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Opinión

Jurate Rosales.

Con asombro, al final de mi vida veo la repetición exacta de una película vista en mi juventud. Me doy cuenta que los venezolanos no inventan nada nuevo, repiten los mismos gestos, errores y desaciertos que marcaron a toda Europa oriental en la segunda mitad del siglo XX. Allí está todo, absolutamente igual: los errores de la oposición, la huida al exilio, las ayudas familiares para los que quedaron bajo el comunismo y la subordinación de los militares al dictador de turno. Veo que en tantos años nada ha cambiado y todo es predecible, porque la oposición sigue ciegamente un guión escrito hace un siglo, siempre el mismo, siempre asombrosamente efectivo.
Empecemos por el éxodo de quienes huyen de Venezuela. Nadie quiere expatriarse sino cuando se trata de resguardar la vida o la subsistencia. Por lo general, en estos casos cada expatriado encuentra en su percepción de lo ocurrido a uno o varios culpables, a los que jamás perdonará por haberlo desarraigado de su tierra natal. En los grandes éxodos que ocurren por razones políticas, la norma es alimentar una mezcla de rencores y verdaderas o falsas razones, que para la mayor desgracia del expatriado, le impiden actuar con objetividad.
Los actuales pleitos en la diáspora venezolana, se reflejan en una igual confusión de la oposición dentro del país, con lo cual se repite algo que en el curso de la Historia ha ocurrido miles de veces cuando un segmento de la población huye de su país natal. El signo distintivo de esos éxodos es la incapacidad de los refugiados de unirse en un solo bloque y menos el de servir de guía de unidad para los que quedaron en la patria desvalida.
Son tantos los ejemplos de pleitos entre grupos de exiliados, que uno llega a la conclusión de que se trata de una norma – cualquiera que fuese la nación y/o la época. Podríamos empezar por lo más famoso, como lo fue la huida de los aristócratas rusos a raíz de la revolución del año 1917. Esa primera oleada de refugiados nunca aceptó formar un frente común con el grupo siguiente de expatriados, como lo fueron los primeros revolucionario en el caso de Trotski y sus seguidores. Entre los refugiados de la primera ola y los de la segunda, la diferencia en tiempo era de menos de una década, pero cada grupo ya era parte de distintas tendencias políticas internas, que los hacia irreconciliables. Jamás hubo una unión franca y articulada de todos los refugiados de una sola nación, sino una lucha entre ellos mismos, en vez de unirse contra el enemigo común que se había apoderado de su país.
Recuerdo personalmente las diásporas salidas de los países de Europa oriental cuando muchos huyeron del comunismo al finalizar la II Guerra Mundial. Los que habían tenido antes de la guerra gobiernos democráticos, seguían peleando entre ellos en la diáspora, cada uno por su partido político y eran incapaces de pensar que en su situación, ya no había ni partidos, ni elecciones, mucho menos posibilidad de formar un gobierno.
La diáspora proveniente de algunos de esos países, como fue el caso de Rumania y Yugoslavia, no solamente se vio dividida entre diversos partidos políticos de antaño, sino que existían los realistas que defendían a una derrocada monarquía, enfrentados a los exiliados republicanos de su misma nacionalidad, como si de sus enfrentamientos internos dependiera un gobierno, a todas luces inexistente.
Dos ejemplos son particularmente aleccionadores. En Yugoslavia, el rey Pedro II fue depuesto en 1945 y el país terminó siendo gobernado por un dictador comunista, Josip Broz Tito, pero en el exilio pululaban los partidarios del rey enfrentados a los demócratas que soñaban con una república y en vez de ponerse de acuerdo contra Tito, los exiliados peleaban entre ellos. En Rumania, el rey Miguel I fue depuesto en 1947 y lo reemplazó varios años más tarde el dictador comunista Nicolae Ceaucescu. Recuerdo haber conocido en esa época en Paris a varios refugiados rumanos, férreamente divididos entre partidarios del rey depuesto y partidos políticos republicanos, cuando ninguna de las dos facciones tenía la menor posibilidad de imponerse en su país natal. Siendo en aquella época Rumania un país petrolero, los exiliados soñaban con regresar a su tierra y explotar la riqueza petrolera. Sueños vacíos, porque los comunistas permanecieron en el gobierno de Rumania desde el fin de la II Guerra Mundial hasta el fusilamiento de Ceaucescu en 1989, cuando se desmembró el imperio soviético.
Lo que intento explicar con estos ejemplos sacados de la vida misma de cada grupo de exiliados, es que la norma en estos casos suele transformar al exilio en un caldo de cultivo de intrigas internas, con cada grupo “preparándose” de modo absurdo a “posicionarse” para gobernar a la hora de un hipotético “regreso”. Asombra la incomprensión de las realidades del momento y la incapacidad de asumir que el exilio tiene su propio mandato, el de la unidad, y su rol inmediato, importantísimo, de apoyo y ayuda para los que quedaron en la patria.
Durante los años de la postguerra, se habían creado en Inglaterra agencias que a cambio de un pago contratado por los parientes en el exilio, conformaban y enviaban paquetes de ayuda a la familia que había quedado bajo el sistema comunista. Recuerden que soy lituana, - país que fue ocupado por la Unión Soviética desde 1940 hasta 1990 - y mi mamá, desde Venezuela, apartaba cada mes de los sueldos de la familia, el dinero para el paquete a enviar a Lituania a través de Inglaterra. Se trataba para mi familia de un sacrificio grande, porque estaba de prepago un leonino impuesto de aduana cobrado por la Unión Soviética para dejar entrar el paquete, lo que se convertía en un obligado impuesto mensual, pagado, en nuestro caso desde C aracas, a la dictadura comunista. Todo esto volvió a mi memoria, cuando salió en estos días el decreto de Nicolás Maduro del cambio de Bs.2.500.000 por dólar para las remesas familiares, como gancho para apoderarse con esa tasa de cambio, de los dólares que el exiliado manda a su familia. En los países comunistas, aquel chantaje impuesto a las familias siempre ha sido parte del sistema.
Pasemos ahora a las penurias. Tan inherente al comunismo es la ausencia de alimentos y servicios básicos, que – como se ve en el párrafo anterior -, esto forma parte de un sistema, apoyado en la calculada desigualdad entre quienes son comprados por el régimen para que le sirvan y quienes no lo son y padecen hambre. El sistema consiste en que los primeros sometan a los segundos, que son, precisamente, todos los demás ciudadanos considerados de segunda. En esa desigualdad entre opresores y oprimidos, los recientes sueldos para altos oficiales de la Fuerza Armada Venezolana (entre Bs. 118.000.000 y 240.000.000 mensuales) son parte del sistema, como también parte del sistema es el máximo castigo al militar cuando empieza a subir en importancia. En Rusia esto ocurrió con el mariscal Tujachevski fusilado en 1937; en Cuba, el general Ochoa fue fusilado en 1989 y en Venezuela, el general Baduel está encarcelado desde 2009. Los tres fueron vencedores en sus respectivas tareas: Tujachevski aseguró la victoria del comunismo en el campo de batalla; Arnaldo Ochoa era el vencedor de Angola y Baduel fue el salvador de Chávez el 11 de abril. Hasta en la destrucción de ellos, no hay nada nuevo.
En realidad, lo de Venezuela sigue el manual en todos los ámbitos. Es algo que la oposición venezolana no se ha acostumbrado a descifrar, ni siquiera después de dos décadas de enseñanza diaria.

