El nuevo ministro de educación, no salía de su asombro al escuchar a su camarada presidente anunciar la creación de dos nuevas cárceles de máxima seguridad, para albergar a los detenidos durante las últimas protestas contra su Gobierno, tras las elecciones celebradas el pasado domingo 28 de julio.
He decidido crear estas dos cárceles de máxima seguridad para todas las bandas de nueva generación que están metidas en las guarimbas y en el ataque criminal", ha aseverado durante un discurso desde el Palacio de Miraflores en el que ha hecho referencia a las manifestaciones violentas. Así, ha asegurado que "no habrá perdón ni contemplación" con los arrestados y ha manifestado que estas acciones se llevarán a cabo en el marco de la Constitución venezolana, al tiempo que ha explicado que el objetivo es la "reeducación". "Veremos si estas cárceles logran convertirse en granjas productivas, [...] como hacían en aquella época. Los sacaban a hacer carreteras. Hay muchos caminos que hacer, que vayan a hacer carreteras", ha defendido.
Puntualizo que a los "criminales que amenazaron al pueblo, a los criminales que atacaron hospitales, estaciones de metro, puestos policiales y casas [...] los estamos capturando". Ya hemos agarrado a más de 2.700 y seguiremos buscándolos.
Desde ese día, el nuevo ministro no podía conciliar su sueño en las noches. Una pregunta rondaba sus pensamientos: ¿Cómo hago para transformar a esas cárceles que no eran más que universidades del crimen y ahora quiere transformarlas en centros de “reeducación bolivariana” (CREBO) y lo más arrecho es lo de la construcción de carreteras cuando no tenemos asfalto debido a las sanciones imperialistas? Debo pensar, en un diseño curricular para esos centros que se aproxime a lo establecido por Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez con Guasina.
A la tercera noche de insomnio, se le prendió el bombillo y pensó en hacer una consulta internacional a los gobiernos de camaradas amigos para que enviaran un representante con la finalidad de establecer un equipo de organización y dirección para la planificación y puesta en marcha de la política de reeducación de los nuevos centros bolivarianos. En menos de una semana llegaron al país sendos representantes:
- De China vino el director de los Centros de Capacitación Vocacional de Sinkiang.
- De Rusia llego un camarada con amplia experiencia en los campos del Gulag
- Corea del Norte envió al director general de los campos de concentración
- Cuba envió al camarada responsable de las Unidades Militares de Ayuda a la producción UMAP.
En menos de 72 horas, los especialistas terminaron su trabajo y se lo presentaron al nuevo ministro que sin leerlo le dio su aprobación. Los siguientes puntos destacaban en el referido trabajo:
-El objetivo principal de los CREBO (Centros de reeducación bolivariana) es el de encerrar a opositores políticos, grupos étnicos o religiosos específicos, personas de una determinada orientación sexual, prisioneros de guerra, civiles habitantes de una región en conflicto u otros colectivos.
- Los CREBO son un centro de detención o confinamiento donde se encierra a personas por su pertenencia a un colectivo genérico en lugar de por sus actos individuales, sin juicio previo y sin garantías judiciales.
-No se permitirán visitas de familiares ni de abogados particulares
-Solo se permitirán Defensores Públicos y
- Los reclusos durante su permanencia en los centros serán sometidos a trabajos forzados hasta que logren, según el director del centro, haber alcanzado la configuración del Hombre Nuevo y estar plenamente identificado con las políticas y programas de la Revolución Socialista Bolivariana del Siglo XXI.
-Como complemento del programa del centro es obligatorio escuchar diariamente el Himno Nacional cantado por el Difunto Eterno y, copiado de la revolución cubana los reclusos gritaran al final del himno “Queremos ser como Nicolás”.
El nuevo ministro se despertó todo emocionado y, se puso de inmediato a implementar su sueño sobre cómo organizar a los centros de reeducación bolivariana, pensando que esa acción podría catapultarlo a ser el próximo presidente en 2031.