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El 1% de la población del país

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Venezuela tiene una población estimada de 32 millones de personas de las cuales 6 millones están en el exterior huyendo del país por el horror que tenemos y en busca de mejores condiciones de vida. De los 26 millones que aún están en el país, solo el 1 % disfruta de inmensas fortunas (muy poquísimas logradas con trabajo, con acertadas y beneficiosas inversiones u obtenidas por herencia, son contadas con los dedos de las manos y quizás sobran dedos), en su gran mayoría logradas con negociados con el régimen nada transparentes, ni morales ni éticos.

Ese 1% equivale a 260.000venezolanos de los cuales 160.000 está residenciado en Caracas, centro de los negocios y el resto, 100.000, esparcido en el interior. Ese 1% es quienes ahora están haciendo inversiones en edificios, locales comerciales con exquisiteces, bodegones cargados de productos importados e inmensos supermercados y redes de farmacias.

Desempolvaron las fortunas que tenían escondidas y las pusieron a funcionar. Por ello vemos la construcción de dos o tres edificios y la inauguración de bodegones y de comercios para la élite. En el Círculo Militar de Maracay está instalada una gran cantidad de restaurantes y negocios de alta gama, todos, según información que he recibido, son propiedad de militares de alto rango.

Como no existe ningún ente público ni privado que exija explicación de las grandes inversiones; que solicite la "partida de nacimiento" del dinero, la inmensa masa en circulación se presta, con gran facilidad, para ser limpiada. No importa si la inversión es rentable o no, si produce dividendos o no, lo que importa es transformar el dinero escondido y sucio en activos fijos, en edificios y negocios.

Esta abrupta y grosera inversión la toma el régimen para decir que está en marcha una estupenda reactivación económica, sin importarle para nada el resto del país que lo ve como una bofetada y que sufre hambre, no tiene empleo, no tiene como adquirir vestido y calzado y que vive en un estado de zozobra por la terrible inflación (la más alta del mundo) que lo empobrece cada día más y la espantosa inseguridad pública, personal y de bienes.

Estos 260.000 venezolanos en sociedad con rusos, chinos y musulmanes son quienes invierten para transformar el caudal sucio de dinero, medido en centenares y miles de millones de dólares americanos, en activos fijos. Estoy seguro que ninguno de ellos aguanta una investigación sobre el origen de sus fortunas que nos restriegan en la cara.

Como el régimen, sin ningún interés por averiguar nada, avala, facilita y colabora para que esta vulgar inversión se realice, se forma el contubernio perfecto que le facilita al régimen decir, como burla, que estamos en una reactivación económica y a los inversores sacar lo escondido y limpiarlo.

Más allá de ese 1% existe un país expectante que no engañarán con esta mascarada, un país adolorido, preocupado y exigiendo UNIÓN en la oposición para cuanto antes salir de este horror que tenemos e iniciar el camino de la gran recuperación y reconstrucción del país para lograr uno muy distinto y mucho mejor, que nos permita desenvolvernos y vivir con prosperidad, bienestar y felicidad. Dios mediante y con nuestro esfuerzo y lucha lo lograremos cuanto antes.