 5 min


Alberto Hernández

Crónicas del Olvido

1.-

Días de Onetti estos que morimos. Días de páginas en las que el tedio es un cangrejo que muerde sin misericordia. Días malos para dejar de lado la atención. De personajes que fenecen de aburrimiento mientras las nubes pasan silenciosas, rotas por el ruido impertinente de aparatos y aves a punto de caer.

Nos revolvemos en la miseria del bastimento cotidiano, apostados en una esquina o parada de autobús a la espera de que pase la historia, de que termine de pasar lo que no sabemos ocurrirá. Días de incertidumbre, de palabras duras, amonestaciones y recados al diablo. El pensador de Rodin se ha levantado, al fin, de su pose artrósica. El toro de Guernica avisó de otra guerra que nos espera muy cerca del aliento de Picasso. El Miranda de Michelena se quedó dormido mientras buscamos sus sueños en una tumba vacía. Los héroes estornudan colgados en los cuadros de un pasillo oscuro. Tantas telarañas históricas se sumergen en el cansancio de un país enfermo, destinado a someterse a una cura de insomnio.

Tan breve la vida que nadie pregunta por ella. No obstante, la diatriba fácil, la compra-venta de ñoñerías fascina a los paseantes. Los niños bostezan ante la aguada discusión de los adultos. Un papagayo se enreda en los ojos de un ciego. Una escritura del sábado como hoy que al perecer no llega a un lector del domingo. La razón hecha trizas.

2.-

Mientras la historia se guarece de las infamias, una mujer se pone los lentes para ocultarse de sus antiguos amigos. La vergüenza tarda en acomodarse en sus arrugas. O en la cirugía que la acompaña a todas partes. La ciudad canta serena bajo las faldas de una diosa injuriada. Qué corta la vida para tantos quebrantos y aspavientos. Qué desastre de vida la que llevamos mientras Dios sonríe ante la inutilidad de sus hijos.

