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¿Constituye la militarización del régimen un retorno a la dictadura de Pérez Jiménez?

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Artículos de opinión
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En una de sus más recientes obras el caricaturista EDO de El Nacional, plasma la imagen del General Marcos Pérez Jiménez con un comentario en el cual se lee: “Aquí hace falta un Pérez Jiménez”, decían, y esos votos trajeron estos lodos. En los tiempos que corren, con un régimen fuertemente militarizado, algunos, como el caricaturista EDO, tienden a asimilar el mismo con un retorno al gobierno dictatorial del ex gobernante tachirense. A nuestro juicio esto es confundir la gimnasia con la magnesia, ya que la orientación política de ambos regímenes es diametralmente opuesta, así como las políticas económicas que impulsaron y la situación económica que ambos fomentaron.

En primer lugar Marcos Pérez Jiménez (MPJ) era anticomunista y un aliado declarado de los Estados Unidos, apoyándolo incluso en las aventuras que “el imperio” realizó, en ese momento, derrocando regímenes sospechosos de ser comunistas. Este fue el caso de la intervención de Estados unidos en Guatemala derrocando al gobierno del coronel Jacobo Arbenz, elegido democráticamente, el cual fue acusado de tendencias comunistas. La logística de la invasión fue coordinada por Pedro Estrada, jefe de la policía política venezolana, con el apoyo de las dictaduras de Trujillo y Somoza, logrando al final el derrocamiento de Arbenz y la imposición de una Junta militar.

En segundo lugar el tachirense fue un decidido aliado de la iniciativa privada, apoyando al sector privado a través de la política de sustitución de importaciones, que buscaba fomentar la industrialización del país, siguiendo las recomendaciones de la CEPAL, tal como lo hacían otros gobiernos latinoamericanos en esa época. Apoyó también las inversiones extrajeras, en particular las que realizaron las multinacionales en el área petrolera. Todo este esfuerzo fue reconocido por FEDACAMARAS y las compañías extranjeras que fueron beneficiarias de tal política.

El gobierno siguió las tesis de los intelectuales positivistas del régimen de Juan Vicente Gómez, uno de cuyos representantes más conspicuos fue Laureano Vallenilla Lanz. Su hijo Laureano Vallenilla Planchart fue integrante del gabinete de MPJ y ejerció una influencia decisiva en los planes de fomento a la inmigración del régimen. La tesis de los positivistas, y en particular de Alberto Adriani, era la de estimular la inmigración europea blanca a fin de disminuir el peso de la sangre negra en nuestro mestizaje. A juicio de Adriani el elevado peso de la negritud en nuestros genes era uno de las limitantes a nuestro desarrollo.

En consecuencia el gobierno incentivó la inmigración blanca europea, en particular la italiana. Cientos de miles de europeos llegaron a nuestras costas, huyendo de las penurias en sus países de origen. Esta inmigración estuvo orientada fundamentalmente a la industria de la construcción, que era una de las actividades más importantes impulsadas por el régimen para dinamizar la economía. La inmigración, en particular la italiana, se concentró en algunas zonas, como Maracay y sus alrededores, cambiando el paisaje humano de nuestra región, en particular de las clases medias. El gobierno incentivó el crecimiento económico utilizando los abundantes recursos petroleros que ingresaban al país, ya que el petróleo se había convertido en una pieza clave de la expansión económica del mundo occidental más desarrollado. En consecuencia se vivió un periodo de prosperidad, lo cual fue uno de los factores que atrajo a los cientos de miles de europeos que arribaron a nuestras costas. No fue desdeñable el bajo índice de inseguridad personal que existía en todo el territorio nacional, a lo cual contribuyó, probablemente, el carácter fuertemente represivo del gobierno.

