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Opinión

Todos quieren ganar. Es la fascinación de las eliminatorias. Allí no hay medias tintas. O ganas o te vas. Nadie sale a especular, a buscar un empate o a perder por poco. Y tanto Rusia como Croacia entraron a ganar. Pero hay una diferencia. Rusia entró con la obligación de ganar. No así Croacia, pues si era eliminada, no tenía nada que perder. Las razones, lamentablemente, son extra futbolísticas. El fútbol en Croacia es un juego profesional. En Rusia fue además, y de algún modo lo sigue siendo, un asunto de Estado. Eso obliga a que cada vez que hablamos del futbol internacional ruso tengamos que hacer lo que nunca quisiéramos hacer en estos casos: meternos en política.

No se trata de decir que el clima político actual de Rusia es el mismo que imperaba durante el periodo de la Nomenklatura. Sin embargo, cuando algo hubo, algo queda. Putin no es un jefe de estado totalitario, pero es un autócrata. Llevar el mundial a Rusia fue para él un asunto político y jugó muchas cartas políticas (y extra políticas, incluyendo el soborno) para lograrlo De ahí que, lo hubiera querido o no, la presión sobre los futbolistas era grande. Nadie los va a enviar a prisión si pierden (ocurrió una vez durante Stalin) pero en los ceños fruncidos y en el lenguaje corporal de los jugadores se notaba más la obligación que el deseo de ganar. También en la actitud de los entrenadores. Mientras el croata Dalić, con su aspecto de profesor de escuela miraba el partido como si hubiera sido un espectador más, su colega ruso Chersésov parecía un domador de leones. Si así increpa a los jugadores en público, hay que imaginar los entrenamientos. Como es sabido, dictaduras y autocracias funcionan sobre la base de la reproducción ampliada de pequeños dictadores y autócratas que actúan en todas las reparticiones públicas, incluyendo en ellas, la selección nacional de fútbol.

Los rusos entraron al campo con la obligación si no explícita, implícita, de ganar. Lo delataba el ritmo vertiginoso con que asumieron la primera fracción. No es que jugaran atropellados, todo lo contrario. Jugaban muy bien. Pero las que realizaban eran jugadas pre-fabricadas, bien aprendidas, productos de largos y duros entrenamientos. En ese momento pensé que ese ritmo maratónico no lo aguanta nadie. Y así fue.

El segundo tiempo dio la impresión de que los rusos ya no se podían las piernas. Los croatas, jugadores fogueados en las canchas de Europa, lo entendieron muy bien. Después de aguantar el chaparrón durante 30 minutos, coronado por ese balazo espectacular de Cherychev, comenzaron a hacer lo que los rusos no saben hacer muy bien: jugar de modo horizontal haciendo circular la pelota. Esos lapsos no verticales suelen ser muy importantes. En ellos los equipos recrean su juego, ordenan sus filas, hacen, por así decirlo, un fútbol reflexivo, buscando el espacio apropiado para el repentino ataque o para el cabezazo oportuno como fue el del gol de Mandzukic.

Claro está, para controlar horizontalmente el juego se necesita de individuos versados en la poética del balón, pues cualquier pase en falso abrirá al adversario la posibilidad de un contrataque. Los croatas, a diferencia de los rusos, tenían esas individualidades, figuras internacionales que juegan en Barcelona (Rakitik), en el Real (Kovcic y Modric), en el Inter (Brozovic) y en otros que no son precisamente equipos de barrio. Pero sobre todo, nadie los obligaba a ganar. Si hubieran perdido, igual habrían vuelto a casa: felices como perdices. Al fin y al cabo Croacia es un país de cuatro millones de habitantes, sin ínfulas hegemónicas y perder frente a Rusia, el dueño de casa, distaba de ser un deshonor.

El gol de Vida, otro cabezazo mortal, pareció sellar la suerte de Rusia. Pero a partir de ahí ocurrió algo interesante. Los rusos, frente a la posibilidad eminente de la derrota, olvidaron todos los esquemas, las combinaciones mil veces ensayadas, las órdenes del entrenador, y comenzaron a jugar a la desesperada, a lo que viniera, en el más absoluto desorden. Y así, solo así logró el empate. Fue en medio de una tole tole, cuando apareció el cabezazo del ex brasileño Fernándes.

Un buen partido. Lo suficiente para que espectadores y jugadores rusos se olvidaran de Putin, de la obligación de ganar, de tácticas y estrategias, para entregarse a ese goce siniestro de la definición a penales, ritual necesario que a la vez permite al que pierde, irse con la idea de que no perdió jugando, sino en una contingencia de doce pasos donde cualquiera puede perder o ganar. Sin ninguna obligación.

