El comentario de la semana
La observación directa de la realidad y la búsqueda de la verdad, estarán siempre mediatizada por la percepción del sujeto que observa y por el explorador que busca la exactitud de las cosas, ambos, sin embargo, deben incluir o no olvidar, que sólo vemos lo que ya sabemos o creemos saber que existe, que la verdad encontrada es aquella que nos ofrece nuestro propio entendimiento, así que, no está demás el volver a mirar, leer y buscar desde ángulos o perspectivas diferentes y que, aun a pesar de lo anterior, los contexto históricos, ambientales, físicos y hasta emotivos, cobran créditos en las conclusiones a la que podamos llegar.
En consecuencia, no pretendamos que nuestra verdad sea la verdad del otro, que lo que miramos, sea lo mismo que miren los demás, que la interpretación de lo leído, sea interpretado de la misma manera por otros lectores, y, mucho menos, asumir tener la razón en nuestra argumentación; abrir espacios para el disenso es una recomendación final, pues éste, el disenso, abrirá las puertas del entendimiento de quienes persiguen objetivos comunes en la vida.
Si estas reflexiones sirven de algo, desde Aragua en Red las ofrecemos para ratificar la necesidad imperante y postergada desde hace dos décadas, de lo hemos llamado “La Unidad Superior.”
La misma pasa por los matices de las reflexiones anteriores y desde nuestro punto de vista, la Unidad Superior no es otra cosa que la distribución grupal y geográfica de quienes están empeñados en rescatar la libertad y democracia de nuestro país, de quienes nos negamos a doblegarnos a un gobierno que pretende imponernos un cambio en la vida republicana, a un gobierno que no respeta el estado de derecho, a un gobierno que sistemáticamente viola los derechos humanos más elementales como el derecho a la vida, el derecho a la educación y el derecho a la salud.
Distribución representada por militantes de los partidos políticos, los independientes que no forman parte de ninguna organización, pero también de aquellos que se agrupan a través de las asociaciones de vecinos, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales, los distintos gremios, los disidentes del régimen y en fin de todos aquellos que comparten la intranquilidad de ver al país inmerso en la más profunda crisis existencial y que buscan desesperadamente espacios para incorporarse a la lucha por la democracia y libertad.
Queda entonces a cada uno de los actores dar un paso al frente y decir como aquel jinete llanero “Rondón no ha peleado” y salvar la República tal y cual fue la actuación decisiva un 25 de julio de 1819 en la batalla del Pantano de Vargas del Coronel Juan José Rondón Delgadillo. O si lo prefieren, asumamos el reto y recordemos aquel presidente venezolano que no solo dijo “Quiera Dios que quienes han creado este conflicto absurdo no tengan motivos para arrepentirse” o quizás, mejor recordado por sus palabras de “Manos a la obra”