El país también es breve. El país es una rabia tonta, pendeja. El país no existe. Es una ilusión bajo los pies. Los poetas se pelean unos con otros por palabras menos, palabras más. Unos insultan para recibir la paga. Otros callan para ganar la orilla. El poder no es una vaina muy seria. Nadie sabe de él, pero él sí sabe de nosotros, de todos. Tan breves como aquel rey que sólo sabía asomarse a la ventana para verse repetido en la superficie de su alberca.

El país es un mes de fiestas, unas horas de arritmias, de tambores y cinturas volátiles. Qué breve es una mujer silenciosa. Qué breve es la tierra mientras gira.

Todos los discursos han sido revisados. Nada es tan original como gritar y saberse desterrado. El país corre hacia la orilla del mar. La marea lo cubre con una espuma inmediata. La escritura automática calumnia la brevedad del día. La ciudad se desprende de un inmenso samán. Alguien muerde una manzana y se transforma en serpiente. Un anciano logra una erección y preña una ballena atolondrada.

Tan breve el país que su brevedad es inadvertida. Así están las cosas: navegamos en un ambiente de falsa solemnidad.

3.-

Días de Onetti estos que vivimos, tan breves que sus páginas nos pasan revista. Días de quedarse en la cama con los ojos desorbitados mientras la señora imprevista nos mira por la ventana. Días de un pozo profundo, oscuro y peligroso. ¿Quién se apresta a pedir explicaciones acerca del contenido de este texto sin pie ni cabeza? Día para no leerlo, para lanzarlo al cesto o verificar su sentido.

Este país es una resta mal sacada. Peor suma. Un problema matemático que no han sabido resolver por haber perdido la calculadora. Una ecuación con múltiples resultados. Un país expediente. Un país casi verdadero porque es una verdad que no se distingue. Un país borrado del mapa. Este país es breve, limitado, leche ácida. ¿Cuántas horas tiene un país breve? ¿Cuántas vidas tiene la brevedad? La lotería es la salvación del mundo, pare de sufrir. El norte es una quimera. El sur es el límite. Occidente es el norte del oriente. Los chinos son ciegos oblicuos. ¿Cuántas torres caerán antes del jaque mate?

Quien no sea breve que lance la primera piedra. Dios es la brevedad más prolongada. ¿Cuántos países hacen falta para tener uno que valga la pena?

En la cola de la calle suele morir un renegado, el último de la línea curva, que es decir la recta que nos lanzan desde un edificio. El país está allí, encacerolado, triste, avistado por un dios que nos anuncia lluvia para el próximo año. La muerte deletrea su orgullo en las manos de un adolescente. Una niña encinta golpea a su madre y luego se escapa con un astronauta.

Breve la vida, son días de Onetti. La primera página ilustra el contenido de esta nota. Por allí va la vida, tan breve, tan discutida por lo que la creen inútil.

 3 min


Con voz propia

Manifestada preocupación por Venezuela de José Luis Rodríguez, recobra vigencia ante la reiterada desazón del de igual nombre (tocayo u homónimo) popularmente identificado por su segundo apellido (Zapatero) y quien fue impuesto como mediador en el diálogo entre el régimen y la oposición para buscar solución en la catástrofe a la cual nos han llevado.

"Hundió a España económicamente (Como Presidente del Gobierno que fue por el Partido Socialista Obrero), y (ahora) tiene la desfachatez de inmiscuirse en los problemas de Venezuela. Quédate en tu casa, basta, cínico."

Reconocida es la reputación del artista venezolano calificado El Puma en la Madre Patria, lugar de nacimiento de su padre. Coincide con el expresidente del Gobierno y líder del PSOE Felipe González, quien acusa a Zapatero de empeorar la crisis venezolana”

“El diálogo que está llevando a cabo ha conseguido lo contrario de lo que se pretendía y ha tenido como resultado multiplicar por seis el número de presos políticos; desabastecimiento e inflación infinitamente mayores y en ningún momento se ha devuelto poder a la Asamblea Nacional democráticamente elegida”. Tal posición la ratificó en rueda de prensa ofrecida junto al ex presidente del Parlamento, Julio Borges; el ex alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma; el coordinador del partido Voluntad Popular, Carlos Vecchio, y el diputado Lester Toledo.