Decía Oscar Wilde: todo lo que no se hace por amor es una obligación. Me gusta Croacia.

Julio 08, 2018

https://polisfmires.blogspot.com/2018/07/croacia-2-rusia-2-la-obligacion...(POLIS)

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Pedro R. García Montero

Todos recordamos gratamente durante nuestra infancia a Caperucita, una niña que quería mucho a su abuelita, y a quien un día su madre le dio una cesta (no sabemos si fue una caja CLAP) llena de comida para que llevara la merienda a la abuelita, que vivía en una casa en el bosque, porque la doñita estaba enferma. Nunca he podido entender en este cuento la irresponsabilidad de la madre de Caperucita de permitirle ir sola al bosque, a sabiendas del peligro que significaba el lobo feroz. Tampoco tengo respuesta al hecho de que Caperucita no haya sido capaz de reconocer las diferencias, que observaba, entre su abuela y una bestia disfrazada; o que el lobo no se la haya hartado en tantas salidas por ese bosque. Por eso es que esta historia no es más que puro cuento, tal como los que nos cuenta el gobierno con la guerra económica, los planes de empleo, los bonos por votar en las elecciones presidenciales etc, etc.

La verdad es que ese cuento no es como lo relatan. Caperucita era un niña muy picara y con simpatía por la revolución Bolivariana, por esa razón sacó su carnet de la patria en uno de esos operativos relámpago, no recuerdo exactamente donde, pero algunos historiadores y biógrafos de esta niña dicen que fue en el cine Catia.

Bueno, resulta que esta niña se enchufó y comenzó a bachaquear con las cajas CLAP, las cuales conseguía con el lobo, quien le propuso no comersela ni a ella ni a su abuelita, con tal de ganarse “honestamente” unos churupos vendiendo las famosas bolsas o cajas CLAP (Caperucita Las Acaparaba Públicamente). Desde luego, Caperucita que no tiene nada de pendeja aceptó la propuesta del lobo, ahora su socio en revolución y no su archienemigo como lo fue en la Cuarta República.

La historia no indica en que bosque se originó esta historia, pero por la narrativa pareciese que es el de Sherwood donde se la pasaba echando vaina el bonachón de Robin Hood, cerca de la ciudad de Nottingham o el de Ticoporo, por la cercanía a Barinas.

La historia cuenta que un día Caperucita caminaba por el frondoso bosque y de repente rezagado en un inmenso árbol (posiblemente un Merecure) le saltó el Lobo disque feroz. Caperucita, incólume, de lo más tranquila y más fría que cava con quesos le dice al lobo ¿Qué te picó, este niño? ¿Me vas a robar? Mientras increpaba al lobo le sacó el carnet de la patria y este exclamó ¡Que vaina tan buena, eres camarada como yo! Si, le respondió Caperucita y le aclaró al lobo, cuidado con una vaina, pues llamó a Robin Hood defensor de los pobres. El Lobo le responde, tranquila carajita y no estés contando con que Robin te va a proteger, tu héroe se fue pa´l carajo hace rato, dicen que se fue a Chile por que no aguanta la peladera de bolas y sus amigos se lo sacudieron y ahora tienen un consejo comunal y están formando un cooperativa de transporte para comprar una “perreras”, así que mija bájate de esa nube. En lugar de estar peleando vamos a asociarnos, tengo unas panas bachaqueros que me consiguen las cajas CLAP y podemos meternos un billete revendiéndolas. Ta’ pago!!, le respondió Caperucita.

Con el acuerdo sellado, El Lobo Feroz retó a Caperucita a hacer una carrera hacia la casa de su abuelita para visitarla y saber cómo estaba ya que vivía solita en el bosque y según el lobo tenía más de 15 días sin luz y sin agua, situación que preocupó a Caperucita. El lobo, que era una rata, le dijo que había dos caminos, uno largo y uno corto. Le dijo a Caperucita que ella tomara el corto y que él tomaría el largo, pero el muy sátrapa le enseñó los caminos al revés y Caperucita, sin saberlo, tomó el camino largo. Desde luego, el Lobo, llegó antes a la casa, se hizo pasar por Caperucita y ante la puerta pregunto si podía pasar, como nadie le contestaba el Lobo Feroz entró y se puso la ropa para hacerse pasar por la abuelita (quien no tenía nombre, pero como la pintan en el cuento deberá llamarse Doña Justina) y se metió en la cama para esperar a Caperucita.

Una vez que Caperucita llegó a la casa, se cansó de tocar el timbre y se acordó que no había electricidad (o luz como mayormente se dice); sin tocar la puerta pues tenía llaves entró a la casa, se acercó al cuarto de Doña Justina y empezó a hablar con quién creía que era la abuelita (que en realidad era la rata del lobo) y entre ambos se estableció un dialogó;

Caperucita ¡Qué ojos más grandes tienes!

