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Cebras por la vida ¡Un ejercicio de ciudadanía para Maracay!

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El comentario de la semana

Aragua en Red, asociación civil promotora de la participación ciudadana y de la aragüeñidad como entidad cultural, se ha propuesto desarrollar a nivel local y regional, un conjunto de talleres que se enmarcan en un programa de formación cívica, denominado “Sembrando Ciudadanía”, y en concordancia con ese propósito, más allá de los asuntos políticos que nos agobian y de los cuales no somos ajenos, como ciudadanos y como organización social nos resulta importante asumir propuestas y dar respuestas a los temas cotidianos de nuestra ciudad, que permitan mejorar la cultura y el civismo de nosotros mismos, de las autoridades y en general de los ciudadanos de a pie.

El título de este escrito, es realmente un proyecto de expresión ciudadana que reclama el derecho para los maracayeros a caminar, en principio por las calles y avenidas más concurridas, de manera segura y digna.

Ahora, ¿qué busca Cebras por Vida? Puntualmente, dignificar el lugar de quienes caminamos en Maracay, darle al peatón el lugar que se merece, priorizarlo y cuidarlo. Queremos enseñarnos y enseñarle a la ciudad y a todos los ciudadanos, sobre la importancia de priorizar, proteger y dignificar al peatón, es decir, que pensar en el peatón es obligarnos a mirar de manera amplia y comprensiva los aspectos más críticos de la ciudad, pensando siempre primero en las personas y no en el auto particular y sus exigencias. Es esta quizás la motivación más extraordinaria para hacer de Maracay una ciudad tolerante, incluyente, amable con el medio ambiente, compacta, limpia, cálida y segura para todos.

Este es un proyecto que si bien parte de los ciudadanos organizados, tambien debe, necesariamente, ser parte de la gestión del Municipio, basado en que la vida de la ciudad son sus peatones. La experiencia de la ciudad está siempre ligada a los tiempos y las condiciones que tengamos para disfrutarla, tiempos y condiciones que en medio de la congestión urbana se hacen cada vez más escasos. Por ello entendemos, que Cebras por la Vida es la reivindicación del derecho a caminar la ciudad, de pensarla y sentirla próxima con cada paso que demos, reconociendo su singularidad y aprendiendo de sus formas.

Es la recuperación del espacio y la dignidad del peatón, es devolverle a la ciudad su fuente de sentido, la calidad de vida y la seguridad que aspiramos para los maracayeros. Y más allá de eso, porque somos muchos los que creemos que la ciudad es más que un océano de flujos vehiculares.

Hemos visto en nuestra ciudad, la existencia de peatones con discapacidad motriz y este programa de señalamiento peatonal, ese rayado en las intersecciones de las calles y avenidas, constituye una zona de circulación segura en la ciudad para atravesar una calle, que por lo general, son desacatadas descaradamente por conductores de patrullas policiales, de camiones del ejército, de motociclistas y de conductores de vehículos, que olvidan el derecho de los ciudadanos a caminar seguros, pero sobre todo, olvidan por completo su condición de peatón una vez que deciden subirse al volante. De allí, pues, que tenemos mucho que hacer y nos proponemos hacer en ese conjunto de talleres que hemos llamado Sembrando Ciudadanía, y que al mismo tiempo reclamamos del Alcalde de la ciudad, toda vez que una de las funciones principales de un buen Alcalde, a la luz del derecho público contemporáneo, es dinamizar y facilitar el desarrollo humano en sus comunidades. De modo que, hay que actuar de inmediato para que la movilidad de la ciudad esté regulada por este código urbano.

Finalmente, el carro no puede ser el rey de la ciudad, de aceptarse tal despropósito, el peatón dejará de existir. De modo que, más allá de los accidentes de tránsito que ocurren en la ciudad y de las incomodidades del peatón para cruzar una calle, donde el semáforo no regula el paso peatonal, en esta ciudad como en todas las de Venezuela, los peatones son actores críticamente vulnerables en las calles. Creo que este rayado o cebras, como se le conoce universalmente para señalar el paso de peatones, debe constituir un símbolo de convivencia ciudadana, de amistad y de tolerancia ante la fragilidad de los caminantes.