Desde 2016, en Prados del Este, La Boyera, Los Campitos y zonas aledañas, están a la venta muchas quintas.
Hace ya tres años, un buen número de ellas han sido adquiridas a precios muy bajos por “empresarios” y “asesores” que usan enormes relojes y gruesas cadenas de oro, quienes llegan en grandes camionetas precedidos de guarda espaldas en motocicletas y acompañados de un séquito en el que suelen venir la esposa (o la “novia”) y una o dos “decoradoras” con maquillajes llamativos y joyas que muestran un dudoso refinamiento, quienes hablan en voz alta de cómo quedará de “high” y “cool” la remodelación que debe hacerse.
A los seis u ocho meses de compradas, las nuevas residencias ya han adquirido el nuevo look “enchuvista” de tendencia fusión (que funde el mal gusto con la ostentación y la ramplonería).
Los nuevos propietarios gastan millones en mármol o frisos marmoleados con destellos de polvo brillante, que emplean en paredes, y todas las fachadas tienen robustos muros de concreto armado, de más de tres metros de altura.
Si, el rasgo más distintivo de la nueva arquitectura “enchuvista” es el colosal muro con el que pareciera que quieren proteger su nueva casa de miradas envidiosas, o defenderse de un eventual asalto a su fortuna, o esconderse de la justicia si algún día termina este largo periodo de oscuridad que vive Venezuela.
Ojalá desaparezca pronto la estética “enchuvista” que está invadiendo a Caracas, no sólo porque es ofensiva a todo buen gusto, sino porque desaparecer será síntoma de que Venezuela se está librando del poder de enchufados y chavistas.
PD… En las avenidas de Prados del Este que llevan a mi casa, solía encontrarme con propietarias y propietarios en sus camioneras y séquitos, que visitaban las remodelaciones de sus nuevos nidos… Desde el pasado 28 de julio, no sé por qué, las obras están como abandonadas…