Lobo !Los tengo dilatados para hacerme un chequeo porque tengo glaucoma!

Caperucita ¡Qué orejas más grandes tienes!

Lobo ¡Me picaron unas avispas mientras caminaba en el bosque a botar la basura!

Caperucita ¡Qué manos más grandes tienes!

Lobo ¡Las tengo hinchadas de lavar a mano, pues se me jodió la lavadora y tengo 15 días sin electricidad!

Caperucita ¡Qué nariz más grande tienes!

Lobo ¡Tengo un barro o un grano que me tiene loca! Caperucita ¡Y qué dientes más grandes tienes!

Lobo ¡Estoy estrenando una plancha que me pusieron en un CDI!

Caperucita, incrédula y poco convencida de lo que el lobo le respondía, le dice mira lobo pendejo, de donde crees que soy, tú crees que soy de la MUD, o de la partida de pendejos que creen que el gobierno va a salir por una invasión de EEUU o por lo que diga el Papa Francisco; tu no me engañas haciéndote pasar por mi abuela, pues ella dejó la peluca y se fue hace 6 meses a España a vivir con una hermana en el país vasco, así que basta de cobas, te pareces a NIMAMO dándole muelas a la gente para que crean que la falta de alimentos es por la guerra económica o a Mota Domínguez diciendo que todos los apagones son por saboteo o por El Niño

El lobo impresionado y aunque Uds. no lo crean llorando de angustia, tal Eva Moreno en los culebrones de RCTV, reconoció y se bajó de la cama. Yo sabía que tu abuelita dejó la peluca, pues la última vez que vine a visitarla me consiguió abriendo las bolsas de basura y me cayó a coñazos y me dijo ¡! La próxima vez que te vea llamó a la perrera para que te agarren y te envenenen! (Nota, esta no es la misma perrera que están formando los amigos de Robin Hood).

El lobo ya más tranquilo, le dice a Caperucita, quiero confesarte algo, yo no soy el lobo de este cuento, ya que al original se lo comieron los que viven en esta comarca pues tenían una hambruna arrechísima. Caperucita con los ojos pelaos, le pregunta y entonces ¿Quién eres tú? ¿El lobo estepario? ¿El Lobo del conjunto de Lobo y Melón? ¿El lobo del cuento de Pedro y el Lobo? ¿Quién carajo eres tú?, el lobo apenado le respondió yo soy el lobo de Los Tres Cochinitos, que me prestaron para este cuento y por hacerlo me ofrecieron vacunarme contra la rabia y comprarme perrarina ya que no existe la Loborina, además me ofrecieron una cesta ticket.

Caperucita resignada le dice, ¡OK aceptó tus disculpas y manos a la obra comencemos a bachaquear las cajas CLAP!! A partir de ese momento comenzó a acaparar las cajas CLAP y decidió cambiarse el nombre, y exclamó en alta voz

!Ahora quiero que me llamen la CLAPERUCITA ROJA, ROJITA DEL SIGLO XXI!

Y colorín, colorado Claperucita se ha enchufado.

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Asombra el discurso vacío, puntual y simple de algunos de los líderes políticos de la nación. En su mayoría carece de argumento ideológico y de sistematización estratégica. Es improvisado y aislado de oferta programática y propuesta oportuna y causal. ¡Hombres de tiro corto y llegadas impacientes! Manejan una arenga entre 80 y 100 palabras. Repetitivos y monótonos las más de las veces. Intuitivos y espontáneos. Pocos reflexionan y muchos son grandes especuladores teóricos y en la práctica se comportan lisos para la invención y apariencias en la comprensión. Esta esquemática manera de expresarse no genera motivos y entusiasmo para luchar y hacer vida militante a la población. No tienen en su mayoría repuestas convincentes a la solución de los urgentes problemas de la ciudadanía. Su discurso preferido tiene que ver con ataques personales, infamias y vilipendios. Destrozan y humillan al mensajero en lugar de cuestionar argumentos. En general utilizan un lenguaje chabacano, y burdo, ausente de estilo y buen gusto.

Populismo y clientelismo

Este tipo de discurso se ve y se siente desde los más altos niveles de gobierno y jerarquías partidistas hasta en los medios y bajos cuadros políticos y administrativos. Es una marca insoluble en estos pequeños y subdesarrollados países del continente. Donde la lucha por el poder lo caracteriza la falta de innovación o libertad creativa. Todos cortados por el mismo patrón. Copiándose del extranjero los adelantos técnicos y metodológicos del marketing publicitario e informativo de la política. En cuyo proceso juegan papel importante las frases “Permítame pensar por usted” y “Cómo se vende un presidente”. El populismo y el clientelismo los grandes males de la política latinoamericana. La demagogia, la trampa electoral y la compra de conciencia y de votos. Las razones por las cuales vota la población más pobre, aun cuanto poco cree en los políticos. ¡Campañas electorales de cuentos y componendas!

