A medida que el chavismo fue incursionando en la economía de mercado, se iba creando la incertidumbre de si podía o no podía haber un retroceso a la economía propuesta por el Plan de la Patria. Mercado versus controles, en una pulseada permanente, que aún sigue vigente, desde que se derogó la ley de ilícitos cambiarios, que funcionó como si se le quitara un tapón al flujo económico, que habilitó a que muchas cosas comenzaran a mejorar.
A partir de allí no hubo más modificaciones de leyes, pero sí hubo “desaplicaciones” que comenzaron a mostrar que a medida que el Estado y sus controles se replegaban de la economía, milagrosamente el desabastecimiento y la escasez desaparecieron, y el sistema de precios de referencia fue encontrando nuevos equilibrios.
Claro que la libre circulación del dólar, que, sin ser una moneda de curso legal, ayudó a la estabilidad, favoreció la transaccionalidad, porque ahora ya no era necesario tener bolívares para transar… ahora, en cualquier negocio se aceptaban dólares en las más diversas formas posibles: desde el billete usado y viejo de un dólar, pasando por los más nuevos, hasta todo tipo de instrumento de pago o transferencia.
Aun así, la incertidumbre del retroceso reaparecía de tanto en tanto; con lo del IGTF, los niveles de desconfianza aumentaron, porque era la señal de que el radicalismo económico de la revolución, seguía allí, acechando y esperando su oportunidad. De hecho, el temor sobre el aumento del ingreso petrolero, podía significar mayor capacidad para financiar ese regreso al radicalismo económico, con los controles sueltos en la calle, las prohibiciones, y las tomas, nacionalizaciones y expropiaciones que todo lo anterior implica.
No obstante, el tema IGTF está siendo internalizado y las empresas formales lo están considerando, y las que no lo son tanto, pues lo están ignorando. Es cierto que ahora hay más uso de bolívares, pero no tanto como para cambiar tendencia. O sea que el radicalismo lo intentó, y no le funcionó. Pero claro… la ley del IGTF le da todavía un espacio de presión que podría llegar del 3% actual, al 20% máximo previsto. Si vemos que lo aumentan, entonces podremos entender que siguen intentándolo.
Una primera conclusión es que el tema dólar ya se instaló en la sociedad, y que por más que le pongan trabas, continuará su asentamiento, hasta que, por fuerza de los usos y costumbres. termine aceptándose como una moneda de curso legal, sin que por eso el bolívar deje de ser la moneda de Venezuela.
Este nuevo tema de que el gobierno ofrezca en la Bolsa de Valores de Caracas entre el 5% y el 10% de empresas públicas como Cantv y Movilnet, las empresas mixtas petroleras, empresas de gas e industrias de hierro y acero, es un paso más en el sentido de liberalización de los mercados en Venezuela. El anuncio tiene un sentido táctico concreto, que es el expresado por el presidente: “Necesitamos capital para el desarrollo de las empresas públicas”; pero también un sentido estratégico asociado al traspaso al sector privado de las empresas que opera sin éxito el Estado. Y al hacerlo a través del mercado de capitales ―que es algo que personalmente vengo proponiendo desde hace tiempo― no solo transparenta el verdadero estado de esas empresas, sino que dificulta la posibilidad de un stepback y que los radicales vuelvan por sus fueros revolucionarios.
O sea que, a la dolarización y flexibilización de la economía, ahora se suma la salida al mercado de las empresas públicas; si se unen los puntos, ya se puede ver con mayor claridad un nuevo sentido de dirección. Pero como aún despierta desconfianza, habrá que ver más señales para que termine siendo algo más sólido que una coyuntura.
Les decía que el aumento del nivel de actividad que ha llamado la atención aquí y en el mundo se debía principalmente al tramo transaccional de última milla de nuestra economía. Y que sería bueno que, en vez de nutrirse principalmente de productos finales importados, también comenzará a transar bienes locales con mayor agregación de valor.
Bueno… hay que reconocer que el número de utilización de planta que publicó Conindustria del 29%, en comparación al 18%-20% de hace un año, es una señal alentadora de que la actividad económica está encontrando mayor profundidad; pese a que, con un dólar atrasado, la liberación de los aranceles de importación no lo alientan. Pero bueno…los números (que son creíbles por la fuente) hablan e indican que la actividad ya no es solo cuantitativa y superficial, sino que va adquiriendo mejores perfiles de calidad y de profundidad. Ojalá siga en esa dirección.
Lo anterior es lo que he dado en llamar el “neochavismo”, que es la evolución necesaria que permita recuperar los niveles de actividad y se reduzca la pobreza. Se nota un nuevo posicionamiento político que está tratando de dejar atrás los postulados de la revolución, aunque será difícil ocultar los daños profundos que causó, y el aislamiento mundial al que nos llevó.
Recomendación
Al gobierno:
…Que ordene a los líderes de las diferentes empresas públicas a abocarse a un proceso de revisión interna, para hacer frente a los requerimientos de los estructuradores que vayan a ocuparse de la salida al mercado de los paquetes accionarios mencionados por el presidente
A la dirigencia de la oposición:
…Que la Plataforma Unitaria consiga la adhesión de la cantidad de dirigentes medios y bajos que están pensando que esto no tiene solución, y que “el chavismo es para siempre”. Esto que lograron es solo el principio de algo, que, si no muestra acciones de oposición contundentes, se quedará en las cúpulas y no conseguirán adhesiones duras y genuinas
A los dirigentes empresarios:
…Que eviten caer en la trampa del pronunciamiento político, para un lado o para el otro, porque les dará malos resultados. En un período de tres años ―nada en términos de país― invitaron a Guaidó y a los hermanos Rodríguez, apoyando a cada uno en su momento.
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