En visita a Buenos Aires Zapatero declaró al diario La Nación que si bien “es verdad que tengo diferencias importantes con Borges, líder de Primero Justicia”, mantengo relación más que razonable con Acción Democrática, con la nueva concertación de Henri Falcón. Y también tengo una relación buena con Leopoldo López”. En ese caso es la afirmación que tan pronto fue expresada, activistas del tirano agredieron a la esposa de López, Lilian Tintori, cuando acudió al Ministerio Público a solicitar libertad de presos políticos.

"Al ex presidente Zapatero le reitero que el único acuerdo de unidad nacional con el que nos hemos comprometido consiste en derrotar a Nicolás Maduro en las próximas elecciones presidenciales”, replicó Falcón.

Lo que sí corrobora Zapatero es la revelación de tener facilidad de dialogo “con Maduro; la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el ministro de Comunicación Jorge Rodríguez”

“También tengo un diálogo casi diario con miembros de la Oposición”. Lo rechaza la MUD: “la única intención de él es lavarle la cara a Maduro para que bajen las sanciones que EEUU y otros países han impuesto contra los corruptos. Avala esa acción el independiente Vicente Díaz ex rector del Consejo Electoral.

De allí la revelación de involucrarse “de una manera muy intensa” con el régimen que “en junio y julio (2017) vivimos momentos de grandes movilizaciones, con más de 100 muertos, y yo me lo pasé casi todo el tiempo ahí”.

Sobre sanciones de la UE a 11 altos funcionarios del régimen y del Informe de la ONU: para todos aquellos que le han puesto un muro al gobierno y que desconocen las elecciones (que ganó Maduro), se producen consecuencias, entre las cuales se comenta la catástrofe social y política.

Desde la frontera colombo-venezolana donde constataba grave crisis de la diáspora, reaccionó la diputada del Parlamento Europeo, Beatriz Becerra:

“Usted, Señor Zapatero, no tiene vergüenza y encima está amenazando. La catástrofe ya está aquí, en el puente Simón Bolívar”.

Consecuente con la misión encomendada, suma unas 33 visitas al país con la fijación de “no se pierde nunca el tiempo hablando”. Pero los cuestionamientos esbozados le exigen acatar el mandato popular: Zapatero a tus zapatos, que en su caso particular son botines.

Al MARGEN

Earle Herrera constituyente que aprobó derecho a la información veraz, cuestionado por el régimen, afirmó en el recibo del Premio Único de periodismo, que en Venezuela no se asesinan periodistas. De ese rollo tenemos documentada lista que prometemos divulgar.

jordanalberto18@yahoo.com

 3 min


Miguel Ángel Santos y Douglas Barrios

CAMBRIDGE, Massachusetts — La situación de Venezuela continúa agravándose año tras año. Si se cumplen las proyecciones de los organismos multilaterales para 2018, el país habrá perdido cerca del 50 por ciento de su producto interno bruto en cinco años. Esta caída se encuentra entre las catástrofes económicas más grandes de los últimos sesenta años, por encima de Zimbabue entre 2002 y 2008, y comparable solo con la de países que fueron soviéticos luego de la transición del comunismo. O a la de conflictos bélicos como los de Irak, Liberia, Libia y Sudán del Sur en las últimas tres décadas.

A medida que se deterioran las condiciones del país, también cambian las estrategias y los apoyos requeridos para lograr su recuperación. Veinte años de chavismo han dejado a Venezuela en una condición de invalidez tal que rescatarla va a requerir ayuda internacional en la acepción más clásica del término. América Latina y la comunidad internacional deben entenderlo así y asumir el rescate de la nación latinoamericana como una urgencia.

Desde 2013 hemos venido trabajando en los lineamientos de un plan de rescate para “el día después” del fin del régimen chavista. En septiembre de 2014, propusimos una reestructuración de la deuda con el fin de evitar el colapso inminente y compartir las cargas del ajuste de manera más equitativa entre los venezolanos y los acreedores de deuda pública externa. A finales de 2015, alertamos sobre la catástrofe humanitaria que se aproximaba. A principios del año 2016, propusimos acompañar la reestructuración con un programa de asistencia extraordinaria con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Trabajando con un grupo de economistas venezolanos, calculamos que en aquel entonces se requerían 54.000 millones de dólares en cinco años; una cantidad similar —diez veces la cuota del país— a la ayuda que el FMI le dio a Grecia en 2010 y a Argentina hace algunos meses. Los resultados los recogimos en una propuesta para rescatar el bienestar de los venezolanos que hicimos pública en 2017.