La vena corrupta del continente En la actual y grave situación de hambre y miseria la credibilidad en muchos políticos se ha ido al foso. La gigante y brasileña Odebrecht descubrió la vena corrupta del liderazgo político latinoamericano. De México a la Patagonia frotó la inmoral cadena de corrupción que como mafia política recibieron sus comisiones millonarias por la adjudicación de grandes obras públicas. Lesionando el sagrado patrimonio público que habían jurado defender. Aquí no hay santo por quien rogar, se embarraron tanto quienes defienden el neoliberalismo y libre mercado, como aquellos que proclaman el control estatal del mercado o el socialismo. Conservadores y progresistas. De acuerdo a la óptica de los centros e instituciones de estudio y de organismos internacionales, los países latinoamericanos son naciones de frágiles instituciones y sistemas políticos al servicio de las organizaciones partidistas y no de los ciudadanos. Son monarquías medievales caracterizadas por los privilegios, la discriminación, la desigualdad social y la contradicción entre la libertad en teoría y la justicia verdadera. Gobiernos pocos representativos.

Los gobiernos se evalúan por su rendimiento y productividad, en la administración de sus recursos humanos, tecnológicos y económicos. Su desempeño deberá estar en concordancia con los objetivos y metas programadas para un espacio y tiempo determinado. Se miden por la calidad de los servicios y no por los montos invertidos o los metros cuadrados de infraestructura. Es el grado de satisfacción de la gente lo que debe valorarse. Medirse. Por eso, lo que está planteado son nuevas instituciones. Una gobernabilidad que mejore la distribución del ingreso. Eficacia y resultados… para mejorar la calidad de vida. “No hay empresa de gobierno más difícil –decía Maquiavelo– que convertirse en jefe de instituciones nuevas y poner éstas en marcha”.

Participación en los asuntos públicos

Las naciones avanzan cuando enfrentan nuevos problemas. Reinventar el gobierno. Llevan el timón… no reman. Los buenos gobiernos son catalizadores. Su función es de timonel… fijan el derrotero. Son flexibles y responden a situaciones complejas… atacan las raíces del problema. Planifican estratégicamente. Porque gobernar es una ciencia que requiere no solo una moderna concepción del desarrollo si no también un conocimiento integral de la realidad. El poder contemporáneo es antagónico a la estructura piramidal. Los gobiernos que controlan en exceso a los ciudadanos reducen su potencial de trabajo y producción. La eficiencia está relacionada con la descentralización y la participación de la gente en los asuntos públicos.

fcordero@eluniversal.com

efecepe2010@gmail.com

@efecepe2010

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Carlos Raúl Hernández

.…Tengo que confesarte, papá, que ese día descubrí que me gusta matar. Che Guevara

En la última marcha del orgullo gay, que más bien debería traducirse como dignidad gay, realizada en Barcelona, algunos lucían franelas con el rostro del Che Guevara en la famosa foto de Korda. Cierto que desde Eric Clapton hasta la modelo Inés Barquilla, quien lo caminó por la pasarela Cibeles, el ícono de Guevara ha estado en magnos eventos de frivolidad kapitalista. Y también en las oficinas de campaña de Obama, los actos peronistas y de muchos otros partidos. Pero cuesta entender su presencia en el movimiento gay que tanto ha luchado y lucha para derrotar a los que les prohibían nada menos que entrar a la condición humana.

Tal tuvieron que hacer también los negros, los indígenas, las mujeres, los asiáticos y muchas otras minorías, y es como si los negros cargaran franelas del KKK. Si en la historia latinoamericana no se conocían campos de concentración para homosexuales, Guevara, cuyo fusilamiento acaba de cumplir cincuenta años, creó el primero. Fue el de Guanahacabibes, a cuya entrada presidía la inscripción “el trabajo los hará hombres” inspirado en Auschwitz, donde en ubicación equivalente decía “el trabajo los hará libres”.

Ahí encarcelaban “aquellos casos dudosos de los que no estamos seguros de que deban estar encarcelados… (pero) que han cometido crímenes contra la moral revolucionaria…”. Luego vino otro centro de reclusión para “desviados” al que llamaron Cerámica Roja. Resalta mucho que en estos penales para no delincuentes se practicaban brutales castigos físicos, torturas y, particularmente, la violación de los reclusos. Lo mismo cuenta Reynaldo Arenas en su libro Antes que anochezca, lo que promueve reflexiones sobre el hombre nuevo homofóbico, que se asqueaba de los homosexuales pero no tanto.

