
Trump, heterodoxo y desaprensivo hacia los hechos, afirmó que “en 2021 había dejado a Maduro contra las cuerdas…listo para irse”. Juan González aclara lo ocurrido en precisa entrevista publicada por La guacamaya.com y devela situaciones para la (pequeña) historia, esperpénticos, inenarrables errores y la voluntad inoxidable de cabecillas locales para remachar al gobierno 26 años. Afirmamos de nuevo: no existe gatuperio comparable a las “sanciones”, porque el favorecido o menos perjudicado, será siempre el gobierno. Ferrocarriles cargados de economistas, historiadores, politólogos, paleontólogos, nigromantes, taxistas, albañiles, peluqueras, buzos, talabarteros, lateros, lo dicen, pero la avilantez de cabecillas locales las apoya de nuevo en 2025. Suspenden la Licencia 41 a Chevron y los cabecillas bailan en las calles la danza macabra.
González recuerda: “cualquier experto le dirá: las sanciones rara vez derrocan regímenes, pero pueden influir en su comportamiento. La administración Trump apostó todo a un colapso del régimen, sin acompañarlo de ningún esfuerzo diplomático o de mediación… fracasó de forma estrepitosa…”. Continúa y se desmarca de los cabecillas: “no negociamos el futuro de la democracia venezolana. Ese era…el papel de la Plataforma Unitaria. Desde el principio dejamos claro que la oposición debía liderar la definición de los términos políticos de una transición democrática. Nuestro trabajo era crear las condiciones internacionales necesarias para respaldar…”. En la crisis de 2019, ante el riesgo de guerra civil, Maduro comisiona a Diosdado Cabello para buscar opciones pacíficas. Se reúne con Guaidó, quien pronto declara que “lo único que se negociará con Maduro es su salida” y se dedica a bailotear por el país.
Un cura muuyyy sabio le pone humor negro e inolvidable “solo negociaremos lo que va a comer en el avión”, soberbia y cusurrería política. Como en 2014, 2016, 2017, la obsesión era pedir “quiebre militar”, guerra civil, cientos o miles de muertos e invasión extranjera, como exigen aún hoy en 2025. Unos depravaditos en Twitter recomendaban a las venezolanas estar “bien bañadas” para cuando llegaran los marines. Seguro bañarían a sus madres, tías, hijas y hermanas. “Debían definir los términos de la transición”, dice González, en cristiano “no tuve que ver con el resultado” y tiene razón. Se equivocaron en todo, despilfarraron oportunidades, apoyos políticos y económicos internacionales (que usan para sus fines personales) a “la mayor alianza de países desde la lucha contra Hitler”, repitió Guaidó. Una salida pactada a la crisis obligaba esfuerzos de inteligencia y tolerancia, como en casi todos los símiles.
A cambio, acuñaron “el mantra”, un “decreto” de autoalivio: “cese de la usurpación, gobierno de transición, elecciones libres”. Todos los intentos de conciliación se frustraron: en 2014, promovidos por la Conferencia Nacional por la Paz. En 2016 convocan el Vaticano y UNASUR y en 2017 en República Dominicana; 2019 en Barbados y Noruega y de 2021 a 2023 México, tiempo perdido. Mike Pompeo y John Bolton en sus memorias, difundieron que Trump los delimitó “perdedores”, incapaces de cambiar, no digamos “el régimen”, sino un bombillo, aunque subestimó sus aptitudes financieras. El mantra partía de una falacia. El gobierno llegó en 2018 en la grupa de una estólida abstención convocada por opositores, no en un fraude, pero el gobierno aprendió más de lo que convenía: que lo lo anateman de fraude ante opinión pública mundial, aunque había ganado con votos.
Lejos de ocultarlo se jactan de estar tras “el quiebre militar” y la invasión extranjera, y desde “la salida” en 2014, es normal derrocarlo por la fuerza. “Todas las opciones están sobre la mesa o debajo” declaró Juan Guaidó, “el astuto”. Otro talento, Ledezma, oveja bajo piel de lobo ¿delata? reuniones “secretas” con militares disfrazados de Santa Claus y Caperucita Roja. Levantan la calumnia degradante y obscena contra Venezuela: que es un narco Estado, el Cartel de los soles, lo que produce carcajadas en la DEA. Lo dice quien desea ser presidente y lo repite hoy una ONG antes transparente. Maduro sabe que en esta pelea es con pico de botella y que no pasa nada. El gobierno aprendió algo más peligroso: que derrotó al presidente de los EE. UU, la Unión Europea, el Grupo de Lima, a “casi sesenta países”, para sentirse un Metatrón, el ángel de Enoch.
Con ese prontuario se producen las elecciones del 28J/25/ Estaba anunciado que si resbalaban el pedal les esperaba una braga naranja en alguna cárcel de máxima seguridad de Miami o el wanted con 15 millones de dólares. Rencor profundo, venganza, dicterios y acciones amenazantes, insultos recurrentes, nuevas exhortaciones al golpe y la invasión. Ambos grupos vaticinan fraude y abren la ventana de Overton, jamás una iniciativa de cese de hostilidades, un gesto de reconocimiento, de recivilizar la política. Primarias para los inhabilitados por los levantamientos de 2014, 2016, 2017, 2018, 2019, con el detalle de que la capacidad coactiva está en manos del gobierno Las primarias premian la constancia en pedir “quiebre militar”, invasión, una candidatura para el frontal desafío al poder. ¿Qué podría salir mal?
Consignas jaquetonas: “la habilitación la da el pueblo”, “no habrá elecciones sin mí”, “gano y cobro”, “hasta el final”, según San Anselmo, flatus vocis. El CNE ilegaliza la decisión, da un hachazo descomunal que si los cabecillas no fueran unos jod…res, habrían declarado emergencia, llamado al Papa y a María. Y vino la gran chiquillada, se lo toman alegremente, no se ocupan de las implicaciones y terminamos en el asombroso, desopilante chiste: hacer candidato a un señor enfermo e impreparado, la tapa, que el mismo día aclara que cubriría la posición hasta el 28J (por cierto, qué será de él) para entregarla a la titular ¿Qué podría salir mal? Sin tal viveza liceísta había que declararse en consulta nacional hasta conseguir alguien pactable con el adversario y un acuerdo de gobernabilidad, como Betancourt con Caldera y Villalba, operadores decisivos del derrocamiento de Gallegos.
Escribimos que el ambiente anunciaba que el 29J sería un conflicto, pero los “expertos” aduladores, en vez de enterarse del drama, adulaban a cuatro manos, festejaban la inminente caída de Jericó, Golda Maier al frente de la guerra de Yom Kippur, oportunidad perdida, desastre. Para tener algún día elecciones normales, hay que normalizar la política desde hoy sin servilismo. Escribe Lubicz Milosz “los muertos están ebrios de lluvia antigua y sucia”, desconsuela el thriller eterno, el reciclaje incansable de chatarra, de las mismas inquinas. Dice González: “la premisa equivocada de que los problemas de Venezuela se resuelven el día que Maduro deja el poder, no es así. El colapso institucional, la crisis humanitaria y la pérdida de confianza ciudadana no se resuelven de la noche a la mañana y mucho menos sin un plan de transición viable, con respaldo internacional y consenso interno”.
@CarlosRaulHer
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