizado su estado de salud. Es sencillamente ridículo y criminal. Es acelerar su muerte y eso es exactamente lo que hoy hacen la mayoría de los partidos venezolanos. Siempre hay una excusa para posponer la democracia. Error capital.

21. De no haber cambios en los partidos, inevitablemente serán desplazados. Los pueblos no se cruzan de brazos. Inventan. Ese tren no espera por nadie. Muchos no van a morir. Aún sobreviven los antiquísimos partidos URD, el MEP y el Partido Comunista. Pero son absolutamente irrelevantes en la estructura del poder. Muchos de los actuales partidos terminarán “uerredizados”. No es justo.

22. La decisión de cambiar es gratis y genera resultados asombrosos, inclusive a favor de quienes hoy se oponen al cambio. Es su mejor camino a la victoria. Es el paso correcto. ¿Por qué tanta terquedad suicida? ¿Por qué esperar a ser desplazados? Están a tiempo... pero no mucho.

@jesusSeguias

GerenciaPolítica.com