Negros y portugueses

Sobre negros y portugueses, sus comentarios son útiles de conocer: “los negros… han mantenido su pureza racial gracias al poco apego que le tienen al baño, han sido invadidos por un nuevo ejemplar de esclavo: el portugués… el negro indolente y soñador, gasta sus pesitos en cualquier frivolidad, o se pega unos palos…”. Sartre en Huracán sobre el azúcar, su panfleto sobre Cuba del que después se arrepintió, babeado por el personaje, define a Guevara como “el ser humano más completo de nuestra época”. No es un teórico, ni el guevarismo una teoría, sino una actitud vital. ¡Salud!

Una rebelión con objetivos que podía suplir las carencias del símbolo hipster por excelencia del momento, James Dean, el rebelde sin causa. La admiración de Sartre se debe a que lo vio según la autodefinición del personaje: “soy médico, soldado y finalmente banquero”, presidente del Banco Nacional (el banco central) para construir el socialismo. Y es este tecnócrata el que anuncia en 1961 que el crecimiento económico de Cuba sería de 15% anual y generaría un ingreso per cápita de 3.000 dólares, superior al norteamericano. Pero un año después comienzan los racionamientos de carne, pollo, leche, pescado, arroz, aceite, pasta de dientes.

(Cualquier parecido ya Ud. sabe si es casualidad o no). La producción de azúcar, el petróleo de los cubanos, se reduce a la mitad y reconoce que “elaboró un plan con metas absurdas y recursos solo soñados”. Con los meses, lejos de lograr la felicidad socialista, su ineptitud profundiza la escasez y la desgracia. Pero al hombre nuevo, la fiera más parecida al hombre, se le ocurre que la solución es la muerte de muchos: crear una red internacional de rebeliones “dispuestas a arriesgar todo en una guerra atómica inimaginablemente destructiva”. Cómo no sé dar de comer, mato.

Botado del trabajo

Fidel Castro lo suscribe cuando dice: “Más vale morir herido en guerra que morir de hambre en casa”. La gesta heroica de este banquero que destruyó el aparato productivo de la isla, y condenó a los cubanos a la miseria permanente, tal como hace Serrano Mancilla en Venezuela, duró hasta que los soviéticos se hartaron. Bastaba ya de que aquel gandul pretencioso y demente dilapidara los recursos que suministraban. Incluso, muerto éste, la URSS suspendió por un tiempo en 1968 la ayuda económica cuando descubrió que las aventuras de África y Bolivia las pagaron ellos.

Despedido del trabajo inicia su aventura africana. Cuando le consultó a Gamal Abdel Nasser su plan de ir a dirigir guerrillas en África, el caudillo de Egipto le respondió que “eso se vería como una reedición de Tarzán”. Y Ben Bella, presidente de Argelia, comentó que Guevara era “asombrosamente simpático y dogmático… pero que no había “un pueblo en el Congo sino muchas tribus” y que “un grupo de hombres blancos liberando una nación que no existía, lindaba con el surrealismo”. Invitado como orador a la Conferencia Afroasiática de Solidaridad en 1965, Guevara lanzó una propuesta demencial.

En los hechos más o menos la practicaron los soviéticos y ocasionó las más grandes tragedias colectivas del continente africano, que casi lo hacen desaparecer: “…las armas no pueden ser mercancías en nuestros mundos. Deben entregarse sin costo alguno y en las cantidades necesarias… a los pueblos que las demandan para disparar contra el enemigo común”. Después de la muerte de este complejo personaje, lo que quedó de la revolución africana fueron absoluta miseria, Sida y armas en manos de caudillos criminales.

@CarlosRaulHer

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Es difícil formular la hipótesis, pero lo voy a intentar. Dice más o menos así: El fútbol, como casi todas las cosas humanas, se encuentra interferido por coordenadas de tiempo y lugar, las que son predominantemente culturales. Pongo un ejemplo: tanto el catolicismo mexicano como el polaco son catolicismos pero ambos son muy diferentes entre sí porque diferentes son las culturas en las que se desarrollan. Punto. Esa es la hipótesis. Extrapolada al fútbol la hipótesis sería: el fútbol que se juega en los países protestantes es exactamente el mismo al que se juega en los países católicos, pero ambos se encuentran interferidos por coordenadas culturales que no son exactamente iguales en todas las naciones. Creo que el partido que jugaron Inglaterra y Suecia, dos países marcados por una cultura de origen protestante, confirmaría la hipótesis.