Pero el día después no ha llegado y el futuro ya no es lo que era antes. Al actualizar nuestros estimados con los datos más recientes, hemos tomado conciencia de que los 54.000 millones de dólares que propusimos el año pasado ya no alcanzan. La causa de esta insuficiencia es la enorme destrucción de valor en los últimos doce meses. De acuerdo con un reciente reporte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en mayo de este año la producción petrolera de Venezuela fue 570.000 barriles por día inferior a la de mayo de 2017, una caída del 29 por ciento. Esta diferencia representa unos 12.000 millones de dólares anuales, cifra similar al total de las importaciones del año pasado, y equivalente a 140 por ciento de las reservas internacionales del país. Además, han colapsado los sistemas de refinación, generación eléctrica, agua, gas doméstico y salud, y se han ido del país más de un millón de venezolanos.

Nuestro problema ya no se puede resolver solo con una reestructuración de deuda más profunda o con un programa de asistencia financiera más grande. Aunque los fondos de los organismos multilaterales —como el FMI— vienen a tasas de interés muy bajas, estos préstamos deben ser repagados. Las normas del FMI requieren que el país sea lo suficientemente solvente en un plazo razonable como para poder emitir deuda a tasas de mercado, a fin de devolver los préstamos obtenidos. Dados los daños registrados en los últimos doce meses, la necesidad de fondos adicionales sería de tal magnitud, que el país quedaría sobrendeudado y perdería la posibilidad de acudir a los mercados financieros para repagarle al FMI.

El chavismo ha traído al país una perdida económica superior a las que se han registrado en los países después de grandes catástrofes naturales o situaciones de guerra.

Una comparación simple puede ayudar a comprenderlo: si a una persona, con buena salud, se le quema la casa que compró mediante una hipoteca, es difícil que pueda adquirir otra con otro préstamo, y salir adelante con dos hipotecas. Por lo mismo, los bancos le prestarán el crédito para una segunda hipoteca solo si se elimina la primera. Pero si, además, la persona perdió la salud y se encuentra incapacitada para trabajar a ritmo normal durante algunos años, los bancos no le prestarán para la vivienda a menos de que otros aporten parte del capital.

Lo mismo ocurre con Venezuela. Ya no es una de esas naciones que pueden ir a los mercados financieros cuando lo necesiten. Tampoco es de los países de ingresos medios, que no lo pueden hacer, pero sí pueden recurrir a préstamos ordinarios de organismos multilaterales. Hoy en día Venezuela es un país pobre, altamente endeudado, que no podrá salir adelante solamente con pedir prestado. Para estos países se creó otro recurso: las donaciones.

Las donaciones no son nuevas para el mundo, pero sí son inusuales en América Latina, particularmente en países, como Venezuela, que alguna vez fueron considerados ricos. Pero Venezuela ya tampoco es lo que era: actualmente cuenta con un ingreso per cápita aproximado de 2 600 dólares por habitante y una producción petrolera per cápita 64 por ciento inferior a la de 2005. El chavismo le ha traído al país una perdida económica superior a las que se han registrado en los países que han recibido las mayores donaciones después de sufrir grandes catástrofes naturales o situaciones de guerra.

En nuestras proyecciones, además de la reestructuración de la deuda y de un paquete financiero de 60.000 millones de dólares, Venezuela requerirá de donaciones de rápido desembolso por aproximadamente 20.000 millones de dólares, necesarios para financiar la importación de materias primas, insumos intermedios, repuestos, medicinas y equipos necesarios para iniciar la recuperación acelerada de la producción.

Estos recursos también permitirán sustituir a la impresión de moneda —el único mecanismo de financiamiento del gasto público con el que cuenta el gobierno venezolano tras agotar su capacidad de endeudamiento— y origen de la hiperinflación que azota al país. Con este apoyo, el país podría fortalecer su solvencia, lo que le haría posible acceder a un programa de financiamiento multilateral en mejores condiciones.

De obtener esta cantidad de donaciones, Venezuela no sería una excepción histórica. A precios de 2017, los 20.000 millones de dólares para Venezuela serían una fracción de la ayuda recibida por Palestina entre 2008 y 2010 (equivalentes a 67.983 millones de dólares) o Irak entre 2005 y 2007 (46.664 millones); y similar a las donaciones que recibió Haití entre 2009 y 2011, Zambia entre 2005 y 2007 o Siria y Jordania entre 2013 y 2015 (todos alrededor de 20.000 millones de dólares).

La tragedia que hoy flagela a Venezuela es uno de los desastres humanos contemporáneos más grandes. De hecho, que la devastación de esta nación latinoamericana no esté asociada a una guerra o un terremoto, no la hace menos cruenta ni menos mortífera, de acuerdo con los cálculos de Caritas.