En este contexto de apoyo a la iniciativa privada y fomento a la inmigración, el gobierno contribuyó a sentar las bases de una clase media empresarial en el campo venezolano, que produjera las materias primas y alimentos necesarios para las ciudades y el sector agroindustrial en expansión. Esta clase media se consolidó posteriormente con el proceso de reforma agraria que se inició en la década de 1960. Un programa clave en este proceso fue el programa de colonización de Turen, en el estado Portuguesa, el cual fue inicialmente concebido por Alberto Adriani en su condición de primer ministro de agricultura del país, durante el gobierno de López Contreras, en la década de 1930. En este programa, el gobierno de Pérez Jiménez buscaba utilizar las tierras de frontera agrícola a fin de crear una prospera clase media empresarial, que sirviera de barrera a la expansión del comunismo en el campo venezolano, como lo expresó el ex dictador en una de sus obras. De este modo Pérez Jiménez se oponía a la modernización de la agricultura en base al reparto de tierras a campesinos pobres.

Mientras el régimen de MPJ fue explícitamente anticomunista, el de Chávez- Maduro ha sido declaradamente pro comunista en su versión cubana. Mientras Pérez Jiménez apoyó la iniciativa privada el régimen chavista, en su orientación cubanófila, ha implementado políticas que se han orientado a hostigar al sector privado, entre las que destaca la Ley de Tierras, la cual persiguió la destrucción de la clase media empresarial del campo venezolano, que auspició el gobierno de MPJ en su momento. Estas políticas han generado una crisis de desabastecimiento y racionamiento, similar a la que se ha impuesto en Cuba desde inicios de los años 60 del siglo pasado.

Por otro lado, mientras el régimen de Pérez Jiménez estimuló la llegada al país de una ola masiva de inmigrantes de origen europeo, el régimen chavista ha estimulado una diáspora de venezolanos que se han desplazado al exterior, en una cuantía que algunos estiman en más de dos millones de personas. Los venezolanos que emigran lo hacen huyendo de la situación de inseguridad y penurias de todo orden que ha creado el régimen cubanófilo de Chávez-Maduro.

El gobierno de Pérez Jiménez fue un decidido aliado de los Estados Unidos, en contraste el régimen de Chávez- Maduro ha enrarecido nuestra relación con la potencia norteamericana, lo que ha provocado que nos colocaran en la lista de potenciales enemigos de ésta, al lado de países árabes terroristas, lo cual ha afectado nuestra condición de proveedor seguro de petróleo a los Estados Unidos, uno de los principales clientes de nuestras exportaciones y proveedor de materias primas y alimentos. Ello ha obligado a la potencia del norte a diseñar una política de autosuficiencia energética, como lo expresó el ex presidente Obama, “para no depender de nuestros enemigos”, grupo en el cual hemos sido ubicados en forma destacada.

En términos gruesos las políticas de MPJ fueron continuadas por el gobierno democrático de Rómulo Betancourt, quien mantuvo la política de industrialización a través de la sustitución de importaciones, el apoyo a la iniciativa privada y a la expansión de la clase media empresarial en el campo venezolano, así como una política de alianzas con los Estados Unidos, confirmando la posición de Venezuela como proveedor confiable de petróleo. Betancourt también mantuvo el sesgo anticomunista del gobierno de Pérez, planteando el aislamiento internacional del régimen de Fidel Castro y enfrentando el alzamiento armado de los grupos de ultraizquierda financiados por el sátrapa caribeño.

El régimen Chavista no guarda ninguna relación ni con el gobierno de Pérez Jiménez, ni con los gobiernos democráticos posteriores, en cuanto a las políticas económicas emprendidas y los resultados obtenidos. Meter en un mismo saco al régimen de Pérez Jiménez y al chavista, no nos permite considerar debidamente que además de un gobierno con un alto componente militar, el de Chávez-Maduro ha sido un régimen de izquierda, que ha buscado copiar las estrambóticas ideas del régimen de los Castro e implementarlas en Venezuela, con resultados similares a los que se han observado en Cuba y en los otros países socialistas que las llevaron a cabo.

Nota: la información sobre el gobierno de Pérez Jiménez fue tomada fundamentalmente de: Sierra, Manuel Felipe. 2010. Marcos Pérez Jiménez. Biblioteca Biográfica Venezolana, n° 112, C.A. Editora El Nacional.

Profesor UCV