Alguien me va a decir que estoy loco. ¿No es acaso la Premier League la más multicultural, la más globalizada del mundo? Exacto. Pero no me refiero a eso. Lo que quiero decir es que, de una u otra manera, seres humanos provenientes de diversas latitudes, se dejan regir por los patrones propios al lugar donde viven y conviven. Yoani Sánchez, la disidente cubana, lo dijo una vez con exactitud: los cubanos en Cuba dejan caer las basuras al suelo, en cambio, los mismos cubanos, cuando están en Miami, las depositan en los contenedores públicos. En eso pensaba cuando veía a ingleses y suecos.

Ambos equipos, independientemente de las proveniencias, creencias y culturas de sus jugadores, se dejan regir, cuando juegan en la selección, por los patrones culturales dominantes en los respectivos países y ellos tienen en Inglaterra y Suecia un marcado origen protestante. Así al menos lo entendió Max Weber cuando intentó establecer la relación entre protestantismo -racionalidad instrumental - economía capitalista (Economía y Sociedad).

Así como Max Weber escribió Política como Profesión y Ciencia como Profesión, podría haber escrito hoy, Fútbol como Profesión. Pues, tanto Suecia como Inglaterra jugaron un partido ajustado a la lógica instrumental, al ahorro de tiempo, a la funcionalidad, a objetivos precisos: en este caso, ganar.

Por cierto, no se trata de fabricar clichés y decir, por ejemplo, los latinos son pícaros, dribleadores, cachañeros. No: los ingleses y los suecos también lo son. La diferencia es que intentan integrar la picardía, el dribling y la cachaña, en un plan de juego. Es decir, ambos equipos jugaron un partido lógico. Por eso el resultado fue lógico. Ganó el mejor. ¿Y cuál es el mejor? El que tiene los mejores futbolistas, sin duda Inglaterra.

Ahora, los mejores futbolistas son, a la vez, los más imprevisibles, es decir, aquellos que no se ajustan al plan pero a la vez integran su imprevisibilidad al plan. ¿Difícil de entender? Lo explico: Kane es sin duda el mejor jugador inglés (y quizás el mejor 9 del mundial). Pero contra Suecia casi no se vio. ¿Jugó mal? No. Sabiendo que lo iban a marcar a hierro, se fue a las orillas y abrió huecos por donde se metían Delle Alli, Sterling y ese lateral punzante que es Trippier. Y como son dos veces más buenos que los suecos – solo el “viejo” Granqvist y el joven Berg mostraron algo- ganaron por 2 a 0. Lógico.

Como se trataba de una competencia entre profesionales, no vimos caídas espectaculares, gestos histriónicos, agresiones con las manos, ni poses para youtube. Los suecos perdieron bien, pero ninguno lloró al terminar el partido. ¿Para qué? Hicieron su trabajo en la medida de sus posibilidades. Al fin, para eso les pagan. Los ingleses, por su parte, celebraron como se debe hacer (las locuras se las dejan a sus hooligans) y luego, como todos los trabajadores después de una dura jornada, se fueron a tomar cerveza.

Lo que hicieron los ingleses durante la noche no lo sabe nadie pero seguramente eso no tiene nada que ver con la cultura protestante. Ni mucho menos con Max Weber.

https://polisfmires.blogspot.com/2018/07/inglaterra-2-suecia-0-o-el-futb...(POLIS)

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Jeffrey D. Sachs y Bandy X. Lee

Parece que día a día el presidente estadounidense Donald Trump intensifica sus ataques personales y políticos contra otros países y sus jefes de Estado, contra pobres y débiles, y contra familias migrantes. El ejemplo más reciente fue su defensa de la cruel medida de separar a niños migrantes de sus padres. Aunque la indignación pública tal vez lo haya obligado a retroceder, su talante agresivo no tardará en hacerse ver en algún otro tema.

La mayoría de los analistas interpretan los estallidos de Trump como gestos para su base de seguidores, pavoneo ante las cámaras o bravuconadas para el logro de futuros acuerdos. Nosotros lo vemos de otro modo. A la par de muchos prestigiosos expertos estadounidenses en salud mental, creemos que Trump padece diversas patologías psicológicas que lo convierten en un riesgo evidente y real para el mundo.

Trump muestra señales de al menos tres rasgos peligrosos: paranoia, falta de empatía y sadismo. La paranoia es una forma de pérdida de contacto con la realidad en la que una persona percibe amenazas inexistentes; al combatirlas, el individuo paranoide puede poner en peligro a los demás. La falta de empatía señala a un individuo obsesionado con su persona, que ve a los otros como meras herramientas y es capaz de provocar daño a otros sin remordimiento si eso le sirve para lograr sus propios fines. El sadismo es experimentar placer en infligir dolor o humillación, especialmente a quienes representan una amenaza percibida o un recordatorio de las debilidades propias.