La rápida recuperación del país y la atención a su crisis humanitaria debe ser una prioridad para América Latina y un imperativo moral para el resto del mundo. La debacle de Venezuela ha generado consecuencias funestas para la región: una crisis de refugiados, el regreso de enfermedades ya erradicadas —como el sarampión y la malaria— y problemas asociados al narcotráfico, la corrupción y el lavado de dinero. Por otro lado, la negativa del régimen venezolano a aceptar ayuda humanitaria es una muestra más de que las consideraciones políticas pueden llegar a predominar sobre el derecho a la vida.

El hecho de que la tragedia venezolana sea producto de la implantación gradual de un modelo de dominación social a través de la represión y el hambre, le impone a la comunidad internacional la obligación de intervenir para evitar una catástrofe humanitaria mayor.

Para comenzar a recuperarse, Venezuela va a requerir de un programa de reformas que restablezcan los derechos de propiedad, la seguridad personal y jurídica y los mecanismos de mercado. También se necesitarán programas de asistencia destinados a cubrir el enorme déficit de atención social heredado de la revolución bolivariana. Esta serie de reformas debe ser respaldada por los mecanismos de asistencia propios de la comunidad internacional: una donación como la que se hizo a Haití, un programa financiero como el que recientemente le otorgó el FMI a Argentina y una reestructuración de la deuda como la que se hizo en Irak.

El esfuerzo de la sociedad, junto con un programa integral de reformas y el respaldo internacional, pueden ayudar a restituir a la mayor brevedad la capacidad del país de salir del abismo y valerse por sí mismo.

New Yor Times

https://www.nytimes.com/es/2018/07/09/opinion-salvar-venezuela-crisis-ec...

 6 min


Desde hace tiempo la nave del Estado venezolano se encuentra en medio de una fuerte tormenta, la cual los ciudadanos tratan de capear sin contar con un capitán que coordine para evitar el naufragio. Violaciones a los derechos humanos, hiperinflación, escasez de medicinas, de alimentos y de repuestos. Miles de ciudadanos que se mueren de hambre huyen por nuestras fronteras. Profesionales y técnicos abandonan sus empleos en búsqueda de sueldos dignos y mejor calidad de vida. Sí hay una gran tormenta. Sin embargo, nuestra dirigencia de oposición actúa como si no hubiese desgracias, ni infelicidad.

Después de largo silencio se reunieron y el Secretario General de AD declaró que su partido se retiró de la MUD “ en una sesión madura y cordial, no hubo tormenta. El retiro obedeció solo a problemas operativos... ”. Quizá piensan que no hay peligro de siniestro y por ello no respetaron los acuerdos firmados el año pasado de elegir un candidato en elecciones primarias, se acuda o no a la contienda electoral, y tampoco fueron capaces de seleccionar al Secretario de la MUD ¡Qué poco desprendimiento! ¡Qué poca vergüenza!

No es la intención achacarle toda la responsabilidad del desaguisado a Ramos Allup, quien intentó suavizar la ruptura de la unidad. Todos los 22 integrantes de la MUD son responsables del fracaso político. Algo que debe corregirse es el excesivo número de partidos de papel. Aquí cualquiera funda un partido y cree que es un político.

En los partidos de importancia relativa hay políticos curtidos y confiables. Sin embargo, cuentan con algunas guabinas y con ovejas negras que deben depurar para mejorar su credibilidad. Solo a título de ejemplo, cabe preguntar ¿cómo puede ser confiable Juan Carlos Caldera, quien recibió dinero de alguien como Ruperti? Fue separado de PJ públicamente por Capriles, pero hoy es importante representante de ese partido ¿Qué pasó con Luis Florido, a quien el padre de Leopoldo le solicitó se retirara de VP, no se sabe si por tomarse atribuciones o por otra causa. justa o injusta? ¿Cómo puede ser confiable Timoteo Zambrano, quien fue importante dirigente de AD y después de UNT, se separó de este partido y aceptó la Secretaría General de otra tolda, renunciando a los pocos días “porque no sabía que eran liberales” y, por último, decidió apoyar a Falcón?

Capriles, Borges y Leopoldo tienen el mismo origen, por lo que no se justifican sus desavenencias. Tampoco las de Ramos, Rosales y Ledezma. Admiro y respeto a María Corina por su valentía y lucha permanente. Tiene claro que Venezuela no puede seguir siendo un petroestado. Sin embargo, debe administrar sus declaraciones para contribuir a la unidad. Con respecto al partido Avanzada Progresista, algunos le hemos otorgado el beneficio de la duda, pero la misma tiende a disiparse cuando se leen las declaraciones de Enrique Ochoa Antich y del propio Falcón, muy inclinadas a la convivencia con la narco dictadura.

Recientemente han surgido acusaciones del ex representante de Odebrecht en Venezuela de que esa empresa otorgó dinero a personas del régimen y también a algunos dirigentes de la oposición. La Asamblea Nacional debe investigar e interpelar a los señalados. Los del régimen no acudirán, pero los dirigente de la oposición sí deben hacerlo por su propio interés y porque los demócratas lo exigimos.

Del lado democrático hay otros dos actores importantes que pueden contribuir a que se logre una unidad de propósito. Uno de ellos son los articulistas de medios de amplia difusión. El otro son los ciudadanos que se expresan en twiters y en blogs. Tienen derecho a opinar y a criticar a los políticos. Solo sugerimos que no descalifiquen sin pruebas. A veces nuestros dirigentes toman decisiones que no compartimos, pero ello no significa necesariamente que le hagan el juego al gobierno.

Es evidente que ninguno de los dirigentes opositores logra aglutinar a la mayoría de los ciudadanos. Pareciera que lo procedente es que El Frente Amplio Venezuela Libre y Soy Venezuela logren un acuerdo alrededor de un candidato independiente, sea para un gobierno de transición o para una eventual elección en condiciones diferentes a las actuales. Como dice el sociólogo y articulista Manuel Barreto, “llegó el momento de exigir a esos individuos que políticamente se han enfrentado y que mantienen una divergencia de visión y de proyectos, que encuentren puntos de convergencia a favor de los intereses superiores de nuestro país”. Sí hay tormenta y nos está afectando a los demócratas, pero el régimen está en el centro de un huracán. Nosotros podemos llegar a buen puerto, pero se requiere buena voluntad y desprendimiento. El régimen está condenado a naufragar.

Como (había) en botica:

Bravo por Margot Monasterios del Sindicato de Trabajadores del Hospital Universitario quien le cantó las cuarenta a Maduro.

Predicar que Venezuela será una “potencia”en el 2050” es una sandez. Nunca lo seremos, aunque si hacemos bien las cosas podemos lograr un país próspero con buena calidad de vida ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 3 min


De forma inexplicable AD argumenta que se va de la MUD “por los debates interminables y burocratización”. Que ahora ellos (AD) recorrerán el país porque, “ los partidos deben incorporarse a las luchas diarias del Pueblo” . ¡Entonces! ¿No lo estaban haciendo?¿dónde y cómo hacían política?

Quiere decir la vocería adeca que a un partido de tanto recorrido como AD , la MUD, uno de los pocos aciertos de la dirección opositora, ¿los maniataba, les impedía pensar y actuar ? ¿Les privó de la gnosis?

Así, nos encontramos frente a un hecho de surrealismo extremo: la MUD depende de sus integrantes (los partidos) pero de pronto adquiere forma de un ente maléfico, autónomo, que los anula sin que ellos puedan evitarlo. Esto debería ser un tema interesante para un seminario de esoterismo político.

Lo grave de ello, es que un planteamiento parecido lo hizo la gente de Vente Venezuela hace 1 año Para “nos vamos para poder construir la verdadera oposición unidos por las bases”, y nada ocurrió. Por su parte, recientemente, Henry Falcón, otro que se liberó del ente, sentenció “Ahora si tenemos rumbo”. No dijo hacia cuál precipicio.

Con razón ante tanta orfandad de liderazgo y ausencia de mínima sensatez las redes están pobladas de oraciones, cadenas que deben repetirse so pena de castigo eterno y ruegos a deidades para ver si se logra detener el Plan de Destrucción Nacional.

Cuál sociólogo, politólogo o filósofo político se atreve e explicar este fenómeno de autodestrucción, de falta de entendederas, de falta de compromiso con una sociedad envilecida, perseguida, empobrecida que reclama liderazgo, compromiso y estrategias coherentes. Solo la oposición de Nicaragua es equiparable en sus errores con la local. Quizás, quienes, además de Maduro deben estar exultantes son los estériles guerreros de la Red. Sienten o sentían ira incontenible hacia la MUD. Enfrentan un grave trauma, ahora no tendrán a quien insultar.

Para que lo insólito no tenga límites todos apelan (toda la dirección opositora), buscando legitimidad, a una cita de la Conferencia Episcopal que sin rubor repiten, que pareciera más bien un ejercicio inconsciente de autocrítica: “debe la oposición reconstruir el liderazgo social y dejar de lado la arrogancia”. Precisamente esa es la endemia que les afecta

Probablemente, los integrantes de la dirección opositora, en ausencia de espontaneidad, esperarán que Maduro los una en la cárcel o en el exilio. Como ocurrió a los opositores de Hitler.