Creemos que Trump posee estos rasgos, y basamos nuestra conclusión en la observación de sus acciones, en su historia de vida conocida y en numerosos informes ajenos, aunque no contamos con una evaluación psiquiátrica independiente, algo que hemos pedido y seguimos pidiendo. Pero no necesitamos un examen detallado para darnos cuenta de que Trump ya es un peligro creciente para el mundo. El conocimiento de la psicología nos dice que esos rasgos tienden a empeorar en individuos que obtienen poder sobre otros.

Para justificar sus acciones agresivas, Trump miente incesantemente y sin culpa. De hecho, según un análisis del Washington Post, desde que asumió el cargo Trump formuló más de 3000 afirmaciones falsas o engañosas. Y como señala el Post, parece que estas últimas semanas su mendacidad se incrementó. Además, los íntimos de Trump lo describen como cada vez más propenso a ignorar cualquier consejo moderador de su entorno. No hay “adultos presentes” que puedan detenerlo, ya que se rodea de adulones corruptos y pendencieros dispuestos a obedecerlo (todo lo cual es enteramente predecible a partir de sus características psicológicas).

Las enormes exageraciones de Trump en las últimas semanas revelan la gravedad creciente de sus síntomas. Sirvan de ejemplo sus reiteradas afirmaciones de que el impreciso resultado de la reunión con el líder norcoreano Kim Jong-un constituye el fin de la amenaza nuclear del régimen de Kim, o cuando mintió alevosamente diciendo que la separación a la fuerza de niños migrantes de sus padres en la frontera sur con México es atribuible a los demócratas y no a sus propias políticas. Hace poco el Post contó 29 declaraciones falsas o engañosas en un mitin que duró apenas una hora. Esta mendacidad permanente (tanto si son mentiras deliberadas o él mismo se las cree) es patológica.

Puesto que Trump no tiene capacidad real de imponer su voluntad a otros, su accionar es garantía de un ciclo interminable de amenazas, contra amenazas y agravamiento de conflictos. Cualquier retirada táctica es seguida por nuevas agresiones; un ejemplo es el intercambio creciente de medidas comerciales entre Trump y un círculo cada vez más amplio de países y economías, que incluye a Canadá, México, China y la Unión Europea. Lo mismo puede decirse de la retirada unilateral de Trump de cada vez más tratados y organismos internacionales, incluidos el acuerdo de París sobre el clima, el pacto nuclear con Irán y, más cerca en el tiempo, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, después de que este criticó las políticas de Estados Unidos hacia los pobres.

La paranoia de Trump está generando un aumento de tensiones geopolíticas. Los aliados tradicionales, no habituados a tratar con líderes estadounidenses con graves deficiencias mentales, no salen de su asombro, y aparentemente los adversarios se están aprovechando. A muchos de sus partidarios, el descaro de Trump para mentir les parece audacia para decir la verdad, mientras analistas y líderes extranjeros tienden a creer que su extraña conducta agresiva es reflejo de alguna estrategia política. Pero es un error tratar de “explicar” las acciones de Trump como racionales, e incluso audaces, cuando es más probable que sean manifestaciones de problemas psicológicos graves.

La historia está llena de individuos con patologías mentales que acumularon inmenso poder presentándose como salvadores y luego se convirtieron en déspotas que causaron daño grave a su propia sociedad y a las ajenas. La fuerza de su voluntad y sus promesas de grandeza nacional les atraen seguidores; pero la enseñanza de estos casos de ejercicio patológico del poder es que las consecuencias a largo plazo son inevitablemente catastróficas para todos.

No debemos permitir que el temor a un futuro desastre nos siga paralizando. Un líder con signos peligrosos de paranoia, falta de empatía y sadismo no puede seguir siendo presidente, o será capaz de generar un daño devastador. Cualquier medida apropiada para eliminar el peligro (las urnas, el juicio político o la invocación de la 25.ª enmienda de la constitución estadounidense) nos ayudará a estar a salvo otra vez.

Traducción: Esteban Flamini

Julio 3, 2018

Project Syndicate

https://www.project-syndicate.org/commentary/trump-psychological-problem...

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Borrador para el debate

El contexto

Los conflictos que actualmente desarrollan los trabajadores de sectores fundamentales en la vida del país, tales como: salud, electricidad y universidades, son la expresión concreta de la manera como estos se han planteado enfrentar la grave situación de penurias, de todo tipo, que están padeciendo a causa de los efectos de la agudización de la crisis económica, política y social que desde hace varias décadas agobia a los venezolanos. La exigencia de incrementos salariales, respeto y actualización de las contrataciones colectivas, el reconocimiento a sus organizaciones gremiales y sindicales, y el cese a la represión, a la criminalización de sus luchas y la libertad de sus dirigentes encarcelados, junto a los reclamos por medidas inmediatas para atender el colapso de los servicios públicos que les corresponde prestar; son entre otros, los elementos comunes que han motivado la movilización de los distintos gremios.