Se insiste en la carencia de talento de Maduro, pero es afortunado en política de acuerdo a lo expuesto.

Recuerdan Uds. que los abstencionistas de siempre y los nuevos advirtieron, que luego del 20 de mayo el País se estremecería. !Será de hambre, miseria y orfandad política!

Bien, es imprescindible seguir.

Impermeables al desaliento, ahora que está finalizando la catarsis futbolística.

Profesor UCV

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Hace apenas unos días concluyó en Caracas el “Giro d’Italia”, una actividad de la Embajada de Italia, importante sede diplomática que emprendió y culminó exitosamente una serie de foros, espectáculos al aire libre, conferencias y conciertos, colocando el énfasis en los vínculos entre esa hermosa, querida y fraterna península y nuestro país, a través de la cultura, la historia, la gastronomía y la tradición jurídica que nos une.

En particular, quisiera hacer referencia a un aspecto poco conocido de la relación del derecho penal venezolano con Italia, siendo así que nuestro Código Penal, con sucesivas reformas y que inició su vida en 1873, conserva, hasta el día de hoy, la estructura fundamental del llamado Código Zanardelli de 1889, modelo adoptado por nosotros en sustitución del español, en el año 1897.

En Italia, a raíz de la unificación política en el siglo XIX, se emprendió la unificación legislativa, la cual, en materia penal, se concretó con la entrada en vigencia de un nuevo instrumento penal que fue elaborado sobre la base de un proyecto de 1876, impulsado por Pascuale Stanislao Mancini, y que contó con la participación de los más destacados penalistas italianos, como Carrara, Pessina, Ellero, Nocito, para citar solo algunos.

El Código Zanardelli, denominado así por el ministro de Gracia y de Justicia para la época, Giuseppe Zanardelli, que algunos malos estudiantes creen que se trata de un santo y lo escriben “San Ardeli”, es un código de corte liberal que recogió las ideas del iluminismo para sentar las bases y normas de un sistema penal garantista, protector de la libertad ante la posibilidad de los abusos y la arbitrariedad del poder, proponiendo la más clara y precisa descripción de los hechos que pueden dar lugar a la sanción penal y estableciendo los presupuestos de la más estricta legalidad de los delitos y la exigencia culpabilista para determinar la responsabilidad de los autores y partícipes en los hechos más graves que pueden ocurrir en una sociedad, cuya reacción no puede ser de venganza y crueldad, sino de sanciones adecuadas y proporcionadas, excluida la pena de muerte.

En Italia, el Código Penal de 1889 fue derogado por el Código Rocco de 1930, bajo influencias autoritarias y bajo esquemas que también estuvieron presentes en diversos proyectos de reforma de nuestra legislación penal que, afortunadamente, no se concretaron.

Hasta el día de hoy, a pesar de que se impone reconocer la necesidad de ajustar nuestra ley penal a las exigencias de los nuevos tiempos sobre la base del respeto absoluto a los derechos ciudadanos, a la imperiosa urgencia de atender los requerimientos de una justicia universal, a la protección efectiva de bienes jurídicos carentes de protección y a nuevas formas de atentar contra las bases de la convivencia, hemos conservado este viejo y noble código, cuyos fundamentos de indiscutible solidez están centrados en la dignidad de la persona humana.

La gran virtud del Código Penal de 1889 es la coherencia, claridad, precisión de sus normas y posición equilibrada para no tomar partido por posiciones doctrinarias que hacen caduco en breve tiempo los ordenamientos que reflejan determinadas teorías que alimentan el debate jurídico que deben ser ajenas a la formulación legislativa y compatibles con fórmulas amplias, como las adoptadas por el texto legal que comentamos.

El Código Zanardelli, que recuerda al ministro Guardasigilli y que debía también asociarse al proyecto Mancini antes aludido, como lo observa atinadamente el profesor José Luis Tamayo, entre nosotros, es patrimonio de Venezuela asociado a su italianidad, y ello hace que la labor de interpretación de las normas del Código Penal venezolano vigente deban ser ilustradas con las referencias obligadas a tratadistas como Crivellari, Manzini, Majno y otros tantos que constituyen cita obligada de nuestros manuales de estudio, a los fines de precisar el sentido y alcance de la normativa que hoy se aplica en Venezuela en materia penal, conjuntamente con algunas leyes especiales que entran en conflicto con los principios de un código golpeado por reformas oportunistas y regresivas como la de 2005.

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@ArteagaSanchez

El Nacional

9 de julio de 2018

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