A pesar de los altibajos que se han presentado y las amenazas y agresiones que han tenido que soportar, los trabajadores han permanecido firmes en sus planteamientos; y sus luchas han ido subiendo de nivel hasta hacerse de carácter nacional y haber pasado a ejecutar acciones de mayor envergadura, cada vez más combativas y contundentes. Sin embargo, aún persisten elementos que obstaculizan los procesos de fortalecimiento de la unidad, de la acumulación de fuerzas y de elevación de los niveles de comprensión sobre el significado y la trascendencia que en los actuales momentos adquieren estos conflictos. El triunfo o la derrota de uno o de todos ellos, va a tener importantísimos efectos que pueden ser favorables o desfavorables, según sea el resultado, no solo hacia los trabajadores de los mencionados sectores; sino hacia las luchas que libran hoy todos los trabajadores y el pueblo venezolano en general.

Entre los elementos negativos que están presentes, podemos citar:

1. Las disputas y contradicciones existentes entre algunas organizaciones y dirigentes.- Cuando se anteponen los intereses particulares por encima de los intereses colectivos y superiores de los asalariados, se genera división, escepticismo y debilitamiento de las luchas. Viene al caso citar, sólo como uno de otros muchos ejemplos, el episodio reseñado en el artículo: Conflicto del sector salud va camino a la radicalización (anexo). En él se puede apreciar claramente, que mientras quienes pretenden fungir como dirigentes dirimen sus contradicciones públicamente, las bases de trabajadores de los diferentes gremios se unen de manera espontánea y natural en las acciones de protesta; sin esperar la autorización o el consentimiento de las cúpulas. Es muy importante que las relaciones entre las bases y sus dirigentes no se hagan contradictorias; sino todo lo contrario, es muy necesario que estas se mantengan de manera armónica y consecuente, de acuerdo al ejercicio permanente de prácticas democráticas.

2. Las visiones que se empeñan en mantener el conflicto de cada sector aislado de los demás.- Para el Estado-patrón, significa una gran ventaja que los trabajadores de cada sector presenten sus demandas y luchen por separado; pues, esto le permite desarrollar con mayor libertad sus demagógicas estrategias de jugar al desgaste, de presentar propuestas engañosas, de hacer trabajo divisionista y fraccional, de hostigar, criminalizar y reprimir las protestas y encarcelar a los dirigentes con la finalidad de intentar derrotarlos al detal, uno a uno. Para los trabajadores, la unidad, la organización y la articulación de sus luchas se traduce en mayor fortaleza y capacidad para torcerle el brazo al gobierno empeñado en desconocer sus derechos y mantenerlos condenados al hambre y a la miseria. Las visiones sectarias, por tanto, no contribuyen al logro de los objetivos del movimiento en su conjunto y fortalecen las intenciones del régimen imperante.

Nuestro aporte

Es así, que como ciudadanos venezolanos, residentes en el estado Aragua, conscientes de la situación descrita y, en tal sentido, seriamente interesados en que la clase trabajadora resulte victoriosa en los conflictos presentes, nos hemos agrupado para contribuir de manera colectiva a la unidad, a la solidaridad, al apoyo y a la correcta orientación y articulación de sus luchas, que son también nuestras luchas; sin pretender, en ningún momento, suplantar ni sustituir el papel que le corresponde cumplir a los trabajadores y a sus organizaciones propias. Quienes constituimos esta agrupación, que aún carece de denominación, provenimos de distintos sectores sociales; y somos, individualmente, integrantes o no de organizaciones gremiales y sindicales, militantes o no de partidos políticos o de cualquier otra organización de carácter social; no obstante, garantizamos nuestro mayor respeto por la autonomía del movimiento de los trabajadores y sus organizaciones propias, nos ponemos a su servicio y aspiramos a tener una estrecha relación de acompañamiento e intercambio permanente.

Dejamos claramente establecido que no nos anima la idea de crear una nueva central sindical, ni una nueva plataforma ni partido político; a todos les reconocemos su derecho a existir y a ocupar el espacio que les corresponde; con todos ellos deseamos estrechar nexos de coincidencias y les exigimos el justo reconocimiento que de su parte merece, nuestro derecho para actuar de manera independiente y sin tutelajes de ningún tipo.

Maracay, 7 de julio 2018

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